El hijo zurdo
Rafael Cobos, Paco R. Baños (España, 2023) [entre 20 y 25 min cada episodio]
(wikipedia | filmaffinity)
Rafael Cobos, Paco R. Baños (España, 2023) [entre 20 y 25 min cada episodio]
(wikipedia | filmaffinity)
Sinopsis:
- [propia] Sevilla. Los caminos de Lola y Maru no se habrían cruzado si no fuera porque antes lo ha hecho el de sus hijos, Lorenzo y Loco. Ellos, de amigos han pasado a ser socios de una pandilla fascista, de ahí a la caza de migrantes y de la caza de migrantes a comisaría.
Alfons Cervera, en "Si en Navidad te cabrea el cuñado, defiéndete con libros", en Infolibre, el 24 de diciembre de 2022, escribió:[...] una excelente novela de hace tres años titulada El hijo zurdo, de Rosario Izquierdo, va a ser serie televisiva muy pronto. No soy de series. Para nada. [...] Si la serie (dirigida por Rafael Cobos, coguionista con el director Alberto Rodríguez, entre otras, de "La isla mínima" y "Modelo 77") es tan buena como la novela que habla de esa madre a la que le ha salido sin comerlo ni beberlo un hijo nazi, igual me envicio con las series.
María León, en entrevista con Aurora Muñoz, con el título «No tengo miedo de quienes no sepan leer entre líneas, pero me da pena que pueda existir una sociedad con la mente pequeña», en Público, el 27 de abril de 2023, escribió:[...] Rafael [Cobos] ha planteado un proyecto muy personal, pero estoy segura de que, como hemos podido comprobar en Cannes, tiene la capacidad de llegar a todo el mundo. Se plantean temas universales con los que cada uno de nosotros podemos llegar a empatizar. Es curioso que están contados desde un sitio tan pequeño como Sevilla, pero alcanzan una dimensión cosmopolita. El festival la ha elegido entre todas las series cortas por ser un formato moderno, muy fácil de ver. La pueden disfrutar mi madre, mi tía y mi sobrina, pero al mismo tiempo tiene algo intelectual que no se te escapa, una manera propia de llevar su mensaje y ese pasito más allá es lo que la diferencia.
Comentario personal:
- Formato comprimido de una novela en la que seguramente los cambios y motivaciones de los personajes sean más comprensibles. Los careos y aforismos son memorables, pero por el trabajo actoral y, quizá, por ser calco del elogiado texto de Izquierdo. Falla el tempo, la traslación de ese ritmo narrativo al lenguaje audiovisual. Cobos/Baños emulan el formato de moda ("Autodefensa") y prolongan el estilo de Alberto Rodríguez (no expresar nada directamente, dejar que trabaje la inteligencia del espectador), y no tiene por qué ser la mejor elección para adaptar una novela tradicional. Se quedan congeladas en su desarrollo y mal interconectadas ideas estupendas. Les habría ido mejor con una serie más típica, más convencional.
Lorenzo es un hijo que ha digerido mal las dobleces paternas. Se rebela pendulando clase y política contra un padre socialdemócrata que vive como un marqués, y para el que la política es mitad cartera de contactos, mitad estadística emocional (la Semana Santa). Rodrigo Gómez, que así se llama el concejal, afirma con esa cara de boniato que tiene que la educación es la clave para cambiar el mundo, cuando su propia casa es la prueba de que la educación es un plus, no la base. A esta prueba de cargo contra la irrelevancia socialdemócrata cuando de "cambiar el mundo" se trata, hay que sumar una más grave, que compromete la realidad de Maru y el Loco, realidad de minipisos en barrios olvidados con empleos de subexistencia que no se alcanzan si no es dejando un dineral cada mes en transporte público. Ante una caída libre de derechos y rentas, el Loco se ha escorado a derecha, pero eso no se debe a ninguna tara de partida en él. Se debe a uno de los peores efectos ideológicos de la vieja socialdemocracia que es gobierno en Sevilla: anular los referentes políticos autóctonos del proletariado. Me refiero a las expresiones de militancia que son genuinas de, e inciden en, sus espacios sociales: el interior del barrio, centro de trabajo, familia, pareja, pandilla... estructura obrera x. Son estos referentes extintos los que habrían enseñado al Loco y sus amigos cómo razonar hacia la justicia social, la fraternidad entre explotados, etc. Tanto él como Lorenzo son unos críos y se hace ver que han tenido los peores refuerzos negativos posibles. Desde niños han sido estigmatizados, criminalizados, desplazados. El Loco, por la clase. Lorenzo, por un comportamiento no normativo, como el de su madre Lola (oveja negra, "hijo zurdo"...). Personalmente, los considero a ambos más recuperables que chavales de izquierdas que en ese segmento de edad ya son unos trepas.
Pero vamos al meollo. ¿Cómo hizo y hace la socdem para anular a los referentes que podrían haber dado una salida alterna a la chavalada? La socdem promete, y en sus buenos días implementa, reformas bastante positivas, que mitigan un poco grandes males sociales. En sí, están bien. Pero esa gobernanza, su estilo de dirigir la esperanza del común, introduce con ellas dos falacias muy cómodas: 1, que con mayorías parlamentarias está todo hecho, luego basta con votar y hacer de teloneros de lo votado, dándole la peta a los amigos en el bar, en las redes digitales, en la plaza, en la mani (agitación)...; 2, que una vida mejor depende de variables nacionales, del estrecho margen del estado nacional en un país subimperialista, luego es legítimo estar uno mejor a costa de guerras regionales en terceros países que hagan de descompresores de las crisis.
Este estilo de gobierno es un regalo envenenado que desactiva no el deseo de movilizarse, sino el Deseo de organización: responsabilizarse, que el proletariado asuma la condición adulta en la gestión de la res pública. Condición adulta sería a) planificar distintos órdenes de la vida social, lo que solicita estudio, decisiones, seguimiento; b) tener pleno conocimiento de que lo que decidimos o aceptamos "aquí", desde nuestro lugar en el mundo, determina la existencia de otros que están lejos en geografía o condiciones de vida, luego no basta con redistribuir riqueza. Devenir actores es morder manos, ignorar modas y tendencias, descartar la gratificación inmediata y escoger lo inconveniente, apechugar con análisis multicapa... para que de eso resulte una institucionalidad maciza. La reforma socdem educa en sus bases subscriptores y, en sus cuadros medios, gestores. Hay mucho más que un trecho entre pedir dinero para las freseras de Huelva en huelga y pedirlo para un programa de Jorge Jarvier Váquez en tu tele privada. ¿Qué modelo de subjetivización política arma las cabecitas en uno y otro caso?
Cuando la socialdemocracia te ha acostumbrado a las salidas fáciles, de consumo activo y atención fragmentaria, que dan por bueno dañar a otros si es para estar uno bien... pues el fascismo tiene el suelo limpio para levantar la carpa, porque con esos atributos conjuga muy bien. Y esto sucederá en el preciso instante en que la política de las promesas choque con la realidad de las políticas. En el momento en que la socdem ya no redistribuya riqueza suficiente como para que se sostenga el pacto social y capas enteras se empiecen a desgajar de él. Ahí es que chavales como el Loco, receptores privilegiados, en la desesperanza, del mensaje facha, pasan a ser carne de cañón para guerras que no son suyas. La guerra contra el inmigrante no es una guerra que beneficie al Loco. Puede cazar diez, cien, mil marroquíes (chavales que están en la mierda como él): su vida no mejorará. No lo hará.
Lo que necesita Maru es un sindicato solvente. Lo que necesita el Loco es una asociación juvenil de base territorial. Y lo que necesitan el sindicato y el frente juvenil son principios rectores socialistas, beligerantes con la socialdemocracia, que los guarden de su pésima pedagogía. Sí, hoy tenemos sindicato(s), tenemos frente(s), pero antes tenemos sobre ellos, alto en el firmamento, a un astro rey de discurso radical y política socialdemócrata (llámalo populismo, kirchnerismo, largocaballerismo o x) en torno al que todos orbitamos. Y este, desde hace años y hasta fecha de hoy, hace de menos y ridiculiza a todo el que intente salirse de su carril. Enunciado desde una posición de muchísimo poder (tv, jefe de partido), el desprecio de este lucero del alba orienta, rasca, incide, daña. Son los mismos métodos de nuestro concejal sevillano para atraer el agua a su molino: mapeo emocional de la ciudad y "ciceronear" gente influyente. Se parecen tanto, hasta en las cosas más banales (p. ej., el chalecito con condiciones de compra que sólo dan los buenos contactos), que las identificaciones entre Maru y Loco, por un lado, y Rodrigo Gómez, por otro, más que improbables se tornan imposibles, poniéndolo aún más fácil para que un proletariado cansado opte por peores compañías.
Esa es la otra pata patizamba de esta trama congelada. Qué hacer con el fascismo ahora que la socialdemocracia reventó la institucionalidad obrera que podría protegernos a todos. Bueno, el último capítulo invita a mondarle al fascismo el espinazo. Al tacto de una madre, las lesiones de Lorenzo duelen menos que su fascistización. La dependencia, ese año sabático forzado en silla de ruedas, dará la oportunidad a Lorenzo de repensarse. Si ya no te ves fuerte, si estás obligado a plegarte sobre tu propia fragilidad, es más difícil que te cebes con nadie. «Es lo mejor que te podía haber pasado», llega a decirle Maru a la sufrida Lola. Mejor eso que agrediendo a obreros. El mismo corolario que "The boys".
/ Hacía tiempo que no escribía algo tan malo, flojo y cargante. Pero, como dice el compañero Iván, ninguna bofetada a la socdem sobra. Aquí se queda.
Ficha técnica
- Formato: Serie, miniserie (6 capítulos).
Guión: Rafael Cobos; basado en la novela homónima de Rosario Izquierdo.
Música: Julio de la Rosa.
Fotografía: Daniela Cajías.
Reparto:
- María León (Lola Izquierdo).
- Hugo Welzel (Lorenzo Gómez Frías, hijo de Lola).
- Tamara Casellas (Maru, operaria de limpieza en el polígono de Carretera Amarilla, madre del Loco).
- Alberto Ruano (Rodrigo Gómez Frías, concejal del ayuntamiento de Sevilla por un partido socialdemócrata, ex-pareja de Lola y padre de sus hijos).
- Numa Paredes (Inés, hija de Lola).
- Marisol Membrillo (madre de Lola).
- Germán Rueda (El Loco, hijo de Maru).
- Laura Toledo (Pili).
- Ángela Van-Begin (Mariví).
- Susana Córdoba (Juana, alcaldesa del ayuntamiento de Sevilla por un partido socialdemócrata).
Idioma original: Castellano.
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