simplemente defiendo una idea que a pesar de los errores y de los desastres sigue siendo válida, y a mi manera de ver es la única que hay.
Una cuestión importante para el compañero que considera toda crítica, incluso la artística, a la URSS como anticomunista.
La cuestión del socialismo en la URSS, los llamados socialismos reales, puede ser criticada no necesariamente desde una posición burguesa o anticomunista, pues de hecho para mi, sin ser trostskista o de aquellos posmarxistas renovados, dicho proyecto sufrió tales viscisitudes que en su caracterización la URSS escapa ampliamente al desarrollo de lo que los grandes rvolucionarios consideraron socialismo.
Por lo demás, Karel Kosik, a diferencia de muchos intelectuales y políticos soviéticos,tras el derrumbe del campo socialista, continuó en férrea defensa del marxismo, indicando a los traidores que gobernaron por casi 70 años lo que el pueblo ruso construyo con el sudor y la sangre del proletariado revolucionario.
Por lo de Karel Kosik, es esclarecedor el artículo hecho por el marxista argentino Néstor Kohan, en que cita explícitamente la película La confesión. http://www.serbi.luz.edu.ve/pdf/upl/v9n27/art_08.pdf
Respecto a la situación checa, me parecería importante que atendieras el hecho de que en Checoslovaquia no existió una revoluión real, sino que el carácter de "socialista" que se le confirió fue en gran parte por los tanques soviéticos y la subordinación del partido comunista local a los soviéticos, quienes, en el panorama político de los 60's, vieran como un peligro particular la infiltración de la CIA en el aparato checo, del que el mismo Che tuvo que rehuir en su estadia. El Movimiento Izquierda Revolucionaria MIR chileno hace una imprtante caracterización de aquel panorama, pero lamentablemente no está publicado en internet.
Una última cosa. Que raro que cites a Maiakovski, siendo este el iniciador del futurismo, a quien tanto se el criticó desde el aparato stalinista de los años 20. De hecho dicen que se suicidó por tales motivos, al ver el cauce de la revolución en la nueva era staliniana. Por lo demás, luego el futurismo fue criticado y estigmatizado bajo la forma oficial de arte que se decretó en la URSS; el realismo.Defiendo el realismo, pero no como los soviéticos, que lo petrificaron y transformaron en dogma, sin considerar su concepto y apartando todo lo que no entraba en la definición mutilada de éste, como el futurismo o el surrealismo.
Dorado escribió:Eso ciertamente da que pensar, los ataques a través del cine se multiplican y parece que, oscares alemanes aparte, la escuadra rumana se va a encargar de hacer toda la propaganda negativa que haga falta ( ¿quien paga?).
por eso me llama la atención y me hace preguntarme:
¿No estaba desmantelada la Union sovietica?
¿No habian abrazado los pueblos, dicen que sometidos, el capitalismo?
Narrado casi en tiempo real (otra constante en este nuevo cine rumano), durante dos horas el film de Mungiu describe con una precisión quirúrgica el caso de una chica cualquiera, una joven estudiante que ha quedado embarazada y recurre a un aborto clandestino. Corren los últimos días del comunismo, el aborto está prohibido por ley y se castiga muy severamente, con varios años de cárcel, tanto para quien lo practique como para quien lo solicite o quien colabore. Esto incluye a Otilia (notable trabajo de Anamaria Marinca), una compañera de la embarazada, que debe ocuparse de conseguir la pieza de hotel donde se hará el aborto, lidiar con el siniestro enfermero que lo practica, deshacerse del feto y cuidar de la salud de su amiga, todo en un lapso angustiante.
Limitándose solamente a una exposición descarnada de los hechos, sin emitir ni un solo juicio moral o político, 4 meses... consigue hablar de autoritarismo, discriminación, humillación y machismo, al mismo tiempo que se constituye en la más sólida, la más contundente invectiva contra la ilegalización del aborto, que –como desnuda el film de Mungiu– deja a la mujer inerme, abandonada a su suerte, expuesta a todo tipo de peligros y explotaciones. “Ahora en Rumania el aborto es legal, pero se calcula que para cuando concluyó la dictadura de Ceausescu unas 500 mil mujeres habían muerto a causa de su práctica ilegal”, explicó Mungiu aquí en Cannes. Es apenas un dato que la película nunca se permite enunciar, pero que expresa con una claridad enceguecedora.
Londres, 1950. Vera Drake (Imelda Staunton) vive con Stan (Phil Davis), su marido, y sus dos hijos, Sid (Daniel Mays) y Ethel (Alex Ke-lly): una familia modesta, pero feliz. Vera es una mujer de la limpieza; Stan es mecánico en el garaje de su hermano; Ethel trabaja en una fábrica de bombi-llas y Sid es aprendiz de sastre. Vera siempre está ayudando a la gente: visita regularmente a un vecino enfermo e invita a otro, Reg (Eddie Marsan), a cenar a casa porque cree que no come lo sufi-ciente; y, en secreto, ayuda también a chicas jóvenes a abortar, una práctica ilegal en la Inglaterra de entonces. Cuando una de es-tas chicas es hospitalizada en estado grave, la policía la interroga y va a buscar a Vera a casa ante la perplejidad del resto de la familia, precisamente cuando celebraban el compromiso entre Ethel y Reg.
Gimeno escribió:No se cuan enajenantes puedan ser los simbolismos soviéticos para comunistas de chapa como tu. Pero parece que tu visión de lo sucedido en la URSS es los suficientemente sesgada como para arremeter contra toda crítica, tildándola de anticomunista o trotskista.
Gimeno escribió:Dices que Kohan es trotskista. Qué interesante, si yo mismo me he reunido con el, y no tiene ni una pisca de alabansa hacia el trotskismo, es más, dice que la teoría de la revolución permanente (piedra angular del orgullo sectario de los trotskistas) no fue nada novedoso, que lo encontramos en Marx (cosa que es efectiva). De hecho, critica la resignación de los troskistas al paradigma filosófico del marxismo manualístico de los soviéticos, base de los dogmas de Bujarin (materialismo dialéctico). Kohan se define como guevarista, y rescata en lo filosófico a Gramsci, no encuentrra teoría alguna de importancia en Trostky, aunque si lo considera dentro de las corrientes revolucionarias del marxismo.
Desde Marx y Engels hasta Lenin, Trotsky y Mao, desde Mariátegui, Mella, Recabarren y Ponce hasta el Che Guevara y Fidel, gran parte de las reflexiones de los marxistas sobre la lucha de clases han girado en torno a la necesidad de asumir la iniciativa política por parte de los trabajadores y el pueblo.
Gimeno escribió:Pero en definitiva, lo que más me asombra es tu abandono del marxismo por rendirle pleitesía a tus símbolos soviéticos. ¿Crees que la URSS fue importante por sus avances industriales? Bien, eso mismo decía Stalin, pero dudo que la construcción del socialismo se sujete a los logros productivos solamente. ¿Qué sucedió con el conjunto de la sociedad? ¿Donde existió ese nuevo paradigma de la democracia socialista, la dictadura democrática del proletariado, la progresiva destrucción del Estado de la que nos habló Marx y Lenin? Creo que Stalin se las pasó por el poto (raja acá en Chile).
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