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HONNETH, Axel

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HONNETH, Axel

Nota Jue May 13, 2021 3:16 am
Axel Honneth

Portada
(wikipedia | dialnet)


Introducción

En CCCB se escribió:(1949, Essen, Alemania) es filósofo y sociólogo, director del Institut für Sozialforschung de la Universidad de Frankfurt desde el año 2001, catedrático de Humanidades en la Universidad de Columbia de Nueva York y catedrático de Teoría social en la Goethe-Universität de Frankfurt. Antiguo asistente de Jürgen Habermas, se le considera la figura más relevante de la denominada tercera generación de la Escuela de Frankfurt. Su obra plantea el problema de la lucha por el reconocimiento y el respeto social por los grupos más desfavorecidos y pretende, de este modo, restituir la dimensión crítica y social de la filosofía. Honneth ha publicado unos diez libros, entre los que destacan Crítica del poder: fases en la reflexión de una teoría crítica de la sociedad (Antonio Machado Libros, 2009), Reconocimiento y menosprecio. Sobre la fundamentación normativa de una teoría social (Katz, 2010), The I in We: Studies in the Theory of Recognition (Polity, 2012) o El derecho de la libertad. Esbozo de una eticidad democrática (Katz / Clave intelectual, 2014).





Bibliografía compilada





Ensayo





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Re: HONNETH, Axel

Nota Jue May 13, 2021 3:16 am
Lídia Penelo, en "Una ocasión para la vida íntima", en Público, el 12 de marzo de 2009, escribió:Ante cualquier pregunta, aunque sólo se trate de responder a la invitación de tomar un café, Axel Honneth (Alemania, 1949), se toma unos segundos antes de hablar. Filósofo y sociólogo, el actual director de la Escuela de Frankfurt es un hombre prudente. Su campo es el de la filosofía social y práctica, y para él, la crisis mundial ayudará a redefinir el modelo de las sociedades democráticas. "La desregularización de los mercados capitalistas ha ido demasiado lejos y sería necesario refrescar las ideas socialistas. Deberíamos redefinir la forma en que las sociedades liberales entienden la libertad desde el sentido normativo. Seguramente, hace falta una revalorización de esferas, que en los últimos 30 años han sido marginadas, como la de la vida íntima y la del trabajo satisfactorio", argumenta.


Consumismo bajo control

Honneth está convencido de que el marxismo continúa teniendo elementos fructíferos: "Tenemos que volver a tomar en serio el marxismo. Viendo ciertas crisis ecológicas, deberíamos establecer límites a nuestras necesidades consumistas". Sin embargo, el sucesor de Adorno no confía en que haya alternativas a una economía de mercado capitalista. "Yo creo que el futuro de las sociedades democráticas liberales acabará ubicándose en una regularización mucho más intensa y en un control de mercado. En un núcleo económico el marxismo no tiene futuro, pero sí lo tiene en determinadas patologías producidas por el capitalismo. Aunque eso no significa que constituya una alternativa sólida en la economía planificada de mercado", sostiene.

Autor de varios estudios sobre la teoría del reconocimiento -Reificación es el más extendido-, Honneth está convencido de que las personas no saben relacionarse. "Todavía no hemos aprendido. El fracaso de las relaciones tiene que ver con la independencia de actitudes cognitivas fundamentadas sobre el éxito y el dominio instrumental de nuestro entorno, de modo que nosotros ya no somos capaces de percibirnos desde el punto de vista del reconocimiento, y eso implica una expansión de visiones instrumentalistas".

La carrera académica de este filosófo deja pasmado a cualquiera, pero no sólo de teoría vive el hombre: cuando Axel Honneth cuenta a un desconocido a qué dedica su tiempo, empieza diciendo que tiene dos hijos. "La mayor satisfacción, además de estar con mi mujer y mis hijos, surge del auténtico trabajo, y ese constituye el leitmotif de mi vida. Trabajo para elaborar y desarrollar ideas especulativas e innovadoras sobre ideas formuladas anteriormente", remata claro.

Sentado en su escritorio, dedica cuatro horas al día a las ideas. En ese espacio no permite ninguna interrupción ni compañía, sólo la de las fotografías de la familia y de sus tres héroes: Hegel, Rousseau y Freud.


Renovación del mobiliario

Sucesor de Adorno y Habermas, lleva la dirección de la Escuela de Frankfurt con miedo. La posibilidad de ser sobrevalorado le intimida. "Cuando me convertí en el sucesor de Habermas, cambié totalmente el mobiliario de la habitación. Cuando tomé la oficina de Adorno tiré todos sus muebles. Durante mucho tiempo ni siquiera quise jugar con la idea de prolongar esa tradición. La presión exterior es intensa, cada vez es más difícil no vincularse a esa corriente de pensamiento. Preferiría ser una figura independiente", admite. Axel Honneth no quiere que lo cosifiquen, ni siquiera como el pensador empeñado en hacer posibles los sueños de la Escuela de Frankfurt.

Re: HONNETH, Axel

Nota Jue May 13, 2021 3:16 am
Luis Roca Jusmet, en "La actualidad de la filosofía", en Rebelión, el 30 de diciembre de 2019, escribió:Axel Honneth (Essen, Alemania,1949) es uno de los filósofos vivos más interesantes dedicados a la problemática éticopolítica de nuestros días. De alguna manera recoge la herencia de la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt (se doctoró bajo la dirección de Habermas). Su trabajo conceptual ha estado especialmente centrada en la noción de reconocimiento y en la ética democrática. En esta ocasión plantea el ambicioso proyecto de renovar la propuesta socialista como proyecto de futuro. Entendiendo por socialismo el conjunto de tradiciones (anarquista, comunista, socialista en su sentido más específico) de la que se ha nutrido la izquierda. Se trata de abordar la insuficiencia teórica originaria de los socialistas fundadores para ser capaz de revitalizar el socialismo como proyecto emancipador que permita superar los peligros del tardocapitalismo neoliberal.

Lo primero que hay que entender es que la tradición socialista viene arrastrando una limitación, ya presente desde lo que Marx llamaba el socialismo utópico (Owen, Saint Simon, Fourier, el mismo Proudhon) que consiste en entender los problemas y las soluciones desde una óptica exclusivamente económica. Para todos ellos la organización de la producción está sometida al egoísmo privado, y una vez que seamos capaces de sustituirlo por un cooperativismo, por una asociación libre de productores, entonces se transformará toda la sociedad y conseguiremos la libertad social. Los ideales de la revolución francesa (libertad, igualdad, fraternidad) se verán reflejados en esta transformación radical, que será capaz de integrar la libertad en el marco de la igualdad y la fraternidad.

Aunque Marx aportara mucha consistencia al análisis teórico y a las propuestas prácticas, tampoco es capaz de salir de este marco teórico, analiza el autor del libro. Lo económico continúa siendo la base de análisis y de propuestas radicales de cambio. Pero además planteará dos problemas que se irán arrastrando en todas las tradiciones que le reclaman como inspirador. Por una parte la idea de que el capitalismo es producto del mercado y que su superación supone la eliminación de este último. Por otra parte el de ligar la posibilidad de cambio a un sujeto revolucionario que es la clase obrera, con lo cual el movimiento emancipatorio queda ligado al industrialismo. La victoria de una clase social se convierte entonces en la promesa de una sociedad sin explotación ni opresión.

¿Quiénes son capaces de cuestionar este planteamiento? Fuera del movimiento Honneth cita a John Dewey al formular que, por un lado, el socialismo está sujeto a una concepción cerrada de la historia que le impide entender y recoger las experiencias históricas y por otra entender el valor intrínseco de la cultura democrática. Dentro del propio socialismo solo Bernstein es capaz de salir de este esquema, si nos referimos a la primera mitad del siglo XX. Si vamos ya a la segunda mitad cita a Cornelius Castoriadis (que lo inicia a partir del grupo «Socialismo y barbarie») y más tardíamente a Jürgen Habermas. Pero lo que sugiere Honneth es que en este camino hay muchos olvidos importantes. Por una parte el mismo Hegel al plantearla como un organismo global que está subdivido en tres ámbitos: el económico, el político y el de las relaciones personales. Es justamente el haberse centrado en el económico el que le lleva a no ser capaz de recoger aportaciones muy interesantes de otras tradiciones que igualmente estaban planteando alternativas a la idea liberal de libertad. Ideal liberal que entiende la libertad social en un sentido negativo, que es la de poner limitaciones a la libertad individual desde el respeto a las otras libertades. De esta manera se pierden las aportaciones del republicanismo radical de Rousseau y de Kant, que plantean que la libertad social debe entender en un sentido más comunitario o más moral respectivamente. O el propio movimiento feminista, que cuestiona las relaciones familiares y de pareja.

De lo que se trata, entonces, es de recuperar las experiencias históricas capaces de ser lógica alternativas a las del capitalismo y el neoliberalismo en todos sus aspectos. Entender, contra Marx, que no se trata de eliminar el mercado porque esta ha sido una experiencia histórica que ha fracasado. Por el contrario, no excluir ninguna de las maneras en que el mercado se ha manifestado de manera diferente, sea la economía ética, la intervención del Estado bajo control democrático o las experiencias de autogestión. En el aspecto de las relaciones personales es sobre todo el movimiento feminista el que ha planteado radicales transformaciones tanto en la familia como en las relaciones personales, no únicamente en la pareja. Pero es sobre todo la reivindicación de la democracia la que debe tener el lugar prioritario. Se trata de construir una nueva economía, unas nuevas relaciones sociales y una nueva voluntad democrática. Esta es la libertad social que podemos contraponer al liberalismo. Aunque, quizás, sugiero yo, no será tan diferente de lo que pueda plantear el republicanismo liberal de Philip Pettit o Quentin Skinner o el liberalismo igualitario de Amartya Sen o Martha Nussbaum. Porque lo que plantea Axel Honneth es que el socialismo no tiene un sujeto revolucionario específico sino que es un proyecto de reformas radicales que debe ser para todos los ciudadanos que quieran una buena vida compartida. Hay que interpelar no solo a nuestra responsabilidad moral sino también a la racionalidad de los fines en la deriva global que vivimos.

Una última cuestión muy importante que se plantea Axel Honneth es si estamos hablando de propuestas a nivel de estado-nación o a nivel mundial. Esta cuestión es muy importante y hay que tratarla con prudencia. Por supuesto que no puedes proponer de forma inmediata y directa una república mundial pero sí una coordinación progresiva de poderes políticos que vayan estructurándose a nivel mundial, posiblemente a nivel federal.

El libro, en su conjunto, me ha parecido una aportación casi imprescindible para repensar el socialismo hoy. Lo que realmente me parece una limitación importante del libro es que no incorpore en su propuesta socialista las aportaciones del movimiento ecologista. Pero ya lo sabemos, nadie es perfecto.

Re: HONNETH, Axel

Nota Jue May 13, 2021 3:17 am
Rafael Poch, en "Honneth contra Sloterdijk, la pelea de los filósofos alemanes", en La Vanguardia, el 4 de octubre de 2009, escribió:La obra de Peter Sloterdijk (Karlsruhe, 1947) está en todas las librerías, sus artículos frecuentan los suplementos culturales de los diarios y él mismo anima un popular programa en el segundo canal de televisión ZDF. El filósofo es una de los artículos de exportación de la actual filosofía alemana en todo el mundo, con una veintena de libros traducidos al español en veinte años. Por eso, que el director de la legendaria Escuela de Francfort, Axel Honneth, uno de los filósofos sociales más reputados del país, publique un artículo en el semanario Die Zeit, denunciando a Sloterdijk como un vulgar charlatán neoliberal, al que la derecha está potenciando en todos los foros mediáticos y premiando con honores, premios y cargos, ha tenido considerable impacto.

Honneth (Essen, 1949) es el "segundo discípulo", tras Jürgen Habermas, de la neomarxista Escuela de Francfort de Max Horkheimer y Theodor Adorno, cuyo Instituto, el Instituto de Investigación social de la Universidad Goethe de Francfort, dirige desde 2001. Su último libro en español es de 1997, La lucha por el reconocimiento: por una gramática moral de los conflictos sociales. El motivo de su enfado es el artículo que Sloterdijk publicó en el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung el pasado 10 de junio "La revolución de la dadivosa mano" (Die Revolution der gebenden Hand) en el que calificaba al Estado social alemán de "cleptocracia institucionalizada" y proponía la abolición del IRPF a través de una "revolución de la mano dadivosa" del Estado. Su propuesta se parecía mucho a la "traducción filosófico-mediática" del eslogan electoral del Partido Liberal (FDP) que ha conocido un espectacular avance en las últimas elecciones y que le llevará al gobierno tras once años en coalición con Angela Merkel y sus democristianos: "más libertad y menos Estado para los acomodados".

El filósofo de Karlsruhe afirma que fueron "los valores morales que los fanáticos de la igualdad de diverso color escribieron en sus banderas" los que condujeron a la masa al ataque contra el orden establecido en las catástrofes del siglo XX, a cargo de "movimientos nacionalistas e internacionalistas". Sloterdijk recupera para el postmodernismo lo que era una concepción clásica de la derecha alemana de posguerra, y que hoy es ampliamente aceptada hasta en el Parlamento Europeo; la equiparación de fascismo y socialismo. Aquella idea fue principio atenuante de los padres fundadores de la República de Bonn, algunos de ellos con historiales en el Estado nazi, para disolver aquel pasado en los presentes de la guerra fría de posguerra que precisaban de discursos anticomunistas sólidos y decididos.

Honneth afirma en su diatriba la justicia social y el papel del Estado en ella, mediante la redistribución. Critica la "demonización del movimiento de 1968" practicada por Sloterdijk, un aspecto que también es seña de identidad de Guido Westerwelle el líder liberal y probable futuro ministro de exteriores en el nuevo gobierno.

En una breve respuesta publicada el jueves en el Frankfurter Allgemeine Zeitung Sloterdijk ve "más torpeza que agudez" en el ataque de Honneth, al que llama "desafortunado profesor de filosofía" "Seguramente conoce usted menos del diez por ciento de mis publicaciones", le dice, sin entrar en debate.

Sloterdijk es actualmente rector de la Escuela de Arte de Karlsruhe (Hochschule für Gestaltung), un centro interdisciplinario creado en 1992 donde se enseña diseño, arte y comunicación. Su último libro en alemán es Tienes que cambiar tu vida; sobre la antropotécnia. Sloterdijk propone ahí una "revolución ética" que derogue la "frivolidad de masas" y el egoísmo, para afirmar un "cambio individual". "Desde la Revolución Francesa el impulso de cambiar el mundo prima sobre el cambio individual, pero ese esquema ya no funciona", dice. "La actitud enfocada al bienestar social es inverosímil", afirma.

El filósofo de Karlsruhe apareció en la escena intelectual germana en 1983 con un best seller titulado Crítica de la razón cínica que había escrito tras pasar una temporada en India bajo la influencia de Bhagwan Rajneesh (Osho) un gurú fallecido en 1990 que profetizó la tercera guerra mundial "entre 1993 y 1999", antes de ser detenido en un aeropuerto con medio millón de dólares en el bolsillo. El libro fue discretamente saludado por Jürgen Habermas, el gran filósofo alemán cuyos críticos de izquierda dicen que se escoró hacia la derecha con su obra de mediados de los ochenta, El discurso filosófico de la modernidad.

El apoyo de Habermas a la Otan en Kosovo y el giro de éste sólido autor hacia temas de religión expresó, en el campo filosófico, la general tendencia hacia la derechización cultural que se vive en la Alemania postreunificación. En el marco de la ofensiva neoliberal contra el pacto social que se vive desde entonces, muchos sesentayochistas mutaron. Entre otros, Joschka Fischer, el rebelde ex líder verde, hoy asesor de BMW, adquirió la respetabilidad institucional apoyando la participación en la campaña de Kosovo cuando fue ministro de exteriores de la coalición de gobierno SPD-verdes (1998-2005), que dio alas al recorte social, Daniel Cohn Bendit aplaudió la "guerra humanitaria" de la Otan y Bernd Rabehl, compañero del líder estudiantil Rudi Dutschke, clamó ante el peligro de la invasión de extranjeros que vive Alemania desde su cátedra en la Universidad Libre de Berlín.

Ese fue el contexto general de la obra de Sloterdijk, que en los últimos veinte años tocó todos los problemas actuales, desde el calentamiento global y la globalización, hasta la ingeniería genética, el papel de la ONU o la religión, alcanzando gran popularidad en los medios de comunicación, con artículos y tertulias televisivas. Según el historiador británico Perry Anderson, otro neomarxista, Sloterdijk se ha convertido en "una versión teutona de Bernard-Henri Lévy, más caprichosa y con aspecto de oso". "Hacia tiempo que no se discutía sobre cuestiones políticas con tanto peso", constata el diario Frankfurter Rundschau.


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