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Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975)

Corto, medio, largo, serie, miniserie (no importa el formato)... en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
a los imbéciles que ayudaron en su alpinismo social
al peor Barry Lyndon que me he cruzado;
por todos mis compañeros empezando por mí primero

__



Barry Lyndon
Stanley Kubrick (Reino Unido, 1975) [183 min]


IMDb
(wikipedia | filmaffinity)


Sinopsis:

    [fuente] Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII.

Comentario personal:

    Barry es paradigma del daño que puede hacer un tonto motivado. Al principio no es más que un niñato, sin mala intención, pero la experiencia de la humillación le va deformando el carácter, al no disponer de más recurso adaptativo que su desmesurado orgullo. Salidas fáciles, búsqueda enfermiza de aprobación (adulación, idealización), acopio de méritos para darse prestigio, teatrillo, dobles juegos, manipulación emocional, deslealtad... culminan en una megalomanía desbocada, que se derrama por un deseo obsesivo de posteridad a través del principal medio que los mortales tenemos a mano: la descendencia.

Paula Llaves, en twitter, el 11 de septiembre de 2022, escribió:Un día, si queréis, hablamos de las estrategias de movilidad social a través del matrimonio, sus implicaciones de género, orientación, raza y clase y cómo de mal acaban cuando acaban mal.

En "¿Cuál es tu película favorita de Kubrick?", en Jot Down, el 16 de noviembre de 2014, se escribió:[...] El protagonista es un pequeño Nicolás que consigue hacerse un hueco en la alta sociedad a base de malas artes, interpretado de una forma quizá un tanto limitada por Ryan O’Neal. En cualquier caso la película logra reflejar el inigualable talento de Kubrick para hacer un cuadro de cada plano.

Luis Carlos Muñoz Sarmiento, en "Una naranja mecánica (1971). El cambio que niegan los políticos y siguen soñando los jóvenes", en Rebelión, el 28 de febrero de 2017, escribió:[...] suerte de tratado sobre la vieja relación pintura-cine y una soberbia reconstrucción histórica con base en la franco-inglesa Guerra de los Siete Años, según la novela The Memoirs of Barry Lyndon, de Thackeray, escritor inglés nacido en Calcuta, moralista que se gastó la vida ridiculizando los vicios de su sociedad.

francisco, en "Especial Stanley Kubrick - 1975 - Barry Lyndon (por Tom Regan)", en Última Película, el 17 de agosto de 2018, escribió:El perfeccionista Stanley Kubrick con esta obra maestra volvió a tocar una de las cimas del sibaritismo, un clásico imperecedero, un hito cinematográfico incomparable con nada que se hubiera hecho hasta entonces. Film influyente como todo el cine de SK, el mayor fresco de la época que se haya filmado, épica que sigue los avatares de Redmond Barry en su auge y caída como vehículo para transmitirnos la superficialidad y decadencia de este microcosmos, rodado como lienzos de una belleza pictórica icónica en el cine, adornado por un repertorio de música clásica apabullante. Fue el mayor fracaso comercial de SK, con grandes pérdidas para la Warner; el tiempo, ese juez imperturbable, la ha colocado en el Olimpo que se merece. [...]

Marcos Abal, en "El libro y la película", en Jot Down, el 31 de julio de 2012, escribió:[...] una película de ocres; una película crepuscular. Una película bastante amarga. Tiene el verde de Irlanda, el amarillo terroso de la madera y la luz de las velas para los interiores. [...] No podemos, ya digo, reprocharle nada a todas esas pinturas fotografiadas que son todos y cada uno de los fotogramas de la película.

Ana Useros, en "El olor de los pobres", en El País, el 14 de febrero de 2020, escribió:[...] La coincidencia de una sociedad industrializada y de una cultura obsesionada no solamente por la clase social, sino por los signos externos de pertenencia a esa clase, propició que la figura del arribista tuviera su representación más sólida en la literatura anglosajona a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La desazón social producida por la revolución industrial tuvo primero en Dickens a un cronista del movimiento inverso, del desclasamiento, de la súbita caída en la pobreza por razones fuera del control de sus personajes (David Copperfield, La pequeña Dorrit, los protagonistas de Casa desolada). Cuando Dickens retrata a un arribista, como Pip en Grandes esperanzas, lo hace con tal ternura que apenas nos atrevemos a darle ese apelativo, y su ascensión por la escala social está tan fuera de su control como el descenso por la misma escala de los otros personajes. Totalmente opuesto es el otro gran personaje arribista de la primera época victoriana, el Barry Lyn­don de W. M. Thackeray, este sí, cínico y calculador.

Irene Bullock, en "Stanley Kubrick, un genio entre el miedo y el deseo", en CTXT, el 30 de enero de 2022, escribió:[...] Muchas de las estructuras narrativas de sus películas [de Kubrick] parecen poner al personaje frente a un espejo, con su mundo patas arriba. No hay más que recordar los recorridos de sus personajes más emblemáticos, que van del ascenso en las primeras partes de las obras al descenso y la pesadilla en las segundas: Alex DeLarge y sus tropelías, Alex DeLarge con el libre albedrío anulado en "La naranja mecánica". Barry Lyndon y su ascenso social, Barry Lyndon y su continua caída en desgracia.

Albos, en "Barry Lyndon - Stanley Kubrick", en El Palacio de los Sueños, el 27 de junio de 2013, escribió:[...] La zarabanda de Händel suena tanto que acaba siendo una especie de complicidad con el espectador, mientras Barry prosigue su infame escalada y posterior caída social. Es un personaje tan despreciable... Una lección a toda esa panda de antihéroes que ahora se han puesto de moda. Barry es un protagonista absolutamente criticable, no tiene un vínculo con el espectador (con la mayoría de espectadores, que seguro que, al menos, se consideran buenas personas, honradas... o algo). Barry es escoria. Barry es traición. Barry es un trepa miserable, odioso y pusilánime. A Barry solo se le dan bien los duelos.


Ficha técnica


Reparto:


Premios:

    1975: 4 Oscars: Fotografía, dirección artística, bso (adaptada), vestuario. 7 nominaciones.
    1975: Globos de Oro: Nominada a mejor película (Drama) y mejor director (Stanley Kubrick).
    1975: Premios BAFTA: Mejor director y fotografía. 5 nom. incluyendo mejor película.
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
1975: National Board of Review: Mejor película (ex aequo), mejor director (ex aequo).
1975: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor película y director.
1975: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director.
1975: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a mejor guion adaptado drama.
1975: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor fotografía.
1975: Sociedad Británica de Directores de Fotografía: Mejor Fotografía.
1975: Sindicato de Directores (DGA): Nominado mejor director.
1975: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominado mejor guion dramático adaptado.
1975: Sociedad de Críticos de EEUU: Mejor fotografía.
1977: Premios César: Nominada a mejor película extranjera.
1977: Círculo de Guionistas Españoles: Mejor película extranjera.
1977: Premio Sant Jordi: Mejor película extranjera.
1978: Gremio de Artes Cinematográficas de Alemania: Mejor película extranjera.


Idioma original: Inglés, alemán, francés.





Secuencias







DVDRip VE - AVI (DivX-mp3) [1.36 Gb] (fuente)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
General
Nombre completo : Barry.Lyndon.(Stanley.Kubrick,1975).(Spanish).DVD-Rip.DivX-mp3.by.Rai.avi
Formato : AVI
Formato/Info : Audio Video Interleave
Tamaño de archivo : 1,37 GiB
Duración : 2 h 57 min
Modo de tasa de bits : Variable
Tasa de bits general : 1 105 kb/s
Aplicación de codifición : VirtualDubMod 1.5.10.1 (build 2389/release)
Librería de codificación : VirtualDubMod build 2389/release

Vídeo
ID : 0
Formato : MPEG-4 Visual
Ajustes del formato : BVOP1 / GMC2
Ajustes del formato, BVOP : 1
Ajustes del formato, Qpel : No
Ajustes del formato, GMC : 2 warppoints
Ajustes del formato, Matrix : Default (H.263)
Modo multiplexor : Secuencia de bits empaquetada
ID códec : DX50
ID códec/Consejo : DivX 5
Duración : 2 h 57 min
Tasa de bits : 969 kb/s
Tasa de bits nominal : 9 680 kb/s
Ancho : 640 píxeles
Alto : 384 píxeles
Relación de aspecto : 5:3
Velocidad de fotogramas : 25,000 FPS
Espacio de color : YUV
Submuestreo croma : 4:2:0
Profundidad bits : 8 bits
Tipo barrido : Progresivo
Modo de compresión : Con pérdida
Bits/(píxel*fotograma) : 0.158
Tamaño de pista : 1,20 GiB (88%)
Librería de codificación : DivX 5.1.1 (Maupiti) (UTC 2003-11-19)

Audio
ID : 1
Formato : MPEG Audio
Formato de la versión : Version 1
Formato del perfil : Layer 3
Ajustes del formato : Joint stereo
ID códec : 55
ID códec/Consejo : MP3
Duración : 2 h 57 min
Tipo de tasa de bits : Variable
Tasa de bits : 128 kb/s
Canal(es) : 2 canales
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 41,667 FPS (1152 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Tamaño de pista : 157 MiB (11%)
Alineación : Alineación intercalados
Intercalado, duración : 24 ms (0,60 fotograma de vídeo)
Intercalado, duración de precarga : 148 ms
Librería de codificación : LAME3.90.
Opciones de codificación : -m j -V 4 -q 2 -lowpass 17.6 --abr 128





HDRip Dual (VO/VE) - AVI (XviD-AC3) [1.88 Gb] (fuente)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
General
Nombre completo : Barry.Lyndon.(parte1).(Spanish.English).HDrip.XviD-AC3.by.FitoCorleone.(proteinicos.es).avi
Formato : AVI
Formato/Info : Audio Video Interleave
Tamaño de archivo : 1,89 GiB
Duración : 1 h 38 min
Tasa de bits general : 2 745 kb/s
Aplicación de codifición : VirtualDubMod 1.5.10.2 (build 2540/release)
Librería de codificación : VirtualDubMod build 2540/release

Vídeo
ID : 0
Formato : MPEG-4 Visual
Formato del perfil : Advanced Simple@L5
Ajustes del formato : BVOP2
Ajustes del formato, BVOP : 2
Ajustes del formato, Qpel : No
Ajustes del formato, GMC : Sin warppoints
Ajustes del formato, Matrix : Default (MPEG)
ID códec : XVID
ID códec/Consejo : XviD
Duración : 1 h 38 min
Tasa de bits : 1 835 kb/s
Ancho : 720 píxeles
Alto : 404 píxeles
Relación de aspecto : 16:9
Velocidad de fotogramas : 25,000 FPS
Velocidad de fotogramas original : 23,976 FPS
Espacio de color : YUV
Submuestreo croma : 4:2:0
Profundidad bits : 8 bits
Tipo barrido : Progresivo
Modo de compresión : Con pérdida
Bits/(píxel*fotograma) : 0.252
Tamaño de pista : 1,26 GiB (67%)
Librería de codificación : XviD 1.2.1 (UTC 2008-12-04)

Audio #1
ID : 1
Formato : AC-3
Formato/Info : Audio Coding 3
Nombre comercial : Dolby Digital
ID códec : 2000
Duración : 1 h 38 min
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 448 kb/s
Canal(es) : 6 canales
Channel layout : L R C LFE Ls Rs
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 31,250 FPS (1536 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Retraso relativo al vídeo : 100 ms
Tamaño de pista : 315 MiB (16%)
Alineación : Dividir a través intercalados
Intercalado, duración : 40 ms (1,00 fotograma de vídeo)
Intercalado, duración de precarga : 500 ms
Service kind : Complete Main

Audio #2
ID : 2
Formato : AC-3
Formato/Info : Audio Coding 3
Nombre comercial : Dolby Digital
ID códec : 2000
Duración : 1 h 38 min
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 448 kb/s
Canal(es) : 6 canales
Channel layout : L R C LFE Ls Rs
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 31,250 FPS (1536 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Tamaño de pista : 315 MiB (16%)
Alineación : Dividir a través intercalados
Intercalado, duración : 40 ms (1,00 fotograma de vídeo)
Intercalado, duración de precarga : 500 ms
Service kind : Complete Main





BDRip 720p Dual (VO/VE) - MKV (x264-AC3) [6.81 Gb] (fuente)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
General
ID única : 195646740063638588407970556514619978094 (0x9330310785B38C5ABF2D9ADDCDD9716E)
Nombre completo : Barry.Lyndon.(1975,.Stanley.Kubrick).(Spanish.English.Subs).BDrip.720p.x264-AC3.by.jomime.(hdclasico.com).mkv
Formato : Matroska
Formato de la versión : Version 2
Tamaño de archivo : 6,82 GiB
Duración : 3 h 5 min
Tasa de bits general : 5 274 kb/s
Fecha de codificación : UTC 2012-09-10 18:01:17
Aplicación de codifición : mkvmerge v5.7.0 ('The Whirlwind') built on Jul 8 2012 20:08:51
Librería de codificación : libebml v1.2.3 + libmatroska v1.3.0

Vídeo
ID : 1
Formato : AVC
Formato/Info : Advanced Video Codec
Formato del perfil : High@L4.1
Ajustes del formato : CABAC / 9 Ref Frames
Ajustes del formato, CABAC : Sí
Ajustes del formato, RefFrames : 9 fotogramas
ID códec : V_MPEG4/ISO/AVC
Duración : 3 h 5 min
Tasa de bits : 3 889 kb/s
Ancho : 1 280 píxeles
Alto : 720 píxeles
Relación de aspecto : 16:9
Modo velocidad fotogramas : Constante
Velocidad de fotogramas : 23,976 (24000/1001) FPS
Espacio de color : YUV
Submuestreo croma : 4:2:0
Profundidad bits : 8 bits
Tipo barrido : Progresivo
Bits/(píxel*fotograma) : 0.176
Tamaño de pista : 5,03 GiB (74%)
Título : Barry Lyndon (1975) Bdrip 720p Dual x jomime HDCL
Librería de codificación : x264 core 125 r2208 d9d2288
Opciones de codificación : cabac=1 / ref=9 / deblock=1:-1:-1 / analyse=0x3:0x133 / me=umh / subme=10 / psy=1 / psy_rd=1.00:0.15 / mixed_ref=1 / me_range=24 / chroma_me=1 / trellis=2 / 8x8dct=1 / cqm=0 / deadzone=21,11 / fast_pskip=1 / chroma_qp_offset=-3 / threads=18 / lookahead_threads=3 / sliced_threads=0 / nr=0 / decimate=1 / interlaced=0 / bluray_compat=0 / constrained_intra=0 / bframes=8 / b_pyramid=2 / b_adapt=2 / b_bias=0 / direct=3 / weightb=1 / open_gop=0 / weightp=2 / keyint=250 / keyint_min=23 / scenecut=40 / intra_refresh=0 / rc_lookahead=60 / rc=crf / mbtree=1 / crf=19.0 / qcomp=0.60 / qpmin=0 / qpmax=69 / qpstep=4 / ip_ratio=1.40 / aq=1:1.00
Idioma : Inglés
Default : Sí
Forced : No

Audio #1
ID : 2
Formato : AC-3
Formato/Info : Audio Coding 3
Nombre comercial : Dolby Digital
ID códec : A_AC3
Duración : 3 h 5 min
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 640 kb/s
Canal(es) : 6 canales
Channel layout : L R C LFE Ls Rs
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 31,250 FPS (1536 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Tamaño de pista : 847 MiB (12%)
Título : Español
Service kind : Complete Main
Default : Sí
Forced : No

Audio #2
ID : 3
Formato : AC-3
Formato/Info : Audio Coding 3
Nombre comercial : Dolby Digital
ID códec : A_AC3
Duración : 3 h 5 min
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 640 kb/s
Canal(es) : 6 canales
Channel layout : L R C LFE Ls Rs
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 31,250 FPS (1536 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Tamaño de pista : 847 MiB (12%)
Título : Inglés
Service kind : Complete Main
Default : No
Forced : No

Texto #1
ID : 4
Formato : UTF-8
ID códec : S_TEXT/UTF8
ID códec/Info : UTF-8 Plain Text
Título : Español
Idioma : Español
Default : No
Forced : No

Texto #2
ID : 5
Formato : UTF-8
ID códec : S_TEXT/UTF8
ID códec/Info : UTF-8 Plain Text
Título : Inglés
Idioma : Inglés
Default : No
Forced : No





BDRip 1080p Dual (VO/VE) - MKV (HEVC10b-AC3) [3.48 Gb] (fuente)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
General
ID única : 184215943029131185949177742130180886042 (0x8A96B3392F866203BA22E2C765618E1A)
Nombre completo : Barry.Lyndon.(Stanley.Kubrick,.1975).(Spanish.English.Spanishsub.Englishsub).BDrip.1080p.HEVC10b-AC3.by.mck.mkv
Formato : Matroska
Formato de la versión : Version 4
Tamaño de archivo : 3,48 GiB
Duración : 3 h 5 min
Tasa de bits general : 2 692 kb/s
Fecha de codificación : UTC 2021-12-03 09:33:09
Aplicación de codifición : mkvmerge v63.0.0 ('Everything') 64-bit
Librería de codificación : libebml v1.4.2 + libmatroska v1.6.4

Vídeo
ID : 1
Formato : HEVC
Formato/Info : High Efficiency Video Coding
Formato del perfil : Main 10@L4@Main
ID códec : V_MPEGH/ISO/HEVC
Duración : 3 h 5 min
Tasa de bits : 1 922 kb/s
Ancho : 1 920 píxeles
Alto : 1 080 píxeles
Relación de aspecto : 16:9
Modo velocidad fotogramas : Constante
Velocidad de fotogramas : 23,976 (24000/1001) FPS
Espacio de color : YUV
Submuestreo croma : 4:2:0
Profundidad bits : 10 bits
Bits/(píxel*fotograma) : 0.039
Tamaño de pista : 2,48 GiB (71%)
Librería de codificación : x265 3.4:[Linux][GCC 9.3.0][64 bit] 10bit
Opciones de codificación : cpuid=1111039 / frame-threads=4 / wpp / no-pmode / no-pme / no-psnr / no-ssim / log-level=2 / input-csp=1 / input-res=1920x1080 / interlace=0 / total-frames=0 / level-idc=0 / high-tier=1 / uhd-bd=0 / ref=3 / no-allow-non-conformance / no-repeat-headers / annexb / no-aud / no-hrd / info / hash=0 / no-temporal-layers / open-gop / min-keyint=23 / keyint=250 / gop-lookahead=0 / bframes=4 / b-adapt=2 / b-pyramid / bframe-bias=0 / rc-lookahead=20 / lookahead-slices=6 / scenecut=40 / hist-scenecut=0 / radl=0 / no-splice / no-intra-refresh / ctu=64 / min-cu-size=8 / no-rect / no-amp / max-tu-size=32 / tu-inter-depth=1 / tu-intra-depth=1 / limit-tu=0 / rdoq-level=0 / dynamic-rd=0.00 / no-ssim-rd / signhide / no-tskip / nr-intra=0 / nr-inter=0 / no-constrained-intra / strong-intra-smoothing / max-merge=3 / limit-refs=1 / no-limit-modes / me=1 / subme=2 / merange=57 / temporal-mvp / no-frame-dup / no-hme / weightp / no-weightb / no-analyze-src-pics / deblock=0:0 / sao / no-sao-non-deblock / rd=3 / selective-sao=4 / early-skip / rskip / no-fast-intra / no-tskip-fast / no-cu-lossless / b-intra / no-splitrd-skip / rdpenalty=0 / psy-rd=2.00 / psy-rdoq=0.00 / no-rd-refine / no-lossless / cbqpoffs=0 / crqpoffs=0 / rc=crf / crf=24.0 / qcomp=0.60 / qpstep=4 / stats-write=0 / stats-read=0 / ipratio=1.40 / pbratio=1.30 / aq-mode=2 / aq-strength=1.00 / cutree / zone-count=0 / no-strict-cbr / qg-size=32 / no-rc-grain / qpmax=69 / qpmin=0 / no-const-vbv / sar=1 / overscan=0 / videoformat=5 / range=0 / colorprim=2 / transfer=2 / colormatrix=2 / chromaloc=0 / display-window=0 / cll=0,0 / min-luma=0 / max-luma=1023 / log2-max-poc-lsb=8 / vui-timing-info / vui-hrd-info / slices=1 / no-opt-qp-pps / no-opt-ref-list-length-pps / no-multi-pass-opt-rps / scenecut-bias=0.05 / hist-threshold=0.01 / no-opt-cu-delta-qp / no-aq-motion / no-hdr10 / no-hdr10-opt / no-dhdr10-opt / no-idr-recovery-sei / analysis-reuse-level=0 / analysis-save-reuse-level=0 / analysis-load-reuse-level=0 / scale-factor=0 / refine-intra=0 / refine-inter=0 / refine-mv=1 / refine-ctu-distortion=0 / no-limit-sao / ctu-info=0 / no-lowpass-dct / refine-analysis-type=0 / copy-pic=1 / max-ausize-factor=1.0 / no-dynamic-refine / no-single-sei / no-hevc-aq / no-svt / no-field / qp-adaptation-range=1.00 / no-scenecut-aware-qpconformance-window-offsets / right=0 / bottom=0 / decoder-max-rate=0
Default : Sí
Forced : No
Rango de color : Limited

Audio #1
ID : 2
Formato : AC-3
Formato/Info : Audio Coding 3
Nombre comercial : Dolby Digital
ID códec : A_AC3
Duración : 3 h 5 min
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 384 kb/s
Canal(es) : 6 canales
Channel layout : L R C LFE Ls Rs
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 31,250 FPS (1536 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Tamaño de pista : 508 MiB (14%)
Idioma : Español
Service kind : Complete Main
Default : Sí
Forced : No

Audio #2
ID : 3
Formato : AC-3
Formato/Info : Audio Coding 3
Nombre comercial : Dolby Digital
ID códec : A_AC3
Duración : 3 h 5 min
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 384 kb/s
Canal(es) : 6 canales
Channel layout : L R C LFE Ls Rs
Velocidad de muestreo : 48,0 kHz
Velocidad de fotogramas : 31,250 FPS (1536 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Tamaño de pista : 508 MiB (14%)
Idioma : Inglés
Service kind : Complete Main
Default : No
Forced : No

Texto #1
ID : 4
Formato : UTF-8
ID códec : S_TEXT/UTF8
ID códec/Info : UTF-8 Plain Text
Duración : 3 h 0 min
Tasa de bits : 0 b/s
Velocidad de fotogramas : 0,001 FPS
Count of elements : 13
Tamaño de pista : 421 Bytes (0%)
Título : Forzados
Idioma : Español
Default : No
Forced : Sí

Texto #2
ID : 5
Formato : UTF-8
ID códec : S_TEXT/UTF8
ID códec/Info : UTF-8 Plain Text
Duración : 3 h 0 min
Tasa de bits : 48 b/s
Velocidad de fotogramas : 0,145 FPS
Count of elements : 1568
Tamaño de pista : 63,9 KiB (0%)
Idioma : Español
Default : No
Forced : No

Texto #3
ID : 6
Formato : UTF-8
ID códec : S_TEXT/UTF8
ID códec/Info : UTF-8 Plain Text
Duración : 2 h 57 min
Tasa de bits : 48 b/s
Velocidad de fotogramas : 0,161 FPS
Count of elements : 1713
Tamaño de pista : 63,5 KiB (0%)
Idioma : Inglés
Default : No
Forced : No





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Nota Mié Feb 08, 2023 5:25 am
Javier Alfaya, en "Una lección bien aprendida", en El País, el 10 de noviembre de 1976, escribió:Dentro de poco se estrenará en España la última película de Stanley Kubrick: "Barry Lyndon", historia de un caballero de fortuna irlandés que después de llevar una existencia fastuosa culmina sus días en ataque de «delirium tremens» en la cárcel de Fleet, donde había sido encerrado por deudas. Como tantas veces el cine tendrá la virtud de popularizar una obra literaria importante, pero olvidada. Y no sólo por nosotros, por supuesto. The Luck of Barry Lyndon, que este es el título de la novela, publicada por primera vez en 1844, es un libro olvidado por los propios británicos. Durante una época la crítica inglesa emparejaba a Thackeray con Dickens, especialmente por su obra maestra, Vanity Fair, posterior en tres años al Barry Lyndon. Thackeray sufrió luego esa crisis de desconsideración que han sufrido tantos escritores del siglo XIX, que hoy más que nunca nos parece el siglo clásico de la novela. Escritor versátil, moralista que se expresaba a través del sarcasmo y la ironía, Thackeray había aprendido muy bien la lección de los grandes narradores británicos del pasado, sobre todo Swift, Fielding, Defoe. Y, más allá, de esa gran fuente de la novela inglesa de los siglos XVIII y XIX: Cervantes y la Picaresca española. Barry Lyndon es un pícaro clásico, originario del país de las hambres crónicas, del retrato invertido de la Inglaterra imperial y orgullosa: Irlanda. Es un joven pobre y sin un céntimo, pero lleno de pretensiones. Tan hidalgo como cualquiera de los hidalgos tronados que pueblan el Lazarillo, el Guzmán de Alfarache o El Buscón. Sólo que en vez de ser un buscavidas, que fía todo en su habilidad personal con los naipes y con la espada, tiene, además, un gancho que le ayuda a trepar socialmente: su hechizo sexual. Mientras que sus compinches españoles tan solo quieren encontrar un lugar bajo el sol donde poder calentarse los huesos y comer con cierta regularidad, Barry pica más alto. Pese a sus rimbombantes palabras sobre su linaje tiene instinto de clase y quiere vengarse, accediendo al poder, de quienes han amargado su niñez con su desprecio y con su suficiencia.

Como Estebanillo González, Barry Lyndon está penetrada de una visión feroz del mundo de la aristocracia militar. Lyndon cambia de campo durante la guerra de los siete años con una frialdad admirable. Es valiente y capaz de cualquier cosa, pero su experiencia como soldado raso le enseña a mirar las glorias guerreras con un profundo escepticismo. Cuando abandona el ejercicio de las armas, se hace confidente de la policía de Federico el Grande, oficio en donde conoce a uno de los personajes más inolvidables de Thackeray: el Chevalier de Balibari, un golfo elegante que resulta ser tío suyo. Balibari y Barry son almas gemelas. El tío enseña al sobrino las artes de tahur y los dos pasan a formar una pareja irresistible en las timbas de las cortes europeas. Ello, unido al encanto erótico de Barry, le labra la fortuna..., y la perdición.

Por supuesto, Thackeray era un victoriano y Barry tenía que terminar mal. Pero aquel extravagante escritor que recordó toda su vida la visita que hizo a Goethe en Weimar, tenía un corazón libre. Y Barry Lyndon está por encima de las virtudes burguesas y aristocráticas de quienes le rodean. Barry Lyndon es un himno sutil a la libertad, una bofetada en el rostro del austero puritanismo británico. Borracho, pendenciero, fullero y seductor, Barry muere en la miseria, pero ha vivido. Lo cual no se puede decir de sus antagonistas en esta hermosa novela. Así Thackeray supo escribir una crítica sin piedad de las gentes de su tiempo, retrocediendo a la época de sus abuelos.

Un interés adicional, pero muy importante de la versión castellana de esta novela, reside en que está a cargo de un impecable traductor y uno de los mejores conocedores de la literatura anglosajona en nuestro país: el fallecido Rafael Vázquez Zamora.

Nota Mié Feb 08, 2023 6:17 am
Javier Bilbao, en "Cómo batirse en duelo y salir airoso", en Jot Down, en mayo de 2014, escribió:
Assi entre la nobleza y cavallería como entre la gente más común, apenas hallaréis hombre que no esté aparejado y dispuesto a vengar qualquiera injuria o afrenta, o pedir entera satisfacción, según essas mismas leyes del duelo.
(Vascones, Destierro de ignorancia)


«Dejaré que los dioses decidan mi destino, demando un juicio por combate». Aunque en nuestra vida diaria no tenemos demasiadas ocasiones para soltar una frase así y de hecho probablemente nos mirarían raro, tampoco se trata de mera ficción. Además de ser un recurso muy utilizado por Shakespeare o George R. R. Martin para enfrentar a sus personajes y resolver las tramas, el juicio por combate era una costumbre feudal que permitía a un acusado negar legitimidad a lo que considerase un «juicio falso» y zanjar la cuestión mediante un combate, ya fuera con él mismo empuñando las armas o por medio de un paladín que luchaba en su lugar. Con el tiempo la costumbre derivaría en el duelo, un ritual aristocrático en torno al honor que se fue volviendo progresivamente más complejo y reglado aunque en el fondo todos comprendemos intuitivamente su lógica: al fin y al cabo en todo colegio que se precie existe la tradición de quedar en el patio para pegarse si un niño falta a otro al respeto, mientras el resto hacen un corro alrededor gritando «¡pelea, pelea!». Al menos en el mío era así. Pero retrocedamos un poco más en el tiempo.

Una preocupación común de todas las sociedades humanas ha sido desde siempre cómo resolver las disputas que inevitablemente surgen de la convivencia, de manera que se minimizase el derramamiento de sangre y el motivo de fricción quedase resuelto definitivamente. Había que atajar la posibilidad de represalias que eternizasen un conflicto durante toda la vida de los implicados e incluso a través de generaciones posteriores. La convención social que fue asentándose en muchas partes dictaba que podía resolverse con un enfrentamiento más o menos violento, pero que solo tendría lugar una vez, y ambas partes aceptarían el resultado para siempre. Reducir una interminable sucesión de peleas a solo una es todo un logro civilizatorio, pero a menudo se fue aún más lejos estableciendo unas reglas para ese enfrentamiento. En las tribus nuer del valle del Nilo si la disputa era con alguien que viva lejos la lucha puede ser a muerte, pero entre vecinos solo se permitía que el duelo fuera con garrotes. Entre los aborígenes australianos la lucha se detenía generalmente con la primera herida, y entre los esquimales consistía en un duelo cantado en el que el público decidía el ganador (aunque en casos más graves lo resolvían a golpes). Los piratas del Caribe también recurrían a los duelos para resolver diferencias, pero lamentablemente no nos consta que en ellos se pronunciaran frases como «¡Ha llegado tu hora, palurdo de ocho patas!».

Según explica V. G. Kiernan en El duelo en la historia de Europa el duelo moderno tuvo su origen en Italia en el siglo XVI, siendo el propio término exportado también al resto del continente desde el originario «duello». Su evolución desde el juicio por combate se debió a los grandes cambios sociales que trajo consigo el final de la Edad Media. En primer lugar, con la introducción de armas de fuego la guerra había dejado de ser el entorno adecuado para el heroísmo individual, la figura del caballero andante como bien sabemos pasó de ser un sublime ideal a una mera parodia. Había que explorar entonces otros ámbitos donde exhibir la valentía y lograr renombre. Por otra parte, la consolidación de los Estados modernos traía consigo el monopolio de la violencia por el poder público, el sometimiento de todos ante la ley, por lo que querer continuar resolviendo los conflictos por esta vía era una manera de mostrarse por encima del vulgo y de la ley: nacía así el duelo de honor como elemento de distinción de la aristocracia. Una clase social que sentía una creciente necesidad de marcar distancias ante el auge de la burguesía, advenedizos que habían hecho fortuna por medio de los negocios pero que ansiaban imitarlos, comprando títulos o blasones e imitando sus costumbres —entre ellas precisamente la del duelo— hasta llegar a ser más papistas que el papa. Todo esto queda muy bien retratado en una magnífica película en la que los duelos juegan una parte fundamental de la trama, se trata de "Barry Lyndon", de Stanley Kubrick.

En los primeros minutos de esta película, que podríamos englobar en el llamado cine de tacitas, vemos cómo el protagonista está enamorado de su prima, que cuenta con otro pretendiente. Así que el primer duelo no tarda en llegar, con el fin tanto de quitárselo de en medio como de impresionar a la chica. Esto último era por cierto un motivo frecuente de los duelos, especialmente entre los más jóvenes, conscientes de que las mujeres encontraban atractivo el valor en un hombre (hoy en día también, aunque ahora lo llamen «tener autoestima» o «seguridad en uno mismo»). No obstante también se dieron casos en sentido opuesto, como en el caso de Isabella de Carazzi y Diambra de Pottinella, cuyo duelo por un hombre fue retratado por José de Ribera en este cuadro del Museo del Prado (aunque la obra cuenta también con otra interpretación: retrataría a dos gladiadoras de la antigua Roma). Desconozco si llegó a tener el mismo efecto de atracción en el aludido o no es algo que funcione en ambas direcciones. Al menos a mí una situación así, lejos de dejarme prendado me causaría una considerable inquietud, pues si alguna muchacha estuviera dispuesta a atravesar a una rival de una estocada, qué no sería capaz de hacerme luego a mí más adelante si no resultara estar a la altura de sus expectativas…

Sea como fuere, la cuestión es que en la película el protagonista no obtuvo el resultado deseado, pues tras haber matado a su rival se ve obligado a huir. Lo que da lugar a diversas andanzas por Europa, en las que este ambicioso pequeñoburgués de moral laxa aspirante a aristócrata —todo un Urdangarín dieciochesco— se verá envuelto en otros muchos duelos. Al fin y al cabo, retar a alguien suponía situarte en su misma clase social, era una disputa entre iguales, al considerar al rival a la propia altura. Por ello el cuadro de Goya al retratar a dos aldeanos a garrotazos tiene un importante componente satírico, como era habitual en este artista. El hecho de que la gran mayoría de los duelos no tuviera un desenlace fatal contribuía a fomentar esa paradójica camaradería. En los enfrentamientos con estoque —muy populares en los siglos XVI y XVII— era usual darlo por concluido a la primera sangre. Mientras que en los duelos con pistola, cuando no fallaba el arma, era el tirador quien lo hacía, a menudo debido al estado de embriaguez que precisamente al encender los ánimos había propiciado el duelo (el alcohol, causa y solución de todos los problemas, como bien decía Homer). Según una estimación, en el Reino Unido solo uno de cada catorce duelos con pistola acababa en muerte. Además se procuraba que hubiera siempre un médico cerca, aunque no presenciando los hechos, por cuestiones legales. Quienes sí estaban presentes eran los padrinos, cuyo papel era fundamental en todo el proceso.


Cómo batirse…

Para poder batirse en duelo en primer lugar había que buscar un agravio. Esta es la parte más sencilla, pues como vemos cada día cualquier cosa ofende si uno ya va predispuesto. Tal como decía Hamlet: «El ser grande no consiste, por cierto, en obrar solo cuando ocurre un gran motivo; sino en saber hallar una razón plausible de contienda, aunque sea pequeña la causa; cuando se trata de adquirir honor». A veces el asunto podía volverse involuntariamente cómico, como el caso de dos caballeros italianos que lucharon cada uno por qué poeta era mejor, aunque el duelista que resultó abatido confesó antes de morir que en realidad no había leído nunca al otro. A continuación se hacía saber al aludido las intenciones, en ocasiones escribiendo para ello una nota en lenguaje cortés, como la que redactó un miembro del ejército británico a comienzos del siglo XIX:

    Por Dios, caballeros, soy consciente de que debéis de tener la peor opinión sobre mi valor. Llevo nada menos que seis semanas con el regimiento y todavía no me he batido en un solo duelo. Ahora bien, capitán C., vos sois el capitán más antiguo y si gustáis comenzaré con vos primero: de modo que elegid el momento y lugar.
El momento elegido debía ser lo más próximo posible para no dar muestras de inseguridad, a ser posible la mañana siguiente a la noche en que solían ocurrir las ofensas. Respecto al entorno, en las grandes ciudades eran habituales determinados lugares, como Hyde Park en Londres o los jardines del Palacio Real en París. Si el duelo era con estoque la otra mano podían llevarla cubierta con una especie de guante largo a modo de escudo, como podemos ver en "Los duelistas". Si era a pistolas (que se consideraba más igualitario, pues la esgrima permitía mostrar más destreza a uno de los contendientes) entonces los padrinos de cada uno, a modo de abogados, acordaban las condiciones. Podía efectuarse a un solo disparo o a dos, en caso de fallar el primero. Se debía discutir la distancia, y cuando la rivalidad era muy grande existía una modalidad en la que cada uno sujetaba un extremo de un mismo pañuelo. En otros casos se colocaba una cuerda los dos adversarios, que van caminando hacia ella y cuando lo consideran oportuno realizan el disparo. Por un lado había que procurar hacerlo antes que el rival, pero cuanto más lejos se esté más difícil resultaba acertar y solo se cuenta con una bala. Una vez gastada se debía seguir caminando, exponiéndose cada vez más ante alguien que puede ya aproximarse sin peligro hasta ponerse justo enfrente si así lo desea. Pero lo más frecuente era colocarse generalmente a unos doce pasos (dieciocho metros), y disparar simultáneamente a la señal de los padrinos o bien por turnos, decididos lanzando una moneda al aire.


… y salir airoso

La clave para salir bien parado era tener un buen padrino, como en tantas otras facetas de la vida. A veces los de ambas partes acordaban poner muy poca pólvora para que nadie resultara herido o incluso los propios contendientes disparaban al aire. Si el rival según la fórmula empleada «encontraba satisfacción», entonces se daba por terminado y la disputa resuelta. Este ritual ofrecía por tanto cierto grado de seguridad, aunque debía buscar también cierta dosis de peligro para no acabar siendo una farsa. Además tampoco faltaban los rencores genuinos y el deseo auténtico de cargarse al de enfrente, especialmente en el terreno de las rivalidades políticas. Ese fue el caso del liberal Mendizábal en nuestro país, aunque logró salir indemne. Menos suerte tuvo uno de los llamados Padres Fundadores de Estados Unidos, Alexander Hamilton, concretamente cuando era secretario del Tesoro, muriendo a manos del vicepresidente. Ambos casos tuvieron lugar en el siglo XIX, cuando ya comenzaba a decaer esta práctica. La aristocracia quedó definitivamente relegada por la industrialización y la burguesía pasó a ser demasiado poderosa como para limitarse a imitar las normas y costumbres aristocráticas. Sus valores se hicieron dominantes y por ello las afrentas pasaron progresivamente a recibir una satisfacción económica en lugar de resolverse con violencia.

De manera que el duelo resultó cada vez más residual aunque, eso sí, continuó teniendo una gran presencia en el arte y la literatura por el dramatismo que ofrece. Ya en el siglo XX el cine tampoco desaprovecharía la ocasión de representarlo en las más variadas formas. Bien fuera en el género western o adoptando formas más espectaculares y modernas, como el memorable duelo de coches lanzándose hacia un precipicio de "Rebelde sin causa". A este respecto, viendo hoy en día la desesperante lentitud de la justicia, el eterno ir y venir de jueces e imputados a la entrada de los juzgados con el que se abre cada informativo sin que nunca parezca llegar la sentencia, quizá lo que España necesite sea recuperar esta tradición, quizá no en todos los ámbitos ni con estoques o viejas pistolas de una carga, sino adaptada a los nuevos tiempos: podríamos sustituir por ejemplo la Audiencia Nacional por la Cúpula del Trueno. Quizá exija una reforma constitucional, pero imagínenselo y díganme entonces si no merecería la pena. Ahí queda la propuesta…


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