RebeldeMule

WERTMÜLLER, Lina (1928-2021)

Aquí recopilamos toda clase de material relacionado con un tema o un director de cine concretos.
Lina Wertmüller

Portada
(wikipedia | IMDb)


Introducción

    [propia] Roma (Reino de Italia), 14 de agosto de 1928 - Roma (Italia), 9 de diciembre de 2021. Directora de cine.

Maties Tugores, en twitter, el 9 de diciembre de 2021, escribió:Cineasta italiana indomable de querencias anarco-feministas (casi siempre presentes en sus obras) que además contaba con el "honor" de ser la primera mujer cineasta de la Historia con una nominación a Mejor Dirección en los Oscar.

Enrique Martínez-Salanova Sánchez, en "Lina Wertmüller, una mirada particular femenina en el cine", en su página web (s/f), escribió:Hay muchas razones para conocer y honrar a Lina Wertmüller, realizadora italiana de más de 90 años, la primera mujer que fue nominada a los Oscar en 1976, con "Pasqualino Settebellezze", 1976. No lo tenía fácil, al ser película extranjera de mirada crítica que desafiaba al capitalismo y al patriarcado. Lina Wertmüller aportó su mirada particular a lo largo de su carrera. De ascendencia suiza y linaje aristocrático, logró dirigir cine siendo mujer y rodando historias poco complacientes, sobre la lucha de clases y la injusticia de género.

El cine de esta imprescindible directora, tiene una poética que siempre se ha caracterizado por una vena irónica y grotesca, inequívocamente popular, capaz de imponerse dentro de la tradición cinematográfica nacional gracias a una mirada completamente original y personal.

La cineasta, que comenzó como asistente de Federico Fellini en "La dolce vita" y "8 1/2", rápidamente encontró su camino retratando la vida de los habitantes del sur de Italia a partir de su ópera prima "I Basilischi" (1963).

Se dio a conocer a principio de los años 70 con dos títulos: "Film de amor y de anarquía" y "Mimí metalúrgico herido en su honor", celebrados en su momento por su divertida desinhibición ideológica.

Desde entonces, su filmografía retrata el empoderamiento femenino a través de personajes feministas o anarquistas. En general, las películas de Wertmüller reflejan sus propios compromisos políticos, siendo sus principales protagonistas o bien anarquistas o bien feministas (o ambos), y la acción principal se centra en conflictos de naturaleza política o socio-económica. A pesar de ello, las películas de Wertmüller raramente son didácticas, y a menudo reflejan sus propias sensibilidades iconoclastas.





Filmografía

    Portada
    Mimì metallurgico ferito nell'onore
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1972)
    Dirección: Lina Wertmüller
    Mimi, tras perder su trabajo, deja a su mujer en su Sicilia natal y viaja solo a Turín a buscar trabajo. Allí se convierte en metalúrgico y amante de una comunista, Fiore. A su regreso a Sicilia descubre que su esposa va a tener un hijo de otro...
    Portada
    Film d'amore e d'anarchia
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1973)
    Dirección: Lina Wertmüller
    El campesino lombardo Antonio Soffiantini es el encargado de ajusticiar a Mussolini y escoge como base de acción un burdel, y como ayudante a la prostituta Salomé...
    Portada
    Travolti da un insolito destino nell'azzurro mare d'agosto
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1974)
    Dirección: Lina Wertmüller
    Un rudo marinero comunista del sur de Italia y una rica señora milanesa, se encuentran solos, después de un naufragio, en una isla desierta del Mediterráneo. La señora se vuelve esclava del marinero, que desahoga con ella sus antiguas frustraciones...
    Portada
    Tutto a posto e niente in ordine
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1974)
    Dirección: Lina Wertmüller
    Un grupo de inmigrantes italianos del sur de Italia viven en comunidad en un suburbio de Milán, en el año 1974. No sólo comparten la casa, sino también las esperanzas y problemas de la sociedad italiana...
    Portada
    Pasqualino Settebellezze
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1975)
    Dirección: Lina Wertmüller
    En el Nápoles de los años 30, el taimado y oportunista Pasqualino intenta por todos los medios hacer carrera en la camorra, para alcanzar una posición de relieve dentro de su clan...
    Portada
    Filmoteca de no ficción. (Italia, 1989)
    Dirección: Michelangelo Antonioni, Bernardo Bertolucci, Giuseppe Bertolucci, Mauro Bolognini, Alberto Lattuada, Carlo Lizzani, Mario Monicelli, Ermanno Olmi, Gillo Pontecorvo, Francesco Rosi, Mario Soldati, Lina Wertmüller, Franco Zeffirelli
    Doce grandes directores italianos presentan doce grandes ciudades...
    Portada
    Io speriamo che me la cavo
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1992)
    Dirección: Lina Wertmüller
    A través de los ojos de los niños se nos narra la historia de su profesor a partir de su traslado a un pequeño pueblo de Nápoles. Al principio cae mal a los niños, porque les obliga a acudir a la escuela cuando tendrían que estar trabajando...

Nota Mié Oct 12, 2022 11:55 pm
Santiago Alonso, en "Lina Wertmüller o el deseo de ser goliarda", en CTXT, el 29 de febrero de 2020, escribió:Al poco de terminar el rodaje de "8½" a mediados de 1962, Federico Fellini recibió en su casa de Fregene a una amiga que era cómplice secreta en sus trapisondas fuera de los platós y había participado como ayudante de dirección en esa obra maestra. Era una vivacísima mujer de treinta y pocos años, de baja estatura y con una alegre sonrisa dibujada siempre en la boca. Se llamaba Lina Wertmüller e iba a empezar el rodaje de su primera película, todo un reto para alguien con formación teatral, que había trabajado en los escenarios, también como ayudante, durante muchos años, pero que no tenía prácticamente ninguna experiencia con la cámara. Paseando los dos aquel día por la playa, tal y como ella recuerda en sus memorias (Tutto a posto e niente in ordine, publicadas en 2012), Federico le dio un consejo que jamás habría de olvidar: “Mira, todos se te echarán encima. Que si las técnicas cinematográficas, las miradas a derecha e izquierda, las panorámicas, los focos, los movimientos de cámara… No te dejes impresionar. Cuenta tu historia como si se la contaras a un amigo en el bar o la escribieras a máquina. Si tienes talento como narradora, la contarás bien. En caso contrario, toda la técnica del mundo no te podría ayudar. Por lo tanto, ¡estate tranquila y cuenta!”.

Y así lo hizo. La actitud de ir siempre a su aire y no arredrarse por muy incómodas o descarnadas que sean los tonalidades con las que suele pintar en pantalla sus relatos tuvo como primer resultado "I basilischi" (1963), uno de esos sorprendentes debuts que parecen tener detrás la sabiduría de un profesional curtido en mil lides previas. La cinta –rodada en blanco negro, con muy poco presupuesto y nacida de la fuerte impresión que recibió la autora romana al entrar en contacto por primera vez con la forma de vida de los habitantes del pueblo paterno, situado en la región sureña de Apulia– le llevó a ganar dos premios en el Festival de Locarno. A partir de ahí, Wertmüller emprendió una carrera sorprendente y repleta de grandes hitos, cuya culminación tuvo lugar el pasado octubre cuando le dieron un Oscar honorífico a sus 91 años. Un justo reconocimiento a quien se ha ganado a pulso que la llamen “gran dama del cine italiano” –sin olvidar su trabajo en radio, televisión y teatro–, pues con una filmografía cercana a los treinta títulos, rodando guiones escritos casi siempre en solitario, ha sido una incansable pionera. La primera mujer de la historia, por ejemplo, en ser nominada precisamente a un Oscar a la mejor dirección, por "Pascualino Siete bellezas" (1975); o la primera y la única en firmar, aunque con seudónimo, un spaghetti western, "Il mio corpo per un poker" (1968).

Sin embargo, aparte de estas medallas, donde realmente conviene detenerse es en lo singular que es su obra, una fuente tanto de adhesiones como de rechazos: resulta tan extraña, provocadora, compleja, rica en detalles y ambivalente, cuando no abiertamente contradictoria, que a día de hoy sigue necesitando una revisión general, aún pendiente. El premio de Hollywood bien podría considerarse un guante lanzado a los críticos (y las críticas) jóvenes, aunque parece que de momento nadie ha querido recogerlo.

A partir principalmente de "Mimí metalúrgico, herido en el amor" (1972), la primera de una serie de películas rodadas con Giancarlo Giannini y Mariangela Melato, sus dos intérpretes predilectos, Wertmüller se lanzó a retratar con una expresión agresivamente turbulenta la tipicidad itálica, sobre todo la masculina, y su confrontación con los nuevos tiempos que corrían a partir de los setenta. Su modus operandi está claro a primera vista y lo ha definido a la perfección el historiador cinematográfico Gian Piero Brunetta al señalar la constante “aglomeración heterogénea de materiales sentimentales, sociológicos e ideológicos” que conforman una y otra vez cada cinta rodada por la directora. Mientras tanto, entre el estrépito y un aparente desorden, va desarrollando los temas que quiere tratar.

La cineasta repite con insistencia en todas las declaraciones y entrevistas su fijación por lo grotesco. Y el hecho de que haya llegado a establecer esta clave expresiva casi como un género en sí mismo constituye otra perfecta definición de su cine. Con los constantes dibujos extravagantes y deformados con los que gusta de representar la realidad, no pretende alejarse de ella, sino señalar los aspectos que le interesa recalcar. Aun así, también hay que decir que se aprecia cierta atemperación general de estos modos a partir de los años ochenta, cuando comienza a explorar otros campos. Algunos ejemplos: con "Scherzo del destino in agguato…" (1983) aborda el tema del terrorismo; "Camorra: contacto en Nápoles" (1986) es una historia acerca de un grupo de madres coraje enfrentadas a los jefes de la droga, protagonizada por Ángela Molina, Harvey Keitel y Paco Rabal; o "Un claro de luna" (1989), con Rutger Hauer y Nastassja Kinski, se presenta como un drama sobre el sida que cobra tintes bastante rabiosos.

En cualquier caso, conviene insistir y subrayar la necesidad de redescubrir de manera razonada la totalidad de su filmografía, poniendo igualmente suma atención a su última etapa, bastante menos conocida. Podrán encontrarse nuevos argumentos para aplaudir a la artista y para cuestionarla: es lo que tienen los creadores con una obra viva de verdad. ¿Una mujer libre? Sin duda. Pero ¿se ha amoldado sin más a un oficio concebido por y para los hombres? ¿O su ruptura de los esquemas proviene de una perpetua alergia a la ortodoxia? El debate está asegurado. Y asimismo podemos tener la certeza de que, como ha pasado antes, si llega a sus oídos cualquier opinión menos favorable a su figura, seguirá reaccionando con un non me ne può fregare di meno (no puede importarme menos).

Muy contenta y agradecida por la atención que desde hace décadas le han brindado fuera de su país, llevando por supuesto sus características gafas de montura blanca, subió hace cinco meses al estrado, en Los Ángeles, a recoger su estatuilla dorada. Aparte de Sofía Loren, la recibieron Jane Campion, quien recordó lo determinantes que fueron para ella los consejos que le escuchó a la italiana en la escuela de cine donde estudiaba, y Greta Gerwig, una de las mejores directoras estadounidenses de la actualidad. Las palabras de esta última marcan unas pautas muy válidas para cualquier espectador inquieto que desee adentrarse en el universo de Wertmüller: “En sus películas todo es demasiado y, a la vez, completamente veraz. Sus personajes no exageran, sino que exteriorizan las intensas emociones del ser humano. […] El hecho de que sea mujer supone algo esencial y secundario al mismo tiempo. […] No está al servicio de ninguna ideología. Lo que le interesa siempre es romper una regla. Cuando piensas que ya la has clasificado de una manera, va y tira por el camino contrario. […] Me asombra como mujer, como pionera y como madrina de todas nosotras, pero por encima de todo, como inmensa cineasta”. [...]

La Italia eterna y la Italia que cambia han sido a menudo los lugares donde Lina Wertmüller ha dirigido con loca firmeza su cámara. Y en la contraposición entre contrarios —el hombre y la mujer, el norte y el sur, la libertad y el sometimiento, lo desmesurado y (pocas veces) lo contenido—, radica el interés de una cineasta insólita, cuya carrera, quizá sorprendentemente, acaba de reconocer un Hollywood más proclive al conservadurismo que a la anarquía.


Volver a Monografías

Antes de empezar, un par de cosas:

Puedes usar las redes sociales para enterarte de las novedades o ayudarnos a difundir lo que encuentres.
Si ahora no te apetece, puedes hacerlo cuando quieras con los botones de arriba.

Facebook Twitter
Telegram YouTube

Sí, usamos cookies. Puedes ver para qué las usamos y cómo quitarlas o simplemente puedes aceptarlo.