Sinopsis:
- [fuente] Hace dos atrás, la fábrica de Perrin, con 1100 empleados, conocida en la industria automovilística y afiliada al grupo alemán Schäfer, firmó un acuerdo para que sus trabajadores aceptaran un recorte salarial, con el fin de salvar a la compañía y prometiendo a cambio proteger sus puestos de trabajo durante al menos cinco años. Pero cuando llega el momento, la compañía toma la decisión de cerrar. Los trabajadores, liderados por Laurent Amédéo (Vincent Lindon), se niegan a aceptarlo e intentan recuperar su trabajo.
Comentario personal:
- Una empresa del sector automovilístico quiere cerrar una de sus grandes fábricas en Francia. Movilización, negociación... presión, tiras y aflojas, entre estado, patronal y trabajadores, entre estrategias opuestas de sindicatos... Caso cien por cien real, con los trabajadores interpretándose a sí mismos en la película.
Álex Vicente, en “Hay una guerra del sistema contra los trabajadores”, en El País, el 18 de mayo de 2018, escribió:Es la historia antediluviana de David contra Goliat, pero ambientada en tiempos de la extinción del proletariado. Algo así relata "En guerre", la nueva película del francés Stéphane Brizé (Rennes, 1966), presentada en la competición de Cannes con cierta división de opiniones: la historia de un sindicalista que se niega a aceptar el cierre inexorable de su fábrica, a quien interpreta Vincent Lindon, actor especializado en los hombres corrientes con un extraordinario sentido moral. Brizé ya contó con Lindon en "La ley del mercado", otro cuento deprimente sobre el infausto destino de la clase obrera, que le reportó el premio de interpretación en este festival y sedujo a un millón de espectadores en Francia. ¿A qué guerra se refiere el título de la película? “Al conflicto de los empleados contra sus dirigentes, pero también al del sistema contra los obreros. Hay una guerra contra los trabajadores”, denuncia Brizé.
La película describe dos tipos de violencia: la brutalidad de seres desesperados por su situación laboral, pero también la retórica que el poder económico y político usa para justificar los despidos, más sibilina pero igual de agresiva. “Toda la película se fundamenta en el conflicto entre esas dos violencias. He intentado preguntarme cómo hemos llegado a semejante estado de exasperación”, resume Brizé. El director tuvo una revelación al descubrir en televisión el motín de un grupo de trabajadores de Air France, que en 2015 se abalanzaron sobre la dirección de la empresa para oponerse a un plan de ajuste que preveía casi 3.000 despidos. El director de recursos humanos terminó huyendo del lugar con la camisa desgarrada por una jauría humana. “Lo que me choca es que los políticos estigmaticen esa violencia por cálculos electoralistas, cuando es el resultado de una ira que deberíamos analizar. Si he hecho esta película es para legitimar esa ira, que me parece sana y que, en el fondo, es la expresión de un sufrimiento”, afirma Brizé.
"En guerre" fue rodada con tres cámaras a la vez, que recogen los vivos debates entre esos dos bloques, pero también en el interior del grupo intersindical. Brizé reconstituye escenas inspiradas en hechos reales con actores amateur que interpretan sus propios papeles. Además, el cineasta escribió la película con el asesoramiento del sindicalista Xavier Mathieu, uno de los 1.200 trabajadores que intentaron frenar, sin éxito, el cierre de una fábrica de Continental en la Picardía francesa en 2010, hoy reciclado en actor ocasional. ¿Es su película un psicodrama, un simulacro? “Prefiero decir que es una reconstitución a partir de cierta idea de la realidad”, expresa el director, que ha apostado por una ficción con fuerte regusto a documental. “A veces, la ficción logra ira allá adonde no llega el documental. Por ejemplo, Kieslowski abandonó el documental porque decía que quería poder meterse en el dormitorio. Yo no me quiero meter en la cama de nadie, pero había lugares a los que el documental no me permitía acceder”, sostiene Brizé.
Sus personajes sienten la angustia de perder sus trabajos, pero también la de ver cómo desaparece, poco a poco, la clase social a la que pertenecen. La fábrica de la película ni siquiera es deficitaria, pero sus accionistas consideran no percibir los suficientes dividendos. El despido masivo responde a un cálculo a largo término: si la fábrica no cierra ahora deberá hacerlo, caiga quien caiga, en un futuro próximo, cuando la producción ya esté totalmente deslocalizada en países con una mano de obra más barata. “Sobre el papel, es un plan coherente. El problema es que se basa en la negación de la existencia de miles de hombres y mujeres. Tengo la sensación de que vivimos en un mundo de locos”, opina Brizé. Pese a tomar partido por los trabajadores, el director se ha esforzado en evitar maniqueísmos y caricaturas. “Hice leer el guion a grandes empresarios y no se sintieron ofendidos”, explica el cineasta. “Habrá gente que se diga que soy de extrema izquierda, pero no es verdad. No represento a ningún partido. Solo hago una constatación trágica de hechos que están sucediendo a nuestro alrededor”.
Durante muchos años, Brizé rodó historias pequeñas e intimistas. Con "La ley del mercado" se produjo un giro hacia un cine más politizado. ¿Fue para responder a una situación que se agravaba? “No, ya era consciente de eso mucho antes. Lo que pasaba era que no me sentía legítimo para hablar de estas cuestiones”, admite el director. Leer Regreso a Reims, el ensayo autobiográfico del sociólogo Didier Eribon sobre la “vergüenza de clase” en la Francia contemporánea, fue un factor decisivo. “Fue una revelación absoluta. Entendí que había nacido enfadado”, afirma Brizé, hijo de un cartero bretón, que cursó estudios de electrónica y empezó su carrera trabajando como técnico en la televisión francesa. Nada que ver, por tanto, con el recorrido clásico de un autor en el cine francés. “La frase que más escuché de pequeño, en boca de mi madre, fue: ‘Stéphane, eso no es para la gente como nosotros’. Ciertas opciones profesionales no eran para nosotros. Irse a vacaciones a ciertos lugares no era para nosotros”, explica el director. “Yo me he querido oponer a esa orden que te obliga a quedarte en el lugar donde te ha colocado la historia”.
Ficha técnica
- Guión: Stéphane Brizé, Olivier Gorce.
Música: Bertrand Blessing.
Fotografía: Eric Dumont.
Productora: Nord-Ouest Films, France 3 Cinéma.
Reparto:
- Vincent Lindon (Laurent Amédéo).
- Jacques Borderie (M. Borderie, directeur d’établissement Perrin Agen).
- Bruno Bourthol.
- Valérie Lamond.
- Guillaume Draux.
- Mélanie Rover.
- David Rey (le directeur administratif et financier).
- Olivier Lemaire (le syndicaliste SIPI).
- Isabelle Rufin (la directrice des ressources humaines).
- Valérie Lamond (Valérie Lamond, avocate des salariés).
- Jean Grosset (Jean Grosset, conseiller social de l'Élysée).
- Guillaume Draux (M. Censier - PDG Perrin France).
- Martin Hauser (Martin Hauser, PDG du groupe allemand Dimke).
Premios:
- 2018: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso.
Idioma original: Francés.
Secuencias
BDRip 720p Dual (VO/VE) - MKV [2.87 Gb] (fuente: cinepalomitas)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
- Descargar con Telegram desde RebeldeMule_Cine1
Subtítulos: incluidos en castellano e inglés
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