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SARAMAGO, José (1922-2010)

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José Saramago

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(wikipedia | dialnet | bitácora)


Introducción

En Wikipedia se escribió:Nació el 16 de noviembre de 1922 en el caserío de Azinhaga, municipio de Golegã, en el distrto central del Ribatejo (Portugal). Es escritor, periodista y dramaturo. Militante del partido comunista portugués desde 1969.

Sus padres fueron José de Sousa y Maria da Piedade, una pareja campesina sin tierras y de escasos recursos económicos. Este origen marcaría profundamente el carácter y la tendencia político-teórica del escritor. El apodo de la familia paterna era Saramago ("Jaramago" en español, nombre de una planta herbácea silvestre de la familia de las crucíferas). El niño debería haberse llamado José Sousa, pero el funcionario del registro civil cometió un "lapsus calami" (error de pluma) y lo anotó como José «Saramago», aunque hay quienes dicen que fue una broma del funcionario, conocido de su padre. El registro oficial menciona el día 18 de noviembre, aunque fue el 16.

En 1925, la familia de Saramago se mudó a Lisboa, donde su padre comenzó a trabajar de policía. Pocos meses después de la mudanza, falleció su hermano Francisco, dos años mayor. Saramago nunca perdió su relación con su aldea de nacimiento, donde fueron numerosas sus estancias.

En 1934, a la edad de 12 años entró en una escuela industrial. En aquellos años incluso los estudios técnicos contenían asignaturas humanísticas. En los libros de texto gratuitos de aquellos años Saramago se encontró con los clásicos. Incluso hoy en día puede recitar de memoria algunos de esos textos.

Aunque Saramago era buen alumno, no pudo finalizar sus estudios porque sus padres ya no pudieron pagarle la escuela, por lo que para mantener a su familia Saramago trabajó durante dos años en una herrería mecánica. Mientras tanto, sin guía alguna, se leyó toda la biblioteca pública de su barrio.

Pronto cambia de trabajo y comienza a trabajar de administrativo en la Seguridad Social. Tras casarse en 1944 con Ilda Reis, Saramago comienza a escribir la que acabará siendo su primera novela: Terra de pecado, que se publicó en 1947 pero no tuvo éxito. Ese año nació su primera hija, Violante. Saramago escribió una segunda novela, Claraboya, pero directamente nunca fue publicada. Por espacio de veinte años no se volvió a dedicar a la literatura. «Sencillamente no tenía algo que decir y cuando no se tiene algo que decir lo mejor es callar».

Entra a trabajar en una compañía de seguros. Simultáneamente colabora como periodista en Diário de Notícias, un periódico de alcance nacional, pero por razones políticas pronto es expulsado. Luego, colaboró como crítico literario de la revista Seara Nova y fue comentarista cultural. Formó parte de la primera dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores, y también desempeñó la subdirección del Diário de Notícias. Desde 1976 se dedica exclusivamente a su trabajo literario.

Sufrió censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Consigue trabajo en una editorial (donde trabaja durante doce años). En su tiempo libre traduce: Maupassant, Tolstoi, Baudelaire, Colette…

En 1966 publicó Os poemas possíveis.

En 1969 se hizo miembro del Partido Comunista Portugués (cuando éste todavía era clandestino). Ese mismo año se divorcia de Ilda y abandona su trabajo en la editorial para dedicarse plenamente a vivir de la escritura, bien como articulista, bien como novelista. En 1970 publica Probabelmente alegria. Entre 1972 y 1973 fue redactor del Diário de Lisboa. En 1974 se sumó a la llamada "Revolución de los Claveles". En 1975 publica O Ano de 1993.

Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980), un retrato fresco y vívido de las condiciones de vida de los trabajadores de Lavre, en la provincia de Alentejo. Con este libro Saramago consigue encontrar su voz propia, ese estilo inconfundible, límpido y casi poético que lo distingue. En los siguientes años, Saramago publica casi sin descanso: Memorial do convento (1982), donde cuenta las más duras condiciones de vida del pueblo llano en el oscuro mundo medieval, en épocas de guerra, hambre y supersticiones.

Este libro fue adaptado como ópera por Azio Corghi, y estrenado en el Teatro de la Scala de Milán, con el título de Blimunda (el inolvidable personaje femenino de la novela). También Corghi adaptó su obra teatral In nómine Dei, que con el nombre de Divara fue estrenada en Munster. De Azio Corghi es también la música de la cantata La muerte de Lázaro, sobre textos de Memorial del convento, El Evangelio según Jesucristo e In nómine Dei. Fue interpretada por vez primera en la iglesia de San Marco, de Milán. En 1984 Saramago publica O ano da morte de Ricardo Reis y en 1986 A jangada de pedra ("La balsa de piedra"), donde cuenta qué sucedería si la península ibérica se desprendiera del continente europeo. Ese año (cuando tenía 63 años) conoce a su actual esposa, la periodista española Pilar del Río, nacida en Sevilla en 1950, quien finalmente se convierte en su traductora oficial en castellano.

La novela El Evangelio según Jesucristo (1991) lo catapulta a la fama a causa de una polémica sin precedentes en Portugal (que se considera una república laica), cuando el gobierno veta su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, alegando que “ofende a los católicos”. Como acto de protesta, Saramago abandona Portugal y se instala en la isla de Lanzarote (Canarias). En 1995 publica una de sus novelas más conocidas, Ensayo sobre la ceguera novela, que fue llevada al cine en el 2008 bajo la dirección de Fernando Meirelles. En 1997 publica su novela Todos los nombres, que gozó también de gran reconocimiento. En 1998 gana el premio Nobel de literatura, convirtiéndose en el primer escritor de lengua portuguesa en ganar este premio. Desde entonces comparte su residencia entre Lisboa y la isla canaria, participando en la vida social y cultural de ambos países cuyas estrechas relaciones justificó en una entrevista para proponer su idea utópica de creación de una Iberia unida. Ateo declarado, colabora ocasionalmente en prensa, aportando su punto de vista, siempre agudo y comprometido. En definición suya, "Dios es el silencio del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio". Una de sus ultimas obras es Las intermitencias de la muerte.





Ensayo





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Nota Dom Nov 02, 2008 5:17 am
José Saramago, en "Crimen (financiero) contra la humanidad", en Público, el 17 de octubre de 2008, escribió:La historia es conocida, y, en aquellos tiempos antiguos en que la escuela se proclamaba educadora perfecta, se le enseñaba a los niños como ejemplo de la modestia y la discreción que siempre deberían acompañarnos cuando el demonio nos tentara para opinar sobre lo que no conocemos o conocemos poco y mal. Apeles podía consentir que el zapatero le apuntase un error en el calzado de la figura que había pintado, por aquello de que los zapatos eran su oficio, pero que nunca se atreviera a dar su parecer sobre, por ejemplo, la anatomía de la rodilla. En suma, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. A primera vista, Apeles tenía razón, el maestre era él, el pintor era él, la autoridad era él, mientras que el zapatero sería llamado cuando de ponerle medias suelas a un par de botas se tratase. Realmente, ¿hasta dónde vamos a llegar si cualquier persona, incluso la más ignorante de todas, se permite opinar sobre lo que no sabe? Si no tiene los estudios necesarios es preferible que se calle y deje a los sabedores la responsabilidad de tomar las decisiones más convenientes (¿para quién?).

Sí, a primera vista Apeles tenía razón, pero solo a primera vista. El pintor de Felipe y de Alejandro de Macedonia, considerado un genio en su época, ignoró un aspecto importante de la cuestión: el zapatero tenía rodillas, luego, por definición, era competente en estas articulaciones, aunque fuera sólo para quejarse, si ese era el caso, de los dolores que sentía. A estas alturas, el lector atento ya habrá entendido que no es de Apeles ni del zapatero de lo que se trata en estas líneas. Se trata, sí, de la gravísima crisis económica y financiera que está convulsionando el mundo, hasta el punto de que no podemos escapar a la angustiosa sensación de que llegamos al final de una época sin que se consiga vislumbrar qué y cómo será lo que venga a continuación, tras un tiempo intermedio, imposible de predecir antes de que se levanten las ruinas y se abran nuevos caminos. ¿Cómo lo hacemos? ¿Una leyenda antigua para explicar los desastres de hoy? ¿Por qué no? El zapatero somos nosotros, todos nosotros, que presenciamos, impotentes, el avance aplastante de los grandes potentados económicos y financieros, locos por conquistar más y más dinero, más y más poder, con todos los medios legales o ilegales a su alcance, limpios o sucios, normalizados o criminales.

¿Y Apeles? Apeles son, precisamente, los banqueros, los políticos, las aseguradoras, los grandes especuladores que, con la complicidad de los medios de comunicación social, respondieron en los últimos 30 años, cuando tímidamente protestábamos, con la soberbia de quien se considera poseedor de la última sabiduría; es decir, aunque la rodilla nos doliera, no se nos permitía hablar de ella, se nos ridiculizaba, nos señalaban como reos de condena pública. Era el tiempo del imperio absoluto del Mercado, esa entidad presuntamente auto reformable y auto regulable encargada por el inmutable destino de preparar y defender para siempre jamás nuestra felicidad personal y colectiva, aunque la realidad se encargase de desmentirlo cada hora que pasaba.

¿Y ahora? ¿Se van a acabar por fin los paraísos fiscales y las cuentas numeradas? ¿Será implacablemente investigado el origen de gigantescos depósitos bancarios, de ingenierías financieras claramente delictivas, de inversiones opacas que, en muchos casos, no son nada más que masivos lavados de dinero negro, de dinero del narcotráfico? Y ya que hablamos de delitos: ¿tendrán los ciudadanos comunes la satisfacción de ver, juzgar y condenar a los responsables directos del terremoto que está sacudiendo nuestras casas, la vida de nuestras familias, o nuestro trabajo? ¿Quién resuelve el problema de los desempleados (no los he contado, pero no dudo de que ya son millones) víctimas del crash y qué desempleados seguirán, durante meses o años, malviviendo de míseros subsidios del Estado mientras los grandes ejecutivos y administradores de empresas deliberadamente conducidas a la quiebra gozan de millones y millones de dólares cubiertos por contratos blindados que las autoridades fiscales, pagadas con el dinero de los contribuyentes, fingen ignorar?

Y la complicidad activa de los gobiernos, ¿quién la demanda? Bush, ese producto maligno de la naturaleza en una de sus peores horas, dirá que su plan ha salvado (¿salvará?) la economía norteamericana, pero las preguntas a las que tendría que responder están en la mente de todos: ¿no sabía lo que pasaba en las lujosas salas de reunión en las que hasta el cine nos ha hecho entrar, y no sólo entrar, sino asistir a la toma de decisiones criminales sancionadas por todos los códigos penales del mundo? ¿Para qué le sirven la CIA y el FBI, además de las decenas de otros organismos de seguridad nacional que proliferan en la mal llamada democracia norteamericana, esa donde un viajero, a su entrada en el país, tendrá que entregar a la policía de turno su ordenador para que este copie el respectivo disco duro? ¿No se ha dado cuenta el señor Bush que tenía al enemigo en casa, o, por el contrario, lo sabía y no le importó?

Lo que está pasando es, en todos los aspectos, un crimen contra la humanidad y desde esta perspectiva debe ser objeto de análisis, ya sea en los foros públicos o en las conciencias. No exagero. Crímenes contra la humanidad no son sólo los genocidios, los etnocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos, las hambres deliberadamente provocadas, las contaminaciones masivas, las humillaciones como método represivo de la identidad de las víctimas. Crimen contra la humanidad es el que los poderes financieros y económicos de Estados Unidos, con la complicidad efectiva o tácita de su gobierno, fríamente han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo, amenazadas de perder el dinero que les queda después de, en muchísimos casos (no dudo de que sean millones), haber perdido su única y cuántas veces escasa fuente de rendimiento, es decir, su trabajo.

Los criminales son conocidos, tienen nombre y apellidos, se trasladan en limusinas cuando van a jugar al golf, y tan seguros están de sí mismos que ni siquiera piensan en esconderse. Son fáciles de sorprender. ¿Quién se atreve a llevar a este gang ante los tribunales? Todos le quedaríamos agradecidos. Sería la señal de que no todo está perdido para las personas honestas.

La balsa de piedra

Novela alegórica o parábola de largo aliento, La balsa de piedra (1986) cuenta lo que podría suceder si la península Ibérica se separara del continente europeo para convertirse en una isla flotante. Tan extraordinarios acontecimientos son narrados a partir de un grupo de personajes comunes y corrientes cuyas vidas han sido tocadas por lo misterioso: Pedro Orce es el único que siente la tierra temblar, Joaquim Sassa en algún momento tuvo una fuerza sobrenatural, Joana Carda trazó sobre la tierra una línea imposible de borrar, José Anaico es seguido a todas partes por una multitud de pájaros. Todos ellos viajan juntos por la península convencidos de ser los elegidos para solucionar el problema, aunque no saben cómo lo harán.

Con un epígrafe del cubano Alejo Carpentier (“Todo futuro es fabuloso”), Saramago parece reconocer las múltiples coincidencias de este relato con lo real-maravilloso latinoamericano. No sólo por lo inverosímil de los sucesos narrados, también por el empleo de un lenguaje barroco, lleno de oraciones subordinadas y elementos explicativos. Y hasta por un cierto carácter autoreferencial del texto, pues el narrador está constantemente cuestionando su discurso, al punto de llegar a corregirse a sí mismo: “Pasando lo escrito a palabras menos barrocas y construcciones más ventiladas...” (p. 151)

Esta aproximación a la literatura y a la cultura latinoamericana es un elemento central en esta novela escrita en el contexto de los debates que hubo, tanto en Portugal como en España, con motivo de la integración de estos países a la Comunidad Económica Europea. En propias palabras del autor, se trata de “una novela profundamente ibérica relativa a Portugal y al conjunto de los pueblos españoles que comparten una cultura común, una cultura que no es rigurosamente europea”. En la narración la península se aleja de Europa hasta llegar a la mitad del Atlántico, para después dirigirse al sur, hacia algún punto entre Sudamérica y África, cerca de las antiguas colonias españolas y portuguesas.

A pesar de lo polémico y coyuntural del tema, Saramago no descuida la calidad literaria. En lo formal podemos encontrar su conocido estilo, deslumbrante y sumamente musical; el personalísimo empleo de los adjetivos y de los diálogos (sin guiones ni comas para señalarlos); la destreza en el manejo de las técnicas narrativas. También están presentes su irónico sentido del humor, el interés por los pobres y desvalidos (aquí representados por esa masa que toma por asalto los hoteles vacíos), y su preocupación por temas como el amor, la muerte o el destino.

Son estos últimos aspectos los que terminan imponiéndose en el relato. No hay una solución mágica a los problemas, y el peregrinar de los protagonistas concluye cuando las relaciones entre ellos (vínculos de pareja, rencores y rivalidades) se hacen imposibles de manejar. Lo personal y lo colectivo se unen en el extraño final del libro: “La península se detuvo, los viajeros descansarán aquí este día... Los hombres y las mujeres seguirán su camino, qué futuro, qué tiempo, qué destino” (p. 412)


[Editado por el comité de RBM para incluir el mensaje en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero 30 de Febrero.]
30 de Febrero, programa monografico y kontrainformativo que trata una infinidad de temas siempre desde una optica revolucionaria y con ironia y humor

Irola Irratia 107.5fm es un radio libre asamblearia y autogestionada que okupa las ondas desde 1987

Nota Vie Nov 28, 2008 6:33 pm
Excelente libro, como acostumbra Saramago...

Recientemente vi un avance de la película de este libro, ¿alguien tiene los datos de ésta? y ¿es recomendable o mejor evitarla?

vale, gcs.

Nota Vie Nov 28, 2008 9:00 pm
No se si te refieres a esta película en concreto: "La balsa de piedra" (George Sluizer, 2002). Gracias por el reflote del hilo y descubrirme el film. Tiene un argumento realmente interesante.

Nota Vie Jun 18, 2010 9:06 pm
Ha fallecido Saramago. El especial de Público:



Me quedo con esta reflexión que hoy se destaca en su página.

Saramago, en entrevista del 11 de octubre de 2008, en Revista del Expresso (Portugal), escribió:Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte.

Re:

Nota Sab Jun 19, 2010 1:49 am
Duarte escribió:
Ha fallecido Saramago.


Me acabo de enterar. Joder, si es que sonará a tópico, pero siempre se van lo más grandes. Descanse en paz, y ojalá que sus palabras no caigan nunca en el olvido...
Cada duda es una bala, una barricada en cada respuesta
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Nota del Secretariado del Comité Central del PCP, Lisboa

Sobre el fallecimiento de José Saramago

Viernes 18 de Junio de 2010

La muerte de José Saramago constituye una pérdida irreparable para Portugal, para el pueblo portugués, para la cultura portuguesa.

La dimensión intelectual, artística, humana, cívica, de José Saramago hacen de él una figura mayor de nuestra Historia.

Su vasta, notable y singular obra literaria (reconocida con la atribución, en 1998, del Premio Nobel de Literatura) quedará como marca impresa en la Historia de la Literatura Portuguesa, de la que él es uno de los nombres más relevantes.

Constructor de Abril, como interviniente activo en la resistencia al fascismo, dio continuidad a esa intervención en el periodo posterior al Día de la Libertad como protagonista del proceso revolucionario que venía a transformar profunda y positivamente nuestro País con la construcción de una democracia que tenía como referencia primera la defensa de los intereses de los trabajadores, del pueblo y del País.

José Saramago era militante del Partido Comunista Português desde 1969 y su muerte constituye una pérdida para todo el colectivo partidario comunista, para el Partido que él quiso que fuese el suyo hasta el fin de su vida.

El Secretariado del Comité Central del PCP manifiesta su profundo pesar, su enorme pena por la muerte del camarada José Saramago, y expresa sus sentidas condolencias a su compañera, Pilar del Río, y demás familia.


Traducción GKB

Ver nota original

GKB


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