RebeldeMule

Reflexividad, ritmo y madurez en los mov. sociales virtuales

Información, diálogos y dudas sobre Rebeldemule y los programas para compartir materiales (emule, torrent, telegram, descargas directas...).
El G.A.S. fue un grupo andaluz que funcionó entre 2005 y 2009 como servicio de comunicación para movimientos sociales. Creo que, cuando cerró, nadie colgó en rebeldemule su comunicado de despedida. Lo hago yo ahora porque, siguiendo su propia terminología, me conmovió. Intelectualmente. Con demasiada frecuencia, los grupos no evolucionan: mueren bajo su propio peso echando la culpa a terceros (el Estado; la burguesía; la gente, que es tonta y no sabe lo que le conviene; los medios de comunicación, que no nos aman; los desertores, que nunca fueron de fiar; etc.). Por contra, el G.A.S. buscó (analizó) su lugar en el mundo, no lo encontró (concretó las causas) y fue consecuente (se disolvió para poder continuar la lucha). Es esto lo que me interesa (conmueve) de este comunicado, al margen del acierto o error de su análisis: nunca dejó de reflexionar no ya sobre el mundo y sus miserias, sino sobre su propia labor (objetivos, organización: relación con lo real). De un actitud así, sana, más valiente que heroica, pudieron surgir con naturalidad preguntas como: "GAS te necesita, ¿necesitas tú a GAS?".

Les mando un afectuoso saludo a los compañeros del G.A.S., que siguen todos luchando, ya en otros espacios.



PARAMOS LA MAQUINARIA CONTRAINFORMATIVA DE GAS, HOY MUERE ESTE PROYECTO PERO OTRAS PROPUESTAS NACERÁN EN EL FUTURO.


gas | Sábado, 07/02/2009 - 1:45pm


Nos conmueve comunicarles que a partir de ahora dejamos de actualizar la página de GAS. Son varias las razones por las que nos hemos visto en la tesitura de abandonar la dinamización de este espacio virtual, que en el siguiente texto entraremos a profundizar más detalladamente. Justo en este mes de febrero cumplimos dos años de activismo telemático y contrainformativo, en este periodo han participado varias personas y colaborado bastantes colectivos en el proyecto, a todxs y cada unx de ellxs le agradecemos su ilusión, energía y tiempo que han dedicado a GAS y sobre todo a lxs lectores que hayan tenido el gusto de poder informarse de los contenidos del periódico.

Nos vamos y lo hacemos por la puerta chica, sin previo aviso, silenciosamente. Con ganas de seguir participando en aquellas experiencias que nos motiven y que consideremos coherentes, imprescindibles. Por un lado sentimos lástima de no poder continuar con el proyecto, somos conscientes de la necesidad de crear nuestros propios medios, de las carencias que existen en Andalucía a nivel de contrainformación, de que el proyecto gustaba y era considerado como referencia en Andalucía. Pero por otro, nos invade un tremendo alivio al ser sincerxs con nosotrxs mismxs y visualizar que no podíamos sobrellevar tanta responsabilidad y trabajo militante diario. El ambicioso objetivo de acaparar la contrainformación de toda Andalucía, con una periodicidad de publicación semanal, equivale a tener un grupo de trabajo organizado y amplio, constituido por personas que se sitúen en las distintas localidades de este territorio prefijado, además de contar con una regeneración de miembrxs, cosa que no hemos conseguido tras dos años de funcionamiento.

La idea primigenia nació de un grupo de amigxs que poco a poco fue dándole forma al objetivo de transformar la realidad y de buscar las vías para hacerlo. Desde el año 2005 la identidad de GAS ha ido adquiriendo protagonismo en distintas líneas de trabajo y territorios donde desarrollarlas. Al principio en Cádiz, empezamos nuestros primeros pinitos, con la participación en distintos eventos sociopóliticos y la creación de espacios de debate y acción. En febrero de 2007 se dio un salto al mundillo de la información alternativa y más adelante con la correspondiente separación de nuestros miembrxs por Andalucía, se constituyó la identidad de Periódico Semanal de Andalucía.

Poco a poco las bajas fueron dándose en nuestras filas por motivos personales, laborales y políticos, por lo que hicimos un llamamiento público para ampliar la participación en el proyecto, conseguimos alientos de ánimo y una persona colaboradora en Granada; no obstante, el ritmo de trabajo, la falta de implicación -dos personas junto a la mencionada anteriormente-, así como la desidia del trabajo virtual de gestionar, elaborar y estructurar tanta cantidad de información, nos han hecho tomar esta decisión. Paramos el carro, reflexionaremos sobre la experiencia llevada para apreciar los aciertos y errores cometidos, quizás volveremos, o no, a participar en otro proyecto que nos parezca interesante y/o necesario.

Durante estos dos años hemos podido reflejar innumerables situaciones y dinámicas que han oscilado por el amplio abanico de posibilidades existentes para canalizar las distintas realidades que se desarrollan en un espacio y tiempo determinado. Desde los agentes sociales y proyectos transformadores que a su manera, con un enfoque diferente y en un contexto específico, realizan malabarismos para construir oasis en el desierto, a fenómenos estancados, injustos y crueles que a primera vista parece que por mucho que queramos y hagamos no se van a esfumar nunca de nuestro lado. Para que hablar de la cantidad de entrevistas, coberturas y eventos que hemos podido ofrecer en esta web, así como la continua publicación de atrocidades que se producen en todos los lares del planeta, y más concretamente en Andalucía.

De lo que sí vamos a hablar es de las conclusiones que hemos podido sacar en este tiempo de trabajo, esfuerzo y pasión por lo que hemos hecho.

Creemos que existe una dinámica continua de información que se mediatiza a través de los diversos canales de comunicación. El espacio virtual, la red de redes, “facilita” este flujo permanente de información, pero éste contiene un carácter ambiguo. Cierto es que ofrece unas herramientas de comunicación más rápidas, amplias en contenido y en contacto con muchos lugares del planeta, pero consideramos que también contribuye a la saturación de información, al aislamiento en relación al vínculo que se establece entre la máquina y la persona que la utiliza, y no entre persona y persona, a la pérdida de lo presencial, a la contribución al desarrollo de la amnesia colectiva, con tantas explosiones de noticias, alarmas y estímulos, olvidamos qué sucedió hace un año, normalizamos las barbaries como meros espectadores y nos consolamos con mantenernos informados de lo que acontece en el mundo, ya que, ante la impotencia de no poder transformar dinámicas aparentemente tan poderosas, nos contentamos con contemplarlas y describirlas.

El ciberactivismo tiene elementos interesantes y eficaces para conseguir ciertos objetivos, pero cuando éste tiene más peso que el trabajo presencial y en la cotidianidad, segrega endorfina a la consciencia de aquellos que por tener un espacio virtual subversivo o realizar acciones a través de la red, creen que ya está todo hecho. Nada más lejos de la realidad material, que no virtual.

Propensar el pensamiento crítico, la cultura política y popular, leer y leer más, socializarse con las multitudes de realidades que conviven con nosotrxs, la continuidad en el tiempo de una manera descentralizada y regenerativa de los proyectos políticos y culturales, puede que sean algunas claves para abrir las miras a un verdadero cambio personal y social.

Para finalizar os pasamos algunos textos que nos han hecho evolucionar en nuestra forma de mirar y hacer las cosas:


Y también algunas reflexiones que hemos ido volcando a lo largo de este tiempo:


Si queréis comunicarnos alguna aportación solo tenéis que enviarnos un correo a: grupodeaccionsocial@hotmail.com o poner un comentario.

Sin más, un abrazo, nos vemos en la calle.

GAS

Nota Lun Dic 28, 2009 8:02 pm
Al margen de mi reflexión anterior, reseño una análoga:

G.A.S. escribió:El ciberactivismo tiene elementos interesantes y eficaces para conseguir ciertos objetivos, pero cuando éste tiene más peso que el trabajo presencial y en la cotidianidad, segrega endorfina a la consciencia de aquellos que por tener un espacio virtual subversivo o realizar acciones a través de la red, creen que ya está todo hecho. Nada más lejos de la realidad material, que no virtual.


Personalmente, pienso que los ritmos de la red acompañan a los del capitalismo: la compulsión estímulo-respuesta (el modelo de esto, en un foro, serían las páginas tipo chat) es la de la máquina de producción y consumo (la típica imagen de Chaplin adaptado al engranaje). Si el movimiento real por la superación del estado de cosas es capaz de ralentizar estos tiempos para hacer posible la vida, sería bueno, quizá, que los de un proyecto virtual coherente con ese movimiento de superación se encajaran a él. Explicado al revés: un foro en permanente movimiento no es necesariamente un foro revolucionario, porque el movimiento permanente, ahí fuera, no existe. Al menos, no hacia la revolución. Quizá me equivoque, pero lo que veo hasta ahora es que el tiempo para la vida no se puede abrir generando una sobreactividad paralela: creer que por hacer mucho, se logra algo. En este sentido, el activismo sería la enfermedad infantil de los movimientos sociales.

Nota Mar Ene 19, 2010 1:11 am
Sigo dándole vueltas a lo mismo: los procesos, sean sociales o cognitivos, tienen que ser por definición de largos plazos y ritmos naturales: para que puedan tomar asiento; regenerarse; pensarse a sí mismos. Lo contrario de esto es la cadena de producción: el capitalismo en permanente expansión (y perdón por el pleonasmo).



Lectura, marihuana y correos electrónicos



Joaquín Rodríguez

Los futuros del libro // 13 de enero de 2010




El semanario alemán Die Zeit dedicaba estas pasadas navidades muchas páginas a reflexionar sobre los efectos que el bombardeo digital al que estamos sometidos condiciona nuestras vidas; también a los trastornos que la velocidad y la falta de sosiego tienen sobre nuestras capacidades intelectuales. El reportaje de varias páginas titulado "Alabanza de las musas", recalcaba la función cognitivamente trascendental de la quietud y el sosiego, del solaz y el letargo. Los experimentos de los neurólogos, como los llevados a cabo por Marcus Raichle o Jan Born, demuestran que el modo offline o desconectado del cerebro (cuando duerme pero, también, cuando descansa y deja de estar sometido a las incitaciones digitales o a las premuras de la agenda), es simplemente imprescindible para adquirir una conciencia cabal de nuestra propia identidad, para rumiar nuestros problemas y para aportar soluciones o ideas innovadoras fruto de esa digestión pausada. Lo contrario es también cierto: la exposición desmedida a las provocaciones de las muy diversas fuentes digitales de información y el picoteo fragmentario e indiscriminado de pizcas de contenidos, no generan una experiencia cognitiva satisfactoria. "El bombardeo diario de información", dice Born, "causa en el cerebro un desequilibrio peligroso a no ser que existan pausas que le permitan recuperarse. Esa oportunidad la utiliza para reconstruir y reorganizar su red neuronal construida a bases de células nerviosas, para ordenar y organizar lo aprendido".

En el Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres, realizaron no hace demasiado tiempo un experimento que revelaba que fumar cannabis mientras se resolvía una tarea compleja causaba menos dispersión y desatención que intentar atender de manera simultánea a la tarea y a los correos electrónicos que reclamaban la atención del sujeto (y eso que el propio Instituto es prolijo en sus investigaciones sobre los efectos psicóticos graves que puede entrañar el consumo abusivo de la marihuana). Dicho de otro modo: contestar a un correo electrónico mientras se contesta a una llamada telefónica en el fijo y se twittea en el móvil no es sinónimo de eficiencia y versatilidad sino, al contrario, un signo fatal de los tiempos que corren, el hado de la aceleración. Eso es lo que se desarrolla de manera arrolladora el sociólogo alemán Hartmut Rosa en el libro Beschleunigung: die Veränderung der Zeitstrukturen in der Moderne (Velocidad: la transformación de las estructuras temporales en la modernidad), un libro que no traería a colación si no fuera imprescindible.

Rosa recomienda que practiquemos algo así como la estrategia de los "Cantos de sirena digitales": igual que Ulises, para sobrevivir, tuvo que hacer oídos sordos a los magnéticos cantos de las sirenas, nosotros deberíamos atender muy selectivamente a los continuos apremios de los medios digitales. Lo curioso es que lo más parecido al descanso que reclaman los neurólogos y los sociólogos como fuente de renovación celular y de ordenamiento de nuestros pensamientos, es la lectura en silencio, recogida y volcada sobre el texto. Es decir, la lectura tradicional que me centra, no la lectura digital (por llamarla de alguna manera) que me aturde y me descentra. Seguro que más de uno pensará que sigo siendo un logocéntrico irredimible, pero sé que al menos Clifford Nass me secundaría (o yo a él, mejor dicho): en el CHIMe Lab de la Universidad de Standford donde trabaja descubrieron que "es imposible procesar más de una cadena de información al mismo tiempo. El cerebro no puede hacerlo". En el conjunto de pruebas a los que se sometieron a los grupos de control, aquellos que se distinguían por ser multitarea, no fueron capaces de filtrar la información relevante, de retenerla u organizarla mejor y, tampoco, de cambiar de una tarea a otra cuando era requerido. Sus niveles de rendimiento fueron sistemáticamente más bajos que los de aquellos que realizaban una tarea tras otra. Lo más llamativo es la conclusión a la que llegan: "los investigadores están todavía investigando si los chronic media multitaskers nacen ya con una incapacidad innata para concentrarse o tienen dañado su control cognitivo por su expreso deseo de hacer varias cosas al mismo tiempo. Los investigadores están convencidos de que la mente de los multitarea no fuciona tan bien como debiera". En el artículo "Cognitive control in media multitaskers" pueden encontrarse más detalles.


fuentes: http://rebelion.org/noticia.php?id=98732 y http://weblogs.madrimasd.org/futurosdel ... 31024.aspx


fuentes: http://www.elpoblet.org/news/8b91749015 ... -internet/ y http://rebelion.org/noticia.php?id=139913



La izquierda real e Internet



Carlos Martínez

El Poblet // 24 de noviembre de 2011




Son muchas las personas de izquierda que, desde Latinoamérica, siguen las noticias del Reino de España a través de medios alternativos como Rebelión, Insurgente, Kaos, Tercera Información. A la vista de la presencia muy importante en estos sitios de organizaciones como Izquierda Anticapitalista, Equo y otras, estos lectores no entienden sus muy exiguos resultados electorales, igualmente no entienden, observando el triunfalismo de muchos de los textos publicados en estos medios, cómo en España no hay ya una revolución en marcha o se haya desinflado, en parte, el movimiento 15-M. O cómo no acaban de despuntar nuevos sindicatos al margen de los tradicionales.

Es verdad que las elecciones sirven para muy poco, pero sí podemos utilizarlas como una radiografía total de la sociedad, es una encuesta que cubre el 100% de la población con derecho a voto. Los resultados de estas últimas elecciones han supuesto un baño de realidad para quienes viven la política a través de su conexión ADSL.

Antes de la democratización de Internet, los que nos considerábamos rojos sufríamos el síndrome del perro verde. Nos sentíamos raros en un entorno social que nos resultaba ajeno, éramos islas en un océano de conservadurismo. Con la llegada de la Red surgieron las primeros medios de comunicación alternativa. Posteriormente, y a través del correo electrónico o los grupos de noticias, se empezaron a crear las primeras comunidades sociales entre personas de izquierdas (al igual que las que se crearon con personas con otros intereses afines, desde la filatelia al aeromodelismo).

Estas redes han crecido y se han fortalecido con el éxito de Facebook, primero, y posteriormente Twitter, entre otras. Lo que nos ha trasladado al otro extremo: sumergirnos en una burbuja social junto con nuestros afines y pensar que ahora somos todos rojos, que somos legión y que tenemos muchos amigos y/o seguidores.

En una reciente conversación con el periodista Pascual Serrano, éste me confesaba que, a pesar de recibir multitud de correos, ser muy leído en Internet y haber alcanzado cierto éxito en el campo editorial, su trascendencia social se delimita a un circuito ideológico muy minoritario, la prueba es que sus vecinos o familia no conocen prácticamente nada de su actividad o pensamiento. Me imagino que esa experiencia es trasladable a prácticamente a todos los blogueros, twitteros, etc.

Internet es un fabuloso medio de comunicación, barato y sin fronteras, donde podemos crear nuestros medios de comunicación y difundir convocatorias. Pero los militantes de izquierda debemos "vacunarnos" frente a los adversos efectos secundarios que produce: aislamiento de la vida real, percepción de que somos mayoría e inflamación del ego en los casos más agudos.

Hagamos la siguiente prueba: veinticuatro horas después de escribir una entrada en nuestro blog, un sesudo artículo en nuestro medio alternativo de referencia o un tweet, imprimámoslo y se lo daremos a leer a nuestra familia, vecinos, amigos del barrio o compañeros del centro de trabajo. Comprobemos cuántos de ellos formaban parte de esos exitosos centenares de lectores que tuvimos en la red. Después escuchemos sus opiniones, que quizás sean más interesantes que las que recogemos en Internet de los que piensan como nosotros.

Sin duda es mucho más fácil pulsar sobre el botón de "me gusta" o "retwittear" que repartir folletos en la puerta de un centro de trabajo. Pero éste último es el trabajo militante que más debemos valorar. Como dice mi amigo Serrano, no podemos aceptar el término "ciberactivismo" del mismo modo que no podemos "cibercomer".

También es preocupante el modo por el cual se trasmiten entre generaciones los valores de la izquierda. Somos muchos los que creemos que éstos se trasmiten mucho más eficazmente mediante el ejemplo que mediante la palabra. ¿Cuántas son las familias que tiene que aguantar el discurso de izquierdas de uno de sus miembros y posteriormente soportar su comportamiento insolidario, machista o autoritario?

En la Web podemos tener tantas vidas como tiempo estemos dispuestos a dedicar a mantener diferentes "perfiles" en las redes sociales. Pero la vida real es una sola y, algunas veces, corta, sin tiempo a rectificar. En ella debemos ser honrados, coherentes, combativos y solidarios. Que las personas comprometidas con la superación del capitalismo sean auténticos referentes éticos es algo insustituible por la comunicación escrita, y menos todavía la distribuida por el mundo virtual.

Se debe utilizar Internet para propagar nuestras ideas, se deben tener y participar activamente en medios alternativos de comunicación. También es especialmente importante la correcta utilización de las redes sociales para atraer a los jóvenes a nuestras tesis y organizaciones, pero nunca se debe abandonar la militancia en la vida real.

Al igual que hacemos con el internet de nuestros hijos, deberíamos ponernos límites, por ejemplo dedicar las mismas horas a expresar nuestras opiniones en la red como fuera de ella, o hablar con tantos amigos en la calle o el centro de trabajo como en la Red. De otra forma perderemos el contacto con la realidad que es lo último que podemos permitirnos. Si no somos capaces de militar en la vida real, no deberíamos dedicarnos a dar lecciones en la red a quienes sí luchan por un mundo (real) mejor.


Una apostilla sobre el nuevo fundamentalismo organizativo y las consecuencias no previstas en la lucha contra las "élites" bajo coordenadas demoliberales, patrocinada por: Ruiz Morillas, A. "La paradoja del poder popular (y II)", en Laberinto, nº 35, 2012. Pp. 42-43.



fuente: http://bit.ly/13lyrEx


VI. El hombre es un 'logo' para el hombre

¿Por qué buscamos la horizontalidad?, ¿qué hay en ella que nos parece «progresista»?, ¿qué es el consenso?

La horizontalidad se nos presenta en movimientos sociales en la actualidad, por primera vez, como un principio. Es muy destacable cómo su extensión en movimientos alternativos (incluido el 'Tea Party') es paralela a su desarrollo en medios empresariales. Andrej Grubacic, en «El encanto irresistible del anarquismo global» introduce así: «no debemos esperar a que la vanguardia Leninista tradicional desaparezca. Tenemos que facilitar este proceso de desaparición organizándonos de otra manera». Pero, ¿qué es lo que tanto molesta de la «vanguardia Leninista tradicional»? Nos lo aclara más adelante: «Por «Leninismo» me refiero al proyecto político por el cual el proletariado (o las masas populares) necesitan ser animados bajo la tutela de un grupo dedicado de cuadros organizados como partido». Es decir, el horizontalismo existe por principio porque hemos de preservarnos, defendernos, de un grupo organizado que pretende tutelarnos. El horizontalismo es un método defensivo, palpable y que funciona. El texto de Grubacic es de 2008, y escribe respecto a los foros sociales mundiales, donde se encontraban organizaciones de todo el mundo, una realidad obsoleta, por haber sido sustituida por las asambleas de ciudadanos, que significa precisamente la profundización en los postulados de Grubacic. Hoy, los movimientos han incorporado esto a su seno y las organizaciones presentan el horizontalismo por principio para defenderse de los intentos de «tutela», y se plantea, de esa misma manera, como la posibilidad de que exista una «igualdad de poder» [13]. Me parece muy relevante señalar que esta idea es exactamente la misma que la defensa que las pequeñas empresas (sobre todo del sector informático, 'cloud computing', etc.) hacen del software libre para defenderse del monopolio de Google. Pau García-Milá (gurú de los jóvenes emprendedores españoles) lo dirá así:

    "Entre todos los proyectos que hacíamos, nos planteamos hacer algo distinto (…) poder trabajar desde cualquier lugar, oye, esto es el futuro, esto es el siguiente paso en la era de la informática (…) así que vamos a crear el sistema operativo web (…). Ya que somos pocos haciendo esto, Microsoft son 30.000, nosotros somos 2, vamos a intentar que todo el mundo que quiera pueda unirse a la idea. Y había una manera, lo que se llamaba software libre, la idea de permitir que cualquier persona, sobre una base ética, que es un poco lo que perseguíamos con los demás proyectos, pudiera colaborar, pudiera participar, pudiera mejorar el proyecto y aceptar las ideas de allá de donde viniesen. Sin saberlo, el hecho de haber escogido hacerlo software libre es precisamente lo que luego permitió que el proyecto viviera (…). Dos años más tarde (…) explotó la burbuja del 'cloud-computing'. Google publica un estudio en el que decía que el siguiente paso en Internet era precisamente lo que nosotros estábamos haciendo. (…) Al leerlo dijimos: ostras, tenemos un problema, Google va a hacer lo mismo que nosotros, así que nada, cerramos y a otra idea porque no hay ningún futuro. Luego nos dimos cuenta de que había una gran diferencia, que era la base ética que comentaba antes. Vimos que el modelo de negocio de los gigantes era yo te voy a dar una aplicación gratis, que tú vas a usar desde mi servidor (…). Tuvimos la suerte de que a la gente le gustó mucho la idea del 'cloudcomputing', pero dijeron: esto es un monopolio, el monopolio de la información. (…) Si toda la información se la cedo a una empresa, al final, la empresa es la que controla los datos de millones de millones de personas. Será uno de los peores monopolios del mundo. Así que nos dimos cuenta de que podíamos ser la alternativa a este monopolio, porque aquí todo el mundo puede participar y tú eliges dónde pones tus datos".

EyeOS, el proyecto de Pau García-Milá, nace en un pueblo de Barcelona, y ahora está en 52 países distintos. El paralelismo se basa exactamente en lo mismo que el horizontalismo por principio de los movimientos: que no me tutelen, que no tengan poder sobre mí.

Genial, parece muy buena idea, ¿verdad? El único problema es que se plantea, tanto en las empresas como en los movimientos, pasando por encima de lo fundamental: ¿para qué quieres ese poder? Es decir, el movimiento se protege de la vanguardia igual que la empresa se protege del monopolio, pero la pregunta sigue siendo ¿por qué sois vosotros mejores que la vanguardia, por qué sois, vosotros solitos, sin tutela, mejores que Google? Esta pregunta no se plantea porque, implícitamente, se da por sentado que sí, que la participación en sí misma, la horizontalidad por sí misma es buena ya que lo que nosotros tenemos que decir es interesante a priori. Esto es aún más paralelo al sistema empresarial y tenemos muchísima experiencia de ello en los movimientos alternativos. Finalmente, lo que se ha conseguido no es que las organizaciones hayan acabado con las vanguardias, sino con todo referente. El lema es: la historia empieza con nosotros. Este infantilismo militante ve como paternal toda experiencia que tenga trayectoria, pero no porque diga que la vanguardia se equivoca en este punto y en este otro (pongamos, por ejemplo, en la nacionalización de la banca, o cualquier punto programático o pedagógico), sino que está equivocada por el simple hecho de existir previamente a nosotros. Todo proceso de premilitancia, por ejemplo, es un insulto, es un monopolio.

La consecuencia final es la dictadura del consenso de mínimos. Finalmente, con el horizontalismo por principio, lo que se prohíbe es el crecimiento, la toma de referentes, y la maduración autogestionaria del movimiento. El consenso es deseado por ser un contrato, y, como ya hemos dejado claro en este artículo, lo que oculta es entender la libertad como el poder despedir: yo siempre podría dejar este colectivo, siempre podría salirme de esta decisión, y, sobre todo, ustedes no pueden decidir nada sobre mí, no puede cuestionarse mi posibilidad de despedirles. En nombre de luchar contra las vanguardias, nos hemos cargado la autogestión. En nombre del consenso, nos convertimos en empresas que llegamos a acuerdos que a todos nos resulten favorables. El hombre es un 'logo' para el hombre en el sentido de que institucionaliza su individualidad, y establece que lo que segregue desde ahí (desde las ideas más peregrinas a las más elaboradas) han de ser respetadas y tener posibilidad de expresión, lo contrario sería volver al monopolio.

Pensemos, ¿por qué nos defendemos de las vanguardias o de los referentes políticos, teóricos, organizativos…, de la gente que lleva más tiempo luchando, y no nos preguntamos si tienen razón? Se trata del triunfo filosófico de un idealismo muy concreto: la verdad es algo que acordamos-consensuamos-contratamos entre nosotros.

El horizontalismo por principio es la forma organizativa de la nueva pequeña-burguesía [14] de los países centrales de la cadena imperialista, tanto en la producción como en la política, y el contrato la forma ideológica en la que se sustenta. Alimentándose mutuamente el uno y otro. Ejemplos tenemos en la forma en la que se entiende la creatividad (ver "Fundación Santander Creativa") o cómo las formas organizativas del movimiento estudiantil contra Bolonia, en buena medida, se sustentaban en la misma lógica que las propugnadas por el propio plan de estudios de Bolonia.





Notas al pie de página:

    13. También en 2008 se publica el «Documento de Tiscamanita», sobre «Empoderamiento y justicia social». Una ponencia de Vicente Manzano Arrondo, profesor de la Universidad de Sevilla, en lo que estaba siendo el nacimiento y extensión del decrecimiento (la forma contemporánea de volver al culto de las fuerzas productivas del stalinismo, pero a la inversa), en el que se presentan algunas de las ideas que hablamos aquí: defensa del horizontalismo por principio en relación al empoderamiento y la posibilidad de la libertad.

    14. «Nueva en el sentido de que no está en modo alguno, a semejanza de la primera [el autor se refiere a la pequeña burguesía tradicional, dueña de pequeños negocios familiares] destinada a declinar; sino que es la reproducción ampliada incluso del modo de producción capitalista, y su paso al estadio del capitalismo monopolista, los que desarrollan su desarrollo y ampliación» N. Poulantzas.


Volver a Asamblea

Antes de empezar, un par de cosas:

Puedes usar las redes sociales para enterarte de las novedades o ayudarnos a difundir lo que encuentres.
Si ahora no te apetece, puedes hacerlo cuando quieras con los botones de arriba.

Facebook Twitter
Telegram YouTube

Sí, usamos cookies. Puedes ver para qué las usamos y cómo quitarlas o simplemente puedes aceptarlo.