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ROBESON, Paul (1898-1976)

Aquí recopilamos toda clase de material relacionado con un tema o un director de cine concretos.

ROBESON, Paul (1898-1976)

Nota Mar Dic 08, 2020 5:28 am
Paul Robeson
(EE.UU. de América, 1898-1976)

Portada
(wikipedia)


Introducción

    [propia] Cantante de fama internacional. Militante comunista estadounidense.

Antonio Maestre, en "La fiscalía de actividades antiespañolas", en La Marea, el 21 de enero de 2017, escribió:[...] Un cantante de soul negro, además de actor y activista por los derechos civiles, que había conseguido labrarse una carrera de abogado en la América de la segregación racial y que tuvo el arrojo de mandar a estudiar a su hijo a una universidad de la URSS. Defensor a ultranza de los derechos de los trabajadores, fue miembro de la Brigada Lincoln en la Guerra Civil Española. Una vida demasiado sospechosa en los EEUU del senador McCarthy. Cuando Robeson tuvo que acudir al Comité de Actividades Antiamericanas a declarar fue interrogado por el diputado republicano Gordon Harry Scherer, que le cuestionó por su amor e interés por la URSS. Paul Robeson le contestó que allí, en la URSS, nunca se había sentido rechazado por su color de piel. La repregunta de Scherer sonará mucho en nuestro país por lo habitual que es escucharla pero cambiando el destino al que irse. La respuesta de Robeson no es necesaria comentarla.

- Gordon. H. Scherer: «¿Por qué no se quedó en Rusia?»

- Paul Robeson: «Porque mi padre fue un esclavo, y mi gente murió para construir este país, y yo me voy a quedar aquí, y voy a ser parte de este país tanto como usted. Y ningún fascista me forzará a irme. ¿Está claro? Apoyo la paz con la Unión Soviética, apoyo la paz con China, y no apoyo la paz ni la amistad con el fascista Franco, y no apoyo la paz con los nazis alemanes. Yo apoyo la paz con la gente decente».

Raimundo Castro, en "Los afroamericanos que se sintieron hombres libres por primera vez en la España republicana", en Cuarto Poder, el 31 de mayo de 2015, escribió:[...] Paul Robeson fue la única celebridad estadounidense (y además afroamericano) que vino a estar con las tropas americanas en la guerra de España (no hablemos de otros actores como Errol Flynn, que vinieron de un modo más testimonial). Tenía una voz grave impresionante y cantaba tan bien como interpretaba. Fue acusado de comunista y de hecho le habían prohibido venir a España, pero él llegó en enero de 1938, fue recibido con todos los honores por intelectuales y escritores, entre ellos Nicolás Guillén y Langston Hughes, que estaban aquí. Dio algunos conciertos y la leyenda dice que la batalla de Teruel cesó durante un par de horas para oír un concierto que dio en plena trinchera. Él siempre dijo que una de las experiencias que le marcaron de por vida fue el haber venido a España.





Biografía

    Portada
    Paul Robeson: Tribute to an Artist
    Filmoteca de no ficción. (EEUU de América, 1979)
    Dirección: Saul J. Turell
    Un repaso a la vida del cantante y actor Paul Robeson, desde sus primeros grandes triunfos en la escena en la década del 20, su gradual aumento de activismo social en los años 30 y 40, hasta sus actuaciones en Europa del Este en los 40...
    Portada
    Monografías. (España, 1936-1939)
    Procedentes de más de cincuenta países y representantes de todas las razas: en torno a 60.000 compañeros pusieron el cuerpo para detener un fascismo que ya se había instalado cómodamente en Europa y que en 1936 reclamaba una España que se le escurría...
    Portada
    Monografías. (EEUU de América, 1950-1956)
    Proceso impulsado por el senador Joseph McCarthy para estigmatizar, desplazar y reprimir a los comunistas estadounidenses durante los primeros años de la Guerra Fría...




Obras

    Portada
    Black and White / Chernoe i beloe / Черное и белое
    Filmoteca de ficción. (Unión Soviética, 1932)
    Dirección: Ivan Ivanov-Vano, Leonid Amalrik
    «Blanco y negro» cuenta la historia de Willie, un limpiabotas que cometió el terrible error de preguntar a Mister Bragg, el Rey del azúcar blanco, «¿Por qué el azúcar blanco debe ser creado por el hombre negro?»...
    Portada
    The Emperor Jones
    Filmoteca de ficción. (EEUU de América, 1933)
    Dirección: Dudley Murphy
    Brutus Jones asesina a un amigo por hacer trampas con los dados. Logra evadirse de la prisión y huye a Haití, donde se asocia con Smithers, un comerciante blanco sin escrúpulos que le ayuda a ganar la admiración y el respeto de los nativos locales...
    Portada
    Body and Soul
    Filmoteca de ficción. (EEUU de América, 1925)
    Dirección: Oscar Micheaux
    Un fugitivo se hace pasar por un predicador en la Georgia rural bajo el alias de 'Reverendo Jenkins'. Jenkins bebe, juega, chantajea a los residentes locales y descaradamente se aprovecha de la joven Isabelle y su desprevenida madre, Martha Jane...
    Portada
    Show Boat
    Filmoteca de ficción. (EEUU de América, 1936)
    Dirección: James Whale
    Principios del siglo XX. Narra las aventuras y desventuras vividas por un grupo de personajes de lo más heterogéneo que coinciden en un barco de vapor que surca las aguas del río Mississippi...
    Portada
    Native Land
    Filmoteca de no ficción. (EEUU de América, 1942)
    Dirección: Leo Hurwitz, Paul Strand
    Basada en una investigación llevada a cabo por el Comité Thomas-Lafollette del Senado de los Estados Unidos concerniente a casos repetidos de violación de los derechos civiles, especialmente el de sindicarse, la película situaba el período que evoca...
    Portada
    Discoteca. (EEUU de América, 1926-1953)
    Songs for political action, topical songs and the american left (canciones para el activismo político, canciones tópicas y la izquierda americana) puede ser la más importante colección de música folk política nunca reunida....




Recursos de apoyo:


En "Paul Robeson: El artista negro más famoso del mundo condenado al olvido por sus ideas políticas", en Resumen Latinoamericano, el 23 de enero de 2018, se escribió:
    Hoy 23 de enero se cumplen 42 años de la muerte Paul Robeson, una figura olvidada cuya imagen últimamente se intenta rescatar. Hijo de esclavo, abogado, actor, escritor, activista por los derechos civiles de la comunidad afroamericana y declarado comunista (combinación inaceptable en Estados Unidos) vivió en la cima del mundo del entretenimiento y descendió hasta la soledad y el olvido por una persecución política que significó el fin de su carrera. El actor afroamericano más famoso del mundo vio en el comunismo la única forma en que todos los seres humanos nos tratásemos como iguales. Estuvo en España durante la Guerra Civil, fue amigo de Emma Goldman, Albert Einstein y Eugene O’Neill, y referente para escritores como Pablo Neruda, James Joyce y Ernest Hemingway.

El nombre de Paul Robeson seguramente suena desconocido para la mayoría de la población en Estados Unidos y más aún fuera de sus fronteras, sin embargo, la situación durante la primera mitad del siglo XX era diametralmente opuesta, pues era uno de los artistas más populares y reconocidos de todo el planeta. ¿Por qué fue entonces que se perdió su nombre?

Paul Robeson nació en Nueva Jersey en 1898, hijo de un pastor bautista que, siendo esclavo a los 15 se años, se escapó de sus amos en Carolina del Norte, quizás marcando con este hecho una rebelión en su hijo que terminaría por empujar a toda la comunidad afrodescendiente en su lucha por ser reconocidos como seres humanos. Estudió en la Universidad de Rutgers donde se tituló de abogado (siendo el tercer estudiante afroamericano en la historia de la Universidad), como estudiante participó destacadamente en los clubes de básquetbol, rugby, béisbol y fútbol americano, además del grupo de teatro. Si hubiese sido un estudiante blanco, habría destacado nivel nacional como deportista, pues su talento le hizo famoso y gran parte de las universidades estadounidenses se negaron a participar en competiciones deportivas con Rutgers por tener un negro entre sus integrantes.

Poco duró su carrera como abogado tras graduarse, pues cuando una actuaria se negó a escribir el dictado de un negro, decidió salirse de aquel mundo y dedicarse a lo que había descubierto era su pasión: la actuación. En 1924 filma «En cuerpo y alma», una película hecha sólo para cines de negros (considerada pionera del cine independiente) y que se transformó en todo un clásico. Su amigo, el dramaturgo y Premio Nobel de Literatura, Eugene O’Neill, le propone el papel protagónico en «Todos los hijos de Dios tienen alas» iniciando una seguidilla de éxitos gigantescos como «The Emperor Jones» (1925), «Black Boy» (1926), «Porgy and Bess» (1928) y por supuesto, la inolvidable versión de «Show Boat» de 1936, donde quedaría inmortalizado por su interpretación de la canción "Old Man River". A estas alturas, su fama era mundial, una estrella del cine en todo el planeta, pero siempre cumpliendo su promesa de no aceptar papeles que representaran un estereotipo de un afroamericano (personajes comunes en la época, como en «Lo que el viento se llevó»). En el teatro brilló como Otelo de Shakespeare durante 13 años en el Shubert Theater de Nueva York, años en los que jamás pudo besar al personaje de Desdémona, porque la ley prohibía que un negro tocara a una mujer blanca, aunque fuese actuando en un teatro.

Su voz de bajo-barítono le permitió grabar discos con los que hizo giras por Estados Unidos y Europa, nunca antes un afroamericano había llegado tan lejos en el mundo del arte. Estas giras permitieron que Robeson desarrollara un pensamiento político que le acompañaría por el resto de su vida.

Al recorrer el territorio de su país y salir del Estado de Nueva York, se topó con la segregación racial más feroz, durante las décadas del 20 y el 30 estaba en rigor la Ley Lynch que buscaba ahorcar a cualquier negro que haya tenido una relación con una mujer blanca. Participó en mitines políticos y marchas de la comunidad afroamericana que defendía sus derechos en la calle. También se sumó a los actos en solidaridad con los republicanos españoles, causa en la que se involucró, realizando conciertos para reunir fondos para los combatientes y finalmente, viajar a España para cantar y animar a las tropas de las brigadas internacionalistas estadounidenses que luchaban contra el fascismo. Allí en el frente, modificó la letra de la canción "Old Man River" que decía «Estoy cansado de vivir pero temo morir» por «Debemos mantener la lucha hasta la muerte». En un mítin antifascista en 1936, Robeson dijo: «El artista debe tomar partido. Debe elegir luchar por la libertad o por la esclavitud. Yo he elegido. No tenía otra alternativa», marcando una diferencia sustancial con la gran mayoría de los artistas, tanto los de entonces como los de ahora.

Por otra parte, sus giras europeas contribuyeron también desde otro aspecto a su desarrollo político. Paul escribe en su biografía que fue en un viaje al Reino Unido en 1925 cuando tomó conciencia política: «En Inglaterra aprendí que el carácter esencial de una nación no está determinado por las clases altas propietarias, sino por el pueblo, y que los pueblos de todas las naciones son hermanos en la gran familia de la Humanidad». En Europa conoció a dirigentes sociales, radicales revolucionarios y dirigentes de grupos anti-fascistas. En una gira le llevó a Moscú, capital de la Unión Soviética, en donde, según sus propias palabras, fue recién en Rusia cuando por primera vez fue tratado como un ser humano completo y donde la gente no tenía ningún prejuicio por su color de piel: sintió que en una sociedad comunista realmente los seres humanos serían tratados como iguales. Vio similitudes también entre los hijos de esclavos africanos sometidos en Estados Unidos con los siervos rusos que lograron derrocar al régimen zarista y luego, por extensión, de todas las clases oprimidas en el mundo.

Comprendió que siendo un referente debía aprovechar su figura para servir a la lucha de los trabajadores en el mundo: cantó blues contra la explotación y la esclavitud, canciones de presidiarios afroamericanos, de los maquis, partisanos, marchas rusas de los obreros y fragmentos de sus clásicos en "Porgy and Bess", y por supuesto, la emblemática "Old Man River". «El hombre que cantaba como la tierra», decía Pablo Neruda en su "Oda a Paul Robeson" en su Canto General, apoyó a movimientos sindicales y por los derechos civiles en EE.UU.

Su abierta postura comunista en el Estados Unidos de la posguerra le trajo un sinfín de problemas hasta el final de sus días. Perseguido por el macartismo, el FBI abrió un expediente con su causa y además tuvo que declarar en el «Comité de actividades anti-americanas» del Congreso, donde jamás negó su ideología. En estas sesiones un senador le preguntó algo así como que si tanto le gustaba el comunismo, por qué no se había quedado en la URSS, a lo que Robeson respondió: «Porque mi padre fue un esclavo, y mi gente murió para construir este país, y yo me voy a quedar aquí, y voy a ser parte de este país tanto como usted. Y ningún fascista me forzará a irme. ¿Está claro?».

Lamentablemente, esta postura terminó con su carrera, el frenesí anti-comunista de los años 50 terminó alejándolo de manera irreversible de la gente. Tras su declaración en el Congreso, 80 de sus conciertos agendados fueron cancelados, sus presentaciones cada vez a un público más reducido eran atacadas e interrumpidas por el Ku Klux Klan, así como su casa y a su familia.

La intención de aislar a Robeson en todo aspecto posible vivió un nuevo episodio cuando publicó su autobiografía Acá estoy, publicación que no recibió referencia alguna ni en el New York Times, ni en ninguna otra publicación importante, algo impensado para un artista de su categoría.

Sin contratos cinematográficos ni musicales, este precursor del cine afroamericano y uno de los artistas más grandes y reconocidos de la historia, terminó poco a poco cayendo en la pobreza y en el olvido, marginado de la industria del entretenimiento por sus ideas políticas: el ídolo se transformó en un paria con el que pocos querían relacionarse, situación que fue mermando su salud, hasta que el 23 de enero de 1976 fallece a los 77 años de edad en Filadelfia.

Pese al olvido por el que cayó durante décadas, en los últimos años ha habido un interés por rescatar su enorme legado cutural y artístico, así como también el político, buscando poner a Paul Robeson en el lugar del que nunca debió salir: como uno de artistas más grandes de la historia.

William Loren Katz, en "Paul Robeson, España y la cruzada antifascista", en su página web, el 28 de enero de 2006 (y traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens), escribió:En 1937, Paul Robeson había logrado la fama en el mundo entero como cantante de concierto, actor de teatro y de cine, y aún no llegaba a los cuarenta años. Ese año, los acontecimientos globales en rápida aceleración lo obligaron a encarar lo que calificó de «un importante momento crucial en mi vida» y a tomar una decisión que lo cambió para siempre. Las fuerzas fascistas habían iniciado su marcha hacia la Segunda Guerra Mundial: las tropas japonesas habían invadido China en 1931, las fuerzas italianas habían ocupado Etiopía en 1935 y el general Francisco Franco y algunos otros generales, con la ayuda de la Alemania de Hiler y de la Italia de Mussolini, movilizaron el ejército regular de España para derrocar al gobierno republicano legalmente elegido.

En el verano de 1936 veinte aviones nazis de transporte llevaron a las fuerzas de Franco de Marruecos a Sevilla y comenzó lo que creían que iba a ser una rápida marcha hacia la victoria hasta Madrid. Se le sumaron tropas del Portugal fascista. Mussolini contribuyó con más de 50.000 soldados que venían de Etiopía, y Hitler tropas y ayuda técnica, incluida su Gestapo. La Luftwaffe nazi dio cobertura aérea a Franco. Aunque esto fue el disparo de salida de la Segunda Guerra Mundial (el momento de parar en seco al fascismo) las democracias occidentales no hicieron nada. Numerosos políticos en Inglaterra, Francia y USA simpatizaban con el hitlerismo. Francia cerró sus fronteras a la España republicana, cortando el paso a la ayuda del exterior. Las compañías petroleras de USA le suministraron a Franco la mayor parte del petróleo que necesitaba y tres cuartos de sus camiones provenían de General Motors, Studebaker y Ford.

Entre bombardeos diarios, los civiles de Madrid trataron de organizar un ejército de voluntarios para defender su capital. Entonces, España pidió ayuda al mundo y sucedió un milagro. Por primera vez en la historia, personas de todos los continentes abandonaron sus patrias para combatir por el principio de la democracia. 40.000 voluntarios, hombres y mujeres, llegaron de 53 países «para hacer de Madrid la tumba del fascismo mundial». La mayoría de estos extranjeros tenían poca experiencia militar, sobre todo los 2.800 jóvenes USamericanos, pero formaron Brigadas Internacionales y esperaban que su valor y sacrificio despertarían al mundo ante el peligro fascista. Al llegar el mes de junio, los civiles españoles y los brigadistas internacionales detuvieron a los ejércitos fascistas ante las puertas de Madrid.

Pero Hitler y Mussolini enviaron más aviones, tropas y técnicos y las fuerzas republicanas, con sus antiguos rifles, pocos aviones, ametralladoras o cañones, se vieron superadas en potencia de fuego y la situación empezó a ir mal. En Londres se organizaron manifestaciones para «Salvar a España» y Paul Robeson y su esposa Essie llegaron para participar. El primer mitín fue auspiciado por notables como W.H. Auden, Virginia Woolf y H.G. Wells. Pero fue la rica voz de barítono de Robeson la que pronunció el discurso más memorable de la noche. Habló con profunda convicción: «El artista debe tomar partido. Debe elegir la lucha por la libertad o la esclavitud. He hecho mi elección. No tenía otra alternativa».

Robeson había entrado de repente en el escenario global con un nuevo papel (la voz de la resistencia antifascista). Al llegar el mes de diciembre, Robeson habló ante cuatro manifestaciones por la causa republicana y también denunció los ataques fascistas contra África y China. Ya no aparecería más en decadentes filmes hollywoodenses, declaró, sino que representaría «la vida, las esperanzas y las aspiraciones de la gente luchadora de donde vengo». En una reunión, cambió la letra de "Old Man River" (y convirtió para siempre un lamento personal en su propio credo): «I must keep fightin’ until I’m dyin» [Debo seguir luchando hasta la muerte].

A fines de diciembre, Robeson dijo a Essie, su mujer: «Quiero ir a España». Cuando ella argumentó que era muy peligroso y lo instó a quedarse y a movilizar a las democracias, respondió: «Ésta es nuestra lucha, mi lucha».

En enero de 1938, Paul y Essie Robeson habían llegado a Barcelona (España), donde el gobierno les suministró un turismo Buick para siete pasajeros. Con su conductor, un capitán del ejército cuyos cinco hermanos estaban en el frente, los Robeson partieron a llevar la esperanza a los que estaban en las trincheras, hospitales y campos. Dondequiera aparecía Robeson, soldados de muchas naciones lo reconocían y lo saludaban con el puño en alto, haciendo el saludo antifascista y un poderoso «¡Salud!». «No ves todos los días a gente como ellos, que van a una guerra a ver cómo van las cosas», dijo un voluntario británico.

La mayor parte de los conciertos de Robeson fueron en hospitales para estimular la moral de hombres, mujeres y niños heridos por las bombas y las balas fascistas. Un día dio tres conciertos en diferentes hospitales en poco más de una hora. El estallido de proyectiles, los aviones enemigos y el rugir de la guerra estaban pocas veces distantes de sus conciertos y a veces perturbaban su sueño de noche. Cuando Robeson dijo: «Nunca he visto tanto valor en un pueblo», su cobertura periodística lo transmitió a muchos rincones del globo.

El encuentro con los hombres y mujeres USamericanos de la Brigada Abraham Lincoln deleitó a Robeson. Entre ellos había noventa y cinco afro-USamericanos. En una época en la que había linchamientos cada mes y un ejército de USA rígidamente segregado dentro del país, la Brigada Lincoln se destacó por ser el primer ejército USamericano integrado. Los Robeson se informaron sobre el heroísmo del capitán Oliver Law, un afro-USamericano de Texas y uno de los pocos miembros de la Brigada Lincoln con experiencia militar. En 1937, el año en que nació el general Colin Powell, los brigadistas de la Lincoln eligieron a Oliver Law como su comandante, convirtiéndolo en el primer hombre negro en dirigir un ejército USameriano integrado. En la importante batalla de Brunete en julio de ese año, insistió en encabezar personalmente a sus hombres. Gritando «¡Vamos! ¡Vamos!», Law y sus hombres cargaron contra posiciones enemigas atrincheradas, y fue muerto por el fuego de las ametralladoras enemigas. Robeson quiso hacer una película sobre Law, pero nunca consiguió el financiamiento necesario.

Durante su mes en España el foco de sus conciertos, conferencias de prensa y de sus actuaciones públicas fue el imperialismo fascista. Robeson se fue de España, pero nunca dejó de hablar a favor de los que resistían a Hitler y Mussolini. Recolectó fondos para la República Española y para ayudar al retorno de veteranos heridos de la Brigada Lincoln que necesitaban atención médica. Los ejércitos fascistas capturaron España en 1939 y la Segunda Guerra Mundial comenzó cinco meses más tarde. La alarma que dieron la España republicana, los brigadistas internacionales y Paul Robeson resultó ser profética.

Robeson y la Brigada Lincoln continuaron su afectuosa relación. Moe Fishman, director de la oficina de Nueva York de los Veteranos de la Brigada Abraham Lincoln (VALB, por sus siglas en inglés), todavía recuerda cómo la visita de Robeson estimuló la moral del pueblo español y de las Brigadas Internacionales. En 1940, los veteranos lo nombraron formalmente miembro honorario, un tributo conferido sólo a otras tres personas en el mundo. Después de Pearl Harbor, la VALB y Robeson aceleraron su lucha antifascista ayudando a las Naciones Unidas en la Segunda Guerra Mundial. «Cada vez que le pedimos que ayudara en la lucha contra el fascismo, siempre estuvo dispuesto», recuerda Fishman.

Durante la guerra fría, los veteranos le devolvieron el favor. En 1949 cuando una turba fascistoide amenazó un concierto de Robeson en Peekskill, Nueva York (y la policía estatal se negó a intervenir), los veteranos de la Lincoln rodearon y protegieron a su héroe. Cuando el Departamento de Estado de USA le retiró el pasaporte a Robeson, de manera que un hombre casi tan admirado en el mundo como el presidente Franklin Roosevelt, ya no podía viajar o realizar conciertos en el extranjero, veteranos de las Brigadas Internacionales entraron en acción. En USA y Canadá desafiaron la prohibición y ayudaron a organizar un concierto en el que Robeson cantó por teléfono a través de la frontera canadiense.

Al hablar, cantar y viajar a España desgarrada por la guerra, Robeson se incorporó a la última posibilidad real de la humanidad de detener la marcha del fascismo hacia la guerra. Paul Robeson dio valerosamente la alarma e instó consecuentemente a que la resistencia unida de las naciones del mundo terminara por aplastar a Hitler y Mussolini.


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