Introducción
- [propia] Mutación, o continuación por otros medios, de los Hechos contra el Decoro.
En "Los Desechos debutan surgiendo de las cenizas de Hechos contra el Decoro", en Todas Las Novedades, en noviembre de 2003, se escribió:Hechos contra el Decoro era un grupo impresionante, uno de esos que marcaba diferencias en todos los aspectos. Pero… no llegaron a más. Su legado se refleja en tres discos fantásticos y en una colección de músicos que, mayoritariamente, han vuelto a unirse después de una reflexión. Ahora son Desechos y debutan con "Cuando es mañana".
Quedan Carlos, Paputxi, Antonio, Minsa, Santi y Nacho, aunque en la formación que ha grabado el álbum también aparecen Eva y Andrés. No es que estos últimos hayan dejado el barco tan pronto, sino que han tenido que atender responsabilidades mayores: ambos, cada uno por su lado y con su pareja respectiva, se van a tener que enfrentar a biberones y pañales en los próximos meses, difícil situación para compatibilizarla con el ir y venir que supone un grupo como Desechos.
Quedo con ellos en Ritmo & Compás, los locales de ensayo en los que han colocado su base logística. Me los encuentro dando forma a un set list y discutiendo sobre la introducción a utilizar para empezar el concierto. Dos días antes recibí el adelanto de "Cuando es mañana" y no tenía ganas de esperar a la organización de las entrevistas promocionales para hablar con ellos. El disco me ha gustado. Esperaba, no sé por qué, un nuevo disco de Hechos contra el Decoro y me he encontrado con algo diferente, una buena colleja que me aclara por qué esto es un nuevo proyecto, no un simple cambio de formación entre los componentes de la banda.
El disco tiene doce temas y se ha grabado en los estudios Punta Paloma, en Tarifa, bajo la supervisión de Dani Alcover. Toda una garantía de sonido, habría que decir. Y una muestra más de que Desechos mira al pasado como lo que es: tiempo que ya no vuelve. Se me hace difícil pensar en Hechos contra el Decoro bajo la mirada atenta y microscópica de un Dani que, de momento, ha demostrado siempre un corazón con cierto corte rockero. Pero hay que empezar por el principio: "Cuando es mañana" no es un disco de rock, sino un álbum de fusión en el que todo tiene cabida. Aun así, los bajos mandan, los ritmos están marcados y la voz empieza a dibujarse. En el álbum manda, como ellos dirán más tarde, la canción, no la exhibición de eclecticismo que caracterizaba a Hechos.
"Es la misma diferencia que el zumo de naranja y el Tang. El Tang puede saber más a naranja que el zumo, oler más a naranja que el zumo y tener el mismo color naranja, o más, que el zumo de naranja, pero, en el fondo, no lo es. Nosotros queremos ser zumo de naranja del de verdad. Y no nos importa parecerlo más o menos que el Tang". Es la primera respuesta que recibo y, aunque la recojo, no termino de pillar la idea. ¿Qué ocurrió con Hechos para que, siendo uno de los grupos de los que más cabía esperar, se haya ido al garete con tan sólo tres discos en la calle? "Se transformó. Hubo un desgaste que, por algún motivo, se acentuó y empezó a haber salidas dentro del grupo. Nosotros teníamos esto como una especie de familia, así que, después de todo eso, no le veíamos mucho sentido al hecho de seguir. Sin embargo, el grupo seguía funcionando, nos seguían llamando para hacer actuaciones", me comentan. Lo encuentro lógico y se me ocurre pensar que, quizás, en la banda pesó más el entorno que la rodeaba que lo que eran sus componentes en sí mismos.
Aclaro: Hechos contra el Decoro no era solamente una banda musical. Por su comportamiento, su discurso y su funcionamiento, suponía la típica bandera pirata en un mar lleno de transatlánticos. Lo malo del asunto es que hay mucha gente a la que le encantan los piratas aunque viaje en primera clase. A veces la bandera pesa más de lo que se está dispuesto a llevar. "La historia no es diferente", me cuentan. "Lo que es diferente es que nos quitamos de encima las banderas y las etiquetas. No necesitamos nada de eso para hacer lo que deseamos. La única bandera que llevamos ahora es un banderín privado en el que asumimos nuestras responsabilidades para con el grupo. Nada más". El tema continuará, ya que no es un asunto que sea fácil de cerrar: "Seguir con el mismo nombre habría supuesto unas exigencias que no queríamos asumir. No pretendemos responder a las expectativas de ser como una segunda parte, aunque somos conscientes de que muchos nos van a ver así. Nos quisimos quitar el peso y la viscosidad que hacía costoso moverse. Eso no quiere decir, en absoluto, que no guardemos un absoluto respeto y cariño a quienes ahora no están en el grupo".
Bueno. Ya es algo por lo que empezar.
Los tiempos no están como para tirar cohetes. Actualmente, a un grupo le cuesta Dios y ayuda el grabar su primer disco. Muchos tienen que vender a su familia para vender el segundo y la mayoría de los que llegan al tercero han firmado un pacto con el diablo. El caso de Hechos era bien diferente, al menos viéndolo desde fuera. Daba la impresión de que ellos habían evitado todos esos procesos y no sólo habían sacado sus álbumes, sino que habían dado un toque de atención en el panorama musical señalando que los mensajes irreverentes y concienciados podían llegar entregados en una música elaborada sin necesidad de involucrarse en actuaciones patéticas. Que el grupo desapareciera fue un golpe, y no sólo en Madrid, su ciudad, sino en toda una escena que los miraba como ejemplo a seguir. "Sabiendo que no íbamos a seguir juntos los últimos meses estábamos como anestesiados y después del último concierto que dimos en el Gruta todo fue un parón generalizado. Sin embargo, la energía y el trabajo hecho estaban ahí y a algunos nos apetecía seguir con ello. Lo pasábamos bien y sabíamos que se podía seguir adelante defendiendo un proyecto colectivo. Éramos como los Blues Brothers, yendo casa por casa con la intención de que alguno se volviera a incorporar a un nuevo proyecto, tocando timbres. Lo cierto es que pensábamos que el proceso iba a ser más rápido, pero hubo como una especie de período de duelo".
Los Hechos habían vuelto a unir sus fuerzas para una última grabación: el citado concierto en Gruta 77, concebido para recaudar fondos para la defensa de Thomas Miller-El, un alojado en el corredor de la muerte y candidato a ser asesinado por quienes se creen con derecho a matar legalmente. Después de eso… el silencio. Volver a recomponer un proyecto pasaba por varias fases: la primera, mirar atrás con orgullo pero sin obligaciones ("Nos dio como un arrebato de dignidad y no queríamos usar el mismo nombre"); la segunda, plantear algo nuevo, algo que, de verdad, rompiera con los tiempos pasados. "Ha sido como año y medio. Al principio no teníamos nada claro; sólo sabíamos que queríamos un nuevo toque de frescura pero no teníamos ni idea de dónde iba a salir. Fuimos experimentando, poco a poco", dicen los actuales Desechos.
Las palabras no les salen fácilmente, y es que a uno le da la impresión de que la explicación de todo queda encima de la mesa sin que un extraño pueda entenderla. "Es una libertad diferente. No queríamos encasillarnos en un cliché, sino recuperar el concepto de la canción, el rock, el hip hop… Esa libertad trataba de solventar nuestras apetencias sin tener que responder a la historia anterior", aclaran, e insisten: "Seguimos creyendo en lo mismo y nuestros textos siguen teniendo las mismas prioridades. Lo único es que ahora son menos teóricos, viven más a pie de calle y son más de base, más humanos. Queremos menos mestizaje y más canciones. Lo del mestizaje se ha convertido en una etiqueta que parece una obligación. Ahora deseamos un estribillo, una estructura clara. Hasta en la manera de tocar detectas que todo va hacia la sencillez. Actualmente no tenemos nada que demostrar, por lo que nos apartamos y dejamos paso a las canciones. Intentamos evitar todos los comportamientos que, en un grupo como éste, pudieran ser previsibles. Nos preocupa más aprender que limitarnos o encasillarnos". Se empieza a ver la luz, así que… es hora de hablar del nuevo trabajo.
"Se ha hecho muy lento. Casi hemos tardado un año en perfilarlo bien todo. Primero teníamos que cerrar la formación del grupo, concretarlo. Luego… teníamos unas ganas enormes de hacer temas y salían con facilidad, pero… no dejábamos de girar. Aunque la gente sabía que Hechos contra el Decoro no existía deseaba que fuéramos nosotros aunque no teníamos nada nuevo que ofrecer con nuestro nombre. Eso, por otro lado, nos ha permitido probar composiciones nuevas en directo antes de grabarlas. Otros temas se han hecho en casa, tranquilamente, a partir de bases electrónicas. No hemos tenido ningún patrón fijo para el trabajo. Hay, incluso, temas en los que ha llegado la letra antes que la música". El resultado ha sido "Cuando es mañana", un álbum que, en principio, no tiene nada que envidiar a los de la banda enterrada. Uno de los puntos de inflexión importantes es que el colectivo ha aceptado una visión externa, la de Dani Alcover: "Queríamos a alguien que pusiera orden. Nos gustaba el trabajo de Dani y por eso le elegimos. Es exigente y hace muy bien el papel de productor. Su idea apoyaba lo que queríamos y nosotros, por nuestra parte, nos dejamos producir. Nos hemos vuelto más permisivos que antes y la experiencia ha sido enormemente enriquecedora. En los discos anteriores éramos muy celosos de lo nuestro y no dejábamos que nadie modificara nada".
Aun así, la travesía del desierto ha pasado factura. Una aventura tan incómoda como la de renunciar, por el nombre, a una carrera ya consolidada no podía traer consigo más que indiferencia: "Nadie nos quería grabar. Empezamos a componer, pero no nos llegaban las compañías tal y como nos lo planteábamos. El Teki nos echó un cable, aunque nos costó cerrar el acuerdo del mismo modo que nos costó todo. Pensábamos que iba a ser más sencillo, pero… también queríamos salir del entorno que rodeaba a Hechos; hay una línea de continuidad en los gustos, los deseos, pero no queríamos empezar encerrándonos", comentan mientras cae el segundo vermut.
El resultado, de momento, avanza un paso adelante. A veces es necesario soltar lastre para poder seguir caminando hacia adelante. "Suena más relajado y se ha grabado atendiendo a las indicaciones de Dani, tanto en la parte instrumental como en las voces. Confiábamos en él y hemos dejado de lado el ego personal de cada uno. Queríamos un disco potente, crudillo, duro, con contundencia. Y lo hemos conseguido. Estamos realmente contentos con el resultado. Hubo química en el estudio y ha salido algo de lo que sentirnos orgullosos". Cuando les pregunto por lo que se pueden esperar del público no lo dudan. "Ahora es un lío sacar un disco. Lo único que esperamos es que quien lo escuche diga que le mola. Lógicamente, para esperar eso, al primero que tiene que gustarle es al que lo hace. Lo demás…".
La próxima etapa es el directo, asignatura que, en principio, no ha de plantear problemas a la hora de sacar nota. El grupo ha seguido funcionando aunque el anterior proyecto hubiera sido sepultado. La gente que los ha visto tampoco ha apreciado un cambio de intensidad a la hora de subirse al escenario. "Todo se está montando. A ver si para diciembre ya sabemos algo de la gira. Quizás lo presentamos primero en Madrid y en alguna que otra capital, pero lo que queremos es montar una buena gira. Somos muy de furgoneta: es donde se hace el grupo y donde, realmente, nos lo pasamos bien", dicen. Ahora, con expectativas y nuevo disco, es cuestión de levantar un nuevo nombre. La gente es la misma, salvo excepciones. El proyecto musical, no. ¿El futuro?
Discografía (2003-2016) (en un solo archivo)
Discografía (2003-2016) (cada disco por separado)
- Cuándo es mañana (Desechos, 2003)
(2003) Desechos - Cuándo es mañana.rar [49.49 Mb]
Carátula: interior
Dos y medio (Desechos, 2007)
(2007) Desechos - Dos y medio.rar [50.57 Mb]
Matatiempo (Desechos, 2010)
Desechos [2010] - Matatiempo.zip [71.61 Mb]
Carátula: portada
Miedo a estar vivo (Desechos, 2016)
Reproducción: youtube / bandcamp / spotify
Carátula: portada
Vídeos
Relacionado:
[ Add all 3 links to your ed2k client ]