INTRODUCCIONEn el colegio nos narraron algunos capítulos de la Historia, que
nosotros contemplamos escépticos, acomodados en las dulces
rebanadas de nocilla y los tontos pero entretenidos comecocos.
Los que, luego, cursamos el instituto, fuimos más allá de aquel
primer y superficial esbozo, liderados por planes de estudio
desmedidos. Aprendimos mil aspectos de revoluciones
gloriosas, francesas y soviéticas, sin entender nada de lo que
pasaba en nuestro momento. Como máquinas mal
programadas, operábamos con datos cuyo orden
desconocíamos; además, tras los exámenes, limpiábamos la
caché y nos entregábamos a la nocilla, cuyo sabor varíaba.
Ésto nos ha expuesto siempre a numerosos peligros
ideológicos, que han oscilado entre el escepticismo extremo y
el activismo impenitente. El daño está hecho en la placa, y por
eso nos cuesta tanto deshacerlo. Pero yo propongo! Volvamos
sobre nuestros pasos y recuperemos toda esa abundante
información que todos portamos, con el firme propósito de
organizarla, y no sólo de presumirla o recitarla. Nos va en ello
la vida, porque hombres somos y no sólo de pan vivimos.
Es cierto que en nuestro mundo pasan muchas cosas, y que
pasan muy rápido, pero si atendemos a los principios
generales daremos con posibles claves interpretativas para
entenderlo y entendernos.
En la Bitácora de las Indias1, David de Ugarte ofrecía una
lectura histórica del enfrentamiento entre el periodismo
tradicional y el periodismo digital. La clave interpretativa era la
evolución tecnológica: del mismo modo que ésta había
producido, en su momento, el periodismo en papel, ahora
genera el periodismo digital.
Lo interesante es que esta explicación se inscribe en una teoría
de radio aún mayor, de la que además, a partir de sus principios
y realizaciones, podemos extraer consecuencias acaso no
previstas. Esta explicación sostiene que la tecnología ha sido y
es el auténtico motor de la libertad, aunque normalmente no
reconocido como tal, oculto entre los disfraces de los valores y
las ideologías. Ahora bien, "libertad" tiene aquí un significado
muy específico: individualización e independencia respecto de
las instituciones. La red ofrece, efectivamente, numerosos
modos de explotar la identidad individual donde
el uso de
nicks no es un obstáculo, sino al contrario un incentivo,
y
también una nueva manera de contrarrestar el peso de las
instituciones: no individualizándolas, sino institucionalizando
el individuo. Suena retorcido, pero no lo es.
Así como la imprenta supuso una descentralización de los
focos generadores de opinión, disolviendo progresivamente las
universidades como brazos eclesiásticos para transformarlas
lentamente en brazos estatales, internet ofrece la posibilidad de
hacer lo propio con los centros de poder actuales.
He dicho "ofrece la posibilidad" porque está en la mano de
1 Medios de papel: ¿reaccionarios o tartufos? En
http://www.lasindias.com/articulos_2/pr ... bre_2.htmlcada uno verla y querer materializarla. En esta conquista del
individuo y de la libertad que le es propia no hay plan escrito ni
providencia; en este juego la única regla es la voluntad de
liberación.