¡No pasarán!
Canciones de guerra contra el fascismo (1936-1939)
Pere Camps i CamposLa noche del 12 de abril de 1931, Barcelona, Catalunya y España viven horas de esperanza. Los demócratas, los progresistas, las gentes de izquierdas, articulados en las diferentes listas republicanas, han ganado las elecciones municipales.
Pasados cinco minutos de las dos y media del 14 de abril LluÌs Companys proclama la república desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona.
Un poco más tarde Francesc Macià instaura la República Catalana. En Madrid se organiza el gobierno provisional.
La oscuridad de la noche se lleva consigo la monarquía y la claridad del día trae la libertad y la fraternidad de la República. El Borbón se larga pero las fuerzas reaccionarias siguen prestas al acecho de la serpiente.
A pesar de la impaciencia lógica de las clases trabajadoras, famélicas de justicia social , del terrorismo de guante blanco de los aristócratas, terratenientes, oligarcas y financieros y del terrorismo negro de sacristía; en el diciembre de 1931 España se convierte en una República Democrática de Trabajadores de toda clase, que se organiza en un régimen de libertad y de justicia.
Una república laica, que renuncia a la guerra como instrumento de política nacional, posibilita la autonomía territorial, protege los derechos individuales de las personas, reconoce el divorcio, deroga los privilegios sociales del "Ancien Regim" y de la Iglesia y subordina la riqueza y la propiedad a la utilidad social.
Reformar estructuralmente la arcaica España y dar prioridad a la educación (en menos de dos años se construyeron casi tantas escuelas como en los últimos veintidós años de régimen monárquico) son los ejes tanto del gobierno provisional como del primer gobierno electo de la república.
La minoría que ve como sobre el papel se le acaban los privilegios no está dispuesta a consentirlo e inicia una fuerte campaña en defensa de la religión y de la unidad de la patria. Los conspiradores pasan a la acción y el 10 de agosto de 1932 se intenta un golpe de estado reaccionario que es encabezado por el general monárquico Sanjurjo.
Los demócratas pasan a la ofensiva, y con una mayoría aplastante las cortes republicanas aprueban la ley de bases de la Reforma Agraria y el Estatuto de Catalunya.
Francesc Macià es elegido presidente de la Generalitat.
Los terratenientes usan todos sus poderosos medios para boicotear la reforma agraria y generan la indignación de los campesinos y la ocupación de fincas.
El gobierno no es capaz de acelerar el cumplimiento de la ley y ésta se desarrolla con gran lentitud.
1933 nace con males augurios. Una pequeña revuelta campesina en el pueblo andaluz de Casas Viejas, se convierte en una matanza indiscriminada por parte de los guardias de asalto al mando del capitán Rojas. Estos hechos protagonizados por unos aparatos represivos del estado que siguen siendo, de hecho, los de siempre, se convierten hábilmente manipulados por las derechas más reaccionarias y conservadoras, en un elemento clave para desgastar la imagen del gobierno
Azaña.
Mientras tanto en Alemania Adolf Hitler es nombrado por el mariscal Hidenburg jefe del gobierno alemán.
Un mes más tarde miles de demócratas, progresistas y revolucionarios alemanes son asesinados, torturados y encarcelados. Los partidos y los sindicatos son disueltos.
La democracia y la libertad han muerto. El nazismo tiene todo el poder.
A pesar de todo, el gobierno Azaña intenta seguir adelante con las reformas.
Se crean 3.990 unidades escolares más en poco menos de seis meses y se ponen en marcha las misiones pedagógicas, con la intención de hacer llegar la cultura hasta el pueblo más alejado.
Pero una fuerte ofensiva de la patronal agraria contra la reforma y los jurados mixtos, y una campaña anatemizando al gobierno republicano por parte de la monárquica y fundamentalista jerarquía eclesiástica en contra del divorcio, de los matrimonios civiles, de los avances hacia la igualdad de las mujeres y, en definitiva, contra el laicismo republicano, acelera la caída del gobierno Azaña y la convocatoria de unas elecciones que dan la victoria al centro republicano y a la derecha ultraconservadora sobre la izquierda republicana y socialista.
Se forma el gobierno Lerroux que fuertemente presionado por los sectores más reaccionarios, empieza a revisar la legislación laica, amnistía entre otros a Sanjurjo y Calvo Sotelo y paraliza la reforma agraria y el estatuto vasco.
El 25 de diciembre muere el presidente Macià y Lluís Companys es elegido presidente de la Generalitat.
Con el gobierno Lerroux empieza la venganza de los terratenientes que al grito de: "Comed República", se niegan a dar trabajo, o lo dan con salarios de hambre, destituyen ayuntamientos socialistas y cierran locales obreros.
Pero este desquite es insuficiente, su objetivo y su exigencia es la definitiva estrangulación de la reforma agraria.
Los fascistas siguen sin aceptar la legitimidad republicana y aprovechan el Parlamento como tribuna o escondite de las conspiraciones, al mismo tiempo que firman un acuerdo de apoyo por parte de la Italia de Mussolini.
El gobierno Lerroux, presionado por la patronal agraria catalana se enfrenta al Parlament de Catalunya por la ley de "conreus".
Es ésta una agresión de clase y centralista. Decenas de miles de "rabassaires" se manifiestan en Barcelona en apoyo del Parlament de Catalunya y de la ley de "conreus".
El Estatuto vasco es rechazado por las Cortes.
La oligarquía y los terratenientes creen que es el momento de tener todo el poder político para acabar con la reforma agraria y dar marcha atrás de modo definitivo en los avances democráticos de la república.
Se forma el gobierno derechista Lerroux-Gil Robles y las izquierdas reaccionan con una huelga general que es seguida masivamente en las ciudades y que en Asturias se convierte en una revuelta revolucionaria.
En Catalunya, el presidente Companys proclama el Estado Catalán de la República Federal Española, afirmando que la: "Catalunya liberal, democrática y republicana no puede estar ausente de la protesta que triunfa en todo el país, ni puede silenciar su solidaridad con los hermanos que en las tierras hispánicas luchan hasta la muerte por la libertad y por el derecho.
La represión es brutal, sobre todo en Asturias, donde la revuelta provoca centenares de muertes después de violentos enfrentamientos entre la guardia civil y el ejército con los mineros de la Alianza Obrera, movilizados al grito de UHP (Unión de Hermanos Proletarios). Decenas de miles de progresistas, socialistas y revolucionarios son encarcelados.
El gobierno de la Generalitat encabezado por Lluís Companys, el alcalde de Barcelona Pi i Sunyer y miles de catalanes, son detenidos y encarcelados.
Se suspende el Estatuto y la progresista ley de contratos de "conreus" es anulada.
Pero la represión y sobre todo el encarcelamiento de decenas de miles de personas y la política cada vez más reaccionaria del gobierno, ayudan a crear un clima emocional que favorecerá la unidad de los demócratas y progresistas y de la izquierda en su conjunto.
Se disuelven las Cortes y se convocan elecciones generales.
En Catalunya se forma el "Front d’Esquerres" y en España el Frente Popular, una alianza entre reformistas, progresistas, socialistas y comunistas.
La amnistía son, además de la restauración plena de la Generalitat los dos temas claves de la campaña en Catalunya.
El 16 de febrero el "Front d’Esquerres" gana en Catalunya y el Frente Popular en España. El pueblo recibe la victoria con emoción y tranquilidad.
Se forma el gobierno presidido por
Manuel Azaña. Se amnistían los presos.
Lluís Companys sale de prisión y es elegido de nuevo por el Parlament de Catalunya, presidente de la Generalitat.
En el mismo momento de la victoria de las izquierdas los fascistas con el apoyo de importantes sectores de las derechas conservadoras que no aceptan la derrota electoral, empiezan a conspirar contra un gobierno que llega con una coyuntura popular de esperanza renovada.
Las clases económicamente dominantes y sus aliados, viendo la posibilidad real de la consolidación definitiva de un gobierno republicano democrático y reformista, decide preparar definitivamente la ruptura violenta del consenso y, de esta manera, recuperar el poder político.
Mientras tanto el gobierno republicano presidido por Azaña, retoma la aplicación de la Reforma Agraria, elemento clave junto a la Educación, para modernizar el país.
Desde febrero hasta el 17 de julio de 1936, son expropiadas 537.475 hectáreas y distribuidas entre 108.000 familias campesinas.
El 18 de julio los militares fascistas con el apoyo de los terratenientes, los financieros y la iglesia se levantan contra la República y la Democracia. La reacción popular contra el levantamiento es tan amplia que en las principales ciudades los fascistas son vencidos.
Y empieza la guerra de los que no están dispuestos a perder sus privilegios. Y empieza la resistencia de los que no están dispuestos a prescindir ni de la libertad, ni de la esperanza.
Hoy 20 de julio de 1936, los fascistas han sido derrotados en Barcelona, Bilbao, Madrid, Valencia.... pero, a pesar de su heroica resistencia, Zaragoza y Sevilla han caído en manos facciosas. Para poder vencer, ante la oposición del pueblo, los fascistas practican la política del terror y el asesinato sistemático.
No obstante, el golpe de Estado que pretendían ha fracasado gracias a la reacción del pueblo y, en primer lugar, de los trabajadores.