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Democrazy

Discos y autores.

Democrazy

Nota Sab Mar 07, 2020 8:18 pm
Democrazy
(España, 2019-...)

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Introducción


Alan Queipo, en "La democracia todo locura. El núcleo duro de Hechos Contra el Decoro cobra nueva forma en Democrazy", en No Todo, el 20 de septiembre de 2018, escribió:Durante la segunda mitad de los años ’90, Nacho Murgui, hoy segundo teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Madrid (es decir, el número 2 de Ahora Madrid y escudero de Manuela Carmena), era el capitán de un barco especialmente transgresivo y transgresor para la música fusión sin pelos en la lengua.

Los tres discos de Hechos Contra el Decoro, catalogados por la prensa de la época como “los otros Mano Negra” y uno de los combos de música fusión más relevantes de un circuito en el que bandas como Negu Gorriak, los mismos Mano Negra, Ojos de Brujo o Amparanoia cambiaban la noción del mestizaje musical, quedaron como un souvenir de culto en el tiempo, apenas roto hace tres años, en una efímera reunión para poner música e imágenes a la campaña de Ahora Madrid para hacerse con la alcaldía de la capital, algo que conseguirían con el apoyo del PSM.

Sin Murgui y sin la marca de HCD, pero con el influjo de las cenizas de aquella banda, ahora llega Democrazy, un nuevo proyecto que el próximo viernes 5 de octubre publicará su álbum debut, pero del que ya han compartido un par de canciones, y dejarán caer una tercera este viernes 21 de septiembre; aunque el pasado mes de junio actuaron en la madrileña Sala Caracol, en el que fue el bautismo de la banda en directo. Por lo que se desprende en "Middle Class" y "Desinventarnos", la banda seguirá manteniendo esa genética sonora en la que la base rock-funk con aires a Red Hot Chili Peppers o Jane’s Addiction se funde con una sonoridad casi de big band alternativa, unas letras afiladas y críticas contra el sistema, una voz rap-rockera y una conexión con bandas como Karamelo Santo, Todos Tus Muertos, el Fermín Muguruza más cerca del dub y lo realizado por Desechos, banda que a principios de siglo había cogido el relevo (con varios de sus miembros) a los separados Hechos Contra el Decoro.


Ficha técnica

    Miembros: Ruso (voces), Eva Reina (teclado), Ramiroquai (batería), Andrés Belmonte (bajo), Angelo Mancini (trompeta), Javier Pedreira (guitarra).
    Periodo de actividad: 2019-...




Discografía (2019) (en un solo archivo)





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Relacionado:


Re: Democrazy

Nota Sab Mar 07, 2020 9:36 pm
En entrevista con Ruso, de Democrazy, con el titular "En la política profesional hacen morada los mediocres", en Público, el 30 de septiembre de 2018, se escribió:

Ruso, Ramiroquai, Andrés Belmonte, Eva Reina, Angelo Mancini y Javier Pedreira son Democrazy, banda surgida de las cenizas de Hechos Contra el Decoro que en pocas semanas publicará su primer disco. Tras "Middleclass" y "Desinventarnos", que desvelaron ya antes del verano, estrenan en plataformas digitales "1978", el tercer sencillo del álbum, homónimo y autoeditado, que se publicará el próximo 5 de octubre. "'1978' es un himno contra la anestesia y la restauración", explica Ruso. También es, desde luego, una crítica, pues sus versos aluden al hartazgo y a la desconfianza hacia la clase política (la de toda la vida, pero también la "nueva"), a la desafección por lo que creímos que iba a suponer el 15M y a la frustración de comprobar que, bien avanzado ya el siglo XXI, nos volvemos a encontrar en posiciones de cuarenta años atrás "en la casilla de salida: 1978".


Pregunta: ¿Cómo definirías tu música con una sola palabra?

Respuesta: Real.


P: ¿Un motivo por el que escucharte en directo?

R: Por azar, tal vez porque pasabas por allí. O quizá porque te lo recomendó una amiga, o dos, o tres... Por contagio irremediable.


P: Primer recuerdo musical.

R: Las canciones que me cantaba mi abuela para dormirme. Más tarde supe que en esas melodías se esconde el pasado borrado de mi país. “¿Dónde está la llave? Matarile, rile, rile”, tarareaba mi abuela reproduciendo sin saberlo el eco de las canciones de juego de los niños cristianos del siglo XVI. Emulaban la violencia de sus adultos contra una población judía obligada al destierro. “O me das lo tuyo o te doy matarile”. Síntesis redonda de la esencia insoportable de lo español.


P: ¿Cuál es el disco que más suena en vuestra furgoneta?

R: Son varios. Uno de Juan Moneo Lara, 'El Torta'. Otro de Chumbawamba. Y de lo nuevo, Childish Gambino y "Songs of Resistance", lo último de Marc Ribot.


P: Una canción que hayas escuchado y te haya dado vergüenza ajena.

R: Cualquier canción de Bono cuando le da la vena “solidaria”.


P: La primera canción que compuse iba sobre...

R: Fue de niño, en el colegio. No recuerdo la canción, pero sí a Javi, nuestro maravilloso profe de música. Tuve la suerte de ir al siglo XXI, una escuela que era otro mundo, aunque estaba en este. Con cuatro años me junté allí con Andrés Belmonte, bajista de Hechos Contra el Decoro y de Democrazy. Allí nos inocularon venenos tan benditos como la música.


P: Y la última sobre...

R: El año en que un país fue definitivamente convertido en laberinto. La canción se llama "1978". Está en el disco de Democrazy.


P: Si no me conocen, recomendaría que escucharan de mi discografía la canción.

R: De ahora, "Esta vida" o "Manifiesto". De hace tiempo, "Qué te voy a contar" o "Abril de mil novecientos ausencia", de Hechos Contra el Decoro.


P: ¿Cuál es tu acorde preferido?

R: Cualquiera de los que daba Woody Guthrie con su guitarra para matar fascistas.


P: Filia, rareza o fetiche instrumental.

R: Mi instrumento en la música, la trompeta de Angelo Mancini. En la vida, la escucha al otro. Para el rey, la guillotina.


P: Objetivo realizable.

R: Crear tribus, bandas y comunidades para hacer sentido en común, vivir de otros modos y contagiar la posibilidad de esa vida otra.


P: Sueño inalcanzable.

R: Revivir a Cervantes y desatar una incurable epidemia cervantina. Algo tan inalcanzable como necesario.


P: La definición más absurda que han hecho de ti.

R: Que soy alguien.


P: La que deberían haber hecho...

R: Ninguna.


P: La anécdota o experiencia que contarás a tus nietos.

R: Conocer a las mujeres y a los hombres zapatistas del sudeste de México. Una miríada incontable de seres humanos protagonistas de una hazaña ya invencible: construir una vida colectiva en las antípodas de la barbarie que asola el mundo.


P: Un grupo español olvidado digno de ser reivindicado

R: Un grupo, Maniática. Un solista, Chicho Sánchez Ferlosio.


P: Acaba la frase: "Del mundo de la música cambiaría...".

R: El papel de espectador, la dictadura del negocio, la concepción romántica del artista y la precariedad de los trabajadores del sector, incluidos los músicos.


P: "Los políticos son...".

R: En la política profesional hacen morada los mediocres, que no saben hacer otra cosa, o los peligrosos, sobredeterminados por una insoportable voluntad de poder. Un amplio abanico de ineptos, narcisistas, ambiciosos y ladrones. Todos y todas falaces.

Re: Democrazy

Nota Sab Mar 07, 2020 10:35 pm
Sergio Iglesias, en "Entrevista: Democrazy", en El Giradiscos, el 6 de noviembre de 2018, escribió:

Democrazy es el nuevo proyecto formado por el núcleo de Hechos contra El Decoro, la banda madrileña que en los años 90 del siglo pasado revolucionó la escena musical estatal a base de versos incendiarios y canciones en las que demostraban que el compromiso social no debía estar reñido con el gusto musical. Pues casi 20 años después de que el grupo desapareciera, varios de sus miembros regresan con Democrazy, un proyecto en el que la actitud revolucionaria continúa intacta y en el que vuelven a demostrar que nos encontramos ante unos músicos de muy alto nivel. Para hablar de este "regreso" hemos estado charlando con Ruso, cantante de la banda quien, como no podía ser de otra manera, nos ha dado una interesante lección, no sólo de música, sino también de política y sociología.


El Giradiscos: Para comenzar, cuéntanos cómo se gesta el regreso del núcleo de Hechos contra el Decoro en este nuevo proyecto llamado Democrazy.

Ruso: Democrazy se gesta a partir de una inquietud compartida por Andrés Belmonte, Ramiro McTersse y yo mismo, que nos ponemos a conversar y de ahí sale un diagnóstico de lo jodido que se está poniendo el presente. Las ganas que tenemos de formar una comunidad para vivir la inquietud de lo que está pasando en el mundo nos lleva a hacerlo a través de la música intentando crear una herramienta de intervención cultural para plantear cosas, que es lo que es Democrazy.


EG: Por lo que veo, el objetivo es el mismo que cuando empezasteis en la música…

R: Sí, lo que pasa es que con Hechos lo que vivimos fue la experiencia de una escuela en la que aprendimos un montón de cosas, no sólo de música, sino de la vida. Democrazy llega 20 años después, con toda una vida acumulada, con una mayor madurez y con un sentido del proyecto más trabajado. Pero, como tú dices, el objetivo es el mismo.


EG: ¿No resulta desalentador ver que muchas de las canciones que hicisteis hace más de 20 años siguen manteniendo ahora la misma vigencia que antes?

R: Hechos contra el Decoro formó parte de un contexto sociopolítico en el que funcionó como una herramienta cultural ligada a lo que fue el movimiento antiglobal y la crítica al capitalismo en aquellos años 90, donde se hizo un análisis que, a la postre, hemos visto que era bastante certero. Entonces, grupos como nosotros, 99 Posse en Italia o Asian Dub Foundation, por ejemplo, hicimos el mismo diagnóstico: o se modificaban radicalmente los parámetros en que se construía la vida social y el modo de vivir que teníamos, o el desastre era inminente… pues ahora ya estamos en el desastre. De ahí que muchas de aquellas letras sigan teniendo una vigencia absoluta, y de ahí también la necesidad que nos ha surgido de volver a juntarnos para grabar y subir a los escenarios para estar de nuevo ahí, dando la pelea.


EG: Estilísticamente, siempre fuisteis un grupo con una inquietud especial a la hora de experimentar y, escuchando “Democrazy”, vemos que eso no ha cambiado…

R: Sí. Por lo que nos está diciendo la gente, el disco destila una mayor madurez, tanto desde el punto de vista musical como desde el punto de vista lírico. Es como si en estos años hubiéramos acumulado unos saberes que se ponen de manifiesto en el disco; es un mismo espíritu pero, bajo mi punto de vista, hay un trabajo más reposado o sedimentado que es el reflejo de estos 20 años de vida y de trabajo en la música. Una de las claves de Democrazy, que también lo era en Hechos, es que los músicos son muy buenos, y además ahora hemos incorporado a la guitarra a Javier Pedreira que es un fichaje brutal. La banda suena muy bien y está muy trabajada desde el punto de vista musical, y las letras creo que también son más curradas y profundas, fruto de todas esas experiencias vividas, una cuestión lógica que tiene que ver con esos 20 años que han pasado.


EG: Hablando de las letras, nos encontramos con "Unos se quedan, otros se van", que supongo que tiene mucho que ver con tu experiencia personal, ya que tú fuiste uno de los tantos que tuvieron que irse a trabajar al extranjero…

R: Así es, fui… y soy uno de esos, ahora ando por aquí de manera temporal porque soy profesor en una universidad pública de Nueva York y tengo este año casi sabático dando clase on line, pero tendré que volver allí algún día. La canción sale de esa experiencia personal, pero también de haber encontrado tantísima gente que se tuvo que ir en estos últimos diez años, desde que se produce esa abrupta ruptura en el ciclo económico. Dentro de todo el movimiento que surgió con el 15M estaba también la marea granate, formada por toda esa gente que se había tenido que ir a Alemania, Argentina, Brasil… eso me estimuló para contar algo de lo que, por cierto, se habla muy poco, ya que no tiene el reflejo que debería tener un fenómeno de este tipo cuando los datos son tan abrumadores: un país en el que miles y miles de personas se han tenido que marchar y siguen marchándose en busca de trabajo… y lo curioso es que es gente que había seguido el guión que se supone que había que seguir para tener un mínimo de bienestar, pero aquí no lo ha encontrado. Esa experiencia, yo que la vivo en mi propia piel, te aseguro que es muy dura, y por eso quisimos hacer esta canción.


EG: Por curiosidad, ¿es muy diferente la vida aquí respecto a la de allá?

R: Hay una diferencia en el lugar cotidiano en el que tú te colocas desde el punto de vista emocional. Adaptarte a una cultura que no es la tuya es siempre complicado y la experiencia de la soledad cuando no es deseada también es muy difícil y todo se hace muy cuesta arriba. Lo que ocurre es que la migración también es una fuente de aprendizaje enorme porque, muchas de las cosas que has conocido a través del testimonio de otras personas que han emigrado a España, las entiendes cuando lo vives tú.


EG: ¿Se echa de menos ese concepto de "barrio", tan presente en vuestras canciones?

R: Al final, la emigración depende de la experiencia de cada uno. Yo me marché a EE.UU., que es un país particularmente difícil porque, en el modo de vida local, está instalada la soledad a través de un individualismo muy exacerbado, y eso es muy diferente a la cultura en que yo me he criado, de estar siempre en comunidad, con gente y haciendo cosas… eso allí es muy difícil. Yo me imagino que la emigración en otros lugares será diferente, por ejemplo en países latinoamericanos, donde la cultura local es más parecida a la nuestra. Particularmente, la ciudad de Nueva York es un lugar que está en el futuro, donde ya hace 40 años se desata este huracán terrorífico que ahora estamos viviendo aquí que es el neoliberalismo. Por lo tanto, lleva experimentando este modelo de vida cuatro décadas más que nosotros y yo siempre digo lo mismo cuando alguien va a visitarme: “Bienvenido al futuro”, porque allí vas a ver las dramáticas consecuencias de esto que se ha dado en llamar neoliberalismo y que en Europa y en el estado español todavía se empieza a vislumbrar. Eso impone unas condiciones de vida bastante difíciles.


EG: "Middle class" fue el primer single de Democrazy, un tema donde se hace un análisis bastante certero de como la crisis ha conseguido terminar con esa "clase media" que tanto abundaba…

R: La clase media es una categoría peliaguda, inventada por los sociólogos de la escuela estructural funcionalista en un tiempo en que necesitaban fabricar un dispositivo para acabar con toda la narrativa de la clase obrera. Ese fondo político e ideológico que siempre ha tenido ha supuesto un lastre para esa categoría, pero es que, además, la gente que se ha reconocido dentro de eso que se ha llamado “clase media” ha estado siempre sujeta a formas de pensar y de vivir muy conservadoras y muy ancladas en el concepto de una vida tranquila. Cuando todo ese poder adquisitivo y toda esa tranquilidad se vienen abajo porque el capitalismo, irremediablemente, no funciona, el pensamiento conservador que ellos ya tenían en sí como grupo social, se expresa abiertamente desde el punto de vista político. Esa es la clave de las nuevas formaciones políticas conservadoras que, en los últimos tiempos, han surgido en Europa y en todo el mundo y, en cierta medida, de este peligroso giro neofascista que está tomando el neoliberalismo en un montón de lugares y que, en estos días, estamos viendo con una intensidad extraordinariamente desalentadora y apabullante.


EG: Siguiendo con temas políticos, hace tres años, Hechos contra el Decoro os reunisteis para hacer la campaña de Ahora Madrid. Sin embargo, en la canción "Esta vida" también señaláis la parte de responsabilidad que estos nuevos partidos tienen en la situación que estamos viviendo…

R: Sí, "Esta vida" es una canción muy directa y crítica con la gente que ha entendido que el campo de lo instituido debía ser el campo de intervención. Nosotros pensamos que no es así, que lo que enfrentamos es un problema antropológico, un problema cultural que tiene que ver con la forma de vida en la que estamos insertados. La única manera real de transformar el presente, ya no porque uno tenga un proyecto de sociedad diferente, sino porque el planeta se muere y la urgencia ya es extrema, es intervenir en la vida cotidiana desarticulando, de algún modo, la manera en que vivimos, que es suicida y destructiva. Por lo tanto, todo eso que tiene que ver con lo instituido, con el estado o con el gobierno, para nosotros tiene que tener un papel secundario. Aparte de todo esto, si lo que se ha presentado como “nuevo” no deja de repetir lo más catastrófico de lo viejo, que nunca ha funcionado y que, además, muestra un déficit democrático notable, la decisión de estar en esos parámetros, aparte de no ser operativa, se muestra irresponsable. Si uno calcula la alegría y la ilusión colectiva y masiva que generó el 15M, por lo que tuvo de ruptura y de una subjetividad política que irrumpe con una potencia gigante, y la tristeza en la que nos han sumergido tan rápidamente, las experiencias políticas que están en lo instituido a nosotros nos generan mucha inquietud y zozobra. Es cierto que no todas las experiencias son iguales pero, en general, el límite se ha demostrado muy rápido.


EG: Volviendo al disco, ¿cómo surgen las colaboraciones de Paloma del Sol, Javier Ruibal y "El Piculabe"?

R: Pues unas salen de manera más natural que otras. Por ejemplo, Paloma es compañera de Angelo Mancini y, de alguna manera, el estribillo de “Enmedio del fuego” está escrito para ella. Con Javier pasa algo parecido, porque es un amigo muy querido de la banda con el que hemos compartido en los últimos años muchas conversaciones y paseos, y vemos que tenemos las mismas inquietudes acerca de lo que está pasando en el mundo. Así que, cuando pensamos en construir una canción para regalársela a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y a la gente que lleva todos estos años peleando por el derecho a la vivienda, pensamos en invitarle porque íbamos a estar en sintonía total. Además, nos apetecía mucho que estuviera en el primer disco de este nuevo proyecto porque, para nosotros, es como un hermano mayor, no sólo desde el punto de vista artístico, sino también desde el punto de vista ético. En el caso de “Piculabe” no le conocíamos personalmente, pero nos gustaba cómo cantaba y un amigo común nos confirmó que iba a entender bien el tema de la canción; además es una persona de Pan Bendito, un barrio parecido a los barrios donde hemos crecido algunos de nosotros, e inmediatamente la conexión fue brutal y fue muy emocionante porque, desde el primer momento, se metió en la piel de la canción e hizo ese estribillo tan maravilloso de “Manifiesto”.


EG: ¿Os ha influido el evidente retroceso que ha sufrido en los últimos años el tema de la libertad de expresión en España a la hora de hacer las letras de las canciones?

R: Nosotros cantamos lo que queremos, igual que hacíamos antes… otra cosa es que las consecuencias puedan ser diferentes, pero nosotros no aceptamos la autocensura. Es verdad que algo nuevo que no nos ocurría con Hechos es que sí nos inquieta ese asunto; cuando lanzamos la canción de “Middle Class”, que tiene un estribillo contundente y estuvimos trabajando en el guión del video dijimos “A ver qué va a pasar, porque tal y como están las cosas…” esas cosas no nos pasaban antes porque, como tú dices, había mucha más libertad de expresión. El otro día escuché a Bunbury decir que el retroceso también es artístico, la música como fenómeno musical ha retrocedido porque se ha impuesto un modelo de producción estandarizada e industrializada del gusto musical, que sólo produce un tipo de cosas y el resto quedan a la deriva. También se han perdido muchas salas de conciertos y mucho apoyo institucional, así que no es sólo un problema de libertad de expresión a lo que uno canta, sino que yo diría que se ha vivido un retroceso en lo que es la expresión musical como sociedad y en la cultura en general.


EG: ¿Y ahora qué? ¿Gira, conciertos…? ¿Hay futuro para Democrazy?

R: Espero que haya mucho futuro porque esto, como te decía antes, se construye como una herramienta para ser usada, eso conlleva tener que tocar mucho y esperamos que haya una acogida del disco acorde con lo que queremos y que le llegue a la gente y que empecemos a tocar sin parar como hace 20 años. Así que, lo que vamos a hacer es presentar el disco en un puñadito de ciudades y después de navidades, según hayan ido las cosas, nos liaremos la manta a la cabeza y nos montaremos en una furgoneta como antaño para tocar allá donde se nos reclame.


EG: ¿Habéis notado mucha diferencia en ese aspecto?

R: Sí, ha cambiado mucho, y a nosotros se nos plantea una desconexión generacional, porque ahora, gran parte de lo que pasa se mueve en las redes sociales y en un universo bastante complejo con el que nosotros somos muy críticos y con el que, además, no tenemos una destreza muy grande (risas). Yo creo que ahora es más difícil tocar y entrar en festivales. Nos contaban el otro día que para estar en esos festivales lo que se mira ahora son los followers que tengas, y como nosotros, como te decía, somos muy críticos con todo eso, no estamos ahí prácticamente más que lo necesario así que no sé cómo vamos a sortear este presente tan complejo (risas).


EG: Resulta paradójico la gran utilidad que pueden tener las redes sociales para algunas cosas y los problemas que generan para otras ¿verdad?

R: Esta es una conversación muy compleja… yo que estoy en el ámbito académico en la universidad americana y, entre otras cosas, me dedico a investigar esto, te podría soltar un rollo interminable y soporífero de lo que podríamos llamar la Cara B, lo que es la economía política de las plataformas digitales y las redes sociales, tanto desde un punto de vista sociológico como antropológico. Porque, bajo mi punto de vista, en su conexión con la sociedad neoliberal y sus parámetros culturales, son bastante negativos y subrayan todo lo negativo que, antropológicamente, está generando este neoliberalismo, que es una barbaridad.

Re: Democrazy

Nota Sab Mar 07, 2020 11:08 pm
Álex Blasco Gamero y Adriana M. Andrade, en entrevista con Ruso, de Democrazy, con el titular “Una sociedad que congela el azar y lo reprime es una sociedad sin futuro”, en CTXT, el 26 de diciembre de 2018, escribió:

En 1998, Hechos contra el decoro terminó su etapa como grupo de rock. Hoy, una reformulación de sus integrantes denominada Democrazy vuelve con un disco homónimo. Ruso, vocal y compositor; Javier Pedreira, a la guitarra; Eva Reina, teclados; Angelo Mancini, trompeta, Andrés Belmonte, bajo, y Ramiroquai, a la batería, dan forma a las 9 canciones que componen su primer disco. Democrazy carga contra la Transición y el Ibex 35, homenajea a la PAH y ​reivindica el poder de los que cada vez tiene “menos y menos”. Ruso, sociólogo y profesor en la Universidad del Estado de Nueva York, charla con CTXT en una cafetería del centro de Madrid.


CTXT: ¿Por qué volvéis después de tanto tiempo?

Ruso: Fundamentalmente por una inquietud compartida de expresar en un momento que vivimos como crítico. Sentíamos la necesidad de formar una banda que, a través de la música, ya no solo enviara mensajes, sino que creara comunidad. Y a nivel interno, como músicos, tratar de vivir juntos, bajo la palabra banda, este presente.


CTXT: ¿Cómo surge el nombre Democrazy?

Ruso: Tomamos el nombre de una canción de Femi Kuti. Nos parecía que era un término que además de ser un homenaje a esa familia tan alucinante nombra muy bien este tiempo en el cual democracia es una palabra profundamente vacía de significado y sentido, vapuleada y prostituida, y que sirve para explicar una realidad sociopolítica que realmente es una democrazy. Un sistema de locura generalizada en la que el ser humano va hacia el fin si enfocamos el término en un sentido negativo. A nosotros nos gusta más verlo en sentido positivo. La democracia hoy es solo posible para locos que, en una existencia quijotesca, chocan contra los molinos que van en una dirección que no es democrática.


CTXT: Hay una fuerte marca de la desafección política en el disco, y más específica con el régimen del 78. ¿A qué se debe?

Ruso: Hace poco nos hicieron una entrevista en RNE y la periodista definía el disco como una radiografía de la España post 15M; evidentemente hay algo de eso. Expresar esa distancia con la política formal y con las propuestas de transformación de ese movimiento. Es cierto que como artistas y ciudadanos sentimos una desafección y una distancia muy grande con lo que fue y es ahora, y nos preocupa mucho el desánimo generalizado en la gente. Y el disco nace y respira en ese ambiente.

Nosotros pensamos que hay una categoría importantísima para pensar el presente: la normalización, la capacidad que tiene el orden instituido para normalizar fenómenos que hace años nos habrían parecido imposibles. Es cierto que en algunas canciones hacemos referencia a elementos que no están en el discurso mainstream o en los medios de comunicación. Por ejemplo al hecho de que una de las primeras causas de muerte entre adolescentes es el suicidio, como decimos en la canción Esta vida. Un dato que debería dar para un debate sobre el Estado de la Nación.

Yo me marché de España hace 11 años y ahora he vuelto a un país muy diferente, a un país en el que se ha normalizado la pérdida de derechos y de condiciones de vida con una tranquilidad apabullante. Venir de unos años de movilización social muy intensos que no han producido nada tangible ha generado mucha desilusión y desgana, que se ha traducido políticamente en un malestar con la parte instituida de los movimientos sociales, fundamentalmente con Podemos.


CTXT: En las elecciones municipales de 2015, con la banda anterior, que es gran parte de la actual, hicisteis campaña por Ahora Madrid. ¿No es contradictorio con vuestro discurso actual, muy crítico con el sistema político?

Ruso: Lo hicimos como Hechos contra el Decoro, fue bastante bonito para nosotros porque nos reencontramos tras muchos años solo para grabar la banda sonora de la campaña. Lo que pasa es que la propuestas y los espacios políticos son seres vivos, y lo que es hoy Ahora Madrid no es lo que era cuando surgió, tanto en su contenido como en su forma. En la banda somos seis músicos con puntos de vista muy diferentes que comparten un consenso básico con respecto a un montón de cosas y también con distintos puntos de vista sobre Ahora Madrid. A mi juicio, se ha distanciado de esa energía del 15M.


CTXT: ¿Qué papel debe tener la música en esta realidad?

Ruso: La música debe jugar el papel de la cultura, que es el de ayudar a generar una subjetividad diferente, un espíritu crítico y el de tratar de movilizar lo sensible. Generar movimiento en el tejido de lo sensible en un momento en el que la sociedad occidental en general está muy erosionada. Yo siempre les digo a mis estudiantes “ustedes viven sin poesía” y es cierto que nos hemos habituado a vivir la vida sin un solo verso. Eso es una tragedia. Y a los que nos encontramos en el ámbito de la actividad artística y cultural nos toca invertir en ese sentido.


CTXT: ¿Para hacer ese trabajo pueden ser de ayuda las redes sociales y la tecnología?

Ruso: La experiencia de la digitalización es un hecho muy complejo, por un lado ofrece un gran número de herramientas y de espacios muy interesantes para la experimentación y la comunicación pero por otro está demostrando ser un territorio peligroso. Tras varias décadas, la razón neoliberal ha conseguido penetrar hasta lo más íntimo de la vida. En el año 1981 Thatcher expresó muy bien lo que está pasando con su “ustedes no están entendiendo nada, la economía es solo el medio, el objetivo es el alma”. La digitalización de la realidad implica la algoritmización. Cuando es el algoritmo el que preside las relaciones se da un ataque frontal al azar, porque el algoritmo calcula lo que va a pasar y lo modela; una sociedad que congela el azar y lo reprime es una sociedad sin futuro. Sin azar no hay amor y sin este no hay posibilidad para el género humano.

Uno va a la red social a venderse, a exhibirse, porque el modo de vida neoliberal implica sujetar la existencia a una empresarización de uno mismo bajo la constante de capitalizar y revalorizar. La redes sociales hacen que la razón neoliberal se vuelva transparente, enfrentándonos a un proyecto de derrota del amor y la sociabilidad. En cualquier caso, allá donde hay poder, hay resistencia. Fenómenos como el 15M o las llamadas primaveras árabes no habrían sido posibles sin estas herramientas de comunicación.


CTXT: ¿Ha pasado lo mismo con la industria de la música?

Ruso: El otro día leía una entrevista a Santiago Auserón, nuestro pedestal materialista de referencia, y el decía que la lógica del negocio está destruyendo la música en este país, es cierto, lo está desvirtuando todo. El negocio no solo remite a una cuestión económica, hay implicaciones y consecuencias culturales. Contaba Auserón que su principal problema con la producción de reggaetón o la homogeneización del gusto no era tanto que las letras sean misóginas o machistas, sino la simplificación rítmica. Tal vez esa simplificación y la celebración de lo banal sean dos elementos que van unidos a este desastre que no es solo económico, también es cultural. Es la supremacía de la lógica del negocio frente a todo.


CTXT: A la lógica del negocio se añaden los ataques actuales a la libertad de expresión...

Ruso: Quién está particularmente bajo ataque son las mujeres, los cómicos, los artistas, y aquellos que están diciendo que no hay que olvidar: quienes cuestionan la narrativa oficial acerca de la identidad nacional. Atacar a la gente que crea cultura y hace comedia es extraordinariamente grave y triste. No hay calidad democrática posible sin disenso.

Insisto en normalización. Si hace quince años nos hubieran dicho que un rapero se había tenido que exiliar a Bélgica por la letra de una canción o que un cómico hubiera ido a juicio por limpiarse los mocos con una bandera no nos lo hubiéramos creído. El problema es que el principio de realidad de este país se ha modificado, y en vez de hacerlo hacia delante lo ha hecho hacia atrás.

Uno de los grandes aciertos de la propuesta de la Transición y el régimen 78 es que este país nunca ha salido de ese régimen. Pablo Casado dijo el otro día que sin el Partido Popular no habrían sido posibles los últimos 500 años de historia de España. Los tontos muchas veces son los que dicen la verdad. Sin él saberlo, estaba enunciando la realidad de este país. Hay una continuidad desde el proyecto sociocultural y político de los Reyes Católicos que culmina con la imposición y construcción de la identidad nacional española desde el siglo XVI y llega hasta hoy. La historia de España no se puede pensar con una línea temporal que evoluciona, España es un bucle que vuelve a 1492 todo el tiempo. El proyecto nacional católico sigue vivo y es uno de los pilares fundamental que sostienen este país.


CTXT: Para acabar, háblanos de las colaboraciones de otros artistas en el disco.

Ruso: Sin que haya sido algo premeditado, las colaboraciones que hay en el disco, que son el Piculabe, un cantaor gitano de Pan Bendito, Javier Ruibal y Paloma del Sol componen el puzle de esa otra España que nunca nos han enseñado, una artista africana, un artista como Ruibal que recoge el espíritu andalusí de la convivencia y un músico gitano. Incluso cuando no lo pretendemos nos situamos fuera de la narrativa de ficción de este país.

Re: Democrazy

Nota Sab Mar 07, 2020 11:36 pm
Jose Durán Rodríguez, en entrevista con Ángel Luis Lara, "Ruso", con el titular "Democrazy, los nadie siguen danzando", en El Salto, el 20 de enero de 2019, escribió:

Se acaban de cumplir 20 años —que no son nada, sabido es— del estreno de "Barrio", el segundo largometraje dirigido por Fernando León. La película se llevó tres premios Goya en 1999 y supuso el momento de mayor atención para el grupo Hechos contra el Decoro, que aportó hasta cinco canciones a su banda sonora, entre las que destacaba “La llave de mi corazón”.

Acostumbrado a circular por los márgenes, a actuar en centros sociales, casas de la juventud y festivales benéficos para radios libres y otros colectivos que configuraban el universo de la izquierda autónoma madrileña a mediados de los años 90, el conjunto ofrecía una mezcolanza de ritmos —entre otros estilos, el hip hop, el ragamuffin o el punk nutrían sus canciones— que tenía como títulos de cabecera algunos discos de Mano Negra o Negu Gorriak y se codeaba con vecinos como Alma Vacía o Habeas Corpus. Víctor Jara rimando rap era una de las guías que se proponían seguir.

Dos décadas después de aquel efímero momento de gloria, el núcleo duro de la banda se ha vuelto a reunir para dar forma a un nuevo proyecto, Democrazy, que recupera algunas de las constantes vitales que identificaban al anterior. Con disco ya en la calle, la conversación con Ángel Luis Lara, cantante y portavoz, gira en torno a la música y al tiempo pasado, a lo que se fue y a lo que queda.


El Salto: En la canción “Desinventarnos” se escucha “ojalá aprendamos a desinventarnos”. ¿En qué consiste ese desinventarse para músicos veteranos?

Ángel Luis Lara: Básicamente, creo que para nosotros desinventarnos consiste en desaprendernos tal y como éramos en aquel tiempo en el que con Hechos contra el Decoro andábamos por ahí con nuestra música. Primero porque el mundo ha cambiado en casi 20 años y, sobre todo, porque el ámbito de la actividad musical se ha modificado notablemente. Hay toda una serie de desaprendizajes que tenemos que hacer, y también de aprendizajes de nuevas maneras de habitar ese mundo que estamos haciendo todo lo rápido que podemos.


ES: ¿Hay una intención entonces de desinventaros?

Á.L.L.: Sí, pensamos que desinventarse es clave hoy por hoy, tanto desde un punto de vista musical, para nosotros como banda, y también político, para el área político cultural de la que brotamos hace tantos años.


ES: ¿A quién se dirige Democrazy?

Á.L.L.: A toda aquella y a todo aquel que quiera escucharlo y que sienta de algún modo una llamada con las cosas que cantamos y con cómo las cantamos. No componemos ni trabajamos nuestra música en base a un objetivo, a un target. Nos guiamos por aquello que nos mueve y las cosas que nos gustan o necesitamos expresar.


ES: Te lo pregunto porque me cuesta identificar a quién podéis llegar. Igual con Hechos contra el Decoro sí había un perfil de público más marcado. Creo que la gente que os escuchaba entonces posiblemente ya no escucha música o está a otras cosas, y los chavales de hoy que podrían ser el equivalente a los que entonces os escuchaban también escuchan otras cosas.

Á.L.L.: Es una muy buena pregunta, pero no es algo que oriente nuestra actividad. Hacemos la música que nos gusta y expresamos aquello que nos sale de dentro. Es cierto que el disco está teniendo muy buena acogida y que, en los pocos conciertos que hemos hecho, el ambiente es bastante bueno, la gente baila mucho y las críticas son buenas. No lo sé, pero es bien interesante lo que planteas. Por ejemplo, el otro día tocamos en Bilbao y la mayor parte de las 1.700 personas que había eran muy jóvenes y, sin embargo, sí vimos un interés genuino en lo que hacíamos en el escenario, lo cual nos sorprendió muy gratamente.


ES: Hay un grupo actual en Madrid que es muy heredero de aquello, Tremenda Jauría, que para los chavales de hoy puede suponer lo que Hechos contra el Decoro significó para los chavales de entonces.

Á.L.L.: Sí, Tremenda Jauría y algún otro grupo más que incluso hasta lo dicen públicamente o nos mencionan. Pero no es algo que nos inquiete.


ES: ¿Era Hechos contra el Decoro un grupo para universitarios, dicho con el desprecio con el que en algunas ocasiones se utiliza esa palabra?

Á.L.L.: No creo. En cualquier caso, no es la experiencia que vivimos, no me da esa sensación. Primero, porque de la banda creo que solamente yo iba a la universidad en aquel tiempo. Y luego porque el tejido que se compuso en esos años en torno a la banda no era particularmente universitario. Pero es el tiempo en que, de algún modo, se vivió el resultado del boom de la escolarización y la educación superior pública en este país, y mucha gente iba a la universidad.


ES: Pero a veces se usa con una connotación peyorativa, cuando es un triunfo. Yo fui el primer universitario en mi familia, por ejemplo.

Á.L.L.: Para mí no es peyorativo, desde luego. También he sido el primero, y el único, en ir a la universidad en mis dos familias, tanto paterna como materna. Luego me he dedicado a ello, soy profesor de universidad en Estados Unidos. Para mí, la universidad es un espacio interesante, plagado de contradicciones que de algún modo hay que atravesar.


ES: ¿Qué ofrece Democrazy?

Á.L.L.: Ofrece una serie de reflexiones acerca del tiempo que vivimos, envueltas en una banda sonora que se agita a partir de los gustos e inquietudes musicales de los músicos que conformamos la banda. Te podría decir las típicas frases de hoja de promo, pero está todo en el disco.


ES: ¿Cuál es el objetivo del grupo?

Á.L.L.: Lo primero es volver a juntarnos una serie de amigos y tratar de articular algo parecido a un barco, a una banda en el sentido literal del término, para transitar por este presente tan complejo de manera acompañada. Luego también es un artefacto, un artilugio musical con el que intervenir en la realidad, expresando las cosas que nos inquietan y tratando de construir lazos con otras bandas que puedan habitar los mismos espacios ético-artísticos que nosotros y con el público que se quiera ir sumando a la invitación.


ES: ¿Qué efecto os gustaría provocar en ese público?

Á.L.L.: El efecto o no de la música es una conversación larga y manida. Particularmente, a mí me gustaría conectar con los estados de ánimo de la gente y ofrecer toda una serie de ritmos y reflexiones que tuvieran alguna utilidad para la gente en ese sentido. Creo que la música y la actividad artística son hoy en día muy importantes porque se agitan en el ámbito de lo sensible, y la sensibilidad está bastante dañada en nuestro tiempo. Estamos en una sociedad definitivamente atravesada por malestares muy profundos que, cada vez más, imponen una suerte de tristeza cotidiana como piel existencial para cada vez más gente. La música y las bandas como nosotros podemos de algún modo contribuir a modificar eso, o a sacudirlo.


ES: ¿Crees que alguna canción de Democrazy puede cambiar algo en la vida de un chaval de 18 años de hoy?

Á.L.L.: [Se lo piensa] A mí me gusta hablar desde la experiencia. Recuerdo cuando yo era un chaval de 18 años de Moratalaz y recuerdo el impacto que tuvieron en mí el "Sandinista!" de los Clash o los discos de La Polla Records o de Kortatu, o de Baldin Bada, de aquello que se llamó rock radical vasco. Fue un impacto notable, muy grande. Tal vez esas músicas fueron mi primera escuela de ciudadanía. ¿Por qué no pensar que bandas que, tantos años después, se agitan en un ecosistema parecido pueden tener efectos parecidos en los chavales que hoy tienen 18 años?


ES: Hay mucha nostalgia en el disco, especialmente en la canción “Manifiesto”.

Á.L.L.: [Se lo piensa] ¿En qué sentido nostalgia?


ES: Como recuerdo. En esa canción se cita al Lute o a Camarón, por ejemplo.

Á.L.L.: Sí, lo que pasa es para nosotros no es un ejercicio de nostalgia sino de vigencia. Es un manifiesto ético en el que tratamos de definir unas coordenadas del mapa en el que nos situamos, desde el punto de vista ético o político. Son referentes que nos han ido construyendo.


ES: ¿No habíamos quedado en que la nostalgia es contrarrevolucionaria?

Á.L.L.: No. En cualquier caso, no hay en nuestra intención ni un ápice de nostalgia, sino simplemente señalar las coordenadas que, de algún modo, nos han hecho: determinados elementos éticos y culturales que nos habitan y que queríamos compartir.


ES: ¿Es Democrazy un grupo más necesario para vosotros o para la gente que os pueda escuchar?

Á.L.L.: No lo sé. En cualquier caso, no es desde la necesidad desde donde nos hemos subido a este barco sino desde el deseo.


ES: ¿Hay música necesaria?

Á.L.L.: La música es necesaria. No puedo imaginar la vida sin la música. La música ha sido siempre un vector fundamental en la cultura popular, en cualquier tipo de cultura popular en el mundo.


ES: En “Manifiesto” canta El Piculabe, un cantaor flamenco. Durante el último año ha habido una fuerte polémica con respecto a la utilización por parte de Rosalía de elementos ‘ajenos’ a ella y se la ha acusado de apropiarse de señas de identidad de una cultura perseguida, como la gitana. ¿Entenderías que se os acusase de algo así, ya que tanto Democrazy como Hechos contra el Decoro picoteáis de muchos sitios?

Á.L.L.: Un acto de apropiación de algo implica una violencia que en el caso de “Manifiesto” y Enrique Bermúdez, el Piculabe, no se ha dado. Hay una colaboración suya en este tema y de lo que puedo hablar es del sentido que tiene que haya un cantaor gitano en una canción del disco, que tal vez se entiende si juntas las tres colaboraciones con las que contamos.

Por un lado está Enrique Bermúdez, el Piculabe, un cantaor gitano del barrio de Pan Bendito, que por otra parte no es muy distinto de los barrios en los que algunos nos hemos criado, aunque él sea gitano y nosotros payos. Por otro lado está Javier Ruibal, que colabora en “Derrota de la soledad”, que es un amigo muy querido de la banda. Y también está Paloma del Sol, que colabora en “En medio del fuego”. Son, para nosotros, tres coordenadas de una España negada, que nunca nos han enseñado: la cultura gitana, que es esencial para entender este país y que es el fruto de la condensación de todos los perseguidos y expulsados de la cultura oficial durante siglos; por otro lado, un músico como Javier que, de algún modo, bebe de la cultura andalusí y de esa cultura de la convivencia y la cohabitación entre diferentes; y en tercer lugar, uno de los elementos más negados de la formación cultural española, que es una mujer africana.

Si se entienden las tres colaboraciones en esta perspectiva, a mí me cuesta pensar en términos de apropiación cultural el que estén en en nuestra música sino más bien como una propuesta no explícita de entender nuestra cultura en otras coordenadas.


ES: En la canción “Middle class” apeláis directamente a la clase media. ¿Por qué?

Á.L.L.: Nos parece que es clave a la hora de entender lo que está pasando, tanto desde el punto de vista sociológico como político. Es una clase social que nace casi como una obra de ingeniería, una invención del estructural funcionalismo de la Escuela de Chicago, pero capaz de convertirse en una máquina potentísima de producción de subjetividad y que, a la postre, se ha construido como espacio hegemónico de sentido. Esto entra en quiebra de manera manifiesta a partir de 2008 porque se produce un empobrecimiento generalizado de la población y hace que elementos de esa subjetividad verdaderamente reaccionarios broten de manera abierta y estén determinando la agenda política o el día a día en países como el nuestro. De ahí que le concediéramos tanta importancia y le dedicáramos una canción.


ES: ¿De qué es culpable la clase media en España?

Á.L.L.: No diría tanto en España como en general, pero un elemento fundamental de sentido en la clase media es el egoísmo como principio fundacional de una condición colectiva. Y eso a mí me inquieta notablemente.


ES: En 2015 grabasteis una canción y un vídeo en apoyo a Ahora Madrid. ¿Os arrepentís?

Á.L.L.: No, no, no, no, arrepentimiento ninguno. Ahora Madrid condensó la energía y el deseo de muchísima gente muy diferente para tratar de abordar una necesidad urgente que había en Madrid, que era arrebatarle a una banda de criminales la gestión del poder local. Y nosotros le pusimos banda sonora a ese intento de manera gustosa.


ES: Cuatro años después, una vez ejercido el poder, ¿cómo calificarías este experimento que ha sido Ahora Madrid?

Á.L.L.: En la banda hay sensibilidades y posiciones diferentes en relación a un montón de temas, incluido Ahora Madrid. Desde mi punto de vista, creo que se ha producido una distancia entre las expectativas y los elementos que daban sentido a esa experiencia y lo que luego ha sucedido, lo que ha dado de sí. Una distancia que, en mi caso y en el de mucha gente, ha producido alejamiento y tristeza. De lo que Ahora Madrid era cuando compusimos esa canción para la campaña electoral a lo que es hoy hay un mundo que, en mi caso concreto, ha supuesto deshabitar esa experiencia.


ES: ¿Qué piensa Nacho Murgui de este disco?

Á.L.L.: No lo sé, no tengo ni idea, eso se lo tienes que preguntar a Nacho.


ES: ¿Pero te importa?

Á.L.L.: No… no sé cómo contestarte a esto.


ES: Lo pregunto porque él era de Hechos contra el Decoro y hoy es, lleva cuatro años siendo, segundo teniente de alcalde de Madrid.

Á.L.L.: No lo sé, no he hablado con él, no sé si le ha gustado el disco. Tampoco te puedo decir cómo le va la vida, no sé nada de él.


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