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Las uvas de la ira
The grapes of wrath
John Ford (EE.UU. de América, 1940) [129 min]



(wikipedia | filmaffinity)

[fuente] Tom Joad regresa a la granja familiar tras haber cumplido condena en la cárcel por homicidio. Sin embargo, su retorno a casa no resulta nada feliz, pues la tierra de Oklahoma de la que es originario se encuentra arruinada por la sequía, la cual ha empobrecido a los pequeños propietarios, dejándoles a merced de los acreedores, que no dudan en expulsarlos de sus tierras. Ante la necesidad de escapar de la miseria, Tom emprende con su numerosa familia una odisea a la búsqueda de trabajo y prosperidad, en un éxodo a la costa del que participan muchos norteamericanos del centro del país.

Así, los Joad se embarcan en un viejo camión rumbo a California. Su desesperación les convierte en presa fácil de empresarios sin escrúpulos que les explotan, dándoles trabajo a cambio de poco dinero y unas condiciones infrahumanas de alojamiento.

Una de las obras magnas del "cine social" estadounidense, por su impacto sociológico, que se explica por su lógica interna.

1. La crisis social no se contabiliza por las bolsas de población que malviven típicamente ("paletos", "negratas", chicanos, migrantes asiáticos, obreros "corrompidos" por el hacinamiento de la gran ciudad, indigentes, etc.), sino por el momento atípico en que los clasemedianos (pequeños propietarios, profesionales acomodados) son periferizados hacia esas posiciones. Es lo mismo que los desahucios en España, que no contaban como "crisis social" hasta que los fueron de los hipotecados (propietarios con aval suficiente para un crédito).
   
   
2. Para mayor éxito de audiencia, la trama estrecha su foco en el pequeño propietario agrícola, que es la imagen mitológica del colono original, el WASP puro que ha hecho patria con sus manos, enfrentado casi por naturaleza al capital especulativo de los malvados rentistas metropolitanos, que no saben lo que es ganar el pan con el sudor de su frente y blablabla. Al principio de la película se describe la supuesta impersonalidad de la cadena de producción del valor, argumento aún de moda para diluir la responsabilidad política individual del empresauriado, lo que, sumado al recurso de asociación entre colono y pyme agrícola, puede dejar el regusto de que hay que luchar para restaurar a la familia al supuesto paraíso perdido del XVII, volver a un orden natural desplazado por un sistema más máquina que humano. Si "Las uvas de la ira" (no he leído la novela) es LA película de la crisis del 29 es porque es una síntesis narrativa muy bien ejecutada de esta percepción mayoritaria, de consensos forzados, que bascula entre el nacionalismo religioso y un anarcocapitalismo minarquista (pequeños o medianos capitales en mercados libres, a ser posible en pequeños o medianos núcleos rurales).
   
   
3. Esto no resta un ápice de fuerza a su valor descriptivo: el rigor de la ruta migratoria; la xenofobia entre paisanos, con quemas periódicas de los asentamientos de desempleados que nos remiten a las actuales de nuevos migrantes, romaníes y refugiados; la altivez de las clases que aún se sostienen para con quienes no hace tanto estaban hermanados en posición; las irregularidades contractuales y la epidemia de esquirolaje favorecidas por la presión del desempleo; la violencia paramilitar (policía privada) para neutralizar a los menos dóciles; el gatillo fácil de la policía (pública) y su predisposición (instruida por el estado) a identificar equilibrio social con capital... Lo mejor nos aguarda en el último tramo. En la misma línea que la de King Vidor, John Ford, que era tan de derechas como aquel, se arriesga a una defensa cerrada de las políticas públicas del New Deal, con el ejemplo visual más keynesiano de la Historia: hombres que cavan zanjas que no sirven para nada, pero dan argumento laboral al estado para ofrecer vivienda, alimentación, sanidad y una vida cultural saludable en un asentamiento comunal de inspiración socialista. ¡¡¡Y sin policía!!! ¿No se le da al director del campamento un aire a Franklin Delano Roosevelt? Maravilloso.

Guion: Nunnally Johnson; basado en la novela Las uvas de la ira (1939), de John Steinbeck.
Música: Alfred Newman.
Fotografía: Gregg Toland (B&W).
Producción: Darryl F. Zanuck.
Productora: 20th Century Fox.

• Henry Fonda (Tom Joad).
• Jane Darwell (mamá Joad).
• Russell Simpson (Tom Joad, el padre de Tom).
• Charley Grapewin (William James Joad, el abuelo de Tom).
• Zeffie Tilbury (abuela Joad).
• Shirley Mills (Ruth Joad).
• O. Z. Whitehead (Al Joad).
• Frank Sully (Noah Joad).
• Darryl Hickman (Winfield Joad).
• Frank Darien (John Joad, "el tío John").
• Dorris Bowdon (Rosasharn, prima de Tom).
• John Carradine (Jim Casy, obrero agrícola, ex-sacerdote protestante).
• John Qualen (Muley Graves, vecino de la familia Joad).

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Las Uvas De La Ira (1940)[HDRIP-XviD-AC3-ESP]

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- [filmo de ficción] Damnation (2017)
- [filmo de ficción] El pan nuestro de cada día (1934)
- [filmo de ficción] Esta tierra es mi tierra (1976)
- [filmo de ficción] Sacco y Vanzetti (1971)
- [filmo de ficción] Una lucha incierta (2016)

- [monografía] El New Deal y la alianza antifascista

En una de las líneas de diálogo más reaccionarias y organicistas del guion, la matriarca Joad, intrepretada por Jane Darwell, escribió:

Antes teníamos un trozo de tierra. Teníamos un mundo nuestro. Los más viejos morían y nacían nuevos seres. Y siempre éramos una sola cosa. Éramos una familia.

En el guion se escribió:

- Muley Graves: ¡Pero si es el hijo de Joe Davis!

- El hijo de Joe Davis: No me gusta nada que me apunten con un rifle.

- Muley Graves: ¿Por qué estás haciendo esto contra tu propia gente?

- El hijo de Joe Davis: Tres dólares al día, por eso lo hago. Tengo dos hijos pequeños. Mi mujer. Y mi suegra. Tengo que darles comer. Lo más importante para mí es mi familia. Lo que le pase a los demás me da igual.

En el guion, en un alumbramiento de sindicalismo cristiano o algo así, se escribió:

- Tom Joad: ¿Sabes en lo que he estado pensado? Pues en Casy. En lo que dijo. En lo que hizo. En cómo murió. Lo recuerdo tan bien...

- Mamá Joad: Era un buen hombre.

- Tom Joad: Y también he estado pensando en nosotros. En nuestra gente, que vive como los cerdos teniendo bajo sus pies una tierra tan rica. Que no tienen para comer porque se les niega un trabajo al que tienen derecho. He estado pensando en qué pasaría si nos pusiéramos todos a gritar.

- Mamá Joad: ¡No, Tommy, no te dejarían intentarlo! ¡Te quitarían de en medio igual que a Casy!

- Tom Joad: ¡Van a acabar conmigo de todos modos! Antes o después acabarán conmigo, de una forma o de otra. Pero mientras...

- Mamá Joad: ¡Oh, Tommy, no volverás a matar a nadie! ¿Verdad?

- Tom Joad: ¡No, mamá, no es eso, no es eso! Es sólo que... Bueno, yo de todas formas soy un proscrito. Tal vez pueda hacer algo. Tal vez pueda... encontrar algo que... Vivir como pueda y tal vez llegue a saber qué es lo que anda mal y ver si se puede hacer algo por remediarlo. Esto sí que lo veo claro. Pero tengo que pensar.

- Mamá Joad: ¿Y cómo voy a saber de ti, Tommy? Pueden matarte sin que yo sepa nada. Pueden hacerte daño. ¿Y cómo voy yo a saberlo?

- Tom Joad: Bueno, tal vez sea como decía Casy: no hay un alma para cada uno de nosotros, sólo un pedacito de un alma más grande; un alma común que pertenece a todos. Y entonces...

- Mamá Joad: Y entonces qué, Tommy.

- Tom Joad: ¡Ya no importa! Porque yo estaré en todas partes. En todas partes. Donde quieras que mires. Donde haya una posibilidad de que los hambrientos coman, allí estaré. Donde haya un hombre que sufre, allí estaré. Estaré en los gritos de los hombres a los que vuelven locos. Y estaré en las risas de los niños cuando sientan hambre y la cena esté ya preparada. Y cuando los hombres coman de la tierra que trabajan y vivan en las casas que levanten... allí también estaré.

- Mamá Joad: No lo comprendo.

- Tom Joad: Yo tampoco, madre, pero... eso es lo que he estado pensando.

En el guion, Mamá Joad escribió:

Oye, John, la mujer se adapta mejor que el hombre. Los hombres vivís como si fuera a golpes. Nace un niño, muere alguien, ¡a golpes! Tienes tu tierra y te la quitan: otro golpe. Pero la mujer vive las cosas más seguidas, como un río. Hay remolinos y cascadas, pero el agua sigue andando siempre. Las mujeres somos de esa manera.

Imma, amiga napolitana de Rebeldemule, el 9 de julio de 2018, para nuestra plataforma escribió:Película de John Ford, basada en el homónimo libro de John Steinbeck Las uvas de la ira, es la historia de una familia de Oklahoma que emprende un largo viaje hacia California en búsqueda de una nueva vida. Aunque no mantenga el mismo orden cronológico del libro y contenga descuidados cortes y saltos en la historia, esta película enseña fielmente la realidad de la gran depresión de los años 30 en Estados Unidos. No obstante la censura preventiva del guión, con consecuente despolitización del mensaje de Steinbeck, Ford consigue contar un viaje que, por un lado, enseña cómo desde las necesidades comunes puede surgir la solidaridad que, a través del trabajo comunitario, lleve a un bienestar común; y, por otro lado, aunque sin la profundidad propia de la narración, representa la precariedad de la condición humana. Un viaje desde la paz a la guerra, desde la vida a la muerte, desde el amor a tu tierra al odio hacia el extranjero.

moncadista, en estas mismas páginas, el 18 de mayo de 2018, escribió:Pues he vuelto a verla, tras hablar mucho del libro. Es una gran película, sí, pero como elemento de propaganda conservadora. Es increíble cómo un gran director sirve para castrar todo un manifiesto por los pobres. Un conservador como Ford no podía hacer algo medio decente en plena caza de brujas. No os perdáis esta parte de la Wiki.

Marcos Roitman, en "Campesinos, crisis y megaproyectos", en La Jornada, el 3 de abril de 2010, escribió:La gran depresión de los años 30 del siglo XX forma parte de la historia del capitalismo. Quienes mejor captaron el drama humano de la crisis fueron reporteros, literatos y cineastas. Un buen ejemplo lo constituye Las uvas de la ira, novela escrita en 1939 por John Steinbeck y adaptada al cine en 1940 por John Ford. Sus personajes son el testimonio vivo de la tragedia que afectará a familias enteras. Steinbeck supo tomar el pulso de una época, cuya moneda de cambio para empresarios y banqueros fue la especulación y la usura. A río revuelto, ganancia de pescadores.

Más allá de los protagonistas, la trama reconstruye la historia no sólo de Estados Unidos, sino del capitalismo mundial. Centrada básicamente en el ámbito rural, narra la manera por la cual miles de campesinos se vieron obligados a malvender sus propiedades para hacer frente a las deudas e hipotecas bancarias. Sus acreedores se frotaron las manos. En una operación especulativa se quedaron con las tierras y cuanto apero de labranza estuviese en las granjas. Pero eso no fue todo. Introdujeron el monocultivo del algodón cambiando el ciclo vital del uso de las tierras. Las cosechas y el clima no acompañaron. Los frutos de la operación especulativa menguaron y ante la perspectiva de perder dinero los banqueros optaron por revender las tierras a los emigrantes que huían de las grandes ciudades por falta de trabajo y los cierres patronales. El negocio fue redondo. Los únicos que no perdieron fueron los especuladores. [...]

Pepe Gutiérrez-Álvarez, en "Las uvas de la ira (USA, 1940)", en facebook, el 21 de marzo de 2022, escribió:"Las uvas de la ira" (USA, 1940) dirigida por John Ford con Henry Fonda, Jane Darwell, John Carradine, Charley Grapewin... Ford adaptó la impresionante novela de John Steinbeck, un libro ambientado en la gran depresión capitalista norteamericana como un homenaje a los condenados de la tierra. Narra con convicción la historia de Tom Joad (Henry Fonda), un perdedor que regresa a su hogar tras salir de la cárcel, pero la ilusión por el reencuentro con su familia se transforma en frustración al ver que han sido expulsados de sus tierras y deben partir hacia California en busca de trabajo, de un lugar para ser personas. El tema está cobrando mayor vigencia setenta años después. El gran dinero está produciendo gente desahuciada, sin trabajo y desesperada, una juventud sin futuro que desespera en busca de una vida mejor. El talento de Ford es mostrarnos a la familia Joad no como héroes, sino como personas que se niegan a perder la dignidad, que son solidarios, que sufren y sólo buscan trabajo y vivir en paz, aunque parecen ajenos a un proyecto alternativo organizado como el que se proclama en “El pan nuestro de cada día”, un film paralelo del mejor King Vidor. Al final todos acaban perjudicados por los actos de Tom, un personaje con unos fuertes ideales que se niega a ser como los demás.

Las inolvidables frases de su despedida quedan para el recuerdo y han sido durante años fuente de inspiración para los que luchan. Bruce Springsteen, sin ir más lejos, es uno de los que, influenciados por la obra de Steinbeck, le dedicaron una canción a las palabras de Tom ("The ghost of Tom Joad"). A todos en nuestra vida nos habría gustado en algún momento ser como Tom. Nominada a siete Oscars, sólo ganó dos, al mejor director y actriz secundaria (increíble Jane Darwell); injusticias de la academia. "Las uvas de la ira" es una de sus mejores películas. «Dondequiera que haya injusticias, allí estaré. Mírales a los ojos, mamá, y me verás a mí». Una anécdota: en una entrevista cachonda que le hice a Jesús Franco, este, después de despotricar contra el “cine político”, cuando le pregunté respondió sin pestañear: “¡Las uvas de la ira!”.

Una obra maestra literaria y fílmica que comprende importantes lecciones de vida, muy en consonancia con los tiempos que vienen de abismos sociales...