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VÁZQUEZ MONTALBÁN, Manuel (1939-2003)

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...
Manuel Vázquez Montalbán

Portada
(wikipedia | dialnet | El País | Vespito)


Introducción

Barcelona, 1939 - Bangkok, 2003. Intelectual marxista español, internacionalmente conocido por sus novelas de género negro, se definía a sí mismo como "periodista, novelista, poeta, ensayista, antólogo, prologuista, humorista, crítico, gastrónomo, culé y prolífico en general". Fue un destacado dirigente del PSUC, federación catalana del Partido Comunista de España.

Estudió filosofía y letras en la Universidad Autónoma de Barcelona y periodismo en la Escuela de Periodismo de Barcelona. Condenado a tres años de prisión por su actividad antifascista en 1962, escribió en la cárcel de Lérida su primer ensayo, Informe sobre la información. Inició su labor periodística en la revista Triunfo y ha colaborado en publicaciones como Siglo XX, Tele/eXprés, Por favor y, más tarde, en El País e Interviú, en los que escribió hasta su muerte. Entre los reconocimientos más importantes que ha recibido destacan el Premio Nacional de Narrativa en 1991, el Premio Europeo de Literatura en 1992 y el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1995 en reconocimiento a toda su obra. De su inconmensurable producción, nombramos: su serie del detective Carvalho (25 novelas publicadas entre 1972 y 2004); otras obras narrativas como Cuestiones marxistas (1974), El pianista (1985), Los alegres muchachos de Atzavara (1987), Galíndez (1990), Autobiografía del general Franco (1992), El estrangulador (1995), O César o nada (1998), Erec y Enide (2002); diecisiete tratados de gastronomía (como Contra los gourmets, 1985); obras poéticas como Una educación sentimental (1967) y los dos volúmenes de Memoria y deseo (1986 y 1996); los ensayos Manifiesto subnormal (1970), Crónica sentimental de España (1971), La vía chilena al golpe de estado (1973), Diccionario del franquismo (1977), Historia y comunicación social (1980), Crónica sentimental de la Transición (1985), Moscú de la revolución (1990), Pasionaria y los siete enanitos (1995), Panfleto desde el planeta de los simios (1995), Un polaco en la corte del rey Juan Carlos (1996), Y Dios entró en La Habana (1998), Marcos: el señor de los espejos (1999) y La Aznaridad (2003). Algunas de sus novelas han sido adaptadas al cine y la televisión.





Ensayo (fuente)





Narrativa (fuente)





Relacionado:



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Nota Vie May 14, 2010 10:54 pm
:str: Recursos de apoyo

    Sobre Triunfo (Debate "La revista Triunfo en su época", en Casa de Velázquez, Madrid, 26 y 27 de octubre de 1992)


    Epílogo: Manuel Vázquez Montalbán (entrevista póstuma en el programa "Epílogo" de Canal +, emitida a su muerte el 18 de octubre de 2003)

Nota Vie May 14, 2010 10:55 pm
fuente: https://www.diagonalperiodico.net/cultu ... acaso.html


Cinco años de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán

Pepe Carvalho, un detective irónico y sentimental para la historia del fracaso



Pablo Elorduy

Diagonal, número 87, jueves 16 de octubre de 2008.



    Han pasado cinco años desde que Vázquez Montalbán murió de un infarto en el aeropuerto de Bangkok. Ensayo, poesía, una autobiografía de Franco... Montalbán dejó miles de páginas y creó al primer detective de la novela negra española.


Portada



De día, la calle se llenaba de trapos azules, de críos desocupados y peatones miedosos. “Las aceras de los barrios populares podían constituir un zoco transitorio y a veces clandestino, de hebra de tabaco obtenida de las colillas o de cancioneros cantados por vocalistas con la ayuda de un amplificador embudo o de curanderos olorosos en ungüentos de serpiente para curar sabañones de posguerra o de descubridores de prodigios sintéticos, ya fuera gasolina elaborada a partir de las hierbas de los ribazos de los ríos o un café obtenido a partir de la achicoria”. Como hastiado por el empeño de imponer el crimen a base de desfiles, surge un imaginario que se arraiga en la memoria de Montalbán y que evocan marginales supervivientes como Bromuro, el confidente de Pepe Carvalho. Es un paisaje tabernario, una bohemia paupérrima que se nutre de historias protagonizadas por toreros, artistas, guapos y chulos: “Las canciones que más gustaban eran las canciones de putas o protagonizadas por la puta, o por la amante o la mujer infiel, como La otra, de Conchita Piquer, o La guapa”. De este mundo irregular, de alguna mujer que daba lumbre a soplones y al topo “que renunciaba a su identidad y que perdía incluso la memoria” es hija la Charo, la compañera de la que Carvalho se despega para ganar su soledad en la montaña (“Cuatro noches en casa de Charo eran muchas noches”) a la que vuelve, infiel si salta la liebre, y a menudo apaleado.

En esa Cataluña ocupada en la que crece Montalbán, la burguesía de-toda-la-vida recupera lentamente su estatus. La acomplejada resistencia se multiplica, clandestina, a la misma velocidad con la que Franco se convierte a la religión capitalista. La cierta tolerancia del movimiento a las protestas de la generación universitaria, de la gauche divine, contrasta con los castigos que padecen los ‘charnegos’, emigrantes de segunda generación como Biscuter, ladrón de coches deportivos. Amigo, consejero, cocinero y ocasional agente canijo de Carvalho.


¿Quién es Carvalho?

“La pregunta levanta cejas, hunde omoplatos, pone en huida muchas miradas”. Carvalho detective gastrónomo, huérfano de emigrantes gallegos, antiguo agente de la CIA, ex comunista (“Todo ex comunista o es un apóstata o es un renegado”). Carvalho no es una fórmula: “La literatura de género es unidimensional y cerrada. La literatura ha de ser pluridimensional y abierta”. Como señala su autor, entrega a entrega sólo permanecen los personajes. Da la sensación de que ambos, Montalbán y Carvalho, son demasiado sentimentales para dejar en la cuneta a Biscuter y Charo, pero puede que suceda justo lo contrario.

Conforme transcurren los años, Carvalho se revela como el nostálgico de un futuro improbable: “Aparentemente renuncia a comprender el mundo, pero opera con una lógica fundamental que asume y que es la que le obliga a ese distanciamiento, el darse cuenta de que a la hora de la verdad todo se reduce a un juego de poder, a relaciones de fuerza, a relaciones entre gente poderosa y gente que no lo es. A todos los niveles, desde el económico al psicológico”. Aunque escueza, Carvalho es un pretexto, no para una biografía disimulada sino para que Montalbán se desmarque de sus ambiguas sanciones: los detectives privados son los termómetros de la moral establecida. Barcelona dibuja un skyline que es una síntesis de Samaranch, Cobi y Cruyff. Carvalho toma la temperatura a un desfile de conversos, de ufanos desarrollistas, de Corcueras y fantasmas, descubre discretamente atónito que hay quien defiende la democracia en las cloacas.

“La serie Carvalho refleja ese fracaso de las expectativas de los años ‘60 a medida que se va acercando el final del milenio (...). Esa sensación de que todo era posible en los años ‘60 y ese miedo al futuro y casi desaparición del futuro como religión”. Casi de madrugada, tras la cena, Carvalho quema libros “porque considera que la cultura le ha separado de la vida”. La cultura sólo cobra sentido si ocupa la vida y hay un único medio de que lo haga: “La ironía, como una especie de melancolía ética, como la nostalgia de una capacidad de intervención de la literatura”.





Los mares del sur (1979)

En su tercera aparición, Carvalho reconstruirá por encargo la caída del industrial Stuart Pedrell. Desde las alturas del patriciado barcelonés desarrollista hasta los oscuros solares donde habitan los navajeros de la ciudad satélite, el detective quemalibros arroja luz a su paso sobre un gran personaje en sombras que es la Barcelona a medio cocinar de la Transición. Una novela que funciona tanto en su vertiente de género, la acción detectivesca propiamente dicha, como en el retrato certero de las clases sociales en juego.





Asesinato en el comité central (1981)

El Secretario General del Partido ha sido asesinado. Para investigar las circunstancias del suceso nadie mejor que un comunista renegado, ex agente de la CIA, ¿no les parece? Una novela microcósmica, cargada de ironía y mala uva, escrita por alguien que conoció de primera mano los intersticios de un partido que se hallaba en plena crisis del eurocomunismo. Casi tan interesante como la novela en sí es el epílogo escrito por Santiago Carrillo para la reedición del 25º aniversario de Carvalho.





El Premio (1996)

Carvalho regresa a Madrid 25 años después, al filo de una segunda transición. Con la resaca del ‘92 llamando a la puerta y las alcantarillas del Estado rebosantes, el detective se hallará en el centro de un episodio nacional concebido sobre la estructura más clásica del género. Un muerto, 500 sospechosos encerrados en un hotel y nuestro hombre. El fiambre es un nuevo rico engominado que concede un premio literario; los invitados son caricaturas con pulso propio de lo más granado de la villa y corte. ¿Quién lo hizo?





La Aznaridad (2003)

Editado después de su muerte, en La Aznaridad Montalbán da un cáustico repaso al primer presidente que posó para los medios en pantalones cortos, a su mujer, a sus socios y a toda la corte. A mitad de camino entre el riguroso análisis y la sátira, las páginas del libro están pobladas de curiosos personajes de ésos que aún pululan por los informativos. El lector se queda con las ganas de saber qué análisis hubiera hecho Montalbán de los acontecimientos posteriores al atentado de Madrid. La Aznaridad es el canto del cisne de la punzante cosmovisión del autor, necesaria y añorada a partes iguales.

Nota Vie May 14, 2010 10:57 pm
fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Los-ne ... ?id_mot=82


Los inicios de la novela negra en la península (1972-1982)

Los negros relatos de las cloacas de la Transición



Carlos Estévez

Diagonal, número 68, jueves 27 de diciembre de 2007.



Nacida en los años ‘70 en Cataluña, la novela negra muestra desde el principio la relación de las grandes finanzas con los bajos fondos. Rápidamente desarrollará características propias, como el humor, la denuncia política, e incluso, la gastronomía, sin perder su matriz de denuncia y su empeño por dar cuenta de la suciedad social.

La novela negra en España nace bajo la influencia de la corriente existencialista francesa (Sartre, Camus), de la literatura norteamericana (Faulkner) y desde luego del modelo de detective creado por Georges Simenon en Francia, el inspector Maigret, para encontrar, en 1953, en Cataluña una primera novela que sea una mezcla de los modelos literarios y filosóficos de la época. Se trata de El inocente de Mario Lacruz, publicada en pleno franquismo, bajo la lupa de la censura, razones por las que el crimen que plantea es inexistente y el contexto en el que se desarrolla la acción, imaginado.

Éste es un primer intento pero habrían de transcurrir casi 20 años de silencio. Será en los ‘70, en plena agonía del dictador, cuando surja el género negro en lengua catalana.


Inicios en catalán

En De mica en mica s’omple la pica (1972), que sería traducida al castellano, en plena transición democrática, con el título de El procedimiento, Jaume Fuster nos muestra ya a personajes de los bajos fondos de Barcelona ligados a los hombres de las grandes finanzas, que son en definitiva quienes hacen los negocios sucios.

Sucios también son los juegos que narra en ese mismo año Manuel de Pedrolo en su obra Joc Bruts, que recoge lo mejor de la novela negra americana (en ocasiones nos recuerda a El cartero siempre llama dos veces), mezclando intriga, crimen y erotismo. En esos días nace literariamente hablando el detective gallego y ex agente de la CIA Pepe Carvalho, con Yo maté a Kennedy (1972), una novela experimental de Manuel Vázquez Montalbán.

No es, sin embargo, hasta Tatuaje (1976) cuando el personaje se introduce en la novela negra con fuerza para continuar con La soledad del mánager (1977), un ajuste de cuentas político que se sitúa entre la muerte de Franco y los primeros años de la Transición. Más tarde vendrán Los mares del Sur (1979) y Asesinato en el Comité Central (1981). Ahí la novela negra rompe los márgenes tradicionales del género para introducir buenas dosis de tintes psicológicos, costumbristas, filosóficos, políticos e incluso gastronómicos.


De Domingo Pajarito de Soto a Celedonio

Ocho meses antes de la muerte de Franco, en plena ‘dictablanda’, otro escritor catalán, Eduardo Mendoza, escribe La verdad sobre el caso Savolta (1975), una genial novela experimental en donde el reportaje se mezcla con lo policiaco y la intriga con la historia y la política. Analiza el periodo comprendido entre 1917 y 1919 en una Barcelona prerrevolucionaria con un personaje muy característico, el anarquista Domingo Pajarito de Soto.

Ignoro si Eduardo Mendoza había leído en aquellos años al escritor francés Jean Patrick Manchette, con El asunto N’Gustro, novela que recrea el asesinato del dirigente marroquí Ben Barka a manos francesas. Manchette, uno de los hijos del mayo del ‘68 y renovador de la serie negra, recrea sus tramas en la realidad contemporánea.

Eduardo Mendoza sigue experimentando y muy pronto da un giro de 360 grados enfrentando a la novela negra española con sus molinos de viento y aportando grandes dosis de surrealismo a través del delirante Celedonio, personaje que vive en un psiquiátrico convertido en detective. Y así surgen El misterio de la cripta embrujada (1979), El laberinto de las aceitunas (1982) y La aventura del tocador de señoras (2001). Acababa de publicar Vázquez Montalbán Tatuaje cuando otro escritor, de nuevo catalán, Fernando Martínez Laínez, escribe Carne de trueque (1977). Le sigue dos años más tarde Andreu Martín, que incorpora a la novela negra las relaciones de poder y el crimen organizado por las altas esferas sociales. En su primera novela, Aprende y calla (1979), describe el ambiente de la Barcelona de 1975. Andreu convierte a un agitanado, autodidacta y brutal camarero que está acostumbrado a sobrevivir en las peores situaciones en su detective ocasional. El ambiente en el que se mueve su obra refleja un orden que difícilmente puede ser restablecido.


Toni Romano: un ex boxeador en Madrid

Puesto que la novela negra es esencialmente una novela urbana, no parece extraño ver cómo comienzan a aparecer en Madrid los primeros escritores del género, con obras como Picadura Mortal (1979) de Lourdes Ortiz, que crea la que posiblemente sea la primera detective femenina de la literatura española, Bárbara Arenas. Meses después se publica Demasiado para Gálvez (1979) una novela de “periodistas y ladrones” escrita por Jorge Pérez Reverte e inmediatamente La costumbre de morir (1980) de Raúl Guerra Garrido. Es precisamente en ese mismo año cuando un ex boxeador y ex policía, Toni Romano, nace a la novela negra española de la mano de Juan Madrid en su primera novela, Un beso de amigo (1980).

Toni Romano vive la transición democrática en Madrid, recorriendo los bajos fondos, descorriendo el velo de la corrupción y del poder del dinero. Muy pronto se convertirá en uno de los detectives más conocidos de nuestra particular novela negra.

A esta revisión de la España post dictatorial y predemocrática hay que añadir una aventura de intriga escrita por Fernando Savater: Caronte aguarda (1981), que nos habla de una turbia conspiración fascista. Una obra hecha con gran rigor literario. El mismo que utiliza Carlos Pérez Merinero en Días de guardar (1981), obra en la que un criminal narra todas sus peripecias en una sociedad hipócrita y corrupta.

Esta reseña, seguramente incompleta, pretende ser esa piedra lanzada ya hace algún tiempo por Andreu Martín, diciendo que “España es un país que tendría que avergonzarse de no darle la importancia que merece a este tipo de novela”.



BIBLIOGRAFÍA

    · 1972. El procedimiento, de Jaume Fuster.
    · 1975. La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza
    · 1977. Carne de trueque, de Fernando Martínez Laínez
    · 1979. Aprende y calla, de Andreu Martín
    · 1980. Un beso de amigo, de Juan Madrid
    · 1981. Días de guardar, de Carlos Pérez Merinero
    · 1983. Las calles de nuestros padres, de Francisco González Ledesma

Nota Vie May 14, 2010 10:59 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/ultima/P ... iult_8/Tes


Proyectos



Manuel Vázquez Montalbán

El País // 20 de mayo de 1985




A poco que te muevas por España, y si a uno le sigue la sombra de lo que pudo haber sido y no fue, conecta con nuevas vanguardias embrionarias, con una nueva sensibilidad de izquierdas aún difícil de codificar, tan difícil que hasta los servicios de información se dedican a espiarla para enterarse un poco. Curiosa ideología y curioso patriotismo el de nuestros servicios de información: vigilan a los pacifistas y a los prosoviéticos, pero poco o nada se sabe sobre su vigilancia cerca de los belicistas y los prorreganianos, que los hay, y cada día con más incontinencia esfintérica. Esa nueva sensibilidad de izquierda está reconstruyendo, preconscientemente, una razón de ser histórica. Es decir, está conformando un proyecto. Sus abuelos, es una metáfora, aspiraron al Todo utópico a través de conquistas concretas, entonces no menos utópicas: seguridad social, sanidad y educación públicas, jornada de cuarenta horas, vacaciones pagadas, escolarización obligatoria de los niños. Estas que hoy son obviedades, en el pasado fueron objetivos que costaron sangre, años de cárcel, torturas, un duro pulso con los dueños de la Historia. Hoy, sobre el papel al menos, y en buena medida en la realidad, esos derechos se han conquistado, aunque aún es preciso velar combativamente por esas conquistas. Pero es necesario plantear un nuevo rellano inmediato en la escalera que conduce hacia el Todo. Paz, desarme, salvación del medio, nueva calidad de vida, una cultura del trabajo que lo distribuya como un medio escaso, sin perder de vista y conciencia que es un medio de conocimiento y, por lo tanto, de realización humana. Defensa de los valores y logros alcanzados por la cultura de la izquierda y nuevos objetivos hacia la solidaridad social e internacional. Y articular la sociedad hacia esos objetivos, no para que una casta de izquierdistas en paro político o subempleados recuperen su lugar en las fotografías y en los diccionarios enciclopédicos. Cuando los restos de la izquierda pragmática y fracasada salen en pública subasta, hay que confiar en el futuro de un cierto espontaneísmo derivado de la tozudez de lo real.

Nota Vie May 14, 2010 11:00 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/ultima/S ... iult_2/Tes


Sujetos


Manuel Vázquez Montalbán

El País // 11 de febrero de 2002




El concepto sujeto histórico de cambio no fue elaborado por la III Internacional, sino por el llamado socialismo científico para entender qué habían significado históricamente los esclavos, los vasallos, los burgueses y los proletarios como principales interesados en la transformación de la sociedad. El socialismo científico partía de la creencia en la lucha de clases, y ahora vivimos en un momento histórico en el que la lucha de clases existe, pero está muy mal vista, no sólo por las derechas, sino también por una cierta posizquierda compleja, en la que cohabitan los pospijoaltuserianos y los social-liberales de la tercera vía, quinta planta, liquidación fin de temporada.

Para connotar la nueva propuesta emancipatoria es fundamental saber quiénes componen el actual sujeto histórico de cambio, si lo hay, habida cuenta de que sería error paleoizquierdista insistir en que el sujeto histórico de cambio es el proletariado industrial. La pluralidad exhibida en los movimientos sociales no merece ser sancionada como un pastiche más de la posmodernidad, sino como prueba de una sinceridad de partida transgresora de la tendencia dominante veintesecular de meterlo todo en el formato de una hegemónica teoría de la totalidad.

En Porto Alegre, por ejemplo, estaba presente un movimiento como Attac, que propone una reforma técnica pero esencialmente cuestionadora del economicismo, presentes también otras lecturas críticas de la globalización que no es una abstracción, sino una manera de llamar a la fase actual de dominación del sistema capitalista.

Un astrofísico suizo angustiado por la irracionalidad ecologista de los dueños de la globalización formaría parte del sujeto histórico de cambio junto a trabajadoras agrícolas amazónicas o enseñantes hindúes o los indígenas de Australia o los ecuatorianos asesinables por porteros de noche o los que condenan la evidencia de naciones sin Estado o los opuestos a la definitiva privatización del Estado, incluso Soros, un Dr. Jekyll que pide un nuevo humanismo contra sí mismo, Mr. Hyde del capitalismo especulativo. Salvo algunos ex jóvenes filósofos, Botín, George Bush, Norma Duval, Aznar y Josep Piqué, todos podríamos ser sujetos históricos de cambio.

Nota Vie May 14, 2010 11:01 pm
Robinson y Viernes



Manuel Vázquez Montalbán

El País, Revista de verano // 14 de agosto de 2000




La fábula del individualismo creativo y competitivo la escenifica la conciencia burguesa mediante la historia de Robinson Crusoe, el sagaz administrador de los restos de un naufragio con la ayuda indispensable de la Providencia. Cuando el salvaje Viernes incorpora la mano de obra y la inocencia vigilada a la prosperidad del náufrago de York, salvado de ser comido y de ser caníbal, Viernes asume su grado de esclavismo porque acepta su inferioridad cultural radical, incluida la religiosa. Cuando en los años 60 del siglo XX se generalizan los procesos de descolonización, prosperaron toda clase de ideologías emancipatorias basadas en el complejo de culpa de los descendientes de Robinson más lúcidos y desalienados. Así fue posible el discurso crítico del imperialismo y la solidaridad con los Damnés de la Terre, proponiendo modos de producción alternativos que no determinaran el itinerario del esclavismo al imperialismo.

Aquel impulso solidario con la descolonización movió guerrillas selváticas y urbanas y una conciencia autocrítica del sistema capitalista y del eurocentrismo cultural que ha sobrevivido a los tiempos de desmovilización y cinismo de la década de los ochenta y los noventa. Quizá la corriente teórica e ideológica más superviviente es la que lleva de Los condenados de la Tierra de Fanon y el tercermundismo en general, al voluntariado solidario con los Sin Tierra en Brasil o con los neozapatistas en Chiapas.

Nota Vie May 14, 2010 11:01 pm
fuente: http://www.jornada.unam.mx/1999/03/31/montalban.html

Javier Solana ha perdido la sonrisa



Manuel Vázquez Montalbán

La Jornada // 31 de marzo de 1999



Me consta que hace unos 15 años el actual secretario general de la OTAN, Javier Solana, era antiatlantista y creía en la existencia del imperialismo, así llamado, sin necesidad de recurrir a sutilezas como dependencia Norte-Sur o desigualdad en las relaciones centro-periferia.

Los caminos que llevan a la verdad son imprevisibles y los que condujeron a Javier Solana a la evidencia de que la OTAN era necesaria y que bombardear Iraq o Serbia formaba parte de la dialéctica positiva de la Historia de momento, no se conocen y dudo que se conozcan algún día. Forman parte de la verdad o mentira interiorizada del señor secretario de la OTAN, el hombre que según la liturgia atlantista tiene que dar el visto bueno al derecho internacional a matar.

Hombre afable, acusado de sonreír siempre, incluso en las situaciones en que menos recomendable era la sonrisa, observo que en las últimas apariciones televisivas lleva el ceño fruncido y se ha revestido de la seriedad que exige su cometido. Oppenheimer, el físico que hizo posible la bomba atómica, cuando tuvo noticia de los efectos de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, cayó en honda depresión y declaró: Me he convertido en la muerte y hago temblar. Posteriormente Oppenheimer fue considerado sospechoso de criptocomunismo o sospechoso por no infundir sospechas, daba lo mismo, había condenado su propia contribución a la Teología de la Seguridad y merecía la sospecha. Solana no ha dicho nada semejante, al contrario, sus palabras han sido peores que sus gestos y tras el último bombardeo de Iraq menospreció la función de la ONU, privilegiando el cerebro militar del nuevo orden internacional, la OTAN, sobre el cerebro supuestamente político, la ONU. Ahora ha apretado el botón que bombardea la nueva Yugoslavia sin cumplir el requisito mínimo de consultar al Consejo de Seguridad y aparece ante las cámaras de televisión rodeado de generales del Imperio del Bien, es decir, de generales estadunidenses que, disciplinadamente, declaran que las ofensivas aéreas dependen de la aprobación del secretario general, cuando es sabido que dependen del emperador Billy Clinton o de su señora esposa y en última instancia de una estructura técnico-militar que fabrica armas para emplearlas y así conseguir fondos para fabricar nuevas armas mucho, mucho más inteligentes que las anteriores.

Disciplinadamente, imbuido de la función de la OTAN como ejército disuasorio de la aldea global frente a los nuevos infieles, Solana ya no sonríe cuando lanza los misiles y entre sus allegados se comenta que está algo cansado de este papel que desdice tanto sus orígenes ideológicos y sobre todo su imagen de socialista sonriente, en unos tiempos en que el único estadista socialista europeo que sigue sonriendo sin remordimiento es Oskar Lafontaine. Y es que repetidamente bombardeada Serbia, cabe la duda de si la mejor manera de solucionar el problema de Kosovo es agravarlo. Porque de momento los bombardeos lo han agravado. Kosovo es una encerrona sin testigos y los albaneses quedan convertidos en fáciles rehenes para la policía y el ejército. Por otra parte, los bombardeos han conseguido una reacción unitaria de los serbios, indignados por la brutalidad de la medida y porque se les haya convertido en los únicos culpables de una situación en buena parte provocada por los mismos que les están bombardeando. Para poner en crisis a Milosevic habrá que lanzar misiles tontos y matar a muchos más serbios que hasta ahora. De proseguir la escalada del pim pam pum, esta guerra se hará repugnante y habrá que esconder muy bien los mutilados y los cadáveres para que no provoquen una náusea colectiva. Será necesario universalizar el estilo CNN, esa televisión que trasmite información pasteurizada para hoteles por encima de las cuatro estrellas.

El cargo de secretario general de la OTAN, habrá permitido a Solana comprobar que la tecnoindustria de guerra tiene su propia lógica y si se votan presupuestos para producir armas, esas armas se venden a los que crean conflictos y luego los vendedores utilizan las más incontestables para sofocar los conflictos que ellos mismos han provocado. Como sería inconcebible bombardear un campamento de conejillos de Indias o jaulas de perros perdidos sin collar, las cobayas han de ser humanas. En el nuevo desorden internacional Estados Unidos va de ventrílocuo, Solana de muñeco de porcelana, los Parlamentos de claques, los militantes de matarifes y los misiles son prótesis sexuales para estadistas a media asta.

¿Por qué no dimite Solana? Probablemente porque ha llegado a convencerse de que está bien lo que hace, o en su defecto porque el mercado de trabajo no es el que era y después de haber llegado a ser primer valait de chambre del imperio, ¿qué otro trabajo podría colmar su propia autoestima?

Nota Vie May 14, 2010 11:01 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/ultima/E ... iult_2/Tes


El Estado delincuente



Manuel Vázquez Montalbán

El País // 1 de septiembre de 1997




Transcurridos 40 o 50 años después de haber cometido la fechoría, el Estado delincuente, si es democrático, se disculpa. En Australia se ha disculpado por arrebatar las crías a los indígenas para dárselas a los blancos. En Francia faltan 30 o 40 años para que el Estado se disculpe por haber matado a ecologistas opuestos a las pruebas nucleares. En España, un tiempo similar para que el Estado democrático se disculpe por las guerras sucias emprendidas desde aquella gran guerra sucia que fue la guerra civil o por el uso de mendigos cobaya. Pero estamos hablando de calderilla ética. Lo que sobrecoge es que el Estado, que ha representado al imperio del Bien durante la guerra fría, pida disculpas por haber utilizado a ciudadanos como conejillos de Indias de experimentos nucleares. Ciudadanos de segunda, eso sí; por ejemplo, esquimales o marginados sociales o étnicos que siempre sobran, que nunca se sabe qué hacer con ellos.

Confirmada la noticia, no se conocen las reacciones ciudadanas. Ni siquiera el Santo Padre ha dicho esta boca es mía, dedicadas todas las terminales energías del venerable anciano en la cruzada contra el preservativo. Tampoco los cruzados defensores de los valores humanos durante la guerra fría se han mostrado ni siquiera conturbados ante la evidencia de que para salvar los valores occidentales ha habido que radiactivar a una parte de la ciudadanía. Comprendo que hay otras preocupaciones más determinantes y que no está la caverna mediática para saturarse aún más con sombras de la realidad del pasado. Pero me planteo un juego televisivo: un viaje para dos a un atomizado atolón francés de los mares del Sur en el 2040 si se adivina qué fechorías está cometiendo ahora cualquier Estado delincuente por las que pedirá disculpas dentro de 40 años.

Nota Vie May 14, 2010 11:02 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/ultima/M ... iult_2/Tes


Chiapas


Manuel Vázquez Montalbán

El País // 29 de diciembre de 1997



“El PRI tiene una deuda muy grande que pagarle a este país”, declaró en su día el subcomandante Marcos, y esa deuda acaba de incrementarse. Los desesperados intentos del PRI para disfrazar la última matanza de Chiapas como un pleito entre indígenas pretendían desacreditar a la revolución zapatista y justificar cualquier intervención militar futura para restablecer el orden. La palabra orden es una de las más devaluadas de la jerga política, y cada vez que la oigan, por favor, una mano a la cartera y la otra al cerebro, porque la una o el otro peligran. Los caciques locales están exasperados por la estabilización del Frente Zapatista y sus posibilidades como movimiento político regenerador. En toda América Latina, el fracaso del final feliz neocapitalista da paso a la búsqueda de un modelo de intervención política construido de abajo arriba, a partir de un balance de las necesidades reales, prescindiendo de teorías emancipatorias demasiado totales que pretendían cambiar la realidad entre tertulianos radiofónicos -uno de ellos dijo que el Frente Zapatista le parecía utópico-. La llamada de un oyente conocedor de la realidad de Chiapas puso las cosas en su sitio al recordar que las reivindicaciones indígenas eran tan elementales y a la vez tan fundamentales que sólo desde el prejuicio y la desinformación podían ser calificadas de utópicas.

Afortunadamente, todavía los zapatistas disponen de un sistema de información alternativo y global, basado en un voluntariado solidario, que en pocos minutos puede oponer una verdad de artesanía a la mentira de las poderosas maquinarias de información. Tema de estudio obligatorio para toda Facultad de Ciencias de la Comunicación todavía no vampirizada por el pensamiento único. ¿Cómo es posible oponer a la Opulencia de la mentira la verdad de la Miseria?

Nota Vie May 14, 2010 11:03 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/internac ... iint_2/Tes


Arqueología y compasión



Manuel Vázquez Montalbán

El País // 21 de enero de 1998



Esta cola ante un quiosco erosionado por el salitre que llega del mar, y por la poquedad del periodo especial, obedece a la voluntad de comprar Trabajadores, el semanario que reproduce en su totalidad la intervención de Fidel Castro sobre la visita del Papa. No creo que la lectura de las palabras codificadas por la impresión sustituya la complejidad de la lectura en directo de la combinación de eufonía, silencios, gesticulación de la que se valió Castro para convertir a Juan Pablo II en un compañero de cruzada antineoliberal: Pedro el Ermitaño y Ricardo Corazón de León. El cardenal Ortega trató en la rueda de prensa de rescatar a Juan Pablo II de la embarazosa sospecha de complicidad con la Teología de la Liberación, pero la curiosidad despertada por el sorprendente discurso del comandante se convierte en incontrolable fiebre de augur descodificando las tripas de la bestia sacrificada. De ahí las colas de ciudadanía interesada en repasar las palabras, como si apuraran uno por uno los huesecillos de dos Esperanzas, la laica y la teologal.

Con su semblanza tan positiva del Papa, Castro ha ratificado su habilidad tacticista convertido en anfitrión y árbitro, papeles ratificados por su presencia en las dos misas presuntamente más multitudinarias, la de Santiago y la de La Habana. Si en Santiago el Papa aparecerá enmarcado entre la Virgen de la Caridad del Cobre y Castro, en La Habana el Che, Martí y Fidel cooficiarán en un encuentro simbólico que fijará la memoria de una visita tan abierta como la despedida, porque hoy, día de la llegada de Juan Pablo II, de lo que más se habla en Cuba es del día siguiente de su marcha.

La Habana está llena de geómetras que han venido con la vara de medir la rentabilidad de la visita papal, mientras desde Miami se la empieza a contemplar con recelo. Renace la división entre los partidarios del bloqueo y los del desbloqueo, divididos los primeros entre puristas de la revolución y de la contrarrevolución, divididos los segundos entre humanitarios y activadores del cambio mediante la desaparición del acoso imperial. El Papa atraviesa los cielos del bloqueo y durante cinco días pondrá a Cuba en las mejores pantallas de televisión, incluidos los mejores salones del imperio.

La Habana está llena de cardenales y geómetras del final o de la permanencia del sistema, mientras Marta Harnecker me entrega algunos de sus trabajos situados entre Los conceptos elementales del materialismo histórico y su obra inédita sobre la panorámica de la actual y plural izquierda latinoamericana. Dirige una institución cultural cuyo título es casi una provocación: Memoria Popular Latinoamericana, y titula sus libros El sueño era posible o Haciendo camino al andar. Al tiempo que por La Habana se afanan los buscadores de oro o de petróleo, la discípula chilena de Althusser que compartió el estrellato ideológico de los mayos floridos con Poulantzas, Mao, Marcuse, Rimbaud, Foucault y el Che, parece una arqueóloga paciente haciendo balance de las memorias y deseos de la izquierda, a partir del inventario de los hechos de conciencia que todavía hoy condicionan su necesidad. Arqueología y compasión. Memoria y Solidaridad. La misma reflexión de fondo a favor de la gente, esos olvidados pobladores de las ciudades que hacen cola para acceder a las palabras mientras los geómetras miden el suelo que pisan los ciudadanos, calculando el tamaño de la fosa común del Tiempo.

Nota Vie May 14, 2010 11:03 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/ultima/D ... iult_2/Tes


Disidentes



Manuel Vázquez Montalbán

El País // 1 de marzo de 1999




El capítulo dedicado a los disidentes en Y Dios entró en La Habana fue uno de los más difíciles para mí, no por los temblores éticos derivados de mi simpatía por la revolución cubana cuestionada por la evidencia de la disidencia, sino por la obligación de aprehenderla desde el rigor democrático y sin hacer concesiones a los profesionales y procesales del anticastrismo como coartada de paranoicas militancias izquierdosas. Ante el anuncio del juicio en Cuba contra cuatro de los más destacados disidentes digo lo que escribí en mi libro: que Cuba debería aprender del mal uso que los países de socialismo real hicieron de sus disidentes, persiguiéndoles sañudamente o congelándolos. No hay sociedades homogéneas y los regímenes socialistas jamás resolvieron la cuestión de la pluralidad sociopolítica desde el bastión dogmático de que el partido único de clase representaba los intereses históricos del único sujeto del cambio legitimado. Ochenta años después de esta teorización estamos en condiciones de afirmar que no sólo ha sido un absoluto fracaso revolucionario, sino que ha actuado como un tumor maligno que ha acabado por destruir la comunicación veraz y enriquecedora entre el Estado y el pueblo.

Si a la prohibición de la disidencia se une el control unidireccional de los medios de comunicación, la anquilosis de movimientos sociales críticos, el monopolio de la verdad de todas las mañanas, es lógico que el establishment socialista sea el último en enterarse de las quiebras del consenso social, y así descubre de la noche a la mañana que en el Politburó de la URSS no había comunistas y sí partidarios del retorno del zar. Liquidar la disidencia es pan para hoy y hambre para mañana. La disidencia es un espejo crítico y tal vez los dirigentes cubanos debieran hacer un alto en la lectura de Granma para volver a leer Alicia en el País de las Maravillas.

Nota Vie May 14, 2010 11:04 pm
fuente: http://www.elpais.com/articulo/ultima/E ... iult_1/Tes


Brigadas



Manuel Vázquez Montalbán

El País // 4 noviembre 1996




Aunque ya queden pocos de sus integrantes, las Brigadas Internacionales que participaron en la guerra de España siguen representando la juventud del mundo cantada por Alberti y Pasionaria. Llegan a este país en mal momento, cuando los psicópatas del pensamiento único descalifican todo intento de forzar los ritmos históricos, lo intentara Espartaco, la Revolución Francesa, el anarquismo o cualquier fórmula de socialismo utópico o científico.

A los partidarios del pensamiento único les crispa incluso el cristianismo crítico, ruido molesto cuando la maravillosa armonía universal conseguida por el capitalismo salvaje podría ultimarse con un consenso entre las facciones más señoritas de todas las tendencias: un fin de fiesta social-liberal del que se benefician los barrios más social-pijos de las sociedades más abiertas. A los psicópatas del pensamiento único, el reencuentro en España de los brigadistas les sabe a culpable nostalgia por lo que nunca debió ocurrir, pues en todo conflicto entre lo nuevo y lo viejo merece imponerse lo inevitable: el orden internacional televisivo.

A punto de concluir el siglo de las mayores expectativas y los mayores fracasos, los viejos brigadistas rinden el último servicio de reivindicar la solidaridad como estrategia de defensa de los débiles y la generosidad personal que les llevó a sacrificar el yo en la pira del nosotros. Lástima que no hubieran concedido más crédito a sus propios ojos -“tú tienes dos ojos, pero el partido tiene mil”, B. Brecht dixit-, porque la historia no se habría construido en ocasiones tan a ciegas.

Resistir al fascismo en España en 1936 forjó una esperanza internacionalista, necesaria hoy, mañana, bajo la amenaza global de la camisa de fuerza del pensamiento único de un Big Brother que le salió a George Orwell por la culata.

Nota Vie May 14, 2010 11:04 pm
fuente: http://elpais.com/diario/2000/03/13/ult ... 50215.html


Juan Nadie



Manuel Vázquez Montalbán

El País // 13 de marzo de 2000




Los viajes y los papeles dejaron en el fondo del pozo de mis obligaciones responder una carta firmada por Juan Nadie, carta que de pronto sale a la superficie acusadora y desafiante, ¿y ahora qué? Un ex miembro de los GRAPO me revela todas sus marginalidades. Creía en la revolución, pero le hacía ascos a las pistolas, es decir, afirma que no pegó un tiro... Tuvo que vivir como un topo hasta que fue detenido, brutalizado durante siete días en una comisaría democrática, juzgado y condenado sin pruebas porque se autoinculpó bajo tortura. No recuerdo qué ministro del Interior o de Gobernación estaba dispuesto a dejarse cortar un brazo si alguien le demostraba que se torturaba en las comisarías y los cuartelillos. Es una profesión que conlleva un mal final. El de manco. Quince años en la cárcel, y en un momento concreto abandona la organización junto a 13 disidentes por diferencias políticas, y cuando sale sólo busca una cosa: trabajo. Apenas si ha conseguido dos faenillas de precario, con lo que se demuestra que lo de la reinserción social es una locución de discurso de juegos más o menos florales, no una práctica. Este Juan Nadie no perteneció a un grupo armado étnico, sino básicamente ideológico, y a la salida de la cárcel no ha contado con un tejido social cómplice, ni con apoyos militantes porque estamos ante un disidente, no lo olvidemos ni lo premiemos, porque no se trata de eso. Juan Nadie se reconoce negro: Sabe, negro ya soy, y a veces, así como hoy, pienso que es una lástima no tener una niñita para que alguien me la tirase por encima de una hilera de alambre de espino; pero quizás pueda hacer una cosa: subirme a la parte más alta del ayuntamiento de mi ciudad y tirarme. No, no pasará nada. Sin embargo, que se sepa. Firma Juan Nadie, pero aporta un número de carnet de identidad y lugar de origen: Vigo.

Lamento la pasividad del papel en su montón agravada por mi desorden. Espero llegar a tiempo de impedir que Juan Nadie se tire desde la parte más alta del ayuntamiento, no vaya a resultar insuficientemente dañado y detenido por provocar alarma social, ser hábilmente interrogado e indirectamente causar una lesión al ministro de turno. Que se quedará manco, naturalmente.

Nota Jue Oct 27, 2011 9:54 am
Actualizado.


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