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BARDEM, Juan Antonio (1922-2002)

Aquí recopilamos toda clase de material relacionado con un tema o un director de cine concretos.
Juan Antonio Bardem

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(wikipedia | IMDb)


Introducción

    [propia] Director de cine. En tanto militante del Partido Comunista de España, e inspirado por el neorrealismo italiano, fue pieza clave en la renovación del lenguaje cinematográfico nacional durante el franquismo. Tras el trasvase de poderes en 1978 y con la consolidación del demoliberalismo vigente por el PSOE, su vida cinematográfica fue deliberadamente mermada hasta casi desaparecer.

Juan Antonio Ríos Carratalá, en "Juan Antonio Bardem Muñoz", en Real Academia de la Historia, escribió:Madrid, 2.VI.1922 – 30.X.2002. Director de cine y guionista.

Juan Antonio Bardem nació en el seno de una familia de destacados actores. Sus padres eran Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro. Estudió Ingeniería Agrónoma en Madrid entre 1943 y 1948, al tiempo que trabajaba en el Ministerio de Agricultura desde 1946 y aprendía cinematografía ingresando en la primera promoción del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC). Paralelamente, escribió críticas cinematográficas en La Hora e Índice y colaboró en la fundación de la revista Objetivo en 1953. Debutó como codirector junto a Luis García Berlanga en "Esa pareja feliz" (1951), que sólo pudo estrenarse gracias al éxito de "¡Bienvenido, Mr. Marshall!" (1952), en cuyo guión intervino decisivamente.

En ambas películas quedó patente una voluntad innovadora respecto al cine español de la época, fruto tanto de diversas influencias cinematográficas como de la intención regeneradora que alentaba la militancia de Juan Antonio Bardem en el Partido Comunista Español (PCE). Su espíritu crítico le llevó a participar en las Conversaciones de Salamanca (1955) y plantear un pentagrama definidor del cine español de su época: “Políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico”.

Tras debutar en solitario como director y guionista con "Cómicos" (1954), centrada en el ambiente de los actores que conocía por experiencias familiares, su primer gran éxito y el reconocimiento internacional le llegaron con "Muerte de un ciclista" (1955) y "Calle Mayor" (1956). Ambas películas reflejan una lúcida y dura visión crítica de personajes representativos de la España contemporánea. Su calidad cinematográfica y la favorable acogida le permitieron afrontar proyectos ambiciosos como "La venganza" (1957) —sobre las vicisitudes de una cuadrilla de segadores, con la reconciliación nacional propuesta por el PCE como trasfondo— y "Sonatas" (1959), adaptación de la homónima obra de Valle-Inclán.

Todavía a comienzos de la década de 1960 pudo realizar otras dos películas coherentes con sus planteamientos críticos y cinematográficos: "A las cinco de la tarde" (1961) y "Nunca pasa nada" (1963). A partir de estas fechas, las dificultades de todo tipo para continuar una obra personal y comprometida acorde con su militancia le condujeron a un cine comercial donde dirige títulos sin especial relieve. En plena transición realizó con éxito "El puente" (1976) y la actualidad política inspiró "Siete días de enero" (1978), sobre la matanza de abogados laboralistas en Madrid. Este renacer no tuvo continuidad y su última película fue "Resultado final" (1997), precedida por varios trabajos televisivos, como el episodio “Jarabo” (1985) de la serie "La huella del crimen", o las series biográficas "Lorca, muerte de un poeta" (1987) y "El joven Picasso" (1991).

En 1986 se le concedió la Medalla de Oro de las Bellas Artes y, en 2002, recibió el Goya de Honor por toda su carrera cinematográfica.





Filmografía como director

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    Filmoteca de ficción. (España, 1949)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Un hombre mutilado camina, apoyándose en una muleta, por el estadio de la Ciudad Universitaria de Madrid, donde los estudiantes hacen ejercicio. El lugar fue en otra época el escenario de uno de los episodios más sangrientos de la defensa de Madrid...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1953)
    Dirección: Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem
    Juan trabaja como electricista en unos estudios cinematográficos y su Carmen se ocupa de sus tareas domésticas, conformando un matrimonio madrileño de precaria situación económica. Su fortuna parece cambiar cuando son escogidos por una marca de jabón...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1954)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Ana Ruiz, una joven actriz que trabaja en una compañía de teatro ambulante, interpreta sólo pequeños papeles, pero ella aspira a triunfar...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1954)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Juan es un barbero que espera que la fortuna le sonría en la Lotería navideña. Está a punto de degollar a un cliente cuando oye por la radio que el número del que lleva participaciones es agraciado con el 'gordo'...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1955)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Un ciclista es atropellado en una carretera por un automóvil. Lo conduce María José, a quien acompaña Juan. Son amantes. Ella está casada y este accidente puede descubrir sus relaciones...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1956)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    En una pequeña ciudad de provincias, casi todos sus habitantes viven atrapados en las tradiciones y las inmovilistas costumbres....
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    Filmoteca de ficción. (España, 1958)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Juan Díaz sale de prisión tras cumplir condena por un crimen que no cometió. Decide buscar a Luis el Torcido, culpable de su desgracia, con el fin de acabar con su vida. Y logra que este, que está montando una cuadrilla de segadores, le contrate...
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    Filmoteca de ficción. (México, España, 1959)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    A mediados del siglo XIX, el marqués de Bradomín, noble gallego, se ve envuelto, sin querer, en una conspiración política cuando intenta escapar a México con su antiguo amor, Concha, que es ahora la esposa del conde Brandeso...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1961)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Una visión crítica del mundo taurino basada en el antagonismo de dos toreros ante una corrida de toros crucial en la carrera de ambos. El uno, ya en declive y temeroso. El otro, en la cumbre de su carrera...
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    Filmoteca de ficción. (España, Argentina, 1963)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Una tarde lluviosa, en la ciudad del Mar de Plata, un hombre y una mujer se matan en un accidente automovilístico. La muerte de ambos y el misterio que encierra la relación que los unía cambiarán la vida de otro hombre: Guido Sartori...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1963)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    La vedette de una compañía de revista sufre un ataque de apendicitis durante un desplazamiento y debe quedarse en un pequeño pueblo español para ser operada...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1965)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Vincent, un joven parisino, llega al pequeño pueblo español de Caldeya, invitado por su amigo Reginald. Allí encuentra a Pascal Regnier, un novelista en crisis. Regnier le presenta a Jenny, la propietaria de un club nocturno...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1970)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Alemania, II Guerra Mundial. El armisticio está al caer. Un departamento de las SS tiene como misión evitar que los Aliados absorban recursos alemanes en su avance. Uno de estos recursos es el científico Martin Truppe...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1971)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    La compañía 'Varietés 30' recorre España con éxito. Ana, la segunda vedette, espera una oportunidad para demostrar su talento. Conoce a Arturo, un empresario teatral, que le ofrece su debut como primera vedette a cambio de sus favores sentimentales...
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    Filmoteca de ficción. (Francia, España, 1973)
    Dirección: Claudio Guerín, Juan Antonio Bardem
    Tras la muerte de su madre, un joven sale del hospital psiquiátrico donde fue internado por una tía suya. Cuando regresa a su pueblo, lleva a cabo una terrible venganza contra ella y sus tres primas...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1973)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Ruth y Chris, su hijastra, se han mudado a una solitaria casa de campo para tratar los problemas mentales de la joven, agravados desde que su padre decidiese dejarlas solas...
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    Filmoteca de ficción. (Italia, Francia, España, Camerún, 1973)
    Dirección: Juan Antonio Bardem, Henri Colpi
    En 1865, durante el sitio de Richmond, en el estado de Virginia, cinco soldados sudistas escapan en globo de una prisión nordista, cuando son arrastrados por un terrible huracán hasta una isla, a más de seis mil millas de distancia...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1975)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Javier, publicitario, se enamora de una misteriosa mujer llamada Juna. Él no sabe dónde vive y ella no quiere ser vista con él en público. Finalmente, Juna le explica a Javier que para que puedan vivir juntos, él debe asesinar al despótico tío de ella...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1977)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Bardem relata la toma de conciencia política de un obrero desclasado durante un puente vacacional en aquellos años lampedusianos, anticipando en una memorable canción la futura Transición-Transacción...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1978)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Madrid, 1977. Remanentes del franquismo están nerviosos. Las palizas aleatorias en manifestaciones y asesinatos políticos selectivos están a la orden del día, aunque no parecen suficientes para contener las expectativas de la oposición antifascista...
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    Die Mahnung
    Filmoteca de ficción. (Unión Soviética, Hungría, Bulgaria, Alemania Oriental, 1982)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Narra el juicio del militante comunista Dimitrov ante los tribunales nazis, que le acusaban de haber intervenido en el incendio del Reichstag...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1985)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    La policía descubre cuatro cadáveres en un domicilio particular el 21 de julio de 1958. El asesino pertenecía a una adinerada familia de gran influencia política y se hacía llamar José María Jarabo Pérez Morris...
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    Filmoteca de ficción. (España, 1987)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Lorca fue asesinado el 19 de agosto de 1936, un mes después de que se incendiase España con la Guerra Civil, no lejos de su pequeño pueblo natal, donde había visto la luz 38 años antes...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1993)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Los inicios de Pablo Ruiz Picasso en la búsqueda de su propio estilo pictórico, entre 1900 y 1907, con algún capítulo de infancia intercalado...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1997)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Madrid, 1996. Una burguesita repasa de memoria toda su existencia mientras se peina en el tocador. Una militancia 'artística' con el pce en las postrimerías del franquismo da paso a un noviazgo con el felipismo y sus chanchullos, hasta la abulia final...




Filmografía como guionista

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    Filmoteca de ficción. (España, 1953)
    Dirección: Luis García Berlanga
    Villar del Río es un pequeño pueblo tranquilo, pobre y olvidado, en el que nunca pasa nada que le saque de la rutina. Una mañana se presenta un delegado gubernativo, el cual anuncia que va a llegar de un momento a otro una comisión del Plan Marshall...




Filmografía como actor

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    Filmoteca de ficción. (España, 1953)
    Dirección: Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem
    Juan trabaja como electricista en unos estudios cinematográficos y su Carmen se ocupa de sus tareas domésticas, conformando un matrimonio madrileño de precaria situación económica. Su fortuna parece cambiar cuando son escogidos por una marca de jabón...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1954)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Ana Ruiz, una joven actriz que trabaja en una compañía de teatro ambulante, interpreta sólo pequeños papeles, pero ella aspira a triunfar...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1954)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Juan es un barbero que espera que la fortuna le sonría en la Lotería navideña. Está a punto de degollar a un cliente cuando oye por la radio que el número del que lleva participaciones es agraciado con el 'gordo'...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1973)
    Dirección: Juan Antonio Bardem
    Ruth y Chris, su hijastra, se han mudado a una solitaria casa de campo para tratar los problemas mentales de la joven, agravados desde que su padre decidiese dejarlas solas...
    Portada
    Filmoteca de ficción. (España, 1978)
    Dirección: Eloy de la Iglesia
    España, 1978. Roberto Orbea, militante del PCE, es el probable próximo secretario general de su partido y cabeza de lista a las elecciones generales. Y es gay...




Sobre Bardem

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    Filmoteca de no ficción. (España, 2005)
    Dirección: Alberto Leal
    Recorrido por la filmografía y personalidad de Juan Antonio Bardem mediante el testimonio de amigos y camaradas que reflexionan sobre la importante contribución artística y política de este cineasta durante la segunda mitad del siglo XX en España...




Recursos de apoyo





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Nota Dom Ago 25, 2019 10:17 pm
Eduardo Haro Tecglen, en "Ha muerto un comunista", en El País, el 1 de noviembre de 2002, escribió:Un comunista en España ha tenido siempre tres enemigos: la derecha, la izquierda y sus camaradas traidores. Bardem: el gran director ha muerto pobre. Rompieron, Berlanga y él, el hielo del franquismo, el cine protegido por el 'interés nacional' en el que campaban directores de mente escasa, viejos pistoleros, nuevos denunciantes. Bardem no dejó de ser comunista en sus películas: sobrentendidos, alusiones, imágenes, hasta discursos. 'Soy un forofo del comunismo', me dijo en un almuerzo a solas, para atraerme a su partido. Le expliqué que no era comunista, que yo era rojo, un hijo del Frente Popular -estuvieron todos-; que había trabajado con los comunistas en la clandestinidad porque creí que era el único partido con poder contra Franco, pero que no podía pertenecer a ningún partido porque era contradictorio con mi oficio, con la libertad de expresión, que consiste en decir lo que se puede de todo lo que se piensa, saber hasta dónde se puede llegar demasiado lejos, y eso está fuera de consignas.

Para él lo primero era ser comunista. Mientras jugaba -perdía- al póquer entre el ácido humo de tabaco; cuando era fiel y amante de María; cuando dormía y se despertaba y, claro, cuando hacía cine, o escribía o charlaba. Para él no había contradicciones: todo lo que hacía era comunista como él. Todo lo que vivía: cuando le llevaba al calabozo, a los medios exilios, o cuando le dejaba sin comer. Oigo voces que dicen que está en la lógica de la vida: él fue todo en el cine español de ruptura, porque le elevaron los comunistas; era coherente que cayera cuando ya los comunistas no pudieron ayudarle. No creo que sea cierto: su cine fue más que el servicio a una propaganda, el reflejo de la vida mediocre; la crítica del fascismo, la exaltación de cosas en las que creía, y fue un gran cine.

El comunista ha tenido en el último año docenas de homenajes, se estaba muriendo. Su partido, claro: en el teatro de la Casa de Campo donde se celebraba su figura en la fiesta de los comunistas: les dije a los que llenaban la sala que si estaban ahí y podían ser quienes eran se lo debían a Bardem, y a otros que no llegaron a vivir: los asesinaron. (Subió al escenario en angarillas; tumbado, porque no podía estar ya en pie, levantó el puño y cantó la Internacional: con todos).

Nota Dom Ago 25, 2019 10:25 pm
Antonio Salvador, en "Juan Antonio Bardem, un proletario del cinema. Reflexión escrita al hilo de la película 'El puente' (1976)", en El Llanto de la Acequia, el 28 de octubre de 2007, escribió:Desterrar un tópico de nuestro subconsciente es infinitamente más complicado que asentarlo. Vivimos rodeados de tópicos en nuestra vida diaria, desde que nos desperezamos bajo el agua de la ducha a primera hora hasta que logramos conciliar el sueño, evitando el incordioso insomnio, bien entrada la noche. Es más cómodo agarrarse al tópico para justificar una posición personal que intentar descubrir lo que se esconde tras de ellos.

¿Quién no ha oído hablar de las españoladas? ¿Quién no ha despreciado, en alguna ocasión, el trabajo de ciertos profesionales del cine, por el mero hecho de que estos poseían la nacionalidad española y de que rodaron películas durante la dictadura? ¿Por qué metemos en el mismo saco a dignos artesanos y a bastardos mercaderes? Estas preguntas, que cualquiera de ustedes podrá sustituir por otras igual de válidas, reflejan una idea muy extendida entre nosotros, españolitos del nuevo siglo.

Hubo de todo, como en botica. Cine propagandista del fascismo victorioso (no por ello exento de calidad estética), filmes de epopeyas nacionales con hedor a naftalina, comedias simplonas con las que no podías parar de reír. Hasta puede que hayan oído hablar de las tres bes del cine español: Bardem, Berlanga y Buñuel, por estricto orden alfabético. Sin lugar a dudas, este trío magnífico rompe con el topicazo, demostrando que en aquella España, roída y carcomida por una oligarquía asesina, también se hicieron buenas películas. Por supuesto, no podemos caer en la imbecilidad de negar la indudable pericia de otros directores, como el falangista hedillista José Antonio Nieves Conde o el dandy franquista Edgar Neville. Pero, parece que estos tres realizadores, y en esto coinciden la inmensa mayoría de cinéfilos, suponen lo mejor que le ha pasado a nuestro cine desde que los hermanos Lumière patentaron el inventito.

Hoy voy a hablarles de Juan Antonio Bardem, voy a centrarme en el más comprometido de los tres. La trayectoria profesional de Bardem, militante comunista desde la posguerra, no fue un camino de rosas, ni mucho menos. Problemas con la censura, falta de financiación, necesidad de dirigir películas de las conocidas como "alimenticias". Esta montaña de obstáculos no impidieron que pudiera realizar obras maestras como "Muerte de un ciclista" (1955), "Calle mayor" (1956), "Nunca pasa nada" (1963), y filmes correctos como "La venganza" (1957), "Sonatas" (1959) o "Siete días de enero" (1979). No puedo dejar de decir, que aunque no figure en los datos recogidos en las antologías del cine, Bardem fue codirector junto a Luis García Berlanga, de "Bienvenido, Mister Marshall" (1953).

Desde el principio de su carrera, los mandamases culturales del régimen le zancadillearon en bastantes ocasiones. Cuando descansaba la tijera del censor era la policía la que lo enchiqueraba por su condición de pecero. Bardem, trabajador infatigable, participó además en la creación de UNINCI (Unión Cinematográfica, SA), la productora que financió las mejores películas españolas de los años 50 y primeros 60. UNINCI acabó siendo el brazo cultural del PCE, un polo de atracción de sectores intelectuales, algunos de lo cuales ingresarían posteriormente en el partido. Dirigida por Ricardo Muñoz Suay (crítico, guionista, dirigente del PCE en la clandestinidad), Domingo Dominguín (torero, apoderado, propietario de Vistalegre, hermano del maestro Luis Miguel, comunista apasionado y bon vivant) y por el propio Bardem, en su consejo de administración figuraba la flor y nata del cine patrio: Berlanga, Rabal, Fernán Gómez, Fernando Rey, Saura...

En 1976, tras la muerte del dictador y su correspondiente estancia en prisión, Bardem dirigió "El puente", una novedosa road movie con fuerte contenido social, que pasó sin pena ni gloria por las taquillas. Basada en unos relatos cortos del escritor Daniel Sueiro, protagonizada por Alfredo Landa, relata la toma de conciencia política de un obrero desclasado durante un puente vacacional.

Sin necesidad de aburrir al personal con largos silencios y discursos enrevesados, con sentido del humor, Bardem desmonta el landismo con la inestimable ayuda del propio actor que dio nombre a aquel fenómeno cinematográfico. El navarro está insuperable, se come la película, demostrando su versatilidad como intérprete. "El puente" supuso el despegue de Alfredo Landa como actor dramático. Landa siempre ha agradecido a Bardem la confianza que depositó en él para participar en esta película, paso previo para alcanzar la gloria con "El crack" (José Luis Garci, 1981), "Los santos inocentes" (Mario Camus, 1984) o "El bosque animado" (José Luis Cuerda, 1987).

Recomiendo de viva voz, cómo se decía antes, el visionado de este filme. Recorre de manera magistral los principales problemas de la clase trabajadora en aquellos años lampedusianos, anticipando en una memorable canción la futura Transición-Transacción. Cómo he señalado antes, no es una película con ínfulas intelectuales, de esas que invitan al ronquido en el sofá. Aprovechen y se la descargan de las redes p2p, que para eso las tenemos.

Retomando la peripecia humana de Juan Antonio Bardem, sólo señalar aquí que publicó sus memorias en el verano de 2002, ya octogenario, justo antes de su fallecimiento en el mes de octubre de aquel mismo año.

Treinta días escasos antes de su muerte, fue homenajeado en la Fiesta del PCE, arropado por su familia y por amigos como Eduardo Haro Tecglen, Francisco Umbral, Agustín González o Marcelino Camacho. El artículo posterior de Umbral, sobre el homenaje a un Bardem gravemente enfermo, postrado en una silla de ruedas, provocó la ruptura de la amistad del primero con Haro Tecglen y con Fernando Fernán Gómez.

Censurado en el franquismo, vetado en la democracia (como bien ha recordado en un comentario al borrador de este post el compañero Toni Esteban), molesto para los eurocomunistas, demasiado rojeras para la factoría Prisa, Juan Antonio Bardem fue ante todo un trabajador del cine, un intelectual marxista al servicio de su pueblo.

Nota Dom Ago 25, 2019 10:27 pm
Adolfo Bellido, en "El compromiso como forma de vida (En la muerte de Juan Antonio Bardem)", en Encadenados, nº 37, s/f, escribió:Uno de los directores más importantes de la historia de nuestro cine ha fallecido recientemente. Se trata, claro está, de Juan Antonio Bardem, hijo de los actores Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro, hermano de Pilar Bardem, sobrino de Guadalupe Muñoz Sampedro, tío de Javier Bardem. Miguel, uno de sus hijos es también director de cine. Como se puede comprobar su nombre va enlazado con una de las sagas más importantes tanto de nuestro cine como de nuestro teatro.

A Juan Antonio le conocí personalmente. Nuestra relación vino a través de mi vinculación al cineclub universitario de Salamanca. Hablamos en varias ocasiones y siempre encontré en él una cordial amistad. Nunca se creyó un genio. No, creía en lo que hacía, en sus películas, y las defendía. Con sinceridad y sencillez. Era un hombre bueno, sencillo, de trato agradable. De una fuerte personalidad. Humano en el total sentido de la palabra. Y, al mismo tiempo, fue un verdadero intelectual comprometido con su tiempo, con su país. Luchador infatigable contra la dictadura, opuesto a cualquier tipo de injusticia, intentó (y logró muchas veces) una obra fiel a su forma de pensar y de ser.

Durante la guerra civil estudió en zona republicana. Concretamente en Madrid y Barcelona. Posteriormente, siempre debido a la actividad teatral de sus padres, en la zona franquista (San Sebastián y Sevilla). Al terminar la guerra se instaló en Madrid donde siempre vivió. Estudió Ingeniería Agrónoma entre 1943 y 1948 trabajando desde 1946 en el Ministerio de Agricultura. Pero su verdadera vocación era el cine. Realizó crítica cinematográfica y estudió en la Escuela de Cine (entonces llamada Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, IIEC) donde no llegó a recibir el título de licenciado al suspender su práctica fin de carrera titulada "Barajas, aeropuerto internacional" (1950), probablemente por razones muy diferentes a la que supondría la escasa calidad de su trabajo. Y es que tanto en sus escritos (en revistas como La Hora o Índice y en la posterior Objetivo 1952, en cuya fundación intervino) como en sus películas “explicó” con claridad su compromiso social y político, lo que le llevó a ser encarcelado varias veces durante el franquismo. Desde muy joven perteneció al Partido Comunista de España. Nunca lo negó. Lo siguió siendo hasta su muerte, incapaz de traicionar los ideales por los que tanto había luchado y que impulsaron tanto su vida como su obra. Hace escasos meses recibió el homenaje de sus compañeros de profesión. Entonces habló de seguir en la brecha, de haber sido olvidado. Quería a sus ochenta años seguir haciendo lo que mejor sabía: cine. Fue aquél su último discurso público. Esperanzando por una parte y por otra dolorido por tantas frustraciones a nivel personal y profesional. Todo ello unido a la desesperanza de contemplar un mundo que no era el que él había soñado Hace muy poco publicó un libro con sus memorias (Y todavía sigue, ediciones B). No era, en verdad, demasiado interesante. Esperábamos mucho más de su lectura, que explicara algunos puntos oscuros sobre la existencia de UNINCI –la productora formada por varios intelectuales de izquierdas, entre los que él mismo se encontraba–, su fundación, las disputas entre sus “accionistas” (?), pero, probablemente, eran hechos demasiados dolorosos como para darlos a conocer. De todas maneras sus páginas de recuerdos recogían testimonios, confesiones que descubrían su personalidad entrañable y arrolladora.

Muchas cosas deberían aprender de él, aquellos que ahora empiezan a dirigir o que han dirigido algunas películas. Sobre todo aquellos que creen realizar un cine social y comprometido cuando, por desgracia, sus obras poseen escaso fondo social, son acomodaticias, conformistas y no comprometidas, digeribles para que espectadores de cualquier ideología tengan una “buena” digestión. Películas, en definitiva, escondiendo la realidad en forma de nimiedades de características televisivas. Y es que gran parte del cine de hoy se hace bebe, se inspira, cuando no procede, de la simplicidad de unas conformistas series televisivas, que tratan de vender por realismo nato lo que no son más que productos medianamente bienintencionados. Pienso que si Juan Antonio viviera se moriría de “vergüenza” al comprobar que lo que hoy se considerado aquí cine comprometido, social y realista es nada menos que la complaciente e inverosímil "Los lunes al sol", esa cosa que un buen profesional de nuestro cine ha definido como “un filme para engorde de capitalistas”.

A Juan Antonio Bardem siempre se tendió a atacarle, perseguirle. Era un “apestado”, al que ciertos críticos (?) no podían aceptar el carácter provocador, o libertario, de sus filmes. Fue duramente tratado tanto en lo bueno como en lo menos bueno. Ir a por un disidente y obligarle a cambiar. Era, si se quiere, la venganza de una crítica conservadora contra alguien que tenía la osadía de rebelarse contra un sistema opresor, pero en el que ellos se sentían seguros, perseverando en muchos casos su ignorancia sobre lo que veían, su incapacidad para entender o juzgar.

Se dijo de su cine que era académico, viejo, que sus películas no eran más que revisiones (o más duramente, copias) de otras películas ya existentes realizadas fuera de nuestras vigiladas fronteras. Así "Cómicos" era "Eva al desnudo" (Mankiewicz), "Muerte de un ciclista" procedía de "Crónica de un amor" (Antonioni) o, por citar algún otro título, "Calle Mayor" nacía en "Los inútiles" (Fellini). Puede ser que así fuera. Pero la idea no generaba un plagio (como tampoco ocurre en la mayor parte del cine de Woody Allen, siempre buscando la inspiración en sus autores preferidos). Como máximo Bardem transportaría unos personajes y una realidad de un lugar a otro. No era eso sólo. Había mucho, mucho más. En sus primeras películas, sobre todo en ellas, está siempre presente la España mezquina del franquismo con sus mentiras, sus vueltas de noria, su inútil grandilocuencia..

Su primera película larga, producida por UNINCI, la realizó junto con Berlanga, con quien ya había colaborado en la realización del cortometraje "Paseo por una guerra antigua" (1951). Era la estupenda y casi desconocida "Esa pareja feliz". Irónica y triste mirada sobre una pareja que triunfa (por un día) en un concurso tan inútil como sus vidas, sostenidas tan sólo por la esperanza en un mañana mejor, soleado por el resplandor de su sincero amor. Un filme divertido y triste que se inspiraba sin duda en el neorrealismo italiano, que ambos directores habían descubierto en unas proyecciones que tuvieron lugar en el Instituto Italiano.

Muchas son las razones que impedirán que ambos realizadores filmen juntos "Bienvenido Mr. Marshall" (su distinto planteamiento ideológico no parecía ser un obstáculo para su amistad y colaboración, lo cual probaba que las gentes de “paz” pueden vivir y trabajar conjuntamente en libertad. Sólo había que quererlo. Saber respetar a los otros. Admitirlos en sus distintas formas de entender la vida. Algo que la dictadura rechaza de plano). No obstante, entre los guionistas de aquella obra maestra aparece acreditado el nombre de Bardem. También interviene en otros guiones, como "Novio a la vista" o "Carta a Sara".

Su primera película en solitario, "Cómicos", 1954, es un homenaje a los actores que van representando obras de provincia en provincia. Un mundo que conoce demasiado bien al haberlo vivido desde su nacimiento. Filme intimista y entrañable, rodado como un pequeño gran homenaje a su familia, mucho más interesante que la bientencionada –e inútil– comedia "Felices Pascuas", 1954. La comedia, el humor, no es, desde luego, lo fuerte de Bardem. Pero a continuación llegan ya "Muerte de un ciclista", 1955, reconocida con el premio de la crítica en el festival internacional de Cannes, y "Calle Mayor",1956, premio de la crítica en el festival de Venecia.

"Muerte de un ciclista" se adentra, al igual que "Calle Mayor", en el mundo de la burguesía, aunque de forma distinta. Ambas, eso sí, hablan de problemas del momento y nos hablan de las mentiras de quienes quieren caminar olvidando el mundo en que les ha atacado vivir. Se miente para seguir sintiéndose vivos, para poder asegurar una vida repleta de falsas seguridades o para, simplemente, creerse vivos cuando en realidad estos personajes no hacen más que vegetar, aburrirse o engañarse vilmente. No es el engaño su salvación. Es su hundimiento. Lo peor en esas películas quizá es que Bardem creía oportuno utilizar un personaje conciencia que era quien “explicaba” las propias ideas del realizador. Dos títulos, los citados, que hoy siguen tan vivos como ayer o a lo mejor mucho más. Pude comprobar no hace mucho cómo alumnos y alumnas de los primeros cursos del antiguo BUP quedaban atrapados por la intensidad de "Calle Mayor". Por su vigencia y su espléndido lenguaje cinematográfico. Basta ese plano final de la protagonista (una excepcional Betsy Blair) recibiendo la lluvia sobre ella mientras que las otras personas que se encuentran en la calle se refugian en los soportales para mostrar toda la sabiduría del director. Una excelente metáfora que nos habla del propio “interior” de la mujer engañada, pero que decide afrontar su vida. No huye se enfrenta a la vida que le espera, a la risa de los otros. Un acto de total valentía.

TVE rindió homenaje al director a los pocos días de su muerte proyectando en la primera cadena esa película. Flaco favor le hicieron ya que los programadores pasaron la película a una hora tan intempestiva como las 12 de la noche. Y después –como vergonzante ironía– de un capítulo más de la discutible serie de "Cuéntame", donde “casualmente” aparecían imágenes de Franco cazando. Nuevamente la televisión publica prefería dar a los espectadores su ración diaria de entretenimiento (en una vuelta, con cierto tono entrañable, a un pasado que “no era tan malo” como Bardem y otros creíamos). Era preferible eso a mostrar la lección de cine y de HISTORIA que "Calle Mayor" retrataba con firmeza y claridad. Una película que es capaz de llegar a interesar a cualquier espectador a pesar de haber sido rodada hace más de cuarenta años. Un filme entrañable que, cuando lo vi por primera vez, al estrenarse en Salamanca, en la primera sesión de tarde, era complementada nada menos que por la película mexicana "El derecho de nacer" (Zacarías Gómez Urquiza, 1951), interpretada por Jorge Mistral. Curioso duelo de géneros, de ideología y hasta de “galanes” ya que el actor de "Calle Mayor" era José Suárez.

"La venganza", 1957, un filme sobre las dos Españas que deben evitar la confrontación (la idea clave era la reconciliación nacional propuesta por el PCE), contaba la historia de unos segadores que recorren el país en busca de trabajo. Resultó frustrada por culpa de la censura, que obligó a cambiar parte del guión. La posterior "Sonatas", 1959, parte de dos de las “sonatas” de Valle Inclán: la de verano y la de otoño. Irregular pero con bellos momentos. "A las cinco de la tarde", 1960, es una curiosa obra sobre el mundo de los toros, que en realidad no hace más que explicar un problema de lucha de clases. En Argentina a continuación rueda una de sus obras menos conocidas "Los inocentes", 1962. Película irregular pero atrayente que dará paso a la que probablemente es su mejor obra "Nunca pasa nada", 1963. Otra vuelta a la provincia. Un intento de buscar nuevamente, como en "Calle Mayor", las mezquindades, hipocresías y frustraciones de una pequeña ciudad. Gran película que parte de la crítica ignoró, cuando no atacó, al querer ver una repetición de aquella su gran película de 1956. Hoy día "Nunca pasa nada" resplandece como una de las obras claves del cine español de los años sesenta.

El fracaso de "Nunca pasa nada" llevó a Bardem a realizar un cine más comercial. Escaso interés existe en esas obras. Se trata de "Los pianos mecánicos" (1965), "El último día de la guerra" (1968), "La isla misteriosa" (1971). "Varietés" (1972) es una vuelta de tuerca equivocada a "Cómicos", con Sara Montiel de protagonista; mientras que "La corrupción de Chris Miller" (1972) y "El poder del deseo" (1975) son dos películas que trataban de lanzar a Marisol como actriz adulta. El intento fallido de estos tres últimos filmes era demostrar que se podía hacer un cine de calidad apoyado en la presencia de actrices famosas.

Un año después del segundo filme para Marisol, con la llegada de la transición política, parece que Bardem encuentra la esperanza en un presente (o inmediato futuro) muy distinto al vivido hasta entonces. Los tiempos parece que van a ser otros. Aparentemente, la dictadura ha sido tragada por ella misma. La lucha es posible para encontrar un mundo más justo. Su ilusión queda reflejada en "El puente", 1976, premio en el festival de Moscú, la historia de un obrero que toma conciencia de su situación. Un filme mucho más válido que esos que nos llegan hoy día de realizadores aparentemente comprometidos. El “viejo” Bardem sigue fiel a sí mismo. La película se basa en un cuento corto de Daniel Sueiro. Alfredo Landa, su protagonista, da una lección de buen interpretar.

En 1978 rueda una reconstrucción de gran interés sobre la matanza de los abogados laboralistas cometida por la ultraderecha en 1977. La democracia, recién nacida, parece peligrar. Bardem sigue su lucha denunciando una serie de maquinaciones que pueden llevar al país a un nuevo golpe militar. Los momentos exultantes, muy cercanos, de la legalización del Partido Comunista de España, uno de los hechos más significativos del periodo, dan alas al convencido comunista que es Bardem. Sabe él de sobra lo que significa ser perseguido, encarcelado por sus ideas. No es un cuento. Todo ello lo ha vivido. Y debe dar testimonio de la gente que lucha y muere por la libertad de los otros, de su país.

Desde entonces sólo volverá a rodar dos películas para cine. La primera en 1982 una extraña coproducción búlgara-soviética-alemana titulada "La advertencia" una especie de documental sobre la vida de Dimitrov, el líder de la Internacional Comunista. La segunda, recibida de uñas por la crítica incluso antes de verla, fue "Resultado final" (1997), título casi profético anunciador de lo que sería su última obra, una especie de ajuste de cuentas con el PSOE en los años que estuvo en el poder. Bardem vapuleó sin piedad a un aparente gobierno de izquierdas (pero convirtiendo su obra en un auténtico panfleto), que tuvo, al llegar al poder en 1982, todo a su favor para conseguir un proyecto de izquierdas. La realidad fue muy dura. Se traicionaron las ilusiones de todo un país ante todo un cúmulo de errores, potenciados por la admisión de un sistema capitalista donde todo era válido. El filme con sus graves errores (incluido el de intentar convertir a Mar Flores en actriz) es uno de las pocos que han tratado de ahondar en ese determinado, y determinante, periodo histórico de nuestro país: la euforia de muchísimas personas que auparon al PSOE y su equivocado planteamiento al gobierno; determinado periodo histórico de este país, que es el nuestro.

Aquella euforia volcada en el país en 1982 a raíz del gran triunfo de un partido de izquierdas ha dado paso a la desilusión, el desencanto o lo que es peor a la indiferencia más absoluta. "Resultado final" quiere mostrar todo eso. No lo consigue, pero al menos es un intento de acercarnos a la cruda realidad. Probablemente, de una u otra manera, sólo directores de cierta edad son los que se atrevido a indagar en ese periodo clave de la transición política, haciendo hincapié en la desilusión de una generación esperanzada como resultado de un proceso degenerativo político. Podemos citar además del título de Bardem dos más (algunos otros lo han tratado de forma marginal): "Después del sueño" de Mario Camus y "Los paraísos perdidos" de Basilio Martín Patino. Formas diferentes (incluso en calidad) de acercarse a una etapa en la que, en parte, se siguieron cayendo en muchos de los defectos del pasado. Pero “eso” no sólo es parte de nuestra realidad, ya que forma parte de un mundo uniforme, globalizado plegado a los intereses del “amigo” americano.

En la década de los ochenta y los noventa Bardem fundamentalmente se dedicó a trabajar para TVE en algunos capítulos de determinadas series: caso del episodio sobre Jarabo (1985); uno de los “capítulos” de "La huella del crimen", una producción de Pedro Costa; o en series enteras como fue el caso de las biografías sobre Lorca ("Lorca, muerte de un poeta", 1987) o Picasso ("El joven Picasso", 1991). También dirigió el mediometraje totalmente ignorado "España, una fiesta" (1985).

Hoy nos queda su obra comprometida, que debiera servir de ejemplo a las nuevas generaciones de realizadores, aunque desgraciadamente, como demuestran día a día, no están por esa labor. Lo suyo, lo de esos directores, es “cazar” a cuantos más espectadores mejor con sus juegos técnicos de gratuita pirotecnia o sus falsas y complacientes películas engañosas, de acuerdo a las simplificadoras leyes televisivas. Actualmente seguirían siendo válidas, resuenan con la misma fuerza que en 1955, las palabras que Bardem pronunciara en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca en las importantes conversaciones de Salamanca (aquellas que organizó un joven llamado Martín Patino, otro hombre que sabe lo que es y significa el compromiso, el ser fiel a una forma de hacer y de pensar, y que, curiosamente, ahora, casi al mismo tiempo de la marcha de Bardem, ha anunciado que no volverá a rodar ninguna película más: se va desilusionado del cine, de algo que, como para Bardem, era su vida). Fue elocuente, dijo aquello de “el cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo”.

Con la muerte de Bardem se cierra un ciclo importante de nuestro cine. Siempre intentó volver a aquella imprescindible "Calle Mayor". Se titularía "Vuelta a la Calle Mayor". Probablemente las cosas, aunque más modernas, no fueran muy distantes a las de entonces. De todas maneras, y rizando el rizo, habrá que decir que su hijo Miguel ha dirigido dos películas que parecen deudoras del cine de su padre. Eso sí, en otro registro más “moderno”, lo que no quiere decir más importante. Al contrario, se trata de filmes de naturaleza light, lo que ahora se lleva. Hablamos de "La mujer más fea del mundo" y de "Noche de Reyes". La primera es como una “revisión” de "Calle Mayor", mientras que la segunda parece acercarse a "Felices Pascuas". Ni por asomo tienen ninguna de ellas la calidad y el compromiso adquirido por su padre. Lo suyo, como el de tantos otros modernos, es hacer “moderneces” que el tiempo devorará sin piedad, algo que desde luego no ocurrirá con algunas películas de Bardem, que para siempre quedarán como ejemplarizantes en forma y contenido. Sin la presencia de Bardem nos hemos quedado un poco más solos. Como decía más arriba su libro de memorias se titulaba Y todavía sigue. Un título que quería expresar una continuidad que ahora parece haber quedado rota, aunque realmente su rotunda y honesta obra seguirá presente ahora y siempre.

Alguien (con buena o mala intención, vete a saber) ha contado un hecho del que no sabemos si es verdad o mentira: el cadáver de Juan Antonio estuvo expuesto en la sede de la Filmoteca. Al terminar el acto, con la salida del féretro, los presentes puño en alto cantaron la Internacional. Uno de ellos era nada menos que Fernando León (no nos olvidemos del “aristocrático” añadido de Aranoa). ¿Quería mostrar así su afiliación o pacto con IU o quizá la expresión de sus (sinceras) ideas izquierdistas y progresistas? Nunca lo sabremos. Si sus películas son la expresión de esas ideas pensamos que no, y que flaco favor hacía el “gran” director que fue Juan Antonio Bardem. Lo siento por el joven León (cuyo cine, sin ánimo de ofender, no dista tanto como parece del de Garci) y su “izquierdismo” de pacotilla (por cierto dicen que Garci, en una época, estuvo afiliado al PC).

Poca esperanza de cambio real y verdadero le puede quedar a este país si los jóvenes, como León de Aranoa, tienen esas “falsa” ideología de izquierdas. Siento cargar las tintas contra él ya que nada tengo en su contra... excepto sus bienintencionadas y “negativas” películas sobre los barrios de extrarradio y los obreros estén o no en paro. Parece desconocer uno y otros. Parece vivir en otro mundo distinto a éste. O a la mejor vive perfectamente anclado en la belleza hueca y aséptica con la que el “pepeismo” ha dotado a nuestros ciudadanos (vía televisión, por ejemplo).

Bardem, desde su merecido descanso, no reiría ante esos hechos. A lo máximo, socarronamente, pronunciaría una de sus irónicas y desencantadoras palabras antes de volver a guardar un silencio repentino, que será roto constantemente ante la visión eterna de sus maestras e imprescindibles obras. A ver si viéndolas y reviéndolas algunos falsos progres entienden de una vez lo que significa comprometerse, hablar de lo que se conoce, mostrar, con desgarro, la realidad de un mundo imperfecto.

Nota Jue Mar 21, 2024 1:35 am
Actualizado.


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