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MONICELLI, Mario (1915-2010)

Aquí recopilamos toda clase de material relacionado con un tema o un director de cine concretos.
Mario Monicelli

Portada
(Wikipedia | IMDb)


Introducción

En Wikipedia se escribió:Viareggio, 16 de mayo de 1915 – Roma, 29 de noviembre de 2010. Director de cine y guionista italiano, considerado uno de los maestros de la Commedia all'italiana ("Comedia a la italiana").


Biografía

Monicelli nació en Roma, siendo el hijo menor del periodista mantuano Tomaso Monicelli. Su hermano mayor, Giorgio Monicelli, trabajó como escritor y traductor.

Asistió al liceo local y entró al mundo del cine a través de su amistad con Giacomo Forzano, hijo del dramaturgo Giovacchino Forzano, quien había sido encargado por Mussolini de la fundación de estudios de cine en Tirrenia. Monicelli vivió una juventud liberal y muchas de sus bromas que aparecen en "Amici miei" fueron producto de sus propias experiencias.

Realizó su primer cortometraje en 1934 junto con su amigo Alberto Mondadori. Éste fue seguido por un filme mudo, "I ragazzi della via Paal", el cual ganó un premio en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Su primer largometraje fue "Pioggia d'estate" (1937). Durante 1939-1942, Monicelli escribió numerosos guiones (aproximadamente 40) y trabajó como asistente de dirección.

Monicelli hizo su debut oficial como director en 1949, en el filme "Totò cerca casa", codirigida por Stefano Vanzina. Desde sus inicios, su estilo de filmación demostró ser particularmente fluido. Vanzina y Monicelli dirigieron exitosamente ocho películas más en cuatro años, entre las que se encuentran "Guardie e ladri" y "Totò a colori". A partir de 1953, Monicelli trabajó solo, sin dejar de escribir guiones.

Varios de los trabajos de Monicelli son considerados obras maestras del cine italiano. Un ejemplo de esto es "I soliti ignoti", protagonizada por el comediante Totò, Vittorio Gassman y Marcello Mastroianni, la cual es considerada la primera obra de la Commedia all'italiana. "La gran guerra", estrenada en 1959, es considerado como su mejor trabajo y estuvo nominado a un Premio Oscar. El filme ganó el León de Oro y estuvo protagonizado por Gassman y Alberto Sordi. La película fue aclamada por la ausencia de acentos retóricos (la tragedia de la Primera Guerra Mundial todavía estaba presente en la mente de los italianos) y por su sentido tragicómico y cortante de historia. Otras dos películas de Monicelli estuvieron nominadas a los Premios Oscar: "Los compañeros" y "La ragazza con la pistola".

Otro de sus filmes, "L'armata Brancaleone", también es clasificado entre los mejores del cine italiano. La película cuenta la historia de un caballero italiano pobre en la Edad Media desde un punto de vista cómico. Fue reconocida por los diálogos en latín macarrónico de Gassman como el caballero escritos por Age & Scarpelli. El filme tuvo una secuela, "Brancaleone alle crociate", estrenada en 1970.

En 1975, Monicelli dirigió "Amici miei", protagonizado por Ugo Tognazzi y Philippe Noiret. La película fue una de las películas más exitosas en Italia y fue alabada por su mezcla de humor, ironía y sentimiento amargos. En 1978, dirigió "Un borghese piccolo piccolo", en la cual predominó el drama. Sin embargo, Monicelli regresó a la comedia con la película de 1981 "Il marchese del Grillo". Ambos filmes fueron protagonizados por Alberto Sordi.

Entre los últimos trabajos de Monicelli se encuentran "Speriamo che sia femmina" (1985), "Parenti serpenti" y "Cari fottutissimi amici".

Monicelli también trabajó para televisión y teatro y, en algunas ocasiones, como actor y dramaturgo.

Monicelli colaboró con muchos de los actores italianos más importantes del siglo XX, entre los que se pueden mencionar: Monica Vitti, Anna Magnani, Giancarlo Giannini, Stefania Sandrelli, Vittorio de Sica, Sophia Loren, Enrico Montesano, Gian Maria Volonté, Paolo Villaggio, Nino Manfredi y Leonardo Pieraccioni.

Monicelli murió el 29 de noviembre de 2010, al lanzarse por una ventana, desde el quinto piso, del Hospital San Giovanni en Roma, donde había sido admitido para ser tratado de cáncer de próstata.





Filmografía

    Portada
    Totò cerca casa
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1949)
    Dirección: Mario Monicelli, Steno
    Bernardino (Totò) se ha acomodado con la familia en el aula de una escuela cerrada durante las vacaciones, después de que su casa fue destruida por los bombardeos. Al comienzo del nuevo año escolar se ve obligado a buscar un nuevo hogar...
    Portada
    Guardie e ladri
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1951)
    Dirección: Mario Monicelli, Steno
    Espósito es un ladronzuelo que tima a los turistas en Roma, pero tiene la mala fortuna de volver a coincidir con una de sus víctimas. Se inicia entonces una larguísima persecución por parte del policía Bottoni...
    Portada
    Totò e Carolina
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1955)
    Dirección: Mario Monicelli
    Antonio Caccavallo, un voluntarioso agente de policía viudo, que vive con su padre y su hijo, sueña con un ascenso que suponga un aumento de sueldo. Pero un error en una redada le lleva a detener a la joven Carolina...
    Portada
    I soliti ignoti
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1958)
    Dirección: Mario Monicelli
    Un grupo de ladronzuelos, aconsejados por un ladrón ya retirado, decide preparar un gran robo en las oficinas romanas del Monte de Piedad, con la esperanza de que les saque de la miseria en la que viven...
    Portada
    La grande guerra
    Filmoteca de ficción. (Italia, Francia, 1959)
    Dirección: Mario Monicelli
    Es 1916, Primera Guerra Mundial. Oreste Jacovacci y Giovanni Busacca son dos jóvenes soldados que intentan sobrevivir en la guerra evitando el campo de batalla....
    Portada
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1962)
    Dirección: Federico Fellini, Luchino Visconti, Vittorio De Sica, Mario Monicelli
    Cuatro relatos del escritor humanista Giovanni Boccaccio son adaptados a las circunstancias de la Italia de la década de 1960 para reseñar sociológicamente su transformación: 'Renzo y Luciana', 'La tentación del doctor Antonio', 'El trabajo' y 'La rifa'...
    Portada
    I compagni
    Filmoteca de ficción. (Yugoslavia, Italia, Francia, 1963)
    Dirección: Mario Monicelli
    Turín, fines de siglo XIX; albores de la organización del movimiento obrero. Es la historia de una huelga por la disminución de la jornada de trabajo, en la que los temas organizativos quedan a cargo de un militante experimentado...
    Portada
    L'Armata Brancaleone
    Filmoteca de ficción. (España, Francia, Italia, 1966)
    Dirección: Mario Monicelli
    Brancaleone da Norcia (Vittorio Gassman), un caballero medieval, pobre pero con honor, recibe de un extraño grupo un documento robado que otorga al poseedor la propiedad de la roca y ciudad de Aurocastro. ...
    Portada
    La ragazza con la pistola
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1968)
    Dirección: Mario Monicelli
    Assunta Patane, una temperamental mujer siciliana, ha sido deshonrada por su amante y para vengarse decide seguirlo hasta Londres, llevando consigo un arma que utilizará para acabar con su vida....
    Portada
    La mortadella
    Filmoteca de ficción. (Italia, Francia, 1971)
    Dirección: Mario Monicelli
    Maddalena y Michele quieren iniciar una vida juntos, pero él está casado y en Italia no está reconocido el divorcio. Como solución, Maddalena le propone que se muden a EEUU. ...
    Portada
    Romanzo popolare
    Filmoteca de ficción. (Francia, Italia, 1974)
    Dirección: Mario Monicelli
    Giulio Basletti, obrero milanés de una edad un poco avanzada, se casa con una muchacha del Sur, de la cual tiene un hijo. Con mil sacrificios Giulio trata de asegurar a la familia el mayor confort posible....
    Portada
    Amici Miei
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1975)
    Dirección: Mario Monicelli
    La comedia a la italiana es un género especificamente italiano que les ha servido para burlarse de sí mismos y para dar un retrato social y político inimaginable en géneros más serios. Amici Miei pertenece a una variedad muy cultivada, las aventuras de...
    Portada
    Signore e signori, buonanotte
    Filmoteca de ficción. (Italia, Francia, 1976)
    Dirección: Luigi Comencini, Nanni Loy, Luigi Magni, Mario Monicelli, Ettore Scola
    Una película con 14 episodios unidos por la sátira televisiva...
    Portada
    Caro Michele
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1976)
    Dirección: Mario Monicelli
    El guión escrito por Suso Cecchi D'Amico y Tonino Guerra consiste en una inteligente adaptación de una de las mejores novelas de Natalia Ginzburg, escritora que tiene el núcleo familiar en el centro de su ya extensa obra....
    Portada
    I nuovi mostri
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1977)
    Dirección: Mario Monicelli, Dino Risi, Ettore Scola
    Sociología de las tensiones en la Italia de la década de 1970 en catorce cortometrajes; secuela de 'Monstruos de hoy'...
    Portada
    Un borghese piccolo piccolo
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1977)
    Dirección: Mario Monicelli
    Un funcionario decide ingresar en la secta a la que pertenece su jefe, con la intención de que éste considere al hijo de su empleado para un puesto en la empresa...
    Portada
    Camera d'albergo
    Filmoteca de ficción. (Italia, Francia, 1981)
    Dirección: Mario Monicelli
    Tres jóvenes aficionados al "cinéma verité" (Vitti, Montesano y Pierre), junto a un Vittorio Gassman en el papel de productor de Cinecittà, colocan una cámara en la habitación de un hotel para ver si ocurre algo interesante....
    Portada
    Le due vite di Mattia Pascal
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1985)
    Dirección: Mario Monicelli
    Versión reducida de una serie televisiva en la que se adaptaba una de las novelas más conocidas de Luigi Pirandello....
    Portada
    I Picari
    Filmoteca de ficción. (Italia, 1988)
    Dirección: Mario Monicelli
    Tras tratar de manera directa en varios de sus filmes algunos temas propios de la tradición literaria picaresca, Monicelli se sirvió de dos textos canónicos del género, “El lazarillo de Tormes” y “Guzmán de Alfarache”, para realizar su aproximación m...
    Portada
    Filmoteca de no ficción. (Italia, 1989)
    Dirección: Michelangelo Antonioni, Bernardo Bertolucci, Giuseppe Bertolucci, Mauro Bolognini, Alberto Lattuada, Carlo Lizzani, Mario Monicelli, Ermanno Olmi, Gillo Pontecorvo, Francesco Rosi, Mario Soldati, Lina Wertmüller, Franco Zeffirelli
    Doce grandes directores italianos presentan doce grandes ciudades...
    Portada
    Un mondo diverso è possibile
    Filmoteca de no ficción. (Italia, 2001)
    Dirección: Francesco Maselli, Alfredo Angeli, Giorgio Arlorio, Mario Balsamo, Giuliana Berlinguer, Maurizio Carrassi, Guido Chiesa, Francesca Comencini, Massimo Felisatti, Nicolò Ferrari, Gianfranco Fiore, Massimiliano Franceschini, Andrea Frezza, Giuliana Gamba...
    Documental colectivo sobre los acontecimientos en torno a la reunión del G8 en Génova en 2001...
    Portada
    Le rose del deserto
    Filmoteca de ficción. (Italia, 2006)
    Dirección: Mario Monicelli
    Narra la historia de un grupo de enfermeros que son enviados, durante la II Guerra Mundial, a un oasis perdido del desierto de Libia...

Fallece Mario Monicelli

Nota Dom Dic 19, 2010 5:14 am
El pasado 29 de noviembre falleció el director de cine italiano Mario Monicelli (Viareggio, Toscana, 16 de mayo de 1915 – Roma, 29 de noviembre de 2010).


    "Adiós, Mario, haremos esta revolución" (pancarta de los estudiantes napolitanos en lucha contra la última reforma educativa, la Ley Gelmini)

Gorka Larrabeiti, en "El arte de vivir de Mario Monicelli", en Rebelión, el 30 de noviembre de 2010, escribió:Se nos fue Mario Monicelli. La crónica nos cuenta que se suicidó lanzándose desde el quinto piso del Hospital San Juan de Roma, donde permanecía ingresado aquejado de un cáncer de próstata en fase terminal. Tenía 95 años.

Mario Monicelli, junto con Dino Risi y Comencini entre otros, fue uno de los inventores de la “comedia a la italiana”, ese género tragicómico que dejaba siempre a sus protagonistas una puerta abierta para salvarse éticamente por pícaros, hipócritas o bellacos que fueran; un género que daba a entender que el destino del individualismo desenfrenado no podría sino conducir al desastre de los bienes comunes.

Monicelli deja una herencia artística que conviene recordar para que quienes no hayan visto su obra lo hagan sin falta. Ahí va esta serie de clásicos: la hilarante "Guardias y ladrones" con Totó; su obra maestra, "La gran guerra", con Gassman y Sordi; y "Camaradas", "La armada Brancaleone", "El Marqués del Grillo", "La ragazza con la pistola", "Romanzo popolare", "Un borghese piccolo piccolo", "Speriamo che sia femina", "Parenti serpenti"...

Su cine se seguirá admirando siempre; sin embargo, su herencia intelectual y política no es tan conocida. Reflexionaba así sobre la historia de su país en una entrevista para la revista Lo straniero: “¿Cómo es posible que nuestro país se haya convertido en esta especie de marasma informe? Me pregunto (y no me remonto a hace tanto tiempo, pues es cosa de ni siquiera 150 años) qué ocurrió para que Italia, que era un conjunto de estadillos que probablemente funcionaban bien, cómo fue que se juntaron y en Italia no naciera ni un Estado, ni una administración, ni los italianos, nada, no nació nada, no se concretó la existencia de Italia”. Sí, Monicelli, como muchos buenos italianos, fue un gran anti italiano.

El 6 de mayo de 2010 lo entrevistaron para "Raiperunanotte", programa del periodista Michele Santoro, que frente a la censura de la RAI, tramó una noche en la que la red de Internet venció a la televisión. La entrevista que le hizo Stefano Giuntini y que traducimos a continuación (en negrita las preguntas de Giuntini) es una suerte de testamento político. En ella hizo gala de una extraordinaria capacidad autocrítica, que comenzaba por el grupo humano al que pertenecía: los intelectuales italianos. Dice Monicelli a propósito de la cobardía de éstos: “Estuvieron 20 años bajo el gobierno de aquel payaso que estaba allí arriba y que ya visteis la que armó: montó un imperio, creó las falanges romanas a lo largo y ancho de las vías del Imperio, se metió en las guerras coloniales. Luego a la guerra. Estábamos todos contentos. Contentos de que hubiera alguien que guiara el país, contentos de que pensara él por nosotros. 'Mussolini tiene siempre razón. Dejémoslo trabajar'. Estábamos todos calladitos".


¿Los italianos de ahora se parecen a los de antaño?

Sí, porque se dijeron: ahora tenemos a este gran empresario, el cual les dijo: 'Dejadme gobernar. Porque lo he conseguido todo yo solo. Soy un trabajador. Me hice millonario. Haré que todos lo seáis'. Estupendo. Llevamos ya 15 años con la gente esperando. Los italianos son así: quieren que alguien piense por ellos. Luego, si la cosa sale bien, bien; y si sale mal, lo cuelgan cabeza abajo. Así es el italiano.


Entonces el retrato de Gassman y Sordi de "La gran guerra" no dista mucho del de los italianos que nos rodean hoy.

Bueno, ellos tenían un impulso personal, un orgullo, una dignidad de la persona que nosotros hemos perdido. Ahora nadie dimite, todos agachan la cabeza con tal de mantener su puesto y de ganar dinero, todos están dispuestos a atropellarnos. Uno debería levantarse y ponerse de acuerdo con el otro para superar las dificultades, pero no hay ninguna dignidad por ningún lado. Por eso digo que lo que está corrompido o enfermo es la generación entera, por lo que hay que borrarla del mapa. No sé qué lo conseguirá, no sé quién lo hará. O mejor, sí que lo sabría, pero dejémoslo estar...


No advierto ninguna esperanza en sus palabras, maestro.

La esperanza es una trampa, una fea palabra. No se debe usar. Es una trampa inventada por los amos. La esperanza son esos que te dicen que está Dios, estén tranquilos, calma, silencio, rezad, y ya os llegará la salvación, vuestra recompensa en el más allá, así que estaos tranquilitos, volved a a casa, da igual que seáis precarios, ya os contrataremos, calma, tranquilos. Mantened la esperanza. La esperanza es una trampa infame. Una trampa inventada por los que mandan.


¿Y cómo termina esta película?

Cómo termina, no lo sé, no lo sé. Espero que termine con una cosa que nunca se ha dado en Italia. Con un buen estacazo. Con una buena revolución, pues nunca la ha habido en Italia. Las hubo en Inglaterra, en Francia, en Rusia, en Alemania. En todas partes menos en Italia. Hace falta algo que salve a este país, sometido desde hace 300 años y esclavo de todos. Y si quiere salvarse, la salvación no es cosa fácil. Es dolorosa. Además exige sacrificios. Y si no, que se vayan a trabajar, que es lo que han hecho desde hace tres generaciones.

En la última entrevista que le hicieron para el periódico L'Unità le pidieron que comentara la revuelta de los ciudadanos de L'Aquila, que se organizaron con carretillas para reconquistar el centro de la ciudad, militarizado después del terremoto de hace un año y sometido a otra ley de emergencia que no les dejaba participación. El maestro Monicelli, alabando la iniciativa por recuperar el pasado y la dignidad de esos ciudadanos, insistía en su ataque contra la idea de la esperanza y concluía: “Hay que ver la realidad y afrontarla con determinación, con fuerza, y si es necesario, hasta con la violencia”.

Monicelli, con 95 años, recuperó con orgullo dos palabras tabú en la Italia de Berlusconi: revolución e (incluso) violencia. Dos ideas que reivindicó hasta el final de su vida, su última lección. Una lección de dignidad. Y libertad.



Tino Pertierra, en "Mario Monicelli, la sonrisa más amarga", en La Nueva España, el 1 de diciembre de 2012, escribió:
    El maestro de la comedia italiana, enfermo de cáncer, se suicida a los 95 años dejando una fecunda carrera con varias obras maestras de humor agridulce.

Apenas un suspiro después de que se nos congelara la sonrisa con la muerte de Luis García Berlanga, otro genio de la risa mojada en lágrimas de celuloide saltó por la ventana del hospital romano donde recibía tratamiento contra su cáncer de próstata. Se llamaba Mario Monicelli, tenía 95 años y su talento de comunista sarcástico y punzante había entregado al Séptimo Arte obras maestras como «La gran guerra», «Los camaradas», «La armada Brancaleone» o «Rufufú». Su punto final (heredado de su padre, un periodista que también huyó de la vida) se engarza con muchos de los desenlaces de sus películas: tras arrancarnos la sonrisa, la helaba con un trallazo amargo.

Como Berlanga, Monicelli observaba el mundo tras unos cristales ahumados de humor cítrico, crítico hasta la última gota. La sociedad italiana era exprimida con suaves maneras de comedia para dejarla desnuda ante el mundo, despojada de artificios y esquiva a la hora de exhibir sentimentalismos edulcorados. Su cine nunca fue blando, nunca hizo trampa, jamás claudicó como hicieron colegas como Dino Risi o Comencini. Tuvo una armada de actores irrepetibles, genios embotellados en las imágenes directas y plenas de un director que renunciaba de plano al esteticismo vacuo o pomposo. Alberto Sordi, Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Nino Manfredi y Ugo Tognazzi fueron gigantes de la interpretación que agrandaban aún más los espacios por los que Monicelli se movía como tiburón en el agua: películas con un movimiento interior constante, inagotables despliegues de ritmo y gracia que narraban las historias más duras sin perder nunca de vista la comprensión del ser humano incluso en su bajeza. Cobardes que se convierten en héroes, ladrones que roban el vacío, guerreros en busca de nada, trabajadores en la cuerda floja con relaciones tirantes que contaminan y revientan la revolución.

A diferencia de lo que sucede con otros cineastas de su generación, la obra magna de Monicelli (e incluso sus títulos menores, más de salir del paso o de aprendizaje y experimentación) conserva una frescura y una vigencia que, de ser creyente su autor, bien podrían calificarse de milagrosas. Una película como «Los camaradas» explica mejor que mil ensayos los entresijos de una huelga, los conflictos con la patronal, las rivalidades internas, el runrún que se mueve en las entrañas de un movimiento obrero llevado al límite. «La gran guerra» es la disección perfecta y aparentemente amable de un conflicto bélico, traza la delgada línea coja del heroísmo y el valor, de la cobardía y el coraje, para concluir con un golpe bajo que deja mal cuerpo y se injerta en la memoria para siempre. A diferencia de Stanley Kubrick o Joseph Losey en las admirables y ceñudas «Senderos de gloria» y «Rey y patria», Monicelli mueve los hilos de la comedia hasta que los corta de raíz.

Algo parecido a lo que intentó (y fracasó) Berlanga con «La vaquilla». Tras sus primeros planos al servicio de Totó, Monicelli pasó a ser inventor de la comedia italiana con «Rufufú» (título español que remendaba «Rififí», un gran éxito... en serio) y, bajando de cuando en cuando el listón con sátiras políticas más o menos furibundas, irrumpía con joyas como «La armada Brancaleone» (que los Monty Python seguro que memorizaron) o ese asombroso, cruel, desgarrador viaje a los infiernos por el empedrado de la masonería que es «Un burgués pequeño, muy pequeño», la última obra maestra de un artista grande, muy grande, que ha salido de la vida abriendo un agujero en la pared. Roma, otoño triste de 2010.

Actualizado.


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