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BOBBIO, Norberto (1909-2004)

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BOBBIO, Norberto (1909-2004)

Nota Mié May 26, 2010 11:47 am
Norberto Bobbio

Portada
(wikipedia | dialnet)


Introducción

Turín (Italia), 18 de octubre de 1909 - 9 de enero de 2004. Jurista, filósofo y politólogo italiano. Tras graduarse en la universidad de su ciudad natal, fue profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad de Camerino desde 1935 hasta 1938, en Siena desde 1938 hasta 1940, y en Padua desde 1940 hasta 1948, volviendo por último a ejercer la docencia en Turín donde fue profesor emérito de Filosofía Política y miembro correspondiente de la Academia Británica. Fue miembro de la Resistencia italiana entre 1942 y 1943, año en el que fue encarcelado. Obtuvo también el cargo de Senador Vitalicio de Italia siendo Presidente de la República su amigo Sandro Pertini. Fue Doctor Honoris Causa por las Universidades de París, Buenos Aires, Complutense de Madrid, Bolonia y Chambéry.

Tanto en sus enseñanzas como en sus muchas obras, tales como Politica e cultura ("Política y cultura", 1955), Da Hobbes a Marx ("De Hobbes a Marx", 1965) y Quale socialismo? ("¿Qué socialismo?", 1976), Bobbio ha analizado las ventajas y desventajas del liberalismo y del socialismo, tratando de mostrar que quienes defienden ambas tendencias basan sus actividades en el respeto al orden constitucional y en el rechazo a los métodos antidemocráticos, incluyendo, como es obvio, el análisis y la crítica a la corrupción que ha dirigido la vida política italiana de sus últimos años de vida y la violenica política, de Estado o contra el Estado, a la que se opuso con energía durante las décadas de 1960 y 1970.

En la década de 1950, Bobbio dedica diversos escritos a la defensa de la teoría pura del derecho de Hans Kelsen contra las críticas de iusnaturalistas y marxistas. En esa época, Bobbio concibe el ordenamiento jurídico desde un punto de vista estructural inspirado en el positivismo jurídico del autor austriaco citado. Bobbio es uno de los principales exponentes del socialismo liberal.

En filosofía, su pensamiento experimentó cambios determinantes, pasando de una posición inicialmente cercana a los planteamientos de la fenomenología y del existencialismo (que se puede datar entre 1934 a 1944) a una toma de postura cercana al empirismo lógico y la filosofía analítica. Abandonará la fenomenología pues aprecia en ella una suerte de teorización de la doctrina de la "doble verdad" y por ello un retorno a la vieja metafísica. También abandonará el existencialismo, denunciándolo por antipersonalista y apolítico.

Llamado por muchos el «filósofo de la democracia», en materia política Bobbio tendió siempre a la defensa de tres ideales autoimplicativos y que él mismo reconoció expresamente: democracia, derechos del hombre y paz; así lo citaba ya en las páginas VII a VIII de la introducción a L’età dei diritti: «Diritti de l’uomo, democrazia e pace sono tre momenti necessari dello stesso movimento storico: senza diritti de l’uomo riconosciuti e protetti non c’è democrazia; senza democrazia non ci sono le condizioni minime per la soluzione pacifica dei conflitti. Con altre parole, la democrazia è la società dei cittadini, e i sudditi diventano cittadini quando vengono loro riconosciuti alcuni diritti fondamentali; ci sarà pace stabile, una pace che non ha la guerra come alternativa, solo quando vi saranno cittadini non piú soltanto di questo o quello stato, ma del mondo» ["Derechos del hombre, democracia y paz son tres momentos necesarios del mismo movimiento histórico: sin derechos del hombre reconocidos y protegidos no hay democracia; sin democracia no se dan las condiciones mínimas para la solución pacífica de los conflictos. En otras palabras, la democracia es la sociedad de los ciudadanos, y los súbditos se convierten en ciudadanos cuando les son reconocidos algunos derechos fundamentales; habrá paz estable, una paz que no tenga la guerra como alternativa, solamente cuando seamos ciudadanos no de este o aquel Estado, sino del mundo"] (p. LVIII de la introducción a la Teoría generale della política).





Ensayo





Artículos



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Nota Mié Jul 21, 2010 4:42 pm
fuente: http://www.espaciocritico.com/index.php?q=node/19


Aproximación al pensamiento político de Norberto Bobbio



Ricardo Sánchez Ángel

Revista Espacio Crítico, nº 2, junio de 2005




    Conferencia del autor en la Universidad Jorge Tadeo Lozano con motivo del setenta aniversario del Fondo de la Cultura Económica el 5 de octubre de 2004. Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia y Titular de la Universidad Externado de Colombia. Apareció publicada en: La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, filial Colombia. No. 15 de noviembre de 2004.



Norberto Bobbio es uno de los filósofos del derecho y la política más reputado y popular no sólo en Italia, su país de origen sino en España y en América latina. Su influencia se extiende a la cultura anglosajona y de otras latitudes, donde sus obras se discuten con interés.

Recientemente fallecido, el filósofo de Turín no exhibe en su biografía, incluso en su Autobiografía, ninguna trayectoria heroica, ni notoriamente pública hacia el gran público y los medios de comunicación. Salvo una experiencia electoral fallida, algunas notables polémicas teóricas y políticas con intelectuales del partido comunista y otras agrupaciones y el haber ocupado en los últimos años una sección de opinión de gran tiraje en La Stampa.

Es cierto que militó en la resistencia contra el fascismo de Mussolini lo cual requería valor civil, pero es igualmente cierto que conoció el humano desfallecimiento ante el dictador como quedó consignado en su carta al Duce del 8 de julio de 1935. Aunque sus amigos han dado explicaciones que relativizan el alcance de lo cometido, una falta menor, la autocrítica de Bobbio es de una gran pedagogía moral, que pone de presente la validez del aserto: inteligente no es no equivocarse sino rectificar con responsabilidad.

Ante la lectura de su carta, sesenta años después, se hace la pregunta de por qué una persona de sus calidades la escribió y se contesta:

    La dictadura corrompe los ánimos de las personas. Fuerza a la hipocresía, a la mentira, al servilismo. Y ésta es una carta servil. Aunque reconozco que lo que escribí era cierto, cargué la mano en mis méritos fascistas para sacar una ventaja. Y no es que ahora me esté justificando. Para salvarse, en un Estado dictatorial, se necesitan almas fuertes, generosas y valientes, y yo reconozco que entonces, con esta carta, no lo fui. No tengo el menor reparo en hacer una vez más un examen de conciencia que por lo demás he hecho infinitas veces. [1]

Más aún, una buena parte de su larga vida transcurre en la rutina de funcionario académico, una década de secretario de la facultad de derecho. Decano un periodo y asistente a innumerables seminarios académicos que con gracia señala como uno de los peores males que le ha tocado padecer. El mismo Bobbio ha señalado que varios de esos periodos, el que va del comienzo de la enseñanza turinesa al ‘torbellino’ de 1968, fueron más bien monótonos y le atribuye a su vida familiar y al destacado papel de su esposa el haber tenido una existencia feliz y el poder adelantar sus tareas de investigación, pensamiento y de escritor prolífico.

La clave de su inmenso prestigio empieza por su autenticidad y sentido arraigado de pertenencia frente a su profesión. Dice: "Estaba convencido de que mi vocación era la del estudioso y mi lugar de trabajo en la sociedad el de profesor (...). Me conozco demasiado bien para no saber de mi inadecuación para la vida política" [2].

En esa disciplinada tarea de estudioso y profesor de su obra logra tres resultados notables: 1) La formación de equipos y discípulos que van pronto a sobresalir con méritos propios, pero manteniendo su conexión con la lección y el ejemplo de Bobbio. En Italia son muy numerosos y en España Elías Díaz, Gregorio Peces-Barba y una pléyade de profesores con distintos resultados en América latina. 2) La realización de una vasta obra de investigación a partir de sus lecciones de cátedra, seminarios y colaboraciones en revistas internacionales, donde sencillez, profundidad y pertinencia de los problemas planteados adquieren singular contundencia. El rigor conceptual y la forma de abordar los temas, combinan lo analítico con lo conclusivo, sin que se resienta que la gran mayoría de su obra son compilaciones. 3) Haber interesado a un público ilustrado no sólo de universitarios sino de la judicatura y la política. Especialmente los temas políticos han interesado más que los de teoría jurídica, por su naturaleza más abstracta y especializada.


Las líneas de su trabajo

La contribución de los trabajos de Bobbio se da clasificando globalmente, en las siguientes direcciones:

- Filosofía Jurídica que siguiendo a Peces Barba tiene una triple dimensión: de Teoría del Derecho, Teoría de la Ciencia Jurídica y Teoría de la Justicia; esta última justificada en sus escritos sobre derechos humanos y sobre la libertad e igualdad. Estas dimensiones encuentran sus propios vasos comunicantes, en la ensayística del autor que lo colocan en el campo kelseniano del positivismo aunque con su propia y sofisticada impronta del asunto.

- Los estudios históricos de filosofía, como dice nuestro pensador:

    "...me he acercado a mis autores no como el historiador, que se plantea el problema de origen de las ideas de éste o aquel autor, de la relación entre esas ideas y los hechos que las han provocado, de la influencia que han tenido sobre el curso de los acontecimientos, sino como teórico que tiene un interés predominante por los Grundbegriffe que pueden extraerse de tanto en tanto de la lectura de un texto".

- De ello es representativo su Hobbes.

- Los ensayos de Teoría Política, directamente analíticos y conceptuales, donde explícita y construye sus apreciaciones sobre la democracia, sus alcances, limitaciones y crisis. Su relación con la dictadura, los poderes, las ideologías y la cultura. La obra El Futuro de la Democracia es la representativa de un modelo analítico en que los matices, las diferencias son precisas y preciosamente presentadas.

- Relaciones entre la teoría general de la política y la teoría general del derecho. La teoría general de la política en Bobbio -finalmente incumplida su promesa de sistematizarla- tiene elementos centrales comparativos con su teoría general del derecho.


Semejanzas y diferencias

Norberto Bobbio es un intelectual libre e ilustrado en los finales del siglo XX, que ha sido testigo y él mismo, actor intelectual de los desarrollos de esta época. Su preocupación central es el estado de derecho y la categoría que se le corresponde, la democracia.

Su periplo ideológico transcurre en un país, Italia, que pese a las obvias diferencias con Colombia presenta semejanzas importantes. Primero las diferencias más notables: la dilatada tradición histórica y cultural. La riqueza de las artes y los pensamientos. La importancia y jerarquía en el concierto universal. Su significativo desarrollo industrial. Su organización cultural. De Colombia podemos decir que está a una distancia considerable de las líneas que hemos trazado para la península, que tiene en su haber la creación del Derecho en Roma, la Política también con el florentino Maquiavelo y el humanismo con el Renacimiento. Precisamente las tres disciplinas, y los saberes, que cultiva el pensador de Turín. Heredero de esta riqueza cultural clásica, que él ha sabido desarrollar con decisión y madurez, cara al pensamiento jurídico y político internacional. Norberto Bobbio, quedará como uno de los filósofos de la política y el derecho de la segunda mitad del siglo, al lado de Bloch, Habermas y de Rawls, en que su impronta humanista es de primera magnitud.

Las semejanzas son notables. El sociólogo Daniel Pécaut sugiere la comparación de Colombia con Italia [3]. Elementos que toma prestado del famoso escritor Leonardo Sciascia quien la utiliza a propósito del Estado italiano: una sociedad 'políticamente invertebrada', el 'subgobierno' de los partidos, la confusión del Estado con un enorme aparato burocrático. Habría que agregar de manera explícita la existencia del crimen organizado y de las mafias con su consecuente estructura de corrupción. Además del hecho de ambas sociedades de conocer las violencias de toda condición en forma profunda. Italia dos guerras mundiales y Colombia la guerra civil más o menos permanente.

El propio Bobbio ha trazado un perfil negativo de su patria. En su escrito sobre la tercera vía dice:

    Lo lamento por nuestro amor patrio, pero respecto de los países con los que estamos unidos por un pacto internacional de cooperación económica y tal vez mañana también por unificación política, la peculiaridad del caso italiano (anomalía, sí, pero negativa) consiste únicamente en nuestro atraso: en efecto, nunca deberíamos olvidar que somos la patria de la mafia, del trabajo negro, de la corrupción de Estado y de los grandes evasores, del clientelismo más descarado y de la burocracia más inepta, y para terminar, del terrorismo más difundido, despiadado y sórdido.

    Italia siempre ha sido un país trágico, aunque nuestras máscaras, a través de las cuales somos conocidos por los extranjeros, sean máscaras cómicas: el criado contento y el amo embaucado. Un país trágico aún cuando la mayoría de los italianos no lo sepa y finja no saberlo. O, mejor dicho, no quiera saberlo
    [4].

Norberto Bobbio es contemporáneo a la Resistencia, la República y la Constitución Italiana surgida de la segunda guerra mundial, que dejó destruida, derrotada y ocupada militarmente a Italia. El régimen fascista -verdadera contrarrevolución- llevó a la encrucijada y al destino fatal a la sociedad, la cultura y el estado italiano. Lo hizo con base a la destrucción de la Democracia y el estado de derecho en todas sus manifestaciones: elecciones, prensa, partidos políticos, opinión pública, sindicatos, universidades e intelectuales, justicia y Congreso.

En este sentido Bobbio es un pensador de la política inserto en una dinámica intelectual, constitucional y democrática de reconstrucción de Italia. Un largo período de transición que va hasta el colapso del sistema político apropiado por las mafias y la corrupción; donde judicatura independiente, valiente y eficaz ha jugado un papel destacado.


Su concepción de la democracia

La importancia de su pensamiento sobre la Democracia para nosotros, en un país con crisis simultáneas, con un estado de Derecho que coexiste al lado de aparatos de fuerza, de hecho, verdaderos paraestados, es evidente. Bobbio en su escrutinio de la democracia nos habla de los poderes invisibles, del subgobierno, de la transparencia, de los gobiernos de los hombres y el gobierno de las leyes. De no desesperarse y culpar a la Constitución de posguerra de los males que acosan. Advertencia ésta importante para quienes están empeñados en la contrarreforma a la Carta Política colombiana de 1991. En vez de preocuparnos todos por su conversión efectiva de Constitución formal en Constitución material, real, especialmente en lo que al cumplimiento de la defensa y promoción y realización de los derechos humanos se refiere. Señala que los problemas de Italia que son de vieja data, no son problemas de orden constitucional, son asuntos incluso extraños. Y precisa: "...no me opongo en principio a la reforma de la Constitución. Combato la ilusión constitucional según la cual, una vez borrada la vieja Constitución y dado vida a una Constitución nueva y flamante, los italianos vivirán felices y contentos" [5].

Unas características del enfoque con que Bobbio enfrenta las situaciones y los problemas, son: la crítica, el análisis como método, el escepticismo, mirar un problema por todos los lados, la moderación y lo histórico. La moderación como opuesta al extremismo pero no al radicalismo, la templanza como dimensión de la vida y por ende la perseverancia y la paciencia, en la izquierda opuesta a la derecha pero no a la libertad. El primado del realismo y la crítica al progreso como un continuum hacia un mundo siempre mejor, hacia el mejoramiento permanente de lo humano. Una permanente actitud laica frente a la política, la sociedad y los saberes.

De manera muy precisa quiero resaltar la importancia del concepto trinitario de Bobbio: Derechos Humanos, Democracia y Paz. Dice así en El Tiempo de los Derechos:

    Derechos Humanos, Democracia y Paz son tres elementos necesarios del mismo movimiento histórico: sin democracia no existen las condiciones mínimas para la solución pacífica de los conflictos [6].

Es de nuevo, volver a empezar la reflexión sobre una propuesta coherente, razonada y sistémica que Kant, Rousseau y la Revolución francesa con su Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789 comenzaron sobre los Derechos Humanos, la Democracia y la Paz como parte de un mismo movimiento histórico.

Así los planteamientos, se está en mejores condiciones de comprender la sofisticada analítica de la conceptualización bobbiana, sobre la Democracia y los Derechos. Su prosa ensayística tiene características directamente educativas, profesión que el autor ha oficiado como sacerdocio civil, toda una vida.

Por ello su insistencia en no confundir liberalismo con democracia, ya que hay gobiernos liberales que son antidemocráticos en tanto no descansan en el voto universal, en la participación y decisión de las mayorías. Sin embargo el estado liberal es el presupuesto no sólo histórico, sino también jurídico del estado democrático.

Su escrutinio de la sociedad pluralista y de las formas de democracia: directa, participativa y representativa es esclarecedor y su lectura a tiempo, aunque en estas materias nunca es tarde, evitaría tantas confusiones como afirmaciones erráticas y vacuas.

En su ensayo El Pluralismo, un conjunto de artículos sobre el tema comienza afirmando: “Hierve la discusión sobre el pluralismo. Hace treinta años todos éramos demócratas. Hoy somos todos pluralistas. Pero, ¿de verdad estamos seguros de saber qué se entiende por pluralismo?”. Pregunta provocadora y educativa. Pertinente para las definiciones en que estamos inscritos y que están desarrollándose o por desarrollar. Para decir a renglón seguido: "El término es nuevo, pero no el concepto". "Pero, ¿entendemos lo mismo? ¿Marx pluralista?". "No es oro todo lo que reluce".

Destaca Bobbio que hay por lo menos tres corrientes históricas autodefinidas como pluralistas tributarias de los tres grandes sistemas ideológicos de nuestra época: el socialismo, el cristianismo social y el liberalismo democrático. Establece el estado del arte a través de una discusión política en la prensa con autores de diversas corrientes dando un ejemplo de contemporaneidad y ejerciendo la faceta del polemista, una más de su rica personalidad. Señalando el carácter plural del pluralismo, sus luces y sombras. Sabemos bien las bondades y luces del pluralismo. Se resumen en la democratización de los poderes territoriales, políticos, legislativos, ejecutivos, culturales y sociales.

Contrario a lo que pueda pensarse hay un radicalismo bobbiano en su enfoque sobre los Derechos Humanos, ya que de manera equivocada apuesta a la existencia de un consenso, a la no procedencia sobre su sustentación y a la importancia por los instrumentos de aplicación. Deja de lado, lo que él mismo ha explicado de manera notable, en El fundamento de los Derechos Humanos, vale decir el asunto de la jerarquización de los derechos, de sus conflictos, por llegar a representar aspiraciones encontradas. La disputa por una mejor argumentación a favor de los derechos humanos coloca en mejores condiciones el procurar su efectiva aplicación. Aunque haya que aceptar el matiz de Bobbio en el sentido de no pecar de nominalistas o proceder al inmovilismo cuando de proteger derechos fundamentales se trata, como la vida, por parte de los gobiernos y los estados, que puedan pretextar conflictos de intereses con base a confusas fundamentaciones.

Este matiz es coherente con la convicción suya de la era de los derechos, el tiempo de los derechos. Ya no se trata de proclamarlos sino de consagrarlos en el mundo de la vida. Dándole la primacía a quienes lo reclaman, los desvalidos y humillados, sobre las solemnes declaraciones de los organismos internacionales y los gobiernos. Se trata de mantener el hilo de la dignidad humana cuya estirpe socialista es inconfundible cuando de la igualdad social hablamos en materia de Derechos Humanos. Es una invitación a pensar los Derechos no como una actitud meramente de denuncia, defensiva. Por lo contrario, se trata de una actitud ofensiva.


Derecha e izquierda

El libro político de Bobbio más importante y de mayor impacto, que desató en Italia y Europa una numerosa serie de artículo polémicos es: Derecha e Izquierda. Razones y significados de una distinción política, cuya edición ampliada y con respuesta a los críticos apareció simultáneamente en 1995 en Italia y España. Cuando tal nomenclatura había sido desterrada de las ideas y su sola mención era señal de anacronismo, el pensador de Turín, con mano maestra, establece rigurosamente la pertinencia de la famosa díada, su vigencia e importancia. Hoy sabemos de la valía de su empeño, para la comprensión de los espacios políticos.

Un libro analítico, casi taxonómico, en que busca la objetividad de los argumentos a favor y en contra para establecer los términos clásicos de derecha e izquierda, en la era proclamada del fin de la historia, de acuerdo al célebre libro de Francis Fukuyama [7] (1989), de la posmodernidad en los términos dem la obra filosófica de Jean-Francois Lyotard [8] (1979), en cualquier caso en la victoriosa y cruel expansión del capitalismo globalizado.

Discute argumentos en contra como los de la Tercera Vía no para refutarlos en sentido del rechazo, sino para descubrir que pese a sus razones, la díada se mantiene. El método histórico es una fuente en estos análisis, como lo es en sus estudios de Derecho y Democracia. Por ello, prefiere hablar en plural de izquierdas y derechas y de periodos históricos desde que apareció la distinción en la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa. Los que celebraron más publicitariamente la derrota de la izquierda con el colapso del comunismo burocrático en la URSS y en los llamados socialismos realmente existentes desconocen, como lo afirma Bobbio, que lo que fracasó allí fue un tipo histórico de izquierda, la del comunismo, que él con lucidez denomina la experiencia de la Utopía invertida.

El análisis le permite la distinción: existen distintas izquierdas como socialismos, él mismo profesa en completa minoría un 'socialismo liberal' que se ha encargado de enriquecer en la tradición italiana. El último capítulo del libro, "Estrella Polar", asume la pasión de su vida: ser de izquierda es tener racionalmente la pasión por la igualdad, que es el primado de toda herencia que provenga desde la Conspiración de los Iguales. Leamos esta conclusión:

    El empuje hacia una igualdad cada vez mayor entre los hombres es, como ya observó... Tocqueville, irresistible. Nunca como en nuestra época se han puesto en tela de juicio las tres fuentes principales de desigualdad, la clase, la raza y el sexo [9].

Y remata con una perspectiva a lo ambiental.


Ni con Marx ni contra Marx

Norberto Bobbio constituye un pensador excepcional en la polarización del siglo XX al asumir posturas frente a los comunistas, Italia era la patria del más grande partido de esta nomenclatura en Occidente y del pensamiento de Marx. Sus discusiones teórico políticas fueron organizadas en libro por Carlo Violi y tienen el inteligente y sugestivo título Ni con Marx ni contra Marx. El campo de debate es el Estado y la filosofía política. Dos grandes contenidos: la defensa de los derechos de libertad en la tradición liberal que los comunistas habían repudiado entre 1951-55 y la defensa del Estado de Derecho y democrático, entre 1972-1976. Su blanco es la teoría del estado de Marx. Entre uno y otro contenido está su largo ensayo Más sobre el estalinismo: Algunas cuestiones teóricas. Dada su amplitud tuvo largos ecos polémicos con grandes marxistas italianos, después de todo en 1993 inauguró un congreso sobre Marx y el marxismo para contrariar su declaratoria de muerte apasionada después de 1989.

Bobbio cita con creatividad y en un sentido positivo este fragmento de Jon Elster: "Moralmente e intelectualmente, hoy no es posible ser marxista en el sentido tradicional (...) Sin embargo, yo creo que es posible ser marxista en un sentido más bien diferente del término (...) La crítica a la explotación y a la alienación continua siendo central" [10].


Las críticas de Anderson

El marxista inglés Perry Anderson ha escrito un escrutinio crítico de la idea de la democracia en Bobbio. Muestra la tensión, contradicciones y vacilaciones de su pensamiento. El anglosajón apunta a descifrar un Bobbio fundamentalmente liberal enfatizando la importancia que como técnica, procedimiento, reglas le señala el italiano a la democracia.

No se trata de un pensador original en el caso de Bobbio, sino derivativo, como en el caso de la cultura italiana de la postguerra, sin embargo, dice Anderson:

    No obstante, su influencia política sobre su propia época ha sido ciertamente mayor que la de aquéllos autores. En efecto, fue Bobbio quien impuso el eurocomunismo al Partido Comunista Italiano... Desempeñó un papel importante en el abandono del pasado marxista por parte del Partido Socialista Italiano. Contribuyó a reducir el peligro de la extrema izquierda durante la misma época. Se anticipó al rechazo de los dos principales partidos del movimiento laborista italiano ante la idea de una Tercera Vía. Resulta difícil pensar en otro intelectual que haya ejercido una ascendencia tan real y evidente sobre el ámbito político de su país desde la guerra [11].

El hilo de la argumentación de Anderson se mueve en señalar el carácter liberal de la democracia representativa y la situación no contradictoria entre democracia representativa y sistema capitalista. La constatación es elocuente. Donde quiera que exista democracia liberal existe capitalismo. Y la democracia, según frase de Bobbio, es más segura en el capitalismo que en el socialismo. El asunto es complejo. ¿Puede existir un socialismo liberal, democrático? Se dan las tres líneas que Bobbio diseña y que Anderson no tiene en cuenta: ¿liberalismo, democracia y socialismo? Tres líneas que son claves, tal como lo hemos señalado en la interpretación de Bobbio, en lo que denomino un eclecticismo integrador. Lo que es seguro es que se trata de descifrar en la fórmula socialismo liberal cuál es el sustantivo y cuál el adjetivo.

Es verdad, es más fuerte la concepción liberal y democrática que la socialista en el filósofo de Turín, pero sus reflexiones sobre la igualdad en sus distintas manifestaciones: jurídica, formal, real de oportunidades, son de gran relevancia. Su democracia económica y social enfrenta el asunto de la propiedad mas no las teorías y modos de producción. No estamos ante un pensador anticapitalista ni revolucionario aunque no es claro que se pueda decir con seguridad que es conservador como lo afirma el historiador anglosajón. Probablemente, su rechazo a los socialismos burocráticos estalinistas y su señalamiento a logros sociales y democráticos en la social-democracia del norte lo lleva a tomar enorme cautela en estos temas.

Sin embargo en la conclusión del artículo de Perry Anderson refiriéndose a la tradición y propósito del socialismo liberal, termina diciendo:

    Pese a toda la buena voluntad y el talento invertidos en ella, la síntesis de liberalismo y socialismo nunca ha arraigado... pues, ¿quién desearía un socialismo no liberal?, parecen apuntar en otra dirección [12].

La lectura de Bobbio nos ofrece una cantera de reflexiones para aplicar creativamente a la situación colombiana. En la advertencia que no es un autor de manual, ni de recetas.





Notas

    [1] Bobbio, Norberto. Autobiografía. Madrid: Taurus, 1998, p. 52.

    [2] Ibíd., p. 209.

    [3] Pécaut, Daniel. Orden y Violencia. Colombia 1930-1954. Bogotá: Siglo XXI, 1987, p. 575.

    [4] Ibíd., p. 189.

    [5] Ibíd., p. 281.

    [6] Bobbio, Norberto. L’età dei Diritti. Turín: Einaudi, 1990, "Introducción", p. VII.

    [7] Fukuyama, Francis. El Fin de la Historia y el Último Hombre. Barcelona: Planeta – Agostini, 1994.

    [8] Lyotard, Jean-Francois. La condición postmoderna. Madrid: Cátedra, 1984.

    [9] Bobbio, Norberto. Derecha e Izquierda. Razones y significados de una distinción política. Madrid: Taurus, 1995, p. 175.

    [10] Bobbio, Norberto. Ni con Marx ni contra Marx. México: Fondo de Cultura Económica, 2000, p. 9.

    [11] Anderson, Perry. Campos de Batalla. Las Afinidades de Norberto Bobbio. Bogotá: Tercer Mundo, 1995, p. 206.

    [12] Ibíd., p. 208.


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