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ROSENTAL, Mark Moisyeyevich (1906-1975)

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...
Mark Moisyeyevich Rosental

Portada
(wikipedia)


Introducción

En Filosofía en Español se escribió:M. M. Rosental es autor principal con Iudin del diccionario soviético de filosofía por antonomasia: el stalinista Breve diccionario filosófico (Краткий философский словарь, 1939; Diccionario filosófico marxista, 1946), revisado en 1955 (Diccionario filosófico abreviado, 1959), desde 1963 Философский словарь (Diccionario filosófico, 1965).

Tornero en Ucrania, ingresa en 1925 en el PC(b) como responsable de agitprop de su fábrica. Becado en 1928, estudia en el Instituto de Profesores Rojos y se gradúa en 1933. Redactor jefe de Gospolitisdat. Profesor en la Escuela Superior del Partido. Asignado tras la guerra a la cátedra de Filosofía de la Academia de Ciencias Sociales (1946-75). Editor adjunto de Problemas de Filosofía (1953-58). Autor prolífico: Contra la sociología vulgar en la teoría literaria (1936), Dialéctica materialista (1937), Problemas de la Estética de Plejanov (1939), El método dialéctico marxista (1951), Principios de la lógica dialéctica (1960), Lenin y la dialéctica (1963), Teoría leninista del conocimiento (1965), Dialéctica de 'El Capital' de Marx (1967). Orden de la Bandera Roja del Trabajo, en 1966 Científico de Honor de la RSFSR.





Bibliografía compilada (fuente)





Ensayo



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Domingo Santacruz Castro, en "Mark M. Rosental, una breve semblanza de su vida y legado teórico", en SIEP, el 6 de marzo de 2009, escribió:
    Homenaje en el 103 aniversario de su nacimiento (Texto que recoge la Charla dictada a un grupo de amigos y compañeros en ocasión del 100 aniversario, adaptado para ser publicado en el 103)

En esta ocasión quisiera compartir con ustedes una breve semblanza sobre Mark M. Rosental, de quien escribí estas notas para conmemorar entre amigos cercanos el 100 centenario de su nacimiento hace tres años. Algunos amigos y amigas que leyeron el texto me han convencido de darlo a conocer al público salvadoreño por cuanto en él se recogen algunos datos que podrían ser de interés para estudiantes, docentes y personas amantes de la filosofía y de la historia literaria.

Debo aclarar que la nota fue escrita no para ser publicada, sino como guión para una charla que daría a compañeros y amigos cercanos, cuyo contenido utilicé luego de algunos arreglos, para una correspondencia con mi amiga Svetlana Rosental, la hija del filósofo Mark. La charla se inició, pues, con un enfoque cronológico, por el interés que podría despertar el papel de Rosental en la convulsionada Rusia zarista y revolucionaria, así como durante la agresión nazi. Habiéndolo tratado por algunos años, no tengo dudas acerca de sus profundos sentimientos solidarios a favor de las trasformaciones progresistas y revolucionarias de las sociedades explotadas y por tanto, no tengo reparos en colocarme como un seguidor consciente de su causa. Por ello planteé a mis amigos: “Como luchadores revolucionarios y revolucionarias, como continuadores de la causa por la que Mark M. Rosental luchó y continúa luchando a través de su obra y su legado histórico, que hoy siguen su hija e hijo, Svetlana y Eduardo, quienes continúan por el mismo camino, creo que estamos obligados en rendirle un modesto homenaje, como lo acostumbramos las y los revolucionarios internacionalistas.

Es una buena ocasión, cuando Mark Moiséyevich Rosental cumple su centenario de nacimiento. El homenaje que podemos rendirle es hablando un poco de su vida, al menos de una parte, especialmente la que transcurrió en uno de los períodos de mucha tensión social y política, pero al mismo tiempo, por los resultados obtenidos de ella, muy fructíferos por sus importantes aportes, que nos han servido y continúan sirviendo en nuestro trabajo de luchadores sociales y revolucionarios.

Mark M. Rosental nació el 19 de Febrero del año 1906, cuando su país, Ucrania, formaba parte del sistema colonial ruso y éste pasaba por un período de crisis nacional. Toda la región se encontraba bajo un nudo de contradicciones entre las viejas relaciones feudales sostenidas por el zarismo y el capitalismo dependiente que no terminaba por asentarse. Como sabemos, meses antes del nacimiento de Mark, ya había estallado y derrotada la primera revolución rusa, cuyos ecos conmovieron todos los rincones del sistema colonial imperante.

En ese ambiente y estado de cosas nace y se desenvuelve la infancia de Mark M. Rosental, sin imaginarse que con los años se convertiría en uno de los personajes más connotados de la filosofía materialista contemporánea. En lo personal, tanto como militante del partido FMLN, y también como militante del ex Partido Comunista de El Salvador, en el que me forjé como luchador revolucionario, me complace compartir con ustedes algunas pequeñas, limitadas y modestas referencias a la persona del académico Mark M. Rosental.

Muy poco puedo decir de su obra teórica, globalmente hablando, porque no tuve oportunidad de conocerla, tampoco de su complejo trabajo académico y político de tantos años. Me atrevo, eso sí, contarles algo de lo que conocí personalmente, algunas referencias de su trabajo, de sus libros, de su familia, a quien aprecio mucho dicho sea de paso. Con esta introducción explico mi atrevimiento de invitarles a compartir esta información y por qué no decirlo, a compartir esta información que me he atrevido a escribir para la ocasión del centenario y que sirven para el 103 aniversario, por cuanto veo muy a menudo la utilización de su libro Diccionario Filosófico, que lleva la autoría Rosental.

Debo aclararles que estas notas las he compartido con Svetlana, su hija, con quien mantengo una silenciosa conversación a distancia por cerca de 40 años. Fue a ella la primera en expresarle la idea de hablar un poco acerca de Mark, de mi amigo, de su papá, aunque no sea mucho y a lo mejor no sea lo fundamental. Pero si hablar lo que conozco de él, desde su nacimiento, del 19 de febrero de 1906, en aquella legendaria y pequeña aldea cercana a la ciudad de Vinnitsa, Ucrania, en donde sufrió de hambre, de frío, de soledad; eran condiciones propias del régimen zarista.

Pero, sobre todo, hablar de su indoblegable fortaleza de luchador por la causa de su pueblo, de su familia y de él mismo, víctimas de la opresión, de la injusticia social del régimen oprobioso del zarismo. Hablar y compartir con mis amigos de su temprana y repentina muerte, aquel 1 de febrero de 1975, cuando apenas estaba por cumplir los sesenta y nueve años.

Mark perdió simultáneamente a su padre y a su madre víctimas de las severas tifus exantemáticas que azotaban las empobrecidas aldeas ucranianas. De las conversaciones pude entender y abordar un poco con tu padre, sobre las condiciones de las terribles -epidemias que azotaban constantemente a la población rural ucraniana, vulnerable de aquellos años, matando a mucha gente; cuando los muertos se contaban por miles, provocando la desesperación de las familias humildes que impotentes no sabían qué hacer. Me quedó muy claro su oficio de herrero y las condiciones socioeconómicas y políticas difíciles a que se enfrentó en la época, debido a las cuales no le permitieron a su padre, garantizarle a su inquieto hijo y a su familia una vida exenta de limitaciones materiales, como debía ser, al contrario, él y toda su familia fueron víctimas de la extrema pobreza.

En tales condiciones, a esa edad, Mark no tuvo más remedio que buscar trabajo y tratar de sobrevivir y abrirse paso a como diera lugar. Se hizo tornero de una empresa metalúrgica, lugar donde, sin proponérselo, se vio involucrado en labores de redacción de textos reivindicativos, demostrando su particular e innata capacidad intelectual, que afortunadamente le permitieron mas tarde relacionarse con el activo y combativo movimiento obrero de la época.

A los 19 años, es decir, en 1925, siendo obrero de la empresa de industria azucarera de la ciudad de Pervomaysk, en las cercanías de la ciudad de Nikolayev, siempre de Ucrania, donde nuevamente tuvo que demostrar sus habilidades intelectuales, Mark fue escogido para desempeñarse como agitador propagandista (agitprop) en la mencionada empresa.

Fue precisamente en esta empresa que se conocieron Mark y Rosa, quien se convirtió en su esposa, amiga y compañera de toda la vida. Sus virtudes político propagandísticas rápidamente fueron conocidas en la dirección local del Partido Bolchevique, asignándole la jefatura de la sección de Agitprop del Comité Provincial del PCUS.

En el año de 1928, a la edad de 22 años, cuando las condiciones político-sociales y económicas de la URSS transcurrían en el marco de la construcción de las bases materiales del nuevo régimen social, Mark fue llamado por el Partido a trasladarse a Moscú, donde le fue otorgada una beca para asistir al Instituto Superior para los Estudios Filosóficos. Su esposa Rosa y compañera, ya con su primer hijo Eduardo, aproximadamente por el año 1930, tuvo que trasladarse a Moscú y reunirse con su esposo, vivir por algún tiempo en la habitación que le habían asignado en el Instituto.

En los estudios, Mark rápidamente mostró las grandes cualidades teóricas, las cuales, acompañadas con una disciplina férrea defendió la Tesis sobre la “Filosofía del científico demócrata revolucionario N. Chernyshevski”.

En conversaciones sostenidas con Mark, en 1968, sin ningún tipo de alardes académicos o científicos, me explicaba detalles acerca de cómo transcurría su vida durante las décadas de los años 20 y 30, especialmente en la segunda década, durante la cual, Mark se desempeñó, primero, como redactor en jefe de la revista Crítica Literaria, donde puso de manifiesto su gran potencial intelectual y científico, ganándose el respecto y el reconocimiento de sus colegas y lectores, elementos que contribuyeron para su nombramiento como redactor jefe de la editorial política estatal, Gospolitisdat.

Recuerdo muy bien sus explicaciones de que en este nuevo cargo, Mark amplió las relaciones con el mundo académico, intelectual y científico, lo que le valió para que, en 1933 tomara parte en los preparativos del Primer Congreso para la creación de la Unión de Escritores Soviéticos, al lado de su amigo, compañero de lucha y líder principal de la organización, Máximo Maxímovich Gorky.

Poco tiempo después, Mark defendió el doctorado de filosofía, y en consecuencia, asumiría nuevas y mayores responsabilidades, las cuales acogió con mucha dedicación. Por ejemplo, a finales de los años treinta, sin abandonar las tareas investigativas demandadas por la Academia de Ciencias, de tiempo en tiempo, no tuvo problemas para trabajar de profesor en Moscú para la formación de cuadros en la Escuela Superior del Partido.


Durante la guerra patria

Con el inicio de la guerra de agresión nazi-fascista de Alemania, el 21 de junio de 1941, como parte de las medidas políticas de prevención y preparación de las respuestas contra los fascistas agresores acordadas por el Partido y el gobierno soviético, la Escuela fue evacuada a una de las regiones de los Urales, adonde Mark y su familia fue trasladado, donde debía continuar con su trabajo. Sin pérdida de tiempo, inmediatamente después de haberse instalado, aun sin contar con las condiciones mínimas de sobre vivencia para su familia, como era común para el resto de las familias evacuadas, en la ciudad de Sverdlovsk, de inmediato, Mark fue asignado como Secretario del Comité Provincial del Partido en dicha ciudad.

Con un alto espíritu de lucha, convencido del grave peligro que corría la causa de la patria, Mark no vaciló en subordinar los intereses familiares y personales a los intereses del pueblo soviético. Mark asumió con estoicismo la decisión del partido de mover a su familia a un lugar más seguro, a donde buena parte de la población civil estaría concentrada, como medida preventiva extraordinaria, dadas las difíciles condiciones derivadas de la guerra de agresión nazi en esos meses. Parte de la población moscovita y de otras ciudades del occidente fue evacuada a una región tipificada como reserva especial, con un mínimo de seguridad alimentaria para sobrevivir.

La dotación de ropa, calzado, atención médica y de alojamiento igualmente era limitada. Una de esas regiones estaba cerca del río Cama, en las inmediaciones de la ciudad de Kazán, jurisdicción de Tatarstán, a donde Rosa fue evacuada con sus tres pequeños, Eduardo de 13 años, Oleg de 2 años y Svetlana de 2 meses.

Se trataba de una zona con muchas limitaciones para dar albergue a tanta gente, pero relativamente segura de un sorpresivo ataque o incluso de una inesperada invasión nazi. Fue el carácter injusto de la agresión, el carácter del régimen sociopolítico a defender, el trabajo del Partido y de las organizaciones sociales surgidas durante el proceso de construcción y defensa del socialismo en la Unión Soviética, lo que permitió en esos años, desarrollar un sentimiento de patriotismo de magnitudes extraordinarias sin parangón en la historia de la humanidad, para hacerle frente a aquella prueba histórica, de la cual, mis entrañables amigos y amigas Rosental y especialmente Mark y Rosa, fueron parte ejemplar.

En cualquiera de los aspectos que se les valore, por ejemplo a la luz de los principios patrióticos, de solidaridad e internacionalismo, con su país multinacional, allí estuvo Mark demostrando un humanismo sin límite frente a la población soviética y en consecuencia frente a su familia; allí estuvo Mark dando su aporte, sin pedir nada a cambio, que no fuera la defensa de la patria.

Aminorado el peligro, Mark y su familia regresan a Moscú en 1943, poco después de la batalla de Stalingrado. Cuando el Ejército Soviético, respaldado por el Partido, el Gobierno y acompañado con una estrategia de guerra de todo el pueblo, pasó a la ofensiva general en todo el frente occidental, la cual no se interrumpió durante todo el proceso de expulsión de los ejércitos invasores hasta su derrota y rendición definitiva el 9 de mayo de 1945, cuando el Ejército soviético tomó por asalto, metro a metro, la ciudad de Berlín. Según recuerdo, la contraofensiva soviética se desarrolló simultáneamente en más de 900 kilómetros de ancho, sin dejar un solo trecho ni un soldado invasor.

No obstante el estado de situación de guerra y desastre general del país soviético, del dolor causado al pueblo soviético, Mark fue asignado como profesor de la Academia de Ciencias Sociales, en la cátedra de filosofía. Era una tarea muy difícil de desempeñar en el marco de aquellas condiciones materiales, anímicas y sicológicas, pero no había tiempo de reflexionar y menos de dudar sobre su importancia.

Durante todo el tiempo, independientemente del trabajo o responsabilidad depositada en él, Mark nunca dejó de escribir.

Muchísimos artículos suyos fueron publicados en los más variados medidas escritos de comunicación de su inmenso país, muchos de los cuales fueron distribuidos como panfletos a los soldados en los frentes de combate, a los obreros y empleados de las fábricas y empresas de la URSS o convertidos en folletos o módulos de estudios en diferentes cátedras dentro de la URSS y fuera de ella.

Pero, como premio a su inmensa e inagotable capacidad de estudio, investigación y análisis de las ciencias sociales y particularmente de la filosofía, fueron muchos los libros y folletos editados y difundidos en toda la Unión Soviética y otros países, escritos por el doctor en filosofía Mark Moisiéyevich Rosental.


Legado histórico

Hablar del legado histórico de Mark M. Rosental, además de su rol como cuadro propagandista, teórico y por tanto, forjador de muchas generaciones de cuadros militantes y no militantes del Partido, funcionarios, intelectuales, estudiantes en general de la URSS, muchos de estos aportes trascendieron las fronteras de su país cubriendo prácticamente el universo entero, mucho de su extraordinario esfuerzo personal y del equipo de colegas y amigos que compartieron con él el trabajo, Mark ha dejado más de una docena de trabajos editados en Manuales, libros, algunos de los cuales son muy conocidos a nivel internacional.

En nuestro país, El Salvador, uno de esos libros, muy consultado por estudiantes, investigadores, estudiosos, es El Diccionario Filosófico, escrito pero publicado por primera vez en el año 1963, con el apoyo de su amigo y colega P. F. Iudin. Debo decir, de paso, que sin conocer ni analizar el contexto histórico en el que fue escrito el Diccionario Filosófico, cuando los escritores prácticamente estaban obligados a ceder cuotas de pensamiento a las estructuras partidarias tomadoras de decisión, a cambio de obtener un mínimo de espacio para publicar sus obras y contribuir a favor del pueblo, de la ciencia, no es fácil orientarse ahora, y expresar en nombre de las nuevas ideas, algunas críticas mordaces e injustas en contra de “los pensadores” vinculados al supuesto status oficial de la época soviética.

Recuerdo muy bien algunas de las expresiones melancólicas de Mark al recordar esos viejos tiempos y su dolor por haber perdido a colegas y amigos entrañables que fueron desaparecidos solo porque se resistieron a dar las concesiones obligadas. Varios escritores y científicos tomaron la decisión de dar algunas concesiones y hasta repetir citas en sus trabajos para que éstas pudieran circular y llevar alimento espiritual al pueblo. Ahora, cuando estos detalles han quedado en el olvido y sin posibilidades de aclarar, uno encuentra ciertas críticas injustas de algunos funcionarios amigos de partidos en el poder o en procesos revolucionarios actuales, triunfantes y no triunfantes, contra el libro Diccionario Filosófico de Rosental, porque supuestamente surge como parte de la sinfonía de los tiempos del viejo régimen soviético.

Sin embargo, sin negar los desfases que lógicamente tiene frente a las nuevas condiciones históricas, el libro continúa siendo uno de los puntos de apoyo y de consulta de mayor circulación en muchas de las facultades y centros donde se estudian las ciencias sociales, políticas y filosóficas.

De paso, hay que decir, la mayor parte de la producción científica escrita por Mark M. Rosental es completamente desconocida en El Salvador. Materiales que podrían servir de apoyo a docentes universitarios, de secundaria, a historiadores e investigadores en general, no se encuentran por ningún lado. Por ejemplo: Contra la Sociología Vulgar en la Teoría Literaria, escrito en 1936; Problemas de la estética de Plejánov, de 1939; Dialéctica materialista, de 1937; “Opiniones filosóficas de Chernishevsky”, 1948; El método dialéctico marxista”de 1951; Lenin y la dialéctica, de 1963; Principios de la filosofía marxista, de 1964; Teoría del conocimiento leninista y su desarrollo contemporáneo, de 1965; Lenin como un filósofo, de 1970; La dialéctica del imperialismo, de 1975; El método dialéctico de la economía política de Carlos Marx, escrito en 1968; Problemas de la dialéctica en 'El Capital' de Marx, de 1967; Principios de la lógica dialéctica, 1960; para mencionar sólo algunos de los numerosos libros de Mark M. Rosental, que son parte de una rica y prolífera producción científica legada a las generaciones estudiosas contemporáneas.

Su hijo mayor, Eduardo Rosental, ahora con residencia en la ciudad de Boston, EUA, también ha heredado de su padre el don intelectual, lo que le ha permitido una prolífica producción de estudios en el campo de la sociología, la psicología, periodismo y otras disciplinas. Su segundo hijo Oleg, biólogo y profesor en las ciencias de la educación falleció hace unos años, muy frustrado y contrariado por los controles oficiales literarios obligatorios a los que no quiso someterse. Su hija Svetlana, filóloga, colaboradora científica del ex Instituto de Marxismo-leninismo, hoy Instituto Estatal del Socialismo de Moscú, tiene bajo su responsabilidad varios programas importantes de investigación científica y de preservación de la memoria histórica del socialismo.

Muchos científicos y estudiosos internacionales en este importante campo del conocimiento se apoyan en dicho Instituto y en Svetlana para obtener la colaboración y la información histórica que necesitan para sus trabajos. Son numerosos los eventos internacionales a donde es invitada para sus presentaciones y aportes científicos.

Al igual que su padre, Svetlana ha heredado una tremenda disciplina de trabajo de investigación y de producción científica. Gracias a su extraordinaria capacidad de trabajo, Svetlana ha acumulado una inapreciable experiencia que ahora comparte con muchos investigadores e instituciones homólogas de Europa, América Latina y el Caribe.

Me resulta sumamente difícil en pocos minutos referirme a la extensa y prolífera producción científica de la familia de Mark M. Rosental, a cada uno de la familia y de los amigos de Mark que colaboraron con él a lo largo de muchos años, entre ellos: Iudin, Glezerman, Konstantinov, así como de muchos otros aspectos de su disciplina investigativa, de los rasgos de su modestia personal. Lo mismo de su leal esposa y compañera que le acompañó en toda su vida, en los buenos y los difíciles momentos.

Recuerdo con cariño la jovialidad, la dulzura del carácter de su esposa, la cual, unida con el profundo amor profesado a su esposo y sus hijos e hija, hacían de ella una mujer realmente ejemplar. Le encantaba la música, algunas canciones las cantaba con soltura y pasión juvenil. Recuerdo muy bien su Scherenshina o algo por el estilo, los viejos romances rusos. Mama Rosa como le decía, le sobrevivió a Mark por varios años después del fallecimiento de éste. Mientras que Mark Moisiéyevich Rosental, en plena capacidad productiva, sorprendido por un infarto cardíaco, falleció el 1 de febrero de 1975, Rosa Kiriyévskaya Rosental falleció el 30 de noviembre de 1991, a la edad de 89 años.

En homenaje a su memoria, en ocasión del 103° aniversario de su nacimiento, este 19 de febrero, van estas modestas líneas al amigo y maestro Mark Moiséyevich Rosental. Además de compañeros inseparables, Mark y Rosa fueron prácticamente un solo cuerpo y espíritu. Ambos se apoyaron toda la vida. Posiblemente su producción científica e investigativa hubiera sido diferente sin este rasgo interdependiente entre ellos. Rosa fue, a partir de 1930, una excelente obrera calificada, técnica especialista en taladrar diamantes en una empresa estatal. En uno de aquellos momentos decisivos de la historia personal, guiada por ideas humanísticas del período y empeñada en hacer compatible su trabajo con las necesidades mas sentidas de la época; atraída por las ideas transformadoras en aquellos difíciles momentos de la historia de la patria, Rosa deseaba ser maestra, la atraía la idea de enseñar.

Por ello tomó la decisión de estudiar en el Instituto Pedagógico de Moscú. Estaba convencida de poder contribuir en la formación de las nuevas generaciones, en algo que fuese mucho más trascendental. La empresa no le motivaba en lo más mínimo para continuar encerrada; pensaba en su hijo y pensaba en su esposo; deseaba hacer algo parecido a lo que él hacía: enseñar. Le bastaba, confesó en cierta ocasión, dar su contribución, aunque fuese en una pequeña escuela pública.

Poco tiempo después, en 1939, se vio obligada a desistir de la idea, al nacer su segundo hijo, Oleg. Contrariada consigo misma por la nueva decisión, conscientemente tomó la decisión de consagrar su vida al servicio de su hogar. Dos años después, el 9 de mayo de 1941, dio a luz a su única y consentida hija Svetlana, para felicidad de toda la familia, pero en especial de su padre, que ansiaba mucho tener a una hija.

Posiblemente no fue la mejor decisión que Rosa se vio obligada a tomar en aquel momento, el de desistir de los estudios, sus razones de peso habrá tenido. Eran tiempos difíciles. Su hija apenas cumplía los 12 días cuando se produce la agresión nazi-fascista el 21 de junio de 1941. Todo el pueblo soviético concentró sus esfuerzos para salvar a la Patria en peligro de muerte. La Guerra Patria fue el escenario dominante y entró en su pleno desarrollo. El tiempo fue avanzando, los Nazis fueron enfrentados por el Ejército Soviético y por el pueblo en su conjunto. La invasión y marcha fascista hacia Moscú fue detenida, obligándola a retroceder en una posición defensiva en donde sufrió importantes derrotas en más de 900 kilómetros del amplio y ancho frente de guerra.

Las batallas de Moscú, Smolensk, Stalingrado, Kursk, Leningrado, para mencionar algunas de las más importantes, fueron quebrando estratégicamente al ejército alemán, pero fueron muchas batallas, ganadas con gran sacrificio y pérdidas humanas que trascendieron como grandiosas hazañas logradas por los combatientes soviéticos. No se pueden olvidar las batallas de Odessa, Sebastopol, Kiev, Minsk.

Mientras tanto, la experiencia en los Urales durante los dos años recientes había dejado huellas profundas y muchas reflexiones en el hogar de la familia Rosental.

Ciertamente, Mark tenía el alivio de haber regresado a Moscú y dejado las incomodidades de los Urales, pero las dificultades derivadas de la devastadora y criminal guerra de agresión nazi contra el pueblo soviético estaban muy lejos de llegar a su final. Los preparativos para romper el cerco de la histórica ciudad de Lenin, de la heroica ciudad de Leningrado, estaban listos y los preparativos para la contra ofensiva en todo el frente, también estaban listos. Nadie podía cambiar a esas alturas, el curso de los acontecimientos antes de abril de 1944, cuyas victorias significarían un gran aliento espiritual para el sufrido pero leal pueblo soviético. Le faltaban grandes sacrificios por más de un año de ofensiva militar en todo el frente, muchos años de limitaciones de todo, para asegurar sobrevivir en las condiciones tremendamente difíciles de la post guerra.


Todo al frente de guerra

La consigna de “Todo al Frente de Guerra”, por ejemplo, continuaba, más o menos igual, con mínimos alivios en el racionamiento de alimentos, ropa, calzado, medicamentos y de todo lo que la gente necesitaba y consumía para sobrevivir. No había privilegios para nadie, incluso para los de arriba. De todo hacía falta. Solamente los niños y niñas y personas mayores de edad, gozaban de mínimos privilegios, aceptados con mucha disciplina y plena conciencia por la población en general.

Eran momentos decisivos para la vida y el futuro de todos los pueblos de la URSS. Las 105 nacionalidades, las 15 repúblicas soviéticas, las más de 30 repúblicas autónomas y las 60 comarcas se fundieron en un solo cuerpo, en un solo puño para golpear a los fascistas agresores.

Después de la victoria, cuando los asesinos y agresores fueron expulsados del territorio soviético, empujados hasta su madriguera, liberando a varios países que habían sido invadidos y sometidos por varios años por la maquinaria militar Hitleriana, en el largo trayecto hacia Berlín, muchas y legítimas satisfacciones patrióticas alimentaron al heroico pueblo soviético.

Era legítimo y comprensible, que el 9 de mayo de 1945, fuese declarado como El Día de la Victoria contra el Nazi Fascista Ejército Hitleriano. Nuevamente, al igual que en 1812, cuando las campanas de más de 300 iglesias de Moscú sonaron para celebrar aquella victoria patriótica contra el agresor Napoleón Bonaparte, en esta ocasión, fueron miles las iglesias de todas las ciudades del país, fueron todos los pueblos de la patria soviética, fue el mundo entero el que se unió para celebrar la gran victoria de la humanidad contra el fascismo criminal alemán.


La Frúnzenskaya

25 años después, cuando las cicatrices de las heridas físicas de la guerra habían sido reparadas, Mark disfrutaba mucho de las caminatas nocturnas por la Frunzenskaya. Ni el frío, por muy baja que estuviese la temperatura, ni la nieve, ni el calor de verano, impedían que Mark, Rosa y su querida hija Svetlana, disfrutasen de un merecido paseo por la preciosa Frunzenskaya Nabiereshnaya.

Durante la estación de verano, cuando todo el bosque estaba vestido de verde, casi siempre se pasaba los fines de semana en su Dacha de campo, ubicada en la región de Bólshevo, en las afueras de Moscú, pero este ángulo de su vida y lugar merecen otro pequeño capítulo.

Su residencia, sobre la Frúnzenskaya, al lado del río Moscú, frente al Parque Gorky, una maravillosa combinación de un importante recurso natural con un ordenamiento territorial bien logrado. Desde la estación del metro Krímskaya, pasando por el hermoso puente Krimsky Most, ambos nominados en honor de la heroica ciudad y región ucraniana de Crimea, era la ruta para llegar a la residencia familiar de los Rosental. Este hermoso y apacible lugar continúa en pie. En un apartamento 14 de ese hermoso boulevard, yace un modesto escritorio donde quedó para la historia de las ciencias filosóficas, de trascendencia universal una de las páginas literarias y filosóficas más notables de la historia soviética, gracias al talentoso académico y doctor Mark Moiséyevich Rosental, a quien rendimos este humilde reconocimiento.


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