La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1969) : Filmoteca de ficción

La caída de los dioses
La caduta degli Dei
Luchino Visconti (Italia, Alemania, Suiza; 1969) [164 min]

(wikipedia | filmaffinity)

Sinopsis:

[fuente]

empresa siderúrgica

el incendio del Reichstag

Noche de los cuchillos largos

Comentario personal:

"Novecento"

Marc, en @libroscinecómic, el 7 de noviembre de 2017, escribió:La mejor película sobre nazismo. Visconti mezcla Hamlet, psicoanálisis y la implicación de los Krupp en el proceso. Brutal puesta en escena.

Herbert, en el guion, escribió:
La culpa es sólo nuestra. De todos nosotros, incluso mía. No sirve levantar la voz cuando ya es demasiado tarde. Ni basta con salvar las apariencias. Hemos pretendido dar a Alemania una democracia enferma. El miedo de una revolución proletaria, que hubiese dejado al país en manos de las izquierdas, era demasiado grande y ahora ya no hay tiempo para hacer nada. El nazismo es una criatura nuestra. Ha nacido en nuestras fábricas. Se ha alimentado con nuestro dinero.

Jorge Mayer, en "La caída de los dioses", en Revista Invisibles, número 10, julio de 2015, escribió:"La caduta degli Dei" (literalmente "La caída de los dioses") toma su nombre de la obra homónima de Wagner. Sin embargo, su nombre internacional, "The Damned" ("Los malditos"), le sienta mejor. Sin ser de lo mejor de la obra de Luchino Visconti, tiene el mérito de abordar el nazismo desde un ángulo no por poco transitado menos importante: la relación del régimen con el poder económico. Para ello se vale de un clan ficticio, los Von Essenbeck, vagamente inspirado en los Von Krupp. Esa inspiración se manifiesta en el ramo de la explotación (la industria siderúrgica) y en la elección del apellido: la ciudad de Essen era el asiento principal del negocio de los Von Krupp. Pero los paralelos no van mucho más allá. [...]

Cineclub Universitario / Aula de Cine de la Universidad de Granada, en "La caída de los dioses", en Maestros del cine clásico (IX): Luchino Visconti, abril de 2016, pág. 82, escribió:[...] El barón Von Essenbeck, el patriarca de la familia, dueño de la acería que suministra material de guerra al ejército alemán, es reverso y suplantador siniestro de Salina, al que se equipara en estrategias. Hace lo mismo que éste, maquina para posibilitar la adaptación a los nuevos tiempos (hace un mes que Hitler ha tomado el poder). Durante la cena inicial decide que su sucesor sea de afiliación nazi, por conveniencia para un beneficioso futuro de la empresa, y no quien desprecia sus principios ideológicos, Herbert (Umberto Orsini), noble y refinado entre una jauría de codiciosos y crápulas enzarzados en una despiadada lucha por el poder: al remiso a integrarse en una realidad ajena a sus escrúpulos morales se le impele al exilio, cuando no es erradicado (su familia es ejecutada en un campo de concentración).

Javier Arnott Álvarez, en "La caída de los dioses", en Bajo el Signo de Libra, el 14 de febrero de 2007, escribió:En esta película se conjugarán todos los elementos que definieron y dieron ese sello tan especial al cine de Visconti, unos decorados barrocos junto con unos personajes que parecen sacados de una obra de Brecht y que fueron magistralmente interpretados por un reparto estelar. [...] En unos momentos cruciales para Alemania, la ascensión del régimen nazi, el clan directivo de una importante empresa siderúrgica (inspirada en la poderosa familia alemana Krupp, magnates del acero antes de la Segunda Guerra Mundial) discute su actuación ante el previsible desarrollo de los acontecimientos. Solo Herbert se niega a colaborar con el régimen nazi, sobre todo a raiz del incendio del Reichstag, para él una prueba concluyente de la tiranía que se avecina. Herbert (Umberto Orsini) tendrá que abandonar el país, acusado de asesinato. Detrás quedan Elizabeth (Charlotte Rampling), su esposa y las dos hijas del matrimonio. Los propietarios de la empresa van a encontrarse en medio de las luchas por el poder, fundamentalmente entre las S.A. y el ejército.

En medio de todo este declive moral, en un mundo de luchas por el poder y de corrupción encarnados por Dirk Bogarde, Ingrid Thulin, Helmut Griem y Charlotte Rampling, Martin von Essenbeck (Helmut Berger) no dudará en acostarse con su madre, una estupenda Ingrid Thulin, y con una niña judía, que remarca el fuerte carácter pedófilo del personaje, mientras le ofrecen un alto cargo nazi con el fin de conseguir el control de la empresa por el régimen nazi. Aunque todo el sentido político de la película se resume en un único plano: el de Thulin y Bogarde envenenados sobre el sofá, mientras la mano levantada de un bestial Helmut Berger los cubre con la sombra del nazismo.

Major Reisman, en "La caída de los dioses (La caduta degli dei)", en Blog dedicado al Cine Bélico e Histórico, el 20 de noviembre de 2011, escribió:[...] Supuestamente los Essenbecks son un trasunto de la familia Krupp. En mi opinión hay más diferencias que parecidos. En 1902 el káiser obligó a casarse a Bertha Krupp con Gustav von Bohlen und Halbach. El motivo es que el imperio industrial no podía ser dirigido por una mujer. Gustav cambió su apellido en 1909 y se convirtió en el presidente de la compañía. Después de la Primera Guerra Mundial se prohibió a la Krupp que fabricase armas, aunque desde 1920, y con el apoyo del gobierno de Weimar, no dejó de investigar en dicho campo, o de abrir sucursales en otros países. Además, fue favorecida con contratos de ferrocarriles. Curiosamente, la compañía tenía muy buena prensa entre los trabajadores, ya que fue una de las pioneras en establecer una seguridad social y un seguro dental para ellos. Como buen noble, despreciaba a los nazis porque no los consideraba de su misma clase. Pero en 1932 cambió totalmente su punto de vista hacia ellos, ya que temía más a los comunistas. Los nazis, además, se encargaron de hacerle feliz de dos formas. Una fue que gran parte de los contratos de armas pesadas fueran a su compañía y la otra eliminando a los sindicatos. En palabras del industrial Fritz Thyssen, Gustav se convirtió en un supernazi de la noche a la mañana. En 1933 Hitler nombró a Gustav presidente de la Federación de la Industria Alemana. La expansión de la compañía era imparable, pasando de 35.000 a 112.000 empleados.

En 1939 la salud de Gustav comenzó a deteriorarse y en 1941 sufrió una embolia. Así que fue sustituido por Alfried, su hijo mayor. Éste era un nazi convencido que se alistó en las SS en 1931, por lo que las relaciones entre la compañía y los nazis fueron como la seda. La mayor recompensa de la lealtad de Alfried hacia Hitler vino en 1943 con la promulgación de la Ley Krupp. Todas las acciones de Bertha pasaron a Alfried y se desheredó a otros posibles herederos. Es decir, Alfried se quedó con todo. Sin embargo, por esas fechas el listo de Alfried tenía en mente otros planes. La derrota de Stalingrado le mostró que Alemania iba a perder, así que comenzó a liquidar todos los bonos estatales y a poner su fortuna a salvo en otros países. Al final de la guerra fue juzgado en Nuremberg y condenado a 12 años de prisión y a la requisa de su fortuna por haber utilizado mano de obra esclava. Sin embargo, a los tres años se les amnistió y se le restauró parte de su imperio industrial. Murió en 1967.

Ficha técnica

Reparto:

Dirk Bogarde (Frederick Bruckmann, amante de Sophie).
Ingrid Thulin (Sophie von Essenbeck, viuda del hijo mayor del barón Joachim von Essenbeck, fallecido en la I Guerra Mundial).
Helmut Berger (Martin von Essenbeck, hijo de Sophie).
Helmut Griem (Aschenbach, hauptsturmführer de las SS).
Charlotte Rampling (Elisabeth Thallman).
Umberto Orsini (Herbert Thallman).
Florinda Bolkan (Olga).
René Koldehoff (Konstantin von Essenbeck, hijo del barón Joachim von Essenbeck, oficial de las SA).
Nora Ricci (institutriz).