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1979 Revolution. Black Friday (iNK Stories, 2016)

Juegos con textura política. De base analógica o digital.
1979 Revolution. Black Friday
iNK Stories, N-Fusion Interactive (EE.UU. de América, 2016)

Portada
IMDb
(página oficial | wikipedia)


Sinopsis:


Comentario personal:

    Primera parte, y dudo que veamos una segunda, de una serie de aventuras a lo Telltale programadas por un estudio de iraníes emigrados a Canadá y EE.UU. El estado iraní se ha echado sobre el juego con el aburridísimo pretexto de que habría sido financiado por la CIA, que no cuela, porque la recaudación se hizo en una campaña digital abierta y porque los EE.UU. salen bastante mal parados en la narración como cómplices del Sha, siguiendo la enseñanza de Fidel Castro en esto: denunciar al gobierno, saludar al pueblo (aquí, exhibiendo simpatía a los lugares culturales comunes tipo John Travolta y eso).

    El juego arranca con el tópico de la «revolución malograda», que es verídico, pero que a quienes vivimos donde vivimos nos suele dejar un regusto a que toda intentona vehemente de cambio termina en un descenso a los infiernos. Sin embargo esto apenas nos absorbe unos minutos. La acción transcurre en el pasado inmediato, antes de la República Islámica. La revolución es percibida con cariño. El recurso de la fotografía y una enciclopedia, que conforme avance la acción se irá completando, dan un soporte extradiegético y didáctico, aunque bastante ortopédico, a una narrativa por otro lado convencional. Casi todas las fotografías que tomamos tienen su réplica en la realidad; la ambientación es fidedigna (la cartelería, la ciudad, los discursos, la etnografía...); se aportan datos sobre la estructura de clases y la centralidad del petróleo en la economía; y no esconde la pluralidad interna de la disidencia (¿puede haber escenario más romántico que una sala de cine operando como cuartel general de toda la oposición?, el Tudeh comunista, muyahidines estilo baasista, republicanos islámicos, el Frente Nacional y un dirigente no-alineado y noviolento). Tampoco evita la conversación democrática que brota siempre en los acontecimientos.

    Esto último es muy interesante. Cada vez que se representa en un medio audiovisual una manifestación de masa, se liga simbólicamente a la represión. Aquí hay policía y heridos, porque sucedió, pero también una calle viva, puestos de libros, mítines con sentido, dialéctica entre organizaciones y gente escuchando la radio y debatiendo en corrillo. Es emocionante por lo insólito ver una disputa entre un seguidor del nacionalista laico Mosaddeq, que justifica que la nacionalización del petróleo fue posible sólo bajo su mandato (motivo del golpe de estado promovido por Reino Unido y EE.UU.), y otro de Jomeini, que alega que aquél no consiguió desplazar a Irán de la órbita de la influencia imperialista, objetivo que la providencia reservaría, según su parecer, al movimiento republicano islámico. Como en todas las producciones audiovisuales estadounidenses, la discusión termina por la interrupción de un tercero con el cuentecito de «united we stand», remedo del «niños, no os peléeis» de maestro de escuela, cuyo correlato en la izquierda sería «unida, jamás será vencida».

    En este caso, de una tercera, Bibi Golestan, militante del Tudeh (comunista), referente estudiantil e interés romántico del insulso protagonista, porque una mujer que amara a las masas sin amar a un hombre no sería una mujer. No es que el burguesito que encarnamos y la dirigente estudiantil no se puedan encamar, a fin de cuentas esta práctica endogámica que responde a un deseo guiado por la popularidad farandulera y la erótica del poder está consolidada del pop a la izquierda, pero aquí el guión lo calza para cumplir una regla no escrita, que sin polvitos de hada el carácter de la camarada Golestan no adquiere consistencia, no llega a cliché, a estereotipo... y lo irreconocible en un guión nos da miedito. A las salas de cine se va, bueno, ya no se va, pero se iba a ver historias de las que sabemos el final. Este afecto a la norma en un videojuego que se ha presentado en el festival de Sundance, que quiere ser distinto, es su mayor flaqueza, y lo mismo se puede decir de la caracterización del resto de personajes/arquetipos.

    Volviendo al golpe de mano para fulminar cualquier debate profundo de más de seis intercambios, me pregunto qué opinaría Brecht de este miserable recurso literario de interrumpir violentamente los diálogos; si se tira de él para no cansar al espectador, tratándole implícitamente de imbécil o, peor, si en este caso es para desconocer la potencia latente en la diferencia, un mal extendido por cierto entre los obsesos del «unida, jamás será vencida», ocupados antes en penalizar los proyectos menores que pensar en cómo hacer los propios mejores, bajo esta lógica buitre de competencia mercantil que para otros terrenos repudiamos. Lección de pluralidad bien articulada acaban de dar, por ejemplo, las tres derechas españolas, que entienden que ni la unidad ni lo contrario son condiciones de éxito, pero que en estos tiempos de fragmentación social hacen falta varias representaciones para varios cuerpos.

    Ya a otro nivel, se aprende algo de la cosa iraní, que no está de más para ser menos brutos y etnocéntricos: gastronomía popular, artesanía (jatam), retratos familiares, cine local a través de las referencias a "Gavaznha" (la película que se emitía durante la matanza del Rex) y al director Dariush Eghbali, rituales como la oración colectiva (el salat) y la sociología decolonial en la figura de Alí Shariatí, teórico de la revolución muy influenciado por Fanon.

Ficha técnica


Requisitos de sistema

    - Mínimos (PC): SO: Windows 7 o posterior; procesador: 2.0 GHz Dual Core o equivalente; memoria: 2 GB de RAM; gráficos: ATI or NVidia card w/ 512 MB RAM; almacenamiento: 5 GB de espacio disponible.

Idioma original: Inglés.





Secuencias






MacOS v. 2.2.0.5 [3.92 Gb] (fuente)





Win v. 2.2.0.3 [3.47 Gb] (fuente)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
Instrucciones

1. Ejecutar "setup_revolution_1979_black_friday_2.2.0.3.exe" para instalar.

2. Ejecutar "patch_revolution_1979_black_friday_2.2.0.3.exe" para instalar el parche de actualización.





Relacionado:


Reseñas breves / abreviadas

Ángeles Broullón, en "Irán en 1979 revolution: Black Friday", en Angeles' blog, el 8 de febrero de 2017, escribió:Este fin de semana retomé la buena costumbre de jugarme un juego indie y estuve dándole una vuelta a “1979 revolution: Black Friday”. Es un juego bastante polémico desde su salida, pues presenta una historia interactiva en una recreación histórica de los eventos de esa época en un país que para muchos de nosotros es bastante desconocido.

Nos encontramos ante una aventura gráfica de point and click al estilo de Telltale, sencillo de controlar y con QTEs en las escenas de acción. Nos metemos en la piel de un joven que regresa a Irán tras haber estado estudiando en Alemania, y que se encuentra haciendo el papel de reportero en medio de la revolución. La parte interesante es que está basada en hechos reales, de manera que podemos ver a las diversas facciones que componen esta revuelta, pudiendo pasar por momentos de idealismo en las protestas pacíficas y el choque de realidad cuando el sha declara la ley marcial. Además nos muestra el riesgo que corre el protagonista al tomar fotos para mostrar al mundo lo que está pasando.

El sistema de decisiones y consecuencias es bastante relevante, teniendo varios finales, aunque se queda en cliffhanger de cara a una continuación. Es corto pero rejugable con todos los coleccionables que trae, y está bastante bien escrito excepto por el minijuego a lo Trauma Center, que es de lo más ridículo y debería llevar un “niños, no hagáis eso cuando alguien tenga clavado un objeto grande”. El acabado es correcto y el doblaje sorprendetemente bueno.

Donde flaquea el juego es en encontrar el equilibrio entre el documental y la jugabilidad. Cuando tomamos una foto de un punto de interés, generalmente nos salta una pantalla con un título descriptivo de lo que acabamos de fotografiar, junto a un enlace para ampliar información. Esto por un lado es genial, pues le da una sección didáctica, pero por otro lado interrumpe la acción, y en algunos momentos daña la atmósfera del juego.

En conjunto me ha parecido bastante disfrutable y lo recomendaría para unas rebajas debido a la duración.

Carlos G. Gurpegui, en "1979 Revolution: Black Friday. Análisis", en IGN, el 27 de abril de 2016, escribió:[...] Navid Khonsari nació en Teherán en 1970, por lo que conoce los sucesos que nos relata de primera mano o, cuanto menos, por cercanía familiar. La historia que nos cuenta Khonsari se asemeja a la narrada por Marjane Satrapi en su novela gráfica Persépolis aunque nos muestra la visión adulta de la revolución iraní. Ambos tienen una edad similar y vivieron los sucesos en Irán a la vez (Satrapi en sus propias carnes y en el caso de Khonsari desconocemos si residía en Irán en aquél momento) y cuentan con sus propias herramientas los sucesos de los años 1978 y 1979.

"1979 Revolution: Black Friday" nos pone en la piel de Reza, un joven fotógrafo perteneciente a la burguesía iraní, durante las manifestaciones y sucesos que pusieron en jaque al gobierno del Shah. Durante las dos horas que dura el título de iNK Stories nos transmiten la complejidad del proceso revolucionario que vivió el país. Clérigos, estudiantes, progresistas, comunistas, nacionalistas… todo el mundo se echó a la calle para acabar con el régimen del Shah y las influencias externas en Irán. El juego nos transporta desde las primeras manifestaciones libres hasta los conflictos durante la Ley Marcial que terminan derivando en la masacre del viernes 8 de septiembre de 1978, denominado El Viernes Negro.

La compañía nos sitúa en el año 1980 y nos presenta a un Reza detenido por los guardias de la revolución (cuerpo militar dedicado a mantener el sistema islámico del país). La intención de nuestro torturador es descubrir el paradero de Bibi, una importante revolucionaria, y para ello nos hará una serie de preguntas y torturas que nos servirán como puente hacia los flashback de la revolución. [...]

Costán Sequeiros Bruna, en "1979 Revolution: Black Friday", en Tribulaciones de la Clase Ociosa, el 14 de julio de 2016, escribió:[...] Irónicamente, no es difícil ver ejemplos de este mismo proceso en Oriente Medio con el tiempo, desde la revuelta pacífica y exitosa en Egipto que ha acabado poniendo un nuevo dictador a la cabeza (como ocurrió en Irán), a la guerra civil que divide Siria donde a la represión se une el terrorismo descontrolado. Por ello, la revolución iraní continúa hoy en día siendo un elemento interesante a estudiar y entender, y "1979 Revolution" hace un buen trabajo describiéndola desde los ojos de sus protagonistas, con un equipo de diseño y programadores árabes que se molestan en explicar y desarrollar su cultura, su sociedad y su mundo en uno de los momentos de su historia reciente en que todo estaba a punto de cambiar.


José Altozano, "Dayo", en "Análisis de 1979 Revolution", en Eurogamer, el 22 de abril de 2016, escribió:Imagen

"1979 Revolution" está tan obsesionado con su valor didáctico que se olvida de contar una historia o de sumergirnos en la época que describe.

Hacía mucho tiempo que no sentía tanta pereza al pasarme un videojuego. He necesitado tres sesiones para completar las menos de dos horas que dura "1979 Revolution: Black Friday", un título que solicité expresamente y esperaba desde su anuncio. La identidad musulmana ha sido mayormente ignorada por el videojuego a lo largo de su historia y se ha visto tantas veces relegada al papel de un hombre, kalashnikov en mano y una palestina cubriendo su rostro, que casi roza el insulto. Pero entonces llega la obra de iNK Stories: una oportunidad para ampliar nuestro abanico y mostrar la cara ignorada, la revolución que llevó a Irán a convertirse en un país oprimido por la rama radical del islam. El resultado, maldita nuestra desgracia, es poco más que una sombra de sus referentes, mitad título de Telltale cocinado a medias y mitad reproducción pocha del valor didáctico de "Valiant Hearts". La Historia está ahí mismo, ocurriendo frente a nosotros, y no queremos mirarla a los ojos.

Reza no es un agente de la revolución que se está iniciando a finales de los años 70. Él ha vivido en Alemania y su pasión es la fotografía; está aquí para retratar un momento de su nación, no para inclinar la balanza. Al menos, eso se dice. O no. El grado en que Reza se involucra en este cambio tan vivo en las calles depende por completo de nosotros. Quizá sería más apropiado decir que su visión cambia, pero él siempre va a estar ahí, en el lugar equivocado, en el momento menos adecuado. El comandante Shepard no sería que digamos un ejemplo reluciente de cómo escribir a un protagonista carismático, pero en BioWare fueron inteligentes al matizar cómo su actitud afectaría a su trabajo: él es un Fantasma y va a salvar a la galaxia. La pregunta es: "¿Cuáles son sus métodos?". Reza, sin embargo, es una página en blanco. ¿Conservador? ¿Religioso? ¿Iconoclasta? Fotógrafo es, desde luego, pero todo lo demás queda a nuestra discreción, convirtiéndolo en un personaje ambiguo, que puede saltar a cualquier parte y no da espacio para llenar los huecos. Es un turista más que un nativo de estas tierras convulsas.

"Black Friday" prefiere observar. De vez en cuando, se nos da vía libre para caminar por el escenario, o alguien nos dice que tomemos una foto, que es importante. Sacamos la cámara y disparamos. Entonces salta un recuadro explicando qué es lo que estamos viendo, como si visitáramos brevemente la Wikipedia cada dos minutos. Como si sus autores no quisieran mojarse para así contemplarlo todo desde la distancia, con un ojo acrítico. "Son las circunstancias". "El mundo era así". No hay nada que diferencie las actitudes de sus personajes frente a cualquier otra obra revolucionaria; hay quien dice que la victoria se conseguirá con sangre, quien se opone y clama por el pacifismo, los metódicos, los apasionados. Los paranoicos. Sólo se conocen las circunstancias únicas del país al leer esas entradas, que parecen ser el auténtico núcleo de la obra. Alguien ofrece un té a otro personaje. Él lo rechaza. Le abofetean. Desbloqueamos una entrada que habla sobre la educación iraní en torno al té.

Todos estos pedazos de conocimiento aparecen notificados en una frase que rompe por completo la inmersión. Ya se ha hablado antes de cómo el "X recordará lo que has dicho" acaba resultando contraproducente al dividir elecciones y personajes en relevantes e irrelevantes, pero "1979 Revolution" consigue empeorarlo todo al cubrir sus notas en recuadros llamativos, símbolos e iconos que desvían nuestra mirada de la historia. Es una trama que se desbloquea, una serie de advertencias, consejos y folclore esperando a ser descubiertos. Las formas de Telltale, con sus quicktime events simplificados y, en ocasiones, injustificados, o unas animaciones que desprenden de cualquier señal de vida a sus personajes, convierten a esta obra casi en un producto derivativo, una versión de algo más puro. Sus conflictos son demasiado evidentes, sus personajes carecen de algo que les haga únicos o atractivos. Su lenguaje visual es pobre, las interpretaciones de sus actores virtuales, toscas. Al menos en Telltale tienen un equipo de buenos guionistas para paliar estos errores.

Cuando "1979 Revolution: Black Friday" fue anunciado en Kickstarter hace ya tres años, su autor, Navid Khonsari, explicaba que su propósito, más que el revanchismo de mirar atrás y señalar a quienes se equivocaron o tuvieron razón, era educar. Él buscaba hacer un videojuego que ilustrase a su público sobre la revolución de 1979. Es innegable que haya conseguido su objetivo, pero es difícil no pensar que lo consigue tomando la ruta fácil. Antes que realmente mostrar, Khonsari prefiere extraernos del momento y decirnos qué está pasando. Hay documentales y libros que hablan de exactamente lo mismo, pero en mayor profundidad. "1979 Revolution" raspa la superficie de su propia historia y no sabe compensarlo con una trama que intrigue. Es como una lección que se aprende en el colegio: absorbes la información, la vomitas en el examen, y al minuto siguiente la olvidas. Se supone que este es el primer capítulo de un juego episódico, pero no hay mucho que esperar. Sabemos cómo termina la historia. Sabemos lo que viene después. No hay nadie entre estas caras anónimas que me inspire cariño.

"En «Me llaman Haj Agha», el juego de la Revolución iraní", en Global Voices, el 15 de mayo de 2016, se escribió:Imagen

La revolución de 1979 en Irán es ahora un juego. El diseñador Navid Khonsari ha combinado las experiencias de su propia familia con una meticulosa investigación para producir un juego tipo elige-tu-propia-aventura. Cada elección que haces te lleva a través de una narrativa diferente.

Khonsari sabe un par de cosas acerca de juegos. Trabajó en la súper-popular serie "Grand Theft Auto". En este juego, las voces de los personajes son de actores muy conocidos, y hay incluso grabaciones de la casa de su abuelo. En una entrevista para la emisora canadiense CBC, Khonsari relató sus propios recuerdos de infancia de la Revolución iraní: «Vi esperanza. Vi la posibilidad de cambio. Vi personas que se reunían y se abrazaban. Extraños». Unos meses más tarde estaba escondido en su casa mientras se oían disparos de pistola al aire y se generalizaba la violencia.

La cadena de noticias estadounidense Fox News ya ha anunciado que el juego “irrita a Teherán”. Si ese es el caso, podría significar que los habitantes de Teherán hacen cola para jugar. Khonsari resta importancia a esta ira. Siente que está contando la historia de unas personas en un “viaje de cambio” y no tomando partido. Global Voices tuvo la oportunidad de hablar de "1979 Revolution; Black Friday" ("La Revolución de 1979: Viernes Negro") con Khonsari.

    Global Voices: ¿Cuál fue la idea que inspiró el juego?

    Khonsari: La inspiración vino de un viaje que hice a Irán. Cuando llegué a un pequeño pueblo en el sur, se me acercó un grupo de jóvenes iraníes que me conocían por mi trabajo en los juegos de "Grand Theft Auto". Me sorprendió la enorme influencia cultural y el poder de los videojuegos para comunicar. Esos niños me explicaron que sentían como si realmente conocieran EE.UU. por ​su experiencia con el juego. Sus actividades favoritas eran ir de compras, a comer, hacer ejercicio, escuchar música, ir a los clubes. Se sentían como si hubieran pisado suelo estadounidense gracias a su experiencia de juego. Me hizo pensar, ¿y si he creado un juego que expone al público a los ACONTECIMIENTOS REALES, que ofrece a los jugadores la oportunidad de trasladarse a un mundo representado con integridad histórica? ¿Y si pudiera ofrecer a la gente una experiencia atractiva y a la vez con sentido?

    Hacer un juego así ofrece la oportunidad de retratar la historia, no en blanco y negro, sino con tonos de grises. Haber vivido la revolución parecía un primer paso ideal en la definición de este nuevo género: Juegos Vérité.

    Debido a que 1978-1979 en Irán fue un tiempo frenético y salvaje, donde las ideas colisionaban y lo que estaba en juego era mucho para todos, parecía un entorno asombroso, un clima vibrante que recrear para el público.


    Global Voices: ¿Puedes hablarnos sobre el papel de las mujeres en el juego?

    Khonsari: Durante la investigación y el desarrollo de "1979 Revolution: Black Friday", era importante para nosotros no pasar por alto el papel crucial de las mujeres, que participaron e hicieron grandes sacrificios durante la revolución (y que fueron también las que recibieron el mayor daño colateral). Entrevistamos varias mujeres que participaron o estaban viviendo en Teherán durante la revolución, y que pertenecían a diferentes ideologías religiosas y clases económicas. Queríamos documentar fielmente todos los personajes de la Revolución de 1979.

    Uno de los personajes principales que hemos descrito en el juego es Bibi Golestán. Siendo una joven ingeniera, fue testigo de la enorme pobreza y desigualdad de los pueblos de las afueras de Teherán. Esto la motivó para convertirse en una líder activa en el Partido Tudeh [Partido Comunista de Irán]. También representamos a las mujeres en otros papeles. Es el caso de Shirin Shirazi, la madre del personaje protagonista del juego Reza Shirazi, que contempla con amargura la desaparición de su “modo de vida” durante la revolución. Los personajes de 1979 reflejan los complicados problemas que enfrentaban las mujeres de diversas clases e ideologías.

El juego acaba de ser lanzado en la tienda de juegos Steam, y los usuarios de medios sociales han estado valorándolo. El canal de juegos de Youtube en Singapur @StoryConscious subió un vídeo con un momento del juego "1979 Revolution" en el que están intentando identificar a un espía en una rueda de reconocimiento. También compartieron las imágenes del juego en YouTube. Como otros muchos, Arman Ghorbani esperaba poder saber más acerca de los tiempos que les tocó vivir a sus padres. Mientras que a Kevin Mitson le parece divertida esta frase que pronuncia uno de los personajes del juego: “Me llaman Haj Agha”.



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