Grandes ambiciones (Mike Leigh, 1988) : Filmoteca de ficción

Grandes ambiciones
High Hopes
Mike Leigh (Reino Unido, 1988) [100 min]

Sinopsis:

Marc, en @libroscinecómic, el 28 de noviembre de 2017, escribió:No solo de Loach vive el cine de denuncia británico. Siguiendo la senda abierta por el Free Cinema, Mike Leigh realiza un film social, crítico y optimista en plena atomización thatcherista. Contra el individualismo, amor y cuidados. La escena frente la tumba de Marx es apoteósica.

Marc, en @libroscinecómic, el 20 de febrero de 2019, escribió:Cumple años el gran Mike Leigh y aprovecho para recomendar la que, a pesar de no ser la más conocida o redonda de su filmografía, es mi favorita con diferencia. Sátira crítica pero emotiva contra la Inglaterra de Thatcher. La escena frente a la tumba de Marx es inolvidable.

Club de lectura y cine Alabordaje, en "Grandes ambiciones: grandes ideales", en Tercera Información, el 1 de noviembre de 2011, escribió:Película de la Inglaterra del 1988, en pleno apogeo del desmantelamiento del Estado del Bienestar, con la Sra Thatcher, Reagan y Juan Pablo II pregonando el final de la historia y el acabóse de los logros sociales y que casi coincide hoy con el final del ciclo del sr. Zapatero, en una carrera frenética por desmontar lo que tanto trabajo costó montar y conseguir a la clase obrera. Claro, pero hoy ya no hay clase obrera y lo que nos quitan parece ser que son privilegios, como la salud, la educación, ¿un salario digno?

Lo mejor de la película es lo que pasa en todas las películas de Mike Leigh, es que sus protagonistas somos nosotros. Sus actores se pueden parecer a nosotros y a nuestro entorno. No hay grandes casas, ni grandes coches, ni grandes sorpresas. La vida pasa y nos hace peores. Somos nosotros y nuestros vecinos, nuestras madres, nuestros miedos, nuestros deseos y nuestras ausentes luchas. Las tres parejas reproducen tres clases o grupos sociales sacados de las teorías de Steinko en su libro Izquierda y republicanismo: trabajadores dependientes del modelo fordista, autónomos del capitalismo feo y directivos o empresarios del capitalismo lindo. Todo muy bien exagerado, tanto que los únicos decentes y normales son los trabajadores. Las otras dos categorías quedan muy bien ridiculizadas y la peor, la del capitalismo feo, como su propio nombre indica. Los únicos que tienen sentimientos sociales son nuestros protagonistas, solidarios con los más desfavorecidos o despistados, como con el trabajador rural que viene a la gran ciudad. Y son los únicos que son capaces de mostrarnos una verdadera historia de amor. Se aman como son y aman su mundo y sus pequeñas ambiciones: compartir su mismo hogar.

Película de diálogos y de buena música: "Votar a los conservadores es una puñalada por la espalda a la clase trabajadora". Y sobre todo las de nuestro protagonista a Carlos Marx en el cementerio de Highgate, donde la cabeza del filósofo aparece tan gigante como lo fue: "Sin Carlos Marx, no habría nada". La clase trabajadora y revolucionaria europea que no supo resistir y no supo hacer la revolución en Europa se marcha a Nicaragua a la cosecha del café. Y asiste a reuniones del partido todos los miércoles para hacer la revolución, para informarse y ¿defenderse? Las grandes ambiciones de nuestro protagonista son seguir siendo obrero, pertenecer a la clase trabajadora y que todos tengan lo suficiente para comer, lugares para vivir y empleos, y después bebés, cosa tan obvia que parece estúpido, dice nuestro protagonista, pero que es la revolución.