Mónica Zas Marcos, en "La rapera chilena que conquistó a Radiohead y a Walter White", en El Diario.es, el 12 de julio de 2016, escribió:[...] Ana Tijoux nació en Lille, donde el aire sopla más británico y belga que francés y, por supuesto, chileno. Pero desde la cuna ya escuchaba las antiguas leyendas de los mapuches,
de los Rómulo y Remo indígenas que fueron criados por un puma y una zorra, de la fortaleza y astucia que desde entonces recorren los valles del Wallmapu. Creció en una casa de identidad criolla y se llevó estos cuentos a Chile cuando sus padres regresaron del exilio por la dictadura de Pinochet. Ya en Santiago, los mitos se convirtieron en duras letras de denuncia sobre el "terrorismo de estado" al que está sometido su pueblo y
la brutal frecuencia con la que ocurren femicidios.
Tijoux se abrazó pronto al movimiento callejero de la ciudad, donde podía rabiar contra el imperialismo y el machismo vigentes sin más armas que una buena rima y una base. También descubrió que era el canal perfecto para confesar su desarraigo cultural e incluso remover las conciencias dormidas por el régimen. Así es como su banda
Makiza, integrada por tres MC's más, irrumpió en las radios señalando a altos cargos de la dictadura en temas como
"En paro" y sembrando la polémica con
"La rosa de los vientos".
Como un amor adolescente, el grupo fue dando bandazos y lanzando singles a medio fuelle en su última etapa para sortear un final inevitable. Pero de su ocaso surgió el renacer de Anita y el fenómeno que se propagaría no solo por los escenarios de Estados Unidos y Europa, sino también en sus universidades. En 2007 debutó con su primer disco en solitario y apenas una década después presenta el quinto avalado por grandes cabeceras como
The New York Times y admiradores como
Thom Yorke, de
Radiohead.
[...] Después de la coctelera de ritmos que reinaba en su primer disco, bautizado oportunamente como "Kaos", firmó la excelencia musical cuatro años después con "1977". Las letras estaban tejidas con mimo junto a sus propias experiencias y una elegancia jazz que llamó la atención de sus vecinos norteños. Comparado con sus siguientes álbumes, este disco es el más autobiográfico del repertorio. En "Oulala" mira por primera vez a sus raíces francesas, con "Crisis de un MC" abre las carnes del rap hasta las entrañas, e incluso trata las rutinas de pareja en "Problema de dos".
Aunque fue "1977", tema que da nombre al disco, con el que cruzaría de un salto el muro mexicano hasta el país de las oportunidades. El que puso las manos para ayudarla a impulsarse fue Thom Yorke, líder de la banda británica Radiohead, que invitó a sus seguidores a pararse por la discografía de una joven chilena desconocida por aquel archipiélago. Después llegó la oportunidad de poner música al dúo de cocineros de metanfetamina más famoso del mundo.
"Breaking Bad" desencadenó el efecto dominó hasta la redacción del
New York Times, donde no dudaron en calificarla como "la respuesta latinoamericana de
Lauryn Hill".
"La canción se había compuesto sin expectativa alguna mas allá de hacer un tema que nos gustase y de la misma manera sentimos que fue recibida", confiesa sincera, diciendo que además cuando le anunciaron que aparecería en la serie ni siquiera tenía televisión. Lejos de seguir la estela de esos artistas que reniegan de sus hits más conocidos, Ana Tijoux disfruta cuando el público le pide que toque "1977", aunque siempre sorprende con una versión inédita. "Cantar '1977' siempre es bacán para mí, pero lo mejor es oxigenarte y reinterpretar tus propias canciones", desvela.
Si su segundo disco supuso la carta de presentación internacional, los dos siguientes le catapultaron hasta encabezar la fila de artistas chilenos más brillantes de su generación. El álbum "La bala" incluyó en 2012 un trío de ases reivindicativos -
"La bala",
"Shock" y
"Desclasificado"- que serían solo el aperitivo de lo que estaba por venir. "Vengo", lanzado apenas dos años después, provocó su aterrizaje desde los escenarios hasta las salas de conferencia de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos.
“Cada cantante mujer debe competir en un juego infinito de provocación. Ahora nada es suficiente y nada es demasiado. El objetivo es mostrarlo todo, fijando siempre un nuevo desafío con una vara cada vez más alta: quién puede mostrar más y más, quién puede lograr las contorsiones más extremas del modo más acrobático, quién es la más deseable, y quién tiene la mayor habilidad para anular la más bella feminidad y transformarla en algo y no alguien”. Este fragmento pertenece al ensayo
La cultura de la basura. Ana Tijoux on misogyny and pop music, que la cantante publicó en el
Walker Art Center de
Minneapolis.
Gracias a diversas charlas y estudios sobre la cosificación de la mujer en el sector musical, las universidades de Harvard, UCLA y Duke quisieron cederle un atril y un micrófono para que difuminase los prejuicios entre sus alumnos. Un alegato que se repite en "Antipatriarca", la canción más dura de "Vengo", que se transformó de inmediato en un himno inspirado por un manifiesto del
Movimiento Por La Dignidad y elaborado por mujeres residentes en las villas miseria argentinas. "Ahora que viajo más me doy cuenta de que los femicidios y la violencia ejercida se normaliza en muchos países. Escucho de forma recurrente los asesinatos de compañeras, abusos, maltratos, violencia verbal e incluso psicológica", lamenta Tijoux, mientras insta a todos los sectores a replantearse qué tipo de sociedad queremos construir juntos. Aunque la cantante ha desvelado en alguna ocasión que sufrió violencia machista durante dos años, también admite que no se ha encontrado con ningún hombre así en el ámbito laboral. "Trabajo mayoritariamente con compañeros hombres que me atrevo a decir que son feministas y con los cuales vamos pensando juntos los roles de genero y la violencia ejercida", afirma.
Tijoux reconoce que se especializó en un género donde la mujer suele ser la diana de las críticas e insultos de los MC's y no la que lanza los dardos contra el patriarcado. "Ahora el machismo esta en todas partes, así que hacer una caricatura de que el hip hop es machista sería obviar que vivimos en un mundo patriarcal. El género musical es solo un síntoma", concluye. [...]