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S-21. La máquina roja de matar (Rithy Panh, 2003)

Largometraje documental, corto documental, reportaje, documental sonoro (no importa el formato)... ya sea en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
S-21. La máquina roja de matar
Rithy Panh (Francia, 2003) [101 min]

Portada
IMDb
(wikipedia | filmaffinity)


Sinopsis:

    Durante los cuatro años que duró el régimen de los Jemeres Rojos en Camboya (de abril de 1975 a octubre de 1979), un cuarto de la población del país fue exterminada. En un sistema paranoico que veía enemigos en todas partes, cualquier indicio de disidencia bastaba para ser encarcelado en la prisión de seguridad S-21, un antiguo instituto convertido en campo de exterminio. Los protagonistas de la película (auténticos carceleros y supervivientes del S-21) hablan abiertamente de sus experiencias en aquel infierno.

Jesús Cuéllar Menezo, en "Rithy Panh: la memoria sangrante de Camboya", en CTXT, el 15 de julio de 2017, escribió:[...] cuando tiene ante sí a los verdugos (como en "S21: la máquina roja de matar", de 2003; y "Duch, maestro de las fraguas del infierno", de 2011), los trata con respeto, no los presiona, no los "retuerce", como decía el historiador Marc Ferro que hacía Lanzmann con sus entrevistados en "Shoah". Panh deja que el propio discurso de sus siniestros interlocutores los conduzca a la contradicción, al reconocimiento de sus culpas. Con todo, en sus documentales sí se observa un tratamiento visual diferente de víctimas y verdugos. Los primeros planos, más inquisitivos, se los reserva a gente como Duch, jefe del campo de tortura y exterminio S21 de Nom Pen, al que la cámara capta fríamente, como si lo estuviera interrogando (en realidad, Rithy Panh entrevistó a Duch cuando los Tribunales Especiales de Camboya lo estaban juzgando por crímenes de guerra), en tanto que para las víctimas suele optar por encuadres laterales, más tímidos, que quieren captar el dolor, pero sin resultar invasivos para quien ofrece su testimonio. Así demuestra Rithy Panh su empatía hacia ellos.

[...] Panh se adentra de lleno en el horror de un centro de tortura y exterminio, y lo hace yuxtaponiendo testimonios de víctimas y verdugos. Sin embargo, a pesar de los aterradores relatos que capta su cámara, el resultado, como en otras de sus películas, no está exento de cierta esperanza. Entre las víctimas de ese siniestro lugar está el pintor Vann Nath, que en sus obras ha plasmado la espantosa realidad del S21 y que a Rithy Panh le sirve como un "alter ego" (así lo dice él mismo en una entrevista publicada en 2014 en el nº 26 de Caimán), que contribuye a devolver cierta humanidad a un lugar poseído por la crueldad y la deshumanización.


Ficha técnica


Idioma original: Francés.





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Nota Mié Mar 11, 2009 9:03 pm
Los “genocidas” ganan las elecciones en Camboya

Juan Manuel Olarieta Alberdi

Según un despacho de la agencia Efe de 28 de julio, el primer ministro Hun Sen ha ganado por amplia mayoría las elecciones legislativas celebradas en Camboya. Su partido, el Partido del Pueblo de Camboya, ha obtenido casi el 60 por ciento de los votos. La principal fuerza de la oposición, el Partido de Sam Rainsy, el antiguo ministro de Finanzas sólo ha obtenido el respaldo del 23 por ciento de los votos, es decir, tres veces menos.

Hasta ahí nada llama la atención. Pero, según añade la noticia el partido vencedor de las elecciones es “el antiguo partido comunista, en el poder desde hace tres décadas” y, cuando me pongo a echar cálculos, obtengo que dicho partido gobierna nada menos que desde 1978.

Cuando sigo reflexionando más despacio recuerdo que, en realidad, el tal Hun Sen era un antiguo dirigente del Jemer Rojo que desertó de sus filas para unirse a las tropas vietnamitas que en enero de 1979 invadieron Camboya.

Por tanto, quienes siguen ganado ampliamente las elecciones son aquellos supuestos “genocidas” que, según dicen, asesinaron a un tercio de la población camboyana entre 1975 y 1979. Eso me lleva a preguntar cómo es posible que muchos de aquellos que vieron a sus familiares y amigos exterminados por los Jemeres Rojos les voten ahora, con un mero cambio de siglas.

No creo que ninguno de ellos se haya olvidado tan pronto de aquella masacre cometida por los Jemres Rojos porque justamente se está celebrando ahora mismo el juicio por genocidio ante un Tribunal Internacional dentro de la misma Camboya.

Según dicen las noticias, fueron cerca de dos millones de personas (otras fuentes dan la cifra exacta de 1.700.000) las que murieron “a causa de la hambruna, las enfermedades y las purgas” cometidas en lo que entonces se llamaba Kampuchea Democrática. Mi primera sorpresa es que se mezclen en la misma partida contable los muertos por hambre, por enfermedades y por purgas. Entre otras múltiples preguntas que esa forma de dar las noticias me sugiere, me pregunto quién realizó las autopsias de los cadáveres para determinar las causas de todas esas muertes, o si se hizo a ojo de buen cubero. También me pregunto si esas muertes no tendrían algo que ver con la salida del país de Estados Unidos, con el Estado lastimoso en que lo abandonaron y el bloqueo subsiguiente.

Igualmente imagino que todos esos asesinados tendrían hermanos, cónyuges, padres, hijos, sobrinos, primos y una larga lista de familiares indignados por lo que sucedió y que una buena parte de ellos han tenido que votar a sus verdugos para que salieran elegidos por una mayoría tan amplia. Tengo la extraña impresión de que es como si en unas elecciones en Argentina, la madres de la Plaza de Mayo hubieran votado a Videla.

Mi estupor sube un grado cuando leo que hasta el 8 de febrero de este año únicamente 500 víctimas del genocidio han prestado declaración ante los fiscales del Tribunal Internacional que investigan el genocidio camboyano. No se a qué se referirán las noticias cuando aluden a que las “víctimas del genocidio” declaran ante los fiscales. Quiero suponer que siguen vivas y no murieron en el genocidio. Quizá se trate de familiares de las víctimas directas. Pero 500 es una cifra muy lejana de 1.700.000: no llega al 0’0003 por ciento. La proporción es todavía más insignificante si multiplicamos 1.700.000 por ejemplo por tres para estimar el número de supervivientes de los asesinados. La desproporción es tan abismal que habrá que seguir prestando atención a nuevas declaraciones de otras víctimas porque, de lo contrario, el montaje -uno de los fraudes mediáticos más importantes del pasado siglo- se vendrá abajo estrepitosamente. ¿Acaso existen víctimas a las que nunca se les va a tomar declaración? ¿O no hubo tantas víctimas como nos quieren hacer creer? ¿O lo que no existió fue el supuesto genocidio?

Quiero justificarme a mí mismo -aunque nadie me lo pida- diciendo que no soy negacionista. Al contrario, mi ingenua credulidad ante las noticias de la prensa imperialista me obliga a reflexionar a partir de los datos que ellas mismas proporcionan porque no hay otros, o al menos yo no los conozco. Sin embargo, tengo que confesar que esa unanimidad mediática me huele muy mal. No acabo de entender por qué se juzga a unos mientras otros, como Hun Sen, quedan libres, se presentan a las elecciones, las ganan y gobiernan durante 30 años, o lo que es lo mismo, que sigan gobernando pero ya sin genocidio, democráticamente.

Parece increíble que un genocidio de paso a una payasada gigantesca como la que estamos viviendo porque no tendría ninguna gracia. Ninguna. Pero así es. No sólo por la propia farsa del juicio sino porque en abril los jueces del Tribunal se declararon en huelga porque no les pagaban sus honorarios.

Pero lo que se inicia como farsa tiene que terminar de la misma forma. El Tribunal Internacional tiene poco de internacional y poco que ver con la ONU , por más que, como viene siendo frecuente en las últimas agresiones imperialistas, se cubra bajo sus ropajes. Todo ese tipo de montajes tienen su origen en el mismo punto geográfico: Estados Unidos. El Congreso de aquel país aprobó en 1994 el denominado “Cambodian Genocide Justice Act”, cuyo objetivo explícito fue crear el Tribunal Internacional. A estos efectos, se creó en el Departamento de Estado una “Oficina para la Investigación del Genocidio Camboyano”, con el fin de obtener las pruebas que deberían ser presentadas ante el Tribunal. Lo demás ha sido cosa de la conocida diplomacia norteamericana.

Cuando asuntos tan dramáticos se negocian y trapichean sólo pueden convertirse en una farsa, y el Tribunal fue el fruto de una negociación con uno de los jefes genocidas, Hun Sen que, naturalmente, tuvo que quedar fuera de la farsa para ganar las elecciones democráticamente. Él es inocente antes del juicio.

Pero eso era sólo una parte del precio a pagar. La otra era en metálico, en dinero, en “ayuda” exterior, inversiones… y turismo. El turismo es hoy el gran negocio en Camboya, a donde llegan anualmente dos millones de visitantes, buena parte de ellos con fines sexuales. Además del sexo barato, uno de los atractivos del país es precisamente el genocidio, convertido por los turoperadores en macabro señuelo. El Museo Tuol Sleng, los campos de exterminio, la tumba de Pol Pot, la casa de Ta Mok, las casas en ruina de Kep y otros sitios similares se encuentran entre las guías de visita recomendada a Camboya. Las pesadillas también se pueden comercializar. Aunque quizá esto sea un exceso mío y la entrada a los museos de los horrores sea gratuita para que los turistas no puedan olvidar nunca que allí hubo una masacre.

Uno de los casos que ilustra el atractivo turístico camboyano es el mapa de cráneos de Camboya exhibido en el Museo Tuol Sleng, cuyas fotos ha reproducido la prensa imperialista hasta el hartazgo. Esta práctica es realmente extraña porque para los budistas los espíritus de los difuntos tienen que reencarnarse y para ello deben ser incinerados. ¿Quién y por qué se conservan los huesos? En enero de 2008 la actriz Mia Farrow inició una campaña para encender la antorcha olímpica en el Museo Tuol Sleng, una iniciativa sostenida por la embajada de Estados Unidos, empeñada desde hace 30 años en impedir que los camboyanos masacrados puedan reencarnarse e iniciar una nueva vida.

Nota Jue Mar 12, 2009 4:18 am
rubiera escribió:Los “genocidas” ganan las elecciones en Camboya

Hasta ahí nada llama la atención. Pero, según añade la noticia el partido vencedor de las elecciones es “el antiguo partido comunista, en el poder desde hace tres décadas” y, cuando me pongo a echar cálculos, obtengo que dicho partido gobierna nada menos que desde 1978.

Cuando sigo reflexionando más despacio recuerdo que, en realidad, el tal Hun Sen era un antiguo dirigente del Jemer Rojo que desertó de sus filas para unirse a las tropas vietnamitas que en enero de 1979 invadieron Camboya.

Por tanto, quienes siguen ganado ampliamente las elecciones son aquellos supuestos “genocidas” que, según dicen, asesinaron a un tercio de la población camboyana entre 1975 y 1979. Eso me lleva a preguntar cómo es posible que muchos de aquellos que vieron a sus familiares y amigos exterminados por los Jemeres Rojos les voten ahora, con un mero cambio de siglas.


Una pregunta porque Camboya me queda lejos... si el tal Hun Sen abandonó a los Jemeres y se unió a los vietnamitas que "liberaron Camboya", entonces sí que sería posible que los familiares puedan votarle, ya que técnicamente luchó para acabar con el régimen de los Jemeres Rojos, ¿no? Te lo pregunto desde la curiosidad, porque te repito que no estoy muy puesto con el tema de estas latitudes...

Un saludo.

Nota Jue Mar 12, 2009 10:51 am
Creo que el argumento sobre Hun Sen no es como tú lo has percibido. El personaje fue un exjemer rojo (imagínate a un exnazi en el poder), independientemente que haya desertado. El partido sigue siendo el mismo (imagínate el partido nacionalsocialista nazi gobernando y extravotado por los descendientes de sus víctimas) y ganas las elecciones con mayoría absoluta. Al menos da para pensar de que la cosa no parece ser tan negra con no las pintan.

Pienso que el artículo no pretende otra cosa que dar elementos para poner en duda la información con que nos vienen bombardeando desde hace décadas los medios burgueses sobre el tema. Como ya está más que demostrado, en este sitio hay gente cuyo odio anticomunista no difiere del mismo que sienten los fascistas, y ni se plantean la menor duda al publicar directamente la información de los medios burgueses más reaccionarios y no hacen otra cosa que repetir lo mismo que ellos dicen en aras de “demostrar” lo terrible que son los comunistas. Desgraciadamente la información proveniente de la exURSS sobre Kampuchea no difiere mucho de la oficial burguesa y se entiende el por qué teniendo en cuenta el conflicto de la URSS con China. El campo socialista en general condenó el gobierno de los jemeres rojos calificándolos de traidores al marxismo leninismo, sin embargo esto también se hizo en base al cuento de los soviéticos revisionistas que no dudaban en publicar citas del New York Times. Yo tampoco tengo demasiada información confiable sobre el tema, pero el artículo de Olarieta me ha servido para tener elementos válidos que me permiten acercarme más a la verdad sobre lo que ocurrió en Kampuchea.

Saludos.

Nota Jue Mar 12, 2009 12:27 pm
A ver rubiera, creo que te has liado un poco. El Partido del Pueblo no es el Jmer Rojo con otro nombre, sino el sucesor del partido comunista prosoviético-provietnamita (para entendernos) que tomó el control del país tras la invasión vietnamita. La cuestión de la antigua militancia de Hun Sen está un poco cogida por los pelos (abandonó el Jmer Rojo hace más de treinta años), y no creo que pueda decirse que votar al Partido del Pueblo sea votar al Jmer Rojo. De hecho éste siguió combatiendo al gobierno de Camboya tras la invasión, aliado con grupos claramente apoyados por EEUU, y no hace mucho que abandonó oficialmente el marxismo. Un saludo.

Nota Jue Mar 12, 2009 5:42 pm
Espera que tampoco digo que hoy quienes gobiernan sean los Jemer rojos ni sus herederos directos, que parece que la comparación con los nazis creó confusión. En principio los Jemer Rojos eran los continuadores del Partido Comunista de Kampuchea que según la versión soviética viene usurpado por Pol Pot y Yeng Sari y en el 78 se crea el Frente Unido por la Salvación de Kampuchea que son quienes serían los restauradores del Partido Comunista de Kampuchea, que son los que están hoy. En el asunto actual hay dos cosas; primero que los comunistas no perdieron prestigio por el supuesto genocidio donde las versiones soviética hablan desde 800 000 a 3 millones de personas asesinadas (ni quiero enterarme de las versiones de occidente). Simplemente una cosa de tamaña dimensión crearía lógicamente un sentimiento anticomunista en la población, y los comunistas, aunque no sean los Jemer rojos, siguen estando en el poder con votaciones mayoritarias de la misma población supuestamente reprimida por los que en un tiempo en nombre del marxismo leninismo maoísmo exterminaron a sus progenitores. Y en segundo lugar, este tipo, Hun Sen, fue un Jemer rojo, que tendría a su cargo alguna culpabilidad en la supuestas barbaridades que hicieron esta gente. Si la cosa hubiera sido a ese nivel de barbarismo a mi no me cabe en la cabeza que la situación actual de Cambodia sea la que es con los comunistas en general.

Yo creo que el problema que se creó entre el revisionismo soviético y el revisionismo Chino llegó a que se contaran una serie de cosa de manera totalmente tergiversada. Por un lado Mao llamaba a la URSS Socialimperialismo e incluso comparaba a los soviéticos con los nazis (a parte de haberse aliado al imperialismo yanki), lo cual indica un nivel de chochera o locura que es para ni tomarlo en cuenta, pero por otra parte los soviéticos respondían y por lo menos la versión de la historia de los Jemer rojos que yo me leí de los soviéticos no dista mucho en la forma y el contenido de lo que las revisticas tipo Reader Digest cuenta la historia. Por eso personalmente esta historia de Kampuchea creo que va a ver que formatearla y empezar a razonar un poco sobre la base de la verdadera historia y sus consecuencias actuales.

Nota Jue Mar 12, 2009 11:04 pm
Interesantísimo debate. Sobre todo porque es muy difícil a veces contrastar información, y la propaganda, aunque quieras librarte de ella, finalmente acaba haciendo su mella. Y debatir (en este mi caso escucharos/leeros debatir) es como exorcizarse.

Gracias.
Os factos som teimosos e de bom ou mau grado há qué tê-los em conta.

Independência e Sozialismo!

Nota Vie Mar 13, 2009 1:25 am
Sí, sí que se pone interesante...

Lo que sí parece cierto es que a los Estados Unidos no les molestaba tanto la ideología de Pol Pot y compañía mientras hicieran frente a los vietnamitas, ¿no?

Bon, veremos el docu, a ver si ayuda.

Gracias.

Nota Dom Mar 15, 2009 2:26 pm
Lo vi hace poco creo que por cinecanal es el típico documental donde el botón sirve de muestra. Contando un par de casos de carcel y tortura se los pone de ejemplo de los millones de victimas. En este caso como ya he visto en caos de otros sobre Bulgaria también aparecen algunos carceleros que por unos cuantos dólares hacen su papel de arrepentidos y certifican lo que dicen las victimas. Es una lastima que en este tipo de documentales nunca se cuente el prontuario de las victimas y se diga como eran los regimenes que ellos apoyaban antes de terminar en la cárcel... Realmente no creo que ayude a entender algo, la historia de los partidos que tuvieron que actuar en medio de la agresión imperialista y las luchas entre Mao y los revisionistas soviéticos es realmente compleja, ya lo hemos visto en los casos de Yugoslavia y los países de Europa del este imagínense cuando se trata de países con particularidades tan marcadas como Camboya. Creo que estamos muy lejos de tener una pista cierta. El auge de estos documentales se explica más por la crisis actual con sus luchas por un lado, y por otro por el resurgir de Rusia y la amenaza china a los EEUU que por la sinceridad con la historia.

Nota Dom Mar 15, 2009 2:35 pm
Del documental "El abogado del terror" posteado y al final un comentario posteado por Ricardo Mella:

12
00:01:53,145 --> 00:01:56,012
Algunos dicen que el genocidio
fue un crimen intencionado.

13
00:01:56,949 --> 00:01:57,938
Yo digo que no.

14
00:01:58,951 --> 00:02:02,409
Hubo muertos, hubo hambruna,
pero fue involuntario.

15
00:02:03,756 --> 00:02:08,090
Por el contrario hubo una
represión y tortura condenables.

16
00:02:08,294 --> 00:02:11,092
Pero no sobre millones de personas.

17
00:02:12,231 --> 00:02:17,999
En cuanto al número de muertos,
las fosas encontradas no corresponden

18
00:02:18,170 --> 00:02:20,297
con el número de víctimas
que se dice.

19
00:02:30,983 --> 00:02:35,010
Se cometieron torturas, hubo cosas
inaceptables pero se ha mezclado todo.

20
00:02:35,187 --> 00:02:37,747
Y sin embargo se ignoraron
los bombardeos estadounidenses,

21
00:02:37,923 --> 00:02:41,188
y la hambruna provocada
por el embargo estadounidense.

22
00:02:41,794 --> 00:02:46,197
Mientras que allí se hizo un paquete y
se culpó de todo a los jemeres rojos.

23
00:02:49,019 --> 00:02:54,846
EL ABOGADO DEL TERROR


Ricardo Mella escribió:Es la misma tesis que mantiene Noam Chomsky. Según éste, se han incluído entre las víctimas de los Jemeres Rojos a las innumerables víctimas provocadas por el bombardeo estadounidense y sus desastrosas consecuencias. Por decir esto Chomsky ha sido acusado por la derecha de "defensor de Pol Pot", pero no sé que tiene que ver una cosa con la otra.


Muy interesante debate, después de pasar la caída del muro de Berlin, cerrando la primera ola de la revolución mundial en los 90, y el revisionismo desenmascarado su verdadera esencia de ser la avanzada de la burguesía en las filas del proletariado. Rusia, China, Vietnam, Corea, Albania, Cuba. Y expresándose hoy el surgimiento de una nueva ola de la revolución Mundial en medio de una ofensiva general del Imperialismo y la Reacción Mundial contra el Proletariado y el Comunismo, desarrollando su economía globalizada la misma que esta generando su solución, pues vemos las luchas de los pueblos por trabajo y una sociedad más justa, situación que exige mas y mas que los partidos comunistas se pongan al día en su papel de vanguardia de la clase. Situación Necesaria, de que las experiencias, positivas y negativas sean evaluadas para dar un salto Ideológico y Político para construir una nueva sociedad por medio de la revolución. Camboya es una experiencia política del movimiento comunista que merece ser analizada con objetividad fuera de la campaña perversa de la reacción y el imperialismo que hace todo por desprestigiar toda acción política del pueblo en lucha y principalmente de las revoluciones comunistas.
Veo que el debate esta mas en función de ello: buscar la verdad para que pueda servirnos a sacar lecciones negativas y positivas del proceso comunista. saludo a los c. de tan interesante posición por los hechos de camboya.


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