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El hambre en el mundo explicada a mi hijo (2002)

Largometraje documental, corto documental, reportaje, documental sonoro (no importa el formato)... ya sea en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
El hambre en el mundo explicada a mi hijo
Gerardo Olivares, Larry Levene (España, 2002) [52 min]

Portada
IMDb


Sinopsis:

    “El hambre en el mundo explicada a mi hijo” (2002), una producción española de 52 minutos de duración, dirigida por Gerardo Olivares y Larry Levene y producida por Transglobe Films, que está basado en el libro El hambre en el mundo explicada a mi hijo, del político y sociólogo suizo Jean Ziegler.

    A los 66 años, Ziegler sigue indignándose como cuando tenía 20. Dentro de Naciones Unidas es responsable de la inclusión del Derecho a la Alimentación en la Carta Universal de Derechos Humanos. Los autores de este documental han seguido el texto del libro de Ziegler, que realiza un recorrido pedagógico y divulgativo por la geografía del hambre.

    Somalia, Camboya, la India, Mozambique, el desierto del Sahara, Namibia, Siria, Corea del Norte… son los escenarios principales de una hambruna que, según los expertos, puede ser coyuntural, estructural o crónica.

    El documental analiza, con imágenes estremecedoras, las consecuencias que la falta de alimentos provoca en la población, sobre todo del continente africano, y demuestra que la hambruna además de ser una causa de los desastres naturales o de las guerras, es obra de la mala política de muchos gobiernos.

Comentario personal:

    Retrato: Jean Ziegler, ponente especial de la ONU para el derecho a la alimentación. “El hambre, arma de destrucción masivaen el foro.




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:str: Reproducción:


Nota Mié Dic 24, 2008 5:40 pm
No sé si estoy cruzado yo o que últimamente no escojo bien los documentales, pero a mi no me ha gustado nada.

Hay momentos en los que se nota que lee del libro y ahí se escuchan frases interesantes, pero en general la voz del narrador sólo dice o simplezas melodramáticas o mentiras o falsas verdades. Leyendo el post de EHLibre me entraron ganas de verlo, pero no vi reflejo sobre las opiniones del autor del libro en el documental, salvo cuando habla él mismo o cuando se le cita.

Ejemplos:

- "Malthus predijo una hambruna mundial al desarrollar la hipótesis de que el crecimiento de la población era superior al de los alimentos. Hasta Karl Marx creyó en su teoría. Ambos se equivocaban" (cito de memoria, no es exacto). Con foto de Marx al fondo durante toda la frase (!?). Esta conclusión (tela con la conclusión que no es simple ni ná) parece muy metida con calzador, no venía ni a cuento de nada hablar de Marx en el documental tal y como transcurría, ni tampoco se le vuelve a nombrar para nada. Ya son ganas de decir a viva voz que sí que Marx se equivocaba!!! A veces sorprende el miedo que nos tienen, porque no desaprovechan oportunidad para darnos en las canillas, qué obsesión!

- "El hambre estructural es la peor, sobre todo si se junta ésta con la provocada por catástrofes naturales". Esto ocurre en algunos países, así AL AZAR, que se me vengan a la memoria así a bote pronto... Afganistan, por culpa de la guerra de liberación contra los Soviéticos seguida de 20 años de guerra civil. Y punto. (USA no debe de tener nada que ver con el tema este de Afganistán) y luego Corea del Norte y Camboya. Ahí queda eso!

- Pasa más tiempo describiendo como una abuela de Corea del Norte ha de reeducar su gastronomía por la escasez de alimentos que en exponer las dudas razonables (por no ir más lejos) existentes de que los transgénicos sean la solución al problema del hambre.

- Ni una palabra acerca de la deuda externa, ni del FMI, ni del BM, ni de los monocultivos, ni siquiera de los biocombustibles. Siendo un documental sobre el hambre en el mundo!!!

En fin, espero leerme el libro alguna vez y poder sacarle el partido que no pude sacarle a este documental. Por favor, si alguien se lo ha leído y el libro lleva el mismo sesgo que la película que me avise que ya no lo busco.

Un saludo a todos.

Y a EHLibre muchas gracias por todo el trabajo que se mete para servirnos tanta información y ayudarnos a abrirnos los ojos, a darnos luz y a completar nuestra formación y profundizar nuestros ideales.

PD: Tanto tiempo libre me esté sentando fatal!
Os factos som teimosos e de bom ou mau grado há qué tê-los em conta.

Independência e Sozialismo!

Nota Mié Dic 24, 2008 8:46 pm
NV77 ha escrito

Por favor, si alguien se lo ha leído y el libro lleva el mismo sesgo que la película que me avise que ya no lo busco.


No he visto el documental, porque entre otras cosas el libro (edición de Muchnik Editores, 2000) me pareció muy ambiguo. Es lo único que he leído de Jean Ziegler, y si he de juzgarle por esta obra, no entiendo su prestigio. Me consta que el tipo ha estado cerca de muchos procesos revolucionarios del siglo XX, pero “El hambre del mundo explicada a mi hija” no me pareció mucho más que un publirreportaje de las intervenciones militares humanitarias de la ONU.

Aunque critica a Marx de un modo muy peregrino, como señala NV77, Ziegler conserva uno de los aspectos más débiles de parte de la tradición marxista, la confianza ingenua en el progreso tecnológico como panacea. Da datos interesantes sobre la política de las multinacionales; también sobre los pactos entre los gobiernos corruptos de los países aparentemente “descolonizados” y los de las antiguas metrópoli, pactos que impiden que esos países inicien una política autónoma. Ahora bien, todo eso se queda en la denuncia de unos hombres malvados que “por codicia” y “prejuicios maltusianos” y “darwinistas” no permiten “crear una estructura jurídica internacional, a base de tratados y normas”, para “civilizar la actual jungla del capitalismo salvaje”. Del BM sí habla, mal, porque antepone la ley del beneficio a la solución del hambre, etc., etc.

Como ejemplo de que su planteamiento no es utópico, suelta la siguiente perla: “En el decurso de la historia han ocurrido ya algunos saltos cualitativos análogos. Por ejemplo: el nacimiento del Estado. En una época remota, los hombres hicieron una elección fundamental: entonces, la solidaridad, la identificación con el otro, se limitaba a la familia, al clan, a aquellos cuyo rostro era conocido y cuya presencia física era sensible; con el nacimiento de la nación y el Estado, el hombre se hizo por primera vez solidario de hombres que no conocía y con los que probablemente nunca se encontraría. Acababa de nacer un sentimiento de identidad nacional, unas instituciones de solidaridad, una conciencia suprafamiliar, una ley común”. La burocracia planetaria debe ser el siguiente progreso.

Junto a medidas técnicas y legales, Ziegler también considera que puede contarse la acción revolucionaria. Glosa experiencias como la del gobierno de Thomas Sankara en Burkina Faso, la de Unidad Popular en Chile o la de los sandinistas en Nicaragua. Pero lo hace ambiguamente, a la vez que las glosa las lamenta:

-Seguramente Sankara se ha convertido en un ejemplo a seguir.

-Desgraciadamente sí.

-¿Por qué desgraciadamente?

-Porque levantó una gran esperanza… Había que matar al profeta… Thomas Sankara murió como Salvador Allende: asesinado por militares autóctonos teledirigidos desde el extranjero… Con Sankara, la esperanza fue asesinada. El país se ha normalizado: ha vuelto la corrupción y con ella la dependencia extrema del extranjero…


Todo esto suena muy bonito y peliculero, y precisamente ese es el problema del libro, que pone cuentos para llorar de héroes peliculeros (Allende, Sankara, etc.) donde debería haber análisis orientados a retomar el esfuerzo -peor aún, no saca de las revoluciones otra lección que una historia de martirio crstianoide ("había que matar al profeta", etc.). Por cierto, lo estoy repasando ahora y Fidel Castro, salvo error por mi parte, no aparece en todo el libro. Una denuncia al bloqueo de Iraq –interpretado como medida de presión para que la población se levantase contra el gobierno de Saddam Hussein (el libro es de 1999)- viene acompañado por la inevitable mención de que el bloqueo no afectaba a Saddam y su familia porque “¡viven como rajás! El clan de los takriti, que ocupa todos los puestos de poder, vive en el lujo”. Vamos, que lo malo del bloqueo de Iraq debió ser ‘su ineficacia’, y haber acudido a él en vez de a medidas más selectivas, como la intervención de James Bond liquidando a Saddam. En el momento en que escribe Ziegler, no tiene a la vista héroes que le satisfagan, y las medidas revolucionarias sólo son traídas a colación para hacer un elogio sentimental: “Desgraciadamente, todos los ejemplos de acción revolucionaria que conozco pertenecen al pasado”. Y en vez de ponerse a remediar esa presunta situación, se pone a llorar. O más bien...

A falta de revolucionarios que le satisfagan, a Ziegler sólo le queda que la ONU tenga más poder, incluido el militar. Va uno de los párrafos del libro que más me petrificó de que lo leí, referido al hambre que creaba en Somalia ‘la guerra civil’:

-¿Qué hacen los países democráticos para salvar a los niños somalíes?

-Por absurdo que parezca, no pueden hacer gran cosa. Acuérdate de que el presidente americano George Bush (padre) hizo desembarcar un cuerpo expedicionario en Somalia hace más de ocho años (escrito en el año 2000). Su función era velar por la distribución de los víveres y proteger a los barcos, a los camiones y a los jóvenes de la Cruz Roja, de la Media Luna Roja y del ACNUR, encargados de transportar y de distribuir los alimentos y los medicamentos… Los soldados americanos fueron abatidos por decenas, y los de los otros contingentes también… Finalmente tuvieron que arriar las velas y dejar a su suerte a los somalíes más pobres y necesitados…

-¿Por qué los soldados americanos no lucharon?

-… Los señores de la guerra causaron perdidas insoportables a los soldados extranjeros y como, además, estos morían delante de las cámaras de televisión, la opinión pública norteamericana exigió la repatriación inmediata de sus tropas.

-Pero la ONU y las organizaciones humanitarias, ¿qué hacen?

-La ONU ha hecho e intenta continuar haciendo todo lo que está en sus manos… Intenta incansablemente hacer razonar a los clanes hostiles, pero el resultado es nulo. Por eso hoy en día volvemos a tener esa hecatombe de víctimas, esa hambruna que mata y que, con un mínimo de colaboración entre los señores de la guerra y la ONU, se podría combatir de manera eficaz.

-¿Bastaría con que… quisiesen colaborar con los funcionarios de las Naciones Unidas, con los expertos internacionales, con Médicos Sin Fronteras…?

-Nada es tan fácil y menos en África. En el drama somalí encontramos prácticamente todos los ingredientes de las catástrofes: … guerras fraticidas… inestabilidad institucional… catástrofes… falta de carreteras… y rechazo de colaboración con la ONU y las organizaciones caritativas, entre otros.


Unas palabras que resultan especialmente irónicas leídas en la actualidad, dónde con el pretexto de evitar los secuestros de unos “piratas somalíes” que por lo visto no tienen más recursos que lanchas y metralletas, se está congregando en el Mar Rojo, a tiro de piedra de tantos y tantos yacimientos estratégicos, un despliegue militar que proporcionalmente deja chico al de Lepanto.

Volviendo a Ziegler, me deja estupefacto que pase por radical y antisistema un tipo que mide la falta de compromiso de Occidente para acabar con los males del mundo por la falta de voluntad para apoyar intervenciones militares “civilizadoras” en todo el planeta. (No falta la crítica de boquilla a las misiones que son 'por avaricia' y no 'humanitarias', como la de Iraq -"por petróleo sí intervienen", etc-; pero hacer esa distinción es ya un defecto, porque aunque las monas militaristas y de soberbia occidental se vistan de seda humanitaria, monas se quedan).

Con estas palabras, Ziegler se pone, a mi juicio, en la estela de los Mendiluce, Kouchner, y compañía, con sus exhibiciones selectivas de miserias sociales en el quinto pinto para hacer chantaje sentimental a los espectadores televisivos, echándoles en cara su falta de voluntad para apoyar intervenciones militares –subliminalmente, echándoles en cara lo poco machos que son-. Se pone en la estela de la estrategia tan intensamente utilizada por los medios occidentales para justificar la intervención militar en Yugoslavia.

Dónde debería haber análisis –y denuncia del sistema económico que lleva a esta situación, del que somos cómplices todos y no sólo los ricos con chistera- hay un cutre mercadeo de imágenes de seres humanos reducidos a la condición de víctimas de la “falta de civilización”.

El caso es que Ziegler ya no ve héroes revolucionarios, pero sí ve héroes, las organizaciones humanitarias occidentales –“Acción contra el Hambre, organización humanitaria de un compromiso ejemplar”-: supongo que como se dejan asesorar por él, si que le parecen heroicos estos tinglados de export-import de los profesionales universitarios occidentales a los que el sistema no puede ocupar en su lugar de origen –esas válvulas de escape de la burguesía excedentaria-. Se une asi al discurso que, ante el "fracaso de la política", nos anima a hacer algo eficaz por los 'desfavorecidos', lejos de 'dogmas'.

No es de extrañar el éxito del libro de Ziegler: resultará grato a todos esos ‘profesionales de la solidaridad’ verse en posición de hacer el trabajo que no pudieron hacer las lloradas víctimas del sistema que los financia; gracias a que existieron esas víctimas, ellos pudieron gozar de los privilegios de una formación que ponen ahora “al servicio de los necesitados”. No es de extrañar tampoco, entonces, que les guste alguien que, como el clero, desprestigia las explicaciones darwinianas.Y mientras, el sistema contento de tener misioneros en tierra de infieles…

Habría que ver si Ziegler piensa lo mismo ocho años después. Pero lo que pensaba cuando escribió este libro me parece muy poco interesante.

Nota Jue Dic 25, 2008 6:20 pm
He visto a Ziegler en otros documentales ("Voces contra la Globalización", "Nosotros alimentamos el mundo") y sólo tiene que soltar el argumento de que en el planeta se produce alimento para doce mil millones de personas para justificar su presencia, si hay hambre es porque así lo quieren los que mandan. A mí me parece un tipo sincero en sus planteamientos (algunos mejores que otros) que simplemente intenta que su mensaje llegue, teniendo un escaparate como la ONU es de coña que su mensaje no haya llegado más, pero es que así quieren también a la ONU.

Quizá sólo esté dispuesto a todo con tal de que no mueran más niños.

Nota Jue Dic 25, 2008 11:19 pm
Muchas gracias por la información y por todos tus comentarios Perestroiko. Creo que me ha quedado claro que mejor ocupo mi tiempo leyendo otros libros.

Ivanjoe lo que dices no digo que no pueda tener su validez (desconozco la carrera de este señor como desconozco casi todo) pero la historia nos demuestra demasiadas veces que incluso con buena voluntad de inicio, caer en las trampas ideológicas del capitalismo no es ningún atajo para cambiar el mundo. Quizás porque no hay atajos para cambiar el mundo. Quizás porque la única forma de cambiarlo es enfrentándose a él con nuestras propias armas y no con las suyas. Porque ofrece mayor capacidad de cambio real una revolución fracasada que diez reformas exitosas. Son más poderosos, lo tienen todo en su poder. Sólo siendo creativos y tercos en la lucha conseguiremos derrotarlos.

Sé que es fácil opinar y más difícil actuar. Porque cuando ni tan siquiera ves la luz al final del túnel nunca tienes muy claro si caminas en la dirección correcta. Nunca sabes si con cada paso te acercas o te alejas de la salida. Por eso sólo reclamo honradez en las posturas y en las decisiones, pero desde luego sí sé que la mojigatería en los planteamientos no es la respuesta correcta. La historia nos lo enseña. Y reclamo siempre la unidad de quienes tenemos claro nuestro enemigo común y con honestidad intentamos derrotarlo, cada uno a su manera y en la medida de sus posibilidades. Lo que ocurre es que este señor (al menos es la imagen que me deja el documental) nos presenta un enemigo difuso. Que es precisamente la mayor arma de la burguesía ultracapitalista, que se esconde tras una fachada de democracia sonriente y bienpensante. Aprendieron que imponiendo con sistemas totalitaristas quedaban muy expuestos, y que tarde o temprano el pueblo se cansaba de obedecer dogmas absurdos. Ahora nos dejan elegir la cara del comercial que nos vende el producto (incluso hasta su color ya nos permiten decidir). Y no nos ordenan, nos teledirigen. Convenciéndonos de lo irremediable de las miserias y las injusticias. Y a eso sabe este documental. No parece que yo, que nosotros, y este señor tengamos el mismo enemigo en mente.
Os factos som teimosos e de bom ou mau grado há qué tê-los em conta.

Independência e Sozialismo!

Nota Dom Oct 24, 2010 6:58 pm
fuente: http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=2875&lg=es

original en francés: http://www.elwatan.com/spip.php?page=ar ... icle=68743


Retrato: Jean Ziegler, ponente especial de la ONU para el derecho a la alimentación

“El hambre, arma de destrucción masiva”


Portada



Hamid Tahri. Periodista del diario independiente argelino El Watan.

El Watan // 24 de mayo de 2007

Traducido por Caty R., miembro de los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate.



"Un político piensa en las próximas elecciones;
un estadista, en la próxima generación"

Freeman Clarke



Cien mil personas mueren de hambre o por sus secuelas inmediatas todos los días a pesar de que la FAO señala que la agricultura mundial, con la capacidad actual de producción, podría alimentar sin problema a 12.000 millones de seres humanos, es decir, el doble de la población actual.

Conclusión: “La muerte por hambre de cualquier niño no es una fatalidad, es un asesinato. Y el futuro es siniestro”. Ésta es el acta que levanta Jean Ziegler, sociólogo y ponente especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación. Pero Ziegler no se limita a estas afirmaciones y libra una guerra contra las multinacionales privadas a las que acusa de mantener el hambre, destruir la naturaleza y socavar la democracia. Esta toma de posición está consignada en su libro l’Empire de la honte ("El imperio de la vergüenza") donde el autor fustiga el mortífero orden mundial “que causa la vergüenza no sólo en los países de sus víctimas, sino también entre nosotros, los países occidentales dominadores, que somos cómplices de esta hecatombe, conscientes, informados y sin embargo silenciosos, cobardes y paralizados”. En realidad designa al imperio de las multinacionales privadas dirigidas por los “cosmócratas” [1] de las cuales las 500 más poderosas controlaron en 2004 un 52% del producto mundial bruto, es decir, de todas las riquezas producidas en el planeta.

Jean Ziegler es conocido por ser un agitador consumado. Suizo, ensayista, ponente de la ONU para el derecho a la alimentación, bestia negra de los estadounidenses y gran admirador de los filósofos de las Luces, cercena desde hace 30 años el orden mundial. Ni siquiera la ONU, para la que trabaja, se libra de sus críticas. “Hoy la Organización está por los suelos. El Secretario General está maniatado. Los estadounidenses dictan sus leyes. La ONU ha vuelto a definir la tortura que ya no será sinónima de dolor sino que se reducirá al concepto de mutilación permanente; posibilita la guerra preventiva haciendo una nueva definición del artículo 51 [2]; la ayuda al desarrollo ya no es una obligación internacional, puesto que se elimina cualquier referencia al famoso 0,7% del producto interior bruto y se deja en manos del “humanitarismo”; el Programa Mundial de Alimentos ha reducido su presupuesto en un 30% entre 2003 y 2005. Resumiendo, en los puntos esenciales: derechos humanos, seguridad colectiva y ayuda al desarrollo, la ONU ha fracasado”.


Revolucionario o rebelde

Subversivo, abiertamente provocador, excesivo, Ziegler tiene este comportamiento desde su juventud burguesa, influido también por el “abate Pierre” [3] a quien conoció a finales de los años cincuenta en París: “Desde la primera conversación me impresionó profundamente para toda la vida; es un hombre de una inteligencia formidable y un radiante calor humano. Es uno de los raros cristianos dignos de este nombre que he conocido”.

A los 20 años Ziegler se declaraba alérgico a cualquier coacción impuesta por una jerarquía y manifestaba que toda forma de obediencia le daba urticaria. Después recibió la influencia de la revolución cubana a la que se suscribió y que indudablemente influyó en sus actuaciones posteriores. “Conocí al Che a Cuba. Y cuando la última vez, de paso en Ginebra donde residió, fui a verlo y le pedí una autorización para emigrar a Cuba, desde la cumbre de la colina del Grand-Saconnex me mostró la ciudad de Ginebra y me dijo: ‘¿Ves esta ciudad? Aquí está el cerebro del monstruo, es aquí donde debes luchar’. ¡Me sentí insultado, obviamente! Creía que el Che me tomaba por un pequeñoburgués a quien la revolución cubana no necesitaba. Pero hoy sé que el Che tenía razón. Que me opuso una negativa con su voz irónica y cálida por amistad y por su exacto conocimiento de la estrategia del combate”.

En otro plano Ziegler cuenta que la pareja formada por Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre le ayudó a iniciarse en el dominio de la escritura y recibió de ellos el armazón teórico de su combate. Al publicarle, cuando volvió del Congo, su primer texto en la revista Les temps modernes y corregirlo de su mano, Sartre le abrió las puertas del mundo editorial parisino. “Me enseñó la escritura. Gracias a él comprendí que un libro podía ser un arma para ayudar a cambiar la conciencia de los hombres”. Ziegler, el ácido viajero, también utiliza este arma en sus libros, donde menciona a menudo “la agonía del derecho”, donde explica el porqué de la infinita guerra preventiva, la agresividad permanente de los amos, la arbitrariedad y la violencia estructural que reinan por doquier. La mayoría de las barreras del derecho internacional se desmoronan. Los cosmócratas pasan por encima de cualquier ley. Y todavía más, Ziegler sitúa la sede de toma de decisiones de las Naciones Unidas “en el sótano de la Casa Blanca”. Esta afirmación, que puede parecer excesiva, es reivindicada por su autor que se apoya en una larga argumentación para justificarla. “La guerra de Iraq, sostiene, es la ilustración más poderosa. Esta guerra se hizo violando totalmente el derecho internacional. Las grandes sociedades petroleras texanas fueron creadas por Bush y su gobierno; y puesto que sus fortunas vienen de allí, que Condoleezza Rice estaba en Chevron, que Dick Cheney era el presidente de Halli Burton, querían controlar las segundas reservas petroleras del mundo. Así que perpetraron el atraco a Iraq en marzo de 2003 presentando un argumento que era una pura mentira desde el principio, incluso según la CIA. Es el imperio contra las naciones, la arrogancia contra la razón, la fuerza contra el derecho”.

Lo que Ziegler califica de arma de destrucción masiva es el hambre que golpea a los países más pobres. Su experiencia en la ONU le ha abierto todavía más los ojos ya que ha viajado a las cuatro esquinas del mundo y ha podido comprobar el terrible desamparo de la mayoría de las poblaciones. Sobre el terreno reconoce la impotencia de la Organización mundial por varias razones: “Está amenazada por la burocracia, con sus 62.000 funcionarios, por su ineficacia en algunas grandes crisis como Srebrenica o el genocidio de Ruanda; todo eso es imperdonable. La Carta contiene los elementos esenciales de la civilización: la seguridad colectiva, la justicia social planetaria y los derechos humanos. Ahora bien, estos tres pilares están maltrechos por la unilateralidad del actual régimen estadounidense que niega la seguridad colectiva en Iraq, envía a Wolfowitz al Banco Mundial (con el escándalo que últimamente salpicó a esta institución) y denuncia el convenio sobre la tortura a pesar de que los estadounidenses lo firmaron”.


Suiza lava más blanco

“En cuanto al hambre, si los países industrializados eliminaran las subvenciones para la exportación de sus productos agrícolas, el dumping cesaría. Sería necesario también eliminar la deuda. Los 122 países del Tercer Mundo, donde viven tres cuartas partes de la humanidad, están agarrotados por una deuda externa de 2.100 mil millones de dólares que impide toda inversión social”.

En 2003 se autorizó a Ziegler a acceder a los territorios palestinos bajo control. Fue la primera vez que Israel dio luz verde a un ponente especial de la ONU para el derecho a la alimentación. El informe de Ziegler es demoledor para el estado hebreo. En un opúsculo de veinticinco páginas, sin irse por las ramas, demuestra con ejemplos rotundos que Israel, en paralelo con las ofensivas militares asesinas, utiliza el arma silenciosa del hambre, de la muerte lenta. Que esa política de destrucción y cerrojos que ha dejado la economía por los suelos, que impide que la gente vaya a trabajar y que los campesinos acudan a sus tierras “es directamente responsable de la lenta agonía del pueblo mártir de Palestina”. Los miembros de la misión dirigida por Ziegler estaban igualmente escandalizados: “Mientras los medios de comunicación hablan con una regularidad machacona de los asesinatos selectivos y los atentados suicidas, no dicen nada de esta tragedia sorda, lenta; de la grave desnutrición que está destruyendo a una gran parte del pueblo palestino”.


Bush el perdonavidas

Las autoridades israelíes obviamente no aceptaron el contenido, que juzgaron “políticamente sesgado”, y acusaron a Ziegler de haber hecho un ataque político que no llevaba a ninguna parte. “United Nations Watch”, próximo a las tesis sionistas, acusó a Ziegler de actuar con criterios subjetivos que no tenían relación con la potestad que le confiere su puesto y de servirse de su posición en las Naciones Unidas como una tribuna política para atacar a Israel. Esta asociación pide, ni más ni menos, al Secretario General de ONU y a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Louise Arbour, que destituyan a Ziegler. United Nations Watch es una ONG con sede en Ginebra que se dice concernida “por la justa aplicación de la Carta de las Naciones Unidas”. Está controlada por un consejo de administración compuesto de representantes del congreso judío mundial y antiguos representantes del gobierno de Estados Unidos.

Ziegler también aboga para que se establezca el derecho al agua dentro del derecho a la alimentación. En su libro La Suisse lave plus blanc ("Suiza lava más blanco"), Ziegler denuncia la hipocresía de los dirigentes y especialmente de los suizos, que han endurecido las leyes para los extranjeros y el derecho de asilo. “Suiza es una vergüenza absoluta. Es muy grave también para Europa que se admita semejante ley. Si una república como ésta puede votar una ley fascista es que algo se ha podrido en la conciencia colectiva”, resume. “Europa, añade, se ha convertido en una fortaleza hostil para los pueblos del Tercer Mundo al reducir masivamente el derecho de los demandantes de asilo. ¡Se viola la Convención de 1951 de la ONU sobre los refugiados pero nadie mueve un dedo!

Cuando menciona el terrorismo, declara que el terrorismo de estado es tan detestable como el terrorismo grupuscular de la Yihad islámica o de otros locos sanguinarios de este tipo. “Son las dos caras de una misma crueldad y ambas son igual de reales puesto que Bush mata y Bin Laden mata”.

A un periodista que le preguntó si no era suficiente ejercer su oficio de profesor y vivir cómodamente en vez de la agitación por la gente que lucha por la supervivencia, le respondió que le gusta enfrentarse a los retos. Como consecuencia de haberle retirado su inmunidad parlamentaria dice: “Tengo muchos pleitos a la espalda. Financieros internacionales, especuladores, traficantes y abogados corruptos me reclaman sumas colosales. Me endeudo, intento resistir y sigo escribiendo. La salida de estas batallas es incierta. He conocido derrotas peligrosas y traiciones, pero también mucha solidaridad que me calienta el corazón y me da valor”.





Trayectoria

Jean Ziegler nació el 19 de abril de 1934 en Suiza donde su padre trabajaba de juez. Después de estudiar en Berna, en 1953 se instaló en París donde se matriculó en el Instituto de Estudios Políticos y en la Facultad de Derecho. Escribió su primer libro a los 29 años, La Contre-révolution en Afrique ("La Contrarrevolución en África"). En 1990 publicó La Suisse lave plus blanc ("Suiza lava más blanco"). Personalidad de izquierda, sus posiciones y su voluntad de informar (o de desinformar, según algunos) sobre temas espinosos le acarrean numerosas críticas. Sus escritos le causan muchos pleitos por difamación. Le Bonheur d’être Suisse ("La suerte de ser suizo") es la cuarta obra de Jean Ziegler y la más personal. Entre los libros que escribió destacamos: Sociologie et contestation (1969) ("Sociología y contestación"), Main basse sur l’Afrique (1978) ("Meter mano en África"), La Victoire des Vaincus, oppression et résistance culturelle (1988) ("La victoria de los vencidos, opresión y resistencia cultural"), La Faim dans le monde expliquée à mon fils (2000) ("El hambre en el mundo explicada a mi hijo"), Les Nouveaux maîtres du monde et ceux qui leur résistent (2002) ("Los nuevos amos del mundo y los que resisten") y finalmente, L’Empire de la honte (2005) ("El imperio de la vergüenza").





Notas al pie de página

    [1] Cosmocracia: http://www.diarioinformacion.com/seccio ... cia=627828

    [2] Artículo 51 de la Carta Fundacional de las Naciones Unidas: “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.

    [3] http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Grou%C3%A8s
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