RebeldeMule

El pan nuestro de cada día
Nikolaus Geyrhalter (Austria, 2005) [92 min]



(wikipedia | filmaffinity)

"Nuestro pan de cada día" refleja el día a día de todo el proceso de industrialización y mecanización a la que ha sido sometida la ganadería y la agricultura en un país desarrollado.

oops1 en DXC escribió:En el documental el "trabajo físico" ha desaparecido prácticamente. En unas secuencias de planos cuidadosamente elaboradas, Nikolaus Geyrhalter nos muestra en Unser Tägliches Brot (El pan nuestro de cada día) robotizados flujos de producción en las fábricas, granjas y mataderos de Europa, en los que el trabajo humano no es ni indispensable, ni apenas necesario.

Un estudio sobrio sobre la industria alimenticia en el que Geyrhalter también confía en el poder de las imágenes. Sin palabras, sin incriminar ni culpar, reproduce la monotonía estéril de una fría maquinaria de producción que convierte a seres vivos en alimento. Aquí tampoco se intenta moralizar ni señalar con el dedo, sino, tal y como afirmó en una discusión con el público: "tan sólo dar testimonio de un fragmento de nuestra civilización".

Guión: Nikolaus Geyrhalter, Wolfgang Widerhofer.
Fotografía: Nikolaus Geyrhalter.
Productora: Nikolaus Geyrhalter Filmproduktion.

 El pan nuestro de cada día (Unser täglich Brot) (Nikolaus Geyrhalter, 2005).avi  [699.25 Mb]

 Descargar con Telegram desde RebeldeMule_Documentales

Subtítulos: No son necesarios. El documental carece de narración o explicación alguna, tan solo el sonido ambiente de cada uno de los lugares.

Documanía TV

El pan nuestro de cada día (Unser tägliches Brot, 2005) es un documental de Nikolaus Geyrhalter en el que el "trabajo físico" ha desaparecido prácticamente y en el que, mediante unas secuencias de planos cuidadosamente elaboradas, se nos muestra robotizados flujos de producción en las fábricas, granjas y mataderos de Europa, en los que el trabajo humano no es ni indispensable, ni apenas necesario.

Un estudio sobrio sobre la industria alimenticia en el que Geyrhalter también confía en el poder de las imágenes. Sin palabras, sin incriminar ni culpar, reproduce la monotonía estéril de una fría maquinaria de producción que convierte a seres vivos en alimento. Aquí tampoco se intenta moralizar ni señalar con el dedo, sino, tal y como afirmó en una discusión con el público: "tan sólo dar testimonio de un fragmento de nuestra civilización".