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En el mismo barco (Rudy Gnutti, 2016)

Largometraje documental, corto documental, reportaje, documental sonoro (no importa el formato)... ya sea en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
En el mismo barco
In the Same Boat
Rudy Gnutti (España, 2016) [72 min]

Portada
IMDb
(filmaffinity)


Sinopsis:

    [fuente] Documental que habla de cómo este barco, metáfora de nuestra civilización, tiene delante una oportunidad única: los avances tecnológicos podrían ser la clave para conseguir un mundo mejor y más justo, pero, si no aprendemos a administrarlos, y no reorientamos el timón de este barco, el futuro podría ser amenazado. El film escucha a los especialistas más importantes y a personajes tan emblemáticos como Zygmunt Bauman o el ex presidente de Uruguay, José Mújica, pero no deja de atender también los testimonios de la gente común, de todos nosotros.

Comentario personal:

    No lo he visto, pero parece promover una nueva socialdemocracia en un coletazo tardío y más sombrío de lo que fue el movimiento antiglobalización: renta básica, impuestos a las rentas altas, educación de calidad, "emprendimiento" con acento social; redistribución al fin. Claro que programáticamente son propuestas que si tienen más ambición pueden servir de palanca.

En "¿En el mismo barco?", en Enredadas en el Barrio, el 14 de abril de 2017, se escribió:El documental habla de la crisis económica, social y política que estamos viviendo, está dividido en cinco capítulos que tocan temas como la globalización, la desigualdad, la mecanización del trabajo, la renta básica… Un barco, metáfora de nuestra sociedad, va desplazándose entre hielos y glaciares que se desmoronan, suponemos que por el cambio climático, un “locutor” va leyendo un texto que hace de hilo conductor y va dando paso, por una parte a discursos de especialistas y expertos en economía, sociología, política…, y por otra a conversaciones informales en la calle con trabajadores y gente común de distintas partes del mundo. [...]

Ariadna Trillas, en "En el barco todos, sin capitán", en Alternativas Económicas, nº 35, el 31 de marzo de 2016, escribió:En el barco, las preocupaciones no son tan distintas: ¿hay alguien al timón, más allá de la trepidante globalización? El vacío que deja la respuesta da vértigo.

El músico Rudy Gnutti ha recorrido literalmente medio mundo durante un par de años intentando cazar este interrogante. El resultado es un magnífico documental, "In the same boat". Verlo le deja a uno tan consciente de la tozuda interdependencia de la humanidad como del escaso suelo que baila bajo nuestros pies.

Con Dumas y el lema de sus mosqueteros (“uno para todos, todo para uno”) aprendimos que despreciar la solidaridad es quedarse colgado de la competencia y la suspicacia. ¿Demasiado utópico? Gnutti no teme la utopía. Al contrario, se nota que la utopía misma ha sido el punto de partida de su trabajo, y el proyecto sedujo al cineasta Pere Portabella como productor y al sociólogo Zygmunt Bauman como coimpulsor.

Desde la pantalla, Bauman, inventor del concepto "sociedad líquida" y seguido hoy por muchos jóvenes casi como una estrella de rock, explica cómo se han ido desacoplando la élite económica y su fuerza laboral, el crecimiento y el trabajo. Hace tiempo que terminó la monotonía del fordismo a cambio de estabilidad. Hoy, la mayoría de trabajadores siguen localizados, pero sus jefes viajan: no sólo en avión, pues se mueven también con los dedos, decidiendo a golpe de clic adónde mover el capital en función de la guerra que les dé la plantilla.

Las deslocalizaciones, la amenaza de la informatización del trabajo, la creciente desigualdad, la relación entre ésta y la innovación, el divorcio entre política y economía, el impacto de la tecnología, el empobrecimiento de la clase media y baja o el sentido del enriquecimiento de grandes compañías gracias a determinados avances tecnológicos (Internet, GPS, teléfonos inteligentes), alimentados de fondos por el contribuyente, son algunas de las muchas teclas que Gnutti toca en el documental. Para él ha entrevistado, además de a Bauman, a Tony Atkinson, Rutger Bregman, Erik Brynjolfsson, Mauro Gallegati, Nick Hanauer, Serge Latouche, Mariana Mazzucato, Daniel Raventós y José Mújica.

"In the same boat" viene a ser un manifiesto de cuidada estética contra el “no hay alternativa” de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher. Su mensaje poderoso radica en las propuestas. Es un grito a la acción, pero sobre todo al quién va a actuar. Porque, insiste Bauman, necesitamos instrumentos globales para retos globales, desde el terrorismo hasta el cambio climático. “Aún podemos hacerlo. No es un futuro inevitable, la cuestión no es qué hacer ni cómo hacerlo, sino quién”, subraya.

Una salida sobre la que reflexiona la película es la renta básica, que explica el economista Raventós. Otra, el reparto del trabajo. “Trabajar menos para que podamos trabajar todos”, afirma el director del documental. O el decrecimiento (Latouche nos habla de un mundo en el que “7.000 millones de ranas, que es lo que somos, están a punto de hervir”), porque mucho tiene que ver con nuestro estilo de vida. El ex presidente uruguayo José Mújica lo ilustra así: “Hoy los jóvenes tienen trabajos de seis horas... pero tienen dos [trabajos] porque necesitan plata para pagar la motito y el cochecito...”.

El trabajo se va y los trabajadores se quedan atrás, en un mundo en el que los políticos ya no hablan de pleno empleo como lo normal y de des-empleo como algo anormal. Hoy, si no existen empleos, son términos redundantes, prescindibles.


Ficha técnica


Intervenciones:


Idioma original: Inglés.





TDTRip VO - AVI [1.09 Gb] (fuente: emule)
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
General
Nombre completo : Punt de mira - In the same boat - Rudy Gnuti - 2016 [RIP TDT BTV VOSC per a rucatala.org] Per Teucre & Borinot.avi
Formato : AVI
Formato/Info : Audio Video Interleave
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Duración : 1 h 14 min
Tasa de bits general : 2 107 kb/s
Aplicación de codifición : VirtualDubMod 1.5.4.1 (build 2178/release)
Librería de codificación : VirtualDubMod build 2178/release

Vídeo
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Duración : 1 h 14 min
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Josep Torrell, en "En el mismo barco (In the Same Boat)", en Mientras Tanto, el 22 de noviembre de 2016, escribió:Pere Portabella-Films 59 produjo un conjunto de tres películas a partir de la crisis del consenso de 1978. La primera fue "No estamos solos", de Pere Joan Ventura (el entusiasmo de ver la lucha creciendo en muchas partes). La segunda fue "Informe general II: El nuevo rapto de Europa", del propio Portabella (los nuevos temas por los que será necesario luchar). Y la tercera ha sido "En el mismo barco", del músico Rudy Gnutti.

La tercera se ha estrenado ahora. La fama de los académicos juega a favor de la película, aunque es su punto oscuro. Como observaba Gerardo Pisarello en el estreno/debate en Barcelona, si se hubiese pedido la opinión de los hombres y las mujeres que sufren las consecuencias de la crisis, el panorama sería mucho más negro y desesperado. No es lo único discutible: el olvido más grave es el de la feminización de la pobreza y las discriminaciones por género en el impacto de la crisis. La mención que se hace a la crisis ecológica es ciertamente grave y pesante, pero hace alusión a uno solo de los factores que originan la imposibilidad del crecimiento económico. Los límites demográficos son obviados, así como tampoco se alude a la sequía y la crisis agroalimentaria (a no ser por un ejemplo que tiene que ver con la muerte por éxito). Las medidas que promueve la películas son dos: trabajar menos para trabajar todos y la renta básica universal (que no es una medida milagrosa, porque puede ser la definitiva voladura del estado del bienestar). Pero como soluciones hay que constatar que también se quedan cortas. Las intervenciones de Zygmunt Bauman, José Mujica o Serge Latouche se recuerdan porque incitan a pensar al espectador. También, quizás, porque son las menos académicas y, por ello, las más políticas.

Sin embargo, la lista de olvidos lamentables no parece ir en contra de "En el mismo barco". Viendo la reacción del público, más bien se diría lo contrario. La película no se juzga como tal, sino más bien como un auténtico cahier de doléances, en el cual simplemente hay que anotar lo que falta. En este sentido, se pasa por alto pudorosamente que estamos ante una película, y "En el mismo barco" funciona como una excusa ideal para el debate. Pero, para ello, es preciso escoger dónde exhibirla. Porque está bien que la película se pase en salas comerciales, pero no basta. Es necesario hacerlo allí donde realmente está el público interesado: en los colegios, en las universidades, en los foros que se plantean idénticos problemas y, por supuesto, donde están las víctimas de la crisis que buscan alternativas a ella.

Las tres películas citadas son un buen punto de partida para hacer algo que estaba a punto de desaparecer de la vida pública: el discutir y buscar alternativas en común.

Rudy Gnutti, en "En el mismo barco y en un mundo nuevo", en Sin Permiso, el 26 de noviembre de 2016, escribió:“Estamos en el mismo barco”, dijo Zygmunt Bauman, y él no sabía que yo pensaba titular inicialmente la película "E la nave va". Fue la primera señal de algo que entendería sólo más tarde y que intento resumir en estas pocas palabras: estaba realizando una película sobre un “sentimiento” que preocupaba a la mayoría de la gente, en Barcelona, en Roma, en Londres, en New York, en México o en China.

Hoy estamos realmente muy conectados y la tecnología nos brinda la posibilidad de que las cosas vayan mucho mejor que nunca, pero por gran contraste ¿por qué parece que vamos decididamente hacia el abismo? Fue otra vez el profesor Bauman quien me dio la clave. Me escribió en enero de 2016, después de haber visto el corte final de la película en su casa: “Rudy, este trabajo es tremendamente necesario, es una profecía, bajaré dentro de unos días a Barcelona, tu organiza un evento”. La noticia me dejó de piedra, por una lado era un honor oír estas palabras en boca de uno de los pensadores más veteranos del siglo que, como él dice en un momento de la película, “he vivido demasiado años y una mirada atrás es un cementerio de esperanzas”, pero por otro estaba fuera de cualquier óptica de la industria cinematográfica organizar una presentación de una película no acabada del todo. Después de meditar atentamente la propuesta con los otros dos productores del film, Pere Portabella y Joan Bosch, decidimos aceptar la propuesta del profesor Bauman. Presentamos la película el 17 de febrero en el museo Macba de Barcelona. El éxito mediático del evento fue espectacular, "me estoy convirtiendo en una rock star", me dijo sonriendo el anciano profesor.

Este mismo día, en el Macba de Barcelona, ocurría otra cosa que me tenía preocupado, el profesor Daniel Raventós veía por primera vez el corte final del film, después de dos años de haber aguantado mis dudas sobre uno de los argumentos clave de la película, la Renta Básica. Mis preocupaciones eran más sobre la forma que sobre el contenido. Yo estaba convencido que exponer la tesis sobre la distribución de la riqueza desvinculada del trabajo intentando utilizar un lenguaje sencillo, poco académico y para nada militante, era la clave de mi proyecto. Mi preocupación era que el profesor Raventós y el resto de los componentes del colectivo de la RB, después de haber estudiado esta propuesta y pensado tantos años sobre el lenguaje que es preferible utilizar para promulgar esta idea en la forma más eficiente y clara, aceptaran el discurso narrativo que había utilizado en el film. Pues tengo que reconocer que no encontré ninguna objeción, al contrario, a Daniel, ya un amigo, le pareció bien mi propuesta de que el capítulo "new ideas" lo protagonizaran un estudioso sobre el tema como él, acompañado del joven historiador holandés Rutger Bregman. Rutger crea un empatía extraordinaria con los espectadores más jóvenes y menos comprometidos políticamente.

El profesor Raventós y el activista mexicano por la Renta Básica y representante de la CEPAL en México, Pablo Yanes Rizo, me invitaron a presentar el film en el simposio internacional de la RB en Méjico, organizado por el Senado de aquel país y por la CEPAL. Muy recientemente, también fui invitado al XVI Simposio de la Renta Básica en Bilbao, al que asistieron muy interesantes panelistas como Sara Berbel, Iñaki Uribarri, Juan Carlos Monedero, Carme Porta, David Casassas, Helena Franco... México y Bilbao: dos realidades diferentes y dos maneras de ver el trabajo y la vida casi antitéticas. Después de la proyección en una sala del Senado de México, me vinieron a felicitar una familia de campesinos que venía de una aldea de montaña. En este momento me di cuenta que la RB tenía un impacto muy distinto dependiendo del lugar geográfico y que era casi imposible prever la verdadera dimensión de la reforma.

Una realidad muy distinta es la que encontré en Bilbao. Una ciudad que ha vivido una transformación espectacular en los últimos 30 años. A pesar de haber sido una importante ciudad industrial, se ha trasformado en una ciudad moderna donde ha crecido el sector de servicios y el turismo. Esta reconversión ha significado, evidentemente, una disminución paulatina de la clase obrera tradicional. Bilbao era otra prueba importante para mí. Creía que para activistas, intelectuales, sindicalistas, feministas... que llevan muchos años luchando y debatiendo sobre esta idea, no sería fácil entender un punto de vista tan poco militante. Además, la proyección se hizo justo después de un debate intenso entre partidarios de la RB, como los economistas Jordi Arcarons y Lluís Torrens, y un defensor del llamado “trabajo garantizado” como es el también economista Eduardo Garzón.

Estoy convencido que el elemento realmente innovador, por no decir revolucionario, es lo que apunta el profesor Bauman: hay que desligar el trabajo remunerado o empleo de la supervivencia. Este es realmente el gran salto cualitativo. En las entrevistas de la película con los diferentes académicos y pensadores, como el profesor Toni Atkinson o la profesora Mariana Mazzucato, salieron ideas diferentes y a veces contradictorias de cómo redistribuir esta riqueza creada por la tecnología. Quizás será una combinación de diferentes mecanismos sin que esto desvirtúe la propuesta. Reconvertir en trabajos remunerados a tareas que hoy en día no están retribuidas o dividir las horas de los trabajos que quedarán, son fórmulas que podrían adaptarse a cada territorio y a cada época según la necesitad. La redistribución en un futuro, con una tecnología que todavía no podemos imaginar, será seguramente diferente de la redistribución que podríamos materializar hoy en día. Ni en cuanto a la cantidad, ni a la proporción que se atribuirá al bienestar común y a la renta individual. La pena fue que, por motivos logísticos, no pude esperar al debate posterior a la proyección en Bilbao, pero me contaron que fue un gran éxito de interés y de debate.

Con las proyecciones que se han realizado esta semana en las salas Verdi de Barcelona y Madrid, y en las que se seguirán realizando a lo largo de la próxima semana, he podido ver posteriormente en la red, y en los mismos coloquios posteriores a la proyección, que la película ha servido para crear profundas reflexiones sobre los nuevos acontecimientos que, como la automatización del trabajo, apenas vislumbramos.

Después de haber dado la vuelta al mundo y haber hablado con pensadores de diferentes geografías (y mención especial merece el entrañable y ejemplar José Mujica que tantas cosas interesantes dice en mi película) y de muy distintas procedencias ideológicas, me he dado cuenta de algo que puedo resumir así: la redistribución de la riqueza desligada del trabajo remunerado o empleo es un idea cada día más aceptada y parece, al contrario, que se está volviendo torpe, irracional e inútil seguir pensando que podemos seguir con los mecanismos económicos de hace décadas como si el mundo hubiera cambiado muy poco. En realidad, estoy convencido que acaba de comenzar una nueva era que precisa de nuevas respuestas y soluciones. Una era que puede ser terrible o amable para nuestra especie. Depende de nosotros. Con “In The Same Boat”, he intentado contribuir un poco a esta reflexión.


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