El gran hackeo (Karim Amer, Jehane Noujaim, 2019) : Filmoteca de no ficción

El gran hackeo
The Great Hack
Karim Amer, Jehane Noujaim (EE.UU. de América, 2019) [113 min]

(wikipedia | filmaffinity)

Sinopsis:

[propia]

Fernando Broncano, en facebook, el 4 de agosto de 2019, escribió:En el documental "El gran hackeo" (está en Netflix. Es imprescindible) Steve Bannon declara que se está produciendo una revolución que transformará el mundo. Pero que previamente es necesario dividir la sociedad para triunfar. Su lógica del odio manufacturado es rentable en términos políticos. Sabe muy bien que la sociedad se fragmenta cuando se debilitan los lazos comunitarios y se genera industrialmente polarización artificial. El precio que se paga es el odio como sustituto de la confianza.

La matanza de El Paso por parte de un supremacista adolescente que quiere rescatar Texas de los hispanos que quieren quitarle su nación (qué le habrán enseñado en la escuela sobre quién quitó qué a quiénes) muestra bien claro los resultados de esta política en la sociedad civil. Lo que no queremos ver es que esta división es parte de una estrategia y de los medios técnicos que la permiten.

William Davies, en entrevista con Pablo Elorduy para El Salto, el 18 de noviembre de 2019, escribió:[...] la muchedumbre se convierte en un vasto circuito neuronal a través del cual viajan las emociones de un cuerpo a otro, a una velocidad vertiginosa [...] La publicidad siempre ha intentado guiar a la gente a este tipo de comportamiento, en muchos sentidos tan apetitoso. En mi libro anterior, La industria de la felicidad, que se publicó hace tres años en España, hablaba de los orígenes de ese esfuerzo para usar la investigación psicológica para tratar de hacer que la gente vaya de compras de cierta manera y vote de determinada manera. Así que no deberíamos exagerar sobre cómo de novedosas son estas técnicas.

Pero, claramente, esta segmentación psicográfica con mensajes que están cuidadosamente diseñados para obtener determinada reacción de la gente es un fenómeno muy preocupante. Sabemos que fue decisivo en el referéndum del Brexit de 2016. En los dos días previos a la votación, la campaña por la salida estaba dirigiéndose a gente que normalmente no vota. Esto es un aspecto importante de esta nueva política, el hecho de que moviliza a las personas que antes eran simplemente apáticas, no les importaba que la política no fuera para ellos. Esas personas fueron “golpeadas” con imágenes terribles, con la idea de que Turquía va a entrar en la Unión Europea y se van a meter en tu ciudad, etc. Buscan inducir una serie de emociones en la gente, movilizarlas y que voten. Y este tipo de propaganda es propaganda de guerra. De nuevo, tiene precedentes, pero la economía de plataformas permite hacer esto de una manera más cuidadosa y estratégica. El santo grial, la principal meta del marketing o la influencia a través de las redes sociales (más específicamente de los influencers) es producir los contenidos que generan adhesión.

Ese vínculo puede tener muchos significados, pero también presupone algún tipo de reacción: que la gente preste atención, que la gente haga clic, que a la gente le guste o le disguste ese estímulo (de hecho el disgusto es tan bueno como el “me gusta”, la rabia es tan buena como el amor en el contexto de las redes sociales) lo que significa es que estás vinculándote aquí en lugar de allá. Para quienes están mirando “al otro lado” de esas plataformas eso es una ciencia, deben averiguar qué tipo de contenidos crean esa adhesión, y tiende a ser el contenido que provoca no el pensamiento racional, sino el “cuerpo emocional”: la parte de nosotros que reacciona independientemente de lo que pensemos, impulsivamente: “esto es asqueroso, esto es espantoso o esto es maravilloso”. [...]

Otras referencias