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La flaca Alejandra (Carmen Castillo, 1993)

Largometraje documental, corto documental, reportaje, documental sonoro (no importa el formato)... ya sea en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
La flaca Alejandra
Vidas y muertes de una mujer chilena
Carmen Castillo (Chile, Francia; 1993) [59 min]

Portada
IMDb
(filmaffinity)


Sinopsis:


Comentario personal:

    La historia de "La Flaca" no es única, pero sí una de las más sangrientas. Lo más lamentable de esta historia es que todavía, y teniendo presentes todas las pruebas de terrorismo de Estado, una aplastante cantidad de chilenos (>30%) sigue mirando a la dictadura con simpatía... y todavía otro 20%-30% cree que las consecuencias "positivas" de la dictadura justifican los horrores de sus acciones criminales.

    En cierta forma, existe cierto paralelismo con la historia post-2-guerra mundial. Toda la culpa la tuvo Alemania y países como Italia, Austria y Japón incluso salen limpios de las atrocidades.

Aquí se escribió:Puede verse en la web Rebeldemule.org el film "La flaca Alejandra". En él, su directora, la chilena Carmen Castillo, entrevista en un largo reportaje a Marcia Merino ("la flaca Alejandra"), quien fuera dirigente del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), y que doblegada por la tortura colaboró extensamente, durante años, con la DINA (fuerza represiva pinochetista), estableciendo fuertes relaciones con sus represores. Fue Merino quien, trabajando para la dictadura, señaló dónde se ocultaban Castillo (embarazada de un hijo que murió apenas nacido) y su pareja Miguel Enríquez, mítico dirigente juvenil, muerto durante el operativo del secuestro. Merino, en "La flaca Alejandra", cuenta sus denuncias y visita con la directora de la película, la casa donde fue torturada. En un momento, para entrar al lugar por una ventana (hoy está clausurado) Castillo toma solidariamente a Merino, para ayudarla a trepar. La escena, tal vez no planificada, muestra a quien fue secuestrada, sufrió la pérdida de su pareja y la muerte de un hijo, del brazo con su delatora.


Ficha técnica


Idioma original: Castellano.





VHSRip VO - MPG [583 Mb]
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General
Formato : MPEG-PS
Tamaño de archivo : 584 MiB
Duración : 58 min 32 s
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Vídeo
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Duración : 58 min 32 s
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Tamaño de pista : 478 MiB (82%)

Audio
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Formato : MPEG Audio
Formato de la versión : Version 1
Formato del perfil : Layer 2
Duración : 58 min 32 s
Tipo de tasa de bits : Constante
Tasa de bits : 224 kb/s
Canal(es) : 2 canales
Velocidad de muestreo : 44,1 kHz
Velocidad de fotogramas : 38,281 FPS (1152 SPF)
Modo de compresión : Con pérdida
Retraso relativo al vídeo : -40 ms
Tamaño de pista : 93,8 MiB (16%)





DVDRip VO - MKV [1.6 Gb] (fuente)
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Datos del archivo
Idioma: Español
Calidad: DVDRip
Resolución: 698x480
Formato: MKV
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Relacionado:


Sobre todo después de conocer la historia de la directora, este documental es de lo más fuerte que he visto últimamente. De visión obligatoria.


Sobre su directora Carmen Castillo

Cineasta y escritora chilena, exilada en Francia, madre de 4 hijos, uno de los cuales murió. Fue militante del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria). El 5 de octubre de 1974 (por delación de Marcia Merino "la flaca Alejandra", militante que se transformó en agente de la policía política -DINA- de Pinochet -) cae la casa donde vivía clandestina junto a su compañero Miguel Enríquez (máximo dirigente del MIR). Miguel y otros militantes son asesinados, Carmen, embarazada, cae presa y es torturada. Como consecuencia de las torturas, el hijo de ambos muere poco después de nacido. Carmen es autora de dos libros: Un día de octubre en Santiago y Punto de Fuga así como de varias películas sobre Chile y México. La más conocida (ha sido transmitida en México por canal 11) es La flaca Alejandra, donde esta mujer confiesa su participación como delatora e integrante de la DINA. La película fue premiada en 1994 con la FIPA d'or y en 1995 con la Nestor Almendros Award.


Entrevista a Carmen Castillo
Ximena Bedregal: Carmen, además de hablar de tu obra y tus éxitos como cineasta, quiero poner un tema que, aunque todavía afecta a decenas de miles de chilenas/os, en estas democracias que son una desgracia, es uno de los no temas: El exilio, en especial el exilio como mujeres. Somos dos mujeres de la misma generación, ambas feministas, ambas chilenas exiladas por la dictadura de Pinochet, y ambas somos "no retornadas", otro elemento más a integrar en nuestras identidades.

Insistiendo en sacar al exilio de los temas del olvido, empiezo diciendo qué es para mí el exilio y preguntándote a ti qué ha sido en tu vida.

Para mí el exilio es la imposición violenta de un abismo en la integridad de nuestras referencias. En ninguna parte, ni aquí, ni allá, me leo completa. En cada lugar me falta un pedazo de mí, en cada lugar hay una parte inefable, e incaptable por las/los demás. Y ese abismo es irreparable, no es posible rellenarlo, la única solución es construir algún puente que te permita cruzar de un lado al otro con el menor dolor.

Carmen Castillo: Siento como tú que es un dolor insalvable, un quiebre que te obliga a un estado de extranjera donde estés. La dictadura es la gran máquina del olvido y con el exilio te tratan de imponer una amnesia, una no lectura de nuestro Chile, una no lectura de ti misma completa. Y esto o se trabaja o una se muere y no son palabras, muchas mujeres murieron de mil maneras, de autodestrucción consciente o no. Beatriz Allende denuncia al exilio con su suicidio en el 76, otras - ante la imposibilidad de concebir otra cosa más que el retorno- vuelven, sin condiciones, a la clandestinidad, a la muerte.

Frente a la máquina del olvido, junto a construir nuevas posibilidades de existencia cotidiana tuvimos que trabajar la memoria, los recuerdos porque si estos se vuelven estáticos, si se hacen obsesión y nostalgia se transforman en algo parecido al olvido porque mata y si nos mataba, era el torturador el que había ganado. Tuvimos que hacer que el recuerdo fuera algo humano, aferrarlo a la vida. Fabricar y refabricar la culpa de sobrevivir te mete fácilmente en un verdadero culto a la muerte. Aquellos que ya no estaban, aquello que ya no existía, tenía que intervenir en mi presente no como una fotografía estática sino como una experiencia que me enseña a visualizar lo otro, al otro. Y esto no es fácil porque el exilio endurece tus memorias, la necesidad de aferrarte te hace sectaria, dogmática.

X.B. Las memorias y el olvido, temas centrales en nuestras vidas y temas centrales en el Chile de hoy.

C.C. Si, el olvido se construye tanto cuando una memoria se fija hasta hacerse estática como cuando se borra. Yo he tenido que trabajar mucho mis memorias. El libro Un día de octubre en Santiago fue fundamental en mi trabajo con la memoria, mi pelea contra una memoria rígida que podía quedarse pegada, porque buscaba responderme ¿a través de que afectos y que encuentros se puede seguir viviendo y no darle el gusto al torturador? Es el primer relato de lo que sucedió ese 5 de octubre de 1974 cuando cae la casa en que vivíamos clandestinos y asesinan a Miguel Enríquez (ver recuadro) . Con estos apuntes y la pregunta a muchos exilados ¿donde estabas tú ese día?, más el testimonio de una sobreviviente del centro de tortura de la calle José Domingo Cañas, voy reconstruyendo (me) la mecánica del torturador y de la sobreviviente. Mientras trabajaba, en Francia, en una tienda para ganarme la vida, fui escribiendo y escribiendo en un cuaderno y luego, esa materia viva de recuerdos, se convirtió en el libro.

X.B.- ¿Y qué te pasa cuando vas a Chile, cuando ves ese país que ya es otro, cuando ves el desafecto a "los retornados" y las bromas sobre "el exilio dorado" y tu no retorno, cuando te dicen "la francesita" como a mi "la mexicanita", además así, en diminutivo?

C.C.- Ya no tengo problema en decir "aquí no puedo vivir", yo que he sobrevivido gracias al trabajo de la memoria, no puedo vivir en un país de la amnesia general. Soy chilena, de esas chilenas de la ruptura que produjo la dictadura. Tengo derecho a pensar y actuar como esa chilena aunque no esté viviendo en Chile. Afuera puedo seguir trabajando las memorias, las mías y las de ese país y lo hago porque hay otros que me dan la posibilidad de hacerlo con mis documentales. Mientras más hablemos y digamos lo que pasó y lo que pasa ahora, más podremos librarnos de los traumas y construir otra democracia.

Como ciudadana del mundo lo miro todo con mis experiencias de chilena, porque el exilio me llevó a entender el mundo como un territorio que nos concierne a todas/os, me voy sintiendo ciudadana del mundo sin dejar de ser chilena, lo que sucede en el mundo me concierne y tengo el derecho y la necesidad de pensarlo, opinar, intervenir. Esta es una de las líneas de vida que pude sacar del dolor del exilio.

X.B.- Las mujeres en la cultura patriarcal vivimos de por si una especie de exilio de nosotras mismas, somos "lo otro", sin memoria, sin historia, sin genealogía propia en una cultura hecha por y para otros. Los viajes son simbólicamente - y prácticamente hasta hace pocas décadas - asunto de hombres que les permite volver con mas autoridad, experiencia, enriquecidos por la aventura. Ellos tienen permiso social para romper y traspasar fronteras mientras la mujer espera en su lugar manteniendo el origen de ellos, el lugar a donde pueden volver.

Las que salimos exiladas, castigadas por nuestra propia posición o detrás del marido, conocimos el feminismo afuera, o sea contactamos con los instrumentos para entendernos y para integrar la fragmentación de nuestras existencias cuando ya no podíamos contactar con nuestros orígenes concretos, con muchos de esos fragmentos. En este sentido siento que el exilio obliga a las mujeres a dobles o triples procesos y la carga con dobles o triples ausencias.

C.C. Yo creo que el exilio fue más doloroso para nosotras, un sentimiento de retroceso hasta que nos encontramos con el feminismo. Fueron mujeres las que a mi me ayudaron a encontrar una nueva manera de recordar, de vivir y pensar que no la teníamos antes. En ese sentido, su experiencia se ligó a mi historia.

En los trabajos que he hecho posteriormente me doy cuenta que las mujeres procesamos dolores muy profundos que los hombres no logran contactar o expresar, por ejemplo durante el documental sobre la "flaca Alejandra" (ver recuadro), me di cuenta que las mujeres encontraban las palabras del dolor para relacionar sus vivencias con su condición de mujer, la experiencia del exilio e incluso como se insertaron antes. Por algo pongo en mis trabajos a las mujeres, también entrevisto a hombres pero no los pongo por que al editar los veo más abstractos, en mis películas son mujeres las que hacen la reflexión de los campos de concentración, del exilio. Ya en el exilio también veo una gran diferencia de vivir las relaciones.

Esa historia y reflexión nuestra hace falta también en Chile; cuando voy a Chile y presento mis trabajos veo la necesidad de la juventud de conocer esa otra parte de la historia, el cómo éramos, cómo vivíamos, qué sentíamos y allá mis trabajos circulan casi únicamente de mano en mano.

X.B. La forma en que militábamos en los partidos ha sido reflexionada por el feminismo, también el modo específico en que se empleó la violencia de los torturadores hacia las mujeres. Lo que creo que no ha sido suficientemente reflexionado es el exilio de las mujeres como tal.

C.C. La violencia ha sido relatada, sí, pero no se si tanto la militancia. Yo he hablado mucho con mujeres ex combatientes chilenas, argentinas y uruguayas sobre, por ejemplo, nuestra relación con las armas. ¿era un símbolo de poder, una prolongación fálica o había en nuestro modo de tenerlas y usarlas algo particular? El feminismo nos obligó a reflexionar cosas como estas.

X.B. ¿Y cual es la conclusión?

C.C. Yo no quiero idealizar porque la mujer torturadora fue la más cruel, desde el sin poder cuando accede al poder es peor que el hombre, pero también vimos que muchas de nosotras no vivíamos las armas como un símbolo de poder, nos relacionábamos con ellas como con algo indispensable para vivir, las despreciábamos como poder en sí... no eran un juguete para sentirnos poderosas.

X.B. Tu perteneces a una línea paterna de conocidos políticos chilenos y fuiste la compañera del máximo dirigente del MIR, que muere como se entiende un héroe: traicionado, combatiendo contra los esbirros de la dictadura. ¿qué peso ha tenido esto en tu ser mujer?

C.C. Tuve un rechazo corporal a convertirme en la viuda de un héroe, primero porque mi relación con Miguel fue una historia de amor que nunca determinó mi rol social. Si la muerte no me había aplastado no podía permitir que me aplastara el amor. A la militancia no me llevo un hombre sino el sentirme viva, por lo tanto mi plenitud para vivir, para combatir la muerte que traía como experiencia, no podía estar en relación a la imagen de un hombre aunque lo amara. Esto lo logré gracias al apoyo y la mirada de otras mujeres que me ayudaron a combatir al aparato, a la institución que te obliga a someterte a un cierto rol, mujeres que me decían "no te instales en algo que no eres tú" y eso fue muy difícil pero cuando dije NO, nadie pudo obligarme a más nada.

X.B. Tu eres fundamentalmente cineasta y has contado cómo tu trabajo te ayudo a procesar los dolores del exilio pero ¿por qué elegiste el cine, que tiene el cine que te resultó mejor instrumento de creación y de auto re-creación?

C.C. Primero porque le tengo un respeto paralizante a la escritura. Sólo he logrado escribir y publicar cuando ya no podía más, cuando ponerle palabras a los hechos era algo vital para superar el miedo. Ya te conté como escribí Un Día de Octubre en Santiago y luego el otro libro, Punto de Fuga sale de lo que me produce mi primer retorno a Chile en el 87, la angustia de no reconocer nada, un relato sincero sobre lo que es enfrentar el desfase entre exilio y regreso en sólo 15 días que fue el tiempo del permiso de estadía que me dio la dictadura.

Lo de la Flaca Alejandra, era también un tema obsesivo para mi, por eso empiezo escribiendo, pero de pronto me doy cuenta que quiero filmar, con la escritura ya no podía mostrar lo que necesitaba, requería otros lenguajes. Me lancé con la inconsciencia de quien no sabe, pero a partir de ahí se creó un núcleo de complicidad entre mi creación y el cine. La escritura requiere de una forma de soledad que no puedo.

Es fácil quedarse pegada en el pasado, como una foto fija, y para quienes tenemos que mover el pasado y necesitamos una memoria en movimiento, del devenir - si no, te hundes, te aplastas- hay que poner la foto fija en movimiento para que te ayude a vivir. Hay que ponerle al relato más lenguajes, todos los que hablan dentro tuyo para seguir viviendo, para inventar, para seguir luchando.

X.B. En este sentido ¿qué te pasó cuando hiciste el documental de la Flaca Alejandra?

C.C. Llegué a hacer esa película después de un enorme trabajo con la memoria, en el pensamiento y en la emoción. Yo logro llegar con una emoción neutra, tratando que no salgan confusiones de culpabilidades ni perdones, con el objetivo de que el espectador decidiera. Lo que ambas teníamos en común era la relación con la muerte y yo vengo a escuchar la otra parte de esa relación, vengo a tratar de que hable de su relación con el torturador, yo ya había trabajado mucho la situación de la tortura y sabía que en ese momento podía estar junto a ella sin juzgarla. Nos juntamos para hacer un trabajo y luego ella siguió su vida y yo la mía.

Aunque logré mantener ese estado durante la edición, porque sabía bien lo que quería hacer, en ese período surgieron cosas fuertes, por ejemplo vuelve la muerte de mi niño, el duelo de mi hijo lo comencé durante ese trabajo (ver recuadro). Nuevamente tuve el apoyo de quienes me decían "no te quedes pegada, vamos a seguirle mirando y trabajando"

Después vino la polémica que despertó la película, lo que me gusta porque significa que hace pensar, hablar, recordar y tomar posición sobre hechos hasta ahora mudos; pero últimamente - en el contexto del juicio a Pinochet- la volví a ver y me conmocionó mucho, fue fuerte, muy fuerte para mi.

X.B. Tu trabajo cinematográfico es fundamentalmente sobre y en Chile.

C.C. Sí, ya no puedo estar en Chile sólo por estar; no puedo ir sin un proyecto mío. Es como que para sentirme bien allá necesito estar releyendo, retrabajando a ese mi país. Mis trabajos son fundamentales para contactar con Chile, para estar allá.

X.B. Ultimamente has hecho películas sobre México.

C.C. Hice La verdadera leyenda del subcomandante Marcos porque pretendo que no surja una caricatura de lo que fuimos, me interesa mucho este nuevo invento de radicalidad del zapatismo que no se la dan las armas sino lo no negociable aunque fue bien importante que estuvieran armados al comienzo.

También acabo de terminar El bolero, una educación amorosa, un viaje totalmente personal al bolero, a la música y a mis amigas de México, es mi bolero mexicano, esta tierra de la amistad, este territorio para mí, femenino.

X.B. ¿Nuevos proyectos?

C.C. Tenemos un proyecto con Patricio Guzmán - el cineasta chileno- sobre Chile a partir del juicio a Pinochet, una reflexión sobre todo esta época. Son dos tipos de documentales. El haría el gran documental sobre el proceso, la jurisprudencia, la legislación etc. y yo haría un documental en tono menor donde trabajo con y sobre tres mujeres.

X.B. ¿por qué sería "en tono menor"?

C.C. Bueno, porque no serían los grandes análisis, sino lo humano de la experimentación, la experiencia.

X.B. ¿No será al revés, tu harías el tono mayor y él el marco para comprender eso?

C.C. Bueno... tal vez tienes razón.

Nota Mié Ene 24, 2007 5:30 pm
Pinchado el docu

gracias
:)

Nota Lun Feb 05, 2007 2:12 pm
Lo he visto y es recomendable




La Flaca delató a los miembros del mir para la Dina y delata a los miembros de la Dina para la historia...curioso... si nace en mi pueblo habría sido una chismosa... y es que el carácter es lo único que nos pertenece (aparte del metro bajo tierra que decía Marx.).



En el mismo documental y en una de la escenas más interesantes una antigua compañera de la Flaca que no cayó en manos de la represión recuerda aquello como "una huevada a veinte años vista"... y claro, eso provoca la reacción de alguien como la flaca, torturada...

Por eso el mensaje a retener no es :

que hijos de puta fueron los que lo hicieron...

.... en España durante la guerra y la posguerra y en Indonesia, Chile, Argentina, Guatemala, Vietnam, Irak y allá donde el pueblo y sus vanguardias ha decidido plantarles cara, mas allá de la farsa electoral...

No, no es lo que pasó , que ya es historia... lo importante es tener la seguridad de que no dudaran con otros nombres y con otras identidades de volver a hacer lo mismo a todos aquellos que decidan enfrentarse con ellos...

Por otro lado, toda esta violencia salvaje solo es capaz de desatarla la derecha con su aparato estatal ...

Pobres cubanos si caen en sus manos ...

No dan alternativas estos asesinos.


adelante

Nota Sab Feb 10, 2007 12:50 pm
Yo creo que hay otros puntos en este documental que merecen un análisis menos a la ligera. No pienso que la flaca Alejandra sea la chismosa del pueblo, primero porque las chismosas no suelen comprometerse en una lucha popular, solo les interesa su vidita comparada con la vida de quienes le rodean. Digamos que, aunque sea vomitivo y repugnante el caso de la Flaca Alejandra, no se debe tomar a la ligera y merece una discusión muy específica.

Pienso que el documental debe interpretarse en dos dimensiones:

La primera, como apuntaba Dorado, relacionada al carácter torturador intrínseco de la derecha (la burguesía capitalista) que por definición su único objetivo es la acumulación cada vez mayor de capital y donde la vida humana el único valor que tiene es el de mercancía. Por eso precisamente es importante no olvidar los métodos de la derecha para lograr sus objetivos y aunque se vistan de socialdemócratas estemos preparados para lo que pueden convertirse en caso que sus intereses peligren realmente. Por lo tanto es importante que sus métodos represivos nunca se olviden.

La segunda dimensión, que no es menos importante, es el descubrir la sofisticación de estos métodos, heredados de los inquisidores medievales, de los fascistas europeos (específicamente de los nazis. En el debate sobre la Batalla de Argel se ha incluido un poco de información sobre los métodos de los paracaidistas franceses en Argelia), de la escuela (de tortura) de las Américas. Métodos que llegan a niveles de perversión inimaginables, métodos que logran quebrar individuos comprometidos con una causa y que no se pueden calificar simplemente como chismosos. Probablemente la flaca Alejandra si se hubiera exiliado y no se hubiera confrontado con una tortura brutal hubiera merecido todo nuestro respeto, como lo merecen todos esos compañeros y compañeras a los que les rompieron huesos, a los que dejaron en jaulas de volúmenes de menos de un metro cúbico durante meses, a los que recibieron picana eléctrica hasta reventarle los sesos, a los que les introdujeron ratas y tarántulas por la vagina, de los que fueron colgados por los testículos hasta morir, a los que les hicieron tales salvajadas no imaginadas por Dante, y los cuales nunca dijeron una palabra. Desgraciadamente la flaca Alejandra, aunque merezca toda nuestra repugnancia, hay que valorarla en este contexto, en el cual ninguno de nosotros hemos nunca caído. Pienso que el problema no es en sí la flaca Alejandra, como otras que hicieron lo mismo o más que ella, sino que el caso en sí, el del efecto de la tortura sobre ciertos individuos. La traición de la flaca Alejandra, como interpreto del documental, no se debió a que tenía más miedo que los otros, sino a que los mecanismos individuales para resistir la tortura no fueron las convicciones de los principios adquiridos en la lucha ideológica, sino el simple rechazo a perder su propia vida. Por lo tanto, el documental tiene en ese sentido para mi otra dimensión: El caso de la flaca es la excepción que confirma la regla de que la lucha revolucionaria es, al contrario de la lucha burguesa, la lucha por lo más valioso que hay sobre la tierra que es precisamente el ser humano, y ni la tortura ni las promesas de una mejor vida que no sea la defensa de los pueblos, pueden quebrar y destruir a los verdaderos revolucionarios.

Nota Sab Feb 10, 2007 1:12 pm
Vaya, me están entrando unas ganas de verlo. :shock:

Nota Mar Feb 13, 2007 11:48 am
rubiera escribió: El caso de la flaca es la excepción que confirma la regla de que la lucha revolucionaria es, al contrario de la lucha burguesa, la lucha por lo más valioso que hay sobre la tierra que es precisamente el ser humano, y ni la tortura ni las promesas de una mejor vida que no sea la defensa de los pueblos, pueden quebrar y destruir a los verdaderos revolucionarios.


Precisamente y creo que ahí se ve la mano de la directora, el documental, aparte de hacer historia y denuncia, retrata actitudes.

En mi comentario iban 2: la de la flaca y la de la huevada(...)

La mejor intervencion es la de una compañera que reunida por la directora con la flaca y otras, explica como ella no tenia miedo a la tortura y la muerte,... porque para ella la peor tortura y la verdadera muerte era traicionar a sus compañeros y a la causa y eso le daba fuerzas incluso para burlarse de sus captores cuando la sometieron a un fusilamiento que luego resulto falso.

Es un documental de mujeres porque en su derecho esta la directora en hacerlo así, no se si existe algo semejante en hombres...

Nota Mié Feb 14, 2007 10:22 am
Es un documental de mujeres porque en su derecho esta la directora en hacerlo así, no se si existe algo semejante en hombres...


Por lo que pude darme cuenta haciendo el especial sobre el golpe militar en Chile, existe información detallada solamente sobre mujeres traidoras convertidas en colaboradoras, y especialmente sobre tres de ellas:La flaca Alejandra, Luz Arce y una tal Carola. Carola no ha salido a la luz pública todavía y Luz Arce, al igual que la flaca, ha hecho declaraciones y ha escrito hasta un libro. Creo que el caso de las dos confesas, con todos sus agravantes, representa el extremo de la tortura, que puede llegar a lograr que algunos individuos en situaciones extremas, decidan colaborar con el enemigo junto con un sentimiento de culpa que nunca los abandonará, y que buscan a toda costa revertir ese pasado funesto. Creo que a pesar de la traición de estas mujeres, hay en el fondo un lado humano, porque esta traición se da en circunstancias extremas, y al mismo tiempo son también víctimas de la tortura. Esto creo que es lo que permite a Carmen Castillo perdonar a la flaca (Recordemos que Carmen Castillo y Miguel Enriquez caen en manos de la DINA por la delación de la flaca Alejandra). Sin embargo tenemos a otros traidores (hombres) de los cuales no sabemos los detalles, pero sí existieron. Algunos quizás fueron asesinados después de que le sacaron todo lo que pudieron, otros quizás sigan escondidos y poco se sabe. De todas formas hay un caso que llega a niveles de deshumanización total y es el de Osvaldo Romo (el que aparece declarando en el documental). Aunque algunos lo clasifican como espía, otros creen fervientemente en que es un traidor, pasado en cuerpo y alma a la derecha fascista. Este tipo había sido activo dirigente del MIR y se convirtió en uno de los delatores y torturadores más despiadados de la dictadura, un tipo que no tiene calificativo dentro de lo que uno puede imaginar como humano.

A pesar de los traidores, la mayoría de los revolucionarios que sufrieron las torturas más salvajes que uno pueda imaginar nunca hablaron. Algunos lograron sobrevivir por milagro, pero su gran mayoría terminó desaparecido. Dejo aquí la declaración de una víctima de la tortura en Chile que pudo hacer el cuento:

ASI ME TORTURÓ MANUEL CONTRERAS EL JEFE DE LA DINA DE PINOCHET EN TEJAS VERDES, SAN ANTONIO - CHILE

DECLARACIÓN DE LUZ DE LAS NIEVES AYRESS MORENO


En Nueva York, estado de Nueva York, Estados Unidos de América a ____ días del mes de agosto del año dos mil, ANTE MI, Alvaro Zuñiga, Cónsul General de Chile en esta ciudad, comparece Doña Luz de las

Nieves Ayress Moreno (nacida en Chile con el nombre Luz de las Nieves Ayress Moreno, cuidadana chilena, de profesión tutora, domiciliada en Nueva York, Nueva York, EEUU, pasaporte No. 6.347.871-7) mayor de edad, quien demostró su identidad con su pasaporte, y expone:



1. Hago esta declaración para ser presentada como evidencia en los casos pendientes contra el General Augusto Pinochet y sus subordinados en Chile. Esta declaración la hago bajo juramento y en pleno conocimiento del delito de perjurio.

2. Los hechos son los siguientes: Nací en Santiago, Chile el 5 de octubre de 1948. Yo ingresé al Ejercito de Liberación Nacional de Bolivia, un brazo del Partido Socialista en Chile, en el año 1968, y, en 1973, seguía siendo militante y activista del ELN, trabajando con mujeres y niños en las poblaciones. También era estudiante de arte y periodismo en la Universidad de Chile. Posterior al año 1973, milité en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile (MIR).

3. A pocas semanas después del golpe de estado, yo estaba en la casa de la madre de una amiga mía que estaba presa, cuando, a alrededor de las 10 de la noche, llegó un grupo de oficiales de carabineros y me arrestaron. Me esposaron y me llevaron primero a la Escuela de Suboficiales de Carabineros, y, después de dos o tres días, al Estadio Nacional. (En el Estadio los carabineros me contarían que la madre de mi amiga me había nombrado con la esperanza de salvar a su propia hija.) En la Escuela de Suboficiales, me golpearon y me dieron cachetazos. También me tocaban el cuerpo, amenazándome con avances sexuales, y me insultaban. A los presos nos tenían en unas celdas que quedaban en la parte de atrás de la Escuela, en las caballerizas.

4. Después los carabineros me llevaron al Estadio Nacional, donde estuve presa alrededor de dos semanas, siempre a cargo de carabineros y no de los militares. Me tenían en una de las torres del Estadio, sola. Yo veía abajo a los otros presos, pero ellos no me veían a mí. A menudo me interrogaban, a golpes y puñetazos, siempre encapuchada. También me insultaban; mis interrogadores tenían acentos brasileros. Eventualmente un oficial me llevó a mi casa y me dejó en libertad.

5. Me detuvieron nuevamente a mediados de enero del 1974. Yo estaba en la fábrica de mi padre, que manufacturaba artefactos de laboratorios en San Miguel, cuando llegaron muchos hombres armados, algunos con uniformes y otros no. Entre ellos estaba "El Comandante Alberto el Esteban", un hombre que había infiltrado a varios grupos y movimientos de izquierda. Yo nunca confié en él, pero un compañero del Partido Comunista le había dado mi nombre de guerra y nos habíamos visto, así que él fue el que me identificó cuando me arrestaron. (Después salió en los medios de comunicación que había un "Plan Leopardo," una supuesta acción que pretendía hacer un atentado contra las torres de alta tensión que estaban en la población Violeta Parra. Todo esto del plan fue inventado por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) para justificar el asesinato de todo el grupo de Legua. Yo caí a raíz de el supuesto "Plan Leopardo".)

6. De la fábrica me llevaron a la casa de mis padres, también en San Miguel, y ahí tomaron preso también a mi padre, Carlos Ayress y mi hermano Carlos 'Tato' Ayress, y otros amigos que estaban en la casa. Yo me enteré cuando estaba en la calle Londres que ellos también estaban detenidos.

7. De nuestra casa me llevaron al centro de torturas en la calle Londres, donde permanecí alrededor de dos semanas en una celda, sola e incomunicada. Aquí fui torturada brutalmente. Los métodos de tortura incluían golpes, y choques eléctricos a todas las partes más sensibles del cuerpo, como los senos, los ojos, el ano, la vagina, la nariz, los oídos, y los dedos. También usaban un método de tortura que se llamaba "Pavo de Arara", en el cual me amarraban los pies y los brazos, me colgaban cabeza abajo, y me aplicaban choque eléctrico al ano. Otro método de tortura que usaban es "el teléfono," en el cual me golpeaban con fuerza los dos oídos simultáneamente. Me torturaban desnuda y encapuchada. Fui torturada en la presencia de mi padre y hermano, y una vez me forzaron a intentar el acto sexual con mi padre y hermano. Me forzaban a presenciar las torturas de mi padre, de mi hermano, y de otros conocidos que estaban presos. Varias veces en el baño de Londres me violaron.

8. En una ocasión me subieron a un camión, de noche. Yo estaba encapuchada, y no podía ver. Me dijeron que me iban a matar, y yo perdí la conciencia. Luego me acuerdo de que alguien me empujó, y yo me caí del camión. Al borde del camino escuchaba como pasaban los autos. No sé si estaban intentando matarme; no estoy segura que pasó después.

9. Aunque no supe quienes eran mis torturadores en el centro de la calle Londres, me acuerdo que tenían acentos extranjeros, argentinos y paraguayos. Ellos me convencieron que estábamos en Buenos Aires. Una vez durante las torturas me vino un choque al corazón, o algún tipo de ataque de corazón, y los torturadores se asustaron. Escuché una voz chilena que dijo dónde tenían que ir a buscar medicina, en la calle Arturo Prat, y así es como supe que estaba en Santiago. De ahí en adelante me torturaban hombres con acentos chilenos. M. D., quien después supe que había dado mi nombre bajo tortura, también estuvo en Londres durante este tiempo.

10. En febrero, probablemente a principios de febrero, me trasladaron a Tejas Verdes, y estaba nuevamente incomunicada, en una celda que estaba en un grupo de cabañas que se habían construido bajo el Presidente Allende como un lugar de veraneo para los trabajadores. El centro de torturas quedaba al otro lado de un puente, en el subterráneo de un edificio, donde habían celdas de cementos. Como siempre estaba encapuchada cuando me llevaban, no sé bien como era ese edificio.

11. Tejas Verdes era el lugar donde entrenaban a los militares para ser torturadores, y ahí sufrí torturas brutales. Me forzaban a hacer actos sexuales con un perro que había sido entrenado para participar en torturas. Colocaban ratas adentro de mi vagina, y luego me daban choques con electricidad. Al recibir el choque, las ratas se desesperaban y hundían sus garros en la carne de mi vagina. Se orinaban y defecaban en mi cuerpo, introduciéndome el virus toxo plasmosis. Los torturadores me violaron en muchas oportunidades, y me tocaban sexualmente, insultándome, y forzándome a tener sexo oral con ellos. Me cortaban con cuchillos; una vez me cortaron las primeras capas del vientre con un cuchillo, y perdí mucha sangre. También me cortaron las orejas. Aún tengo las cicatrices. Otro método de tortura era que amarraban mis brazos y pies, yo estando tendida sobre una mesa, y luego me estiraban los brazos y las piernas hasta que perdían la circulación. Muchas veces me torturaban sin interrogarme. Yo no sabía por qué me seguían torturando.

12. Una vez fui torturada directamente por Manuel Contreras, a quien lo pude divisar porque la venda que cubría mis ojos estaba floja. Después lo reconocí en fotos. El me torturó con otra mujer, una alemana que estaba presa y quien a veces la torturaban conmigo porque pensaban que nos parecíamos y que quizás éramos hermanas.

Ella era la ex-mujer de Bautista van Schown. Contreras daba órdenes y supervisaba, pero también participaba directamente en las torturas. En esta sesión, él me golpeó, me dio cachetazos, y me insultó.

13. En Tejas Verdes yo me puse muy débil y enferma; mi vagina y útero estaban infectados y muy dañados por la tortura. Un sargento me traía paños y vinagre para que me tratara de curar. Una vez me dijeron que yo había tratado de suicidarme, y me mostraron un cordel colgado del techo de mi celda, pero yo no tengo recuerdo de haberlo puesto ahí, y pienso que quizá ellos lo pusieron. A través de un pequeño hoyo en mi celda yo podía ver a quienes pasaban; a veces veía a mi hermano y mi padre. A mi solo me veían los otros presos cuando los guardias me llevaban al baño. A M D. también la habían trasladado a Tejas Verdes, pero no estaba incomunicada.

Ella es testigo de que yo estaba en Tejas Verdes, y probablemente vio en la condición débil en que me encontraba. Yo también fui testigo de cómo torturaban a una mujer embarazada, que se llamaba Ana María.

Un doctor la supervisaba, y les decía a los torturadores cuándo podían seguir.

14. En marzo de 1974 fui trasladada a la Cárcel de Mujeres en la calle Vicuña Mackenna, en Santiago, que estaba bajo la administración de una orden de monjas carceleras. Aquí yo estuve en libre plática, y me quedé en un patio con las otras presas políticas; a las presas políticas nos tenían apartados.

15. En abril me di cuenta que estaba embarazada, y esto lo confirmó el Dr. Mery, un doctor militar que ejercía en la Universidad Católica, y quien me dijo que yo debiera estar orgullosa de tener un "hijo de la patria". Mi embarazo causó gran controversia. A estas alturas mi caso era internacionalmente conocido, debido a los esfuerzos de mi madre y familia de denunciar lo que me estaba pasando, y también a que una mujer que estuvo presa conmigo en la cárcel de mujeres de Vicuña Mackenna había logrado sacar al extranjero una declaración mía. Fuí entrevistada por la Cruz Roja Internacional, la Comisión Kennedy, Amnistía Internacional, la Comisión Internacional de Derecho Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, por el Obispo Aristía de Santiago, un Dr. Phillippe, y por el Cardenal Raul Silva Henríquez, quien venía a ver a su sobrina, que también estaba presa. Un grupo de esposas de militares vino a visitarme, y me prometieron la libertad si yo no hacía mas declaraciones sobre mi embarazo y mi tortura, y me amenazaron con quitarme mi hijo una vez que naciera.

16. Las monjas ofrecían ayudarme a pedir permiso para un aborto. Yo no era religiosa, pero por estar en una cárcel cuidada por religiosas, tenía que elevar una solicitud al cardenal, y del cardenal al Papa. En Chile el aborto es penado por la ley de cinco años y un día. Yo estaba muy mal físicamente, y si me hacía un aborto clandestino en la prisión me podía morir, y por tal motivo decidí tener el hijo. Después de haber sobrevivido meses de tortura y detención, no les iba a dar el gusto a los militares de morirme. Sin embargo, en abril o mayo, comencé a tener mucho dolor en el vientre, y a perder coágulos de sangre. Aborté en forma espontánea. No recibí atención médica durante el embarazo ni la pérdida.

17. Yo nunca tuve un proceso legal. El General Bonilla, quien se interesó en mi caso, mandó un oficial a entrevistarme a la cárcel acerca de mi embarazo y del abuso sexual y otras torturas que había sufrido. En esta entrevista, el oficial me dijo que en un momento hubieron tres distintos procesos en contra mí, pero que los procesos eran tan contradictorios uno con el otro, que las cortes militares se declararon incompetentes en mi caso. Después hubo una orden de trasladarme al campo de concentración Pisagua, con pena de fusilamiento, pero el General Bonilla la bloqueó; él no estaba de acuerdo con el trato de los prisioneros y las prisioneras. Sin embargo, fuí condenada a estar presa "en virtud del estado de sitio."

18. Dos presas, M .D. y María Emilia Tijaux, estaban conmigo en la cárcel de mujeres, y son testigos del estado débil en que me encontraba. Eventualmente mi caso se puso demasiado complicado debido a toda la controversia que estaba causando, y, como no tenía condena oficial de la corte, en marzo del 1975 me trasladaron a Tres Alamos.

19. En Tres Alamos, donde permanecí hasta diciembre del 1976, fui sometida nuevamente a violaciones, amenazas, insultos, y otras torturas sicológicas. El Comandante Pacheco, quien estaba a cargo de Tres Alamos, me abusaba constantemente, sometiéndome a acosos sexuales durante casi dos años. Le gustaba pasearse por el campo de concentración conmigo a su lado. Yo estaba muy débil, y me desmayaba con frecuencia. Me quedaba en una celda con ocho otras compañeras. Otra presa, Marcia Scantlebury, también fue muy abusada por el Comandante Pacheco.

20. En la primavera, no me acuerdo en qué mes, nos trasladaron a las prisioneras de Tres Alamos por un mes a Pirque, en la cordillera, porque venía a Chile un grupo de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y querían evitar una visita a Tres Alamos. Fue para dar una buena imagen ante la delegación de la ONU. Yo estaba muy deprimida, y me sentía ansiosa. Comía y lloraba mucho. La belleza del lugar de alguna manera me quebró sicológicamente.

21. Después de un mes nos llevaron de vuelta a Tres Alamos. Seguimos organizándonos para hacer trabajos de artesanía para vender afuera. Nacieron tres guaguas, y las cuidábamos entre todas. Mi madre y mis tías me visitaban en Tres Alamos. En esta época mi madre estaba haciendo las gestiones para que yo pudiera salir a Alemania.

22. En diciembre, salí expulsada de Chile por la dictadura con 17 compañeros y compañeras. La dictadura publicó un decreto especial para expulsarnos, dejándonos sin derecho de regreso. En esta lista estaban Gladys Díaz, Víctor Toro, Luis Corbalán, y 15 compañeros más. Muchas organizaciones internacionales, como la Cruz Roja, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, y "CIME", ALTO COMISIONADO DE LA N.U. y la solidaridad de los pueblos del mundo, ayudaron a sacarme. En Berlín tenía conocidos, y me quedé con Nuria Nuñez, y también con Gilde Botay. En este tiempo me dedicaba a denunciar públicamente lo que estaba pasando en Chile, y viajé mucho.

23. En octubre o noviembre del 1977, me fui a vivir a Cuba, y ahí recibí atención médica en el Calixto García, un hospital de La Habana. Me trataron por un virus toxo plasmosis, con el cual había sido infectado por las ratas, y que ataca la córnea del ojo. No podía tener hijos, y me reconstruyeron la vagina y todo mi cuerpo para poder engendrar. También me trataron por infecciones vaginales, por decalcificación, y por sordura, causada por la tortura "el teléfono." Me operaron las pies, que me habían golpeado mucho, y me arreglaron las cicatrices que tenía en el vientre y en las orejas. No me acuerdo de todos los tratamientos que recibí. El hospital tomó interés en el caso de mi familia, y nos entrevistaron a mí, a mi padre y a mi hermano, y nos dieron terapia psicológica. Cuba era la única parte del mundo donde nos podíamos operar ya que el costo era muy alto y ahí todo fue gratis.

24. He tenido muchas secuelas físicas y sicológicas debido a la tortura que sufrí en Chile. Tengo dolor permanente en el cuello, las manos, las rodillas y los pies. Tengo marcas y cicatrices en todo mi cuerpo. Cuando veo una rata, tengo un reflejo de dolor en mi vagina. También tengo un estado de ansiedad constante, y he tenido pesadillas y depresión. He superado algunas de las secuelas sicológicas, por ejemplo, el miedo al encierro que me surgió a causa de las violaciones que sufrí en el baño del centro de torturas de la calle Londres. Pero sigo siendo muy sensible emocionalmente. Mi familia fue destruida, dividida y toda mi vida cambió después del golpe militar.

25. Estoy dispuesta a viajar a Chile para atestiguar sobre mi caso, y los casos de mi hermano y mi padre.



ANTE MI QUE DOY FE:

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Luz de las Nieves Ayress Moreno



Nota Vie May 25, 2007 1:23 am
muchas gracias, se ve que es bien valioso el documental, aunque no lo he visto...
Imagen

Nota Vie Jul 06, 2007 6:18 pm
Aquí les dejo un artículo sobre el despreciable "Romo", un hombre traidor al MIR, convertido en uno de los más despiadados torturadores de la dictadura a cuyo lado la Flaca Alejandra es un angelito.
Muere Osvaldo Romo, el torturador más odiado de la dictadura militar

Nota Dom Jul 08, 2007 7:00 pm
qué excelente que publiquen este tipo de materiales. soy un inexperto en el foro y en emule...voy a ver cómo me va tratando de bajar esto, saludos

Nota Vie Jul 20, 2007 3:37 am
Una acotación: a Romo le decimos "guatón Romo", y guatón quiere decir gordo, pues guata es un término de origen mapuche, pues en mapudungún "huata" es panza. Bueno, Romo es un gordo hijo de la gran puta fascista que lo parió, uno de los grandes traidores de la historia de Chile (y tenemos varios, comenzando por el "libertador" O'HIggins, que también era guatón).

Un datito para este importante aporte.

Nota Vie Jul 20, 2007 12:16 pm
Gracias Gimeno por la información. Creo que ya había leído antes o escuchado en el documental lo de "guatón Romo". Pienso que no entendí bien hasta ahora el sentido despectivo de "guatón", es que "guata" siempre lo he asociado a un significado positivo porque tenía una amiga chilena que llamaba con mucho cariño a su hijo "guatito".

Qué raro es esto de las asociaciones, y es que el acento chileno me encanta porque la mayoría de las veces que lo he escuchado ha sido de gente que estimo y quiero, pero cuando lo oigo en la voz del "guatón Romo" y del "abre guatas" de Pinochet me da un no se qué que me revuelve el estómago (o la guata).


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