The Other F Word (Andrea Blaugrund Nevins, 2011) : Filmoteca de no ficción

The other F word
Andrea Blaugrund Nevins (EE.UU. de América, 2011) [81 min]

Sinopsis:

En indio.com.mx se escribió:¿Qué sucede cuando una generación grande de anti-autoritarios (grupos de punk) se convierten en la principal autoridad de un núcleo social como lo es la familia? En pocas palabras, ¿qué sucede cuando los punks se convierten en papás?

En TodoPunk.com, el 4 de junio de 2012, se escribió:Con relativa frecuencia solemos escuchar críticas más o menos destructivas hacia esos músicos casi cincuentones que en su día fueron adolescentes rebeldes que se dejaban la voz ante un micrófono más por necesidad que por el hecho de seguir una moda. Éstas críticas suelen poner en tela de juicio si una persona, a determinada edad, debe o no debe seguir vinculada al punk, y en la mayoría de casos se dice sin pensar realmente en que quizá eso sea cierto (y dicho sea de paso, desde un punto de vista bastante ignorante con respecto al punk, la escena de aquella época y la situación actual). La gente se hace mayor, adquiere responsabilidades, madura y cambia su perspectiva ante la vida, especialmente cuando algo como el punkrock conlleva un estilo de vida difícilmente sostenible si se es un padre de familia o una persona que adquiere un mínimo de responsabilidad.

Demasiado a menudo, y por desgracia, ese cambio en la forma de entender las cosas es confundido por algunos con la pérdida de ideales. Sencillamente hay quien piensa que por no andar lanzando cocktails Molotov o no vestir una indumentaria determinada, ya no se tiene un ideal concreto (o que, en su defecto, no se conserva), porque por supuesto, todos nos creemos con derecho a juzgar a los demás, aunque no conozcamos ni un 1% de sus vidas ni de lo que hacen o piensan en su día a día. Y lo cierto es que la realidad y las circunstancias de cada uno son tan diversas como personas hay en el mundo, y eso incluye, por supuesto, a esos músicos que hemos mencionado antes.

Así pues, el presente documental, titulado “The Other F Word”, viene a poner de manifiesto todo este asunto. No se trata tanto de una justificación de nadie para nadie (aunque en cierto modo sí justifica algunas cosas), sino más bien una explicación reflexiva de lo que fue el punk en la eclosión de los años 90 y cómo ha sobrevivido hasta nuestro días. Pero sobre todo, de cómo han sobrevivido sus protagonistas hasta hoy, acabando integrándose en un sistema que, pese a que rechazaron en incontables ocasiones, ha acabado fagocitándoles sin remedio. Y en esta exposición se manejan razones, situaciones y circunstancias que ayudan a comprender perfectamente cómo estas personas han manejado diferentes situaciones y las han acabado resolviendo.

De este modo, el principal narrador de la película es Jim Lindberg, exvocalista de Pennywise y actual frontman de The Black Pacific. Como no podría ser de otro modo, el documental, además de emplear otros argumentos y ejemplos (como los casos de Tony Adolescent, Joe Escalante, Josh Freese, Fat Mike, Flea, Lars Frederiksen, Matt Freeman, Brett Gurewitz, Tony Hawk, Mark Hoppus, Tim McIlrath, Ron Reyes o Rick Thorne entre otros), emplea la imagen de Jim y su evolución a lo largo de los últimos años para explicar lo que hemos mencionado anteriomente y, de paso, desvelar el motivo por el cual decidió abandonar Pennywise (que no vamos a desvelarte aquí). Y al final, la mayoría de ellos coincide en su opinión y visión de las cosas, aunque cada uno defina de forma ligeramente distinta el modo en que resuelven sus vidas. Y una de las principales conclusiones a las que se llega es que, al margen de ideologías socio-políticas vinculadas al punk, éste, en su formato de ‘espectaculo’ no es más diferente de lo que podría ser un circo ambulante. La vida ‘on tour’, no se corresponde con lo que es la vida real, y eso es algo que para aquellos que forman o formaron parte de la escena y que acaban adquiriendo responsabilidades en su vida personal (como crear una familia), termina originando una especie de dicotomía o doble vida que debe ser balanceada y, en última instancia, priorizada en uno u otro sentido.

Si a esto le sumamos el recuerdo de un pasado atormentado que muchos de los que intervienen en el documental (que ya en su momento vieron sus vidas salvadas por la música) tuvieron, podemos observar cómo el sentido de la responsabilidad para con sus familias se convierte ahora en el sentido intrínseco de sus vidas y en la razón de ser de las mismas, por miedo a repetir errores que, en su momento, marcaron sus vidas de una forma poco apropiada. Y es eso, precisamente, lo que acaba chocando con un modo de vida que, aunque les proporciona un sustento económico y una satisfacción en una parte de sus vidas, no les permite disfrutar de una situación vital y de una noción de la realidad que sí les ayuda a ser y estar. No es de extrañar pues, que haya músicos de la escena que acaben optando por emprender proyectos mucho más reposados (como en el caso de Jim Lindberg) o que, incluso, acaben abandonando el mundillo para dedicarse a construir una vida más normalizada, como en el caso de Tony Adolescent (de los Adolescents) o Ron Reyes, quien abandonó Black Flag en el año 1980 a mitad de un concierto en Fleetwood, ya que las actuaciones de la banda (y la escena en sí) se habían visto rodeadas de más y más violencia entre el público, algo que para Reyes parecía no tener sentido, máxime cuando comenzaba a ser un padre de familia.

Para finalizar, rescataré una frase que no por sencilla tiene menos impacto del que parece, y que por ende creo que puede resumir la esencia que hay detrás de este documental: “Nadie pensaba que el punk fuese a crecer, y sin embargo lo hizo.”, sentencia Brett Gurewitz (Bad Religion, Epitaph Records), quien tampoco duda en arremeter contra la hipocresía reinante entre gran parte de los aficionados a este tipo de música, que en ocasiones se autoproclaman jueces y verdugos sin pensar demasiado y sin mirarse primero a ellos mismos. Y yo me pregunto, ¿cómo se supone que se debe lidiar con todo eso? He ahí la cuestión.

Ficha técnica

Guión: Andrea Blaugrund Nevins.
Intervenciones: