RebeldeMule

Leer y conocer a STALIN (Contrainformación)

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Nota Mié Dic 26, 2007 10:32 pm
<center> RESUMEN</center>

La figura de Stalin ha sido objeto de todo tipo de descalificaciones y ferozmente criticada cualquier faceta de su actividad política. La mayoría de historiadores le consideran una especie de encarnación del Mal equiparable a Hitler, Sin embargo, un análisis desapasionado de su obra ofrece luces y sombras.

Excepto aquéllos que ven la Historia con anteojeras doctrinales, nadie negará el inmenso desarrollo económico, científico y cultural que experimentó la URSS en los años treinta gracias a los planes quinquenales impulsados por Stalin. Y tampoco es posible ignorar el trascendental papel que jugó la Unión Soviética en la derrota del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Junto a estos éxitos y logros también existe la cara sombría de la represión contra el propio partido bolchevique.

Lo que pretendemos en este trabajo es enfocar algunos aspectos de la política estalinista desde un ángulo diferente al que generalmente nos ofrecen los libros de historia, apuntando la necesidad de una reinterpretación histórica de Stalin, alejada de los tópicos y lugares comunes habituales en la historiografía sobre el tema. No se trata de justificar nada, sino de mostrar que las cosas son más complejas
de lo que algunos interesadamente nos quieren hacer creer.


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CUESTIONES SOBRE STALIN </center>
“…“¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! ¡Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! ”.
Lenin

Nota Jue Dic 27, 2007 12:21 pm
<center>Stalin y la lucha por la reforma democrática</center>

Grover Furr

( Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey )

Traducido por Partido Comunista de España (marxista-leninista)

1 Este artículo destaca los intentos de Jose Stalin, desde los años 30 hasta su muerte, para democratizar el gobierno de la Union Soviética.

2 Esta afirmación, y el artículo, sorprenderá a muchos, y escandalizará a algunos. De hecho, mi sorpresa ante los resultados de esta investigación me llevó a escribir este artículo. He sospechado durante mucho tiempo que la versión tipo "guerra fría" de la historia soviética tenía serios agujeros. Pero asi todo, no estaba preparado para la magnitud de las falsedades de las que he tenido conocimiento.

3 Esta historia es bien conocida en Rusia, en donde el respeto e incluso la admiración de Stalin es común. Yuri Zhukov, el principal historiador ruso que avanzó el paradigma de "Stalin, democráta", y cuyos trabajos son la mas importante fuente individual aun cuando no la única para este artículo, es una figura principal, relacionada con la Academia de Ciencias. Sus trabajos son ampliamente conocidos.

4 Sin embargo, esta historia, y los hechos que la apoyan, son virtualmente desconocidos fuera de Rusia, en donde el paradigma de la Guerra Fría "Stalin, malvado" domina tanto lo publicado que los trabajos aqui citados aún están escasamente nombrados.

Por ello muchas de las fuentes secundarias usadas en el artículo, asi como las fuentes secundarias, desde luego, solo son accesibles en la lengua rusa.

5 Este artículo no solamente informa a los lectores de nuevos hechos, y de sus interpretaciones sobre la historia de la U.R.S.S. Es mas bien un intento de llevar a los lectores no-rusos el resultado de nuevas investigaciones, basadas en los archivos soviéticos, sobre el periodo de Stalin y sobre el mismo Stalin. Los hechos discutidos en el mismo son compatibles con determinado rango de paradigmas históricos soviéticos, en la medida en que ayudan a desechar un determinado numero de otras interpretaciones. Serán inaceptables por completo (e incluso escandalosos) para aquellos cuyas perspectivas políticas e históricas se basan en unas nociones erróneas y basadas en la Guerra Fría sobre el "totalitarismo" soviético y el "terror" estalinista.

6 La interpretación kruscheviana de Stalin como un ser hambriento de poder, traidor al legado de Lenin, se creó para que se ajustara a las necesidades de la nomenklatura del Partido Comunista en los años 50. Pero enseña parecidos muy cercanos y comparte muchas premisas con el discursos canónico sobre Stalin heredado de la Guerra Fría, que estuivo al servicio del deseo de las elites capitalistas de presentar las luchas por el comunismo, o cualquier lucha de la clase obrera por el poder, como un camino que dirige necesariamente a algun tipo de horror.

7 Se ajusta también a la necesidad del troskismo de argumentar que la derrota de Trotsky, el "revolucionario auténtico", sólo pudo venir de la mano de un dictador que, se supone, violó cada uno de los principios por los que lucho la Revolución. Kruschevistas, anti-comunistas de la Guerra Fría, y los paradigmas troskistas sobre la historia soviética son similares en su dependencia de una demonización de Stalin, de su liderazgo, y de la URSS durante su mandato.

8 La visión sobre Stalin presentada en este ensayo es compatible con otros paradigmas históricos contradictorios. Las interpretaciones comunistas anti-revisionistas y post-maoistas de la historia soviética contemplan a Stalin como un heredero lógico y creativo del legado de Lenin, si bien fracasado en ciertos aspectos. Igualmente muchos nacionalistas rusos, que dificilmente aprobarian los logros de Stalin en tanto comunista, le respetan como el responsable de convertir a Rusia en una potencia industrial y militar. Stalin es para todos ellos una figura esencial, si bien en formas muy distintas.

9 Este trabajo no intenta "rehabilitar" a Stalin. Estoy de acuerdo con Yri Zhukov cuando escribe:

"Debo sinceramente decir que me opongo a la rehabilitacion de Stalin, porque me opongo a las rehabilitaciones en general. Nada ni nadie en la historia debe de ser rehabilitado, sino que debemos descubrir la verdad, y decirla. Sin embargo, desde los tiempos de Kruschev las únicas víctimas de las represiones de Stalin de las que habremos oído hablar son aquellos que tomaron parte en ellas, o que las facilitaron, y quien no se opuso a ellas". (Zhukov, KP Nov. 21 02)

Tampoco deseo yo sugerir que, en el caso de que Stalin hubiera conseguido todas las metas, los muchos y variados problemas de la construccion del socialismo y del comunismo hubieran sido resueltos.

10 A lo largo del periodo que este ensayo analiza, el liderazgo de Stalin se preocupó no solo de potenciar la democracia en el gobierno del estado, sino de favorecer también la democracia interna en el Partido. Este punto, importante y relacionado, requiere un estudio por separado, y no es el punto central de este ensayo. A pesar de que el concepto de "democracia" es conocido, pudiera tener un significado diferente en el contexto de un partido guiado por el centralismo democrático, formado por miembros voluntarios, que en el contexto de un gran estado de ciudadanos en el cual no pueden darse por supuestas bases de consenso político.

11 Este artículo se ha basado en fuentes de primera mano siempre que ha sido posible. Pero descansa mas sólidamente en los trabajos académicos de historiadores rusos que tienen acceso a documehntos no publicados, ó muy recientemente publicados, de los archivos soviéticos. Muchos documentos soviéticos de gran importancia solo son accesibles a académicos con acceso privilegiado. Muchos otros permanecen completamente secuestrados y "clasificados", incluyendo mucho del archivo personal de Stalin, los materiales pre-judiciales de investigación de los procesos de Moscí de 1936-1938, los materiales de investigación sobre el affaire Tukhachevskii de 1937, y muchos otros.

12 Yuri Zhukov describe la situación archivística de la siguiente manera:

Con el principio de la perestroika, uno de cuyos slogans era glasnost...el archivo del Kremlin, antes cerrado a los investigadores, se liquidó. Sus contenidos empezaron a ser trasladados [a varios archivos públicos G.F.]. Este proceso comenzó, pero no se completó. Sin ninguna publicidad o explicación de ningún tipo, en 1996 los materiales mas importantes y esenciales fueron reclasificados otra vez, escondidos en el archivo del Presidente de la Federación Rusa. Pronto quedaron claras las razones para esta operación a escondidas: permitió la resurrección de uno de los dos viejos y lamentables mitos (6).

Zhukov se refiere con esto a "Stalin el malvado" y "Stalin el gran líder". Solo el primero de estos mitos es familiar a los lectores de la historiografía occidental y anti-comunista. Pero ambas escuelas están bien representadas en Rusia y la Comunidad de Estados Independientes.

13 Uno de los libros de Zhukov, base de mucho contenido de este artículo, se titula Inoy Stalin "Un Stalin diferente", "diferente" de los mitos, más cerca de la verdad, basado en los recientemente documentos de archivo desclasificados. Su cubierta presenta una fotografía de Stalin y frente a ella, la misma fotografía en negativo: su opuesto. Solo en raras ocasiones usa Zhukov fuentes de segunda mano. En su mayoría cita documentos de archivo no publicados, o recientemente desclasificados y publicados. El cuadro que describe de la política del Politburo de 1934 a 1938 es muy diferente de todo aquello que tenga que ver con los mitos que rechaza.

14 Zhukov acaba su Introduccion con estas palabras:

No alardeo de haber dado final a la tarea, o de incontrovertibilidad. Intento solo una tarea, evitar puntos de vista preconcebidos, evitar los dos mitos; intentar reconstruir el pasado, una vez muy conocido, pero ahora olvidado intencionalmente, deliberadamente no nombrado, ignorado por todos.

Siguiendo a Zhukov, este artículo también intenta mantenerse al margen de ambos mitos.

15 Bajo estas condiciones cualquier conclusión debe quedar como un intento. He probado a usar de una manera sensata todos los materiales, ya fueran de primera mano o secundarios. A fin de procurar no interrumpir el texto he colocado las fuentes de referencia al final de cada párrafo. He utilizado las clásicas notas numeradas a pié de página cuando he creído que se necesitaban notas mas largas y aclaratorias.

16 La investigación que este artículo resume tiene importantes consecuencias para aquellos de nosotros que queremos llevar adelante un análisis de clase de la historia, incluyendo la historia de la Unión Soviética.

17 Uno de los mejores investigadores norteamercianos del periodo de Stalin en la URSS, J. Arch Getty, ha denominado la investigación histórica realizada durante el periodo de la Guerra Fria "productos propagandísticos", "investigación" que no merece ni la crítica ni la corrección de algunas de sus partes, pero que debe de ser hecha de nuevo desde el principio (4). Coincido con Getty, pero debiera añadirse que esta investigación tendenciosa, "política" y deshonesta se sigue produciendo hoy en día.

18 El paradigma Guerra Fría-Khruschevita ha sido el punto de vista dominante de la historia de los "años de Stalin". La investigación que tratamos aquí puede ayudar a una aclaración de la materia, "un principio desde el mismo principio". La verdad que al final surge tendrá también un gran significado para el proyecto marxista de comprender el mundo para cambiarlo, de la construccion de una sociedad sin clases de justicia económica y social.

19 En la sección final del ensayo he subrayado algunas áreas para posterior investigación sugerida por los resultados del artículo.


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Stalin y la lucha por la reforma democrática
“…“¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! ¡Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! ”.
Lenin

Nota Vie Dic 28, 2007 6:51 pm
<CENTER>El Cantante Pete Seeger Se Equivoca sobre Stalin (y También Ronald Radosh – Naturalmente)

Mentiras Anticomunistas Causan Amoríos entre Derechistas y la Falsa Izquierda</CENTER>

A veces sale a relucir un asunto que ilustra cómo el anticomunismo junta a criptofascistas derechistas y los falsos "comunistas"—revisionistas.

Los diarios NY Times y NY Sun de fines de agosto 2007 han reportado que Pete Seeger, el famoso cantante folklórico favorito de la falsa izquierda dijo a Ronald Radosh, un propagandista anticomunista rabioso y mentiroso, que había tenido la razón sobre que tan "malvado" fue José Stalin, y que Seeger se había equivocado al no atacar a Stalin más vociferantemente.

Seeger salió del viejo Partido Comunista de EEUU a principios de la década del 1950, como hacían otros pocos entonces, cuando el viejo PC era atacado salvajemente por el gobierno de EEUU, y desafortunadamente también había abandonado la revolución y estaba al borde de abandonar confiar en la clase trabajadora.

Seeger nada sabe sobre la historia del movimiento comunista. Desde luego, nunca ha pretendido ser más que lo que es—un cantante, músico y baladista. Uno no va a Seeger a buscar un buen análisis político, histórico o económico.
¿Dónde está esa alarma en tu cabeza?

Pero tampoco busque en Radosh esos análisis.

Seeger ha escrito una nueva canción: "The Big Joe Blues". Seeger canta contra Stalin y Radosh aplaude.

Cuando te hallas de acuerdo con un mentiroso anticomunista, debes sonar una alarma en tu cabeza: "¡Un momento! ¿Cómo pueden tener la razón estos tipos?"Y a pesar de sus 88 años de vida, Seeger no ha aprendido eso.

Ronald Radosh es pagado para mentir. Por admisión propia, trabaja para el Instituto Hudson, que, como él mismo dice, "es un think tank (grupo teórico) privado que no reclama tener una óptica balanceada. Todo el mundo sabe que es de centroderecha".

Lo que eso significa es que emplea gente para escribir, no la verdad, sino que propaganda para intereses "conservadores", o sea anticomunistas y pro-capitalistas. En resumen, Radosh es empleado para mentir. Si no buscas ser objetivo, estudiar la evidencia y "dejar que las fichas caigan donde puedan", en verdad que no vas a hacerlo por accidente. Por admisión propia, Radosh ni lo intenta hacerlo.

Todo lo que dice sobre el movimiento comunista y la antigua Unión Soviética bajo el liderato de Stalin también es erróneo. Eso no debe sorprendernos. Radosh no sabe mucho sobre la historia soviética. Pero si tu meta es decir mentiras, no tienes que saber mucho, excepto cómo mentir.

De hecho, Radosh ni siquiera dice mucho. Principalmente implica e insinua, haciendo declaraciones generales y no específicas. Eso es una admisión tácita, sin lugar a dudas, que de hecho no conoce lo suficiente cómo para presentar mentiras creíbles.
Radosh Miente, Seeger Aplaude

Veamos TODAS las pocas declaraciones específicas de hechos que Radosh hace en sus dos artículos. Todas son falsas.

"En agosto 1939 Hitler y Stalin firmaron un pacto y se convirtieron en aliados". Falso. El tratado fue un pacto de no agresión. Tanto Inglaterra como Francia tenían esos pactos con la Alemania nazi—los realizados en Munich cuando Checoslovaquia fue vendida a los nazis en 1938.

Cuando el Pacto de no agresión fue firmado por el emisario de Hitler, von Robbentrop—luego colgado en Nuremberg por crímenes de guerra—comenzó un discurso preparado diciendo "el espíritu de hermanda que ha unido a los pueblos de Rusia y Alemania…" Molotov, el ministro soviético del exterior lo interrumpió y dijo: "No puede haber hermandad entre nosotros, hablemos del asunto que tenemos de por medio".

En su reporte a Hitler, Ribbentrop escribió que Stalin señaló "no puede haber neutralidad de nuestro lado, mientras uds. no cesen de hacer planes de agresión en relación a la URSS. No hemos olvidado que su meta final es un ataque contra nosotros".

En un protocolo secreto los soviéticos intentaron ayudar a la Polonia fascista, la cual era harto conocido que la Alemania nazi iba a atacar. Insistieron en una línea por la mitad del país que dividiría a Polonia en "esferas de influencia. Si el Ejército polaco era derrotado por los alemanes, ellos y el gobierno retrocederían tras esta línea, y los alemanes no podrían seguirlos.

Los soviéticos, desde luego, no lo hicieron porque adoraban el gobierno anticomunista, fascista y racista de Polonia. Los soviéticos querían un estado polaco—CUALQUIER estado polaco—entre sus fronteras y las de la Alemania nazi, para tener una "zona amortiguadora" entre la invasión ellos y la invasión nazi que sabían que era inevitable.

Pero el gobierno polaco vendió su pueblo de la noche a la mañana. Los nazis invadieron el 1 de sept. 1939, y para el 17 de sept., el gobierno polaco había cruzado la frontera hacia Rumania, donde los rumanos tuvieron que internarlo—evitando que funcionase (si Rumania no lo hubiese hecho, sería un acto de hostilidad contra Alemania). Así que Polonia no tenía gobierno alguno. Hitler, quien no había pensado destruir el estado polaco, no tenía con quien negociar. Así que el Ejército Rojo entró a Polonia, y a la larga ocupó el mismo territorio que los imperialistas polacos le habían quitado al recien creado estado socialista ruso con el Tratado de Riga de 1920 (la Unión Soviética no fue creada hasta el 1923).

Radosh también ataca a Seeger por apoyar la neutralidad de EEUU durante los primeros años de la II Guerra Mundial (1939-41). Esta fue la posición que entonces tenía el PCUSA y, hasta dónde llegaba, era correcta. Como el movimiento comunista mundial, Seeger tomaba la posición de que la guerra entre Francia , Inglaterra, Alemania y Polonia era una guerra entre imperialistas y, por tanto, contra los intereses de todos los trabajadores. Seeger, como el PCUSA, cambió cuando la URSS fue invadida. ¡Desde luego! La URSS era el estado obrero.

Barbara Fields, una historiadora liberal estudiosa de la Guerra Civil de EEUU y experta en el racismo de EEUU, una vez dijo que la esclavitud fue lo único que hizo que esa guerra civil fuese diferente a todas las otras guerras entre las élites gobernantes en la historia, en la cual el pueblo común era simplemente carne de cañón y las víctimas. La cuestión de la esclavitud dijo a la gente trabajadora de EEUU algo en juego en la guerra, porque la esclavitud—una forma de superexplotación del trabajo—era una daga contra ellos.

Igualmente, la invasión nazi de la Unión Soviética fue lo único que hizo que la II Guerra Mundial fuese diferente a la I Guerra Mundial, la única cosa que dio a la guerra un significado para la clase trabajadora y otros bajo la bota de los imperialistas.

• "Stalin planeba la destrucción del judaísmo soviético". Otra falsedad de Radosh. Esta mentira ha sido explotada por el investigador anti-Stalin Gennady Kostyrchenko, un sionista y anticomunista rabioso, en su obra (en ruso) "Deportación—Mistificación", Lekhaim Sept. 2002; Otechestvennaia Istoriia No. 1, 2003. En su libro de 2003 Stalin y elProblema Judío, Un nuevo anális, Zhores Medvedev, el disidente anti-Stalin, admitió que Stalin no era antisemita:

El antisemitismo de Stalin, sobre el cual leemos en casi todas sus bibliografias, no era religioso, ni étnico, ni cultural. Era político, y aparecía en la forma de antisionismo, y no como judeofobía. (92).

En su artículo en el diario NY Sun (31 agosto de 2007), Radosh se refiere a la "lista de muerte de Stalin". ¿Qué es eso> Stalin firmó—o sea, aprobó—órdenes de ejecuciones enviadas por el Colegio Militar de la Suprema Corte cuando esas sentencias involucraban miembros del Partido Comunista soviético. Sería una cosa si Radosh se opusiese a la pena de muerte y llamase todas esas órdenes "lista de muerte", pero desde luego no se opone a la pena de muerte, tan practicada hoy en las cárceles de EEUU.

El punto principal aquí es que la URSS se enfrentaba a serias conspiraciones internacionales, firmemente vinculadas a los militares y servicios de inteligencia nazis y japoneses, para derrocar al gobierno soviético, asesinar su liderato y establecer una alianza con Hitler. El liderato de Stalin derrotó estas conspiraciones, aunque con mucha dificultad. Al culparse entre sí y fabricarse casos, los conspiradores culparon mucha gente inocente, muchos fueron fusilados que no debieron haberlo sido. Quienes hicieron esto fueron arrestados, juzgados, y muchos de ellos fusilados a cambio por Stalin.

• Radosh menciona varias veces al "Gulag", sin crítica específica. Sin lugar a dudas porque nada sabe sobre esto.

La palabra "Gulag" es un acrónimo en ruso para el "Directorado Principal de Campos de Trabajo y Colonias Correcionales", y es usada para significar los campos de prisiones en la URSS. Ya que cada país tiene prisiones, y el trabajo—igual que recreación—es uno de los deberes de los reos, así que el criticar a la URSS por tener "Gulags" no tiene sentido.

La única cuestión sensata a discutir sería, no la existencia de campos de trabajo, sino: (a) si la gente fue enjuiciada y condenada justamente; (b) las condiciones de apresamiento en estos campos. En algunos campos había maltratato y abusos—lo sabemos debido a las querellas enviadas a funcionarios soviéticos, a las órdenes de inspecciones, récords de inspecciones y de disciiplina contra funcionarios carcelarios que eran abusivos, existen en gran cantidad y han sido publicadas. Radosh evidentemente desconoce todo eso, así que dice "¡GULAG!" y piensa que eso es una crítica.

¡Y esa es la limitación de Radosh! Se refiere a la "tiranía de Stalin", y que es "el más tiránico de los regímenes", pero sin establecer qué era lo "tiránico"—porque no lo puede hacer, por lo menos sin mentir.

Radosh es un mentiroso sin principios en todo lo que escribe. Su libro más famoso es "España Traicionada: la Unión Soviética en la Guerra Civil de España" (Prensa Univ. Yale, 2001). Hasta una larga crítica de este libro fue incapaz de presentar todas las mentiras, falsificaciones y tergiversaciones en esta obra verdaderamente deshonesta (ver Anatomía de una Obra Escolástica Fraudulenta:, en Cultural Lógic, 2003).
En cuanto a Seeger

Pete Seeger por décadas ha apoyado causas liberales. Por unos 11 años (1939-50) militó en el Partido Comunista USA. Fue un período en que ese PC estaba derechizándose en un movimiento comunista mundial que giraba hacia el revisionismo. A la vez, los militantes comunistas sufrían un serio ataque anticomunista a manos de la clase gobernante de EEUU, y miles de militantes del PCUSA eran perseguidos, despedidos, puestos en lista negra, muchos fueron encarcelados. Todo eso era demasiado para Seeger, quien dejó el Partido en medio de toda esta persecución (aunque rehusó ser un soplón anticomunista cuando obligado a atestiguar ante el Comité Congresista sobre Actividades Anti-EEUU).

Seeger es un cantante, músico y compositor, no es un pensador político. Nada sabe sobre Stalin, así que ha repetido lo que el PC pro-Moscú ha dicho desde el 1956, cuando Nikita Jrushchov hizo su infame "Discursos Secreto" atacando a Stalin.

Cada una de las acusaciones contra Stalin—cada "revelación" de Jrushchov en ese discurso—es una mentira. Pero Seeeger, como el P"C"USA, cree y repite todas esas falacias. Seeger dijo que "esperaba que alguien como Jrushchov o Gorbachov pudiesen abrir las cosas" (NYT, 1 Sept. 2007). Jrushchov mintió, pero con un propósito—para introducir desigualdades capitalistas en la Unión Soviética. Gorbachov hizo lo mismo, sólo 30 años después y a una escala mucho mayor. Estos dos derechistas hacen ver a Reagan y Bushito como dos amateurs. Pero el P"C" los siguió, y sigue siguiéndolos.

Seeger dijo al NY Times en 1995 que Radosh "había hecho una carrera desenmascarando los crímenes del comunismo soviético". Eso es falso, desde luego. Radosh no ha "desenmascarado" nada de eso, simplemente nada sabe sobre la URSS. Y no tiene que saber nada cuando su fin no es de hallar la verdad, sino de mentir.

Pero Seeger repite todas esas mentiras de todos estos anticomunistas. Jrushchov, Seeger, el viejo Partido "Comunista", los anticomunistas profesionales, los trotskistas, los derechistas—todos convergen en la cuestión de Stalin. ¿No es eso bien interesante?

Por último, ¿por qué esta constante abatida anticomunista de parte de los patrones y sus portavoces, hoy cuando supuestamente el "comunismo ha muerto"? Bien, los patrones odian a Stalin, Lenin, Marx, Engels, Mao y todos los líderes comunistas porque mostraron a los trabajadores y oprimidos del mundo que hay una alternativa al hoyo infernal del capitalismo. Nunca los perdonarán por eso. Saben que será reconstruido un nuevo movimiento comunista—y por eso es que nosotros en el PLP luchamos—aprendiendo de las lecciones de las revoluciones del pasado, de sus logros y errores.

Un aspecto secundario es que hoy ven el renacer de otra Guerra Fría contra Rusia (y aunque los nuevos gobernantes del Kremlin son anticomunistas y capitalistas), necesitan reconstruir sentimientos anti-rusos. También, catalogan a los gobernantes de China como comunistas, aún si sólo son brutales capitalistas. Por eso siguen necesitando atacar a Stalin, Lenin y Mao.

Pero nosotros en el PLP llevaremos a los trabajadores del mundo las verdaderas lecciones revolucionarias de nuestros líderes rojos del pasado. El futuro es luminoso y las ratas como Radosh, Seeger y otros serán hundidos.


http://www.plp.org/web_supplement/pl_sup.html
“…“¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! ¡Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! ”.
Lenin

Nota Lun Dic 31, 2007 1:11 pm
arreglado el enlace para descargar "Stalin y la reforma democrática", ya que hubo problemas de descarga con la página que lo albergaba.

Stalin y la lucha por la reforma democrática
“…“¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! ¡Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! ”.
Lenin

Nota Sab Feb 02, 2008 11:39 am
Quizás este próximo artículo parezca que no se adapte al tema en cuestión pero pienso que visto la forma de cómo se ha desarrollado el hilo y el objetivo con que se ha pensado éste, merece un lugar importante. Este artículo seguramente abrirá más luz sobre qué significó para el desarrollo del socialismo en la ex-URSS y para el movimiento comunista internacional, las declaraciones de Jruchov en el informe "secreto" al XX Congreso del PCUS.

Fuente directa: <a href="http://rocproint.foroactivo.com/politica-f4/el-discuso-no-secreto-de-kruschov-t4.htm">Foro Rock Proletario Internacional</a> (por cierto, página recomendadísima)

El discurso no secreto de Kruschov

Mensaje por MadialeVa el Dom Dic 02, 2007 11:51 am
Publicado en <a href="http://www.discursononsecreto.blogspot.com/">Estoutras Notas Políticas</a> el 2 de diciembre del 2007
Traducido del gallego

Uno de los primeros grupos comunistas antirrevisionistas que apareció en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial fue La Liga Comunista. Esta organización tenía como órgano de expresión el Turning Point. Traducimos un interesante artículo aparecido en esta revista que habla del conocido Discurso Secreto de Kruschev. Un tema ya interesante de por sí para cualquier comunista, que ve incrementado su interés por dos aspectos: sus autores eran norteamericanos y su publicación dista tan sólo unos pocos meses de la celebración del XX Congreso del PCUS, en el que Kruschev pronuncia el discurso "Sobre lo culto a la personalidad y sus consecuencias", que es el nombre oficial del popularmente conocido como Discurso Secreto.

Como dicen los autores de este artículo: "Oímos muchas veces que 'la verdad nos hará libres', pero en este caso las mentiras de K sobre la Unión Soviética liberan a los falsos comunistas de sus responsabilidades marxistas, pudiendo ser 'liberales de espíritu abierto'. La historia de Kruschev es un regalo del cielo para este tipo de personas".



El DISCURSO NO SECRETO DE KRUSCHEV

Turning Point
Órgano de expresión de la Liga Comunista (Estados Unidos)
Agosto de 1956

1. Sobre la eficiente circulación del material secreto!
2. El ecléctico boomerang
3. La intuición de K
4. La técnica de equiparar aseveraciones con hechos
5. La técnica del rumor
6. La técnica de las distintas etapas
7. Verdad..., ¡pero!
8. Reescribiendo la Historia
9. Historia no reescrita
10. Un documento real
11. El autorretrato de Kruschev


1. ¡Sobre la eficiente circulación del material secreto!


El 24 y 25 de Febrero de 1956, el Congreso del PCUS celebró una sesión secreta de la que incluso los representantes de los partidos comunistas hermanos fueron excluidos. En esta reunión, Kruschev empleó 25.000 palabras para denunciar a Stalin y su supuesto "culto a la personalidad".

¿Por qué este discurso secreto no es un secreto? Es más, ¿por qué es la noticia menos secreta de nuestro tiempo (y tenemos en cuenta el matrimonio de Grace Kelly)? ¿Por qué K (1) no tiene reparos en distribuir a nivel mundial este discurso secreto después de advertir hipócritamente lo siguiente?:

“No podemos permitir que este asunto salga del Partido, sobre todo que llegue a la prensa. Esta es la razón por la que estamos tratando este tema aquí, en una reunión del Congreso cerrada. Debemos conocer los límites; no podemos dar munición al enemigo; no podemos lavar nuestra ropa sucia delante de sus ojos”.

El discurso de K estaba destinado a ser un secreto desvelado, la forma preferida para la calumnia. Cualquier agente de Hollywood sabe que el secreto es la mejor forma de promoción publicitaria. Sin embargo, K tenía que comprobar la reacción de la audiencia en una primera exposición de lo que él denominaba “ropa sucia”. Por tanto, la sesión fue a puerta cerrada como si de un ensayo teatral se tratara, pero con una modificación: las críticas no eran bienvenidas. Mientras los detalles del “culto a Stalin” serían filtrados, las críticas de la oposición e incluso el rechazo de los delegados podrían amortiguarse. Estas son las condiciones ideales para las revelaciones de K.

Al poco tiempo, los primeros rumores llegaron (y no precisamente por osmosis) a la prensa capitalista mundial. Estos rumores fueron de “alta calidad”, y resultaron ser exactos. ¡Pocos rumores suelen provenir de fuentes no fiables, y éstos sobre el discurso secreto demostraron que el kruschevismo es una fuente fiable!

Después del período de rumorología, K consideró oportuno avanzar hacia la siguiente etapa: poner en circulación un “supuesto texto”. Un “supuesto texto” que habría permitido la revisión, aclaración o ampliación en caso de errores. Por ejemplo, los responsables de la circulación de este “supuesto texto” indican que faltan algunos puntos de delicada naturaleza. (2)

Para comprender bien la técnica de la rumorología es necesario destacar que incluso antes de la circulación del “supuesto texto”, otros correligionarios de K, incluyendo otros partidos comunistas, captaron bien las señales y comenzaron la lucha contra el “culto a la personalidad” en sus partidos.

Cuando K advirtió que “no debemos dar munición al enemigo”, estaba siendo hipócrita de dos maneras distintas. En primer lugar, dio deliberadamente municiones al capitalismo mundial con el fin de utilizar la lucha contra las fuerzas comunistas en su lucha contra la imagen de Stalin. (K merecería un reconocimiento histórico a su contribución a la táctica de la lucha anticomunista). En segundo lugar, fomentó la mentira según la cual los comunistas tienen miedo de la autocrítica. Como K se muestra tan sensible a las observaciones del enemigo, que sean las palabras del propio Stalin las que echen al cubo de la basura esta falacia:

“Algunos afirman que la exposición de sus propios errores y una crítica abierta son elementos peligrosos para el Partido, porque pueden ser empleados polos los enemigos contra el partido del proletariado. Lenin consideró estas objeciones triviales y totalmente erradas”. (Fundamentos del leninismo).

Después Stalin cita el famoso pasaje de Lenin de su Un paso adelante, dos pasos atrás:

“...Los socialdemócratas rusos están de sobra curtidos en el campo de batalla por esos ataques y continúan, a pesar de estos, su trabajo de autocrítica y exposición de sus propias deficiencias, lo que incuestionablemente es necesario para el crecimiento del movimiento de la clase obrera.”

Por supuesto, si la crítica es grosera, no sólo no debe ser expuesta públicamente, sino que no debería existir.

La autocrítica comunista puede, en ocasiones, parecer munición para el enemigo, pero su alto calibre marxista supera su uso indebido. Sin embargo, las municiones de K parecen beneficiar al enemigo. (Quienes estén leyendo el New York Times saben que sin los aportes de K el tamaño de la edición estival sería mínimo, llevando el pánico a la industria del papel.)

El discurso secreto de K debía ser cualquier cosa menos secreto. Todo lo contrario, fue diseñado expresamente para ser filtrado. Lo importante es que K consideró oportuno colaborar con el capitalismo internacional para reeducar al comunismo internacional en la línea kruschevista.

Incluso el New York Times se vio obligado a no reivindicar, con insólita modestia, el descubrimiento del documento secreto. El 5 de junio de 1956 se publica en el New York Times el “supuesto texto”, con un añadido sorprendente: “Algunos observadores piensan que Moscú puso deliberadamente el Discurso secreto en manos occidentales”. La editorial del New York Times dice alegremente: “...un sentimiento de satisfacción debe impregnar a cada opositor al comunismo en estas últimas décadas.” La felicidad del New York Times no impide su sorpresa porque “leer el discurso es una experiencia dolorosa.”

Estamos seguros de que el New York Times se recuperará rápidamente de su “dolorosa experiencia”. Pero, ¿cuánto tiempo tardará el movimiento comunista?

La "conciencia de clase" del New York Times hace que éste tenga algunos problemas para dar una noticia al mundo capitalista que provoca la euforia de los poderosos y la desilusión de los oprimidos. La información de K dio un rodeo para llegar a las líneas enemigas antes que al sector socialista.


2. El ecléctico boomerang

Las personas somos asediadas por distintos tipos de canallas. K no es el peor tipo de canalla: los peores son los de habla dulce y K es demasiado crudo. Su crudeza radica en los hábitos eclécticos, defecto común a los oportunistas.

El oportunista ecléctico recoge sus argumentos de distintos cubos de basura, haciendo que su mensaje carezca de continuidad y coherencia. Es un torpe ambidestro; deshace con la mano derecha lo que hace con la izquierda. Lo que defiende en un párrafo lo contradice en el siguiente. Tan sólo se preocupa por el párrafo que está escribiendo, la incidencia del que escribe después no le importa. Mientras que un ecléctico honesto es simplemente un pensador sin entrenamiento, un ecléctico deshonesto es un demagogo que no acredita en la memoria de su audiencia.

Una noche, la Luna creciente intentó impresionar la un habitante de la Tierra con su fría luz. Alegó que el Sol era un proyector que para no valía para nada, además de emitir demasiada luz. Esto no impresionó al habitante de la Tierra, que contestó: "¿No eres tu un pálido parásito que tan sólo refleja un poco de esa luz?" Obviamente, el habitante de la Tierra no se quedó impresionado de su momentánea conversación con la Luna. Era un aborigen australiano con un don para la balística y el sarcasmo. Apreciando el diseño de la Luna creciente por razones simbólicas y añadiendo ligeras modificaciones por razones balísticas, creó una astuta arma arrojadiza que no sólo trazaba una curva en el aire antes de llegar al objetivo, sino que, en el caso de errar el blanco, volvía a las manos del tirador. Era un arma, el boomerang, inventada para perpetuar un golpe.

K adorna este arma con sus mentiras para perpetuar un argumento pobre y grosero. Un misil para la conciencia, para pasar por ciertos lo que no son otra cosa que deshonestos argumentos. Es la técnica de este frío parásito que, mientras desacredita a Stalin, sobrevive con la luz que emana de los logros de este último.

3. La intuición de K

¿Cuál es el objetivo del ataque de K contra Stalin? A pesar de que el ataque muestra abiertamente una ideología oportunista, su contenido no es político o ideológico, sino que se asienta en el escándalo. Stalin es reconocido por sus numerosas ideas y análisis expuestos en su extensa obra. No es extraño que K eluda este terreno. Con un Stalin que ya no puode rebatir, K tenía una magnífica oportunidad para una disección académica de la obra de Stalin.

A modo de comparación, ¿como aborda el Turning Point la figura de K? Sinceramente, permitimos que sea K quien se ataque a sí mismo, incluso a través de su propia y escasa obra. No necesitamos inventar una escabrosa vida sexual de K, ni descubrir presuntos documentos secretos, ni siquiera notas marginales. Con las palabras de K llega.

K no sólo elimina de la circulación los libros de Stalin, también los destruye. ¡Estúpido! Ni siquiera una persona tan traballadoramente anticomunista como Hitler acabó con toda la literatura comunista. (Consideramos la pérdida de una sola palabra de K como una gran pérdida histórica. Sólo un "editor" inconsciente querría privar a la historia de los principales descubrimientos históricos del estudio del famoso eclipse de 1956.) La Enciclopedia Soviética omitió, por el momento, el Tomo 40, que incluye el capítulo relativo a Stalin. Desde ese momento, las referencias sobre Stalin que aparecen vienen retocadas por la imaginación de K. Estamos convencidos de que algún día, temprano, ese volumen de la Enciclopedia Soviética tendrá un gran valor para los coleccionistas - es más, será un apéndice de las Obras Completas de Stalin. (3)

Una mentira que tiene menos palabras que su corrección. Toda vez que K empleó menos de 25.000 palabras para construir la mentira sobre Stalin después de la muerte de éste último, se comprenderá que este artículo, que traza la trayectoria del boomerang, sólo se centre en los pasajes más representativos.

Según K, Stalin se veía a sí mismo incluso como un "superhombre con poder sobrenaturales equiparables a los de un dios. Un hombre que presuntamente todo lo sabe, todo lo ve, que piensa por todos, que es capaz de hacer cualquier cosa, que se muestra infalible en sus acciones."

Stalin dijo una vez:

"Y precisamente para poder avanzar y mejorar las relaciones entre las masas y los líderes, tenemos que mantener viva la crítica libre y abierta todo el tiempo, hacer posible una estrecha relación entre el pueblo soviético y sus dirigentes, criticar sus errores para que no se conviertan en unos presuntuosos." (Obras Completas, Vol. XI, 1925)

K no tiene en cuenta estas palabras e insiste en su discurso no secreto:

"Él nunca reconoció a nadie que había cometido algún error, grande o pequeño..."

Una buena respuesta a esta acusación aparece en el comienzo de las Obras Completas de Stalin. En el prólogo del Volumen I, Stalin restringe su atención a una sola tarea: señalar sus propios errores. Stalin no se limita a admitir modestamente sus errores. Su autocrítica es específica. Dirige la atención del lector a sus errores en determinados artículos. Asumiendo la correcta posición de Lenin en lo relativo a la autocrítica, menciona sus errores y su causa: "...debido a la insuficiencia de nuestra formación teórica y a nuestra descuido, característica de los trabajadores manuales, en las cuestiones teóricas, no estudiamos con profundidad determinadas cuestiones de las que no comprendemos su gran importancia." (4)

¿Cuándo escribió Stalin ésto? En el final de su vida. El boomerang que seguimos indica que K es una especie de variedad silvestre de mentiroso. Vamos a concluir este ejemplo con un mensaje del mentiroso K durante lo XIXº Congreso del Partido:

"'El mentiroso no puede ser amigo de nadie' dice con razón el proverbio. Los mentirosos deben ser arrastrados a la luz del día. Tienen que ser castigados severamente y expulsarlos de nuestras filas." Y finaliza su informe con: "Viva el sabio líder de nuestro Partido y del Pueblo, el inspirador y organizador de todas nuestras victorias, el camarada Stalin!"

Seguimos. Antes que nada, K quería mostrar a un Stalin antileninista, pero esto es un poco difícil. Ofrecemos a continuación una de las más ridículas y temerarias tentativas de K:

"Al mismo tiempo, Stalin dio pruebas de su falta de respeto por la memoria de Lenin. No es ninguna coincidencia el hecho de que, a pesar de la decisión adoptada durante 30 años de construir un Palacio de los Soviets cómo monumento a Vladimir Ilyich, este Palacio no se construyó, siendo siempre aplazado su comienzo, permitiendo que el proyecto decayera."

¡Que monumentales pruebas tenemos aquí! Stalin erigió un auténtico monumento a Lenin en sus escritos; ¡K promete algo mucho más sólido, ladrillos sobre ladrillos! La historia del Palacio de los Soviets es interesante. Hace mucho tiempo, cuando los dibujos del diseño fueron distribuidos, suscitaron sentimientos encontrados, la mayoría de las veces de horror. El Palacio era rival de las más altas y llamativas estructuras del mundo. ¡Una dudosa honra! Se dijo, pensamos que acertadamente, que parecía un pastel de aniversario, con una estatua de Lenin colocada peligrosamente en la cúspide. Arquitectos, incluidos soviéticos, discreparon de este diseño. La guerra puso fin a este proyecto durante algunos años, al requerir demasiadas inversiones. Después de la guerra, segundo tenemos entendido, la Unión Soviética recapacitó sobre esta irreflexiva competición con las monstruosidades extranjeras y se empezó a cuestionar con más fuerza el proyecto. Cada vez más, los arquitectos soviéticos, incluidos los que contaban con el favor de K, ridiculizaron el estilo florido del rascacielos y lo innecesario del mismo.

Este es uno de los muchos temas (música, genética, lingüística, etc.,) objeto de prolongados y polémicos debates en la Unión Soviética. Nos tocó ver a K lloriqueando por el olvidado monumento. ¡Pensábamos que era alérgico a los monumentos! ¿Creerá él en el "culto"? Quizás confunde las gigantescas dimensiones del monumento con la paupérrima solidez de su ataque a un arquitecto que dedicó toda su vida a edificar las ideas de Lenin.

K nos abre los ojos. Stalin, nos dice K, es un "suspicaz enfermizo". Estamos impresionados por la intuición de K, pero, con un poco de retrospectiva y bajando la voz, podríamos decir que si Stalin era suspicaz a lo mejor es que tenía buenas razones para serlo. Como por ejemplo, ¿no se quitó K la máscara después de las exequias de Stalin? Tenemos que preguntarnos si debemos condenar a Stalin si, según K, mira a una persona (¿como K?) y dice: "¿Por qué tu mirada es tan traidora hoy?" Hay gente traidora que algunas veces deja translucir parte de esa característica a través de sus ojos. ¡Además, la gente que lleva puesta una máscara no puede quejarse de una inevitable mirada directa sobre sus ojos!

Somos indulgentes con todo lo anterior porque estamos analizando un retrato de K, pero no lo compraremos. El mundo capitalista siempre tuvo el monopolio de estos retratos, y los comunistas -hasta la llegada de K- nunca intentaron romper ese monopolio.

Como pintor, K muestra poca disciplina. Cuando K hace hincapié en demostrar el "tono fachendoso" de Stalin, su pincel en realidad desgarra el lienzo:

"... por cada ataque del enemigo, responderemos con tres golpes."

Que pobre opinión tiene K del pueblo cuando presenta esta cita como un ejemplo de vanidad. En varias ocasiones, Stalin, en el nombre de la Unión Soviética, advirtió al mundo hostil cuando comenzaron a amenazar a la Unión Soviética. La promesa se materializó.

Quizás K no sea tan malo como pensamos. Puede que sea un simple hombre apacible que se altera por la ferocidad de Stalin y sus "tres golpes". El propio K, sin embargo, destruye esta idea si tenemos en cuenta la siguiente información:

"Ellos (los fascistas) harían bien en enterarse de que cualquier intento de ataque sobre Ucrania podría costarles sus cabezas. Al pueblo ucraniano le gusta el pan blanco y rompería el cráneo de cualquiera que metiese su sucia nariz en el jardín Soviético." (Discurso en el XIIIº Congreso del PCUS).

Honestamente, no tenemos ninguna objeción a la dura expresión "romper el cráneo" (cuando se aplica a los fascistas), pero no comprendemos la preferencia de este tipo de expresiones frente a los menos sensacionalistas "tres golpes" de Stalin.

Todos estos ataques son claramente personales.

4. La técnica de equiparar aseveraciones con hechos

En su ataque contra Stalin, Kruschev asimila simples afirmaciones con hechos, sin ofrecer ninguna prueba. Así es como K imagina el supuesto colapso de Stalin durante la Segunda Guerra Mundial:

"Sería negativo olvidar que después de las primeras derrotas severas en el frente, Stalin pensaba que había llegado el fin. En un de sus discursos de esos días, afirmó: 'Todo lo que Lenin creó está perdido para siempre.'"

¿No sería razonable pedir que K identificara y probara la existencia de ese supuesto discurso? Suponemos que no lo encontraremos en las Obras Completas de Stalin. Para llenar este vacío, TP está barajando la idea de encargar la K a elaboración de las Obras Completas no escritas de Stalin.

K hace referencia a un pleno del Comité Central que no llegó a realizarse:

"Ellos (los miembros del Comité Central) aguardaron dos días para el comienzo del plenario, pero de nada valió. Stalin ni tan siquiera quiso reunirse y hablar con los miembros del Comité Central. Este hecho demuestra lo desmoralizado que estaba Stalin en los primeros meses de la guerra..."

Si esta afirmación (¡que Stalin se impusiera un régimen de incomunicación!) fuese cierta, sería uno problema de burocracia, no de desmoralización. Apuntamos este ejemplo tan sólo para recordar al lector el uso indiscriminado que K hace de una suposición. Lanza afirmaciones sin ningún tipo de prueba y quiere hacer pasarlas por hechos reales.

Estrechamente vinculado al anterior ejemplo es este otro, en el que Stalin

"No se reunía y, por tanto, no podía conocer las opiniones de los trabajadores del partido."

De nuevo, ¿es esto un hecho o una afirmación? Estas observación de K nos llevan a pensar que, a veces, dos mentiras hacen una verdad. Pero algunas veces, dos afirmaciones escandalosas conducen (vía deducción) a la verdad. Como por ejemplo, señalamos anteriormente las afirmaciones de K sobre que Stalin se veía a sí mismo como un “superhombre” que era “capaz de hacer todas las cosas Nos muestra a continuación a un Stalin "desmoralizado". ¡Por tanto, deducimos que Stalin estaba demasiado desmoralizado como para ganar la guerra y tenía demasiada confianza en sí mismo como para permitir que nadie le ayudara a perder! Deducimos también que sería ingenuo confiar en esa desequilibrada contabilidad de los pecados de Stalin.

K afirma que Hitler sorprendió a Stalin a pesar de la advertencia de Churchill. Asumiendo que esa advertencia fuese real (la Unión Soviética recibió innumerables advertencias y estaba en guardia contra las provocaciones), nos preguntamos la fiabilidad y los motivos del aviso de Churchill. K olvida este aspecto, y es él mismo, contradiciéndose de nuevo, quien aporta la respuesta lógica: "Ellos (los ingleses) tenías unos objetivos imperialistas que pasaban por una sangrienta guerra entre la URSS y Alemania para reforzar la posición del Imperio Británico." Es por esto por lo que tenemos que preguntar la razón por la que serían fiables los servicios de inteligencia de Churchill.

K afirma que Stalin era un dictador, y que no conocía la paciencia ni la capacidad de persuasión. Stalin creía en la persuasión 'paciente’ y, a menudo, advirtió contra lo contrario, como en el famoso caso de la defensa de Trotsky.

"Poco después de esto, cuando el Pleno del Comité Central se reunió y el grupo de Leningrado, junto con Kamenev, exigió la inmediata expulsión de Trotsky del Buró Político, estuvimos en desacuerdo con esta propuesta de la Oposición. Cuando obtuvimos la mayoría en el Comité Central nos limitamos a remover a Trotsky del puesto de Comisario del Pueblo para la Guerra. Estábamos en desacuerdo con Zinoviev y Kamenev, porque sabíamos que el método de poda, el método sangriento - y ellos demandaban sangre - era peligroso, contagioso: hoy podamos uno, mañana, otro, pasado mañana el tercero - quien quedará en el partido?" (Informe Político del Comité Central del PCUS(B), 1925)

No precisamos continuar basándonos en los escritos de Stalin para refutar a K. Llega con un simple ejercicio de lógica. Los dictadores ordenan, no luchan con argumentos. Hitler ordenó; Mussolini ordenó. Stalin pasó su vida argumentando planes, teorías, ideologías. Sus discursos y los libros no son órdenes o amenazas, son exposiciones y polémicas.


5. La técnica del rumor

Algunas veces K va más allá de la afirmación arbitraria; utiliza el rumor - algunas veces incluso con testigos. Pongamos un ejemplo. K afirma que Stalin "había perdido totalmente la conciencia de la realidad", que su única fuente de información eran las películas, que nunca hablaba con nadie, que no visitaba las ciudades, etc., que incluso durante la guerra, "nunca visitó ninguna sección del frente... excepto una corta visita a Mozhaisk durante un período de calma en el frente". Además, "Stalin planificaba las operaciones en un globo terráqueo". Y como prueba, K sitúa al mariscal Bagramyan aquí o la Vasilevsky allí como testigos.

K se opone a Stalin cómo uno todo y también pieza a pieza. Ataca bastante al dedo meñique de Stalin. Nos informa de que Stalin tenía la costumbre de decir que con un simple movimiento de su dedo pequeño su adversario sería derrotado. Por ejemplo, K pone en la boca de Stalin estas palabras (sin añadir fuente):

"Agitaré mi dedo pequeño y ya no habrá más Tito".

Según K, Stalin también agitó su dedo pequeño sobre otros - Kosior, Postyshev, Chubar, Voznesensky, Kuznetsov, etc.

En el capítulo que precede al de 'Conclusiones' en la Breve Historia del PCUS, Stalin dice:

"Estos insectos de la Guardia Blanca olvidan que el verdadero dueño del país soviético es el pueblo Soviético, y que los Rykovs (ya rehabilitado por Kruschev), Bukhanrins, Zinovievs, y Kamenevs son sólo empleados temporales del estado, que en cualquier momento los puede barrer de sus oficinas como a tanto canalla inútil. Estos despreciables lacayos de los fascistas olvidan que el pueblo soviético sólo tiene que mover un dedo de la mano para no dejar huella de ellos".

Como buenos estadounidenses, podemos ver en la televisión distintos detergentes milagrosos, pero tenemos que comprar uno en particular, lo que aplicado a la cita de Stalin en la que habla de su confianza en el poder del "pueblo soviético", borra lo que conviene a K y lo convierte en una muestra del despotismo de Stalin. Lo cierto es que un lacayo eliminó la expresión "pueblo soviético" de la cita de Stalin y añadió un verbo en la primera persona del singular. Estamos ante un rumor. No hay testigos.

Ahora otro rumor:

"Dijo (Stalin) que el académico Vinogradov debía ser encarcelado y golpeado. Presente en el congreso como delegado del Ministerio Estatal de Seguridad estaba el Camarada Ignatiev, a quien Stalin le dice de manera escueta: 'Si usted no obtiene ninguna confesión de los doctores tendremos que cortarle la cabeza'"

De nuevo (¡qué suerte para la historia!) K conoce conversaciones, de las que no hay testigos, en las que Stalin deja claro el tratamiento contra todo opositor:

"Golpear, golpear y volver a golpear".

¿No considera el lector que K, antes de escribir el discurso, tuvo que cavilar que sería necesario una fuente para defender esa acusación tan increíble? Después de todo, esta afirmación suena tan falsa como la reciente de Bulganin sobre las nuevas relaciones URSS-Yugoslavia:

"Cortaremos las manos de cualquiera que ose atacar nuestra amistad". (NYT, 7/6/1956)

Si alguien está deseando creer a K porque así se libra de cualquier responsabilidad propia, entonces el rumor llega. De hecho, el rumor con testigos es innecesario.

6. La técnica de las distintas etapas


Nervioso por el conocido talento de Stalin, y nervioso por las contradicciones existentes en su discurso, K emplea un dispositivo que llamaremos "Técnica de las Distintas Etapas". Cuando tiene la vergüenza de concederle a Stalin su debido reconocimiento, dice: oh, eso fue en una etapa anterior, después cambió (etapa posterior). De este modo supone K que se eliminan las contradicciones de sus acusaciones. A pesar de todo esto, K no puede evitar admitir:

"El papel de Stalin en la preparación y ejecución de la revolución Socialista, en la Guerra Civil y en la construcción del Socialismo en nuestro país es universalmente conocido. Todo el mundo lo sabe perfectamente".

Estos eventos ocupan un bueno período de la historia. Afirmando la evidencia de la contribución de Stalin a la preparación de la revolución, a hacer la revolución, a la victoria en la guerra civil, y a la construcción del socialismo, K facilita el camino para que nos creamos su teoría de la posterior degeneración de Stalin en la "etapa posterior". Después de todo, los trotskistas, a quien K defiende, no pueden ser apoyados fácilmente durante los eventos citados anteriormente.

¿Cuándo finaliza este glorioso período de Stalin? K nos cuenta que todo acaba en 1934. Esto quiere decir que la "etapa posterior" corresponde a un largo período en la vida de Stalin -18 años. ¿Debemos entender que hasta 1935 Stalin empleó la "persuasión paciente" de la que K lo acusa de carecer?

Cuando K se refiere a la lucha ideológica con los trotskistas hasta 1934, admite: "Aquí Stalin jugó una papel positivo". Cuando K se lamenta del castigo recibido por los trotskistas después de 1934, él culpa a la "voluntariedad" de Stalin, a su "violencia administrativa, sus represiones masivas, y a su terror", etc. K está afectado por todas esas personas que fueron "condenadas... a su aniquilación moral y física... cuando la única prueba existente... fueron sus autoinculpaciones... obtenidas gracias las presiones físicas".

Ya probamos la integridad de K, así que no nos vamos a preocupar con sus reflexiones sobre un supuesto Stalin sádico. Las pruebas contra los trotskistas eran manifiestas, y remitimos al lector el suplemento que acompaña esta revista. Lo que nos intriga no es la escabrosa imagen que se da de Stalin, sino, algo más importante, la propia actitud de K -en caso de que él hubiese podido detener el tiempo lo suficiente como para simular una actitud. El problema es: si los trotskistas, al margen de consideraciones de tipo ideológico, son criminales, ¿está de acuerdo K con que deben recibir las sanciones prescritas por la ley soviética? Esto precisa de una cuidadosa investigación.

La denuncia de K sobre los castigos a los trotskistas en los años 1935-37-39 se basa en que durante la lucha era correcto usar métodos "extraordinarios", pero, una vez ganada esta, Stalin debió desistir. K insiste en que después del XVIIº Congreso

"... Los trotskistas y los oportunistas de derechas fueron aislados políticamente".

K admite que no hubo represión contra los trotskistas durante el período político de su exposición. Su argumento es que:

"...cuando los contrincantes ideológicos del partido llevaban tiempo derrotados políticamente, fue cuando comenzó la represión contra ellos".

Hay un factor hasta ahora omitido. Después de su derrota ideológica, los trotskistas dejaron de ser una tendencia política para convertirse en una banda de saboteadores contra la Unión Soviética. ¿Si esto fuera cierto, retiraría K sus acusaciones contra Stalin? K admite que:

"Sólo fueron empleados métodos extraordinarios contra las personas que habían cometido actos criminales contra el sistema soviético".

K dice que los trotskistas fueron víctimas de la represión después de su derrota ideológica, y dice que los métodos extraordinarios sólo se empleaban en el caso de criminales contra el sistema soviético. Sólo con lo que dice K llega para comprender que eran criminales.

En el XVIIIº Congreso del PCUS, en 1939, ¿quien fue el que realizó las siguientes referencias a los sabotajes?:

"...Los agentes de los servicios de espionaje fascistas -los trotskistas, bukarinistas y nacionalistas burgueses.

"Estos monstruos, estos parias de la sociedad humana, son los malditos de la población de la Ucrania Soviética.

"...perros... despreciables trotskistas... todas las viles criaturas al servicio de las agencias de espionaje extranjeras asentados en el suelo ucraniano... enemigos y traidores...

"Los destructores - los trotskistas, los bukarinistas y los nacionalistas burgueses - hicieron de todo para arruinar la ganadería en Ucrania".

No, no son palabras de Stalin; es la descripción que K hace de estos criminales. Por tanto, K sabe que la represión estaba justificada. Pero hay un abismo entre lo que este hombre sabe y lo que se atreve a admitir. Aquí debemos hacer una llamada al sentido común. K, menos estúpido, llamó de todo a Stalin. Si este último no era estúpido, ¿por qué trabajó pacientemente durante más de una década exponiendo la ideología de los trotskistas para, tras conseguir su aislamiento político, empezar las represiones sobre ellos? ¿Por qué no puso en práctica desde uno primero momento lo que K llama "su obstinación destructiva" sobre ellos, ahorrándose tantos años de combate ideológico?

7. Verdad..., pero!

K emplea la técnica de la "verdad, pero!" Se queja del injusto trato sobre las personas inocentes. Verdad, gente inocente fue maltratada. Pero... ¿quién los maltrató y quien los expuso a los maltratos? (K no demuestra que los inocentes mencionados por él fueron realmente inocentes. Y su "tratamiento" de Beria, Bagirov, etc., desde su ascenso al poder, hace que no sea el más apropiado para hablar sobre el tema). Fueron Stalin y otros, no K y compañía, los que hablaron de la victimización de personas inocentes. Fue sobre todo Stalin quien denunció a los trepas sin principios que para conseguir sus objetivos etiquetaban a sus críticos como trotskistas. Mostramos un importante caso:

En 1938, en el transcurso del debate sobre la victoria final del socialismo en la Unión Soviética, un joven integrante de la Liga Comunista (5) se internó en aguas peligrosas al insistir que, si bien el socialismo había conseguido la victoria en la Unión Soviética, la victoria final del socialismo sólo era posible si se daba a escala mundial. Por esta posición correcta, Ivanov, así se llamaba el joven, fue etiquetado como trotskista (estamos en el período de los procesos contra los trotskistas), alejado de su labor de propaganda y amenazado con la expulsión del Komsomol. Ivanov, preso de sus convicciones, escribe a Stalin.

La respuesta de Stalin es típica. Le dice la Ivanov que tiene razón, que

"la actitud de sus atacantes sólo puede explicarse por la incapacidad de estos para entender la realidad circundante y la ignorancia de los principios elementales del leninismo, o por el vacío ideológico y la vanidad de la que hacen gala los burócratas".

Tranquilizando a Ivanov, Stalin le dice:

"Por lo que respecta a la posibilidad, camarada Ivanov, de que sea 'destituido de su trabajo de propaganda y de que su pregunta ponga en peligro su puesto en el Comité Regional de la Liga Comunista' no tiene nada que temer. Si los miembros del Comité Regional de la Liga Comunista quieren imitar al sargento Prishibeyev de Chekhov, puede tener por seguro que perderán en este juego. Prishibeyevs no es apreciado en este país". (6)

Estaba en lo cierto, los acusadores estaban equivocados. Y el odio de los Prishibeyevs hacia Stalin creció más y más.

Hasta ahora los ataques de K no están apoyados en ningún documento. Pero en el próximo punto a tratar, K utiliza como prueba unos cuantos documentos (copias de los mismos fueron repartidas a los delegados del Congreso).

8. Reescribiendo la Historia

El ataque de K a Stalin busca reescribir la historia. Para eso, emplea las revelaciones de tres documentos. El primero es una 'infame’ falsificación, el "Testamento" de Lenin. Esta falsificación es para los trotskistas lo que para los antisemitas "Los protocolos de Sión". A pesar de que en un futuro analizaremos a menudo la curiosa historia del "Testamento", nos vemos en el deber de hacer ahora algunas proposiciones básicas.

1. K no aportó pruebas de la autenticidad de este "Testamento". Es suya la responsabilidad de presentar pruebas. Durante décadas, los partidos comunistas del mundo emplearán esta invención como hacen ahora mismo porque buscan cualquier tipo de argumento para alejarse del marxismo ortodoxo.

2. El carácter de falsificación del documento viene indicado, sobre todo, por algunas consideraciones políticas que presenta. De todas las personas del mundo, Lenin sería o último en acusar a alguien de "rudo", etc. El propio Lenin (cómo le había sucedido antes a Marx) fue un blanco constante de los proyectiles del Emily Post (7). Se burló Lenin a menudo de esta queja sobre la "rudeza". Y Lenin fue un hombre coherente con un estilo coherente que reflejaba su modo de entender la política.

3. Stalin fue el defensor más vigoroso y coherente de Lenin mientras este vivía (cómo lo siguió siendo después de la muerte de Lenin). Lenin sabía esto, y así lo dejó escrito en los documentos que existen. Stalin se convirtió en el Secretario General de los comunistas rusos mientras Lenin vivía y con su recomendación. Trabajaremos para hacer circular todos estos documentos que están siendo ignorados en la actualidad.

4. Lenin confió en Stalin, tanto como recelo de Zinoviev y Kamenev, a quien denunció como "esquiroles". En el víspera de la revolución, Lenin intentó sin éxito que Zinoviev y Kamenev confesaran la fecha de la planificada insurrección.

5. Hay una última cosa que dijo de gran importancia para todos los que realmente no creen en ningún culto. Pensemos por un momento que el “Testamento" es realmente obra de Lenin. ¿Y después qué? Muy simple. Es el propio Lenin quien se desmentiría a sí mismo en lo referente a la crítica a su mejor defensor. Sería un error de Lenin, no de Stalin. Pensamos que un error así no es probable y que no existen pruebas de la autenticidad del "Testamento". Pensamos que lo único que se podrá probar son los embustes de K. A pesar de que K no niega que Stalin, durante la etapa anterior, fue el más inquebrantable defensor de los principios de Lenin, en pie de guerra contra las ideologías ajenas al Partido, ¿por qué se niega después a darle crédito a las opiniones de Lenin sobre lo veía él de cerca y lo que K veía desde la distancia?

El segundo documento es una carta de la esposa de Lenin, Krupskaya, a Zinoviev y Kamenev, quejándose de la rudeza de Stalin. El tercer documento es una supuesta carta de Lenin a Stalin en la que se queja de la "ruda llamada con una dura reprimenda por teléfono" de Stalin "a mi esposa". Lenin, también presuntamente, amenazó con uno "cese de relaciones entre nosotros".

Ni K ni sus documentos indican el terriblemente duro comentario que hizo Stalin. En este sentido, la presentación de los documentos tiene un vacío. ¡Se revela una supuesta grosería, pero la grosería en sí no se revela! No nos pararemos en la carta de Krupskaya a Zinoviev y Kamenev, tan sólo diremos que, de ser cierta, ella escogió un hombros bastante endebles en los que llorar. De todas maneras, una opinión de Krupskaya no probaría nada sobre Stalin. Es perfectamente posible que Stalin le hiciera una crítica a Krupskaya; lo hizo más tarde.

Lenin escribía cartas políticas, no amenazas personales. De nuevo decimos que si estos dos documentos fuesen auténticos, probarían un error de Lenin, en parte porque Stalin fue el grande enemigo de Zinoviev y Kamenev y el amigo político de Lenin. Es perfectamente posible que un gran hombre pueda momentáneamente criticar incorrectamente a su principal defensor, pero en este caso parece poco probable. El balón está en el tejado de K, es él quien tiene que probar la autenticidad de sus documentos y así superar la fase del simple rumor.

K acusa a Stalin de usar "una fuerza brutal que ya había alarmado tanto a Lenin". Este comentario está hecho algún tiempo después del supuesto "Testamento" de Lenin, y K espera que la memoria de los lectores se debilitara. Pero cuando volvemos a la anterior cita de K no encontramos "fuerza brutal", sino una supuesta rudeza en una conversación por teléfono. Sólo un presuntuoso muy confiado puede ser tan despistado.


9. Historia no reescrita

Hay datos objetivos sobre la actitud de Lenin hacia Stalin -sólo hay que leer los propios escritos de Lenin. No necesitamos descubrir documentos del lecho de muerte. Como cualquier persona podría esperar, estas expresiones son siempre políticas. No hablan de como Stalin agarraba la taza del té, sino de sus contribuciones políticas. En lo concerniente a los sentimientos personales, Lenin sentía respeto por la inteligencia de Stalin y una estrecha camaradería con sus principios. Tengamos en cuenta que casi todas las figuras políticas importantes de la Rusia se opusieron a Lenin. Stalin, mucho tiempo antes de que lo conociese Lenin (incluso antes de conocer su nombre o apodo) defendía la línea de Stalin. (9)

En abril de 1901, en Tiflis, tuvo lugar una de las primeras y más famosas manifestaciones que había habido jamás en la Rusia. Dos mil obreros industriales bajo el liderazgo de Stalin. En un artículo del Iskra de julio de 1901, Lenin decía:

"El acontecimiento que tuvo lugar el domingo, 22 de abril, en Tiflis, tiene una importancia histórica para el Cáucaso entero; ese día marcó el comienzo de la salida a la luz del movimiento revolucionario en el Cáucaso".

Durante la revolución de 1905, Lenin sostuvo una muy buena opinión del Cáucaso bajo el liderazgo de Stalin.

"En este sentido, estamos por detrás del Cáucaso, Polonia y la Región Báltica, justo los sitios donde el movimiento superó los antiguos métodos terroristas, donde la insurrección estuvo mejor organizada, donde claramente se evidenció el carácter masivo de la lucha proletaria".

Cuando Stalin dirige a los trabajadores de Baku en una famosa huelga política en 1908, Lenin, profundamente emocionado, comenta:

"El último de los Mohicanos de las huelgas políticas de masas".

En 1905, en un artículo en el Proletary, Lenin comenta positivamente otro de Stalin:

"En el artículo ‘Preguntas a un socialdemócrata’ encontramos un planteamiento excelente de la cuestión de la 'introducción de la consciencia desde fuera’".

A continuación, Lenin procede a detallar minuciosamente el planteamiento de Stalin.

En un artículo de diciembre de 1911, Lenin escribe:

"La correspondencia del Camarada Koba (Stalin) merece de la máxima atención de todos cuantos tengan relación con nuestro querido partido. Difícilmente podemos imaginar una mejor exposición de la política del Golos -8-, y de su diplomacia, o una mejor refutación de los puntos de vista y de las esperanzas de nuestros 'pacifistas y conciliadores'...

"... Esto no pasa siempre que los liquidadores entran en contacto con los obreros del Partido: es muy raro que el Partido reciba información tan exacta de sus vergonzosas expresiones, y esto hay que agradecérselo al Camarada Koba".

Durante la trascendental Conferencia del Partido en Praga, Stalin había sido arrestado y enviado al exilio a Solvychegodsk. A pesar de esto, Lenin propuso a Stalin cómo cabeza de una comisión del Comité Central encargada de dirigir el trabajo político en Rusia.

Sabemos de las calumnias a Stalin cuando hablan del plagio de éste a Lenin en su libro sobre la cuestión nacional, pero, ¿qué pensaba Lenin? En 1913, Lenin escribe a Gorky:

"Relativo al nacionalismo, realmente coincido con usted en que debe ser estudiado más seriamente. Tenemos un georgiano espléndido que trabajó y está escribiendo un grande artículo para ‘Ilustración’ después de recopilar datos de Austria y otros lugares".

Más tarde, en el Programa Nacional del P.O.S.D.R, escribe Lenin:

"En la literatura teórica marxista, todo lo relativo a los problemas y principios del programa nacional del partido fue explicado recién (en este tema el artículo de Stalin ocupa el primero lugar)".

A las puertas de la revolución, Lenin discutió con el Comité Central por el inmovilismo de este último que ponía en peligro la revolución. Stalin apoyó a Lenin. El hecho de que Lenin se sentía forzado realmente a renunciar a su puesto en el Comité Central es algo que no todo el mundo conoce. Estas son las palabras de Lenin al respeto:

"Me veo forzado a presentar mi renuncia al Comité Central, que por este medio hago, dejando las responsabilidades de propaganda a los órganos inferiores del partido y al Congreso del Partido". (La crisis ha madurado, 12 de octubre de 1917)

El 24 de octubre de 1917, la maña de la revolución, el editorial del Rabochy Put (10) llama al pueblo a la revolución. El "¿Que necesitamos?" fue escrito por Stalin.

Y lo más evidente, Stalin fue electo Secretario General del PCUS a propuesta de Lenin en un pleno del Comité Central el 3 de abril de 1922.


10. Un documento real

K apenas hace caso de la "Breve Biografía" de Stalin. Insinúa que, efectivamente, este libro es un ejercicio de adulación a Stalin. Realmente, el libro presenta una escrita bastante pobre. Muchas de las contribuciones más importantes de Stalin apenas aparecen. Pero el libro tiene un mérito: ofrece una panorámica de la continuidad de la actividad de Stalin. A pesar del supuesto "culto", son muy pocos los libros sobre Stalin.

K hace referencia a una supuesta primera edición con notas en los márgenes:

"Aquí están algunos de los ejemplos que caracterizan la actividad de Stalin, añadidas por la propia mano de Stalin:

'En esta lucha contra los escépticos y capituladores, los trotskistas, zinovievistas, bukarinistas y kamenevistas, que definitivamente lucharon juntos, después de la muerte de Lenin, el corazón principal del Partido... sosteniendo el gran estandarte de Lenin, continuó los mandatos de Lenin, llevando al pueblo soviético por la ancha carretera de la industrialización del país y la colectivización de la economía rural. El líder de este corazón y la fuerza orientadora del Partido y del estado fue el Camarada Stalin'".

¿Ven los puntos suspensivos? ¿Qué significan? ¿Qué es lo que excluyen? Incluso el NYT se vio en la obligación de preguntar por esta ausencia y buscó la Breve Biografía (que el lector pode encontrar en el TP). Esto es lo que los puntos suspensivos omiten:

"...consistente en Stalin, Molotov, Kalinin, Voroshilov, Kuibyshev, Frunze, Dzerzhinsky, Kaganovitch Ordzdonikidze, Kirov, Yaroslavsky, Mikoyan, Andreyev, Shvernik, Zhdanov, Shriryatov y otros". Subrayamos la Ordzdonikidze por una razón especial. K, justo antes de esto, en su discurso secreto, había jurado que Stalin había liquidado a Ordzdonikidze forzándolo a pegarse un tiro. Pero esto es secundario. Lo importante es la cita que hace K de Stalin: Stalin ignora a todos menos a él. En el texto original, este sí que se puede examinar, vemos que Stalin extiende la honra a bastantes personas más.

La mayor parte de los documentos empleados por K no están disponibles para que el lector inteligente pueda hacer las debidas comprobaciones. Sin embargo, aquí tenemos el caso de un documento que sí está disponible, por lo que el lector puede verificarlo y comprobar que K es un absoluto canalla.

Otro ejemplo que nos ofrece este texto, y en el que K intenta, de nuevo, dar la vuelta a las cosas:

"En el proyecto del texto aparecía la siguiente frase:

"'Stalin es el Lenin de hoy'.

"A Stalin está frase le parecía demasiado débil, por lo que él mismo la cambió por esta otra:

"'Stalin es el continuador digno del trabajo de Lenin o, como se dice en nuestro partido, Stalin es el Lenin de hoy'".

Ahora lea las dos versiones y piense: ¿la versión reescrita exagera o suaviza el papel de Stalin? Dejando a la margen si realmente Stalin escribió la supuesta segunda versión, ésta suaviza indudablemente la primera. Hay una clara diferencia entre "el Lenin de hoy" y "continuador digno del trabajo de Lenin". También se podría añadir sin ningún problema que Stalin era, básicamente, "el Lenin de hoy", tal como lo había dicho Henri Barbusse!


11. El autorretrato de Kruschev

En nuestro análisis del XXº Congreso dimos una definición básica del kruschevismo:

"El kruschevismo es una forma actual de revisionismo y oportunismo, es la tentativa de disolver las contradicciones entre la coexistencia pacífica y la revolución mundial".

Explicamos el ataque de K a Stalin de la siguiente manera:

"El kruschevismo significa la voluntad de calmar al mundo hostil con la supresión de la IDEA MÁS DETESTADA y de su EXPONENTE MÁS DETESTADO. Para el mundo hostil, la idea más detestada es la revolución proletaria y su exponente más detestado de nuestro tiempo es Stalin".

Por eso, llamamos a nuestro artículo "La revolución proletaria y el renegado Kruschev", añadiendo el subtitulo de "En defensa de Stalin". Recapitulación breve pensada para hacer un llamamiento al lector para que este no llegue a conclusiones simples basándose en el autorretrato de K.

K dice "los hechos prueban", "estos hechos revelan que"..., y tan sólo son sus propias afirmación presentadas cómo hechos. ¿No es sorprendente que, aunque los comunistas del mundo entero se quedaran "profundamente conmocionados" por las revelaciones de K, hayan aceptado los nuevos hechos inmediatamente, fácil y hipócritamente? Le decimos la un veterano militante del Partido Comunista que, según K, el lema de Stalin era: "golpear, golpear y golpear de nuevo". Se queda horrorizado. ¿Horrorizada por las mentiras de K? ¡No! Horrorizado por Stalin y por el hecho de que no se lo dijera nadie antes. No está horrorizado por su propia hipocresía. ¿Cómo puede ser un comunista tan hipócrita? No puede. Muchas personas emplearon impropiamente el término Comunista.

La aceptación acrítica de los cuentos de K lleva a una reflexión sobre el bajo nivel del movimiento comunista. Las mentiras de K demuestran su propia hipocresía. K no es atacado por sus mentiras sobre Stalin, sino por no explicar su papel. Es interesante, se acepta automáticamente la palabra de un hombre que, según sus propias reflexiones, desempeñó un papel falso desde el año 1934.

Oímos muchas veces que "la verdad nos hará libres", pero en este caso las mentiras de K sobre la Unión Soviética libran a los falsos comunistas de sus responsabilidades marxistas, pudiendo ser "liberales de espíritu abierto". La historia de Kruschev es un regalo del cielo para este tipo de personas. (11)

Comprendemos lo duro que es pensar en una atmósfera completamente hedienta. Durante un tiempo el hedor fue grande. Ahora, sin embargo, el discurso secreto de K actuó como un cuchillo que abre la infección gangrenosa del oportunismo. Que nadie piense que el hedor tiene relación con el comunismo. Es la gangrena del oportunismo quien proyecta ese hedor. Un hedor que proyecta en el aire la nueva alianza entre los supuestos líderes del comunismo mundial y sus principales enemigos. (Busquemos uno soplo de aire fresco en los trabajos de Marx, Engels, Lenin y Stalin).

Inevitablemente, ciertos comunistas no se quedarán callados y ayudarán a combatir esta versión de la historia. Éstos serán los comunistas que capaces, en palabras de Lenin, "de proteger la honra, el prestigio y la continuidad del Partido en los períodos de 'gran depresión'".


NOTAS:

1. Desde ahora K.
2. Según el New York Times, el 9 de junio de 1956, la Agenzia Continentale en Roma imprimió los artículos que presuntamente faltaban y en los que se habla de los "errores" de Talin en Corea, la India y China. Cito a K entre los aduladores que ganaron el Premio Stalin en casa y en el extranjero.
3. Uno de los resultados más importantes pero menos citados de la llegada de K al poder fue la interrupción de la impresión de las Obras Completas de Stalin. Podemos imaginar cuantos datos sobre Stalin de la "etapa posterior" intenta ahogar K con la supresión de estos volúmenes.
4. El espacio no permite la trascripción detallada. El lector interesado y honrado no purde permitirse dejar de leer este prefacio. Si el lector tiene dificultades para encontrar una copia, se puede poner en contacto con TP.
5. NdT. Liga Comunista Leninista de la Juventud de Toda la Unión. Juventudes del PCUS, también conocidas como Komsomol.
6. El Sargento Prishibeyev es un relato corto de Antón Chekhov. Prishibeyev reúne en su persona una mezcla de burocracia, estupidez, rectitud y crueldad.
7. NdT. Emily Post (1873-1960), escritora estadounidense especializada en los buenos modales burgueses.
8. NdT. El Golos Sotsial-Demokrata era el órgano de expresión de los mencheviques Mártov y Dan y de su grupo fraccional. Comenzó a publicarse en Génova en 1908 para trasladarse el año siguiente a París. El último de sus veintiséis números fue publicado en 1911.
9. La mayor parte de las citas de Lenin en esta parte están tomadas del libro de Beria La Historia de la Organización Bolchevique en Transcaucasia, un estudio muy documentado de los primeros escritos y actividades de Stalin.
10. Pravda.
11. En nuestro siguiente artículo, analizamos la confusión causada por el discurso de K en otros Partidos Comunistas y la declaración del Comité Central del PCUS.



Artículo original:
<a href="http://www.mltranslations.org/US/TP/tp1.htm">Proletarian Revolution and Renegade Khrushchev</a>

Nota Lun Feb 04, 2008 12:07 am
LA MAYOR PRESENCIA DE STALIN EN LA EX -URSS PREOCUPA A LOS IDEÓLOGOS BURGUESES

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Los ideólogos burgueses empiezan a estar altamente preocupados por un fenómeno que se extiende y cuyos síntomas aparecen en público. A pesar de todo el inmenso esfuerzo propagandístico desplegado en Rusia y en los países imperialistas para diabolizar la figura del que fuera máximo líder de la Unión Soviética desde 1924 hasta su fallecimiento en 1953, José Dugashvili, conocido como “Stalin”, su popularidad no hace más que crecer entre la población ex soviética, y no sólo entre las viejas generaciones, sino también entre los más jóvenes.

Según informa la revista francesa Jeune Afrique, el Instituto burgués de sociología Levada de Moscú ha realizado tres sondeos diferentes en tres años distintos para conocer la opinión de los rusos sobre Stalin. Los sondeos realizados en enero del 2003 y julio del 2004 en base a una muestra de 4.700 personas evidenciaron que un 13 % entre los menores de 30 años votarían por Stalin si éste, saliese de su tumba en el Kremlin y se presentase a las elecciones. El 30 % de los mayores de 30 años, que por cierto fueron educados en el antiestalinismo oficial en la URSS desde 1956 y después en el régimen ultraderechista de Eltsin, manifiestan apoyo a Stalin. En junio del 2005 sobre una muestra de 2.000 jóvenes de 16 a 29 años, el 51 % declaró que Stalin era un líder capaz mientras que el 39 % opinó lo contrario. El 42 % opinó que se “ha exagerado el papel de las represiones” en el tiempo de Stalin mientras que el 37 % opinó lo contrario. El 56 % opinó que hizo más bien que mal mientras que el 33 % opinó que hizo más mal que bien1.

El diario de la gran burguesía francesa Le Monde señalaba en un artículo el 28 de agosto del 2005 que 10 ciudades rusas tienen el proyecto de rendir homenajes a Stalin y que el Instituto Levada ha revelado en otro de sus sondeos que el 36 % de la población de la Federación Rusa es partidaria de levantar estatuas a Stalin. Se han levantado estatuas en la ciudad de Orel al sur de Moscú, en las ciudades siberianas de Krasnoyarsk, Jeleznogorsk y Mirny, en Taigunika en los Urales, en la ciudad de Digora en el Caúcaso ruso y en alguna más. Desde esa fecha la “stalinomanía” no ha hecho más que crecer.

Los reaccionarios occidentales constatan con preocupación este fenómeno. Así la BBC en español publica en su web el 22 de diciembre del 2005 que “el mito de Stalin,de gran dirigente, vencedor en la segunda guerra mundial todavía perdura. Las fotos de Stalin no sólo se ven en los parabrisas de los camiones o taxis; aparecen también en las oficinas de funcionarios gubernamentales o profesores universitarios”. Le Monde constataba con espanto que en la ciudad de Orel incluso un anciano de 82 años que a los 19 fué encarcelado por crímenes antisoviéticos, apoyaba con entusiasmo el homenaje a Stalin. Los burgueses rusos coinciden en la misma preocupación ya que la nostalgia por Stalin es el fracaso de la intensa propaganda antiestalinista y una clara afirmación de apoyo a los valores revolucionarios, a la construcción socialista y a la lucha hasta la derrota total de su propia clase de propietarios explotadores, como ocurrió en la época Stalin.

Para la agencia de noticias rusa RIA-Novosti, en despacho del pasado 5 de mayo, el recoger firmas para levantar estatuas y bustos a Stalin se ha convertido en una auténtica moda en, al menos, 6 regiones de Rusia, desde el extremo occidental de Kaliningrado al extremo oriental de Sajalin. Muchos proyectos no fructifican por falta de fondos.

En Georgia Stalin goza de la consideración de héroe nacional y las calles y estatuas en su honor se han levantado después de la disolución de la Unión Soviética en 1991. Con motivo del 120 aniversario de su nacimiento se realizaron manifestaciones populares en su recuerdo. Dos viajeros belgas que visitan el Museo de Stalin en su ciudad natal de Gori reciben el testimonio de una Señora:"Mis padres eran ricos. La Revolución y Stalin les quitaron todo. Sin embargo, yo no diría que Stalin era malo. Para la gente humilde lo era todo. Bajo su dirección hubo progreso, todo el mundo vivía mejor. Gracias a él, también hemos derrotados a los nazis" (semanario Solidaire, 28/2/2006).

En Bielorrusia los veteranos de la Gran Guerra Patria no dudan en exhibirse con la foto de Stalin y el gobierno inauguró en el 2005 un memorial llamado “Línea Stalin” que ha gozado del respaldo popular.

Los propagandistas burgueses van a intentar seguir intoxicando en relación a este fenómeno. Inventarán diversas teorías que lo expliquen: la incompatibilidad de los atrasados rusos semisalvajes con la democracia, el renacimiento de un peligroso sentimiento imperial, un caso de locura colectiva, una alteración producida por el hambre, la atávica atracción por los tiranos, el efecto de la ingesta abusiva del vodka,....

Pero la cosa es mucho más fácil: la bien educada población trabajadora soviética, es capaz de comparar lo que conquistó con su sangre y su sudor bajo la dirección del Partido Comunista y de Stalin con lo que ha perdido en el horrible periodo de dominio burgués instaurado tras la destrucción de la URSS. La simpatía activa por Stalin expresa el deseo de volver al camino socialista, de castigar a tanto criminal que se ha hecho con el poder, el orgullo legítimo frente a la titánica victoria sobre el fascismo que salvó a la Humanidad.

Mientras eran los comunistas en sus iniciales manifestaciones de resistencia al poder burgués quienes exhibían de manera desafiante a comienzos de los años 90 el retrato de Stalin, son ahora un sector de las amplias masas no tan politizadas, incluidos los jóvenes, quienes se han apropiado de su figura.

Frente al prestigio creciente de Stalin, es llamativo el olvido absoluto en el que ha caído la figura de Nikita Jrushev, el líder soviético que en el XX Congreso del PCUS en 1956 hizo del antiestalinismo doctrina oficial de la Unión Soviética, iniciando el periodo de decadencia que permitió a las fuerzas contrarrevolucionarias agrupadas en torno a Gorbachov (figura unánimemente detestada en toda la ex Unión Soviética) y Eltsin liquidar el primer Estado de Obreros y Campesinos en 1991.

Sin embargo una tarea más difícil que levantar estatuas a Stalin es echar de sus poltronas a los burgueses que se subieron a ellas desde 1991.
“…“¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! ¡Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! ”.
Lenin

Dejo aquí el que se conoce como el último discurso de Stalin para que ayude a conocer más a esta personalidad.

¿Prólogo del XX Congreso?
Un inédito de Stalin


Fuente: http://www.aginform.org/inedito.html

Consideramos útil publicar el discurso inédito de J. Stalin al Plenum del Comité Central del PCUS el 16 de octubre de 1952. El discurso fue reportado en el informe taquigráfico de la sesión por L. N. Efremov y fue publicado por “Sovietskaia Rossia” el 13 de enero del 2000 y traducido en italiano por Stefano Trocini. Del acta se puede comprender que los acontecimientos relativos al XX Congreso del PCUS estaban ya madurando antes de la muerte de Stalin y que la derecha en el Partido estaba trabajando hacia el viraje del 56.

Discurso de Stalin en el Plenum del Comité Central del PCUS el 16 de octubre de 1952.

Hemos celebrado el Congreso del Partido. Los trabajos del congreso se han llevado a cabo bien y a muchos podrá parecerles que exista entre nosotros una total unidad. Sin embargo esta unidad no existe (1). Algunos expresan desacuerdo con nuestras decisiones.

Se preguntan por qué hemos ampliado sustancialmente la composición del CC. ¿Es que no queda claro que se precisaba introducir fuerzas nuevas en el CC? Nosotros ya estamos viejos, todos moriremos.¿ Y entonces no deberíamos acaso pensar a quiénes deberíamos entregar el testimonio de nuestra gran causa? ¿Quiénes la continuarán? Para esto se precisa de personas, representantes políticos más jóvenes, fieles. ¿Y qué significa hacer crecer un representante político, un estadista? Para esto se necesita de un gran esfuerzo. Se necesitan diez, o quince años para preparar un hombre de estado.

Pero no basta solamente con desearlo. Es posible preparar hombres políticos ideológicamente forjados en la actividad práctica, en el trabajo cotidiano para aplicar la línea general del Partido, para vencer la oposición de cada tipo de elementos oportunistas hostiles, que tienden a frenar y minar la obra de construcción del Socialismo. Los representantes políticos de experiencia leninista, educados por nuestro Partido deberán derrotar en la lucha estos intentos hostiles y conseguir el éxito pleno para alcanzar nuestros grandes objetivos.

¿No resulta acaso claro que se necesita elevar el papel del Partido, de los comités de Partido? ¿Cómo se puede descuidar el mejoramiento del trabajo del Partido entre las masas, como nos ha enseñado Lenin? Todo esto requiere de una afluencia de fuerzas jóvenes y frescas en el CC, que es el cuartel general dirigente de nuestro Partido. Y de esta forma lo hemos hecho, siguiendo las indicaciones de Lenin. Es por ello por lo que hemos ampliado la composición del CC. Y también el Partido ha crecido a su vez.

Nos preguntan por qué hemos liberado de importantes cargos ministeriales a ilustres representantes del Partido y del Estado. ¿Qué podemos decir en cuanto a esto? Hemos liberado a Molotov, Kaganovich, Voroshilov y otros de sus cargos ministeriales y los hemos sustituido por nuevos funcionarios. ¿Por qué? ¿Sobre qué base? El trabajo de ministro es un trabajo duro. Requiere de gran energía, conocimientos concretos y salud. Por eso es que hemos liberado a algunos compañeros con méritos de los cargos que cubrían y hemos nombrado en su puesto a funcionarios nuevos, más calificados y decididos. Son personas jóvenes, llenas de fuerza y energía. Tenemos que apoyarlos en su laborioso trabajo.

Por cuanto respecta a estos ilustres representantes políticos y estadistas, seguirán como tales, ilustres representantes políticos y estadistas. Los hemos nombrado vicepresidentes del Consejo de Ministros. Ni yo mismo sé cuántos son mis vice.

No podemos dejar de considerar el no correcto comportamiento de algunos ilustres representantes políticos, si hablamos de la unidad de nuestras acciones. Me refiero a los compañeros Molotov y Mikoyan.

Molotov es un compañero fiel a nuestra causa. Si es llamado, estoy seguro que sin el menor titubeo sacrificaría la vida por el Partido. Pero no se pueden ignorar algunas de sus acciones poco meritorias. El compañero Molotov, nuestro ministro del exterior, en una recepción diplomática, “traicionado por alguna copa de más” le ha dado al embajador inglés el permiso de la publicación en nuestro país de periódicos y revistas burguesas. ¿Por qué? ¿Sobre qué bases ha considerado permitir esto? Si diéramos este paso ellos ejercitarían una influencia dañina, negativa en las mentes y en la visión del mundo de los ciudadanos soviéticos, llevaría al debilitamiento de nuestra ideología comunista y al fortalecimiento de la ideología burguesa. Este es el primer error político del compañero Molotov.

¿Además qué significa esta propuesta del compañero Molotov de ofrecer Crimea a los judíos? Esto es un grave error del compañero Molotov. ¿Por qué lo ha hecho? ¿Cómo ha podido hacerlo? ¿Sobre qué bases el compañero Molotov ha formulado tal propuesta? Nosotros ya tenemos la república autónoma de los judíos. ¿Eso no es suficiente? Que se desarrolle esa república. El compañero Molotov no puede servir de defensor de las pretensiones de los judíos sobre nuestra Crimea soviética. El compañero Molotov se comporta de manera incorrecta para ser miembro del Buró Político y nosotros rechazamos categóricamente sus propuestas estrafalarias.

El compañero Molotov tiene tan en alto la consideración de su propia consorte, que basta que tomemos una decisión en Buró Político sobre cualquier problema político y la cosa es conocida rápidamente por la compañera Zemcuzina. Parece que un hilo invisible conecte al Buró Político con la consorte de Molotov Zemcuzina y sus amigos. Y ella está rodeada de amigos de los cuales no nos podemos fiar (2). Es evidente que este comportamiento de un miembro del Buró Político es inadmisible.

Pasemos ahora el compañero Mikoyan. Ha llegado a denegar el aumento del impuesto agrícola a los campesinos. ¿Quién es nuestro Anastas Mikoyan? ¿Qué cosa no le resulta claro?

El mujik es nuestro deudor. A los campesinos nos ata una fuerte alianza. Hemos concedido la tierra a los koljos para la eternidad. Ellos deben dar al estado lo debido. Por lo tanto no se puede estar de acuerdo con el compañero Mikoyan.


Mikoyan sube a la tribuna y se justifica refiriendo ciertas cuentas económicas.

Stalin (interrumpiendo a Mikoyan): Mikoyan es un principiante Frumkin (3). Observen, se confunde a sí mismo y quiere confundirnos también a nosotros sobre estas claras cuestiones de principio.

Molotov sube a la tribuna, admite sus errores, se justifica y asegura que ha sido y será un fiel discípulo de Stalin.

Stalin (interrumpiendo a Molotov): ¡Tonterías! Yo no tengo discípulos. Todos nosotros somos discípulos del gran Lenin.

Stalin propone resolver las cuestiones organizativas, de elegir los órganos dirigentes del Partido. Al puesto del Buró Político se elige el Presidium del Partido sustancialmente ampliado, así mismo el Secretariado del CC del PCUS compuesto por 36 personas.

En la lista, dice Stalin, están todos los miembros del antiguo Buró Político con la excepción de A. A. Andreiev. En cuanto al respetable Andreiev, todo está claro, se ha vuelto completamente sordo, no escucha nada, no puede trabajar así, tiene que curarse.

Voz desde la sala: Hay que elegir al compañero Stalin como Secretario General del CC del PCUS.

Stalin: ¡No! Libérenme de los cargos de Secretario General del CC del PCUS y presidente del Consejo de Ministros de la URSS.

G. N. Malenkov (desde la tribuna): ¡Compañeros! ¡Tenemos todos que pedirle al compañero Stalin, nuestra guía y maestro, unánimemente y al unísono, que sea todavía Secretario General del CC del PCUS!

Stalin (desde la tribuna): Al Plenum del CC no le hacen falta los aplausos. Hay que resolver los problemas sin emociones, de manera práctica. Y yo pido ser liberado de los cargos de Secretario General del CC del PCUS y Presidente del Consejo de Ministros de la URSS. Ya estoy viejo. No puedo leer los documentos. Elijan a otro Secretario.

S. K. Timoshenko: ¡Compañero Stalin! El pueblo no entenderá. Todos nosotros como si fuéramos un solo hombre lo elegimos nuestro dirigente, Secretario del CC del PCUS. No existe otra solución.

Todos se ponen de pie y aplauden calurosamente, apoyando a Timoshenko. Stalin se queda un rato de pie mirando a la sala, después hace con la mano un gesto de contrariedad y se sienta.

NOTAS.
(de la redacción de “Sovietskaia Rossia”)

(1) La afirmación de Stalin sobre la falta de total unidad en la dirigencia del partido alcanza su evidente confirmación después de su muerte. El grupo que toma la delantera, ignorando las normas de la democracia del partido y soviética, restringe drásticamente la composición de los organismos dirigentes y hace de todo para liberarse de las fuerzas juveniles y altamente calificadas promovidas en el XIX Congreso del PCUS.
(2) Cuando habla de los amigos de la mujer de Molotov, P. S. Zemcuzina, Stalin se refiere a los círculos nacionalistas judíos, sobre los cuales todavía el embajador de Israel en la URSS Golda Meir ejercitaba una notable influencia.
(3) Frumkin M. I., mencionado por Stalin, se inscribió en el Partido en 1898 y después de la Revolución de Octubre fue vicecomisario del pueblo para productos alimenticios, presidente del comité revolucionario de Siveria, comisario del pueblo de comercio exterior y comisario del pueblo de finanzas. Fue exponente activo de la oposición de derecha.


Traducido al español a partir del texto en italiano.

La preparación del termidor en la URSS
Stalin había preparado la sucesión, Jruchov se la sacó de encima.


La casa editorial “Patriot” ha publicado el libro de V. Dobrov titulado “El asesinato del socialismo o cómo fueron desautorizados los sucesores designados por Stalin (Libre reconstrucción de las actas de una serie de mesas redondas)”. Reportamos un retazo de la obra concerniente a uno de los momentos más trágicos de nuestra historia.


“¿Georgi, qué ha pasado? Pensaba que eras un verdadero amigo… ¿De dónde han salido estos personajes? Al menos podías haberme advertido de los cambios.” Nikita Jruchov, secretario del Comité Central y jefe del comité del Partido de Moscú, estaba realmente preocupado. También su interlocutor Georgi Malenkov, miembro de larga fecha del Buró Político como responsable del trabajo de cuadros, se había quedado muy sorprendido por la promoción de hombres nuevos a la dirección del Partido en base a las decisiones del XIX Congreso que se había apenas concluido. Generalmente Stalin se consultaba con ellos y con los restantes más estrechos colaboradores antes de efectuar cualquier cambio de cuadros. Esta vez, en cambio, había mantenido en secreto sus intenciones hasta el último momento. Fue un golpe duro y Malenkov se lo confesó abiertamente a Nikita, a quien no escondía nada, porque lo consideraba de los “suyos”. Malenkov, al igual que otros integrantes del Buró Político, miraba a Jruchov por encima del hombro; tan limitado y mediocre le parecía este protegido de Stalin. En realidad conocía bien la real actitud del “jefe” con respecto a Nikita, cooptado en el Buró Político solo por su méritos de “dedicación”, capaz de acatar con rapidez y determinación cualquier disposición de Stalin, sin pararse frente a nada y mostrando a veces una crueldad inaudita… Stalin por su parte, no daba el menor crédito a Jruchov como hombre político, evidentemente recordando su pasado trotskista y su inclinación por el aventurismo de izquierda. Por eso era que también los otros miembros del Buró Político, que con los años habían aprendido a captar al vuelo los humores predominantes del líder, manifestaban ante él una actitud como mínimo paternalista…

De todas formas, el mismo Malenkov y los demás representantes de la cima del Partido estaban preocupados no menos que Jruchov por el cariz que habían tomado los acontecimientos después del XIX Congreso y tenían motivos fundados.

El XIX Congreso del Partido, que se celebró en octubre de 1952, se inició como de costumbre de la forma más tranquila: después del tradicional reporte al Comité Central subsiguieron las intervenciones y todas con las pautas de las más recientes tesis expresadas por el “gran líder y maestro”, pero de pronto se perfiló una auténtica revolución de cuadros. Stalin, que parecía tener la máxima confianza en sus más estrechos colaboradores, inesperadamente lanzó un duro golpe contra ellos… Propone así al Congreso de votar por una composición del Comité Central fuertemente ampliada y renovada mediante el ingreso de elementos casi desconocidos. Además, en el Plenum, el cual se convoca inmediatamente después, se aumenta en 2,5 veces el número de miembros del Presidium del Comité Central. Seguido a este masivo aflujo de jóvenes cuadros, provenientes sobretodo de las estructuras locales y de jóvenes estudiosos de ciencias sociales, la “vieja guardia” se encontró sustancialmente en minoría. Si se tiene en cuenta que en aquel plenum Stalin criticó abiertamente a Molotov y a Mikoyan, que parecían ser los dirigentes más cercanos a él, excluyéndolos así del grupo de sus posibles sucesores, parece claro que la “vieja guardia” tenía los días contados y estaba por ser sustituida por las nuevas generaciones.

El golpe fue realmente inesperado, aunque se había preparado mucho antes del congreso y Stalin no había ni siquiera escondido sus intenciones. Sin embargo sus colaboradores, juzgando evidentemente sobre la base de sus propios caracteres, consideraban que el líder, que ya pasaba de los setenta años y en condiciones físicas precarias, difícilmente habría osado efectuar cambios drásticos. Así de chocantes y dolorosas resultaron para ellos las últimas decisiones de la rotación de cuadros.

Jruchov, que había comprendido exactamente el humor de la mayoría, no por casualidad fue a ver al influyente Malenkov. Con su visita, Nikita quería dar a entender sin sombra de dudas que en el inevitable enfrentamiento con los candidatos de Stalin, él estaría de la parte de la “vieja guardia”. Su apoyo le convenía a Malenkov, ya que en el congreso había habido una señal alarmante y no actuar habría significado aceptar las decisiones asumidas por “el guía de los pueblos” y la pérdida inminente de los propios cargos por parte de Malenkov y de los dirigentes de la “vieja guardia”.

En mayo de 1948, después que Zhdanov había dejado la dirección de la Secretaría del Comité Central por motivos de salud, se nombraron como secretarios de CC dos representates de la nueva generación: A. Kuznecov, jefe del comité del partido de Leningrado, y P. Ponomarenko, primer secretario del CC del Partido Comunista Bielorruso. Al primero se le encomendó la atención de los asuntos de la industria, al segundo la de los asuntos de la planificación estatal, de las finanzas, del comercio y del transporte. Durante la discusión que se llevó a cabo en el Buró Político sobre este punto, Stalin afirmó que se precisaba cooptar en el Secretariado del CC del Partido algunos jóvenes dirigentes de las organizaciones locales y republicanas dotados de una adecuada instrucción y de la necesaria experiencia de trabajo. “Tienen que tener en cuenta nuestra experiencia mientras estemos vivos, - subrayó – y aprender a trabajar en la dirección central”. Se hace evidente que Stalin tenía intenciones de postular a uno de ellos como su sucesor. Molotov, el más cercano a Stalin en la dirección del Partido, resultaba así excluido del círculo de pretendientes. Ya había sustituido al “guía de los pueblos” durante el tiempo en éste estuvo enfermo y no había demostrado estar a la altura de un dirigente de Partido y de Estado, lo cual decidió su propio destino político. No solo estaba en juego la sucesión del líder. En una reunión restringida, Stalin propuso sin términos medios a todos los miembros de la dirección política, seleccionar entre sus funcionarios a cinco o seis personas capaces de sustituirlos cuando el CC lo hubiera considerado oportuno. Stalin retomó varias veces esta petición, insistiendo en la necesidad de satisfacerla. Naturalmente, estas propuestas no eran del gusto de los miembros del Buró Político, acostumbrados al poder, ligados a éste por los honores y privilegios. ¿Por qué tendrían que ser apartados, justamente ellos que habían asumido tareas dificilísimas? ¿Acaso habían trabajado mal? Además la juventud es un concepto relativo. La mayor parte de los miembros del Buró Político tenía menos de cincuenta años, con la excepción de Molotov, que seguía teniendo sus buenos 11 años menos que Stalin. En muchos países esta edad representaba el nivel mínimo para el comienzo de la carrera política y a los cargos más elevados se llegaba entre los sesenta y setenta años.

Se empezó entonces a murmurar que el compañero Stalin se había vuelto excesivamente “caviloso” y “receloso” y que ostentaba preocupación por su cada vez más debilitada salud. Pero nadie planteó abiertamente el problema, ni habría podido hacerlo. No solamente porque todos le tenían un miedo terrible al líder, que todavía a su avanzada edad sabía tener en mano la situación y que en los asuntos de Estado sobrepasaba en varias veces a sus colaboradores. En realidad, en lo profundo de sus almas, estos últimos reconocían lo correcto de las solicitudes de Stalin aunque eso sí, como sucede a muchos, no querían extraer de ello las necesarias y voluntarias “conclusiones organizativas”. Es difícil renunciar a los altos cargos, a los honores y a los privilegios.

La edad y la enfermedad no podían no influir en el comportamiento de Stalin. Sin embargo él advertía con más agudeza y profundidad la necesidad de un cambio en el grupo dirigente. Se trataba sobre todo de salvaguardar los intereses supremos del Partido y del Estado y en cuanto a esto para él no contaban nada las relaciones de amistad con las personas más cercanas. Si lo hubiese considerado necesario, Stalin no hubiera dudado en declarar “enemigos del pueblo” a sus colaboradores, con todas las consecuencias que se hubieran derivado de ello.

El viejo lider había entendido que la nueva situación que se creaba a los inicios de los años cincuenta necesitaba de nuevos enfoques y de nuevos hombres capaces de adoptarlos en la realidad. La era de las “emergencias” y de los “grandes líderes” pertenecía al pasado. La utilización de las ventajas objetivas del sistema socialista exigía ahora métodos totalmente diferentes que los usados en el pasado y sobretodo exigía el comprometimiento del intelecto y de la voluntad colectiva de los dirigentes y de todo el partido en la elaboración y actuación de las decisiones estratégicas. En otros términos, se trataba de pasar a una amplia democratización de la vida del Partido y de la sociedad, a una forma colectiva de dirección, de pasar por ejemplo a ese sistema que se trató de crear en China después de la muerte de Mao Tse Tung, que permitió llevar a cabo en este país un recambio eficaz e indoloro de las cúspides políticas.

Justamente este tema, el del empeño de los comunistas por la defensa de las libertades democráticas, cuya bandera había sido arrojada para siempre por la clase burguesa en el tanque de basura de la historia, fue desarrollado por Stalin en su canto del cisne, su intervención en el XIX Congreso del Partido, la última de su vida. Y en el Plenum del CC, convocado inmediatamente después del congreso, Stalin indicó claramente la necesidad de que la “vieja guardia” pasara los testigos del poder a las nuevas generaciones de comunistas. El trabajo de ministro, dijo Stalin en aquella ocasión, es un trabajo duro y requiere una contribución enorme de tensión y energía, lo cual los exponentes de la vieja guardia no están más capacitados para dar y debido a esto han tenido que ser liberados de sus cargos. Stalin habló también de la falta de unidad en la dirección del Partido, cosa que ya difícilmente se podía remediar. La única salida real era el paso del timón del Estado a una nueva generación de dirigentes, y se llamaba al Congreso a favorecer este traspaso. En efecto, ya antes del inicio del Congreso todos los miembros del Buró Político o habían perdido sus importantes cargos estatales o habían obtenido en cambio, cargos de prestigio pero de escasa influencia. Molotov por ejemplo, había sido exonerado del cargo de Ministro del Exterior y había sido nombrado por un cierto tiempo Vicepresidente del Consejo de Ministros, responsable de los ministerios para la metalurgia y la geología. Sucesivamente le había sido confiada la supervisión del Ministerio del Exterior, guiado por Vishinsky que sin embargo no admitía ningún supervisor por encima de él. Voroshilov fue encargado de ocuparse de la cultura, de la salud y de la Asociación de voluntarios para el apoyo al ejército, a la aviación y a la marina. Kaganovich ocupaba el cargo no muy importante de presidente del Gossnab (Sistema estatal de suministros). Andreiev había sido completamente excluido del olimpo del poder, a pesar de que poco antes se le hubieran confiado los importantes problemas de la agricultura.

Malenkov, Beria y Jruchov no habían sido todavía tocados por los cambios. Stalin consideraba que estaban a la altura de sus cargos. Para Beria más bien, muy superior a los otros miembros en cuanto a capacidad práctica y organizativa, se perfilaba una fuerte ampliación de poder, puesto que debería haber guiado el Ministerio unificado de la Seguridad del Estado y del Interior. Sin embargo, el advenimiento de jóvenes dirigentes a puestos cruciales rendía también su posición bastante insegura: no se podía saber hasta qué punto las nuevas generaciones habrían mostrado reverencia hacia los viejos cuadros y cuáles habrían sido sus exigencias.

El gobierno ya estaba controlado por los jóvenes promovidos por Stalin. Los tres cargos del Consejo de Ministros que atendían los ministerios y los entes decisivos estaban en sus manos. Stalin se reunía casi cotidianamente con Malishev, Pervuchin y Saburov, vicepresidentes del gobierno y responsables de los tres cargos, para discutir sobre los principales problemas económicos, de los cuales hasta entonces se ocupaban sus viejos compañeros del Buró Político. En el XIX Congreso el mismo Buró Político había sido sometido a una reorganización radical y rebautizado como Presidium del Comité Central: habían sido llamado 36 dirigentes para formar parte de éste, comprendido los secretarios del CC. Quedaba la composición estrecha del máximo órgano, el Buró del Presidium del cual formaban parte los representantes de la vieja guardia, incluida la probada y “combativa” troika formada por Malenkov, Beria y Jruchov, pero donde ahora los nuevos cuadros tenían claramente mayoría. Además de esto, el tránsito del estado de iure al de facto era inminente, porque el curso de los eventos lo hacía necesario…

A parte de la evidente tendencia hacia la ampliación de la cima del poder partidista, la “vieja guardia” parecía estar amenazada por otro peligro. En los últimos años el Consejo de Ministros había paulatinamente asumido el papel determinante. Los comités de partido ponían simplemente en práctica las decisiones del gobierno y de los ministerios. Después de la muerte de Stalin se hizo exactamente los contrario: el diktat del Partido, a menudo inapropiado e incompetente, decidía el desarrollo de los sectores reales de la economía. Durante la última fase de la dirección de Stalin, el papel de los especialistas que conocían bien la propia materia había sido determinante, mientras el Partido se limitaba a establecer las líneas estratégicas de desarrollo de la sociedad y se ocupaba del trabajo ideológico y de los cuadros. Stalin consideraba natural una semejante “división del trabajo”, la consideraba conforme a las enseñanzas de Lenin e invitaba a los bonzos del Partido a escuchar a los especialistas preparados e inteligentes y a aprender de ellos. Entre estos especialistas prevalecían los exponentes de las jóvenes generaciones que, convencidos de sus conocimientos y de su preparación moderna, no tenían muy en cuenta los méritos de los veteranos del Partido. Para estos últimos el peligro mayor derivaba de la probabilidad de que Stalin propusiese como sucesor suyo a un hombre perteneciente a la dirección del Partido, pero capaz al mismo tiempo de establecer sólidos contactos con esta juventud “tecnocrática”.

Al inicio el diálogo entre Jruchov y Beria no anduvo muy bien. Acostumbrado a tratar los problemas de forma práctica, Beria no gustaba de conversaciones vagas y alusivas. Jruchov, por su parte, no tuvo el coraje de enfrentar de inmediato el núcleo de la cuestión. Pero al final, se percató de la irritación de interlocutor y pasó a los hechos: “Laurenti, no me gusta el nombramiento de Ponomarenko. Por supuesto que sabe hacer bien su trabajo, pero para un puesto como el suyo se necesita la experiencia y la capacidad de ligar con las personas. Haría falta conocerlo mejor. El compañero Stalin quizás se ha precipitado demasiado”.

Jruchov había puesto el dedo sobre la llaga. Según el procedimiento habitual (que solicitaba a cada uno de expresar por escrito y separadamente la propia opinión sobre las propuestas de nombramientos), los miembros del Presidium del CC habían dado su consentimiento al documento para la designación de Panteleimon Kondratevich Ponomarenko para Presidente del Consejo de Ministros de la URSS. Stalin había hecho su propia elección: sobretodo en aquel momento el puesto de jefe de gobierno era decisivo, ya que aquí se concentraba la gestión efectiva del desarrollo económico y social del país. No por casualidad el presidente del Consejo de Ministro en cargos era el mismo Stalin.

Una vez asumido el cargo de jefe de gobierno, Ponomarenko se habría convertido de hecho en sucesor de Stalin, aún así no estando en el primer puesto de la jerarquía del Partido. También porque los puestos claves del gobierno estaban ya en las manos de las jóvenes generaciones y en una situación de ese tipo la “vieja guardia” no tenía la menor posibilidad de defender sus posiciones. Al final Ponomarenko había trabajado largo y tendido en el aparato del Partido, disponía de los suficientes resortes para influenciar las decisiones y no habría permitido que fuera utilizado para alejar del timón a los dirigentes jóvenes y capaces. Jruchov entendió todo esto antes que los otros y comenzó a tramar una pérfida conjura contra el sucesor de Stalin. Por otra parte, sabía bien que también Beria, Malenkov y los otros veteranos del Partido advertían el peligro, aún más cuando Ponomarenko en el pasado, ocupando todavía cargos secundarios, había sido capaz de predominar sobre ellos, potentes miembros del Buró Político.

En 1938, cuando era instructor del Comité Central, Ponomarenko no tuvo ningún temor de entrar en conflicto no solo con su jefe directo, el potente Malenkov, responsable del trabajo con los cuadros en el seno del Buró Político, sino incluso con Beria, que sucedía a Ezov en la guía del NKVD. Enviado a Stalingrado para verificar la validez de las acusaciones hechas a un grupo como enemigos del pueblo, pudo juzgarla de montaje después de minuciosos controles, y una vez obtenido el apoyo del secretario del comité regional Yujanov, ordenó la excarcelación inmediata de todos los arrestados. Y continuó insistiendo en sus posiciones incluso cuando Malenkov y los dirigentes de la NKVD lo amenazaron de procedimientos severos por abuso de poder. Stalin entra en conocimiento del hecho e inesperadamente, después de tirarle las orejas a Malenkov, le da la razón al joven instructor indicando incluso su conducta como ejemplo de “fidelidad bolchevique a los principios”.

Ya en los años de la guerra, Ponomarenko había salido vencedor en algunos enfrentamientos con Beria y Jruchov. El primero quería poner a su vice Serguenko a la cabeza del Comandancia del movimiento partisano. El segundo, que estaba a la guía de la organización del Partido en Ucrania, quería modificar en beneficio de su República las fronteras con Bielorrusia. En cambio fue Ponomarenko quien obtuvo la dirección de la Comandancia del movimiento partisano después de haber presentado al Buró Político un programa de actividades mucho más ponderado y ponderoso que el propuesto por el favorito de Beria. Jruchov, por su parte, no logró obtener la modificación de las fronteras ucranianas, ya que los argumentos de Ponomarenko, defensor de los intereses de Bielorrusia, resultaron mucho más convincentes y Stalin se lo dice sin términos medios a Jruchov, el cual se sentía seguro en sobresalir. Desde entonces el revanchista Jruchov, sintió solo odio por aquel “principiante”, tan insignificante según él, pero del cual el “guía de los pueblos” se mostraba bastante favorable. Poco instruido e incapaz de componer dos oraciones, éste estaba molesto sobretodo por la vasta cultura y por la preparación del dirigente político bielorruso, que junto a Zhdanov era considerado como uno de los pocos “intelectuales” en la dirección del país. Brézhnev, que conocía bien a los dos, definió a Ponomarenko como la antítesis de Jruchov, y efectivamente los dos eran en muchos aspectos antitéticos.

Antes de acudir a la conferencia de Potsdam, Stalin hace una parada en Minsk, donde tiene con Ponomarenko, jefe del Partido en Bielorrusia, una larga conversación al término de la cual le pide de acompañarlo. Este sin embargo declinó la invitación a causa de importantes obligaciones en su república y promete alcanzarlo más tarde. Si bien Stalin lo estaba esperando e incluso había preparado una casita junto a su residencia, Ponomarenko no llegó. La situación en Bielorrusia era en su opinión mucho más importante. Jruchov, al contrario, se hubiera precipitado hacia Stalin al instante, dejando de lado cualquier tipo de obligación…

El resultado de la conversación entre Jruchov y Beria fue un acuerdo recíproco para obstaculizar la llegada al timón del estado de los candidatos de Stalin, sobre todo de Ponomarenko. El astuto Jruchov, favorecido por su cargo de jefe del comité moscovita del Partido, logra el mismo acuerdo, silencioso pero claro, también con Malenkov.

La muerte de Stalin llega inesperadamente. Sobre las probables causas se han hecho numerosas y diferentes suposiciones. Como quiera que sea, resulta poco creíble la hipótesis de una eliminación violenta del líder por parte de sus colaboradores temerosos de una purga inminente. Stalin era un “dios”, cada dirigente tenía en la sangre, en el ADN, una especie de veneración y al mismo tiempo una sensación de miedo hacia él. Solamente un loco desesperado habría osado levantarle la mano y locos desesperados no existían en la dirección del país. Sin embargo el recambio en la dirección del Partido y del Estado promovido por el líder habría podido claramente inducir a la “vieja guardia” a dejar de lado las divergencias, las simpatías y las antipatías personales, y formar un frente único contra sus últimas decisiones. Y así sucede: ésta se unió y se jugó el todo por el todo.

Como se sabe, Stalin se apaga en el transcurso de pocos días. El 5 de marzo de 1953, cuando según los comunicados oficiales estaba todavía vivo, pero en condiciones desesperadas, se convoca en el Kremlin una reunión conjunta del Plenum del CC de PCUS, del Consejo de Ministros y del Presidium del Soviet Supremo de la URSS. La “vieja guardia”, preparada para la batalla contra los candidatos de Stalin por las densas y ocultas maniobras de Jruchov, activamente apoyado por Malenkov y Beria, se toma allí la revancha total. El Presidium ampliado del Comité Central se desmantela, con la consiguiente desautorización de los jóvenes cuadros y los exponentes de las jóvenes generaciones fueron expulsados también de la secretaría del CC. Al contrario, Molotov y Mikoyan fueron readmitidos en el Buró del Presidium del CC. Naturalmente, ninguno se acordó de las decisiones de Stalin de designar a Ponomarenko jefe del gobierno. Este fue para colmo expulsado de la dirección del Partido y condenado al declive: primero se le nombró Ministro de Cultura, después se le mandó a la lejana Kazajastán y al final se le colocó políticamente a reposar en una embajada en el extranjero. Perdieron también sus cargos decisivos Malishev, Pervuchin y Saburov, desplazados a ministerios poco importantes.

Se trató de un golpe al Estado y al Partido. La “vieja guardia” había logrado evitar la pérdida inminente de sus altos cargos, en la práctica ya decididos. El ascenso de hombres como Ponomarenko, Saburov, Pervuchin y Malishev representaba su condena política, les recordaba que su tiempo ya estaba pasado y que, sin quitarse nada de sus méritos, deberían hacerse a un lado. Pero los dirigentes del Partido habituados al poder, a los honores y al respeto no supieron resignarse a este destino. Y de esta forma regresaron al timón del Estado los representantes del pasado, hombres incapaces de dirigir el país con competencia y conocimiento de causa. En las bases de un estado potente y en fase de desarrollo dinámico se abrió la primera grieta que extendiéndose paulatinamente, habría llevado en pocos decenios al derrumbe del todo el edificio. Pero los colaboradores de Stalin, a diferencia del líder desaparecido, pensaban en última instancia en el país y en el pueblo.

El éxito de las tramas para la eliminación de los candidatos de Stalin consintió a Jruchov de conquistar posiciones políticas cruciales que jamás hubiera podido soñar. En la batalla subterránea para los más altos cargos, hecha a base de intrigas oscuras y golpes bajos, el enérgico, astuto e inescrupuloso Nikita se sentía perfectamente a sus anchas y se imponía con facilidad sobre sus colegas más torpes por medio de la vetusta costumbre de la observancia de los principios elementales de la vida del Partido y del Estado. Sobre el camino de la instauración del poder personal quedaba solamente un obstáculo: la contrariedad de Beria. Pero de éste, que se destacaba por sus cualidades prácticas y conocía los lados oscuros de las actividades de muchos miembros del Buró Político, la “vieja guardia” abrigaba sentimientos poco amigables. Jruchov naturalmente se aprovechó apelando al método experimentado de “convocar a las fuerzas ejemplares”. Después de Beria le llega el turno a los otros excolaboradores de Stalin que querían frenar al ambicioso Nikita en su carrera a la dictadura personal: en la nueva situación esta misma habría sido dañina para el desarrollo del país. Pero a estas alturas a esto ya no se le prestaba atención, los intereses de grupo, de clanes y de élites habían tomado la delantera a aquellos del estado y de la sociedad. A los máximos niveles de la dirigencia del país se habían impuesto esas “fuerzas y tradiciones de la vieja sociedad” contra las cuales Stalin había luchado despiadadamente.

Después de haber hecho fracasar el proyecto de Stalin de un traspaso “suave” del poder a las nuevas generaciones, la “vieja guardia” con sus propias manos se cavó la tumba en la cual pronto Jruchov la habría enterrado sin muchos esfuerzos. Y así un gran estado se encaminaba ineluctablemente al final, después que a su timón llegara un aventurero ignorante, incapaz de liberarse de los métodos trotskistas y de los mandos de la administración del país.

Fuente original: “Zavtra”, N° 12, 16.3.2003
http//: zavtra.ru/cgi//veil/data/zavtra/03/487/61.html
Traducción del original al italiano: Stefano Trocini

Traducido al español a partir del texto en italiano
Fuente:
http://www.aginform.org/dobrov.html

Cuando comencé a preocuparme por cuestiones históricas las URSS ya no existía y las opciones ideológicas dominantes eran el liberalismo y el "antitotalitarismo" ambos presentaban a Stalin y a Hitler como si fueran lo mismo, incluso se presentaba a Stalin como peor que Hitler, hasta en un capitulo de “The Simpsons” aparecían los “nazicomunistas” de hecho si en el google se hace la búsqueda con las palabras "stalin gulag" y "hitler holocausto" obtendremos 735.000 vínculos para el primero y 395.000 para el segundo, actualmente Stalin es el sinónimo preferido de totalitarismo terrorista. En los últimos años se han entregado varios premios Pulitzer a periodistas que escribieron sobre los gulag, y como no recordar el premio Nobel a Solzhenitsyn el cual fue detenido en la URSS por proclamar que el ataque nazi al país de los soviet fue por culpa de los comunistas y que si se hubieran rendido a los nazis no tendrían que haber padecido tanto como padecieron. Este escritor fue liberado por Jruschev y desde ese momento no paro de tergiversar la historia, inclusive financiado por Robert Conquest conocido propagandista burgués.

Para mi generación estaba claro que se incline uno hacia la derecha ó hacia la izquierda no había forma de que se tuviera una idea objetiva ó al menos bien informada sobre Stalin. Este libro, y el nuevo colapso de las democracias liberales, que en mi país ya deja muchos muertos, pobreza y desnutrición etc. etc. junto al fracaso del progresismo antitotalitario me hicieron reflexionar de otra forma sobre el proceso soviético. Lo pongo a compartir por si a alguien más está dispuesto a poner a prueba sus prejuicios:

eLink de eMule Martens, Ludo - Otra mirada sobre Stalin [1994].pdf  [5.49 Mb]

También podéis descargarlo directamente desde:

http://pcoe.net/Libros%20digitales%20autores/STALIN/OTRA%20VISION%20DE%20STALIN.pdf

saludos comunistas
“…“¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! ¡Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! ”.
Lenin

Discurso de Stalin el 7 de noviembre de 1941 con motivo al XXIV Aniversario de la Revolución de Octubre.

Subtitulado en español.


Añadida al primer post la excelente conferencia impartida por Will Dixon titulada "La verdad sobre Stalin" donde se tratan los siguientes temas:

- La colectivización
- El asesinato de Kirov
- La oposición trotskista como instrumento del imperialismo y el fascismo
- El acoso guerrerista a la URSSS y el pacto de no agresión.

Fragmento:
LA OPOSICIÓN SE CONVIERTE EN UN INSTRUMENTO EN MANOS DE LA REACCIÓN, EL IMPERIALISMO Y EL FASCISMO
Trotsky y el odio virulento del trotskismo hacia Stalin nunca se basaron en un conjunto de principios sólidos. Trotsky era arrogante y presuntuoso. Trotsky se consideraba a sí mismo como el igual de Lenin, y posteriormente como su sucesor. Se unió a los bolcheviques sólo después de que su propio grupo fracasara en el intento de dirigir la revolución y de desplazar a Lenin y a los bolcheviques. No mostró más que desprecio y prejuicio de clase hacia Stalin, a quien consideraba un georgiano inculto. En cuanto a la pretensión de Trotsky de ser el sucesor de Lenin, no fue aceptada en ningún momento por los compañeros de partido bolcheviques, que eran demasiado conscientes de las divergencias fundamentales entre Lenin y Trotsky sobre las cuestiones de principio.
Trotsky se unió a los bolcheviques en agosto de 1917, sólo dos meses antes de la Revolución Bolchevique de Octubre.
Después de 14 años de oposición a Lenin y a los bolcheviques, Trotsky todavía se consideraba como el sucesor natural de Lenin. En Brest-Litovsk, Trotsky había sido enviado por Lenin como Comisario de Asuntos Exteriores con instrucciones categóricas de firmar la paz con Alemania. Pero Trotsky rechazó firmar la declaración: ni paz ni guerra. Dijo a los alemanes que el ejército ruso no podía luchar más y seguiría siendo desmovilizado, pero que no firmaría la paz. Después de la Revolución Bolchevique los británicos enviaron a un agente para establecer relaciones con funcionarios soviéticos, pero sin reconocimiento oficial. Este agente especial del Gabinete Británico de Guerra era R. Bruce Lockhart, que escribió en sus memorias --tituladas El Agente Británico-- que el Ministerio de Asuntos Exteriores británico estaba muy interesado en esas "disensiones entre Lenin y Trotsky - disensiones en las cuales nuestro Gobierno tenía puestas muchas esperanzas". Lockhart estableció contacto personal con Trotsky en cuanto éste volvió de Brest-Litovsk. Trotsky le concedió una entrevista de dos horas en su oficina privada de Smolny. Según las memorias de Lockhart, aquella misma noche registró en su diario sus impresiones personales sobre Trotsky:
"Me parece un hombre que de buen grado moriría luchando por Rusia, con la condición de que haya un público bastante grande para contemplarlo" (citado en La Gran Conspiración, p. 3I).
Inmediatamente después de la Revolución de Octubre, cuando la gente anhelaba la paz y cuando la revolución necesitaba un plazo para organizar el Ejército Rojo, Trotsky jugó irresponsablemente a aventurerismos izquierdistas con los imperialistas alemanes, amenazándoles con la guerra y la revolución en vez de firmar una paz con Alemania, que exigía una serie de demandas territoriales a Rusia. El resultado fue que se firmó en Brest-Litovsk una paz aún más áspera, que implicaba aún mayores sacrificios territoriales en beneficio de Alemania. El hecho era que la revolución en Alemania no había madurado, y los trotskistas, al jugar con frases "izquierdistas" para asustar a los imperialistas alemanes, que conocían muy bien el débil estado en que se encontraba el joven poder soviético, casi causaron el completo fracaso de la revolución rusa.
Tampoco el odio de Trotsky hacia Stalin, como algunos afirman, estaba basado en su supuesto talante democrático, frente a los métodos de mando centralistas de Stalin, supuestamente dictatoriales. Trotsky era un exponente fanático de la política del comunismo de guerra. Ian Grey, en su libro " Stalin - el Hombre de la Historia ", escribe sobre Trotsky:
"Trotsky insistía en que el trabajo estuviera sujeto a la misma disciplina estricta impuesta en el Ejército Rojo. Totalmente autoritario en su perspectiva y sin el menor entendimiento ni comprensión de las necesidades y emociones humanas, empezó a imponer esta disciplina. El resultado inmediato fue una tormenta airada de protestas y rebeliones...
”Trotsky entró en conflicto frontal con los sindicatos ... Había movilizado a los ferroviarios usando la disciplina del ejército. Allí, otra vez ante la oposición del sindicato, estableció su propia autoridad, el Comité Central del Transporte, conocido como Tsektran. Su tratamiento arbitrario de este sindicato y sus amenazas de hacer lo mismo con los demás sindicatos --sometiéndolos a todos a la disciplina militar-- enfurecieron a los sindicalistas miembros del Partido...
“Lenin, apoyado por diez de los diecinueve miembros del Comité Central que incluían a Stalin, Zinoviev y Kamenev, propuso establecer una moderación en el gobierno del partido. La abolición inmediata del odiado Tsektran de Trotsky debía ser el primer paso. Trotsky se opuso violentamente a esa política "liberal". Fue apoyado por Bukharin, Dzerzhinsky, y los tres miembros entonces responsables de la Secretaría del Partido"
(p. 144).
La imagen que los historiadores burgueses oficiales suelen presentar de Trotsky como un revolucionario íntegro, un hombre de principios expulsado y perseguido por Stalin, pertenece al reino de los cuentos de hadas. Trotsky era despiadado. La importancia que pudo haber tenido y la contribución que hizo en las semanas de Octubre se vuelven insignificantes ante el hecho de que cada vez con más intensidad entró en contradicción con el poder soviético y, desde luego, con el liderazgo de Stalin. La ola revolucionaria había disminuido y el poder soviético se enfrentaba con problemas inmensos para poner los fundamentos y construir el socialismo por vez primera en la historia, o de lo contrario capitular ante el imperialismo y la reacción blanca rusa. Trotsky había perdido fuerza dentro del Partido. Éste era para él toda su vida y desesperadamente intentó recuperarlo. Se preparó para usar medidas despiadadas y exigirlas de otros, tal como había sido preparado para usar los mismos métodos de los oficiales zaristas con el fin de mantener la disciplina en la Guerra Civil - si era necesario fusilando a uno de cada diez soldados para hacer cumplir la disciplina.
Trotsky siguió oponiéndose a Lenin y a los bolcheviques después de su ingreso en el Partido en agosto. Trajo consigo muchos elementos anti-comunistas que entraron a formar parte de la Oposición. Sin embargo, durante la Revolución de Octubre era importante la unión de tantos como fuera posible, y Trotsky era visto como un agitador habilidoso. Su entrada en el Partido tuvo lugar con una espectacularidad tal que satisfizo su personalidad y sus ansias de grandeza. Lenin observó sardónicamente que era como llegar a un acuerdo con una gran potencia. Después de su fracaso en Brest-Litovsk, fue relevado del cargo de Comisario de Asuntos Exteriores y se le concedió el de Comisario de Guerra. Contaba con poderes de mando muy elevados sobre los comandantes bolcheviques, que obligaron al Comité Central a intervenir para evitar que Trotsky fusilase a todos los que consideraba que rompían la disciplina militar.
A menudo el comisario de guerra Trotsky es elogiado por su capacidad de liderazgo durante la Guerra Civil. Sin embargo, en el verano de 1919, Trotsky afirmó que Kolchak ya no era una amenaza en el este, y propuso utilizar todas las fuerzas del Ejército Rojo en la campaña contra Denikin en el sur. Stalin advirtió que esto daría a Kolchak un gran respiro y la oportunidad de reorganizarse y equiparse para una nueva ofensiva. El Comité Central rechazó el plan de Trotsky y éste no tomó parte alguna en la campaña del este, que condujo a la derrota de Kolchak. Lo mismo ocurrió con su plan de dirigir una campaña contra Denikin a través de las estepas del Don, una región casi sin caminos e infestada de bandas de cosacos contrarrevolucionarios. Stalin rechazó el plan de Trotsky y propuso avanzar a través de la cuenca del Donetz, con su densa red de ferrocarriles, buenas provisiones de carbón y una población de clase obrera que simpatizaba con la causa bolchevique. El plan de Stalin fue aceptado por el Comité Central. Trotsky fue retirado del Frente Sur y se le ordenó no interferir con las operaciones que condujeron a la derrota de Denikin.
En 1921, en el X Congreso, el Comité Central, encabezado por Lenin, proscribió todas las facciones dentro del Partido por poner en peligro el liderazgo revolucionario. Lenin esperaba que todos los miembros del Partido apoyaran las decisiones de la mayoría sobre la pena de expulsión. Trotsky, cuyas actividades faccionalistas implicaban laoposición abierta a la mayoría de las decisiones, fue advertido expresamente. El poder se le escapaba de las manos a Trotsky. La oposición siempre había estado comprometida en actividades abiertas y secretas contra el Poder de los soviets. Pero en 1921-22, el General Hans von Seeckt tuvo contactos con un líder trotskista, Nicolai Krestinsky, a la sazón embajador soviético en Alemania, ofreciéndole fondos para la camarilla de Trotsky. Esta oferta le fue comunicada a Trotsky, que se mostró de acuerdo. Krestinsky pidió 250.000 marcos de oro a Seeckt, que acordó concederlos a cambio de importantes secretos militares y de visados para los espías alemanes que operaban dentro de la Unión Soviética. La coincidencia de intereses entre la Oposición y el imperialismo alemán en su odio hacia el bolchevismo y el poder soviético eran una realidad. Sin duda hay quienes intentarán justificar tal colaboración, comparándola con la que permitió a Lenin obener un coche sellado para volver a la Rusia revolucionaria en 1917. Pero lo que hizo Lenin aseguró la victoria de la revolución bolchevique. Lo que hizo Trotsky iba dirigido contra ella. Cualquier sencillo trabajador o campesino soviético era capaz de ver la diferencia.
Después de la muerte de Lenin, Trotsky intentó tomar el poder en el Congreso del Partido de 1924. Exigió que él y no Stalin fuese el sucesor de Lenin, y obligó a que el asunto se decidiera por votación. Stalin fue votado unánimemente por 748 delegados bolcheviques para continuar siendo el Secretario General. Incluso Bukharin, Zinoviev y Kamenev se sintieron obligados a votar con la mayoría. La oposición se disolvió, pero se volvió a reunir como Nueva Oposición unos meses más tarde y continuó movilizando a una mezcolanza de oposicionistas, arribistas y guardias blancos en células secretas que comenzaron a aprovisionarse de armas.
A pesar de la prohibición de las facciones y del partidismo, la Oposición encontró muchas oportunidades de continuar con su campaña contra la dirección del Partido. En Mi Vida, Trotsky escribe: "Durante el año 1926 la lucha del Partido se desarrolló con intensidad creciente. En el otoño la Oposición salió abiertamente a la palestra en las reuniones de los miembros del Partido". Esto, sin embargo, sólo despertó la hostilidad de los trabajadores, que acallaron a la Oposición. En 1927, cuando la Rusia soviética afrontaba nuevas amenazas de guerra en el oeste, Trotsky públicamente declaró en Moscú:
"Debemos recuperar la táctica de Clemenceau, quien, como es sabido, se sublevó contra el Gobierno francés cuando los alemanes estaban sólo a 80 kilómetros de París".
Stalin denunció las declaraciones de Trotsky como traición y declaró que "Se ha formado algo así como un frente unido desde Chamberlain a Trotsky".
Un referéndum de todos los miembros del Partido Bolchevique rechazó a la Oposición por un resultado de 740.000 votos frente a 4.000. De hecho, en ningún momento la Oposición recibió el menor apoyo por parte de la masa de militantes del Partido ni de la clase obrera. Esto no era sorprendente, en realidad. La Oposición estuvo siempre en contra de todos los intentos de construir el socialismo, declarándolo imposible en la "atrasada Rusia". Exigieron que la revolución rusa se convirtiese en un depósito de la revolución mundial para promover revoluciones en otros países. Despojada de su retórica "izquierdista", la Oposición llevó a cabo una lucha salvaje por el poder y dentro de la dictadura militar que Trotsky trató de imponer como comisario de guerra.
El 7 de noviembre de 1927, en el décimo aniversario de la Revolución Bolchevique, durante el desfile anual de masas en la Plaza Roja, tuvo lugar una manifestación política contra el Gobierno soviético, organizada por la Oposición de Trotsky. Debía señalar una amplia insurrección en toda la nación. Pero esta insurrección popular sólo existía en la imaginación febril de Trotsky. Las autoridades actuaron rápidamente y los trabajadores se volvieron contra los manifestantes, mientras éstos declaraban la toma del poder por parte del nuevo mando concentrado en la Plaza. Siguieron las detenciones y redadas. Uno de los seguidores de Trotsky, el diplomático Joffe, que había sido embajador en Japón, se suicidó. En algunos sitios, los trotskistas fueron detenidos dentro de las empresas de antiguos oficiales blancos, terroristas social-revolucionarios y agentes extranjeros. Trotsky fue expulsado del Partido Bolchevique y enviado al exilio en Alma Ata, Siberia. Posteriormente fue deportado a Turquía en 1929, terminando en México, donde fue asesinado por uno de sus propios partidarios, que llegó a odiar su extremo egoísmo y vanidad.

Traducido al vuelo por un no-traductor :roll: .
Fuente original

¡La burguesía de Rusia le teme a Stalin aunque este haya muerto en 1953!

Por V.-Tarasov-Edmurtia, Abjasia
Newspaper VPERED

Estos actuales dirigentes capitalistas de Rusia tienen tanto miedo del nombre de Stalin que ni siquiera quieren visitar la casa de campo de verano del CC PCUS donde Stalin pasó poco tiempo con algunos otros dirigentes soviéticos.

En Abjasia hay excursiones turísticas diarias para visitar la muy humilde casa de campo de José V. Stalin. Aunque los visitantes pagan poco por la entrada, se sienten felices y honorados aún ahora en poder ver dónde pasó algún tiempo Stalin, uno de los hombres más grandes del siglo pasado.

La cabaña estaba escasamente amueblada, sin lámparas y muebles de lujo, ni otras comodidades. Aquí Stalin vivía una vida humilde y la sala de reuniones que se usaba para las reuniones con el CC del buró político tenía una larga mesa rodeada de sillas de madera, sin nada lujoso ni caro. Stalin no tenía una silla reservada para él como Secretario General del PCUS; se sentaba donde estuviera disponible una silla libre.

No se celebraban fiestas con bebidas ni habían armarios con licores y Stalin pasaba su tiempo libre sentado en una colina con vista al mar y trabajaba todo el tiempo. De vez en cuando hacía caminatas en el bosque y para nada con seguridad. Aquí, después de 1945, fue donde se encontró con Mao Tsetung.

Después que Stalin murió (envenenado – nota del editor), cuando Jruchov vino aquí, éste se negó a visitar la casa de campo de Stalin, al igual que Brézhnev después de él, sin embargo se alojaron en habitaciones caras de un hotel cercano. Tanto Jruchov como Brézhnev se negaron incluso a acercarse a la cabaña de Stalin, según las personas que trabajaban cerca de ellos.

Los turistas que viajen aquí en barcos pueden ver ahora, en el acantilado que domina el mar cerca de Abjasia y Pitsunda, el castillo de 9 pisos construido por Gorbachov para él y para su séquito. El edificio tipo castillo parece un banco de Wall Street.

Este castillo fue construido por Gorbachov con el dinero del pueblo soviético. Esta casa-castillo de verano la usan actualmente los dirigentes burgueses de Rusia.

Por supuesto, a diferencia de la cabaña de Stalin, este castillo de nueve pisos está cerrado para la gente, rodeado por guardias las 24 horas.


gracias rubi te lo juro por stalin que mas alegrao el dia tio,supongo que estaran todos los grandes lideres,sus ordenes iluminadas, por su poderosa bondad y sabiduria por encima del resto de mortales.Ellos nos guiaran hasta la gloria del Capitalismo de Estado y luego tras siglos de paciencia del pueblo, inferior en capacidad de pensamiento y decision,ellos nuestros grandes lideres,instauraran la verdadera y ansiada justicia e igualdad por fin,y se iran a cenar a tu casa rubiera,
:oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :oops: :arrow: :arrow: :?: :?: :?: :shock:



posdata:Durruti,Facerias ,Sabate and Company estamos temblando ...............Gracias tio eres grande 8-)

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