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Crates (Alfredo Joskowicz, 1970)

Corto, medio, largo, serie, miniserie (no importa el formato)... en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
Crates
Alfredo Joskowicz (México, 1970) [85 min]

Portada
IMDb
(filmaffinity)


Sinopsis:

    Un hombre renuncia a todas sus posesiones personales; deja su casa y, buscando la libertad, se va con su novia a vivir en una cueva, lejos de las corrupciones de un mundo material.

Comentario personal:

    Espero que este aporte les agrade. Les comparto una película que cuestiona seriamente la propiedad privada. La película se publicó originalmente en Patio de Butacas.

Ficha técnica

    Guión: Alfredo Joskowicz, Leobardo López Aretche.
    Fotografía: Toni Kuhn.
    Productora: Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Reparto:

  • María Elena Ambriz.
  • Javier Audirac.
  • Emilio Cardenas.
  • Alfredo Joskowicz.
  • José López Aretche.
  • Leobardo López Aretche.
  • Gonzalo Martínez Ortega.
  • Brian Nisse.
  • Monserrat Pecannins.
  • José Rovirosa.

Idioma original: Castellano.





DVDRip VO - AVI [475 Mb]
detalles técnicos u otros: mostrar contenido
Datos del archivo
Idioma: Español
Calidad: DVDRip
Resolución: 464x352
Formato: AVI (XviD + MP3)
Tamaño: 475MB


Nota Jue Sep 29, 2011 8:11 pm
Algunos comentarios:

Crates de Tebas fue un filósofo y poeta griego de la escuela cínica durante el periódico helénico, en el siglo IV o III a.C, más o menos. Discípulo de Diógenes el Perro (quien a su vez tuvo como maestro a Antístenes, el cual fue discípulo de Sócrates y de sofistas como Pródico e Hipias), fue quien enseñó la filosofía cínica a Zenón de Citio, fundador del estoicismo. Crates, originario de Tebas, dejó todos sus bienes –pertenecía a la aristocracia griega– para vivir como los cínicos, es decir, como perros que no necesitan bienes ni vivir amarrados a las convenciones sociales. Quizás no esté demás señalar que el término “cínico” viene del griego “kýon” que significa “perro” (de ahí palabras como “canino”, por ejemplo). Según un poema de Crates, él no necesitaba para vivir nada más que su alforja y un puñado de lentejas.

Como todos los filósofos cínicos, hay muchísimas anécdotas sobre Crates. Y justamente sobre estas anécdotas es que esta película nos ha maravillado.

“Crates”, del director mexicano Alfredo Joskowicz, es una adaptación de la historia de Crates en el México del siglo XX. De este modo, nos plantea el problema de vivir despojados como los cínicos en una sociedad muy distinta a la griega, pero motivados por el mismo principio: volver a vivir según la naturaleza, sin normas ni convenciones artificiales, sin las restricciones ni los modos de vida establecidos por la sociedad.

Sin embargo, la película va más allá de todo eso, pues nos retrata, tal cual lo enseña Diógenes Laercio en el siglo II d.C. en su libro “Vida de los filósofos más ilustres”, las anécdotas de Crates de Tebas en un ciudadano, que acaba de ganar un millonario premio, de México. Así, podemos establecer muchos paralelismos entre el Tebas de la Antigüedad y el de Joskowicz, y más aún, entre los cínicos antiguos y este nuevo cínico:

    :arrow: Diógenes el Perro, maestro de Crates, decía vivir como los animales. Aprendía del ratón que, sin más, iba y tomaba su alimento, sin pedir permiso a nadie, o del perro, que mea y hace el amor en espacios públicos sin pudor alguno. Una linda anécdota, literaria eso sí, la narra Dión de Prusa, escritor griego del siglo II d.C., en sus diálogo “Diógenes o de los esclavos”, donde Diógenes habría admirado la vida de los pájaros, ya que, a cambio de su vida austera, ellos tenían el mayor de todos los bienes: “no tienen propiedad privada”. En esta película, no sólo observamos a nuestro personaje pelear con los perros al mismo nivel (se escuchan ladridos de perro en varias ocasiones), sino que también imitar a una rana en el lago: desnudo, tratar de nadar y saltar como ella.

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    :arrow: A Crates se le apodaba el “abrepuertas”. La razón: su simpatía y sensatez para dar consejos. La gente, entonces, abría sus puertas para oír las palabras de Crates. Esto hizo que el cinismo tuviera un matiz en él: mientras que en Diógenes el Perro era un cinismo violento y sarcástico, en Crates es amable y filántropo. En el film no observamos esto (nadie abriría sus puertas a un vagabundo), pero sí vemos cómo actúa hospitalariamente con los otros vagabundos o cómo comparte su pan con los transeúntes.

    :arrow: La carencia de bienes se ve expresada en una escena en que tratan de robar algo a nuestro personaje. El ladrón, anonadado, se da cuenta de que no posee nada de valor.

    :arrow: Sin duda, lo más ejemplar del film es la historia de amor. Crates, el antiguo, tuvo una historia de amor. Hiparquía, hermana de Metrocles (quien se hace amigo de Crates una vez que, expulsado de la Academia de Platón por tirarse un peo, entra en depresión y se recupera gracias a que Crates le demostró que tirarse peos es natural, demostración que hizo comiendo lentejas y tirándose peos junto a él), se enamora de Crates. Él, que no tenía interés en comprometerse, se desnuda un día frente a ella y exclama: “¿Ves? Nada tengo para ofrecerte”. Ella, más encantada aún, decide unirse a él, viviendo como cínico y compartiendo sus días sin más que una manta. La genialidad de todo esto es que Hiparquía se transforma en la única filósofa griega de la cual tenemos noticias hoy en día. En la película, esta historia se repite con algunos matices. Aparece el hermano, que es quien conoce a nuestro personaje, con la enamorada. Deciden vivir los tres en una cueva, comiendo restos de basura. El hermano no soporta ese estilo de vida. Quedan ellos dos, deambulando por la ciudad, sin nada, entre los autos, haciendo el amor en la calle.

    :arrow: Así, la película está llena de grandes escenas… ¿Nuestra favorita? Aquella en que nuestro personaje está meando en la calle: un policía se le acerca y reclama: “Oiga jovencito ¿No sabe que esta prohibido mearse en la calle?”, nuestro personaje se voltea, lo mira y responde: “¿Y qué también está prohibido mearse en la policía?”.

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Quizás no está demás decir que Alfredo Joskowicz fue un activo participante en las manifestaciones de mayo de 1968 en México, durante las cuales filmó junto a su amigo Leobardo López Aretche. Leobardo, quien fue guionista y autor de las ideas de este film, se suicidó en 1970. Quizás por esta razón Joskowicz (de quien recomendamos ver “El Grito”) plasmó todas sus energías en esta película.

Por último, recordemos que Crates de Tebas fue poeta (siglo III antes de Cristo, no lo olviden). Entre los fragmentos que se conservan hoy en día, el más bello lleva por título “La ciudad de la Pera” (“Pera”, en latín, es la alforja, la mochila), que es el retrato de la utopía cínica, de una isla idílica sin propiedad privada ni armas. El poema dice así:

    La ciudad de la Pera está en medio de un vaho vinoso, hermosa y opulenta, rodeada de mugre, sin propiedad ninguna, hacia ella no navega ningún insensato parásito, ni el relamido que goza con las nalgas de puta.Pero produce tomillo y ajos, e higos y panes, cosas que no incitan a guerras recíprocas. Y no se tienen armas para lograr riquezas ni honores.

http://cinemaanarquista.blogspot.com/20 ... -1970.html


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