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Bethune: la forja de un héroe (Phillip Borsos, 1989)

Corto, medio, largo, serie, miniserie (no importa el formato)... en televisión, cine, internet, radio (no importa el medio).
Bethune: la forja de un héroe
Bethune: The Making of a Hero / Dr. Bethune [en EE.UU.]
Phillip Borsos (Canadá, China, Francia; 1992) [115 min]

Portada
IMDb
(wikipedia | filmaffinity)


Sinopsis:


Comentario personal:

    (El contexto está en esta petición.) Bueno, ya tengo la película bajada, en el Incoming y vista, así que ahí va la ficha correspondiente junto con mi recomendación de verla y alguna información suplementaria. Para evitar confusiones conviene tener presente que la película tiene dos nombres en inglés: uno el original canadiense e internacional "Bethune: The Making of a Hero" y otro, el que le dieron en EE.UU. para su mercado doméstico, "Dr. Bethune". Obsérvese qué finamente negaban los yanquis que Bethune fuera un héroe mientras resaltaban el aspecto médico apolítico.

Pepe Gutiérrez-Álvarez, en "Norman Bethune, un testigo de la 'Desbandá' en Málaga", en facebook, el 28 de agosto de 2019, escribió:Entre los norteamericanos que dejaron huella en la guerra española cabe registrar a Norman Bethune (1899-1939) y sus ayudantes Hazen Size y Thomas Worsley. Bethune es todo un referente moral y social en Canadá, y lo debería de ser también en el nuestro; un internacionalista sobre el que su país natal produjo en su momento un documental y después una película. Su biografía ya ha había llamado la atención a cineastas como Otto Preminger. También interesó a actores como Sean Connery o Robert Redford. La República dejó “una herida abierta” en la izquierda norteamericana, un sentimiento que se percibe entre los norteamericanos entrevistados en el imprescindible documental de Oriol Porta "Hollywood contra Franco" [*], que, por razones obvias del montaje, se dejó muchos hilos sueltos.

Norman Bethune fue quien recogió las únicas imágenes que tenemos de la “Desbandá”. Había llegado el 10 de febrero a Almería y se dirige con su ambulancia dirección Málaga para socorrer a los refugiados. Lo que vio lo relata de esta manera en su libro El crimen de la carretera Málaga-Almería: “Una muchedumbre de personas y animales ocupaba todo el ancho de la carretera... La llanura se extendía tan lejos como la vista podía alcanzar y por ella serpenteaba una hilera de 30 kilómetros de seres humanos, como un gusano gigantesco con innumerables pies que levanta una nube de polvo que se extendía hasta más allá del horizonte. [...] Yacían hambrientos en los campos, atenazados, moviéndose solamente para mordisquear alguna hierba. Sedientos, descansando sobre las rocas o vagando temblorosos sin rumbo [...] Los muertos estaban esparcidos entre los enfermos con los ojos abiertos al sol”. Impactado por lo que vio, vació la ambulancia y la utilizó para transportar a los refugiados durante cuatro días: “Resolvimos regresar para dedicarnos a transportar a los más desvalidos... Descargamos el equipo y las existencias de sangre [...] Después abrimos las puertas traseras. Se podía ver la excitación en los rostros de los refugiados. Todos esperaban, pero sin saber si tendrían posibilidades. Una multitud de padres y madres se apretó alrededor del coche. Decidimos transportar a las familias que tuviesen más niños y a los niños sin padres, que eran incontables. Llevábamos a 30 ó 40 personas en cada viaje”. Todo lo que vivió esos cuatro días lo plasmó en sus diarios y describió la tragedia como “la más grande y terrible evacuación de una ciudad en los tiempos actuales”. Fueron masacradas entre 3000 y 5000 personas indefensas. Para que nos hagamos una idea, el 26 de abril de 1937, en Gernika, la Legión Cóndor (con ayuda de la aviación italiana) mató a 126 personas según los documentos más recientes. En la masacre de Srebrenica murieron unos 8000…

Ulteriormente, Norman Bethune viajó 1500 millas hasta China para llegar hasta la ruta de Mao Zedong en las montañas de Wu Tai para construir hospitales y llevar ayuda humanitaria hasta la zona. Su historia está contada en la frustrante producción "Bethune: The Making of a Hero" (Phillip Borsos, Canadá, 1990), en la que lo más vistoso es el reparto (Donald Sutherland, Helen Mirren, Helen Shaver), sin olvidar la fotografía del gran Raoul Coutard. El film está disponible on line en versión castellana… La película pasa muy por encima de la guerra española y se desarrolla mediante una serie de imágenes del pasado que cuentan la historia de Norman; se aprecia una personalidad trabajadora y dedicada a los demás, una fascinación por el socialismo y una gran experiencia como médico. Bethune se casó dos veces y se divorció ambas; Frances (Helen Mirren), una de sus mujeres, decidió abortar en vez de tener el hijo fruto de la relación de ambos. En el año 1939 fue despedido de su trabajo en el hospital Montreal por sus problemas con el alcohol. Con el tiempo, se dio cuenta de que había actuado mal y pensó que la mejor manera de ponerle remedio sería ayudando y dedicándose plenamente a los demás y a la causa comunista, vista desde su dimensión más concreta y humanitaria…





Nota al pie de página

[*] "Hollywood contra Franco", documental dirigida por Oriol Porta. Muchos de ellos apoyaron campañas contra la política de no intervención del gobierno de Estados Unidos, participaron en mítines o pagaron ambulancias para el bando republicano, que ejercieron un fuerte impacto en los artistas de Hollywood. El documental muestra cómo se utilizó el conflicto en la Meca del cine entre 1937 y 1975. Anotemos que Donald Sutherland es un actor fuertemente comprometido con causas justas desde la guerra del Vietnam, y que ahora será justamente homenajeado en el próximo Festival de cine de Donostia.


Ficha técnica


Reparto:


Idioma original: Inglés.





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:str: Reproducción (en inglés):





Relacionado:


Mao Tse-tung, en "En memoria de Norman Bethune" (21 de diciembre de 1939), en el tomo II de Obras escogidas (Pekín, 1976), Ediciones en Lenguas Extranjeras, escribió:El camarada Bethune[1] era miembro del Partido Comunista del Canadá. Tenía unos cincuenta años cuando, enviado por los Partidos Comunistas del Canadá y los Estados Unidos, vino a China, recorriendo miles de kilómetros, para ayudarnos en nuestra Guerra de Resistencia contra el Japón. Llegó a Yenán en la primavera del año pasado; luego fue a trabajar en las montañas Wutai y, para aflicción nuestra, ofrendó la vida en su puesto de trabajo. ¿Qué espíritu impulsa a un extranjero a entregarse sin ningún móvil personal a la causa de la liberación del pueblo chino como a la suya propia? El espíritu del internacionalismo, el espíritu del comunismo, que todos los comunistas chinos debemos asimilar. El leninismo enseña que la revolución mundial sólo puede triunfar si el proletariado de los países capitalistas apoya la lucha liberadora de los pueblos coloniales y semicoloniales, y si el proletariado de las colonias y semicolonias apoya la lucha liberadora del proletariado de los países capitalistas[2]. El camarada Bethune puso en práctica esta línea leninista. Los comunistas chinos también debemos atenernos a ella en nuestra práctica. Debemos unirnos con el proletariado de todos los países capitalistas, con el proletariado del Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Italia y demás países capitalistas; sólo así se podrá derrocar al imperialismo y alcanzar la liberación de nuestra nación y nuestro pueblo y de las otras naciones y pueblos del mundo. Este es nuestro internacionalismo, el internacionalismo que oponemos al nacionalismo y al patriotismo estrechos.

El espíritu del camarada Bethune de total dedicación a los demás sin la menor preocupación por sí mismo, se expresaba en su infinito sentido de responsabilidad en el trabajo y en su infinito cariño por los camaradas y el pueblo. Todo comunista debe seguir su ejemplo. No pocas personas se muestran irresponsables en su trabajo, prefieren lo liviano a lo pesado, dejan las cargas pesadas a otros y escogen para sí las livianas. En cada ocasión, piensan en sí mismas antes que en los demás. Cuando hacen alguna pequeña contribución, se hinchan de orgullo y la pregonan temiendo que alguien quede sin saberlo. No sienten cariño por los camaradas y el pueblo, y los tratan con frialdad, indiferencia y apatía. En realidad, esas personas no son comunistas o, al menos, no pueden ser consideradas como verdaderos comunistas. De todos aquellos que regresaban del frente, no había ninguno que, al hablar de Bethune, dejara de expresar su admiración por él y de mostrarse conmovido por su espíritu. En la Región Fronteriza de Shansí-Chajar-Jopei, todos los militares o civiles que fueron atendidos por el Dr. Bethune o que lo vieron trabajar, se sentían conmovidos. Todos los comunistas deben aprender de este auténtico espíritu comunista del camarada Bethune.

El camarada Bethune era médico. Dedicado al arte de curar, perfeccionaba constantemente su técnica; se distinguía por su maestría en el servicio médico del VIII Ejército. Esto constituye una excelente lección para aquellos que quieren cambiar de trabajo apenas ven otro nuevo, y para quienes menosprecian el trabajo técnico considerándolo sin importancia ni futuro.

El camarada Bethune y yo nos vimos una sola vez. Posteriormente, me escribió muchas veces. Pero como yo estaba muy ocupado, sólo le escribí una carta y no sé si la recibió. Me siento profundamente apenado por su desaparición. El homenaje que todos rendimos a su memoria demuestra cuán hondamente su espíritu inspira a cada uno de nosotros. Todos debemos aprender de su desinterés absoluto. Quien posea este espíritu puede ser muy útil al pueblo. La capacidad de un hombre puede ser grande o pequeña, pero basta con que tenga este espíritu para que sea hombre de elevados sentimientos, hombre íntegro y virtuoso, hombre exento de intereses triviales, hombre de provecho para el pueblo.





Notas

    [1] Norman Bethune era un célebre cirujano. En 1936, cuando los fascistas alemanes e italianos intervinieron en España, fue al Frente de combate a servir al pueblo español que luchaba contra el fascismo. A comienzos de 1938, después de estallar en China la Guerra de Resistencia contra el Japón, vino a nuestro país encabezando un equipo de trabajadores médicos canadienses y norteamericanos. Llegó a Yenán entre marzo y abril de ese año, y al poco tiempo partió para la Región Fronteriza de Shansí-Chajar-Jopei. Trabajó allí durante dos años, dando ejemplo de espíritu de sacrificio, entusiasmo en el trabajo y sentido de la responsabilidad. Habiendo contraído una infección mientras practicaba una operación de urgencia, infección que se transformó en septicemia, falleció el 12 de noviembre de 1939, en el distrito de Tangsien, provincia de Jopei.

    [2] Véase J. V. Stalin, Los fundamentos del leninismo, VI, "La cuestión nacional".



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