De la dictadura de Park Chung Hee a la de Chun Doo Hwan
A lo largo de toda la dictadura de Park, a pesar de la represión, estallaron grandes movimientos de protesta en los que los estudiantes desempeñaron un papel de primer plano. Es el caso, en particular, de las grandes manifestaciones de 1965 contra la firma del tratado de paz con Japón, y en 1972 contra la promulgación de la ley marcial y la nueva constitución que permitía al dictador seguir en el poder hasta su muerte.
Las manifestaciones de estudiantes de octubre de 1979 desencadenaron una crisis del régimen que se saldó con el asesinato de Park Chung Hee. Una gran manifestación de estudiantes en la ciudad industrial de Pusan, el día 16 de octubre, derivó en un enfrentamiento con la policía al día siguiente. El gobierno proclamó de inmediato el estado de excepción en la ciudad y envió una división de infantería. A pesar de esta medida, las manifestaciones se propagaron a otras ciudades, como Masan, también industrial y sede de muchas empresas exportadoras. Numerosos obreros se sumaron a las acciones en la calle y Park declaró el estado de sitio también en Masan. Durante los cuatro días de enfrentamiento fueron detenidas 4.207 personas. Las manifestaciones se extendieron a la capital, Seúl [25]. El 26 de octubre, el dictador fue abatido por los disparos de su colaborador más próximo, Kim Jae Kyu, director de la KCIA, la Agencia Central de Informaciones de Corea, que había juzgado que desembarazándose de Park sería posible controlar la situación.
Al día siguiente de la muerte de Park, el ejército estaba dividido: un sector insinuaba la perspectiva de cierta «liberalización» del régimen, pero la movilización proseguía. A principios de diciembre de 1979, la mayor parte de los presos políticos (algunos purgaban largas penas de prisión) fueron liberados. El 12 de diciembre, golpe de teatro: el mayor-general Chun Doo Hwan intentó con éxito un putsch en el seno del ejército, hizo arrestar a su principal rival, el general Ching, y tomó el control total del ejército. La movilización proseguía. El 14 de abril de 1980, Chun Doo Hwan, que conservaba sus funciones de jefe del ejército, fue nombrado director de la KCIA por el jefe del Estado. Y la movilización proseguía. El retorno a la dictadura militar abierta tuvo lugar el 18 de mayo de 1980. Se desencadenó una brutal represión: todos los jefes de la oposición fueron arrestados, lo que provocó grandes estallidos sociales cuyo punto culminante fue la insurrección urbana de Kwangju.
Inmediatamente después de la promulgación de una nueva ley marcial, el 18 de mayo de 1980, varios miles de estudiantes de la universidad de Chonam en Kwangju salieron a la calle. El gobierno envió regimientos de paracaidistas, que asesinaron a manifestantes, entre ellos a chicas jóvenes, con las bayonetas. Al día siguiente, más de 50.000 personas se enfrentaron con el ejército, muriendo 260 de ellas en el curso de los combates. Después de cuatro días de lucha encarnizada, el número de insurgentes llegó a los 200.000, en una ciudad de alrededor de 750.000 habitantes, y, finalmente, tomaron el control de la ciudad. Los amotinados, enfurecidos porque las emisoras de radio no informaban sobre su lucha, debido a la censura impuesta por la ley marcial, las incendiaron. Se apoderaron de las armas abandonadas por el ejército en su repliegue y organizaron comités de control y de administración de la ciudad. El 23 de mayo, toda la provincia de Cholla, en el sur del país, estaba en manos de los estudiantes y de la población sublevada.
Los estudiantes de Kwangju se apoderaron de autobuses y camiones y, armas en mano, se dirigieron a las otras ciudades, una tras otra, propagando el movimiento. Mientras nuevas tropas gubernamentales se aproximaban a Kwangju, los insurrectos constituyeron un comité de crisis a fin de negociar con las autoridades encargadas de imponer la ley marcial. Exigían que presentaran excusas al pueblo de Kwangju por las atrocidades cometidas, que pagaran indemnizaciones por los heridos y muertos, que no tomaran represalias, que los jefes militares no hicieran avanzar las tropas hasta que se llegara a un acuerdo. A pesar de estas negociaciones, unos 170.000 hombres tomaron por asalto la ciudad al alba del día 27 de mayo y la ocuparon. Varios centenares de estudiantes y vecinos de la ciudad murieron en el combate [26].La represión, que se efectuó con la bendición del ejército estadounidense y de Washington [27], alcanzó, en los meses siguientes, a todo el país. Según un informe oficial con fecha del 9 de febrero de 1981, más de 57.000 personas fueron apresadas con ocasión de la «Campaña de purificación social» puesta en marcha en el verano de 1980. Cerca de 39.000 de ellas fueron enviadas a campos militares para una «purificación física y psicológica» [28]. En febrero de 1981, el dictador Chun Doo Hwan fue recibido en la Casa Blanca por el nuevo presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan [29].
Decimotercera conclusión: Un potente movimiento social antidictatorial encabezado por los estudiantes se enfrentó a la dictadura. Después del asesinato de Park (octubre de 1979) y un breve intervalo democrático, se implantó una nueva dictadura feroz, que desencadenó una sangrienta represión en mayo de 1980, con el apoyo de Washington y de Tokio.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=30485Corea del Sur: el milagro desenmascarado