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Saló o los 120 días de Sodoma
Salò o le 120 giornate di Sodoma
Pier Paolo Pasolini (Italia, 1975) [117 min]



(wikipedia | filmaffinity)

[fuente] En una mansión, cuatro señores se reunen con cuatro ex-prostitutas y con un grupo de muchachos y muchachas, partisanos o hijos de partisanos, que han tomado prisioneros. En la casa impera el reglamento de los señores, al cual nadie puede escapar. Esta ley faculta a los señores para disponer de la vida de sus prisioneros en cualquier momento y de cualquier modo, y las transgresiones se castigan con la muerte.

En el guion se escribió:

Nosotros los fascistas somos los únicos verdaderos anarquistas una vez, naturalmente, que nos hemos adueñado del Estado. De hecho, la única verdadera anarquía es la del poder.

1. Más politológica y literal: Pasolini visualiza el fascismo como el ejercicio de un poder estatal de normas de lógica interna caprichosa, que parecen generadas juguetonamente, porque su razón de ser no sería prescribir un conjunto social armónico o una mítica ley justa, sino reeducar ("duco", "dirigir", "duque", "Duce") por la hipérbole (intimidación, castigos desproporcionados, humillar para dejar huella...) los cuerpos sociales que, en los tiempos previos al propio fascismo, intentaron reorganizar la sociedad en clave de su propio bienestar... y fracasaron. Es por eso que entre los adolescentes adiestrados por los "profes" de este "reformatorio" con aires de internado inglés (¿inspiró los diseños de Harry Potter?, esa malsana fascinación de Rowling por las élites) sólo hay dos grupos: campesinos y partisanos. Los campesinos son potencialmente revolucionarios, pero es que entre los partisanos eran mayoría los socialistas-comunistas, de un compromiso superior al antifascismo consensual, o sea, el liberal, que tanto cabreaba a Pasolini.
   
   
2. Más estética y alegórica: Pasolini estaría captando pictóricamente el cruce infernal entre D'Annunzio y Sade que habría sido el fascismo de realizarse escupulosamente los ideales del primero con el atrezzo del segundo. Por eso la República de Saló es un escenario histórico óptimo. La certeza de la victoria antifascista empuja a los fascistas al último estadio de nihilismo. La elegancia del centurión romano con la que habrían intentado convencer al mundo de su superioridad retrocede ante su brutalidad contenida, voluntad de dominio nivel Calígula, y acaba en la bacanal sangrienta del que lo sabe todo perdido, como las del Imperio tardío. Si ya no tienes control policial, alimentario, industrial, reproductivo, administrativo... sobre todo el territorio, secciona a una mínima porción de su población y demuéstrate tu poder pegándote la última juerga a su costa. El resultado no es apto para ningún estómago. Yo no he sido capaz de terminarla, me dan arcadas.

Guion: Pier Paolo Pasolini; basado en la novela Los 120 días de Sodoma, del Marqués de Sade.
Música: Ennio Morricone.
Fotografía: Tonino Delli Colli.
Productora: Produzioni Europee Associati, Les Productions Artistes Associés.

• Paolo Bonacelli (el Duque).
• Giorgio Cataldi (el Obispo).
• Umberto Paolo Quintavalle (el Magistrado).
• Aldo Valletti (el Presidente).
• Caterina Boratto (señora Castelli).
• Elsa De Giorgi (señora Vaccari).
• Hélène Surgère (señora Vaccari).
• Sonia Saviange (pianista).
• Marco Lucantoni (víctima).
• Sergio Fascetti (víctima).
• Bruno Musso (víctima).
• Antonio Orlando (víctima).
• Claudio Cicchetti (víctima).
• Franco Merli (víctima).
• Umberto Chessari (víctima).
• Lamberto Book (víctima).
• Gaspare Di Jenno (víctima).
• Giuliana Melis (víctima).
• Faridah Malik (víctima).
• Graziella Aniceto (víctima).
• Renata Moar (víctima).
• Dorit Henke (víctima).
• Antiniska Nemour (víctima).
• Benedetta Gaetani (víctima).
• Olga Andreis (víctima).

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Subtítulos: incluidos en castellano e inglés

- [filmo de ficción] Delicatessen (1991)
- [filmo de ficción] El ángel exterminador (1962)
- [filmo de ficción] El hoyo (2019)
- [filmo de ficción] La gran comilona (1973)

- [filmo de ficción] Camarada (1946)
- [filmo de ficción] La noche de San Lorenzo (1982)
- [filmo de ficción] Novecento (1976)
- [filmo de ficción] Roma, ciudad abierta (1945)
- [filmo de no ficción] Días de gloria (1945)
- [filmo de no ficción] El fascismo en color (2007)

- [filmo de no ficción] Pasolini prójimo nuestro (2006)
- [monografía] Cine socio-político italiano

Marc, en @libroscinecómic, el 22 de septiembre de 2017, escribió:Pasolini trae a Sade a la Italia fascista mostrando la infamia del poder y la obscena impunidad en un film tan brillante como perturbador.

Martín Gómez Niño, en "Pier Paolo Pasolini, o poeta que facía películas", en El Salto, el 23 de junio de 2018, escribió:[...] O filme divídese en 3 partes diferenciadas, onde catro fascistas que representan a diversos estamentos burgueses fan pasar varios mozos provincianos por diversas situacións extremas. As tres partes identifícanse con 3 círculos do Inferno (Pasolini era un namorado da obra de Dante) e ao longo da película vanse sucedendo diversos episodios de violacións, coprofaxia ou tortura explícita. A película foi (está) prohibida e censurada en numerosos países. Pasolini, non demasiado contento de como se recibira "Saló", pensaba crear unha obra aínda máis esaxerada co fin de que a súa mensaxe calara e se vise o fondo do que quería dicir. Pero silenciárono. Falara demasiado claro e demasiado alto.

Mireia Mullor, en "La perversión del poder. Saló, o los 120 días de Sodoma", en Cine Divergente, el 14 de abril de 2018, escribió:[...] Parece imposible encontrar un mejor momento para hablar de las perversiones del poder que en la era del escándalo de Harvey Weinstein y demás depredadores sexuales salidos de Hollywood. Y de todas partes. Más de 80 mujeres alzaron la voz el año pasado para contar sus experiencias con el magnate de The Weinstein Company, mientras otros nombres salían a la luz: Kevin Spacey, Louis C. K., Brett Ratner… Y los que aún están por caer.

Aunque hay quien quiera ver en estos comportamientos una enfermedad -el representante de Spacey aseguró que el actor se había puesto en tratamiento-, nada más lejos de la realidad: es una actitud sistémica que no tiene nada que ver con una adicción al sexo, sino con una adicción al poder. Porque quien piense que las violaciones o los abusos van sobre impulsos sexuales, está muy equivocado. El abuso sexual va de poder, de dominación, de control… y eso es precisamente lo que vemos en "Saló, o los 120 días de Sodoma", donde los representantes del poder (un aristócrata, un magistrado, un obispo y un banquero) crean una micro-sociedad para dar rienda suelta a sus deseos más perversos y configurar un orden social donde los cuerpos son partes vivientes de un supermercado de placer ilimitado.

[...] no sólo es el retrato de una época de incertidumbre política y violencia estatal, sino una suerte de metáfora del sistema que estaba por llegar. Se rodó en los años 70, con la ventaja de la perspectiva histórica, y el cineasta lo aprovechó para acompañar a su crítica del fascismo con una crítica al binomio inseparable que conformaron tras la guerra el capitalismo y el consumismo. Así, se establece una comparativa destinada a remover conciencias: este nuevo sistema post-industrial, tan aparentemente libertario, es en realidad el nuevo fascismo, sólo que no es algo caótico ni represivo. Ahora se nos presenta con la apariencia de orden y progresismo, cuando lo que han conseguido es someter a la población a un régimen que ha confeccionado sus deseos y ha construido una sociedad en la que difícilmente podrán satisfacerlos. [...]

Pedro Antonio Curto, en "Centenario de Pasolini; su visión del fascismo", en Tercera Información, el 4 de marzo de 2022, escribió:[...] Él no creía que el fascismo hubiese sido derrotado definitivamente en Italia, sino uno de sus rostros, el más peligroso, fuese fulminado, entregando la victoria a la emoción y la alegría de las gentes, para así, sobre esa base formal y emotiva, poder transformarse lo que tenía de dominio y poder político. También observó otras vertientes del fenómeno, un pre-fascismo o un fascismo social, rasgos de éste que se presentaban en quienes estaban muy lejos de esa ideología, incluso de quienes se reclamaban como antifascistas: «Existe hoy una forma de antifascismo arqueológico que no deja de ser un buen pretexto para gozar de un carnet de antifascismo real. Se trata de un antifascismo fácil que tiene como objeto y objetivo un fascismo arcaico que ya no existe, ni existirá». Para él los fascismos de los años treinta que representaban de alguna forma en su tiempo el MSI y Giorgio Almirante, no dejaban de ser marginales y jugar la baza del “extremismo”, para así lavar la cara a quién él consideraba que representaba el verdadero fascismo, la DC. «En este sentido, Almirante, por mucho que haya intentado actualizarse, se me antoja igual de ridículo que Mussolini». [...] Como coronario a sus peculiares análisis sobre el fascismo nos encontramos con "Saló o los 120 días de Sodoma", en los que utilizando a Sade, expone lo que dijera Foucault, de que el poder para dominar, una de las primeras cosas que hace es el control de los cuerpos y el sometimiento a algún tipo de régimen disciplinario.

Javier Ruiz Moscardó, en "Una mirada foucaultiana sobre cine y sexualidad", en Rebelión, el 19 de agosto de 2009, escribió:[...] "Saló" actúa como una metáfora de la sociedad de consumo y sus mecanismos de control social. Ejerce pues, por empezar a utilizar vocabulario filosófico, el papel de híbrido entre sociedad disciplinar y las deleuzianas sociedades de control. El fascismo de los burgueses de "Saló" no hay que interpretarlo de forma literal: simboliza el fascismo subyacente a la sociedad de consumo, no el fenómeno político de la primera mitad del siglo XX.

[...] tanto en Foucault como en Pasolini, el control se ejerce en gran medida a través de los cuerpos. La "Saló" de Pasolini no es más que un espejo de nuestras sociedades. La violencia explícita hacia los cuerpos de la película es en lo fundamental la misma violencia que, sin daños físicos, se ejerce en los cuerpos de los individuos de las sociedades de consumo. Allí se violenta explícitamente a los cuerpos. Aquí, mediante los medios de comunicación y las diferentes instituciones (familia, escuela, hospitales) por las que nos vemos obligados a pasar durante nuestras vidas. Violencia, debemos matizar, en el sentido de control de conductas. Para doblegar los espíritus es necesario disciplinar los cuerpos.

Kaep K. Weshet, en "Unas vacaciones", en El Salto, el 5 de abril de 2023, escribió:[...] Pasolini retrató sin piedad ni tapujos la marginalidad, el abuso de poder, la vida y la muerte y, en definitiva, las luces y sombras del género humano de un modo como nadie ha hecho. Saló o los 120 días de Sodoma es una gran muestra de ello, y seguramente la película más provocativa y transgresora de todo el siglo XX. [...] el cine de los años sesenta y setenta, películas donde la burguesía quedaba encerrada por continuar la senda de sus códigos hasta sus últimas consecuencias. En "El ángel exterminador" (Luis Buñuel, 1962), en "La gran comilona" (Marco Ferreri, 1973), en "Saló o los 120 días de Sodoma" (Pier Paolo Pasolini, 1975), en "El anacoreta" (Juan Estelrich, 1976), en "La ruleta china" (Rainer Werner Fassbinder, 1976), el orden de la ley simbólica acababa por producir reclusiones de goce que limitaban, también, con la involución al cavernícola y con la autodestrucción.