A pesar de mi simple y dogmática intuición después que ver esta película hace algún tiempo y haberla calificado automáticamente como producto anticomunista, me he prometido tratar de ser menos espontáneo y ponerme en la piel de un no-dogmático para poderla valorar. Yo solo he asumido que un no-domático sea capaz de entender lo que es el antagonismo de clases en el capitalismo y claro, también apelando a un mínimo de ese humanismo que aparentemente se les desborda por los poros.
Ante todo no quiero dejar de recordarle a Duarte que en un mensaje anterior hago un sintético compendio biográfico del guionista de la película para que al menos la intuición sirva para abrir un poco los ojos, pero más tarde se me "desmiente elegantemente" de esta manera:
Duarte escribió: Semprún es repetir a Malraux varias décadas después. Una deriva tan funesta como la de tantos otros militantes comunistas. Si en el debate en el seno del pce, anulada su democracia interna por "razones de fuerza mayor" (todo estado de excepción refuerza el statu quo), Semprún hubiera vencido contra Carrillo, es bastante probable que la trayectoria de Semprún hoy fuera muy diferente. Efectivamente, la posición de éste hoy no es sostenible. No he apelado al Semprún contemporáneo. Yo sólo digo y mantengo que en los días que se realizó esta película Semprún aún era marxista: para saberlo hay que leer su obra (se exige leer la obra de Stalin para conocer a Stalin, pero eso no parece válido para casi nadie más, ni para Zizek, ni para Semprún, ni...). Desde la filmación de esta película hasta su integración en el gobierno felipista pasan más de quince años. Casi nada en una vida, de la que nos disponemos a hablar y juzgar alegremente. ¿Qué pasa para que un hombre como Semprún, que ha conocido el sabor del exilio y de los campos de concentración, evolucione a una posición anticomunista en los años 80? A mí no me interesa enmierdar la vida de este hombre, un hombre cualquiera en el siglo XX. Sino procurar entender los mecanismos que le condujeron a él y a muchos miles a abandonar la lucha por el socialismo. Decir que ellos llevaban en sí desde siempre "el veneno (¿el gen?) de la contrarrevolución" es un esencialismo nazi. Y, esa sí, es una explicación "facilonga" que no debería satisfacer a un militante comunista.
Sigo tu consejo y me leo la Confesión política de Semprún y de paso te la recuerdo:
Semprún escribió: Comienza en el 56 con las revelaciones del XX congreso del Partido Comunista soviético. Para mi generación lo importante fue ese año, para otras generaciones más antiguas lo importante fueron los procesos de los años 30. Para mí lo importante fue todo lo que hay en torno al 56, el XX congreso, la insurrección popular en Hungría y en Polonia. En fin, todo ese proceso. Si yo hubiera sido francés en ese momento, rompo con el partido, pero como era español y que a pesar de todo eso en España el Partido Comunista seguía siendo un instrumento eficaz de lucha contra la dictadura de Franco, mi proceso fue más largo. Pero en ese proceso largo hay un momento de decisión: Aquí se acaba, aquí se termina".
Yo no se tú, pero yo después de esto, como la vida no es eterna, prefiero priorizar otras lecturas a Semprún. No hago comentarios sobre el texto para no enmierdarle la vida a nadie (siendo cinicamente consciente que de esta forma le enmierdo la vida a muchas otras personas a las que Semprún no le llega al tobillo), porque me prometí volverme no-dogmático por unos instantes.
Pero bueno, como esto aparentemente no es suficiente y uno termina diciéndose a sí mismo: no seamos dogmáticos, aquí todavía dicen que esto es una crítica a la izquierda desde la izquierda y aunque para mi el criticón está muy lejos de ser izquierda, también podemos pensar que los equivocados somos nosotros, entonces olvidémonos de Semprún y empecemos a indagar con lo que tenemos a mano sobre la historia del personaje de Arthur London porque realmente no hay mucho que debatir, simplemente tratar de ver hasta que punto nos podemos acercar a la verdad y llegar a diferenciar entre crítica y ataque, al menos conociendo quien usa (y para qué) esta historia. Pues eso, volvámonos automáticos cibernéticos y hagamos una búsqueda en Internet usando las palabras claves "Arthur London" y Cuba, puesto que si aquí algunos dicen defender a Cuba (también parecería que bombardearían a Corea del Norte, claro) y al mismo tiempo defienden con tanto entusiasmo esta película, esta historia lógicamente debería de serle útil a los comunistas cubanos para el avance dialéctico del Socialismo. Y mira tú Duarte, qué decepción, no logré encontrar una simple página donde algún comunista en Cuba mencionara esta historia como objeto de estudio para mejorar el Socialismo. Eso sí, alguna que otra de algún trotskista español sí se encuentra, pero la inmensa mayoría de ellas pertenece a las páginas de aquellos que han atacado al Socialismo cubano con invasiones armadas, con asesinatos a cientos de inocentes, con guerras bacteriológicas de todo tipo que han causado muertes humanas y desastrosos daños económicos, con financiación a disidencia interna y externa, con radios y televisiones de acoso permanente, y que también son los mismos que mantienen y abogan cada día por reforzar incluso más el criminal bloqueo económico contra la isla bajo las faldas del imperio que los financia que tiene en estos momentos a cinco cubanos prisioneros cuya culpa es precisamente defender a Cuba de sus ataques, y también son los mismos que aplauden a Bush cuando señala a esa pequeña islita como parte del eje del mal. También son los mismos que apoyaron a todas las dictaduras sangrientas en Latinoamérica, los que ayudaron y financiaron a la contra en Nicaragua, los que celebraron con júbilo la muerte del Che y los que hoy siguen esperando ilusamente en regresar a Cuba a la caza de comunistas cuando muera Fidel, porque no pudieron en ninguno de sus cientos de intentos de atentados a su vida.
A pesar de todo eso, sin ponerme dramático y pensando en la posibilidad de que incluso esta respuesta automática no bastara, porque claro, quien sabe, quizás el enemigo sea tonto y utilice la historia de este señor para atacar al socialismo cuando lo lógico, según los no-dogmáticos, sería lo contrario y probablemente los ingenuos comunistas cubanos, que tanto deberían aprender de los intelectuales progres europeos, no se han dado cuenta de lo que se están perdiendo. Y bueno, siguiendo el no-dogmatismo, cambio de palabra clave a ver si tengo suerte esta vez, y sustituyo el nombre del señor por el tan cacareado Slansky, pero coño, casi se me sale el vómito que estaba aguantando hace rato al leer el título de la primera respuesta de la búsqueda: "Praga pedirá a la UE una política más firme contra Cuba". El enlace me lleva a Radio Praga que lejos de denunciar el hecho, lo apoya.
Después de eso no pude evitar acordarme de cómo son reprimidos los comunistas hoy en día en la república checa, que en este sitio denunciamos la ilegalización de su partido, y confirmar una vez más cuanto cínica puede ser la burguesía criminal que usa ese falso manto de democracia para reprimir cada día más a aquellos que no aceptan que el mundo le pertenezca a unos poquitos sanguinarios. Y como estoy convencido (nostálgico yo) de que el pasado glorioso de los comunistas tiene hoy en día mucho valor en un país como Cuba que todavía construye eso que se llama Socialismo, no pude evitar recordar al comunista checo Julius Fucik cuyo “Reportaje al pie de la horca" lo habíamos divulgado hace más de un año en Rebeldemule y por curiosidad me fui al hilo a ver si al menos había sido de interés general. Te puedo asegurar que no hago competencia personal de ningún tipo ni hay detrás nada de orgullo, pero no te voy a negar que me dio un nosequé comprobar que después de más de un año de publicado el post, el admirado Julius Fucik que tanto se recuerda en Cuba, recibiera solamente 178 visitas (incluyendo la que acabo de hacer) y Gavras-Semprún en poco más de un mes haya recibido 788 (sin incluir esta) y que sigue y se extiende. Y a uno le viene eso de decir “que ingratitud", pero no por mí, sino por la diferencia en la historia biográfica: un comunista que lo da todo hasta sus últimas consecuencias y muere dignamente bajo la bota nazi, contra un tipo que con un wisky en la mano en medio de los alpes Franceses (perdón si no es exactamente así, pero es la imagen final que me quedó por lo que recuerdo de la película) cuenta lo gran comunista que fue en sus buenos tiempos y de cómo salvó su culo. Esto es lo que me jode, pero me autocritico, no es que culpo a nadie, pienso sinceramente que debería haberle dado más publicidad a Fucik de lo que hice y en el caso de “La confesión" entiendo que incluso el morbo creado en torno a la película hace que los peces piquen. Pero bueno, repito que lo siento sobre todo por la memoria de Fucik y por la gente que hoy en día sigue su ejemplo en las cárceles de los torturadores fascistas.
Ya realmente sin el menor interés en demostrarme nada más sobre esta película y convencido más que antes del veneno anticomunista que es, me picó la curiosidad y observé con detenimiento el papel de celofán en que viene envuelto este insulto (al menos cuando insultamos nosotros lo hacemos con la mierda por fuera y sin adornos) y me dediqué a leerme bien los dos artículos que acompañan a este paquete bien envuelto.
El acrobático escrito de Zizek, me hace recordar a lo que alguien en privado me reprochaba cuando decía que nosotros (los "estalinistas") "discutimos aquí como si nos fuera la vida en ello", y de verdad que personalmente no creo estar haciendo ningún acto heroico escribiendo en un foro, sin embargo pienso que esta frase es producto del desconocimiento que existe en esta sociedad de la verdadera historia de los comunistas, pero sí me parece justo que al menos todos los que han visto esta película con buenos ojos se lean el "Reportaje al pie de la horca" para que puedan establecer la diferencia entre el comunista que describe Zizek y Semprún con el comunista que no implora perdón frente a sus verdugos siendo al mismo tiempo de una humanidad que Zizek mismo no puede concebir en sus "análisis" y en el cual lógicamente Fucik no cuadraría.
Personalmente considero el psicoanálisis una paraciencia y me parece burlesco justificar todo este anticomunismo con pura sicología acrobática, a parte de que imaginarse que Zizek pueda servir como objeto de estudio en una asamblea obrera me parece bastante improbable. Con sus grandes malabares sicotécnicos, Zizek acusa al Partido de despiadado con sus militantes que no tienen más remedio que ser duros e inhumanos con ellos mismos para no dejar de ser ellos mismos y que esta paradoja conlleva al suicidio del mismo Partido, porque según su análisis psico-Kantiano ya Lenin consideraba que escuchar la Appassionata era cosa de débiles (quien conozca la anécdota sabe que no tiene nada que ver con la interpretación de Zizek). Por supuesto, todo dentro del contexto de un socialismo sin enemigos verdaderos, sin lucha de clases, sin agresiones externas, en resumen, interpreto que Zizek nos dice que independientemente de que hagamos lo que hagamos, los malos de la película somos nosotros de todas formas. Y claro, ahora lo más lógico que deberíamos hacer es suicidarnos todos o hacer como Semprún.
El segundo artículo es todavía más denso pero menos peligroso porque al menos se declara anticomunista abiertamente.
Quizás me equivoco en las interpretaciones porque no soy erudito, pero como imagino que Duarte haya entendido mejor, seguramente nos podrá explicar a todos de qué va Zizek porque al final me quedo con la sensación que si no he hecho doctorados en Lacan, Kant y Sade, puedo estar interpretando otra cosa diferente. Yo le propondría a Duarte que nos explicara el modelo "científico" de Zizek utilizando como objeto de estudio, por ejemplo a Alexander Zinoviev o también si le parece mejor a Rokosovski.
Aquí nadie ha pretendido en ningún momento hacer creer que el Socialismo sea perfecto y de que no tenga impurezas que se van limando en el mismo camino de su desarrollo, donde los comunistas junto a la clase obrera y campesina, que son quienes lo construyen, necesitan ante todo reconocer sus propios errores para enmendarlos, pero de ahí a pretender que la crítica que permita el avance del Socialismo sea el ataque barato con la historia de un tipo con un vaso de whisky en la mano desde Francia del que hay que creerle automáticamente el cuento personal que tiene dimensiones mucho mayores que su propia vidita, por muy compleja que esta haya sido, daría la impresión que para algunos esta historia aparentemente cierta justifica la criminal política desatada contra los obreros de los países exsocialistas y los criminales ataques que sufren hoy aquellos que no han claudicado, a parte de lo que representa hoy en día la desaparición de la URSS para el resto del mundo con un feroz imperio que se siente con las manos libres para ocupar territorios, para expoliar países, para ensangrentarlos de la manera más bestial y para incluso sentirse orgullosos de imitar hoy en día los métodos de los nazis.
Yo no voy a exigirle a nadie aquí a donde mandar esta película y sus adornos, o se si se crea un subforo específico nuevo para ella, pero ya comentarán los ilustres no-dogmáticos.