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Abajo el telón
Cradle will rock
Tim Robbins (EE.UU. de América, 1999) [132 min]



(wikipedia | filmaffinity)

[propia] Nueva York (EE.UU), otoño de 1936. A la manera socialdemócrata, el Proyecto de Teatro Federal, dependiente de la Works Progress Administration, emplea a trabajadores del espectáculo desempleados y a no pocos desempleados de otros sectores.

Hallie Flanagan, directora de este programa público, lo defiende a capa y espada frente al gobierno de Roosevelt, que titubea en su apoyo al mismo, tensado como está por la fuerza del movimiento obrero, a izquierda, y por la presión del Comité de Actividades Americanas, a derecha. La cabeza de este último, el parlamentario Martin Dies, pretende purgar de la producción teatral su obvia influencia socialista, aún si esto supusiera clausurar todo el programa. Pero el Teatro Federal goza de buena salud, sus activos han crecido con el proceso. Entre otros, participan de él el ya afamado Orson Welles. Asignado al teatro Maxine Elliott, Welles tratará de poner en pie The cradle will rock, de Marc Blitzstein, un musical de inspiración brechtiana con un reparto demasiado amateur para su gusto.

También andan en la ciudad el pintor Diego Rivera, solicitado por el banquero Rockefeller, y Margherita Sarfatti, agregada cultural de Mussolini, cuya misión es ganarse el favor de la alta sociedad. Antiguos amigos, ahora son el contrapunto político el uno del otro.

Retablo del clima social enmarcado por el New Deal de Roosevelt y las tensiones entre los proyectos liberal, fascista y socialista en suelo estadounidense.

Según la entrada de wikipedia en inglés, mezcla acontecimientos que no sucedieron simultáneamente: el mural de Diego Rivera en el Rockefeller Center (1933-1934), la invasión italiana de Etiopía (1935), la guerra antifascista en España (1936-1939), la masacre antisindical de Chicago (1937) y la depuración del Teatro Federal por el Comité de Actividades Antiamericanas (1938). También, por supuesto, la propia censura de The cradle will rock en 1937, que es la primera de todas estas piezas tan bien encajadas entre sí. Remata el puzzle un final estupendo y esperanzador sobre la vida o muerte de la independencia artística, en función de si del arte se hace mercancía o autogestión. Sobra el último fotograma de un Broadway electrificado e industrial como continuación del Teatro Federal, creo yo, aunque seguramente una cabeza más informada que la mía pueda objetarlo.

Pero si nos tenemos que quedar con algo, quedémosnos con el momento en el que Roosevelt reconoce en boca del industrial Mathers que la socialdemocracia es un engañabobos para evitar el desborde socialista en los EEUU cuya condición de posibilidad depende de una prosperidad económica que se deriva del comercio con los fascismos europeos. Todo esto mientras se echa unas risas con el siniestro Hearst, a quien Orson Welles inmortalizaría al poco en "Ciudadano Kane". La socialdemocracia: más de un siglo de coherencia de un programa orientado a hacer mejor la vida de la clase obrera nacional a costa de todas las demás.

En la introducción de la película se escribió:La década de los 30. EE.UU. está inmerso en la Gran Depresión. Para construir sus arsenales, Alemania e Italia, que aún no eran enemigos de los EEUU, compran petróleo, caucho y acero a las empresas americanas. Los trabajadores, sin haber conseguido la reducción a cuarenta horas semanales, con salarios bajos y sin apoyos sanitarios, comienzan a plantearse la necesidad de crear sindicatos. Las huelgas cierran fábricas enteras. El gobierno pone en marcha un plan de reactivación laboral, un programa ambicioso y diverso para crear puestos de trabajo. Una de las divisiones de este programa, el Proyecto Federal de Teatro, lleva un teatro de bajo presupuesto a millones de americanos.

Javier López Rejas, en "La revolución según Tim Robbins", en El Cultural, el 10 de enero de 2001, escribió:Un pelele que se subleva contra su amo ventrílocuo cantando "La Internacional", Diego Rivera pintando un mural de Lenin, Marx y Trotski en las mismas narices de Rockefeller, Orson Welles proclamando su vehemencia a los cuatro vientos y un paseo de masas a lo "Novecento" son sólo algunos de los "regalos" que Tim Robbins realiza en su tercera entrega como director, "Abajo el telón" (o, mejor, "Cradle will rock"), que se estrena el viernes en nuestro país tras recibir el reconocimiento de festivales como Cannes y Sitges.

El ejercicio que Robbins ha desarrollado tras "Ciudadano Roberts" (1992) y "Pena de muerte" (1995) está basado en un vertiginoso baile de escenas, un apabullante catálogo de planos y movimientos de cámara capaces de tejer un historia de personajes e ideas, de sentimientos y denuncias, de amistades y traiciones, en el convulso contexto de los Estados Unidos de los años treinta.

Nueva York es la “manzana podrida” en la que se resumen las enfrentadas ideas del momento, las persecuciones ideológicas, la represión conservadora del Comité de Actividades Antiamericanas y la emergente reafirmación sindicalista. Tim Robbins, comprometido sin matices con la realidad que le rodea, realiza una rápida zambullida en el mundo intelectual y sus relaciones con el poder a través del montaje de una obra de teatro, Cradle will rock, que existió realmente, como existió realmente el tenaz y creativo Orson Welles (Angus MacFadyen) y su productor John Houseman (Cary Elwes), ambos muy alejados de la fuerza de los originales.

Guion: Tim Robbins.
Música: David Robbins.
Fotografía: Jean-Yves Escoffier.
Productora: Havoc.

• Hank Azaria (Marc Blitzstein, autor dramático y compositor).
• Cherry Jones (Hallie Flanagan, directora del Proyecto de Teatro Federal).
• Angus MacFadyen (Orson Welles).
• Susan Sarandon (Margherita Sarfatti, agregada cultural de Mussolini).
• John Cusack (Nelson Rockefeller, banquero).
• John Carpenter (William Randolph Hearst, empresario de medios de comunicación).
• Gretchen Mol (Marion Davies, pareja de Hearst).
• Rubén Blades (Diego Rivera).
• Corina Katt Ayala (Frida Kahlo).
• Philip Baker Hall (Gray Mathers, empresario industrial del sector del acero).
• Vanessa Redgrave (Constance LaGrange, condesa, pareja del empresario Mathers).
• Paul Giamatti (Carlo, artista, amigo de Constance LaGrange).
• Bill Murray (Tommy Crickshaw, ventrílocuo, artista de vodevil).
• Joan Cusack (Hazel Huffman, trabajadora del Teatro Federal, anticomunista).
• Cary Elwes (John Houseman, productor de teatro).
• Bob Balaban (Harry Hopkins, director de la WPA).
• Emily Watson (Olive Stanton, obrera desempleada, cantante, actriz en The cradle will rock).
• John Turturro (Aldo Silvano, actor en The cradle will rock).
• Barbara Sukowa (Sophie Silvano, pareja de Aldo).
• Peter Jacobson (hermano de Aldo Silvano, fascista).
• Jamey Sheridan (John Adair, actor en The cradle will rock).
• Chris McKinney (Canada Lee, actor en The cradle will rock).
• Adele Robbins (Augusta Weissberger, directora de reparto en The cradle will rock).
• Erin Hill (Sandra Mescal, actriz en The cradle will rock).
• Daniel Jenkins (Will Geer, actor en The cradle will rock).
• Barnard Hughes (Frank Marvel, actor en The cradle will rock).
• Stephen Spinella (Donald O'Hara, funcionario del Proyecto de Teatro Federal).
• Brenda Pressley (Rose, funcionaria del Proyecto de Teatro Federal).
• Brian Brophy (Pierre de Rohan, funcionario del Proyecto de Teatro Federal).
• Gil Robbins (Joe Starnes, diputado).
• Harris Yulin (Martin Dies, diputado).
• Victoria Clark (Dulce Fox).
• Gregg Edelmann (el personaje Larry Foreman, de Cradle will rock, dirigente sindical , ¿soñado?).
• Kyle Gass (Larry, estudiante de ventriloquía).
• Jack Black (Sid, estudiante de ventriloquía).
• Audra McDonald (cantante de "Joe Worker").
• Allan F. Nicholls (George Zorn).
• Steven Skybell (Bertolt Brecht, como fantasma).
• Susan Heimbeinder (Eva Goldbeck, pareja de Marc Blitzstein, como fantasma).

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Subtítulos: castellano (emule)

 Cradle.Will.Rock.(Tim.Robbins,.1999).(English..Spanish.SpanishSub..EnglishSub).WE...divxclasico).mkv  [5.61 Gb]

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Subtítulos: incluidos en castellano e inglés

- [monografía] El macartismo
- [monografía] El New Deal y la alianza antifascista
- [filmo de ficción] Ciudadano Kane (1941)
- [filmo de ficción] Frida (2002)
- [filmo de ficción] Frida, naturaleza viva (1986)
- [filmo de ficción] La conjura contra América (2020)

En el guion se escribió:

- Gray Mathers: Señorita Sarfatti, ha sido un placer hablar con usted. Puede asegurarles a sus representados que Aceros Mathers se encargará de los chasis de los camiones italianos mientras las ruedas sigan girando.

- Margherita Sarfatti: Siempre se lo agradecerán.

- Gray Mathers: Cualquier cosa que hagamos para detener el comunismo en Europa es esencial para nosotros.

En el guion se escribió:

- Hazel Huffman: El problema que yo veo en este plan del Teatro Federal y con sus proyectos artísticos en particular es que están dirigidos por gente muy elitista, gente muy esnob.

- Tommy Crickshaw: Estoy de acuerdo. Personalmente no creo que haya forma de avanzar si no estás de acuerdo con ellos, si no perteneces a su partido, si no compartes sus ideas. Y, además, los rojos no son graciosos. No creo que sean divertidos. ¡No son graciosos!

En el guion se escribió:

- Nelson Rockefeller: Y eso... parece un cristal gracioso o algo así. La gente está muy atenta a él.

- Diego Rivera: Eso es el último invento: la televisión.

- Nelson Rockefeller: Conozco la televisión.

- Diego Rivera: ¡La transmisión de imágenes! Imagina su utilidad para la educación.

- Nelson Rockefeller: Y esa gente tan bien vestida, ¿qué significa?

- Diego Rivera: ¿Tú qué ves ahí?

- Nelson Rockefeller: Oh, ya entiendo. Picasso también jugó a ese juego conmigo. Muy bien. Veo... a la alta sociedad en una fiesta.

- Diego Rivera: ¡Eso es! Los ricos decadentes. Y, sobre ellos, la sífilis.

- Nelson Rockefeller: La sífilis... ¿Los ricos en general?

- Diego Rivera: ¡No, en concreto!

En el guion se escribió:

- Gray Mathers: Roosevelt quiere que me rinda. Quiere que haga lo que el resto.

- Hearst: No tiene agallas.

- Gray Mathers: Dice que, si no accedemos, tendremos una revolución en las manos.

- Hearst: ¡Revolución!

- Gray Mathers: ¿A ti qué te parece? ¿Crees que Lewis tiene tanto poder?

- Hearst: Creo que la gente no tiene dinero y está hambrienta, y seguirá a cualquiera que les prometa algo. Estás acorralado, Gray. Si aceptas, perderás dinero y abrirás las puertas a los socialistas y a los radicales. Y, si te resistes, tendrás que hacerlo por la fuerza y eso no es aconsejable. Matar huelguistas no es una medida muy popular. [Risas] Busca un modo de darles un dólar y llevarte dos. No es una tarea fácil.

En el guion se escribió:

- Gray Mathers: Por el amor de dios, ¿qué esperabas de un comunista?

- Nelson Rockefeller: No hubiese tenido ese problema con Picasso o con Matisse.

- Hearst: Controlamos el futuro del arte porque pagamos por el futuro del arte. Pon gente al frente de los museos que detesten a los Rivera y su mundo, y disfruten con Matisse. Creemos la nueva ola del arte. Tú puedes hacerlo, tienes el poder, eso es obvio.

- Nelson Rockefeller: El poder cultural para pagar por los Matisse.

- Hearst: Sí. Disfrutemos de los colores.

- Gray Mathers: Disfrutemos del color.

- Hearst: ¡Retratos!

- Gray Mathers: Paisajes.

- Nelson Rockefeller: Hombres a caballo.

- Gray Mathers: Puestas de sol.

- Nelson Rockefeller: ¡Desnudos!

[...]

- Hearst: Financiaremos una nueva ola de arte, una exposición itinerante por Europa destacando a nuestros artistas.

- Gray Mathers: Apolítica.

- Nelson Rockefeller: Sí. ¡Abstracta! Colores y forma. No política.

- Hearst: Mis periódicos hablarán de ello como lo último. Ensalzaremos a los artistas. ¡Les haremos ricos! [risas] ¡Muy pronto todos los artistas representarán a ese movimiento!

- Gray Mathers: ¿Tú crees? Los artistas siempre acaban preocupándose por los temas sociales.

- Nelson Rockefeller: Es cierto.

- Hearst: Eso no les dará de comer.

- Nelson Rockefeller: No exhibiremos sus obras y les joderemos.

- Gray Mathers: Y antes que morirse de hambre, se adaptarán. ¡Pura supervivencia!

- Hearst: Los artistas son putas, como los demás.

Y esta secuencia magistral.

Andreu Espasa de la Fuente, en "«Trabajo digno para todos»: por una izquierda que acabe con el paro", en Rebelión, el 28 de enero de 2014, escribió:[...] La WPA era una agencia del Gobierno federal creada por Roosevelt y dedicada a la contratación de trabajadores en paro. Durante su breve existencia, entre 1935 y 1943, generó 8 millones de puestos de trabajo directos. Una buena parte se destinaron a trabajadores no cualificados, el sector más duramente golpeado por la crisis, en trabajos de obras públicas e infraestructuras.

De la interesante historia de la WPA, vale la pena destacar dos aspectos. El primero es que, a diferencia de la política de contratación funcionarial propia de la era del Estado del Bienestar, la WPA no limitaba su área de acción a unos ámbitos concretos de servicios (como enseñanza, sanidad, seguridad y comunicaciones), sino que intentaba adaptarse a las necesidades de quienes sufrían el paro. La WPA tenía la osadía de intervenir en sectores tradicionalmente reservados a la iniciativa privada para rescatar a los trabajadores en paro sin obligarlos a cambiar de oficio o de vocación. Un caso muy famoso fue el del Federal Theatre Project, el programa de la WPA que dio trabajo a dramaturgos, tramoyistas y actores, espléndidamente retratado en la película "Cradle will rock" (Tim Robbins, 1999), traducida al castellano como "Abajo el telón".

El segundo aspecto de la historia de la WPA que vale la pena tener en cuenta es el de su declive. A finales de los años treinta, cuando la batalla por la reforma del Tribunal Supremo forjó una nueva mayoría parlamentaria de republicanos y demócratas conservadores en Capitol Hill, la WPA fue objeto de ataques durísimos por parte de los empresarios y la derecha política. Los enemigos del New Deal consiguieron forzar una progresiva disminución de los objetivos y de la financiación de la agencia hasta que el boom económico de la Segunda Guerra Mundial le asestó el golpe definitivo. El consenso de posguerra se inclinó por el fomento de un gigantesco complejo militar-industrial y por unas políticas macroeconómicas de estímulo fiscal y monetario que favorecían niveles cercanos al pleno empleo, pero que -salvo las profesiones vinculadas a la función pública- seguían manteniendo el poder de contratación en manos de los empresarios. De esta manera, la Works Progress Administration pasó a la historia como un episodio experimental y excéntrico, en el que la urgencia de querer solucionar un paro de dimensiones insoportables (el 25% en el peor momento de la crisis en Estados Unidos) había hecho cruzar algunas líneas rojas en las relaciones de dominación entre empresarios y trabajadores.

Pepe Gutiérrez-Álvarez, en "Orson Welles, quizás el más grande", en Kaos en la Red, el 15 de noviembre de 2023, escribió:[...] muy lograda crónica neoyorquina de la dura década de los 30, durante la cual artistas (Diego Rivera, Frida, el propio Orson Welles), miembros de la alta burguesía y obreros se aliaron para luchar contra la censura y en defensa de la libertad de expresión, en una revolución cultural sin precedentes en la que los artistas acusan a la policía de “prostituirse” sirviendo a los intereses creados.

Alfredo Moreno, en "Títeres de cachiporra: 'Abajo el telón' ('Cradle will rock', Tim Robbins, 1999)", en 39 Escalones, el 20 de enero de 2020, escribió:[...] Construida como película coral, con un amplio número de personajes cuyas peripecias terminan por converger en dos grupos opuestos, en el mosaico que pinta Robbins hay de todo: parados que se simulan técnicos para obtener un empleo (Emily Watson), actores italianos enfrentados a los fascistas dentro de su propia familia (John Turturro), anticomunistas que no vacilan en denunciar a sus compañeros a cambio de trabajo (Bill Murray, Joan Cusack), aristócratas bienintencionadas que se ponen de parte de los obreros (Vanessa Redgrave), políticos incultos que toman al dramaturgo isabelino Christopher Marlowe por un peligroso comunista, ricos industriales que prestan apoyo económico a los fascistas (Philip Baker Hall) a cambio de obras de arte confiscadas a judíos y trasladadas ilegalmente gracias a la mediación de la embajadora de Mussolini (Sarandon)… Especialmente atractiva es la relación entre Nelson Rockefeller (John Cusack) y Diego Rivera (Rubén Blades), a quien contrata para pintar un fresco en el vestíbulo del Rockefeller Center. Rivera pinta lo que lleva dentro, un mural revolucionario de lo más izquierdoso con Marx y Lenin presidiendo una pared plagada de alegorías sobre la decadencia de una cultura occidental, podrida a causa del capitalismo exacerbado. Cusack termina por despedirle y deshacer la obra a golpe de mazo. Ahí plantea Robbins el tema del artista mercenario (lo expresa el personaje de Rivera: “¿Tengo que pintar lo que él quiera porque recibo su dinero?”). La película incluso apunta de manera sutil una premonición, el primer contacto entre Orson Welles y William Randolph Hearst, el todopoderoso magnate de la prensa que será objetivo de Welles en la genial "Ciudadano Kane" ("Citizen Kane", 1941).

El usuario Dorado, en este foro, el 25 de julio de 2007, escribió:Las cosas como fueron. Un película excepcional: repaso historico a hechos escondidos por la historia: Cómo se decidió el apoyo a la pintura abstracta por la prensa de Hearst y el mecenazgo del MOMA (propiedad de mamá Rockefeller) para enfrentarlo a la pintura social representada por la obra militante de Diego Rivera que puso en evidencia el amor al arte de uno de los jefes del mundo capitalista, llevandole a quitarse la careta y tener que destruir el genial fresco que más tarde se pintaria de nuevo gracias a Don Lázaro Cardenas, presidente de México, en el palacio presidencial del DF.