Pepe Gutiérrez-Álvarez, en "Cine e historia social: 5. "Esta tierra es mi tierra", de Hal Ashby", en Kaos en la Red, el 20 de octubre de 2007, escribió:Sin ser una obra mayor, "Bound for Glory", tuvo el inmenso mérito de contarnos la vida de
Woody Guthrie, un cantante del pueblo, un pionero de lo que más tarde se llamará "la canción protesta".
Aunque sea un cineasta poco reconocido, se puede decir que Hal Ashby "tiene cosas", y no precisamente su película más famosa,
"Harold y Maude" (1971), una extraña historia de amor entre un joven y una singular septuagenaria interpretada por
Ruth Gordon (n. 1896), una de las grandes desconocidas del cine norteamericano, entre otras cosas guionista con
Cukor (
"La costilla de Adán"), y la bruja de
"La semilla del diablo", de
Roman Polanski. Ashby hizo otras películas de mayor interés, como la antimilitarista
"El último detalle" (1973), la vitriólica
"Shampoo" (1975), cuyo éxito permitió a
Warren Beatty realizar
"Reds",
"Bienvenido, Mr. Chance" (1979), con un inconmensurable
Peter Sellers, pero, ante todo, Hal fue el realizador de "Bound for Glory" (1976), que aquí se llamó "Esta tierra es mi tierra", y que viene a ser una descripción -un tanto atenuada- de la odisea del gran Woody Guthrie por los Estados Unidos de la "Depresión", con un tono épico que destilaba convicción, sobre todo por la magnífica interpretación del mayor de la estirpe de los Carradine,
David, que fue además coproductor, y sin cuyo concurso y prestigio no se habría hecho.
Si bien Woody Guthrie era un nombre que "sonaba", fue esta película la que permitió que fuese conocido por un público muchísimo más amplio y que además se supiera que a su faceta de cantante había que añadirle la de militante social, ya que su periplo en ferrocarril a lo largo del país le sirvió para conocer en directo las humillaciones y sufrimientos que padecía la clase trabajadora de la que se sentía parte, llegando hasta una "toma de conciencia" que le llevó a colaborar con el
partido comunista, detalle que no aparece en la película o quizás se quedó en la sala de montaje. La película permitió la edición de la obra autobiográfica del combativo
folksinger, que aquí se titularía
Con destino a la gloria; lástima que se hiciera con una pésima traducción. Recordemos que Guthrie fue el maestro de
Bob Dylan y de
Phil Ochs, entre otros, y que se hizo famoso por la pegatina que llevaba adherida a su guitarra: "Esta máquina mata fascistas". Fotografiada por el estupendo
Haskell Wexler (autor de una olvidada película pro
sandinista,
"Latino"), que consigue el tono militante adecuando los colores a un tono parecido al blanco y negro propio de películas como
"Las uvas de la ira", de
John Ford, sin duda su antecedente fílmico más importante.
En la propaganda de la película se decía que Woody era un "héroe americano". ¿Era cierta esta afirmación? Depende de lo que se nos quisiera decir. Desde luego, no lo era de la Norteamérica conservadora y opresora. Woody estaba por la revolución, se volcó a favor de los sindicalistas y de los trabajadores insumisos, apoyó con entusiasmo la causa del pueblo en
la guerra de España. Así pues, en todo caso, sería el héroe de esa otra América marginal, popular y rebelde que tiene numerosas páginas "heroicas" en la intrahistoria americana en su oposición a un sistema que le hizo pagar muy cara su insubordinación.
Aunque Ashby podría haber sido un poco más vehemente y arriesgado, no hay duda de que tenemos que agradecerle esta evocación de Woody Guthrie (1912-1967), uno de los grandes cantantes y compositores de canciones que ha dado Estados Unidos: el último de los viejos trovadores y el primero de los cantantes contemporáneos, parte central de una tradición cuya influencia irradiará prácticamente por todo el mundo. No hay que decir que muchas de las canciones "de protesta" que se hicieron populares entre nosotros provenían de dicha tradición. Buena parte de los más importantes músicos populares americanos, desde
Pete Seeger a
Dylan, de su hijo
Arlo Guthrie a
Bruce Springsteen, algunos de los muchos intérpretes que en años sucesivos cantarían y grabarían sus composiciones, y por lo general, persistieron en su conciencia popular e insumisa.
Se dice que con Woody acabó el ciclo folclórico de las canciones populares americanas y se abrió el de la canción como forma artística. Woody fue un cantante-vagabundo. Vagabundeó por todo el territorio americano como viajero clandestino en trenes de carga o como precoz autostopista. Colaboró con los sindicatos, para los que escribió infinidad de canciones, conoció en detalle el
Metro de Nueva York y los caminos polvorientos de
California, y dejó retratada en miles de canciones la América en crisis de los años treinta y cuarenta. Todo ello lo contó en su obra escrita en 1943, a la que Hal Ashby sirve consiguiendo un buen retrato de ambientes y personajes, aunque sin el encanto
naif y primitivo de la novela original. En ella, Guthrie contaba sus años de infancia y su vida errante por los distintos estados de la Unión. Al final, todavía le quedaron por contar su alistamiento voluntario a bordo de un barco mercante en la
II Guerra Mundial, sus colaboraciones en el periódico comunista
Daily Worker, sus grabaciones para la biblioteca del Congreso o su internamiento en 1955 en el hospital a causa de la
enfermedad de Huntington, que le llevaría a la muerte doce años después.
No fue hasta diez años después de su muerte, que Woody Guthrie comenzó a ser conocido con cierta facilidad entre esa parte de españoles que tenemos acceso a la cultura. Su infancia se desarrolla en su pueblo natal que sufre grandes transformaciones como consecuencia del hallazgo de petróleo que en él tiene lugar y del proletariado emigrante que llega a emplearse en la naciente industria. Por ello, Woody entra por primera vez en contacto con los obreros que verá vagar de una parte a otra de los Estados Unidos en busca de trabajo.
La vida empieza a dar sus primeros reveses a la familia Guthrie (se quema varias veces su casa; en unos de Ios incendios muere la única hija) que se dispersa en 1925 con la marcha del padre y el internamiento de la madre en un manicomio. Por primera vez, Woody vivirá por su cuenta:
La maldita tormenta de polvo
ha matado a mi familia
Pero a mí no puede matarme, Señor, no, a mí no,
("La tormenta de polvo no puede matarme")
A los dieciséis años se lanza a la carretera y recorre el
Golfo de Méjico, empleándose allí donde le admiten, No tiene ningún trabajo fijo, todo son colocaciones temporales. Poco después llega a Pampa, un pueblo del
boom petrolero de
Texas, en donde aprende los primeros acordes de guitarra. Pronto será llamado para tocar en las fiestas y bailes locales. poco a poco se va configurando en su mente la labor que debe llevar a cabo el cantante popular ("Llegué a la conclusión de que la canción era una música y un lenguaje para todo el mundo"). Al mismo tiempo se va impregnando de todas aquellas personas que encuentra en su camino, con todos esos individuos que pasan fugazmente a través de su existencia
Hacia 1937 Woody Guthrie decide marchar a
California. Por aquel tiempo los Estados Unidos no se habían recuperado todavía del
"crack" capitalista de 1929. El paro ascendía a cerca del 13%. Una gran migración de mano de obra se dirigía en la época de la recolección desde el Este hacia
California con la esperanza de encontrar trabajo. Pero los problemas no terminaban si se tenía la suerte de encontrar trabajo la policía trataba con dureza a los braceros, la faena era difícil y dura. Es la historia que
John Steinbeck reflejaría en su inmortal novela
Las uvas de la ira y que más tarde el propio Guthrie contará en su genial canción "Tom Joad".
El contacto de Woody con el pueblo le irá acercando poco a poco a un compromiso con el pueblo y consigo mismo que desde ahora marcará la esencia de su creación. Intentará que la realidad que él ve quede reflejada en sus canciones en todos los aspectos de la actividad popular. Hacia fines de los años 30 recorre varias veces los Estados Unidos con su banjo y su guitarra actuando en cualquier parte junto a
Cisco Houston o a
Pete Seeger con quienes iniciará una entrañable amistad. Ellos, como tantos otros vagabundos, dormirán al raso y viajará en los trenes de carga, siempre con el temor de ser descubiertos por los "vigilantes" que los lectores podrán evocar con el rostro de
Ernest Borgnine en una soberbia película de
Robert Aldrich,
"El emperador del Norte", en la que también trabajan
Lee Marvin y
Keith Carradine, y que describe ambientes y situaciones que Guthie debió de conocer muy bien:
He vagabundeado de un pueblo a otro
y nos han echado como si fuéramos ganado
¿serán esos los vigilantes?
("Vigilante Mann")
Lentamente, el prestigio de Woody va creciendo, sus canciones se cantan de una punta a otra del país. Pero todavía no le ha llegado el reconocimiento definitivo que no conocerá hasta poco antes de su muerte. Inicia hacia 1940 sus primeras actuaciones en la radio y graba sus primeras canciones como las
"Dust Bowl Ballads". Después de recorrer el sur y el oeste con
Peter Seeger consigue un contrato importante: compone y graba una serie de canciones sobre las presas del
Grand Coulee y
Bonneville, en el
río Columbia, para la empresa estatal que se las estaba construyendo
A principios de 1941,
Seeger, Guthrie,
Lee Hays y
Millard Lampell fundan los
Almanac Singers ("Cantantes del Almanaque"), cuya labor conjunta será la de actuar en las fiestas sindicalistas y difundir canciones obreras. Los Almanacs se muestran en un principio contrarios a la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Pero no se desentienden de la situación. Componen temas sobre la guerra, como el "Reuben James" del propio Woody Guthrie, que hace referencia al primer navío norteamericano torpedeado por los nazis, antes del
ataque a Pearl Harbor. Sin embargo, estas canciones no serán antimilitaristas, sino antifascistas. Al fin, los USA entran en la contienda y Woody y
Cisco Houston se enrolan en la marina mercante. Su barco es torpedeado por dos veces. De todas formas estarán en los frentes, cantando para los soldados. Aprovechando algunos permisos, Woody graba más canciones junto a
Leadbelly,
Seeger,
Houston,
Sonny Terry y
Brownie McGhee. Será:
El mundo se conmovió más la noche que murieron
que en toda la Gran Guerra Mundial
más millones desfilaron por Sacco y Vanzetti
que por todos los grandes Señores de la Guerra.
("Inundación y tormenta")
Si hasta entonces Woody ha sido solamente un gran cantante popular, a partir de finales de los 40 se convierte en el padre de la generación de
folk singers. Esto se evidencia cuando el propio Guthrie recorre los Estados Unidos junto a
Jack Elliott que será su discípulo. Mientras, en la calle, los efectos del macarthismo que también ha acusado a
Pete Seeger, empiezan a decrecer. Así los cantantes populares podrán volver a participar en la dinámica política y social del país. A principios de la década de los 60 ya han surgido los fundadores de la nueva generación folk norteamericana.
Seeger,
Paxton,
Dylan,
Joan Báez,
Phil Ochs,
Peter, Paul & Mary... Las versiones que estos cantantes harán sobre las canciones de Woody Guthrie le darán la fama definitiva. También a ello contribuirá la visita gracias al productor
Moses Asch como todos estos temas quedarán recogidos en la Colección de la
Biblioteca del Congreso y llegarán hasta nuestros días. De esta época se puede destacar el disco "Songs of the Spanish Civil War".
Acabada la Segunda Guerra Mundial, la situación política americana ya no es la misma que la de 1940. se prepara la guerra fría y en el interior del país los sindicatos pactan con el gobierno y el gran capital Así pues, los elementos radicales (y entre ellos los cantantes populares) quedan fuera del movimiento sindical. Pero ante estos acontecimientos Woody Guthrie permanece fiel a sus ideas. Prueba de ello es el cartel que pega en la caja de su guitarra y que proclama "esto es una máquina para matar a los fascistas". Poco después de su fundación ingresará en el
People's Song ("Canción del Pueblo"), publicación que difundirá canciones sindicalistas y políticas, de nuevo junto a
Seeger y
Lee Hays.
En 1946, Guthrie compone
"Ballads of Sacco & Vanzetti". Será así como veinte años después de
la ejecución de los dos anarquistas italianos, volverá a tomar vida el suceso en la memoria popular. También otra canción suya hará referencia a la importancia que tuvo en su tiempo el suceso en todo el mundo y que los gobiernos intentaron borrar por la fuerza que en 1961 realiza el joven
Bob Dylan al maestro Guthrie y la canción que aquél hará en homenaje a éste, "Song for Woody" ("Canción para Woody"). Al mismo tiempo Guthrie editará otros dos libros:
American folksong en 1961 y
Born to Win en 1965. Ambas obras son recopilaciones de canciones e historias.
Inmóvil en su lecho, Woody irá agonizando irreversiblemente durante trece años. Es el anverso cruel de la existencia vital e incansable del revolucionario comprometido con sus ideales. Pero, al mismo tiempo, cuando los
folk singers harán más populares que nunca sus canciones, el sistema intentará absorber la figura del cantante y convertirla en mito: el significado de sus canciones intentará ser tergiversado. Un ejemplo de ello es la carta que en 1966 le envía el Secretario del Interior. En ella se felicita a Guthrie por expresar en su canción "Esta tierra es nuestra tierra" "la noción de identificación que cada uno de nuestros conciudadanos siente en respecto a este país y las maravillas que contiene". Evidentemente, la letra del tema no pretendía ser un anuncio publicitario exaltando los paisajes de los USA y sí una forma de pedir un país igual para todos. Al fin, el 3 de octubre de 1967, fallecerá en el Hospital Greystone de
Nueva Jersey, víctima de la
enfermedad nerviosa de Huntington (que había heredado de su madre), hace de ello, justamente, diez años.
Más de mil son las canciones que se han podido recoger de la obra de Woody Guthrie. Otras muchas, al ser improvisadas, se han perdido en las calles, en los campos los escenarios que Guthrie utilizaba a menudo para cantar. Musicalmente recibió influencias decisivas del blues, del country y de la música popular blanca y supo crear con ellas un lenguaje musical simple y directo sobre el que se basó la generación folk de los años 60. La temática que encierran las letras de sus canciones es amplia: canciones políticas sobre la situación en los Estados Unidos y en el mundo, canciones de amor, baladas y canciones tradicionales, temas para niños... Pero en todas ellas se encuentra la huella que refleja los sentimientos del pueblo que conoció.
La vigencia que pueda mantener hoy Woody Guthrie es bastante limitada en cuanto a música. Sin embargo, lo que todavía pervive y no ha sido superado es la coherencia mantenida a lo largo de su carrera y su figura como hombre, como poeta y como revolucionario. Woody Guthrie no debe ser recordado como el mito del folk, como un nombre sólo a recordar. Porque es su obra lo que todavía no ha muerto y porque lo malo del mito es que tiene una duración limitada.
Donde quiera que mires en el día o en la noche,
allí estaré yo, madre,
allí estaré yo
Donde haya niños con hambre y que lloren, donde la gente no sea libre,
donde los hombres luchen por sus derechos, allí estaré yo, madre, allí estaré yo.