Corrupción-1280 almas
Coup de torchon
Bertrand Tavernier (Francia, 1981) [128 min]
(wikipedia | filmaffinity)
Coup de torchon
Bertrand Tavernier (Francia, 1981) [128 min]
(wikipedia | filmaffinity)
Sinopsis:
- Senegal, vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Lucien Cordier es el jefe de la policía de un pequeño pueblo, habitado mayoritariamente por negros. Los pocos blancos que hay son de poca solvencia moral, vagos y racistas. Lucien es un fracasado. Todos le humillan, incluída su mujer y además, no parece enterarse de nada. Un día, algo ocurre en su mente, y como una especie de ángel exterminador, emprende un maquiavélica venganza personal.
Comentario personal:
- Cine negro en todos los sentidos de la palabra. Hay una crítica interesante de esta película aquí.
Carlos Augusto Casas, en "‘1.280 almas’: la cotidianidad del mal", en Público, el 5 de noviembre de 2017, escribió:[...] Nick Corey, el sheriff de Potts Country, una pequeña localidad imaginaria del sur de los EEUU, quiere ser reelegido. Su principal preocupación es que nada cambie el statu quo de su vida, basada en la indolencia, la pereza y en hacer sólo lo indispensable. Corey es en apariencia un lerdo con pocas luces. Pero en su interior habita un asesino implacable y amoral que mata a todo el que amenaza el equilibrio que ha establecido en su vida.
Thompson construye una obra ruda y violenta en la que no existen héroes ni anti héroes. En la que todos los personajes son despreciables, empezando por el protagonista. Y, sin embargo, logra que el lector se identifique con ellos al conectar con esa parte oscura que todos llevamos dentro. Una novela bella y violenta, en la que los asesinatos están desprovistos de cualquier pasión. No hay odio, ni venganza, ni placer. Corey come, copula, duerme y mata. No hay justicia, ni redención, ni castigo. No hay moral, ni enseñanza. Thompson crea una novela que se convierte en un espejo negro en el que se reflejan todas las miserias de la condición humana. Una imagen que no nos gusta mirar pero de la que no podemos apartar los ojos. [...]
En "Corrupción en Bourkassa", en Miradas de Cine, en 2002, se escribió:Recién estrenada la década de los ochenta, y tras haber hecho una incursión precedente en la adaptación cinematográfica de una novela con "L'Horloger de Saint Paul" ("El relojero de Saint Paul", 1974), Bertrand Tavernier se embarcó en un proyecto que venía pensando desde hacía años, la filmación de una obra del escritor Jim Thompson que llevaría el título de Coup de torchon (traducida aquí extrañamente como Corrupción).
Jim Thompson, autor de la novela 1280 almas (Pop 1280, 1964), en la cual se basaría el film de Tavernier, formó parte de una generación de escritores de la denominada corriente psicológica de la novela negra y, como otros tantos, pasó durante muchos años por el mercado literario americano con más pena que gloria. Muy probablemente esto se debiera a su nada recomendable pasado ligado al comunismo, el cual le hizo figurar entre los delatados nombres de la famosa lista negra [1]. Pero lo cierto es que el grado de inmoralidad y de violencia de sus obras no era aún apropiado para las castas mentalidades de un público americano que cantaba aún al son de Doris Day o Julie Andrews. Su talento fue incomprendido e ignorado por la mayoría de sus coetáneos, y sólo durante la década de los años setenta, una vez calmado el vendaval dejado por la Nouvelle Vague francesa, algunos críticos cinematográficos de ese país se atrevieron a ensalzar y rescatar de las cenizas el trabajo del escritor de Oklahoma.
Jim Thompson criticaba en sus obras la sociedad que lo rodeaba y la hipocresía de sus valores morales. El hombre se enfrentaba a su peor enemigo: su popia condición humana. Asimismo se ponía en evidencia la crisis de un sistema en el cual el capitalismo invadía la libertad del individuo, quien no tenía otra opción que cargar en contra de los débiles, precisamente la escoria social a la cual él mismo pertenecía. Nick Corey, protagonista de su Pop 1280 (1280 almas), Roy Dillon, de "The Grifters" ("Los tramposos", 1963), Doc McCoy de "The Getaway" ("La huida", 1958) o Lou Ford de "The Killer inside me" ("El asesino dentro de mí", 1952) son seres ruines y mezquinos, vencidos por el sistema y por la miseria que los rodea. Pero existe en ellos un sentimiento de venganza y odio contra todo aquello, aunque sin ningún tipo de juicio moral hacia sí mismos, espíritu que irá desarrollándose hasta desatar la violencia más extrema, la cual es mostrada con una naturalidad tan pasmosa como sobrecogedora. La violencia en Jim Thompson es aún más cruda por el hecho de que aparece retratada casi como un instinto animal en el ser humano. Sus obras más duras, como la presente Pop 1280 o la posterior Child of Rage (Hijo de la ira, 1972) presentan seres desquiciados y absolutamente desvinculados de cualquier atisbo de responsabilidad o arrepentimiento en sus actos. Se justifican llegando a convencerse de la necesidad de sus decisiones y de la impotencia de corregir o siquiera negarse a realizar cualquiera de sus crueldades, alegando y creyendo tal vez que éstas son ordenadas por designios divinos.
Bertrand Tavernier formaba parte de aquella generación de críticos que supo valorar el talento de Thompson, aunque tardó años en dedicarle su propio homenaje, y aun cuando éste ya había entonces fallecido, decidió por fin en 1981 adaptar Pop 1280 para la gran pantalla, precisamente su novela más genial, pero a la vez una de las más duras y polémicas [2].
Tavernier realizó una adaptación bastante fiel pero a la vez muy lejana al espíritu de Thompson. Para empezar, la traducción francesa de la novela había sufrido una transformación. De los 1280 habitantes que figuraban en el Pottsville de la novela original, cinco se habían perdido al cruzar el Atlántico, y en la versión gala sólo figuraban 1275 [3]. La historia de Thompson era ciertamente muy atractiva para Tavernier, y su temática no era ajena a algunas de sus reflexiones anteriores. De hecho, en "La muerte en directo" ("La mort en direct", 1979), ya había realizado una reflexión sobre la introspección en la mente del individuo, en sus miedos e inseguridades. Por otro lado, la crítica a un sistema social basado en el poder de los más fuertes y la opresión de los débiles y la lucha contra la marginación de las clases sociales más desfavorecidas eran temas muy acordes a la mentalidad y la obra del director.
El sheriff Corey de Thompson, pese a ser un personaje despiadado y absolutamente falto de moral, defiende paradójicamente la necesidad de una justicia social que él se cree en el deber y el derecho de ejecutar, aún cuando esto suponga tener que recurrir al asesinato. Corey es un cobarde ambicioso, y aún cuando él mismo se crea su propio discurso de igualdad y justicia, lo único que le mueve al fin y al cabo son sus instintos primarios, como la lujuria, la ambición o el odio. Corey atojustifica sus actos atribuyéndolos a la voluntad de Dios, y manifestando abiertamente que él es una especie de mesías, exculpando con ello cualquier tipo de remordimiento o posible sentimiento de culpa que pudiera asaltar su conciencia.
El personaje de Nick Corey (Lucien Cordier en Coup de Torchon) es lo más importante de la novela de Thompson, pero no resulta nada fácil su adaptación a la pantalla. Narrada en primera persona, con el característico estilo rápido y directo de Thompson, la novela explora la psicología de Corey a través de sus propias explicaciones, diálogos y pensamientos. Este es un recurso muy difícil de extrapolar al cine, pues la presencia constante de un narrador/personaje que explique los hechos y las emociones se hace del todo insoportable a través del lenguaje fílmico. Tavernier y Jean Aurenche, co-creadores de la adaptación cinematográfica, no consiguen crear un personaje de la fuerza dramática del sheriff Corey. Su comandante Cordier es mucho más cercano al espectador de lo que Corey lo es al lector y esto no caracteriza para nada al personaje de la novela. Cordier llega a inspirar en algunos momentos cierta compasión y hasta cierta comprensión, y esto no ocurre con Corey, para el cual no existe ningún tipo de entendimiento o justificación posible por parte del lector. Cordier es además interpretado por Phillipe Noiret, un actor que, pese a su gran calidad interpretativa, no es quizás el más adecuado para transmitir el espíritu y la psicología del personaje de la novela, por lo que el film se resiente ante una comparación entre ambas obras.
Otra de las grandes carencias de la versión cinematográfica de Pop 1280 se refiere a la alteración de los parámetros espacio-temporales que encuadran la historia original. Tavernier decidió cambiar este espacio-tiempo suspendido e indeterminado para trasladar la acción del Pottsville original a Bourkassa, pequeño poblado situado en la África ocupada por los franceses, y hacer transcurrir la acción en un momento concreto de la historia (en el año 1938, justo antes de la introducción de Francia en la Gran Guerra). Para Tavernier, situar la acción en un poblado de Senegal le permitía acercarse al espíritu de la novela, y encontrar los componentes sociales y políticos que en ella se trataban, como el colono rico, el racismo o los funcionarios [4]. Este es posiblemente otro de los errores de la adaptación, no tanto por el sitio elegido como localización, sino por el hecho de elegir un sitio. La indeterminación espacio-temporal juega un papel explícito en la novela. Los personajes de Pottsville forman parte de un micro-cosmos que no tiene una relación clara con el exterior. Aquí reside uno de los principales atractivos del libro, pues esta falta de ubicación propicia una suerte de sensación de alienación en los personajes, que aún hace parecer más tortuosas y vacías sus vidas, y mucho más inquietante y obsesivo su aislamiento mental del mundo.
Los personajes secundarios también sufren una transformación en la versión fílmica. El triángulo de mujeres se rompe y se convierte en un protagonismo femenino centrado básicamente en el personaje de Rose (Isabelle Huppert), que no cumple con la rudeza y vulgaridad de la malhablada Rose de Thompson. Huguette es aquí una mujer soñadora y un tanto extraña, muy lejana a la Myra del libro, una crápula sin escrúpulos. Y completa el trío de féminas Anne (Amy) el personaje de la cual se hace bastante incomprensible en la versión cinematográfica, pues pierde casi del todo su entidad al no mantenerse la historia que le daba sentido en la novela. Habría que destacar el alabado trabajo del cantante Eddie Mitchel, interpretando a un Dodo mucho más "agradable" de lo que el lector se imagina del Lennie de la novela, aunque tampoco se le asemeja en casi nada.
Coup de torchon trata de reflejar la inestabilidad mental del personaje principal y el clima de desasosiego de la historia con la utilización de la cámara al hombro y la constante movilidad del encuadre. El uso de la steady-cam y el empleo reiterado de los travellings provocan un clima nervioso e inquietante. Pero esto no es un rasgo exclusivo de Coup de torchon en relación al resto de la filmografía del director. La movilidad e inestabilidad del encuadre caracterizan el estilo de Tavernier en la mayoría de sus films, siendo aquel en algunos de ellos un tanto gratuito e injustificado, aun cuando no sea el caso de Coup de torchon. Junto a Pierre William Glenn, el operador de cámara responsable de la ejecución de este estilo visual, destaca también la labor de Phillipe Sarde, cuya música entrecortada y disonante contribuye a dibujar un ambiente inquietante e incómodo, y la puesta en escena del famoso Alexandre Trauner, cuyos espacios vacíos y fríos, contrapuestos a la calidez del entorno conjugan a la perfección con la acción narrada.
Coup de torchon peca quizás de excesivo comedimiento. Está claro que este hecho no es ninguna negligencia en Tavernier, quien trataba seguramente de realizar una adaptación fiel aunque acorde a sus propios intereses y su propia visión de la vida. El caso es que la desesperación, la angustia, la crueldad y el pesimismo existencialista no se encuentran de igual modo en la obra de Thompson y en la de Tavernier, aún cuando sean elementos comunes a ambos. Jim Thompson escribía sus novelas "en bruto", con una fuerza y un estilo que no existen en Coup de torchon ni en ninguna de los films de Tavernier.
Coup de torchon obtuvo en su estreno partidarios y detractores, una división que aún hoy se mantiene. El film sacrifica el espíritu original de la novela de Thompson por una visión mucho más poética y bella de la historia. Basta sólo mencionar la secuencia que abre y cierra el film, en la que Noiret/Cordier contempla unos niños negros jugando en la arena, o el sueño de Huguette por viajar a la Costa Azul, o bien la fantástica secuencia de la tormenta de arena en el cine al aire libre (homenaje de Tavernier a su amado medio). La cuestión es determinar si esta poesía visual tiene cabida en un universo tan sórdido como es el de Jim Thompson, si realmente la transformación de la realidad y del mensaje del escritor satisface o no a nuestras expectativas de lo que ha de ser una buena adaptación de una de sus obras.
Notas al pie de página[1] Jim Thompson formó parte durante los años 30 del partido comunista, y fue delatado por un guionista, Martin Berkeley. Su suerte, no obstante, no fue tan negra como la de otros, pues pudo seguir colaborando en proyectos cinematográficos sin necesidad de utilizar un pseudónimo. Así, elaboró los diálogos de "Atraco perfecto" ("The Killing", Stanley Kubrick, 1955) y participó en el guión de "Senderos de gloria" ("Paths of Glory", Stanley Kubrick, 1957).
[2] Otros directores adaptaron también obras de Thompson, antes y después que Tavernier: La huida (The Getaway. Sam Peckinpah, 1972), The Killer inside me (Burt Kennedy, 1976), Los timadores (The Grifters. Stephen Frears, 1990).
[3] Cosa curiosa, por lo visto el número original no sonaba en francés demasiado bien (¡!).
[4] Llena, Toni, Entrevista con Bertrand Tavernier, Film-Historia, Vol IX, Nº3, 1999 (p.273).
Ficha técnica
- Formato: Largometraje.
Guión: Jean Aurenche, Bertrand Tavernier; basado en la novela de Jim Thompson Pop 1280.
Música: Philippe Sarde.
Fotografía: Pierre-William Glenn.
Productora: Films A2 / Les Films de la Tour / Little Bear.
Reparto:
- Philippe Noiret (Lucien Cordier).
- Isabelle Huppert (Rose).
- Jean-Pierre Marielle (Le Peron and his brother).
- Stéphane Audran (Huguette Cordier).
- Eddy Mitchell (Nono).
- Guy Marchand (Marcel Chavasson).
- Irène Skobline (Anne).
- Michel Beaune (Vanderbrouck).
Idioma original: Francés, inglés.
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