Alberto Lombo Montañés, en "Viaje a la Prehistoria de Karel Zeman. Checoslovaquia, 1954", en Complutum, vol. 26, nº 1, 2015, escribió:[...] Pocas películas del llamado “cine prehistórico” han recreado con tanto entusiasmo y fidelidad el pasado como la obra que nos ocupa. Y es que "Viaje a la prehistoria" ("Cesta do praveku", 1954 Karel Zeman) contó con el asesoramiento del paleontólogo
Josef Augusta y es, desde el punto de vista científico, una película aceptable para su época, al mismo tiempo que una
rara avis dentro de este subgénero fílmico. Cuando "Viaje a la prehistoria" se estrenó, la industria cinematográfica ya contaba con un importante elenco de películas de monstruos que atacaban ciudades (
"El mundo perdido", "The lost world", 1925 Harry Hoyt), luchaban contra seres humanos (
"Hace un millón de años", "One Million B.C.", 1939 Harl Roach) o eran reflejo de mutaciones atómicas (
"El monstruo de los tiempos remotos", "The Beast from 20000 Fathoms", 1953 Eugene Lourie). Sin embargo el film de Zeman se inserta en un contexto socio-cultural distinto, relacionado por un lado con el cine de animación checo de
Jirí Trnka,
Hermína Týrlová,
Jirí Brdecka o
Eduard Hofman (losilla 1997; Scapová 1995) y por otro con una especial consideración por la ciencia prehistórica que merece ser explicada.
Los checos fueron desde muy pronto conscientes de su pasado prehistórico. En septiembre de 1891 aparecen, en plena calle de la ciudad de
Brno (por aquel entonces bajo el dominio del
Imperio austrohúngaro), los primeros restos prehistóricos en forma de cuernos y huesos de mamut (Makowsky 1892), que desde entonces se han ido incrementando en las excavaciones de
Dolni Vestonice (Klima 1963). Los restos de los primeros cazadores de mamuts que habitaron lo que hoy es la República Checa fueron fraguando otro tipo de imaginación prehistórica, más acorde con la ideas científicas del momento, que ha quedado plasmada en los dibujos y pinturas de
František Kupka,
Zdenek Burian (Augusta y Burian 1962) o en películas como la presente.
Karel Zeman (1910-1989) nació en Ostromer y estudió diseño publicitario en la Francia de
Méliès y
Verne. A finales de los años 30 volvió a su país y trabajó de escaparatista en la ciudad de
Brno. En 1943 trabajó en los estudios de animación de
Zlín (actual Gottwaldow) y codirigió su primer cortometraje (
"El sueño de Navidad", "Vánocní sen", 1943 Hermína Trýlová y Karel Zeman) en el que los juguetes de una niña cobraban vida. Es también el creador de una serie humorística protagonizada por un muñeco de madera y alambre ("El señor Prokouk", 1947-1959). Zeman experimentó con todas las técnicas conocidas de animación y se decantó por un cine dirigido a los niños. En 1955 hizo su primer largometraje, "Viaje a la prehistoria", que juntaba personajes reales y animados. En esta película empezaba a vislumbrarse la influencia de
Julio Verne (Martin 1957), que luego mantendrá en muchos de sus largometrajes (
"La invención diabólica", Vynálezzkázy 1957;
"El barón de Münchausen", "Baron Prášil" 1961;
"El dirigible robado", "Ukradená vzducholod" 1967;
"En el cometa", "Nakomete", 1970). A pesar del reconocimiento universal y la influencia del director checo en autores como
Ray Harryhausen,
Terry Gilliam o
Jim Henson, la mayoría de las obras de Zeman pasaron desapercibidas en España y sólo a finales de los años 70 empezaron a editarse sus largometrajes en la filmoteca (Feixas 1980).
"Viaje a la prehistoria" se inspira en la novela
Plutonia,
Плутония (1915) del geólogo ruso
Vladímir Óbruchev; pero la estructura narrativa es adoptada del libro de Julio Verne
Viaje al centro de la Tierra,
Voyage au centre de la Terre (1864), en concreto los capítulos XXXII al XXXV, en los que el argumento toma la forma de un diario de abordo. La película es narrada en primera persona (voz en
off de Petr) y en un enorme
flashback que rememora, a través de un diario, las aventuras de unos niños que viajan en el tiempo por las cuatro eras de la Historia de la Tierra. El film está estructurado en cuatro partes (de unos 25 minutos de duración cada una) que responden a las cuatro grandes unidades geo-cronológicas. No obstante, la película empieza con una pequeña introducción (3 min. aprox.) en la que se presentan los personajes y la cueva en donde Jirka, el más pequeño de todos, encontró un trilobites fósil, motivo del viaje.
Prólogo. “Diario”, esa es la primera palabra que se oye en la película y suena como una palabra mágica. No es un diario cualquiera, tiene las tapas grises y su aspecto contrasta con el de Pert, el narrador, que desde el presente abre con cuidado el libro por el final y va retrocediendo. Los cuatro niños son presentados mediante fotografías, salvo Tomic, el fotógrafo, que no por casualidad es presentado mediante su sombra. Y poco a poco el pasado revive, las fotografías de los esqueletos de mamut del museo de Praga cobran vida en los dibujos que se contraponen plano tras plano como en una diapositiva. Se invoca a Verne como a un mago cuyos inventos se hicieron realidad, mediante la voz en
off e ilustraciones de sus novelas con mares y océanos que aluden al río y la cueva como metáforas del viaje en el tiempo. Al final la cámara misma se introduce en la fotografía de la cueva, se introduce en el diario mágico.
Primera parte.
Cuaternario. Los cuatro niños salen de la cueva en barca a un mundo de hielo. El primer animal con el que se topan es un mamut (animado mediante la técnica
stop motion), que desde la orilla parece dar la bienvenida a Jirka. En tierra, los niños entran en una cueva y encuentran cornamentas de cérvido gigantescas (¿
cervus megaceros?), colmillos de mamut (no podían faltar) y hachas de piedra. Susurran, temen encontrarse cara a cara con un cavernícola. Pero siguen su exploración y topan con pinturas rupestres (una recreación de los bisontes de
Altamira, el ciervo de
Lascaux y los mamuts afrontados de
Rouffignac), inmediatamente dejan de temer al Hombre prehistórico, ¿cómo temer al autor de semejantes pinturas? A continuación Tomic, obsesionado por obtener una foto del “hombre de las cavernas”, se pierde. Por el camino se encuentra una lanza, tropieza y cae en un charco de fango. los chicos al encontrarlo le confunden con un prehistórico e incluso le hacen una foto con la lanza. Tomic busca al Hombre prehistórico y acaba transformándose en uno, el fotógrafo que buscaba fotografías del “hombre de las cavernas” acaba fotografiado como “hombre de las cavernas”. Al contrario que en la novela de Verne (Domingo 2003), el film de Zeman no muestra ningún ser humano prehistórico, porque los prehistóricos somos nosotros mismos, o al menos una sombra de nosotros mismos.
Segunda parte.
Terciario. La barca se introduce en la niebla y el clima y el paisaje cambian. La voz en
off explica cada uno de los animales que se van viendo de dos formas distintas: si son reconocibles utilizan los nombres comunes (antílope, jirafa, gacela, elefante, tigre); pero si se trata de una especie rara utilizan la nomenclatura científica en latín. Una mañana Pert es atacado por una especie de gallina gigante, en un manual de paleontología que se ha llevado se explica que es un
Phororhacos (un ave del
Mioceno de
Patagonia) y que en la antigüedad el descubrimiento de estos fósiles fueron el origen de las leyendas de dragones y basiliscos.
Tercera parte.
La era Secundaria. No hay una clara separación entre ambas eras, simplemente se advierte que había llegado el mesozoico. Aparecen reptiles voladores o
Pterosauros, en concreto recreaciones del
Pteranodon cretácico, que vuelan alrededor de la barca. La voz aclara que el ser humano no existía por aquel entonces. También encuentran un dinosaurio con pico de pato o
Trachodon animado mediante la técnica del
main-a-monster-suit que consistía en una persona disfrazada. El punto culminante de esta etapa es el encuentro con un dinosaurio gigante, el
Brontosaurus, al que observan, dibujan y fotografían. Al anochecer, los exploradores asisten a una lucha entre un
Tyrannosaurus Rex y un
Stegosaurus que acaba moribundo a la luz del ocaso. Esta escena recuerda el combate entre el
Ictiosaurio y el
Plesiosaurio de la novela de Verne (en donde se originó la idea, tantas veces luego repetida en el cine, del combate de dinosaurios con humanos como espectadores) y una excusa para poder estudiar el cuerpo mortalmente herido del
Stegosaurus. Pero Zeman no sólo recrea la fauna
mesozoica, muestra además plantas y árboles, como por ejemplo la araucaria del Jurásico de la Patagonia.
Cuarta parte. La
era primaria. Continúa el viaje en barca, la niebla como una cortina que se abre para revelar un mundo completamente diferente, dice la voz de Pert, señala la entrada al
periodo Carbonífero. Se hace el silencio, el río se convierte en un pantano y entre tanto la expedición casi pierde el diario. Finalmente los expedicionarios cruzan a pie el último umbral, en una de las escenas más intensas de toda la película, destaca un plano de los niños descendiendo por el acantilado. La oscuridad, la sombra de los niños confundidos con la roca, el sonido del viento y el océano, el inmenso océano gris, que con sus olas blanquecinas baña la playa de rocas. Es el mar silúrico, el océano primigenio, y Pert no puede evitar levantar los brazos. El final del viaje es el principio de la Vida.
Al fin, en la playa, se produce el reencuentro con el trilobites, y Jirka puede comparar en sus pequeñas manos el trilobites fósil con el vivo. Miles de años se encuentran en sus manos, en las manos de los niños a los que Zeman dedica sus films (Lethem 1966-67). El último plano de la película es un fundido encadenado entre las imágenes de las últimas hojas del diario y las de la playa, como señala la voz enfática del narrador, pasado y presente se funden en lo eterno.
La vida cambia y evoluciona todo el tiempo. Y se va alejando. Como las olas del océano. Esto seguirá por siempre. En la eternidad.
"Viaje a la prehistoria" es una película didáctica cuya finalidad es no sólo enseñar la Prehistoria (entendida como Historia de la tierra), sino también comprender los fundamentos básicos de la ciencia. Los niños se comportan o juegan a ser científicos y exploradores: dan nombres a las montañas que descubren, hacen mapas, observan, dibujan, fotografían, miden y reflexionan. Zeman hace revivir a los dinosaurios con la finalidad de aprender sobre ellos y motivar a los jóvenes en el aprendizaje de la geografía, la paleontología y la arqueología. De esta forma, abundan los planos fijos por los que se mueven o pasan los animales, normalmente filmados a cierta distancia de los niños, lo cual crea un punto de vista estático, próximo al género documental. [...]