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GARCÍA CALVO, Agustín (1926-2012)

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...
Agustín García Calvo

Portada
(wikipedia | dialnet | editorial lucina)


Introducción

En Wikipedia se escribió:Gramático, poeta, dramaturgo, ensayista, traductor y filósofo español, nacido en Zamora el 15 de octubre de 1926.

Realizó estudios de Filología Clásica en la Universidad de Salamanca, donde estudió con la primera promoción de alumnos del maestro de la filología clásica española, Antonio Tovar. Se doctoró en Madrid a los 22 años con una tesis titulada Prosodia y métrica antiguas. En 1951 ejerció como profesor catedrático de instituto. En 1953 ocupó una cátedra de lenguas clásicas en Sevilla y en 1964 en Madrid, en la Universidad Complutense (UCM), hasta que la dictadura franquista lo separó de la cátedra madrileña en 1965 junto a Enrique Tierno Galván, José Luis López-Aranguren y Santiago Montero Díaz por prestar su apoyo a las protestas estudiantiles. José María Valverde y Antonio Tovar renunciaron a sus cátedras voluntariamente como protesta contra esta medida. A García Calvo su exilio lo llevó durante varios años a París, donde fue profesor en la Universidad de Lille y en el Collège de France. También trabajó como traductor para la editorial Ruedo Ibérico. En la capital francesa coordinó una tertulia política en el café La boule d'or del Barrio Latino. En 1976 fue restablecido en su cátedra, en la que permaneció hasta su jubilación en 1992. Es profesor emérito de la UCM.

Formó parte del Círculo Lingüístico de Madrid junto con Rafael Sánchez Ferlosio y Carlos Piera.

Como filólogo ha hecho importantes contribuciones a la lingüística general, la prehistórica o indoeuropea, la grecolatina y la del espofcont ("español oficial contemporáneo"). Su teoría general sobre el lenguaje aparece desarrollada en la trilogía formada por Del lenguaje, De la construcción (Del lenguaje II) y Del aparato (Del lenguaje III) y en los artículos recopilados en el volumen Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje (Premio Nacional de Ensayo de 1990). En 2009 se publicó su trilogía Elementos gramaticales, concebida como libro de texto para iniciar en la gramática a adolescentes.

Sus obras más destacadas en el ámbito de la filosofía son: Lecturas presocráticas, Lecturas presocráticas II. Razón común. Edición crítica, ordenación, traducción y comentario de los restos del libro de Heráclito, Contra el tiempo, De Dios y Contra la realidad.

Como poeta ha publicado, entre otras: Canciones y soliloquios, Más canciones y soliloquios, Del tren (83 notas o canciones), Libro de conjuros, Ramo de romances y baladas, Sermón de ser y no ser, Valorio 42 veces, Relato de amor o 4 canciones de amor perdido y el cínife. Es autor de varias piezas dramáticas como Ismena, Rey de una hora y Baraja del rey don Pedro (por la que recibió el Premio Nacional de Literatura Dramática de 1999).

También ha editado varias series de artículos y colaboraciones periodísticas que recogen diversos ataques contra aspectos de la sociedad actual, tales como Contra la familia, Contra la pareja, Contra la paz, Contra la democracia, Análisis de la sociedad del bienestar, Noticias desde abajo y Que no, que no.

Por encargo del primer presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, escribió el Himno de la Comunidad, por el precio simbólico de una peseta.

Fernando Savater fue en los setenta discípulo suyo y planeó elaborar con él una tesis doctoral, que nunca llevó a buen término. Sin embargo, en años posteriores sus posturas divergen radicalmente. Como escribe Savater en su autobiografía, «fue fundamental en mi devenir intelectual y moral encontrarle, no menos que luego despegarme de él».

Otros intelectuales españoles interesados en algún momento por el pensamiento de García Calvo son Félix de Azúa (quien ha tomado de él la expresión "medios de formación de masas" y le ha dedicado varias de sus obras poéticas) y Javier Marías. Se ha señalado también su influencia sobre los últimos libros del poeta Miguel Ángel Velasco.

En la actualidad coordina una tertulia política que se celebra en el Ateneo de Madrid los miércoles a las 20.30 horas, en la Cacharrería, 2ª zona (sala romántica).

La obra poética de García Calvo ha inspirado varias versiones musicales, como las de Amancio Prada o Chicho Sánchez Ferlosio.





Ensayo





Artículos





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César Rendueles, en "Que no, que no y que no", en Ladinamo, nº 7, escribió:Enorgullécete de tu fracaso

que sugiere lo limpio de la empresa:

luz que media en la noche, más espesa

hace la sombra, y más durable acaso.


Agustín García Calvo, Sonetos teológicos



En cierta ocasión, un crítico literario definió a Agustín García Calvo como “uno de los pocos maestros en un país repleto de profesores”. García Calvo –lingüista, filósofo, escritor y extraordinario orador– lleva décadas combatiendo el aborregamiento intelectual generalizado.

Hace algunos meses una profesora de la UNED invitó a Agustín García Calvo a pronunciar una conferencia ante sus alumnos. En la presentación recordó su valerosa oposición al franquismo que, en 1965, le valió la expulsión de la cátedra que ocupaba en la Universidad Complutense. El problema vino cuando, a continuación, le definió como un “luchador por la democracia”. Como era de esperar, García Calvo –una figura clave del pensamiento anarquista contemporáneo– puso el grito en el cielo. El autor de Contra la paz, contra la democracia debe ser una de las pocas personas que reconocen abiertamente que les resulta ofensivo el calificativo de “demócrata”.

Lo cierto es que García Calvo siempre ha mantenido una relación ambigua con el mundo académico. Muchos de los que lo conocieron a través de Noticias de abajo –una lúcida serie de artículos políticos publicados en El País–, por sus escritos contra el coche, la televisión, el estado de bienestar o el Estado a secas se sorprenden de que en ciertos ámbitos sea más conocido como un importante especialista en filosofía presocrática.

Efectivamente, Razón Común y Lecturas presocráticas figuran habitualmente en las bibliografías especializadas y García Calvo puede preciarse de haber hecho una de las pocas contribuciones al tema no museísticas o filológicas: los dos son libros asombrosos, a ratos divertidos, a ratos excéntricos, siempre inteligentes y profundos. Aún más, estos textos son esenciales para entender la unidad que subyace al pensamiento de García Calvo. Las distintas vertientes de su obra pueden considerarse como intentos de abordar la huidiza intimidad colectiva que subyace al lenguaje. Un asunto que se plantea abiertamente en sus obras de lingüística como Lalia, Hablando de lo que habla, Del lenguaje (III volúmenes) o Contra la realidad. Todos ellos son textos claves de la ensayística en lengua castellana del siglo XX.

En cambio, sus intervenciones narrativas y teatrales –entre otras, Qué coños, Eso y ella o Baraja del rey don Pedro– tienen un curioso aire decimonónico. Y otro tanto puede decirse de su impresionante obra poética. Al margen del desternillante himno de la Comunidad de Madrid que le encargó Leguina y que, hasta donde yo sé, nunca se ha entonado en ningún acto oficial, García Calvo es un reflexivo poeta cuyas rimas (Sermón de ser y no ser, Del tren...) nunca confunden la profundidad con esa patética metafísica en verso que tanto abunda.

Sería absurdo ocultar que en los últimos años algunas personas lo han acusado de haberse encerrado demasiado en su propio discurso y en un círculo de seguidores hermético. A veces da la impresión de que Agustín García Calvo se equivocó de siglo. Sus arranques de excentricidad, su erudición y su terquedad pertenecen a otro tiempo donde no hacía falta moverse a gran velocidad para permanecer en el mismo sitio.

fuente: http://www.editoriallucina.es/cms/agust ... no-08.html



Contra la realidad

Entrevista a Agustín García Calvo



Javier Mendoza

Revista Madriz, nº 1, otoño 2007-Invierno 2008




Responsable de la última gran tertulia filosófica madrileña, Agustín García Calvo debate en ella su propio inconformismo.

Agustín García Calvo es Premio Nacional de Ensayo, Premio Nacional de Literatura Dramática y Premio Nacional de Traducción. Sus interpretaciones de Shakespeare, Platón, Homero, Sócrates, Paul Valéry o del Marqués de Sade se publicaban mientras él, incansable, no cesaba de escribir su obra poética -compuesta por doce títulos-, sus ensayos -alrededor de veintidós-, y sus piezas teatrales -seis en total-. Es, también, autor de cientos de artículos publicados en diversos periódicos y creador de la letra que acompaña al himno de 1a Comunidad de Madrid. Pero, escritos al margen, quizá la mejor manera de acercarse a la figura poliédrica e insumisa de Agustín García Calvo (Zamora, 1926) es dejarse caer por la tertulia que cada miércoles, desde hace diez años, celebra en el Ateneo de Madrid. Quien decida hacerlo se encontrará con uno de los pocos fenóme­nos -por no decir el único- radicalmente independiente e intergeneracional de la ciudad.

Oficiada por el carismático librepensador -filólogo, filósofo, poeta y dramaturgo, aunque él no se reconozca en ninguno de estos títulos-, la tertulia está compuesta por un núcleo heterogéneo de unas o menos cien personas dispuestas a estrujarse las neuronas debatiendo las contradicciones lógicas o morales de proposiciones relativas, por ejemplo, a "la libertad de los muertos". Este peculiar espacio para la reflexión podría pasar como una pompa de jabón más o menos afortunada en mitad del barbecho cultural que padecemos los madrileños, de no ser porque representa el más genuino y espontáneo frente en la guerra contra la Realidad que sostiene García Calvo desde hace años. Se niega a admitir, el emérito maestro zamorano, que Realidad es "todo lo que hay". Desde ahí ha construi­do un discurso que apela a los márgenes del lenguaje, a las vagueda­des dispersas y a los eternos puntos suspensivos que se usan como tablas de salvación a las que aferrarse entre el marasmo de personas e instituciones que parecen "tenerlo todo tan claro".


¿De dónde le viene esa actitud de insumisión permanente que tanto le define?

La raíz de la insumisión está en cualquiera desde el momento de su sumisión, desde que a los dos años, más o menos, se le notifica que está condenado a muerte y se le impone un nombre propio y una identidad. Como esta operación desde el 'ahora' y a través de los padres nunca se cumple perfectamente, quedan siempre rebullendo sentimientos de desgracia, de opresión, de resistencia a la estupidez de las órdenes, promesas que caen encima. En general y mayoritariamente, esos sentimientos quedan reprimidos con un éxito solamente relativo y es a partir de ahí cuando, por ventura, viene uno a dar con "unas pocas palabras verdaderas", un aliento de razón común que desvirtúa las ideas dominantes y alienta el no al Poder. Sucede o puede suceder que la insumisión, de corazón y de razón, siga por ahí floreciendo.


¿Por qué está en contra de la Democracia?

En el plano político, la aparición más notoria de la mentira consti­tutiva de la Realidad son las formas que el Poder toma y cambia para asegurar mejor la dominación de la gente y hacer callar lo que quede de vida y razón común. La más avanzada de esas formas ahora -y directamente la única real, ya que todas las otras están en ésta- es el régimen democrático que hoy padecemos. El Poder confía en que las personas le son siempre fieles porque siempre tienen miedo, y el hacer pasar a la mayoría -la suma de las opiniones o gustos de las personas- como un "todos" es falso desde su raíz, ya que en la Realidad no caben ideales como "todo" o "nada", sino sólo cosas de más o menos. Es por esa colaboración entre el Estado o Capital con las Personas, por lo que este Régimen que padecemos se nos hace tan poderoso en su mentira. La misma que tiene que estar cada día reafirmada y sostenida por los medios de formación de masas, con sus noticias y predicaciones de fe en la Realidad.


¿Qué sensación tuvo al volver del exilio durante la Transición Española?

Una sensación de desprecio por la credulidad, todavía, de los supuestos entendidos en cuestiones políticas. Me encontraba entonces en París adonde había ido a parar y donde llevaba cerca de ocho años, después de haber tenido en 1969 que escapar sin papeles, eligiendo mejor destierro que cárcel. La pérdida de la Cátedra y las muchas detenciones en los calabozos de la Puerta del Sol me habían llevado desde 1965 hacia algo que es lo más increíble y gozoso que me ha pasado: el levantamiento de los estudiantes de aquella época contra esa forma de Poder que entonces se estaba estableciendo descaradamente por doquiera, de California a Tokio a Madrid, lue­go Alemania, París, o sea: un levantamiento contra el Régimen del Dinero, contra el movimiento del Capital como necesidad primaria indiscutible del Régimen que hoy padecemos. Comprenderás que, habiendo perseguido ese cambio verdadero, no podía tener impor­tancia alguna para mí la respuesta que entre los menos conformes suscitaban cositas como el paso de los últimos y penosos restos de la Dictadura a la adopción de la Burocracia. Recuerdo que, al llegar la noticia a la horda ingente de París -frente a algunos despistados que descorchaban champán-, tuve que gritar "muera España" para así recordar qué era de lo que de veras se trataba. Sobre aquel levanta­miento de estudiantes del 65 y los años siguientes, los que creen en la historia se complacen en declararlo fracasado -como si aquello hu­biera sido una empresa o un proyecto- y reducirlo a eso, a historia. Yo sigo viviendo de aquello en gran medida y tratando de que estos días siga manteniéndose con alguna gente la alegría de la negación del Orden y el no al Poder.


¿Cómo es ese nuevo lenguaje en el que está trabajando?

He ido, a lo largo de los años, tratando de darle vueltas a los claros misterios de la gramática, la maquinaria de la lengua, aunque haya de ser a través de la de un idioma en particular. Así lo he ido haciendo en los tres tomos de Del lenguaje y en otros sitios. Estos días estaba intentando fabricar unos elementos gramaticales con consulta y puesta a prueba entre algunos de los que más me acompañan en esto. Están dirigidos para docentes que trabajen con chicos de alrededor de los 17 años y que acometan la descabellada empresa de meterse en la práctica de la enseñanza media, sustituyendo las grandes y tradicionales mentiras que a los niños se les cuenta acerca del lenguaje. Tenga la suerte que tenga, creo que vale la pena el intento, ya que siento claramente que las confusiones reinantes acerca de la lengua se deben a la sobrada estupidez de pensar que pueden mandar, a través de sus academias o literatos, en la propia lengua, que es la sola máquina gratuita que se le da a la gente. Mientras esas confusiones no se derrumben, cualquier discurso político, científico, periodístico, estará marcado de raíz por esas confusiones más dedi­cadas a servir al Capital y al Estado que a descubrir sus falsedades.


Existe un debate semántico en la actualidad sobre si la situación de conflicto internacional que vivimos es o no una guerra. ¿En qué medida cree que puede influir que le llamemos guerra o no?

Más triste y más desgarrador que las noticias de la violencia y horro­res que los Medios, fabricantes de la Realidad, transmiten cada día, mucho más es la falsedad y la estúpida aceptación como moneda corriente de la manera en cómo se trata. Por ejemplo, usar el nombre arcaico de "guerra", perteneciente a otras realidades de la historia -a lo largo de las cuales ha venido ciertamente sosteniendo la matanza de reclutas y la creencia de que donde no había guerra lo que había era paz-, usar ese nombre para los trapicheos económicos del Capi­tal en los Estados que están a su servicio, a las necesidades de mover capital -no sólo por vía armamentística sino por la fabricación de noticias, que es la principal industria de nuestro Régimen-. Ese nombre -"guerra"-y el de otros nombres como "soldados", "milicias" o "fieles de Alá" -que vienen a ser lo mismo-, son como heridas diarias para lo que nos queda de sentido común o corazón.


¿En qué consiste la guerra contra la Realidad?

La guerra empieza de una manera política como rebelión de lo que nos queda de vivo, de sentido común y de pueblo contra el Poder, en sus formas de Estado y Capital. Es decir, contra la administración de la muerte, del futuro, que es lo que hacen estas instituciones. Ahora bien, no creyendo en que la Realidad -las cosas, entre las cuales es­tamos nosotros mismos-, sea algo dado de por sí eterno, fatalmente descubrimos cómo la Realidad está instituida y sostenida por el Po­der, que a su vez está sostenido por la fe en la Realidad. Es así como las cuestiones físicas, científicas y filosóficas se entrelazan y confun­den con las políticas, y cómo la guerra contra el Poder no puede hacerse con armas más eficaces que la rotura y el desmentimiento de la fe en la Realidad. Se trata de llevar esa guerra con el arma que nos es dada, que es el hablar, no personalmente, no exponiendo ideas, sino dejándonos llevar por la lengua común, la razón común.

fuente: http://www.editoriallucina.es/cms/agust ... cadas.html



Protestas domesticadas



Agustín García Calvo

Editorial Lucina // 3 de noviembre de 2007




CAMBIO CLIMÁTICO – DESARROLLO SOSTENIBLE – EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA – OLEODUCTO POR TIERRA DE BARROS

Son unos avisos para las gentes todavía vivas, cada vez más numerosas a pesar de todo, que sienten en sus carnes el destrozo y la peste de tierras y vida que produce este régimen al servicio del movimiento del dinero, pero que luego, por el afán mismo de que su protesta sea realista y de demostrar que están al tanto, se ven obligados a adoptar el lenguaje de los Medios y de la Ciencia que sirve al Régimen, con lo cual han conseguido ya que la propuesta quede asimilada a la corriente informativa dominante y pierda la viveza y furia del dolor y la indignación de que nacía.

Al que no le basta con sentir la miseria de la condena a la gasolina y a la autopista con que nos cargan, ahí mismo, en campos y ciudades, y tiene que acudir, para levantarse contra ella, al estudio de lo que el empleo de combustibles fósiles pueda influir, allá en los polos y el día de mañana, en el calentamiento de la atmósfera, ése se ha alejado de la indignación elemental y común que declara que el automóvil y su reata de consecuencias es un error y la gran plaga del siglo, y que no tienes que acudir a la Alta Información para darte cuenta de eso, porque está ahí ante tus narices y a la puerta de tu casa, y lo que eso pueda hacer con el cambio climático no es más que una floritura de lo que está haciendo ahí cerca y hoy mismo.

Lo mismo, si uno adopta inocentemente el Desarrollo Sostenible, ya con eso está abriendo entrada al enemigo (al gran dinero, enemigo de la gente), y está queriéndose olvidar de lo que eso que le queda de pueblo le dice en el corazón: que el Desarrollo tan sólo al Capital le hace falta para sostenerse y seguir con su obra funesta, y para la gente viva el Desarrollo, sin más apellido, es insoportable y distribuidor de muerte para los pueblos y las vidas.

Quien se entretiene discutiendo sobre un nuevo Plan de Educación de niños y muchachos y la noción de ‘ciudadanía’ remplazando a la ‘religión’, lo que está haciendo es colaborar (aunque sea sin darse cuenta, hombre) con la labor pedagógica y mortífera del Poder, ya que con ello distrae la atención y la ira de lo que cualquier ganapán o cualquier infeliz rapaz percibe: que en lo que ha de consistir el Nuevo Plan de Educación (llámese como quiera) es en conseguir que
todos los educandos de la Superior a la Primaria tengan un ordenador personal para cada uno.

Y así también vosotros, amigos de la Tierra de Barros, más vale que no tiréis por el camino de defender vuestras tierras, los ricos vinos que estabais estos años haciendo nacer de ellas, vuestros pueblos y vuestras vidas o costumbres, con argumentos “eco-lógicos” y sensatos y ni siquiera económicos (que la riqueza de vuestras tierras, vinos, industrias y artes que de ahí salgan es, desde luego, mucho más cierta que la que los consorcios petrolíferos os prometen por dejaros atravesar en línea recta, y que el agua preciosa de vuestros cultivos se dedique a refrescar los calentamientos de una refinería), porque, si lo hacéis así, parecerá que estáis respetando la necesidad superior de ese oleoducto o de que haya oleoductos en el mundo: no: en esto no hay más defensa que el ataque: descubrir y declarar que eso del …(¡Qué diablos ¡no lo llaméis oleoducto tan siquiera, no vaya alguien a creerse que eso de ‘ oleo-’ tiene algo que ver con el rico y santo aceite de los olivos, sino ‘ tubo de petróleo’ o algo peor aún), que eso sólo es una necesidad para el Poder y la Empresa que ponga su fe en eso, pero que a las tierras, las gentes y las vidas no les hace falta para nada.

Negaros a creer en el Futuro que os quieren imponer como irremediable: lo demás, como se dice en el evangelio, se da por añadidura.

http://www.editoriallucina.es/cms/agust ... acion.html


Acerca de Educación

Manifiesto de la comuna sin nombres




Agustín García Calvo

Editorial Lucina // 8-9 de abril de 2008




Lo que hay que enseñarles a los niños y niñas y a los menos hechos es sencillamente a desobedecer, a decir NO a cualquier mandato, a cualquier información o doctrina que les venga de arriba, de cualquier puesto del Poder.

Decir NO es lo solo que sabe y puede hacer lo que entre la gente quede de pueblo y de común por debajo de las personas, sometidas al Poder y que por tanto no pueden hacer de veras nada en contra de Él.

Lleno está el mundo de protestas, más o menos bienintencionadas, y denuncias contra ciertos abusos exagerados y horrores detonantes que a unos u otros les eche encima la Administración: partidos y sindicatos de oposición a tal o cual tipo de Estado o Capital, asociaciones en defensa de los más escandalosamente oprimidos y desvalidos, novelas o películas que quieren poner ante los ojos del gran público las penas y miserias de guerras, o pasadas o casi contemporáneas, de pestes y esclavitudes promovidas por la Fe o la Patria de los amos o el Negocio por todo lo Alto...

creyéndose que todas esas denuncias van a hacer algo contra el Poder, algo que valga más que el daño que en tanto hacen al colaborar con Él como críticas dentro de Su Orden, constructivas, o al servir como espectáculo que horrorice un rato y reconforte a los que no se sienten tan oprimidos o machacados.

Y hasta vendrán días, como tantas veces ha sucedido, en que un Estado, empujado por enredos de su Economía, mande alistar jóvenes para una guerra contra Otro que se preste al caso, o que les exija sacrificar el tiempo de sus vidas a la Fe en el Futuro que el Poder y sus Medios les presentan, o que los mande a emigrar en masa a buscar los Centros que el Capital haya montado para Sus manejos y a vivir en los recovecos de sus basureros y a criar en ellos hijos para el Cielo, o que les ordene dedicar los años de su juventud y más allá a trepar por una escala de puestos, oposiciones, promociones a cargos cada vez más altos y más serviles, sin que se distraigan del tráfico parándose a pensar en lo que les está pasando, sino a completar su formación con las diversiones o juguetes que el Amo quiera venderles o regalarles.

Y entonces, cuando lleguen esos trances de guerras o ruinas o vacíos o desastres más declarados, vendrán, como otras veces, los que quieran llamar a los chicos y chicas a la rebelión, a tener el valor de desertar y de no tragarse lo que les mandan.

Pero entonces será demasiado tarde: ya desde niños los habrán educado en la obediencia, en casa, en la escuela, por la pantalla, en los estadios; ya estarán hechos a tragar sin sentir los sustitutos: los habrán convencido, más o menos a regañadientes, de que lo que se les manda que crean o que compren es bueno, que no tienen más futuro que el Futuro que los mayores y los Medios les ofrecen y para el que los preparan.

Y, así educados, el intento de algunos de rebelarse y desertar, en medio de la avalancha de las mayorías obedientes, claro está que ha de volverse tan penoso y costoso que ya tampoco valga la pena luchar por sostenerlo.

La (contra)educación tiene que haber empezado mucho antes: haberse criado la costumbre de decir NO, sin distinción alguna entre tipos de Amo, de Educador, de Nación, de Cultura, de Banca ni de Marcas de Productos; en la casa, en la escuela, en los bares, en los Centros de Formación que les toquen a los niños, que sepan aprovecharse (claro) con buen oído y apetito de cualquier cosa que por ahí, por descuido, les pueda caer de bueno, deleitoso de veras, descubridor, desengañador, pero sin creerse nada, y, a cualquier recomendación de aplicar eso para ser como han de ser y para el futuro que de mayores les espera, reírse por lo bajo y desentenderse de ella tranquilamente.

Esa (des)educación es lo que puede valer algo contra la Administración de muerte que el Poder les impone a las gentes y a las cosas. Así que lo que hay que hacer, y siempre se puede gracias a lo que a los mayores les quede de limpio y desengañado, es enseñarles a los niños y niñas y a los menos formados a desobedecer sencillamente, sin distraerse con las fachas de tal o cual padre o profesor o presidente o Régimen que les toque, a decir NO a cualquier mandato, a cualquier información o doctrina que les venga de arriba, de cualquier puesto del Poder.

Nota Mar Nov 22, 2011 9:03 am
fuente: http://www.elpais.com/articulo/opinion/ ... iopi_5/Tes



La larga crisis



Agustín García Calvo

El País // 5 de Junio 2011




Cuántos años hará que el término crisis sigue haciendo su juego entre economistas y políticos, pero ya también en bocas del vulgo que somos cuando nos lo creemos? A paso lento va la Crisis: nada de aquello del 1929, cuando la Gran Empresa se hundía repentinamente y los banqueros se tiraban de los rascacielos: el Capital aprende con el Tiempo: aquellos eran los años de su alocada y turbia adolescencia: ahora que va pasando de su madurez, ha ganado mucho en prudencia y mañas para sostenerse. Y, si a los lectores no les gustan estas que parecen metáforas biológicas, ánimo, sigan leyendo un poco más.

¿Cunde entre la gente un malestar del bienestar, un fallo del ideal y de la fe?

Entre tanto, la Crisis es un buen ejemplo de cómo la realidad político-económica pone empeño en darle a un término el significado que no tenía (¿qué tendrá que ver con la crítica o discernimiento que era krísis?, ¿o viene acaso del uso médico, de cuando se decía que una enfermedad hacía crisis?), para que así quede enlatada en el nombre casi técnico una vaga desazón que amenazaba con cundir entre la gente: ¿un malestar del Bienestar?, ¿un fallo del ideal y de la fe?

La película de Ferguson Inside Job que se ve estos días trata de enfrentarse con el asunto, centrándose en Estados Unidos de los años 80 hasta el casi presente, si bien presentando al paso algunos otros casos ilustres y rápidos, como el de Islandia, sus tierras y gentes destrozadas en pocos años con la entrada de su Banca y Gobierno en la onda del Gran Dinero, el Régimen que padecemos desde hace más de 40 años y quiere englobar el mundo; y ofrece la película, por cierto, vistas tremebundas de los manejos medio secretos de la Gran Empresa, el Capital y las Finanzas estatales durante esos años.

¿Cuál es, entonces, el error que la hace inútil para la revelación o rebelión y que permite, por tanto, que no sólo se la tolere en los altos centros de la Cultura, sino que se la premie como buen documental?

La película consiste, en la gran mayoría de su tiempo y planos, en una ristra de caras de economistas, banqueros, agentes de bolsa, directivos de gran empresa, investigadores del Fisco, ingenieros de finanzas..., respondiendo al encuestador, defendiéndose, atacando, opinando de las causas del mal y su futuro, una ristra insoportable, y más para los que no se creen que, a su vez, entienden lo que pasa con el Dinero.

No cabe duda de la intención crítica de los realizadores; sólo que de buenas intenciones está llena la triste Historia. El dar tal importancia a las caras y opiniones de los que andan en esos tejemanejes contribuye a la humana ilusión de creer que saben de veras lo que dicen y hacen y que son los responsables y dirigentes del tinglado.

Y, si algún lector me dice "ya, pero el caso es que, a veces, sin saber, aciertan", pues, sí: a fuerza de tantear con el ordenador, cualquiera un poco listo aprende a hacer lo que el ordenador mande, y, de vez en cuando, le resulta; eso no prueba para nada que sepan, como hacen creer y se creen ellos, lo que hacen ni lo que dicen.

Pero lo peor del error es que, con esa atención a las personas, nos ocultan y se nos escapa la gracia de descubrir que el Dinero en persona, los Capitales y la Empresas, los Estados, tienen y desarrollan, como los organismos naturales, mañas y trucos para mantenerse, crecer, cambiar para seguir siendo, enfermando, reponiéndose, pereciendo para que otros nazcan de sus cadáveres.

¿No se lo acaban de creer ustedes? Claro: ustedes creen en las personas. Y tienen que creer en responsables, autores, culpables, porque esa fe es la propia realidad humana: ¿cómo se iban a llenar los medios informativos si no fuera con Nombres Propios de ministros o empresarios y opiniones sobre sus méritos o culpas?, ¿cómo iba a haber una sociedad de autores, músicos o poetas, para defensa de sus derechos?

O vamos a ver qué es eso de lo natural, que les atribuimos a los otros animales, árboles, astros y hasta átomos: ¿no han oído que Natura, la desconocida, tiene, para hacerse realidad, que aprender matemáticas y tratar de ajustarse a ellas hasta cierto punto? Pues ¿qué les extraña si también, en este tipo de cosas que nosotros somos, se forman organismos (empresas, Estados, bancos, bolsas) que desarrollan sus leyes, ordenaciones y cálculos para sostenerse mientras puedan?

Solo que nuestra ordenación se impone como superior a cualesquiera otras: es la fe en que se puede ordenar el mundo (y, de paso, ordenarse cada uno) desde arriba, en el futuro. Es esa ordenación la que produce, de presente, cuanto haya entre nosotros de caos en el tráfico, la legislación, los desastres pasionales o las crisis financieras. Pero es esa fe en nuestra ordenación lo que está encubriendo lo que había, y hay, por debajo de ella de otras ordenaciones; como, por ejemplo la reglamentación escolar y académica de la escritura oculta y entorpece el orden, común y subconsciente, de la lengua viva.

Una ordenación superior y humana, otra que late por debajo de esa: usted verá qué parte de usted mismo se queda con la una y cuál se va con la otra.

Nota Mié Nov 23, 2011 4:47 am
fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=42300


Agustín García Calvo, principal accionista de Escritores Contra el Poder, S.A.

Donde dije "digo", digo "Diego"



Edmundo Busoni

Rebelión // 01-12-2006




No hay quien los entienda. Cuando uno lee que escritores e intelectuales como Jean-Paul Sartre o Julien Gracq vivían indiferentes a lo ilusorio de los laureles, a la vacuidad de los honores oficiales y a la corrupción que supone aceptar las palmaditas en la espalda de los poderosos, y resulta que a la hora de la verdad efectivamente rechazaron los premios Nobel o el Goncourt cuando éstos les fueron ofrecidos, no hay quien los entienda. Porque una cosa es despreciar de palabra los premios, honores y dineros que el Poder reparte periódicamente a otros, y otra muy distinta es no aceptarlos cuando te los ofrecen a ti. Al fin y al cabo, cuántas palabras se dicen a lo tonto todos los días, y quién te va a echar después en cara cuando besas la mano del poderoso que una vez hablaste y escribiste contra él; quién se va acordar. Dame pan y dime tonto. Y total, para cuatro días que vivimos, a nadie le amarga un dulce.

Será que como son franceses... pero allá ellos. Aquende los Pirineos las cosas funcionan de otra manera. Que se lo pregunten si no a Joaquín Sabina, por ejemplo. Media vida declarando a diestra y siniestra (más bien a siniestra) su desprecio por los convencionalismos pequeño burgueses, su izquierdismo militante, su añoranza de la República, esas fiestas del PC, para luego soltar en el periódico El País en una entrevista a Diego A. Manrique que no hay derecho a que él, el cantante que más discos vende en España, no haya sido invitado ni una sola vez a la Zarzuela por el Rey; que mira Mick Jagger: en Inglaterra le llaman de Buckingham Palace cada dos por tres, y encima le nombran Sir. Claro: la súplica fue recibida y poco después se encontraba el cantautor y poeta más indomable cenando con Juan Carlos y Sofía. A partir de ahí, el comienzo de una bonita amistad real que se amplió con la de Felipe y Leticia, de los que -según él mismo- es muy amigo porque quedan, y todo eso. A veces invitan ellos y otras veces es él quien lo organiza en su piso de Tirso de Molina. Pero eso sí: los Príncipes de Asturias cenan en una casa de Sabina presidida por la bandera de la República, porque hay principios y principios. Y además las secretas intenciones del cantante –siempre por él manifestadas- son la de convertir a los padres de Leonor en republicanos de pro, y de esa forma acabar con la monarquía a golpe de cubata.

Esta semana me he acordado de otro ilustre de la especie de los sabináceos: ha sido al leer en la prensa que el Ministerio de Cultura ha concedido a Agustín García Calvo el Premio Nacional de Traducción. A García Calvo le cabe el honor de ser el ácrata con más profesiones relevantes en el mundo de la Cultura, a la que él desprecia y de espaldas a la cual afirma vivir: catedrático, profesor emérito, conferenciante, filólogo, traductor, editor, filósofo, poeta, dramaturgo y (la que más le gusta) mosca cojonera del Estado, del Poder y del Capital. La actividad subversiva del profesor García Calvo se manifiesta sobre todo en sus disquisiciones acerca de los temas más variopintos (el amor, la pareja, la televisión, el automóvil, los ordenadores, el dinero, el lenguaje), todos ellos formas de alienación del pueblo a las que él señala con el dedo, siempre a riesgo de que se lo corten. Aparte de escribir semanalmente en el diario La Razón, de insospechable independencia con respecto a los resortes del Poder y reconocido por lo revolucionario y corrosivo de sus ideas, donde de verdad se muestra el caballo de Troya que García Calvo supone para el sistema es en sus libros, que él mismo autoedita en el sello Lucina.

Fundada en 1979, la editorial ubicada en Zamora ha alumbrado todas las obras donde el profesor García ha expuesto sus ideas acerca de la Democracia (“es la muerte para el pueblo”), el Progreso (“pura ilusión”) o el concepto de Autor (“no creo en el Autor; el Autor no existe”). Pero donde más demoledoramente se ha expresado ha sido al combatir la Santa Trinidad de Estado, Capital y Cultura. La peligrosa e imperceptible red que teje el Poder para esclavizar al pueblo adopta en esta tríada proporciones épicas. “Hay que derribar al Estado y al Capital: la lucha debe ser contra ambos y por todos los medios necesarios”. “El Dinero es el nuevo Dios, hay que derribarlo, ya que éste basa su poder en la creencia de que todo es reductible a sí mismo”. Odio a muerte al dinero, porque el Dinero mata: “mata las cosas sensitivas, sentidas y palpables que están por debajo de las ideas, en los dedos, los ojos y los labios...”. Y respecto al beneplácito que el Poder ofrece a sus secuaces a través de los honores y los reconocimientos: “Si el reconocimiento procede de la cultura oficial, no lo quiero para nada”.

Pero ¡ah!, que García Calvo juega a acompañar a Sartre o a Gracq en sus relaciones con el Poder, pero sólo hasta la mitad del camino. Porque es cierto que el filólogo ha mantenido una irreprochable coherencia en su postura hacia el dinero y el estado: dado que él no es de ningún partido político y el único partido de verdad es el Dinero, se negó a contribuir con Hacienda hace unos años y formó un lío tremendo a cuenta de sus pesetas, de las que no se quería desprender. Pero ¿qué ocurre con los honores? El profesor ha recibido, con el de Traducción este año, tres premios Nacionales que incluyen el de Ensayo en 1990 y el de Literatura Dramática en 1999. Y lo que un francés no se explicaría: los ha aceptado todos. Bien es cierto que, sin embargo, tal y como García Calvo ha manifestado, lo ha hecho porque “tampoco son premios grandes, y no se dan con bombo y platillo”, lo que quizá quiere decir que los acepta porque nadie se va a enterar. El del año 1999 no lo aceptó por él, sino por hacerle un favor a las gentes del Teatro Abadía donde se estaba representando “La Baraja del Rey don Pedro”, obra que le valió el insignificante y nada estatal premio Nacional. Y además acudió a recogerlo su compañera sentimental Isabel Escudero, así que él tampoco se corrompió tanto. Parece que el de este año también lo va a aceptar y no le hará ascos a los 15.000 euros, porque “a pesar de que la cultura está vendida al poder, en estos galardones los jurados son muy numerosos y siempre se cuela alguien honrado”.

Tampoco es que haya que criticar continuamente las decisiones de la gente: no estoy de acuerdo, por ejemplo, con las palabras que le dedicó Constantino Bértolo a Álvaro Pombo a propósito del Premio Planeta. Si Álvaro Pombo, que tampoco ha bufado ni por asomo lo que García Calvo, se encuentra con un ricachón que le ofrece 601.000 euros por un libro y Pombo dice “vale”, a mí no me parece ni bien ni mal. Pero el caso del profesor emérito de la Universidad Complutense es muy otro, como fácilmente se deja ver. Que tu enemigo el Poder te tienda el palo con la zanahoria y estires el cuello para alcanzarla ofreciéndote para el guillotinamiento fácil, no deja de ser un oprobio, aunque el guillotinado no lo vea. Y a los que sí lo vemos, después de todo lo que ha escrito al respecto García Calvo, nos abandona de golpe la inocencia -snif- de quienes han creído que las palabras dichas y escritas tenían algún valor, que ahora se ve traicionado.

Así que el habernos dejado con esta cara de gilipollas es una culpa que Agustín García Calvo no podrá expiar lo suficiente. Ni cumpliendo la pena de traducir al latín las obras completas de César Vidal.

Contra el Hombre
(Agustín García Calvo, 1996)
Conferencias

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Los gritos de Agustín García Calvo son «Contra el Poder, contra las Ideas, contra el Estado, contra el Dinero, contra el Señor Eterno, y por tanto contra su actualidad: contra el Futuro, contra el Progreso, contra la Muerte».

Uno de sus hallazgos es que no cabe rebelión alguna que respete al Individuo, y, en ese sentido, uno de los descubrimientos más decisivos es volverse contra la Persona, contra el Individuo personal o la Persona individual. Dado que, el Individuo, en cuanto Individuo, en cuanto Persona, es inherente, idéntico al Orden Total, al Estado y al Capital; y por tanto no tiene ningún sentido ninguna rebelión que se haga desde o en nombre del Individuo. La rebelión, pues, sólo se puede hacer desde abajo, desde ese sitio donde tal vez está el Pueblo, es decir, la gente que no se cuenta; en definitiva, la gente que no son precisamente Individuos.

De esta manera, Contra el Hombre alcanza todo su sentido ya que el Hombre es la gran mentira sobre la que se fundamenta la sociedad Tecnodemocrática en sus distintos estadios y se alza como límite y frontera, como principio y fin; en este sentido y después de lo que venimos haciendo notar, puede decirse que es la mayor paradoja de la Historia.

Desvelar, por tanto, lo que sea «el Hombre» y hacerlo de la manera más inteligente, es decir, dando, insinuando, alguna de las claves fundamentales, ayudando a que nos interroguemos sobre ello, es una tarea enorme, una especie de grito desesperado en un desierto tautológico en donde el eco repite de manera tan machacona como boba: «Yo», «Sujeto», «Individuo», «Hombre», «Persona». (De la contraportada del libro)

Indice

* A modo de prólogo irreverente (Emilio J. García Wiedemann)
* Contra el Hombre (Agustín García Calvo)
* La razón común (Agustín García Calvo)
* Pueblo contra Uno, Uno contra Pueblo (Agustín García Calvo)
* La ilusión democrática (Isabel Escudero)
* El Hombre y sus mujeres: nuevas formas de dominio sobre las mujeres en el Régimen Democrático (Isabel Escudero)

Código: Seleccionar todo
Contra el Hombre (Agustín García Calvo, 1996)
PDF | Scan + OCR | 2.25 MB | 146 págs. | eBook #040 by Halleryana
Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, 1996 (reimp. 1997)


[Editado por el comité de RBM para incluir el enlace en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero Haller.]

¿Quién dice No?: en torno a la anarquía
(Agustín García Calvo e Isabel Escudero, 1999)
Conferencias

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Decir 'no' al Poder, al Estado, al Capital, al Dinero, a la Familia, en especial al régimen que hoy padecemos, en el cual culminan todos los regímenes de la historia y donde esa labor funesta que he descrito se da de la manera más perfecta: en la democracia desarrollada, que se funda en la fe en el individuo personal; y , por tanto, decir 'no' -y esto es lo más difícil y más importante-, decir 'no' a la persona de cada uno, en contra de lo que manda la democracia. (...)

La primera necesidad del Poder es la mentira, de forma que naturalmente quien pretende decir 'no' al Poder, rebelarse contra el Poder, está al mismo tiempo obligado a decir 'no' a la mentira, a las ideas que os venden: lo uno es lo otro. (De la contraportada del libro)

Indice

* ¿Quién dice No?: en torno a la anarquía (Agustín García Calvo)
* El Dinero (Agustín García Calvo)
* Placer y negación (Agustín García Calvo)
* El verdadero fundamentalismo (Isabel Escudero)
* Las mujeres y el dinero (Isabel Escudero)

Código: Seleccionar todo
¿Quién dice No?: en torno a la anarquía (Agustín García Calvo, 1999)
PDF | Scan + OCR | 2.21 MB | 162 págs. | eBook #041 by Halleryana
Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, 1999


[Editado por el comité de RBM para incluir el enlace en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero Haller.]


Familia: la idea y los sentimientos
(Agustín García Calvo, 1983)
Ensayo

Portada

Esquema de descripción lógica de las relaciones familiares y del proceso de sustitución de los sentimientos prerracionales por las ideas de sí mismos. (Lucina)

Código: Seleccionar todo
Familia: la idea y los sentimientos (Agustín García Calvo, 1983)
PDF | Scan + OCR | 915 KB | 66 págs. | eBook #050 by Halleryana
Lucina, Zamora, 1992, 2ª ed.


[Editado por el comité de RBM para incluir el enlace en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero Haller.]


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