RebeldeMule

RYNER, Han (1861-1938)

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...

RYNER, Han (1861-1938)

Nota Dom Oct 22, 2006 12:32 pm


Introducción

En Portal Oaca se escribió:Jacques Élie Henri Ambroise Ner (Nemours, Argelia, Francia, 7 de diciembre de 1861 - París, 6 de febrero de 1938), conocido como Han Ryner, fue un filósofo anarcoindividualista, pacifista, periodista y escritor.

Nace en un hogar modesto y muy religioso. Consigue hacer estudios y se licencia en filosofía. A raíz de la muerte de su madre, rompe con la religión, pasa a ser francmasón y se interesa por las ideas sociales. Autor de una cincuentena de libros de muy distintas clases (romances, cuentos, ensayo, teatro, poesía), sus trabajos narrativos le llevan a obtener en 1912 un premio literario de la publicación L’Intransigeant.

Han Ryner fue uno también de los pocos anarquistas que participan en el Félibrige. En 1896, adopta el seudónimo de Han Ryner, pasa a ser el redactor principal de la revista Demain ("Mañana") y colabora en numerosas revistas y periódicos: L'Art social, L'Humanité nouvelle de Augustin Hamon, L'Ennemi du Peuple de Emile Janvion, L'Idée Libre de Lorulot, así como en L'En dehors y L'Unique de Émile Armand.

Ante la Primera Guerra Mundial, Han Ryner adopta posiciones pacifistas y lucha hasta su muerte por el reconocimiento de la objeción de conciencia. Su pacifismo se expresa, durante la guerra, en sus colaboraciones en Par-delà la mêlée ("Más allá de la batalla") de Armand y Ce qu'il faut dire ("Lo que es necesario decir") de Sébastien Faure y más tarde en Journal du Peuple ("Periódico del Pueblo") de Henri Fabre.

Hombre de múltiples luchas, hizo campaña en favor de la liberación de Eugène Dieudonné en 1913, por la de Armand durante la guerra, por los amotinados del Mar Negro, por Sacco y Vanzetti, por Nestor Makhno, Lazarévitch, Francesco Ghezzi, etc... Anticlerical virulento, se opone a la influencia y al poder de la Iglesia Católica, sobre todo en materia de educación. Durante los años 30, participa en la Enciclopedia anarquista de S. Faure y en la prensa libertaria francesa e internacional (en particular, española). En 1936, Han Ryner se adhiere al Comité mundial contra la guerra y el fascismo. Muere en París, el 6 de febrero de 1938.


    Aquí un pequeño párrafo de La sabiduría riente, en el que Ryner habla claramente y explica el pensamiento de Epicuro:
Han Ryner, en La sabiduría riente, escribió:El análisis y la crítica del deseo son, acaso, las cuali­dades más admirables y útiles que contiene el epicureísmo. Epicuro distingue tres clases de deseos. Hacia cada espe­cie, la actitud del sabio será diferente.

Hay deseos naturales y necesarios, como el hambre y la sed. El sabio los satisface, suprimiendo así un dolor y un trastorno. Así se procuran también placeres soberanos inaumentables. Estas necesidades son, además, poco exigentes y fáciles de satisfacer. El agua y el mismo pan no son cosas raras.

Hay, en segundo lugar, deseos naturales, pero no necesarios. Por ejemplo, el de variar los alimentos. El sabio les concede, negligente, aquello que se presenta por sí mismo, y les rehúsa lo que pediría esfuerzas extraordinarios, no permitiendo a estas sonrisas naturales que se hagan exi­gencias y necesidades artificiales. Incapaces de acrecer el placer, lo varían solamente. Esta diversidad es bastante cara para que Epicuro acepte, en los días de fiesta, los higos y el «queso citridiano», pero sin que, para procurár­selos, deba trabajar y sudar.

En fin, hay deseos que no son ni naturales ni necesarios, el gusto de los honores y del dinero, por ejemplo. A éstos debe rechazárseles todo, hasta que mueran en nosotros por inanición. Porque son nuestros peores enemigos, son nues­tros solos enemigos cuando aun los temores del más allá, de la muerte y del dolor, hayamos vencido. Su avidez no tiene límites y todo cuanto se les concede viene a aumentar su fuerza y sus exigencias. No es posible dicha alguna a quien se somete a la esclavitud de estas odiosas y ridículas necesidades artificiales.

No existe estado indiferente. No hay medio entre el pla­cer y el dolor. Este supuesto medio es el más grande de los placeres. En cuanto mi cuerpo no sufre de ningún dolor ni mi espíritu agitación alguna, puedo disputar la felicidad con los dioses. Soy, en efecto, en estas horas magníficas, un ser que goza de todo en sí mismo, de toda su actividad aurítmica.





Ensayo



[ Add all 2 links to your ed2k client ]
El Conocimiento nos hace LIBRES!!!

Volver a Biblioteca

Antes de empezar, un par de cosas:

Puedes usar las redes sociales para enterarte de las novedades o ayudarnos a difundir lo que encuentres.
Si ahora no te apetece, puedes hacerlo cuando quieras con los botones de arriba.

Facebook Twitter
Telegram YouTube

Sí, usamos cookies. Puedes ver para qué las usamos y cómo quitarlas o simplemente puedes aceptarlo.