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BERMAN, Marshall

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BERMAN, Marshall

Nota Mar Jun 01, 2010 12:34 am
Marshall Berman

Portada
(wikipedia | dialnet)


Introducción

Jesus Albores, en "Marshall Berman, el filósofo que llevó a Marx al Bronx", en El País, el 11 de octubre de 2013, escribió:[...] Berman, hijo de una familia de comerciantes textiles que se arruinó a comienzos de los años cincuenta, cursó estudios de secundaria en el Bronx y obtuvo una beca para la Universidad de Columbia, donde se graduó en 1961. Allí se entusiasmó por las clases del influyente historiador del arte Meyer Schapiro, que aplicaba un entonces novedoso enfoque interdisciplinar, y profundizó en el estudio del marxismo, sobre todo en los manuscritos económicos y filosóficos del joven Marx.

En 1962 cursó estudios de posgrado en Oxford, donde Isaiah Berlin dirigió su tesina sobre la libertad en el pensamiento de Marx. En 1968 se doctoró en Harvard con una tesis que dos años después convertiría en su primer libro: The politics of authenticity: radical individualism and the emergence of modern society (1970), un ensayo en el que explora las paradojas de la modernidad a través de su peculiar prisma humanista y marxista.

Tras concluir su doctorado Berman inició su larga asociación con el City College de Nueva York, en el que durante casi cuatro décadas impartió Ciencia Política y Urbanismo. De aquella época data también su colaboración con la revista Dissent, trinchera del anticonformismo político y cultural en EE UU en cuya fundación había participado activamente Schapiro y de cuyo consejo editorial Berman formó parte durante muchos años. Buena parte de sus contribuciones a esta y otras publicaciones fueron recopiladas en la colección de ensayos Aventuras en el marxismo (Siglo XXI, 2001).





Bibliografía compilada (fuente | fuente)





Ensayo



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Nota Mar Jun 01, 2010 12:35 am
Francisco Carballo, en "Marshall Berman, una pequeña semblanza", en La Jornada, el 28 de julio de 2002, escribió:Marshall Berman nació en el Bronx, uno de los cinco condados de la ciudad de Nueva York. Sus estudios profesionales tuvieron tres escenarios: la Universidad de Columbia, la de Oxford, en Inglaterra, y la Universidad de Harvard. Ha sido profesor en diversas instituciones. Por citar algunas: Stanford, Nuevo México, Harvard y la New School. Como conferencista ha recorrido buena parte de su país y del mundo.

Desde 1967 es profesor de tiempo completo en la división de ciencia política de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. En el City College y el Centro de Estudios para Graduados de dicha institución se ha convertido en maestro. Como ensayista cree que los libros nacen de un impulso vital. Sus publicaciones son pocas y sin embargo, su influencia alcanza a estudiosos de diversas disciplinas. Sus lectores van de la arquitectura a la filosofía, de la música a la sociología. En orden de aparición se deben citar sus libros: Politics of authenticity (1970), All that is solid melts into air (1982) (la traducción al castellano Todo lo sólido se desvanece en el aire circula desde 1988 bajo el sello de Siglo XXI) y Adventures in Marxism (1999).

Sus lectores esperan con cierta ansia el que debe ser su próximo libro, One hundred years of spectacle: a cultural history of Times Square. El título habla por sí mismo, el homenaje a García Márquez: Los cien años de espectáculo, delata la preocupación literaria, artística del autor. El complemento: una historia cultural de Times Square invita a una cierta solemnidad académica. Deja ver su preocupación por un sustancial andamiaje teórico. Sin quererlo, Marshall Berman se metió en los laberintos en que se encerró Walter Benjamin al tratar de escribir un ensayo definitivo sobre la cultura moderna usando los primeros centros comerciales de París como pretexto. Berman, a diferencia de Benjamin, no tiene lugar para el Apocalipsis, no cree gran cosa en la desesperación. Quizá su confianza en el trabajo de los hombres le ayude a no dejar inconclusa, como Benjamin, su obra.

Berman nunca ha renegado de sus maestros. Su formación es liberal. Sus argumentos van armados con la claridad de Isaiah Berlin. A veces sus escritos responden a las preocupaciones de otro de sus mentores, Daniel Bell. Le demuestra cómo, por ejemplo, para hablar sobre cultura no es necesario refugiarse en una defensa simplona y represiva de los valores de la tradición. Más aún, cómo para defender las conquistas de una sociedad abierta no es necesario recular hacia un liberalismo descafeinado en política y tremendamente agresivo en las cuestiones de la economía. Así, es posible leer Todo lo sólido se desvanece en el aire como una contestación cariñosa al libro de Bell Las contradicciones culturales del capitalismo. Berman le recordó, también, que entre liberales se vale disentir. Su ojo certero para la buena literatura le viene de Iris Murdoch e Irving Howe. En los últimos años ha crecido su ya de por sí marcada predilección por las artes visuales.

Marshall Berman presenta un caso anómalo en el mundo de la academia. Supo romper con pleno desenfado la rígida división que separa las aulas y pasillos universitarios de las avenidas y las aglomeraciones de la ciudad. Lo mismo toma el pulso de la ciudad en las discusiones, en las charlas universitarias, que completa el conocimiento erudito escuchando con atención los murmullos que animan las calles, los parques, el Metro de Nueva York. Las preferencias intelectuales de Marshall se reducen tan sólo a unos cuantos nombres: Platón, Aristóteles, San Agustín, Maquiavelo, Rousseau, Goethe, Dostoievski y muy pocos más. Weber y Freud son los últimos clásicos que acepta en su Panteón Personal. Carlos Marx es un caso aparte. Descubrió por casualidad Los manuscritos económico filosóficos de 1844 del joven Marx en una edición barata que la Editorial Progreso de Moscú vendía en el mero corazón del imperio. Marshall leyó el libro de pie, en la librería. Gastó sus ahorros al comprar todos los ejemplares que quedaban. Pensó que el amor recién adquirido valía la pena compartirlo con sus seres queridos y repartió ejemplares por el Bronx. Desde entonces se dedica a que los clásicos lleguen a las calles.

Todo lo sólido se desvanece en el aire vio luz en distintas lenguas: español, portugués, sueco, francés y turco. Durante años, gusta recordar Marshall, una edición clandestina circuló tanto en China como en Hong Kong. Los censores de izquierda y derecha unieron esfuerzos para evitar a toda costa que el virus de la disidencia entrara en sus jóvenes gracias a las páginas del profesor Berman. Fue en el año 2000 que se publicó la primera edición "legal" de Todo lo sólido en Pekín.

Berman pertenece al consejo de redacción de la revista Dissent, donde colabora con cierta regularidad. Es columnista frecuente de los prestigiosos semanarios The Nation y The Village Voice. Sus trabajos académicos han aparecido en un sinnúmero de revistas especializadas como The New Left Review, Art in America, Harvard Design Review y Lingua Franca. Entre sus trabajos en los medios audiovisuales destaca su participación como guionista y entrevistado en la maratónica producción dirigida por Ric Burns y que lleva como título "History of New York". Sus palabras se transmitieron, también, en la historia de Times Square que preparó Henry Shipper para el History Channel.


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