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FERNÁNDEZ DURÁN, Ramón (1947-2011)

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...


Introducción

1947-2011. Ingeniero de caminos y urbanista, fue profesor colaborador de la Universidad Carlos III de Madrid, Facultad de Geografía de la Universidad de Barcelona, Universidad Internacional de Andalucía en La Rábida y Curso de Urbanismo del INAP, entre centros. Fue miembro de centros de investigación transformadores, como el Transnational Institute (Amsterdam) y el International Forum on Globalization (San Francisco)

Referente desde la década de 1970 de los movimientos sociales españoles, especialmente en los formados contra la OTAN en la década de 1980, los movimientos contra la globalización financiera de la década de 1990 y los grupos ecologistas, que culminaron con la formación de Ecologistas en Acción, de la que fue cofundador y militante.

Ha publicado los siguientes libros: Transporte, Espacio y Capital (editorial Nuestra Cultura, Madrid, 1980); El Movimiento Alternativo en la RFA. El Caso de Berlín (editorial La Idea, Madrid, 1985); La Crisis Social de la Ciudad (coautor) (Alfoz, Madrid, 1987); La Explosión del Desorden. La Metrópoli como Espacio de la Crisis Global (editorial Fundamentos, Madrid, 1993); Desarrollo, Pobreza y Medio Ambiente (coautor) (editorial Talasa, Madrid, 1995); Contra la Europa del Capital y la Globalización Económica (editorial Talasa, Madrid, 1996); ¿Qué Crisis? Transformaciones de la Sociedad del Trabajo (coautor) (editorial Gakoak, Donostia, 1997); Capitalismo Global, Resistencias Sociales y Estrategias del Poder (coautor) (editorial Virus, Barcelona, 2001); Situación Diferencial de los Recursos Naturales en España (coautor) (Visor-Fundación César Manrique, colección Economía vs Naturaleza, 2002); Capitalismo (financiero) global y guerra permanente (editorial Virus, Barcelona, 2003); La compleja construcción de la Europa superpotencia (editorial Virus, Barcelona, 2005); El Tsunami urbanizador español y mundial (Editorial Virus, 2006); El crepúsculo de la era trágica del petróleo: Pico del oro negro y colapso financiero (y ecológico) mundial (Editorial Virus-Ecologistas en Acción, 2008); Un Planeta de Metrópolis (en crisis): Explosión urbana y del transporte motorizado, gracias al petróleo (Baladre-Zambra-Ecologistas en Acción-CGT, 2008); Claves del ecologismo social (co-autor, Libros en Acción-Ecologistas en Acción, 2009); Tercera Piel, Sociedad de la Imagen y conquista del alma (Virus Editorial-Libros en Acción-Baladre, 2010); El Estado y la conflictividad político-social en el siglo XX. Claves para entender la crisis del siglo XXI (Virus Editorial-Libros en Acción, 2010); Cancún, tras Copenhague, final de un falso camino que nos han hecho recorrer Fin del Cambio Climático como vía para “Salvar todos juntos el Planeta” (2010); El Antropoceno. La expansión del capitalismo global choca con la Biosfera (Virus Editorial-Libros en Acción, 2011); La Quiebra del Capitalismo Global: 2000-2030. Preparándonos para el comienzo del colapso de la Civilización Industrial (Virus Editorial-Libros en Acción-Baladre, 2011).





Bibliografía compilada (fuente)





Ensayo





Artículos





Sobre R. Fernández Durán (ensayos)





Sobre R. Fernández Durán (artículos)





Relacionado:



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Nota Jue Abr 15, 2010 3:18 am
Recursos de apoyo

    Presentación de Crepúsculo de la era trágica del petróleo (en Periodista Digital, 2008)

Nota Sab Abr 24, 2010 10:43 am
Erika González (OMAL-PcD), en entrevista con Ramón Fernández Durán con el título "El poder, la riqueza, han perdido legitimidad", en Diagonal, número 117, 15 de enero de 2010, escribió:
    Ramón Fernández Durán, miembro de Ecologistas en Acción, es autor de libros como El crepúsculo de la era trágica del petróleo; Un planeta de metrópolis (en crisis); Tercera piel, sociedad de la imagen y conquista del alma.

Pregunta: En tus libros abordas las actuales crisis. ¿Existe alguna diferencia con las anteriores?

Respuesta: En ninguna de las anteriores había una crisis de recursos materiales y de energía, y tampoco una crisis ecológica que pudiera frenar una salida y un nuevo ciclo de expansión. Además, el dominio de Occidente está siendo cuestionado, hay un desplazamiento del poder mundial hacia el Este (China, India...), la primera vez en 500 años, por lo que también entra una crisis de hegemonía muy compleja. A todo esto hay que sumar una crisis institucional, la crisis del Estado. El presidente del Banco Central Europeo, J-C. Trichet, advirtió en el Parlamento Europeo: “No habrá una segunda vez”. El endeudamiento de los principales Estados del mundo, con los planes de rescate, es de tal calibre que la deuda pública ha alcanzado cotas muy elevadas y va a estallar. En un momento, además, en el que existe una elevada deslegitimación política de las estructuras democráticas. Para salir del marasmo se está planteando la resolución de conflictos por métodos violentos. Con el fin de sustentar las estructuras de poder vertical se expande una guerra civil molecular, entre los de abajo, y del miedo al otro, así como la "guerra contra el terror". Todo para que la gente se vuelva a agrupar en torno a unas estructuras de poder muy deslegitimadas.


P.: ¿Por qué haces especial énfasis en la crisis energética global?

R.: Porque ha sido posible operar a escala global gracias a un flujo en ascenso de energía, primero el carbón, luego el petróleo y el carbón, después el gas natural y las nucleares y ahora se añaden las energías renovables. Las salidas a otras crisis han sido posibles por el incremento del flujo energético, pero por primera vez en la historia de la humanidad va a empezar el declive inexorable de este flujo. De forma que la repercusión va a ser tremenda, además en este sistema basado en el crecimiento y la acumulación constante.


P.: Queda una pieza clave: el papel de las resistencias al capitalismo.

R.: Ante el desprestigio de las instituciones globales como la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, conseguido por el movimiento por la justicia global, el poder reaccionó, aprovechando el 11-S, con una fuerte criminalización y el fomento de la división y la desarticulación. Pero también con el desarrollo de nuevas formas como la Responsabilidad Social Corporativa, la extensión del consumo vía crédito, los Objetivos del Milenio, etc. Todo ello implica una crisis de ese ciclo de movilizaciones. De hecho, no se ha visto capacidad de movilización ante la crisis global, pues ésta ha sido reducidísima. También decae porque hay un repliegue a lo local, pero a su vez se impulsan procesos moleculares muy interesantes, que muchas veces son subterráneos y no sobresalen mediáticamente y que son también necesarios. Por otro lado, el movimiento está introduciendo nuevos debates: energía, cambio climático, decrecimiento... y a esto se suma una fuerte deslegitimación del poder, de la riqueza y del Estado. El debate social sobre lo que ganan los banqueros hubiera sido imposible hace tres años.

Nota Sab Feb 05, 2011 9:10 pm
Salvador López Arnal, en "Claves interpretativas de un colapso civilizatorio. Reseña de El Estado y la conflictividad político-social en el siglo XX", en El Viejo Topo, 2011, escribió:Imagen

    Ramón Fernández Durán, El Estado y la conflictividad político-social en el siglo XX. Claves para entender la crisis del siglo XXI. Madrid, Virus editorial, 2010, 142 páginas.

El Estado y la conflictividad político-social en el siglo XX. Claves para entender la crisis del siglo XXI es el capítulo introductorio de un próximo libro, ya en marcha, de Ramón Fernández Durán que llevará por título Quiebra del Capitalismo Global: 2000-2030. Preparándose para el inicio del colapso de la Civilización Industrial. Sea como sea, no es sólo una introducción a ese nuevo ensayo, sino que, en palabras del autor, “pretende ser también una especie de síntesis (parcial) del libro en su conjunto”.

El Estado y la conflictividad político-social en el siglo XX. Claves para entender la crisis del siglo XXI está estructurado en dos partes diferenciadas. “El Estado en el mundo durante el siglo XX” es la primera y está subdividida en nueve apartados. Entre ellos, “El (nuevo) Estado-nación en el Sur global” y “Crisis, colapso y reconversión brutal del Estado del socialismo real”. La segunda parte lleva por título “La conflictividad político-social mundial en el siglo XX” y está compuesta por siete apartados. “Nacionalismo, militarismo y conflictividad político-social” y “Globalización, crisis del socialismo, movimiento antiglobalización e Islam político” son dos de estos apartados. Una bibliografía esencial cierra este sucinto pero sustantivo ensayo que puede ser visto como dos caras de una moneda conjuntada: más analítica la primera, más estrictamente política la segunda.

En el trabajo, así se señala en la presentación, y en la contraportada, una pieza más de los análisis elaborados por el autor sobre el siglo XX, se dedica una especial atención a la evolución del papel del Estado y la conflictividad político-social en el despliegue del capitalismo global. Algunas de las tesis defendidas por Ramón Fernández Durán: 1. La institución del Estado se amplía al mundo entero después de la irrupción de un gran número de nuevos Estados tras el fin del dominio colonial europeo. 2. La forma que adquiere el estado es la del Estado-nación de corte capitalista, forma que alcanza su apogeo con el derrumbe de la Unión Soviética. 3. Se ha seguido un ciclo dialéctico, por decirlo en términos clásicos: de un Estado fuertemente liberal a inicios del siglo XX, se pasó a un Estado social a mediados de siglo especialmente en los territorios centrales occidentales, para finalizar en el Estado neoliberal en el que estamos inmersos. 4. Implicación de esa evolución: desmantelamiento de gran parte de las conquistas políticas y sociales alcanzadas, con pérdida de legitimidad del sistema-mundo en algunas zonas de la periferia.

Ramón Fernández Durán no se olvida del sentido de esta evolución: el nuevo Estado-nación que las poblaciones abrazaron como una institución que les debía proteger de sus antiguos amos se convirtió, en la mayoría de los casos, en una amenaza permanente para los desfavorecidos, para “los muchos”, “salvo por supuesto para las elites y para unas limitadas clases medias, allí donde los procesos de industrialización propios habían llegado a tener un mayor recorrido, antes de la llegada de la globalización de las dos o tres últimas décadas del siglo XX” (p. 27).

Son tantos y tantos los temas tratados que es imposible su comentario detallado en esta reseña. RFD, forzosamente, dada las características de su trabajo que, recuerdo, es una introducción a un libro de mayor amplitud, se ha visto obligado a tratar una enorme diversidad de temáticas de manera apretada pero siempre brillante y documentada. Como es razonable pensar no siempre el lector/a queda complacido con la argumentación y presentación de sus afirmaciones (hubiera deseado más madera) pero es altamente significativo el interés que despierta el ensayo en el lector más allá de diferencias o matices puntuales. Así, por ejemplo, Ramón Fernández Durán afirma, en el apartado dedicado a la crisis del marxismo en la segunda parte del ensayo, que esa tradición no fue, “dicho irónicamente”, lo suficientemente materialista dado que también concibió la evolución del sistema económico separada del sistema físico, de la misma Naturaleza. El comunismo de la abundancia que propugnaron los clásicos marxistas no era posible alcanzarlo. Sin duda, estas fueron posiciones centrales y dominantes en la tradición pero es sabido también que desde los años sesenta autores marxistas fueron críticos respecto a esa forma de entender la liberación y el progreso social. El mismo Marx, sabido es también, vislumbró en ocasiones la antinatural cara oscura del sistema.

Ramón Fernández Durán es crítico de Marx y su tradición en otro punto. La ciencia y la tecnología que Marx tanto veneró, señala un pelín anacrónicamente, y que percibió como instrumentos liberadores, “se demostraban como mecanismos que reproducían y profundizaban las condiciones de dominación del capital sobre el trabajo, sobre el conjunto de la sociedad y sobre la propia naturaleza” (p. 107). Hay más cera de la que arde sobre este punto en la obra de Marx y, en mi opinión, a riesgo de abonar irracionalismos no menos peligrosos, la aproximación al papel social de la ciencia y la tecnología contemporáneas, no sólo en sus nudos serviles al capitalismo sino también en sus numerosos vértices críticos, exige matices que seguramente el autor desplegará en su obra de mayor dimensión.

El ensayo, puede verse así, es también un ejercicio de política-ficción, asentado sobre bases los más reales posibles y con manifiesta voluntad movilizadora y transformadora. La intención, así lo ha manifestado el propio autor, es “ayudar a impulsar una reflexión crítica colectiva sobre este próximo periodo, 2010-2030”, que él mismo denomina de “quiebra del Capitalismo Global” y que sería la primera etapa del largo colapso de la sociedad industrial iniciado hace ya unos años. El periodo, desde luego, no pinta bien ni permite tañer campanas: los escenarios que se vislumbran, y que el autor dibuja en sus grandes contornos, serán probablemente muy duros, y la capacidad de intervención de la ciudadanía rebelde va a ser en general muy limitada, pero “para nada nula e irrelevante”. No se trata sólo de abonar la reflexión colectiva al respecto sino de animar, de no paralizar, y orientar “en la voluntad de resistir y actuar para condicionar y reconducir el despliegue de estos procesos de forma emancipadora”. Todo ello no es obstáculo para ver con nitidez el auge de los fundamentalismos de todo tipo en esta primera década del siglo y también de movimientos sociales, muy arraigados, fuertemente regresivos y no siempre abonados exclusivamente por clases medias que ven en peligro su anterior situación social. Sectores de las clases trabajadoras no están alejados de esas tentaciones antisociales.

El autor advierte que el análisis de los cambios acontecidos tras el 11-S, a partir de la irrupción de la gestión neoconservadora, así como la progresiva agudización de la crisis global, no se han tratado aquí, y serán abordados en el futuro libro. En su opinión, la evolución del Estado y de la conflictividad a lo largo del siglo XX es asunto esencial “para entender algunas de las características de la crisis global actual”.

El Estado y la conflictividad… abre sus dos apartados con citas de Arrighi, Moore, Offe, Wallerstein, Silver y Elliot. Dos de estas citas ilustran muy bien las coordenadas político-intelectuales desde las que el autor ha escrito su aportación: “La globalización ha conseguido, más que cualquier cosa, romper un siglo de poder obrero” (Berverly Silver) y “El 68 fue la tumba ideológica del 'papel dirigente' del proletariado industrial” (Immanuel Wallerstein). Tumba del papel dirigente no significa anulación de cualquier papel y la ruptura del poder obrero, y de su resistencia en algunos países, no tiene por qué ser inexorable ni tiene por qué conducirnos, es necesario insistir, a la pasividad.

No se pierdan las “bonitas y sugerentes” ilustraciones de Isabel Vázquez. Están a la altura de lo que ilustran.

Nota Mié May 11, 2011 1:39 pm

Luis González Reyes, miembro de Ecologistas en Acción, en "Biografía de la coherencia. Un recorrido por la vida de Ramón Fernández Durán", en Libre Pensamiento, nº 68, verano de 2011, escribió:Parece que las inquietudes y los procesos para afrontarlas de determinadas épocas se depositen en personas concretas, convirtiéndolas en exponentes y referentes de su tiempo. Requiérese para ello que sus cualidades personales sen las exigidas por ese momento de la historia, por un lado y, por otro, que ellas se le entreguen con pasión y seriedad. Ramón Fernández Durán, por su visión amplia y certera, por su capacidad de generar relaciones y marcos de referencia y, sobre todo, por su adecuación y entrega a lo que le venía exigido, es, desde el ecologismo, un referente de las luchas sociales de los últimos cuarenta años. Ido en mayo de este año, nos queda su vida entera. Nos queda también su última obra, Quiebra del capitalismo global, un intento de salirle al paso al futuro, entrevisto certera y valientemente, tanto desde el análisis como desde las intuiciones y convicciones emanadas de su dedicación a los movimientos sociales.

Ramón Fernández Durán es un referente indiscutible del movimiento ecologista, de los movimientos sociales y de la izquierda emancipadora. Y no lo es únicamente por su producción intelectual, ni por su labor de articulación de luchas y tejido de puentes entre los distintos mundos de la izquierda. Lo es sobre todo por su ejemplo de coherencia, de cómo hacer personal lo político. Así, Ramón ha impulsado varias experiencias comunitarias. Las primeras fueron breves en Reina Victoria y San Blas, pero la siguiente fue mucho más fructífera, en la peculiar casa de Barquillo, que ya no abandonaría. Además, también estuvieron La Maloca y Pelegrina, dos lugares en los que compartiría y construiría sueños. En esta misma lógica se colocaría la «tertulia de los miércoles», una veterana experiencia de discusión política con más de 25 años.

Pero, probablemente, su experiencia comunitaria más rica es la que entrelaza con sus familias. La de sangre, en la que sirve de cemento y contraste de mundos muy distintos. La de los movimientos sociales, y en concreto el ecologista, donde nos mimó con ánimos continuos. Y, sobre todo, la que entrelaza con Ana Hernando. En 1970 viajará a EEUU con una beca de estudios como ingeniero de caminos. Este viaje le permitirá conocer las movilizaciones contra la Guerra de Vietnam, pero también la situación de las urbes estadounidenses, con una creciente desestructuración y segregación económica.

En 1971 empezaría a trabajar en la COPLACO (Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid), donde estaría hasta 1987. Desde ese escenario actuaría profesionalmente en el área urbanística, conociendo en profundidad la expansión de la metrópolis capitalina y el papel que en ella juega el transporte motorizado. Tras dejar la COPLACO, un espacio en el que Ramón se encontró especialmente cómodo en sus primeros años, pasa por distintos espacios de la administración madrileña con poca convicción, pero contribuyendo a poner en marcha los primeros huertos de ocio de la Comunidad de Madrid. Finalmente en 1992 deja la seguridad del funcionario para dedicarse a tiempo completo al activismo.


Luchar y pensar, vivir

A la vuelta de EEUU Ramón empieza su activismo político más comprometido. Lo hace en movimientos barriales de la autonomía (o proto-autonomía) madrileña en Vallekas y luego en San Blas. Su interés por el movimiento autónomo le lleva a Berlín en varias ocasiones. De ahí surge El Movimiento Alternativo en la RFA. El caso de Berlín (La Idea, 1985), el primero de sus títulos con influencia en los movimientos sociales. El texto se convertiría en una referencia para la autonomía española y adelantaría lo que serían sus libros: textos de cabecera para los movimientos sociales en sus luchas. Aunque nunca dejó sus vínculos con el movimiento autónomo, muy especialmente con el de la okupación madrileña, en los ochenta Ramón entra en AEDENAT y dirige su militancia hacia el ecologismo.

Como parte de AEDENAT es una de las personas fundamentales en el Movimiento Anti-OTAN, el cual consigue forzar un referéndum en 1986 sobre el ingreso del Estado español en la organización militar que pierde con mucha dignidad. Sin duda este fue uno de los movimientos más importantes de los que forma parte Ramón, que luego tendría una cierta continuidad con la Insumisión. El siguiente hito significará el germen del futuro movimiento anti-globalización español: la campaña «Desenmascaremos el 92. 500 años de resistencia indígena y popular». Si bien el impacto social de esta movilización fue muy limitado, las redes que se tejieron en él serían básicas en los años sucesivos.

En 1993 Ramón publica La explosión del desorden. La metrópolis como espacio de la crisis global (Fundamentos, 1993). Este texto plasma todo el trabajo sobre la ciudad que venía realizando durante años. Pero es mucho más que eso, sitúa la metrópolis en el entorno económico y social global añadiendo los impactos ambientales que conlleva. Sin duda es uno de los primeros textos a nivel internacional que habla el lenguaje del movimiento antiglobalización, un lenguaje de interrelaciones complejas sociales, ambientales y económicas, y que señala al capitalismo como el causante último de la situación. Un lenguaje que además dibuja salidas, aunque este último aspecto no ha sido el más desarrollado por Ramón. Este libro fue su primer gran texto.

De este modo, cuando en 1994 se celebra en Madrid el 50 aniversario del FMI y el BM, los movimientos sociales ya tienen marcos teóricos de referencia y redes tejidas en campañas anteriores. Esto propicia que Madrid sea uno de los primeros escenarios mundiales de la contestación a las políticas del BM y el FMI con la campaña «¡50 años bastan!» y el foro «Las otras voces del planeta». Estamos hablando de un potente foro alternativo con fuerte presencia internacional, acompañado de acciones directas y una gran movilización. El papel que Ramón desempeña en la campaña es de bisagra entre distintos mundos y de motor teórico, lo que es un continuo en su vida política. Ese enero se había alzado el EZLN.

El año siguiente la Presidencia de la UE recae en el Estado español. En un contexto en el que la UE representaba la modernidad y la democracia, incluso para una parte importante de la izquierda, se organiza el foro «La otra cara del proyecto europeo» y la campaña «Contra la Europa del Capital». Esta campaña recoge a los colectivos más radicales que formaron las respuestas a las instituciones de Bretton Woods del año anterior y pone por primera vez en tela de juicio el papel de la UE. La base de la crítica al modelo europeo quedaría plasmada al año siguiente en Contra la Europa del capital y la globalización económica (Talasa, 1996). De esta campaña nació el Movimiento contra la Europa de Maastricht y la Globalización económica, que fue la coordinadora que realizó la transición entre las movilizaciones del 1994/95 y las que eclosionarían en 2000.

En estos años se realizó un «Encuentro intergaláctico» zapatista en el Estado español, nacería el Rompamos el Silencio madrileño, tendría lugar la ILP sobre las 35 horas, se realizarían las contracumbres de Ámsterdam (1997) y Colonia (1999) contra la UE, o nacería la Acción Global del los Pueblos como coordinadora anti-globalización internacional. En todos estos eventos, AEDENAT (luego Ecologistas en Acción), con el impulso de Ramón, jugó un papel fundamental, junto a otros colectivos como Baladre, CGT o el CAES.

Ramón también mantiene un papel importante en AEDENAT. Esta organización es una de las impulsoras de la formación de Ecologistas en Acción en 1998, que buscaba aglutinar a multitud de colectivos que estaban trabajando en el ámbito de la ecología bajo el mismo nombre. Ramón no está entre quienes ven claro el proceso y aboga por la necesidad de profundizar más los debates antes de dar el salto. Sin embargo las decisiones al final son más rápidasde lo que Ramón y otr@s considerábamos adecuado. A día de hoy, visto el acierto en la conformación de Ecologistas en Acción, queda patente que esta no fue la ocasión en la que tuvimos el olfato político más ajustado.

Los primeros años de Ecologistas en Acción son de tensiones internas entre los sectores más «conservacionistas» y los más «radicales». Ramón, enmarcándose entre los «radicales», termina siendo uno de los elementos claves en la pacificación interna y al final se convierte en referente de toda la organización, al tiempo que incorpora en su discurso una parte de los planteamientos de sus compañer@s más «conservacionistas».

A finales del año 2000, en Seattle, la cumbre de la OMC es bloqueada por potentes acciones de desobediencia civil. Es el momento del surgimiento mediático y masivo del movimiento anti-globalización. Los ecos de esta hazaña llegan rápidamente a estos territorios en los que se conforman los Movimientos de Resistencia Global (MRG) y la Red Ciudadana por la Abolición de la Deuda Externa (RCADE), que surgen al calor de las movilizaciones de Praga contra el BM y el FMI (2000), de la consulta social sobre la deuda externa (2000) y de la fallida reunión del BM en Barcelona (2001). Era el momento de disolver, como con tino defendió Ramón, el Movimiento Anti-Maastricht, pues ya tenía una prolífica descendencia.

En estos años la figura pública de Ramón se proyecta y se convierte en persona de referencia en foros y actos estatales e internacionales. Y con este nuevo ciclo de movilizaciones aparece un nuevo libro, en este caso en colaboración con Miren Etxezarreta y Manolo Sáez: Globalización capitalista. Luchas y resistencias (Virus, 2001). En él Ramón sitúa al movimiento anti-globalización en el contexto de las luchas sociales del siglo XX, dando la perspectiva histórica del proceso, sin lugar a dudas uno de sus puntos fuertes. Además, con este libro inicia la colaboración con Virus, que ya no abandonaría. En 2001 el ciclo de luchas tiene un punto importante de inflexión con la brutal represión de Génova. Sin embargo, la capacidad de movilización se mantendría fuerte y creciente el año siguiente, durante una nueva Presidencia española de la UE.

Es en ese momento cuando todo el trabajo al que había contribuido Ramón de crítica al modelo europeo eclosiona con potentísimas movilizaciones. En 2003 saca otro de sus libros clave: Capitalismo (financiero) global y guerra permanente. El dólar, Wall Street y la guerra contra Irak (Virus, 2003). Este texto explica de forma comprensible la economía financiera y focaliza en ella gran parte de lo que estaba ocurriendo en el mundo. Pone sobre la mesa de los movimientos sociales la importancia del Régimen Dólar – Wall Street para entender fenómenos como la guerra de Afganistán o de Irak. Y este libro, nuevamente, se enlaza con las movilizaciones del momento, las del «No a la guerra».

En este mismo año el cáncer ataca por primera vez a Ramón, consigue superarlo después de una operación y un duro tratamiento, aunque ya nunca volvió a recuperar el tono físico.

Llegamos a 2005, en un entorno de nuevo reflujo de la movilización social se celebra el referéndum de la Constitución Europea, una excelente oportunidad para volver a lanzar el virus de la reflexión crítica con la UE, por ello Ramón escribe Europa superpotencia. Una aportación al debate sobre el futuro Proyecto Europeo y las resistencias que suscita (Virus, 2005). Este libro es el heredero de «Contra la Europa del Capital», pero su mayor repercusión la tendría en América Latina, donde se reeditaría. Allí, de la mano de gentes de Baladre y del Transnational Institut (TNI), cumple un papel importante en desenmascarar la cara amable que presenta la UE frente a EEUU.

Este es un momento de inflexión en la vida de Ramón, en el que profundiza la tendencia a irse centrando más en el trabajo intelectual y limitar la participación activa en articular movilizaciones sociales y en eventos públicos. Sin embargo permanece activo en las labores más invisibles, como hacer turnos de barra, pegar carteles o sostener pancartas. El único espacio de militancia que mantiene, fuera de labores internas en Ecologistas en Acción, es la participación en la red «Por las libertades y el diálogo» que impulsa una salida al conflicto vasco. En este entorno es donde publica Entre la espada del Estado y la pared de ETA (2007).

Y fruto de centrarse más en la escritura, los libros se suceden. El tsunami urbanizador español y mundial (Virus, 2006) analiza la burbuja urbanística española en el contexto financiero internacional, sin quitar la mirada de sus impactos sociales y ambientales. Nuevamente es un libro que termina iluminando las movilizaciones contra el urbanismo como «Murcia no se vende» o «Málaga no se vende», pero que también tienen conexiones con las impulsadas por la «Plataforma por una Vivienda Digna» o «V de Vivienda». Es en este momento cuando Ramón decide centrase en El Libro, que sería su obra cumbre y recogería la historia de la humanidad en clave energética y desde un punto de vista de las luchas por la justicia, la solidaridad, la libertad y la sostenibilidad. El Libro constará de dos volúmenes.

El primero analizará la evolución de la humanidad hasta el momento de su mayor crisis civilizatoria, al final del siglo XX, cuyo desarrollo, proyectándose hacia el futuro, sería el segundo volumen. Ramón ya ha venido publicando distintas partes de esta obra. La primera fue El crepúsculo de la era trágica del petróleo. Pico del oro negro y colapso financiero (y ecológico) mundial (Virus, 2008). Nuevamente un material concebido para fortalecer las luchas, no en vano vio la luz mientras en Madrid se organizaba el «Encuentro Social de Alternativas al Petróleo» en respuesta al Congreso Petrolero Mundial. En el texto Ramón aborda los impactos de los picos de los combustibles fósiles y, más en concreto, del petróleo. Todo ello apuntando hacia el decrecimiento justo y sostenible como la única salida posible a la crisis.

En un ritmo imparable publica Un planeta de metrópolis (en crisis). Explosión urbana y del transporte motorizado, gracias al petróleo (Libros en Acción, Baladre, Zambra y CGT, 2009). El marco de referencia es el vuelco que supone que ya la mayoría de la población mundial viva en ciudades a costa de un ingente gasto energético y una insostenible movilidad motorizada. Ramón retoma y actualiza aquí muchas de sus tesis ya presentadas en La explosión del desorden. Tercera piel. Sociedad de la imagen y conquista del alma (Libros en Acción, Baladre, Virus, 2010) analiza los mecanismos de los que se sirve el poder para «conquistar el alma» social, para aglutinar mayorías que lo hagan posible. Además, en el libro vuelve a abordar la energía y desmonta el mito de la desmaterialización de la economía de la información.

El Estado y la conflictividad político-social en el siglo XX. Claves para entender la crisis en el siglo XX (Libros en Acción, Virus, 2010) recoge uno de sus puntos fuertes, el análisis histórico desde una perspectiva poliédrica. Nuevamente la historia político-social corre en paralelo a la energética en el análisis ramoniano: los grandes cambios en el Estado (y las luchas sociales acopladas) se realizan con los saltos de mayor acceso a fuentes energéticas. La penúltima pieza de El Libro que ve la luz es El Antropoceno: la crisis ecológica se hace mundial. La expansión del capitalismo global choca con la Biosfera (Libros en Acción, Virus, 2011). Ramón dibuja una nueva etapa geológica marcada por la acción humana a través de la descripción de la crisis ambiental sin precedentes a la que el ser humano, a través del capitalismo, ha sometido al planeta y que marcará inevitablemente los próximos siglos de la humanidad.


La quiebra del capitalismo global

Finalmente La quiebra del capitalismo global 2000- 2030. Preparándose para el inicio del colapso de la civilización industrial (Libros en Acción, Baladre y Virus, 2011) supone su testamento político y, a la vez, el resumen del segundo tomo de El Libro. La obra pretende prepararnos para el comienzo del colapso de la Civilización Industrial. Un colapso que va a llegar como consecuencia de la crisis global y multidimensional que vivimos, caracterizada por el caos sistémico, la ruina ecológica y las guerras por los recursos. El inicio del fin de la energía fósil está en el corazón de esta crisis, que acarreará una ruptura histórica total. La quiebra del capitalismo global en el periodo 2000-2030 es el primer paso del largo colapso de la Civilización Industrial, que seguramente durará dos o tres siglos.

Vivimos una situación nunca antes conocida por la humanidad: encontrarnos en un planeta saturado. Es decir, un planeta en el que los sumideros, los basureros, están crecientemente sobreexplotados pero, especialmente, varios recursos estratégicos se encuentran en una situación límite. Entre ellos destaca el pico de los distintos combustibles fósiles. Todo esto alentado por la crisis de los cuidados en las sociedades centrales. La historia del capitalismo se sostiene en el consumo creciente y añadido de las distintas fuentes energéticas. Sin embargo, la llegada del pico del petróleo, al que seguirá a corta distancia el del gas y, a continuación, como muy tarde en 2030, el del carbón, quebrará inevitablemente esta deriva.

La conjunción de los tres picos de combustibles disparará sus precios. Ya no van a existir fuentes energéticas baratas, asequibles y con alto poder calorífico en cantidades crecientes, como hasta ahora. Sin ellas el comercio mundializado es imposible y el sistema de traspaso de la información a nivel global, también. Es más, sin estas fuentes, el crecimiento continuado, sobre el que se basa el capitalismo, no se va a poder sostener. Por ejemplo, sin crecimiento es imposible que se mantenga una economía financiera basada en el crédito, entre otras cosas porque la confianza se derrumbará.

Este derrumbe vendrá por la drástica disminución de expectativas de devolución de los créditos, pero también por la imposibilidad de mantener el complejo militar de EEUU con cada vez menos energía disponible, complejo que está en la base de su hegemonía. Es decir, que la quiebra del capitalismo global llegará en conjunción con el fin de EEUU como potencia hegemónica y la caída definitiva de la burbuja financiera. Así el elemento clave del fin del capitalismo globalizado no va a ser la contradicción capital-trabajo, sobre la que se han articulado la mayoría de movimientos sociales históricamente, sino los límites ambientales de nuestro planeta. Esto tiene implicaciones estratégicas de profundo calado. Distintas sociedades humanas ya se han enfrentado a los límites de los recursos de sus territorios. En todos los casos el final ha sido un colapso alentado por las élites gobernantes.

En este momento la situación no es distinta. Buen ejemplo de ello es la apuesta por la tecnología para «superar» la crisis ambiental, que está dilapidando los pocos recursos que quedan (energéticos, económicos…) en continuar el ritmo creciente de explotación de la naturaleza, profundizando doblemente con ello en la crisis ambiental. Sin duda este es otro tema central de discusión que Ramón nos propone: nuestro posicionamiento respecto a la tecnología.

Sin embargo, el final del capitalismo global no es el final del capitalismo. El escenario futuro más probable pasa por la emergencia de distintos capitalismos regionales crecientemente despóticos que estarán en guerra entre sí por el control de los escasos recursos. ¿Y después del 2030? Posiblemente tendremos dos grandes escenarios que convivirán: uno caracterizado por el colapso caótico, brusco y brutal; el otro por un decrecimiento justo y sostenible.

En este contexto, el panorama mundial de los movimientos sociales, hasta 2030, probablemente esté caracterizado por la incapacidad de crear alternativas reales potentes y de resistir la presión despótica de las élites. Esto se debe, entre otras cosas, a que no existe una estrategia clara ni conjunta. Una posible excepción, pero débil para el nivel de agresiones socioambientales que estamos sufriendo, es el movimiento por la justicia ambiental. ¿Tendremos capacidad de alterar esta dinámica?, ¿significa el 15-M un cambio de inflexión duradero? En este contexto intervendrán las diferencias generacionales.

Quienes están ahora al principio de la edad adulta serán quienes se lleven la mayor bofetada y tendrán que apañárselas partiendo ya de una situación de precariedad. Posiblemente habrá importantes tensiones entre quienes aún disfrutan de la época de mayor despilfarro de la historia y quienes tienen que apretarse cada vez más el cinturón. Todo ello aderezado de potentes corrientes migratorias y de un aumento de las posiciones patriarcales. Estamos en una situación revolucionaria sin sujeto revolucionario estructurado, sin capacidad de resistencia acorde con los desafíos. Esto dibuja la posibilidad del nacimiento, lo que ya es una realidad, de nuevos fascismos que dificulten aún más el desarrollo de movimientos sociales emancipadores.

Ante esto, tendremos que dilucidar dónde centrar las fuerzas, si en el tejido de semillas alternativas, o en el mantenimiento de los espacios mínimamente democráticos, lo que incluiría discutir la necesidad de la defensa del estado «democrático», con todas las contradicciones que ello conlleva. Una decisión que en cualquier caso necesitará mantener el equilibrio entre ambos aspectos, tal vez potenciando la creación de semillas.

Por ello, de cara al futuro próximo, el conflicto está servido. En el contexto de debilidad en el que estamos, igual una estrategia interesante sería una «resistencia nocturna», en la que solo enfrentemos abiertamente al poder cuando tengamos la suficiente fuerza para ello. Algo así como lo que hicieron l@s zapatistas durante 10 años antes de salir a la luz pública.

Pero… ¿cómo hacemos esto? Los escenarios futuros también abren nuevas oportunidades. Una de ellas tiene mucho que ver con este libro de Ramón: es nuestra capacidad de mirar a la cara al futuro lo que nos facilitará articular mayorías. Además, en la medida en que porcentajes mayores de la sociedad sean capaces de imaginar la catástrofe, la movilización aumentará. Mirar sin edulcoraciones al futuro motivará a evitar que ocurra.

Por otra parte, la descomposición del capitalismo global traerá asociada una incapacidad creciente de mantener las cotas de privatización que vivimos. Esto permitirá que se abran camino distintos tipos de socialización basados en lo colectivo. En este mismo sentido, en un escenario duro, la supervivencia pasará cada vez más por la capacidad de recuperación del nosotr@s frente al yo, lo que dibuja nuevas oportunidades.

Para hacer posible todo ello será imprescindible la creación de símbolos nuevos que destronen a los actuales. La construcción de estos símbolos deberá tener un fuerte anclaje emocional. De lo que se trata en definitiva es de conseguir la masa crítica para que se produzcan cambios hacia sociedades justas y sostenibles, entendiendo que los cambios suelen venir impulsados por sinergias colectivas a partir de una masa crítica. El legado político, analítico y, sobre todo, humano de Ramón, sin duda es ya un elemento que conforma esos nuevos símbolos que generarán las sinergias que necesitamos.


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