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FREIRE, Paulo (1921-1997)

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FREIRE, Paulo (1921-1997)

Nota Dom Ene 24, 2010 9:24 pm
Paulo Freire

Portada
(wikipedia | dialnet)


Introducción

Recife, 19 de septiembre de 1921 — San Pablo, 2 de mayo de 1997. Fue un educador brasileño y un influyente teórico de la educación.

Aunque nació en una familia económicamente solvente, Freire conoció la pobreza y el hambre durante la Gran Depresión de 1929, una experiencia que marcaría sus futuras preocupaciones. En 1943, se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Recife, donde también estudió, además, filosofía y psicología del lenguaje. Se incorporó en la burocracia legal, aunque después de su primer caso nunca más volvió a practicar la abogacía. Prefirió dar clases de portugués en secundaria. En 1944 se casó con Elza Maia Costa de Oliveira, profesora de primaria con la que colaboraría toda su vida.

En 1946, Freire fue nombrado Director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social en el estado de Pernambuco, del que su ciudad natal es capital. Trabajando principalmente entre pobres analfabetos, Freire empezó a adoptar un método pedaógica heteroxo, una suerte de variante de la teología de la liberación. En esa época, saber leer y escribir era un requisito para votar en las elecciones presidenciales brasileñas.

En 1961 fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife y, en 1962, tuvo una primera oportunidad para aplicar de forma integral su método, alfabetizando a trescientos trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar en tan sólo cuarenta y cinco días. Considerando los buenos resultados, el gobierno brasileño, dirigido por el izquierdista João Goulart, aprobó la creación de miles de "Círculos Culturales" en todo el país.

En 1964, el golpe de estado puso fin al proyecto: Freire fue encarcelado durante setenta días. Tras un breve exilio en Bolivia, Freire trabajó en Chile durante cinco años en el marco de la tímida reforma agraria del gobierno demócratacristiano y para la FAO.

En 1967 Freire publicó su primer libro, Educación como práctica de la libertad, y en 1968 su libro más difundido, La pedagogía del oprimido, que fue publicado en inglés y en castellano en 1970, pero entraría en Brasil hasta 1974, cuando se inició un proceso de cierta liberalización cultural.

Las premisas de esta pedagogía serían sintetizadas por Freire así: "La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación".

En 1969 la Universidad de Harvard (EE.UU.) le ofreció un puesto de profesor visitante y, tras un año allí, se trasladó a Ginebra (Suiza), donde ejerció como consultor de la UNESCO y del Consejo Mundial de las Iglesias –que tenía gran incidencia en los movimientos de liberación de África-. Fue invitado para asesorar la Reforma Educativa proyectada por Perú e inspiró el documento del Consejo Episcopal Latino Americana (CELAM) "Educación liberadora" de Medellín (1968).

Durante el curso 1970/71 realizó sus primeros viajes a África (Tanzania y Zambia). Estableció relaciones directas con el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) y con el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO). Admirador de Amílcar Cabral, "pedagogo de la revolución" (asesinado en 1973 por agentes secretos portugueses), se comprometió en 1975 a revisar y rehacer, desde la propia realidad, la campaña de alfabetización realizada en Guinea–Bissau, de cuyo trabajo queda constancia en las Cartas a Guinea-Bissau. Reafirmó la necesidad de la propia identidad cultural y lingüística en los países excolonizados. Afirmó el principio de cultivar el idioma nativo frente al lenguaje dominante y elitista. Y participó en América Central, en Nicaragua, en las campañas de alfabetización, enfrentándose siempre al problema de "releer" y reescribir" la realidad y la vida de la sociedad.

Con posterioridad, en 1985, se ha interesado por la realidad alarmante del analfabetismo en el "primer mundo" (en aquel momento, sesenta millones de analfabetos o personas funcionalmente analfabetas en Norteamérica). En 1986, recibió el premio internacional «Paz y Educación» de la UNESCO. Fue investido doctor «honoris causa» por una veintena de universidades de todo el mundo.





Ensayo (fuente | fuente)





Artículos





Sobre P. Freire (ensayos)



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Nota Mar Feb 16, 2010 3:26 am
Recursos de apoyo

    El pensamiento de Freire (vídeo de apertura en el seminario latinoamericano organizado por FLATEC y SADOP sobre "Educación popular e integración regional; vigencia y perspectivas del pensamiento de Paulo Freire", abril de 2013)


    Última entrevista (17 de abril de 1997. VO subtitulada en castellano por rizomatv)


Raúl Zibechi, en "Medio siglo de educación popular", en La Jornada, el 8 de junio de 2018, escribió:Entre las múltiples creaciones que alumbró la "revolución mundial de 1968" (concepto acuñado por Immanuel Wallerstein), la educación popular es una de las más trascendentes, ya que ha cambiado en profundidad los modos como concebimos y practicamos el acto educativo, en particular en el seno de los movimientos anti-sistémicos.

En 1967 Paulo Freire publicó su primer libro, La educación como práctica de la libertad, y en 1968 redacta el manuscrito de Pedagogía del oprimido ,que se publica en 1970. Este libro influyó sobre varias generaciones y llegó a vender la astronómica cifra de 750 mil ejemplares, algo extraordinario para un texto teórico. Desde la década de los años setenta los trabajos de Freire fueron debatidos en los movimientos, que adoptaron sus propuestas pedagógicas como forma de profundizar el trabajo político de los militantes con los pueblos oprimidos.

Una de las principales preocupaciones de Freire consistía en superar el vanguardismo imperante en esos años. Defendía la idea de que para transformar la realidad hay que trabajar con el pueblo y no para el pueblo, y que es imposible superar la deshumanización y la internalización de la opresión sólo con propaganda y discursos generales y abstractos.

De ese modo sintonizaba con los principales problemas legados por la experiencia de la Unión Soviética, pero también abordaba críticamente los métodos de trabajo de las guerrillas nacidas al influjo de la revolución cubana. Casi la totalidad de la generación de militantes de las décadas de 1960 y 1970 estábamos firmemente convencidos de representar los intereses de los sectores populares (incluyendo pueblos originarios y descendientes de esclavos arrancados de África), pero no se nos ocurría consultarlos acerca de sus intereses y menos aún sobre sus estrategias como pueblos.

Creo que la educación popular es una de las principales corrientes de pensamiento y acción emancipatoria nacidas en el entorno de la revolución de 1968. Buena parte de los movimientos tienen alguna relación con la educación popular, no sólo en sus prácticas educativas y las pedagogías que asumen, sino sobre todo en los métodos de trabajo en el seno de las organizaciones.

Freire se mostraba preocupado por transformar las relaciones de poder entre los revolucionarios y entre éstos y los pueblos (el vocablo revolución es uno de los más usados en Pedagogía del oprimido), probablemente porque estaba intentando superar los límites del proceso soviético. Sus propuestas metodológicas buscaban potenciar la autoestima de los oprimidos, jerarquizando sus saberes, que no los consideraba inferiores a los saberes académicos. Se propuso acortar las distancias y jerarquías entre los educadores-sujetos y los alumnos-objetos, con métodos de trabajo que mostraron enorme utilidad para potenciar la organización de los sectores populares.

Gracias a las formas de trabajo de la educación popular, los oprimidos pudieron identificar el lugar estructural de subordinación que los atenazaba, lo que contribuyó a la creación de las más diversas organizaciones de base en todo el continente.

En la década neoliberal de 1990, la educación popular fue tomando otros caminos. Un excelente trabajo de la socióloga brasileña Maria da Gloria Gohn destaca que se produjo un profundo viraje que llevó a la "profesionalización" de los educadores populares, se debilita la horizontalidad y se consolidan relaciones de poder entre los que enseñan y los que aprenden. Los educadores populares van dejando de lado la relación militante con sus alumnos para vincularse con la población como "grupos de beneficiarios".

La mayoría de los educadores populares trabajan para ONG (antes eran militantes organizados que, por supuesto, no recibían paga) y se difunde la idea de que "los gobiernos ya no son el enemigo, sino fomentadores de iniciativas sociales para incluir a los excluidos". En adelante, la educación popular se dirige a individuos y ya no a sujetos colectivos, las metodologías ocupan un lugar central desplazando los debates político-ideológicos y el concepto de "ciudadano" sustituye al de "clase".

Los educadores populares tienden a convertirse en auxiliares rentados de las políticas estatales cuando, señala Gohn, dejan de luchar por la igualdad y el cambio social y trabajan para "incluir, precaria y marginalmente, a los excluidos". Los posgrados ocupan el lugar que antes tenían los educadores-militantes, mientras predomina un estilo que deja de lado la organización para la lucha, para adoptar la agenda de las financiadoras internacionales interesadas en proyectos para "aprender a insertarse en una economía desregulada y en un mercado de trabajo sin derechos sociales".

Es evidente que no todos los educadores populares tomaron este camino. Aunque un sector mayoritario se ha incorporado a los ministerios de Desarrollo Social durante los gobiernos progresistas, aún con críticas e insatisfacciones, el sector más activo y rebelde trabaja junto a los nuevos movimientos, a las fábricas recuperadas y los campesinos sin tierra, y dedican tiempo y esfuerzos para la formación con sectores populares rurales y urbanos.

Una porción considerable de la nueva generación de educadores populares (sin título y sin nombre) se dedica a aprender los saberes populares en sus territorios, no para codificarlos ni usarlos con fines propios sino para potenciar la organización de los de abajo. El historiador chileno Gabriel Salazar sostiene que los sectores populares se educan a sí mismos, en sus espacios y en base a sus cosmovisiones. "El objetivo de la autoeducación popular es crear poder", sostiene.

Los caminos se bifurcaron, como suele suceder en todos los procesos emancipatorios. Lo importante es que la educación popular está viva, que viene mutando desde que emergen nuevos sujetos colectivos y que tiene la capacidad de incorporar saberes de los pueblos. Una parte de los educadores decidió que la pedagogía crítica consiste en bajar y no subir.


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