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AUGÉ, Marc (1935-2023)

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AUGÉ, Marc (1935-2023)

Nota Mar Oct 20, 2009 3:32 am
Marc Augé

Portada
(wikipedia | dialnet)


Introducción

Marc Augé (Poitiers, Francia, 1935) es profesor de antropología y etnología de la prestigiosa Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales de París, de la que fue director entre 1985 y 1995.

Hasta 1970 trabajó durante muchos años como Director del ORSTOM, Instituto de Investigación Científica de Francia para el Desarrollo Cooperativo, y en nombre del Instituto supervisó varias misiones en África, particularmente en Costa de Marfil y en Togo. Fue de hecho en África donde Augé dirigió sus primeros trabajos de campo.

A partir de mediados de 1980, Marc Augé diversificó significativamente su campo de observación. En esa época, visitó Latinoamérica con cierta frecuencia y trabajó algo más cerca de París.

Augé, evolucionado desde la etnología, ocupa en la actualidad un lugar destacado en la cultura internacional como antropólogo social y cultural, y es ampliamente conocido su papel como teórico de los no-lugares. Marc Augé acuñó la frase "no-lugar" para referirse a los lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como "lugares". Ejemplos serían una autopista, una habitación de hotel, un aeropuerto o un supermercado.

Entre sus numerosos libros publicados, podemos destacar los siguientes títulos, traducidos al castellano: Un etnólogo en el metro (1986), Los no lugares. Espacios del anonimato (1993), Hacia una antropología de los mundos contemporáneos (1994), El viaje imposible: el turismo y sus imágenes (1997), El sentido de los otros (1998) o Paseando la antropología por la sobremodernidad (2003).

Marc Augé defiende que en la actualidad existe una ideología de la globalidad sin fronteras que se manifiesta a través de tres fenómenos estrechamente relacionados: primero, la mundialización, que ella misma reenvía a dos órdenes de la realidad como son la globalización y la consciencia planetaria; segundo, la mediatización, que corresponde a la multiplicación de imágenes y mensajes; y tercero, por fin, la urbanización: el mundo se vuelve una ciudad al mismo tiempo que la gran ciudad se vuelve un mundo; el mundo-ciudad, a juicio de Augé, es el mundo de la uniformización, de las redes de comunicación y circulación, pero la realidad de la gran ciudad, de la ciudad-mundo, relativiza o desmiente las ilusiones del mundo-ciudad. Así, Marc Augé examinará las contradicciones a las cuales nos confronta el espectáculo del mundo globalizado.





Bibliografía compilada (fuente | fuente)





Ensayo



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Nota Mar Oct 20, 2009 3:32 am
Recursos de apoyo

    Diálogos transatlánticos: Marc Augé (Canal Encuentro, 8 de noviembre de 2016)

Nota Mar Nov 24, 2009 4:26 am
Núria Navarro, en entrevista con Marc Augé, con el título "Vamos hacia una aristocracia planetaria", en El Periódico, el 3 de octubre de 2008, escribió:El teórico de los no lugares, los espacios sin historia de la posmodernidad, sostiene que los individuos y las ciudades se proyectan cada vez más fuera de sí.

--Aeropuertos, centros comerciales, parques temáticos, multicines.
--No lugares. A principios de la década de los 90 definí no lugar como el espacio donde no se pueden leer relaciones sociales, donde no hay un pasado común entre los que lo frecuentan. Sin embargo, hoy ya no se puede hablar de un no lugar puro.

--¿Qué ha pasado?
--Daré un pequeño rodeo. En la antigua Grecia, la casa era un templo. El interior estaba representado por Hestia, la mujer, la sombra, la que controla la vida y la muerte; mientras que la entrada estaba simbolizada por Hermes, el hombre, el que sale a cazar, a comerciar, a participar en la vida pública. Cada uno estaba en su lugar. Pero ¿qué hay hoy en el centro del hogar? El televisor o el ordenador.

--Pantallas.
--Pantallas. Lo que importa es la relación con el exterior. ¡Hermes ha ocupado el lugar de Hestia!

--¿Cómo interpreta la subversión?
--Los ciudadanos y las ciudades existen en función de su relación con aquello que les permite salir de sí mismos. Por eso la dependencia de la ciudad con el aeropuerto está inscrita en el paisaje. ¿Y qué me dice del papel de la arquitectura? Las ciudades contratan a grandes nombres para demostrar que están situadas en la escala planetaria.

--Siga dibujando el panorama.
--Solo hay que bajar al metro para darse cuenta de que los jóvenes es- tán conectados a pantallas o reproductores de música. Están fuera de donde están. Y eso es peligroso.

--¿Muy peligroso?
--Es la democratización de la esquizofrenia. Se corre el riesgo de que, a base de estar en todas partes, no se esté en ninguna. También puede desencadenar reacciones de afirmación identitaria o religiosa, individuales o colectivas.

--¿Desaconseja, pues, la afirmación identitaria de Catalunya?
--Catalunya es el ideal de ciertos dirigentes europeos partidarios de la Europa de las regiones. Pero no estoy seguro de que ese modelo sea el deseable. Lo ideal sería una federación de estados-nación, difícil de construir pero muy original.

--Quizá el mundo entero sea ya un no lugar.
--Así es. Con el desarrollo de los espacios de comunicación y de circulación, el planeta entero es la referencia. Parecería como si evolucionáramos hacia una sociedad planetaria, pero no es hacia donde vamos...

--¿Hacia dónde vamos, profesor?
--Hacia una aristocracia planetaria. Habrá polos donde se concentrarán la ciencia, el poder y el capital; y la diferencia entre los que tendrán acceso al conocimiento y los que no lo tendrán crecerá más deprisa que la diferencia entre ricos y pobres.

--Cite a uno de los aristócratas.
--Estados Unidos. Su presupuesto para investigación es superior a la suma de todos los presupuestos de todas las universidades europeas.

--Ya. ¿Y qué será del resto?
--Habrá una inmensa masa de consumidores pasivos de imágenes y de mensajes. Aun cuando ellos crean poder expresar su opinión en internet, no contarán para nada, porque su opinión no descansará en el verdadero conocimiento, sino en la repetición de lo que se dice por ahí. Es la ilusión de libertad, cosa que interesa a la aristocracia planetaria.

--¿Le interesa una masa atrapada en la ilusión de libertad?
--No le conviene que esté organizada en fuerza política. Y luego está el tercer peldaño del sistema, formado por los que ni siquiera tienen acceso al consumo.

--¿Se suma a los apocalípticos?
--No. No creo en el apocalipsis, pero sí en la catástrofe. La historia está llena de momentos de hundimiento y de violencia. El problema es que hoy tenemos conciencia de todo lo que pasa. Lo interiorizamos todo. Pero el sistema, pese a todo, seguirá funcionando.

--Tranquilizador.
--Lo que ha desencadenado la crisis actual no se funda en la desaparición de las materias primas, sino en imprudencias en la gestión del dinero. Se hundirán empresas y habrá países que sufran, pero nos situaremos en otro orden de cosas. La crisis, por otra parte, no es una novedad. Quizá lo sea para la clase media, temerosa de empobrecerse, pero hay gente que ya venía sufriendo la deslocalización y el paro.

--Usted que interpreta ciudades, ¿qué opina de Barcelona?
--Le diré lo que opina el arquitecto holandés Rem Koolhaas. Él sostiene que Barcelona es quizá la primera ciudad histórica que se ha convertido en una ciudad genérica.

--Alto. ¿Eso es bueno o es malo?
--La ciudad genérica es la ciudad moderna y tropical que se parece a un aeropuerto. Se ha vuelto transparente, como un logo, y su centro histórico se ha convertido en un lugar de espectáculo.

Nota Mié Ago 25, 2010 11:50 am
Simone Verde, en entrevista con Marc Augé, con el título "La mujer, una mercancía como otra cualquiera", en Il Manifesto, el 3 de noviembre de 2007, traducida para Sin Permiso el 4 de noviembre de 2007, escribió:
    Para el antropólogo francés Marc Augé "la prostitución desvela la verdadera faz del utilitarismo capitalista". Y el espectacular incremento del número de prostitutas en los últimos tres lustros "es hijo de la globalización". Le entrevistó para Il Manifesto Simone Verde.

Marc Augé, antropólogo francés, autor de la fórmula "no-lugar", que tanto éxito ha tenido a la hora de representar y aclarar algunas dinámicas de la sociedad contemporánea. Preguntado por las formas de explotación que hoy afectan a 500 mil personas en toda Europa (a más de 30.000 en Italia), lanza su acusación: "El tráfico de esclavos del tercer mundo es el producto de nuestras sociedades. Se alimenta de necesidades consubstanciales con el actual sistema económico en el que todo, también los seres humanos, se reduce ya a mercancía".


¿Por qué, tras años de disminución, en los últimos tres lustros ha crecido de manera exponencial el número de prostitutas?

Se trata de unos de los sesgos negativos de una globalización en la que todo se convierte en objeto de comercio. También la vida humana. Es un fenómeno que se da en ambos sentidos: a través de la importación de esclavas que se venden en las aceras de nuestras calles, pero también, gracias al turismo sexual, en países en los que la pobreza es tan grande, que fuerza a muchas mujeres a poner el propio cuerpo en almoneda. Un fenómeno que se ha desarrollado incluso en concomitancia con la ampliación de las economías nacionales y de los mercados.


Así pues, ¿la prostitución como el negativo de nuestro sistema económico y social?

La prostitución es un fenómeno extremo, y precisamente por eso permite reconocer más fácilmente las estructuras sociales dominantes. En el caso de la Europa de hoy, refleja de manera particularmente explícita y clara la cultura netamente utilitarista y comercial del capitalismo. Un cultura en la que todo, hasta la existencia individual misma, se convierte en instrumento de satisfacción del consumo. Una cultura que teoriza la libre circulación de las mercancías, obligando así a las personas que quieren llegar a Occidente a transformarse en bienes de consumo.


Con todo, las nuestras son sociedades en las que hay una relativa libertad sexual.

Es verdad, pero la ilusión de una transformación antropológica, característica de los Sesenta, era eso, una ilusión. Desaparecida, por ejemplo, la perspectiva de una paridad completa hombre-mujer, determinados modelos ancestrales han reaparecido con todas su raíces intactas. Razón por la cual muchos clientes sostienen que andar con prostitutas les permite hacer con ellas cosas que no pueden hacer con sus mujeres. Con la diferencia de que, hoy, aquellas pulsiones ancestrales asumen características típicas de nuestro tiempo, y se expresan en relaciones troqueladas por el sistema en que vivimos. La cultura consumista, por ejemplo, estimula la prostitución llenando nuestra vida cotidiana con un sinnúmero de imágenes eróticas, a fin de generar nuevas necesidades, nuevas exigencias y nuevas tajadas de mercado.


En un reciente estudio francés aparece una elevadísima tasa de violencia de los clientes sobre las prostitutas.

Se trata de un fenómeno muy complejo, en el que entran en juego los clásicos mecanismos de dominación machista. En el caso específico, el hecho de que estas mujeres no sean prostitutas, sino verdaderas esclavas, personas que no han elegido desarrollar esa actividad, sino a las que se les ha impuesto por la fuerza, las hace todavía más atractivas para un cierto sadismo que se nutre de la imagen del blanco dominante que maltrata a la mujer, ser más débil, y encima, perteneciente a poblaciones consideradas inferiores. Tal es el esquema, alimentado y difundido por los medios de comunicación y por la naturaleza archicomercial del actual capitalismo. Razón por la cual, hoy, las prostitutas no son ya seres humanos, sino objetos de usar y tirar, una vez usados.


¿Cómo analiza usted el fenómeno fuera de los grandes centros habitados, en el campo o en los centros provinciales?

Es una prueba más de un tipo de globalización consistente en someter el territorio a las exigencias del consumo. Un fenómeno que coincide con las desaparición, cada vez más clara, de la distinción entre campo y ciudad. Para darse cuenta de eso, basta viajar: no existen ya oasis o discontinuidades en la explotación del territorio. Las prostitutas-esclavas no son una excepción; están disponibles por doquier.

Nota Mié Ago 25, 2010 12:03 pm
Gerardo Pedrós, en "Reseña de Elogio de la bicicleta, de Marc Augé, en Otra Córdoba es Posible, el 11 de abril de 2010, escribió:Portada

El libro podría resumirse en un recorrido sobre el uso de la bicicleta que nos lleva del mito a la utopía. Del mito de las grandes gestas de Coppi y Bahamontes vividas en la infancia y adolescencia de Marc Augé (se pronuncia "Oyé") al futuro de convertir la bicicleta en el objeto que aliado con el transporte público nos lleve a una nueva forma de utopía la del triunfo de la movilidad sostenible.

Nadie puede hablar del mito de la bicicleta sin hablar de sí mismo. La bici forma parte de la historia de cada uno de nosotros, gracias a ella todos hemos descubierto nuestro propio cuerpo, nuestras capacidades físicas y la libertad a que está ligada.

Motivación. Parece que parte de la motivación de Marc Augé para escribir este libro viene de los sistemas de bicicletas públicas que se están implantando en dos de las ciudades más congestionadas por el tránsito de automóviles: Lyon y Paris. También conoce bien el sistema de Barcelona, el bicing. Para Augé, esta simiente de bicis públicas está empezando a socializar las calles, a reconstruir lugares de vida y a soñar la ciudad.

Esas bicicletas situadas en las calles de Paris le hacen "soñar con una suerte de comunismo urbano para jinetes de la bicicleta. Soñar con una ciudad en la cual todos pudieran tomar, a su gusto, cualquier bicicleta en la calle, dejarla en cualquier parte y, poco después, tomar otra".

No faltan en el prólogo referencias a lo que le ha convertido en un intelectual de referencia con sus disecciones en el campo de la sociología del mundo contemporáneo. Su alusión a los parques naturales como "cliché de la naturaleza acondicionada" o los parques de diversiones como "simulacros de la naturaleza imaginada" con sus cataratas y rápidos que imitan la naturaleza. Frente a los espacios ficticios "el milagro del ciclismo devuelve a la ciudad su carácter de tierra de aventura o al menos de travesía".

Modelo de movilidad imperante en muchos lugares. La distancia cada vez mayor entre el lugar donde uno vive y el lugar donde trabaja y la utilización del automóvil han confinado la bicicleta al terreno del deporte y del tiempo libre. También la falta de accesibilidad pues hay sitios muy cercanos que debido al diseño pensado únicamente para el cochista impiden la comunicación peatonal y bicicletera aunque las distancias sean relativamente cortas.

Aprovecha Augé también para hacer una reflexión sobre la distancia que han puesto los móviles en las relaciones cara a cara. Antes salías del cine o de una conferencia y la gente comentaba las actividades, ahora lo primero a la salida es mandar mensajitos o verificar las llamadas perdidas y contestarlas. Plantea Augé que las bicicletas pueden volver a ser catalizadoras de conversaciones sin TICs por medio.

"Los conversos recientes del ciclismo hablan entre sí (sobre el itinerario, sobre el paisaje o del tiempo) o se desplazan juntos en silencio, pero casi nunca usan el móvil. Ves a personas sentadas en la misma mesa en la terraza de un café pero manteniendo largas conversaciones con interlocutores ausentes".

"La Bicicleta es mítica, épica y utópica. La Bicicleta llega a ser, así, el símbolo de un futuro ecológico para la ciudad del mañana y de una utopía urbana que terminará reconciliando a la ciudad consigo misma, pero la utopía necesita un poco de fe".

Análisis sociológico del Tour. La extensión del doping en el Tour de Francia ha acabado con los héroes míticos. "El espectáculo del Tour se ha laicizado, pero sería más apropiado decir que se ha medicalizado. La imagen del héroe en el Tour ha desaparecido pues ya se penetra en la intimidad del ciclista". La exigencia de las muestras de flujos corporales supone una intrusión que vulnera su identidad en el momento del control médico cuando se le exige una muestra de sangre o de orina.

    - Segunda parte de este artículo aquí.

Nota Vie Ene 14, 2011 12:56 pm
Actualizado.


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