Tengo el libro en papel está muy documentado y tiene una lóguica interna irrefutable, al menos mientras analiza todo el periodo de la guerra, sus antecedentes y la farza del los juicios a los nazis. su observaciones posteriores están muy ligadas a la "coexistencia pacifica" pero no deja de ser una excelente obra.
En uno de sus pasajes hace referencia a la misión en Alemania del diseñado de aviones Yakolev encargada por Stalin aprovechando el Pacto Molotov-Ribentrop. Citando las memorias del diseñador de aviones expone que Stalin dijo a Yakolev: “Organice el estudio de los aviones alemanes por nuestros hombres. Compárelos con los nuevos que tenemos y Aprendan a batirlos”.
Pude confirmar esto en una traducción de estas memorias y se destacan pasajes como estos:
Tras el pacto de no agresión se concluyó también un convenio económico por el cual la Unión Soviética se comprometía a suministrar algunos tipos de materias primas a Alemania a cambio de máquinas y equipos alemanes, incluyendo aviones.
Para realizar este convenio marchó a Alemania una delegación comercial encabezada por I. Tevosián. Formá¬bamos el grupo de aviación de la delegación A. Gúsev (dirigente), I. Petrov, N. Polikárpov, V. Kuznetsov, P. Dementiev y yo, así como varios ingenieros de distintas especialidades. La misión del grupo era conocer la técnica de aviación alemana y seleccionar lo más interesante para adquirirlo.
Así, pues, poco antes de la guerra tuve ocasión de visi¬tar Alemania. Y aunque nuestros países habían concluido un tratado de no agresión, todos sabíamos que el fascismo es el fascismo y que tarde o temprano tendríamos que guerrear con los fascistas.
En uno de los primeros días de nuestra estancia en Berlín nos recibió el general coronel Udet, adjunto de Hermann Góering, que era a la sazón ministro de Avia¬ción. El general Udet tenía a su cargo toda la sección téc¬nica del Ministerio de Aviación y estaba ligado muy estre¬chamente a los industriales del ramo: Messerschmitt, Dor¬nier, Heinkel y otros. Su cargo tenía un nombre altiso¬nante: General-feldzeichmeister.
Udet me causó desde el primer encuentro buena impre¬sión: era un hombre de mediana estatura, macizo, rostro franco y agradable y vivo en el trato. Declaró sin circun¬loquios que por indicación de Góering nos enseñaría todos los aviones, motores e instalaciones de las Fuerzas Aéreas alemanas.
Para comenzar nos ofreció una exhibición de la técnica alemana en tierra y en vuelo, en el aeródromo Iohanish¬tal, cerca de Berlín. Luego recorreríamos las fábricas de aviación de Junkers, Heinkel, Messerschmitt, Focke-Wulf y Dornier; allí nos veríamos con los diseñadores, elegiríamos lo que quisiéramos adquirir y luego volveríamos a entrevístarnos para las negociaciones definitivas. Este programa no encontró objeciones por nuestra parte y al día siguiente tuvo lugar la exhibición en Iohanishtal.
Luego comenzamos la revista de los aviones expuestos. Nos dijeron sus datos tácticos y de vuelo, las particulari¬dades del armamento y de las instalaciones. Terminada la revista, los aviones se elevaron uno tras otro con un 'inter¬valo de uno o dos minutos, pasaron sobre nuestras cabezas en vuelo rasante y tomaron tierra en el mismo orden.
Volvimos al Adlon bajo la fuerte impresión de lo visto. Pero a nuestro general Gúsev le asaltaban las dudas: ¿nos mostraban los alemanes el verdadero nivel de la técnica aviadora de guerra? "Seguro que nos tienen por tontos y nos han enseñado aviones de los viejos y no de los moder¬nos", decía.
Debo confesar que a mi también me tenia confuso la franqueza con que nos habían mostrado la esfera más secreta del armamento. ¿Sería verdad que querían dárnosla con queso, que querían hacer pasar gato por liebre, inten¬tando vendernos tipos anticuados de aviones? Sin embar¬go, después de una seria reflexión resolvimos no precipitadnos por el momento a hacer una conclusión definitiva y vi¬sitar las fábricas. Allí se verían mejor las cosas.
Y, en efecto, el viaje por las fábricas contribuyó sobre¬manera a desvanecer nuestras dudas. La producción en serie de aviones y motores y el carácter del pertrechamien¬to tecnológico de las naves fabriles denotaban con bastante persuasión que lo que se nos había mostrado en Iohanish¬tal era la base del arsenal técnico de la Luftwaffe, fuerzas aéreas de la Alemania hitleriana. Sin embargo, varios com¬ponentes de nuestra comisión sostenían un parecer contra¬rio y nos repetían machaconamente: "Son trastos viejos. La técnica moderna, la verdadera, la ocultan. Aquí no hay nada que comprar".
De regreso a Berlín, como se nos había prometido, nos recibió de nuevo Udet. Sin embargo, su actitud cambió en redondo cuando nuestro superior, el general Gúsev, declaró con bastante poco tacto que los aviones mostrados habían envejecido, no tenían interés para nosotros y que queríamos ver la técnica del día.
Udet estalló:
- Soy oficial y respondo de mis palabras. Les hemos enseñado todo y si no les gusta no compren. No insistimos, eso es cosa de ustedes.
Y así volvimos a Moscú.
Al informar del viaje en el Comité Central yo no oculte mis dudas iníciales, pero dije que en definitivas cuentas, después de visitar las fábricas, llegue a la conclusión de que habíamos visto la base del armamento de las fuerzas aéreas alemanas. Indudablemente los alemanes tenían cier¬tos trabajos experimentales sin terminar en las oficinas de proyección, pero lo que nos habían mostrado no eran tras¬tos viejos.
Y, para terminar, quiero volver a hablar de Udet.
Pasado año y medio estalló la guerra contra la Unión Soviética y cuando la aviación hitleriana empezó a ser de¬rrotada por los pilotos soviéticos los hitlerianos achacaron a Udet la culpa de estos reveses. Le acusaron de haber de¬latado a los soviéticos, es decir, a nuestra delegación, todos los secretos de la Luftwaffe. A comienzos del año 1942 se recibieron noticias en Moscú de que "el general coronel Udet había sucumbido durante las pruebas de nuevo arma¬mento".
(…)
En marzo de 1940 se decidió enviar a Alemania otra comisión para seleccionar definitivamente y comprar material alemán. De nuevo designaron jefe de la comisión a I. Tevosián. Al discutirse en el Gobierno la composición de la comisión, me nombraron a mi dirigente del grupo de aviación, aunque no figuraba en la lista presentada por Te¬vosián. Así, pues, de un modo completamente inesperado, literalmente dos días antes de la partida me entere de que iba de nuevo a Berlín.
Me llamaron al Kremlin.
Cuando me presente, Stalin se paseaba por el despacho pensativo dando chupadas a la pipa. Me sentó a su lado en el diván y me explicó la tarea que se encomendaba a la comisión. Consistía en comprar a Alemania en el plazo más corto posible el material de avia¬ción que fuese más interesante para nosotros, tanto para confrontar el nivel de nuestros aviones con el alemán, como para estudiar las novedades técnicas en el terreno de la aviación en general.
Resumiendo, el segundo viaje a Alemania fue tan interesante y provechoso como el primero y tal vez aún más, pues, si el primero revistió carácter informativo, este fue más práctico: seleccionamos y compramos el material de aviación que nos interesaba.
El mismo día que regrese de Alemania a Moscú, por la noche fui llamado a presencia de Stalin. Con el estaban Mólotov, Mikoyán, Malenkov y Shajurin.
Conversamos larga y detalladamente, primero en el despacho del Kremlin y luego durante la cena en el domicilio de Stalin.
Stalin se interesaba por todo: si no nos vendían los ale¬manes trastos viejos, si tenían bombarderos pesados, que cazas eran mejores: los alemanes o los ingleses, cómo estaba organizada la industria de aviación, que relaciones existían entre la Luftwaffe y la industria alemana, etc.
Como es natural, lo que más interesaba a mis interlo¬cutores era si efectivamente los alemanes nos habían enseñado y vendido todo lo que tenían en su arsenal, si no habían engañado a nuestra comisión endilgándonos su mate¬rial aeronáutico anticuado.
Dije que nuestra comisión abrigaba estas dudas, sobre todo durante el primer viaje, pero que ahora no había discrepancias al respecto. Estábamos seguros de que el mate¬rial seleccionado por nosotros correspondía al nivel moder¬no del desarrollo de la aviación alemana.
Stalin me propuso que presentase un minucioso informe sobre los resultados del viaje, cosa que hice.
Hay una verción de estas memorias aquí:
http://www.rkka.es/Otros_articulos/09_Y ... kovlev.htmY una interezante foto que acompaña al libro donde se vé una nota de Stalin ya en 1939 apurando a sus diceñadores de aviones de combate. Aquí:
http://www.rkka.es/Otros_articulos/09_Y ... images.htmjunto con las memorias (originales, no las manipuladas) de Zukov es una obra que complementan muy bien este libro.
Gracias por el trabajo bolchevique_alzado