Mandel no está de acuerdo con la forma “filosófica” de explicar la evolución intelectual de Marx (y Engels) de Althusser, así que promete otra, supuestamente más fiel al marxismo-leninismo o al historicismo marxista.
El planteamiento de Mandel tiene la ventaja del “naturalismo”, es decir, no se requieren categorías especiales, ni un trabajo de preparación escolástico del público. Contra esta “naturalidad” y “espontaneidad” del aprendizaje del marxismo se yergue Althusser. Pero lo mejor es leer al propio Althusser, para conocer cuáles son las razones para que desconfíe de tanta “buena fe” y clasismo interpretativo de que presume Mandel. Es bueno conocer a Althusser y su exigencia de preparación intelectual, no tanto para “revisar” el marxismo como para “situarlo” en su contexto histórico y político. En ese sentido, Mandel dice que Althusser “corrige” a Marx y, ¿si así fuera? Dónde estaría el problema. Althusser corrige a Marx, pero lo invalida o desvirtúa, ¿lo ningunea? No, hace otra lectura del marxismo, que no será ni la primera ni la última, ¡en cambio, Mandel y la pandilla de académicos radicales que lo secundan sí que están por una lectura “definitiva” de Marx! Luego, lo colocaremos en una vitrina y haremos que pasen los estudiantes para admirarlo, tras lo cual nos quedaremos con aquellos que aprendan y razonen mejor “nuestra” interpretación del marxismo (1). Es una disputa muy larga, que envuelve a la Academia y no tendrá fin, por eso no se puede ser tan ingenuo y pedir una lectura tan “inocente” de la obra de Marx y del marxismo teórico… Por eso, creo que volver a la división entre “ciencia burguesa” y “ciencia obrera” no estaría de más, aunque Althusser tuviera reparos a hacerla, y aunque Ernest Mandel pase por encima de esa división con suma delicadeza (Mandel tontea y flirtea con el pensamiento “juvenil” marxista, y con todos los que, de alguna manera, lo secundaron, antes de caer en la “degeneración” del stalinismo, como Georg Lukàcs (2)).
“La formación del pensamiento económico de Marx” me ha recordado una cosa que yo traje aquí criticando a Heinz Dietterich. La vuelvo a colgar, de Dietterich se habló en la sesiones de trabajo del IX Congreso del PCPE, en particular un camarada proveniente de Alemania nos ilustró sobre el socialismo de este personaje, que despierta tantas pasiones admirativas en Euskalherria, aunque quedó por señalar en el Congreso la labor de la chileno-cubana Marta Harnecker haciendo y deshaciendo sobre el socialismo en el mismo sentido (3), sobe el trotskismo cubano me parece magnífico lo que en este mismo sitio web se ha dicho (---). Es conocido el eclecticismo de la isla en todo lo que se refiere al trato con el mundo exterior que, en mi opinión, es un resabio de la época soviética. Dicho de otra forma, en principio no tiran nada (porque no están como para andar tirando nada), pero van colocando diversos filtros en la sociedad y la cultura cubana, ¡aún así los boquetes son proverbiales! Tampoco se puede hablar de una lucha de líneas en el interior del Partido y de la sociedad cubana, como se ha hablado en otros Partidos y en otros países (4). El socialismo cubano es eso, socialismo “científico” cubano, marxista-leninista y rabiosamente apegado a las condiciones y padecimientos de los países del Tercer Mundo (subdesarrollados o como se les quiera llamar). Si Cuba se levanta, es todo el Mundo el que se levanta con ella.
Un aparte en el debate Mandel-Althusser (la IV Internacional y la III Internacional, en definitiva) merece la cuestión de la ley del valor o, como lo llama Mandel, la teoría del valor-trabajo. Personalmente, estoy de acuerdo “en líneas generales” con lo que dice Mandel referido a esto en “El pensamiento económico de Marx” (entre otras cosas, porque, en “líneas generales”, estoy de acuerdo con casi todo lo que hay pone al tratarse de un planteamiento “ortodoxo” deudo de lo que antes dijo Lenin sobre el marxismo, ¡y no Trotsky!).
La polémica no la plantea ahí abiertamente Mandel porque, ya digo, hace un planteamiento ortodoxo. La polémica la plantea en su “pero” a Althusser. Resumiendo, la “ley del valor” es un invento de Stalin, la teoría del valor-trabajo es válida pero sólo aplicable en condiciones de explotación capitalistas.
El marxismo ortodoxo de Mandel (tamizado al gusto de Trotsky (5)) le lleva a negar la ley del valor y la explotación de la plusvalía en la sociedad socialista. ¡Ni siquiera el Che Guevara llegaba tan lejos! Una cosa es que el Che denunciara la introducción de “relaciones capitalistas” entre las empresas estatales en la URSS, después de las reformas de Jruschov, y otra cosa es que negara la vigencia de la ley del valor bajo el socialismo. El socialismo es una etapa de transición al comunismo (y, en esto, podríamos entretenernos discutiendo qué entendemos por transición), dicho de otra forma igualmente correcta, el socialismo es la primera etapa del comunismo (sabemos lo mal que les sienta a los trotskismo el etapismo, ¡pregunten a cualquier científico natural si hay etapas o no en la Naturaleza!). Por qué el Che critica la introducción de métodos y estrategias capitalistas en la gestión de la economía soviética, para decirlo con mucha suavidad, porque el Che es un voluntarista (no confundir con el aventurerismo, porque de aventurero de la política el Che no tenía nada), el Che dice, hablando coloquialmente, “Hostia, si metemos los métodos de trabajo en economía de los soviéticos aquí se reintroduce el capitalismo en cuestión de días (6)”… Porque Cuba atravesaba una etapa histórica radicalmente distinta a la etapa del nacimiento y formación de la URSS, el Che lo dice con claridad, no se pueden permitir una NEP como se permitieron al comienzo en la Rusia soviética (todo esto lo dice el Che a propósito del famoso debate que se desarrolló en Cuba sobre el cálculo económico, al cual asistieron Mandel y Bettelheim).
¿Queda claro que bajo el socialismo no se anula la ley del valor, sino bajo el comunismo, bajo la etapa final del socialismo? Los socialistas científicos, los comunistas partidistas, no nos rebelamos contra la mercancía o, para ser más exactos, no nos rebelamos contra el trabajo individual, ese trabajo genera un valor, para ser más exactos, un plusvalor, que a algún lugar tiene que ir a parar, ¿a cuál? Al Estado. ¿Entonces, contra quién nos rebelamos los socialistas y comunistas de partido? ¡Contra el Estado! El Estado es algo más que la cobertura de las relaciones económicas (eso lo dice bien Mandel), el Estado es el factor productivo indispensable, que interviene directa o indirectamente en la producción, son los recursos financieros, es la técnica, es la propiedad del suelo, etc., etc. Cuando los comunistas nos enfrentamos al Estado, en primer lugar, pedimos la abolición del Estado capitalista por sustitución o supresión (¡por destrucción!), acto seguido, pedimos la superación y extinción del nuevo Estado que viene a ocupar su lugar, el Estado socialista o Estado obrero. Pero, ¿cómo superaremos el Estado obrero?, ¿desprendiéndonos sin más de él, obviándolo? No, aprovechándonos de él, del Estado obrero, no del Estado burgués, del Estado que ha sido sometido a la revolución proletaria, y que ha sido reorganizado y democratizado de abajo a arriba. El comunismo científico, el comunismo marxista-leninista o como se le quiera llamar, utiliza al Estado obrero para llegar al comunismo y, en primer lugar, para luchar contra el capitalismo y contra las formas políticas engendradas por él (los Estados imperialistas). Por eso, la consigna “socialismo en un solo país” fue crucial para la supervivencia del socialismo en la URSS, a pesar de los agresores capitalistas y de los quintacolumnistas (en sentido estricto) que anidaban en la sociedad soviética. Y por eso es crucial el destino y la suerte de la Cuba socialista, no sólo para el pueblo cubano en diáspora por el mundo, sino para todos los pueblos que aspiran al desarrollo en todos los sentidos, y para la Humanidad en su conjunto.
Pero reconociendo el papel de la ley del valor en el socialismo no hemos agotado toda la polémica entre Althusser y Mandel (cómo podríamos). Mandel se escandaliza de que Stalin/Althusser prolonguen la ley del valor más allá, o más acá, del capitalismo. De todas formas, el mismo Mandel tiene que reconocer que la mercancía existe antes y después del capitalismo, aunque como realidad marginal, objeta. Y como realidad marginal, cómo debería ser suprimida, o cómo debería ser valorada y analiza en la (r)evolución de la sociedad. Pero empecemos por una cosa que me interesa más, ¿existe la mercancía sin capitalismo? Responder a esta pregunta va a desvelarnos muchos entresijos del materialismo histórico.
Mandel no da puntada sin hilo y, literalmente, viendo que le sobra el tiempo, se mete en todos los lodazales, y hay uno que es especialmente revelador para la concepción del materialismo histórico, se trata del modo de producción asiático. El debate en torno a este tipo del modo de producción trae de cabeza a historiadores y antropólogos desde los años 60, sino es desde antes, podríamos decir que es uno de los debates-fetiche del campo del materialismo histórico, y uno de los objetos donde esta teoría ha chocado poniendo en peligro a toda la nave, provoca lo que se dio en llamar la “crisis de las investigaciones materialistas” de los 70. En este debate, Mandel polemiza con otro de los “estructuralistas marxistas”, en este caso con Godelier. A Godelier primero le acusa de infravalorar este modelo productivo en beneficio de los cuatro que hicieron fortuna (comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo y capitalismo), luego le acusa de anacronismo al no colocar “cronológicamente” el modo de producción asiático entre los otros cuatro. Por nuestra parte (VILLAVERDE COMUNISTA), lo que podemos decir es que, en primer lugar, el antropólogo Maurice Godelier lo que hace es avisar acerca de las fórmulas teóricas cerradas (esquemáticas), en segundo lugar, ubica “periódicamente” al modo de producción asiático entre la comunidad primitiva y el esclavismo, y señala algo más que Mandel no señala después de haber leído “El origen de la familia” de Engels, Godelier señala un “modo de producción antiguo” que se produciría periódicamente a la par que el asiático… Es decir, en Europa no conocimos jamás el modo de producción asiático, propio de los imperios orientales, porque aquí lo que se desarrolló fue el modo de producción antiguo… ¿Qué entendemos por el modo de producción antiguo? Una forma de intercambio socio-económico que presupone y potencia la vida urbana. Dicho de otra forma, la apropiación del valor del trabajo, procedente de la explotación agropecuaria, se está administrando de dos formas distintas en un tiempo histórico similar, en un caso es a través del sedentarismo y la combinación de la propiedad comunal y la propiedad privada en torno a las primeras ciudades, en otro caso es en torno a la construcción de obras fluviales y la apropiación del suelo por ciudades-estado que se constituyen en imperios mediante su expansión militar.
De manera que la ley del valor funcionaba con anterioridad al capitalismo, aunque podamos conceder a Mandel que su funcionamiento era más reducido, y que sólo alcanza su apogeo y expansión privatizadora con el capitalismo. Porque, abundando más en el tratamiento que da a la ley del valor, parecería que la marcha de la Humanidad fuera ineluctable hacia el socialismo y, luego, hacía el comunismo, en virtud del desarrollo de las fuerzas productivas y, paralelamente, de la lucha de clases, pero, en cambio, lo que vemos, es que una y otra vez el propio modo de producción (los capitalistas) se las ve y se las desea para volver al modelo productivo sobre sí mismo y regenerar las condiciones de su propia supervivencia, es decir, explotación, subdesarrollo y competencia individualista, (uno de los debates maniqueos de la IV Internacional sería: ¿ha alcanzado ya el modo de producción un grado suficiente de destrucción de las fuerzas productivas para caminar hacia el socialismo o, estamos lo suficientemente jodidos como para gritar que lo que queremos es libertad?, es el famoso programa de transición).
Por lo tanto, Althusser corrige a Marx, Stalin corrige a Engels, Mao corrige a Stalin, Mandel intentó “corregir” a Althusser, y Trotsky intentó engañar a los bolcheviques y a la clase obrera rusa en su conjunto (7). Lenin advertía: “Nosotros conocemos a Trotsky, ahora tenemos que advertir a las nuevas generaciones sobre cuál es la catadura moral y política de este tipejo”. El método de la corrección no es un método ajeno al marxismo, todo lo contrario, es la forma de mantener el rumbo en los cambios, continuando y reforzando una única dirección. Corregir el rumbo o rectificar el rumbo, no implica ninguna deslealtad, ni ninguna humillación, es una forma normal de trabajar en la ciencia, “prueba y error”, es el método hipotético-deductivo y, desde un punto de vista racionalista, no conocemos otro. Aunque, claro, la novísima dialéctica de Trotsky y Mandel siempre nos puede enseñar otro, siempre que no estemos tan jodidos que no podamos ni siquiera reconocerlo.
Periodización de la obra de Marx por Althusser:
a) 1840-1844: obras de juventud, desde su tesis doctoral hasta los Manuscritos de 1844 y La Sagrada Familia, inclusive.
b) 1845: obras de ruptura, Tesis sobre Feuerbach y la Ideología alemana.
c) 1845-1857: obras de maduración, obras posteriores a 1845 y anteriores a los primeros ensayos de redacción de El Capital, por lo tanto: el Manifiesto, Miseria de la filosofía, Salario, precio y ganancia, etc.
d) de 1857 en adelante.
http://villaverdecomunista.blogspot.com(1) ¿Qué diferencia habría entre la Academia trotskista y la Academia soviética? Aunque yo prefiero la Academia soviética, al menos ellos tenían algo contante y sonante por lo que luchar y morir.
(2) Todos recordamos el “Asalto a la razón” de Lukács, libro condenado a los infiernos por la Academia burguesa, me acordé de él leyendo “Coyuntura filosófica y búsqueda teórica marxista” de Althusser. Y, claro, el antecedente de ambos sería “Materialismo y empiriocriticismo” de Lenin que, la verdad, no sé, no sé cómo le sentaría a Mandel.
(3) Aunque Harnecker se considere a sí misma “althusseriana”, motivos sobrados tiene para hacerlo, hay que destacar las divergencias no sólo el enfoque pedagógico sino también en el práctico, entre el marxismo de Althusser y el de Harnecker.
(4) La lucha de líneas en la sociedad cubana se intensificará o se suavizará en función de lo que dejen pasar por allí a las mercancías (célula de sociedad capitalista moderna), ¡en ese sentido, las enseñanzas del Che en “La planificación socialista de la economía: su significado” son proverbiales!).
(5) Dogmatismo y revisionismo son dos caras de una misma moneda (Stalin, “Fundamentos del leninismo”) o, como diría Mao, una línea solapa a la otra.
(6) En honor a la verdad, el incentivo material en las relaciones económicas en la URSS, lo que critica el Che, se introdujo desde el comienzo del socialismo soviético y ya nunca se abandonó, sino vean cómo se expone en esta película de propaganda de las relaciones norteamericano-soviéticas (durante el periodo del presidente Roosevelt).
(7) A Trotsky le dolía mucho que se lo recordaran, pero su obra no pasaba de ser un "kautskismo” (dogmatismo marxista) al gusto ruso, en ese sentido, su sitio estaba fuera de la URSS, y su sitio estaba a dos metros bajo suelo. Radicales marxistas ha habido, y hay, muchos, fuera del Partido, configurando lo que acertadamente los autores soviéticos llamaban “liquidacionismo de izquierdas”. En un Partido Comunista no hay lucha fraccional siempre que la dirección no quiera, y si quiere ya no es un partido comunista.
Los textos de Mandel y de Althusser mencionados, y alguna cosilla más, se pueden bajar en el siguiente link:
[Editado por el comité de RBM para incluir el enlace en el primer mensaje. Muchas gracias, compañero Operarius.] SALUDOS A TODOS!!