Introducción
En su página web, en diciembre de 2013, se escribió:César González nació en el seno de una familia muy pobre en la Villa Carlos Gardel (Morón) el 28 de febrero de 1989. El año que caía el muro de Berlín y arribaban a la Argentina los gobiernos neoliberales de Carlos Menem.
Hijo de un padre alcohólico y violento, su madre lo dio a luz con solo 16 años. Es el mayor de 8 hermanos. Su infancia trascurrió en una pequeña casilla precaria de barro y chapas.
A los 13 años terminó sin repetir de año la escuela primaria, pero también empieza a recorrer un duro camino de adicción a las drogas más duras; poxirran, cocaína y rivotril.
A los 14 comienza su violento camino delictivo, robando casi todos los días autos y casas a mano armada. Ingresó en ese año en varios reformatorios y comisarías. A los 15 años quiso asaltar un automóvil Ford Focus a pocas cuadras de la villa, quien manejaba era un policía de civil, que lo hirió gravemente de un disparo en el estómago. Moribundo, su compañero lo arrastró hasta el barrio, donde unos jovencitos se encargaron de parar a un auto, subirlo y llevarlo a la guardia del Hospital Posadas, cercano a la villa. Ingresó con paro cardíaco, fue reanimado por los médicos y luego conducido al quirófano, donde fue sometido a una cirugía de casi 9 horas, en la cual sufrió otro paro cardíaco. Las secuelas del balazo lo dejó varias días internado en terapia intensiva con respirador artificial.
Con el correr de los días fue recuperando el conocimiento y sus funciones vitales y a las dos semanas del balazo fue dado de alta. Ya que no había ninguna denuncia penal en su contra (toda esta información se encuentra en su historia clínica oficial que posee el Hospital Alejandro Posadas de El Palomar, Buenos Aires).
Los dolores causados por el balazo no fueron impedimento para que siga su carrera de pibe chorro y una vez que pudo recuperar el caminar volvió al robo. Así transcurrieron 5 meses hasta que volvió a ser herido, esta vez fueron 4 los balazos, por parte de la policía bonaerense tras un enfrentamiento y persecución de más de 20 cuadras desde el centro de la ciudad de Caseros hasta la villa, que culminó con el choque de la camioneta robada y su compañero, Mario Ortiz, quien fallecería unos años después en el penal de Ezeiza.
Los balazos le quebraron el fémur de la pierna derecha en 3 partes y volvió a ser operado para introducirle clavos y prótesis dentro del hueso roto. A pesar de la pesada causa que tenía con solo 16 años (robo calificado, resistencia a la autoridad, abuso de armas, etc.), el juez decidió dejarlo bajo la tutela de su abuela materna, quizás levemente sensibilizado con el devastador estado de salud en el que César había quedado después de los balazos. Su abuela fue con quien se crió, mientras su madre Nazarena transitaba un camino también de adicciones, delincuencia y cárcel.
Pero tampoco estos tiros detuvieron a César, en muletas, con los clavos en su pierna a cuesta y con en total cinco tiros en su cuerpo, seguía en la calle a pura adicciones y hasta saliendo a robar. Así fue que se vio involucrado solo dos meses después de los última internación en el secuestro de un empresario brasilero, capturado en la zona de Ramos Mejía, el empresario fue liberado sano y salvo, pero a los pocos días el grupo Halcón le allanó su casa y fue detenido junto a su hermano de 14 años y ambos trasladados rápidamente a un instituto de régimen cerrado.
Durante los 5 años que César estuvo preso pagando ese delito, recorrió todos los institutos de menores de Capital Federal de régimen cerrado: el San Martín, Rocca, Belgrano y Agote. Al cumplir los 19 años fue trasladado primero al penal de Ezeiza y finalmente al de Marcos Paz, los últimos 3 meses los pasó en un instituto de régimen abierto, ya que antes de salir debía cumplir diferentes salidas transitorias hasta alcanzar el tiempo necesario para salir bajo la figura de libertad condicional, con la cuál volvió a la calle el 15 de enero del 2010.
Fue durante su estadía en prisión, más precisamente en el Instituto Belgrano del barrio porteño de Once, en el año 2006, donde conoce a Patricio Montesano, un mago de prestigio internacional que dictaba talleres allí tras las rejas, con la particularidad de que dichos talleres se llevaban a cabo dentro de los pabellones y no en la escuela dentro de la institución. Merok, el seudónimo artístico de Montesano, era un mago mundialmente premiado y reconocido, pero en sus talleres más que ensayar la técnica de los trucos se filosofaba sobre la desigualdad social y económica como desencadenante de la violencia. Así fue que César empezó a escucharlo y Merok lo ayudó a acercarse a la lectura y a interesarse por temas políticos, filosóficos y por obras poéticas trayéndole en las visitas distintos libros de diversos autores. Pero un taller tan particular y que no bajaba el discurso de una moral represiva sobre los pibes chorros, le costó a Montesano que solo 3 meses después de comenzado el taller lo despidan abruptamente de su cargo como docente, porque "confundía a los internos con sus métodos afectivos". Sin embargo, la amistad con César a esa altura sería indisoluble y el expulsado profesor tras hacer los trámites judiciales correspondientes, continuó visitandolo en condición de visita.
El tiempo iba pasando y César cada vez leía más autores, comprendía más cuestiones sobre la sociedad que habían sido determinantes en su vida y que nadie se las había hecho hacer ver ni pensar, los libros que más le pedía a Patricio en un comienzo eran los que tenían que ver con hechos y acontecimientos históricos. Una necesidad vital de comprender históricamente las razones y motivos socio-económicos y culturales que se manifiestan a la hora que un joven toma el camino del delito. Mientras más leía, más se enriquecía su vocabulario, su capacidad de análisis, y ya no era el mismo preso vulgar con el que se relaciona habitualmente el aparato penitenciario, compuesto no solo por guardia cárceles sino también por profesionales de la salud y las ciencias sociales: psiquiatra, psicólogo y trabajador social, a los cuales el preso debe someterse obligatoriamente. César les comenzó a plantear cosas que incomodaban a un sistema alimentado por el odio y la indiferencia, donde las torturas son cotidianas, donde se lavan las culpas de la especie humana.
Corría el año 2007, y la amistad con el “mago” se acercaba a cumplir un año cuando a César se le ocurre la idea de armar una revista donde publicar sus primeros textos, que componía cada noche en su celda. La idea parecía muy abstracta pero casualidad o no, Patricio tenía un amigo diseñador gráfico que se sumó entusiasmado a la idea y con algunos poemas de César más otros de distintos amigos clasemedia de Patricio, que eran sociólogos, filósofos y abogados, se publicó ¿Todo Piola?, nombre inspirado en la jerga juvenil marginal de Buenos Aires. El primer número de la revista salió sin que se enterase ninguna autoridad. En un comienzo sus textos los fue firmando bajo el pseudónimo de Camilo Blajaquis. Que conforma un homenaje al revolucionario cubano Camilo Cienfuegos y al militante sindical Domingo Blajaquis, asesinado en Avellaneda en 1966, hecho relatado por el genial y revolucionario periodista argentino Rodolfo Walsh en el libro ¿Quién mató a Rosendo?
Pero la voluntad de César de exigir sus derechos a través de escritos al sistema judicial comenzó a generar un malestar con las jerarquías psíquicas de los institutos. Comenzaron a trasladarlo repentinamente y fue torturado en varias ocasiones por el hecho de leer y rebelarse, sus verdugos le hacían recordar que él era un monstruo y debía pagar con su cuerpo sus actos horrorosos. Sin embargo, nada detuvo sus ganas de seguir adelante, mientras estuvo preso salieron cuatro números de Todo Piola. Con su idea de ser una revista donde los más pobres, oprimidos y olvidados de la sociedad puedan expresarse a través de la literatura. También en su lapso de prisión y al ritmo de los golpes terminó la secundaría, hizo diversos talleres de electrónica y reparación de PC, panadería y plomería.
Una vez recuperada la libertad comenzó el CBC para la carrera de Filosofía en la UBA y a los cinco meses de salir y con solo 21 años publica su primer libro, La venganza del cordero atado, bajo el sello editorial de Ediciones Continente. Un compilado de 90 de sus poesías escritas en prisión que presentó en la Feria del libro de Buenos Aires en el 2010 junto al ex revolucionario del PRT-ERP, Luis Mattini, y el reconocido crítico literario Noé Jitrik. El título del libro hace referencia al concepto utilizado en el disco "Lobo suelto/Cordero atado" de la legendaría banda de rock Los Redonditos de Ricota. El cordero como representación del oprimido, del marginado de la sociedad, el cordero se venga del lobo, pero no comiéndose al lobo, sino dedicándole poesías. Al igual que los discos de esta banda, el libro fue ilustrado por el prestigioso artista plástico Rocambole.
En noviembre del año 2011 presentó en la Biblioteca Nacional su segundo libro, Crónica de una libertad condicional, ya todos poemas escritos en libertad. El moderador de la presentación fue el sociólogo y director de la Biblioteca Nacional Horacio González y el libro fue nuevamente ilustrado por Rocambole.
En 2012 trabajó como conductor de un ciclo documental llamado "Alegría y dignidad", producido y dirigido por Cristian Jure, antrópologo y documentalista. Se emitió en TV por Canal Encuentro. En el primer capitulo se contó su historia, sucediéndose luego más casos similares donde surgen diferentes expresiones artísticas en ámbitos marginales.
En 2011 publica su segundo libro de poesía Crónica de una libertad condicional.
Desde su primeros pasos en libertad además de las letras, César lleva realizado un extenso trabajo en cine. En el periodo 2010-2012 presenta sus primeros trabajos realizados de forma amateur junto al realizador Martín Céspedes, los cortometrajes de ficción, “El cuento de la mala pipa”, “Mundo Aparte” y “Condicional” (todos se encuentran en youtube).
En julio de 2013 estrena su primer trabajo profesional, "Diagnóstico Esperanza", largometraje de ficción, presentado en el Cine Gaumont de la Capital Federal, que retrata muchos aspectos de la vida en una villa representada por distintos protagonistas, alejándose del estilo clásico de narración y simultáneamente proponiendo una forma de filmar propia y una búsqueda singular en la actuación.
En diciembre del mismo año estrenó una serie de formato documental en la pantalla de Canal Encuentro titulado "Corte Rancho", cuatro capítulos que recorren decenas de villas de la Capital y del Conurbano presentando a distintos artistas y movimientos de las villas miserias de Buenos Aires.
En 2014 realiza los cortometrajes "Guachines" y "Truco".
En 2015 llega el turno de su segundo largometraje de ficción "¿Qué puede un cuerpo?" y de su tercer libro de poesía "Retórica al suspiro de queja.
Actualmente se encuentra trabajando en un nuevo largometraje llamado "Exomologesis".
Bibliografía compilada
Poesía
Vídeos
- Militancia y Camilo el poeta (reportaje en el programa "Bajada de Línea", de Canal 9, presentado por Víctor Hugo Morales, el 7 de noviembre de 2010; también descargable desde telegram)
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