Agustín Velloso, en "Una de las caras ocultas del Estado judío. Reseña del libro Refuzniks. Los que se rehúsan a servir en la máquina de guerra israelí", en Tlaxcala, el 3 de noviembre de 2010, escribió:Entre las imágenes que llegaban a todo el mundo desde Gaza en los fatídicos días de la guerra lanzada por Israel contra la indefensa y asediada franja entre diciembre de 2008 y enero de 2009, sobresalían las de la orgía de fuego cayendo desde el cielo sobre palestinos que huían inútilmente en busca de refugio.
Con todo lo impresionantes que resultaban las fotografías tomadas y las escenas rodadas de la matanza, todavía eran más llamativas las informaciones que llegaban a pesar de hacerlo en un segundo plano respecto de las imágenes.
Una de ellas especialmente. Según publicó el diario israelí
Haaretz a los pocos días de comenzada la guerra, el 78 por ciento de la población creía que la guerra era un éxito, mientras que una manifestación a favor de un cese el fuego convocado por
Paz Ahora, logró convocar únicamente a mil personas.
El respaldo de los israelíes –con exclusión, claro está, del aproximadamente veinte por ciento de la población de Israel formada por palestinos- hacia la política sionista gubernamental de apropiación de tierra palestina y expulsión de sus legítimos dueños, los palestinos, es mayoritario; y lo es no sólo respecto a las medidas sobre los asentamientos, la judaización de Jerusalén, la negación del derecho al retorno de los refugiados palestinos, la construcción del muro de separación y otras, sino a la guerra contra los palestinos.
Sin embargo, aunque de forma muy minoritaria, hay grupos y personas a título individual que no forman parte de esta corriente mayoritaria. El principal “problema” que tienen es que son insignificantes en la vida política del país y casi por completo desconocidos fuera de Israel.
La variedad que existe entre estos grupos no viene al caso ahora y consumiría mucho espacio, basta con saber que las motivaciones y las acciones difieren entre sí y que por ello no conviene dar por sentado que todos los que se oponen a las políticas sionistas- especialmente a la guerra- son antisionistas.
Esto es así –el lector lo verá en cuanto pase de de una entrevista a otra, ya que el libro es una recopilación de entrevistas a jóvenes que se han negado a cumplir con la obligación de alistarse en el Ejército de Defensa de Israel- hasta el punto de que un judío israelí puede tener motivos religiosos para evitar ir al ejército, otro puede tenerlos de conciencia, otro puede tener aversión a la violencia, otro no quiere perder su tiempo con un objetivo que considera ajeno a su proyecto vital, mientras que a otro no le importaría vestir el uniforme pero sólo dentro de Israel y no en los territorios ocupados, etc.
Como dice el viejo chiste, junta dos judíos y tendrás tres opiniones.
En cualquier caso, es preciso reconocer esta fisura en la sociedad israelí y los más interesados harán bien en discriminar la paja del grano y acudir a los que se oponen a las políticas sionistas citadas de forma organizada, consistente y con fundamentos anti-sionistas.
Los que aparecen en este libro son en su mayoría jóvenes (incluso de entre 18 y 22 años) y no parece que estén integrados en ninguna organización. Incluso en el caso de los mayores se encuentra una falta de base política. Kobi, de 36 años, informa de que “decidí no ir al ejército cuando tenía 12 años. Mis razones eran más individuales que políticas. De niño siempre me sentí excluido, sin derechos. Y no me sentí obligado a servir a una sociedad de la cual no me sentía miembro”.
No se trata de juzgar la motivación y menos aún la conciencia de nadie, sino de mostrar que cuando se habla en general de israelíes que no quieren servir en el ejército de su país, se puede estar hablando de héroes (anti-sionistas, pro-palestinos, pro derechos humanos, etc.) y también de personas normales, puesto que es lo más normal no querer realizar ese servicio militar.
Con todo, para no entrar ahora en una disquisición sobre aquellos, la lectura de las entrevistas a los
refuzniks es un punto de partida para los interesados en uno de los márgenes de la sociedad israelí y sobre todo para los que buscan acercarse al pensamiento y al fenómeno de los que rehúsan servir en el ejército israelí.
